Partida Rol por web

[D&D 3.5] La Torre de las Almas Perdidas 2: El Plano de la L

Capítulo 18. Peliati.

Cargando editor
23/04/2018, 17:53
Director

Los ojos de Cleon y Serge pronto pudieron apreciar el origen de las extrañas percepciones que habían sentido al entablar conversación con aquel extraño ente de características reptilianas. De pronto y sin más aviso que las invisibles percepciones que habían podido experimentar, aquel inmenso terreno de roca pulida de color blanco y nada más desapareció frente a ellos, al igual que el ser que había constituido el punto de inflexión y todo su séquito.

Ahora podían ver con claridad que estaba sucediendo a su alrededor y que era lo que estaba motivando aquellas extrañas sensaciones. Lo cierto era que el paisaje no había cambiado demasiado a su alrededor. Se hallaban en un erial desierto que se extendía en todas direcciones. El firme era un suelo terroso de color blanquecino y lo que si había variado en cierta medida era el relieve sobre el que se hallaban.

Una colina gobernaba todo el paisaje entorno a sus cercanías. Sobre la misma colina, en su parte más elevada, no más de doscientos metros del nivel del resto de la zona, se hallaba una fortaleza. Se trataba de un edificio de no mucho más de cuatrocientos cincuenta metros cuadrados de área interior. Su acceso se situaba en su flanco oriental a través de un puente levadizo custodiado por dos garitas a los costados de la puerta y rodeado por un foso. El interior presentaba cuatro torres cuadradas, una en cada esquina y se podían observar dos edificios de planta cuadrangular, en lo que constituía el pato interior. El perímetro exterior.

Allí estaba teniendo lugar una batalla entre un grupo de humanos que defendían la fortificación, que a tenor de sus hábitos oscuros, se trataban de monjes guerreros. Enseguida dedujeron tanto Serge, como Cleon, gracias en parte a la apariencia de los guerreros y en parte por las imágenes que lucían las decenas de pendones que hondeaban en las torres y puertas de la fortaleza, una balanza blanca sobre un fondo negro, que se encontraban en un lugar sagrado dedicado al dios de la muerte Asthar.

El combate tenía lugar entre aquellos monjes, los cuales trataban de defender la fortaleza y una horda de innumerables seres oscuros con apariencia demoniaca. Sus ojos eran tan solo oscuras cuencas vacías mientras que sus fosas nasales eran más grandes que las de un humanoide al uso. Tampoco tenían labios quedando sus curvados y babeantes colmillos al aire. Unos cuernos similares a los de un carnero pero mucho más afilados, se retorcían desde sus frentes hacia parte trasera de su cabeza. Ambos iban armados con una especie de lanzas acabadas en largos filos similares a espadas cortas y fortificados tras ostentosas armaduras de placas de color negro.

Ellos se hallaban en el interior de aquella fortaleza, encaramados sobre la muralla y rodeados por decenas de aquellos monjes que armados con arcos y ballestas se afanaban en disparar contra las fuerzas enemigas que rodeaban por todos lados la fortificación y que trataban de derribar la puerta.

Cargando editor
23/04/2018, 17:54
Mester Frelaand

- ¡Por Asthar, agarrad arco y flechas y disparad! – Dijo un joven monje que Serge y Cleon tenían junto a ellos. - ¡Disprad! – Repitió con una voz familiar para Cleon a la que no lograba ubicar respecto del rostro que lucía.

 

Notas de juego

Cleon, ya lanzaría una tirada de Reunir Información o si crees que otra habilidad es más conveniente, adelante.

Cargando editor
24/04/2018, 15:51
Serge Leblanc

Aquella criatura no les dio una respuesta concluyente a lo que les estaba pasando. Serge sintió que la furia empezaba a dominarle y sintió el impulso de abalanzarse sobre aquella criatura y rajarle la garganta, pero antes siquiera de poder concentrarse en ignorar el dolor de su herida para poder levantarse, el paisaje ante él cambió.

La tierra aún seguía siendo baldía y blanquecina, pero ahora se encontraba sobre la muralla de una fortaleza, en mitad de una batalla. Eso explicaba las misteriosas percepciones que habían estado sintiendo él y sus compañeros. Que hablando de los cuales, el ladrón sólo pudo localizar a Cleon. Ni tan mal, al menos era el que más sentido común tenía del grupo. Aunque viendo el panorama, no le importaría haber sido transportado junto a Lope, con esa fuerza y esa nula capacidad de ver el peligro, que le hacían tan valioso como aliado.

 -¿Dónde estamos?

Su pregunta fue contestada con una orden por parte de uno de los defensores de la fortaleza, que les instaba a disparar contra lo que fueran aquellos seres que estaban intentando conquistar el bastión. El dolor en su vientre empezó a pasar a segundo plano a medida que el ladrón iba siendo más y más consciente de la situación en la que se encontraba. Más despacio de lo que le habría gustado, Serge sacó su arco y comenzó a disparar a aquellos monstruos. Ojalá su herida fuera leve y aquellos movimientos no la empeorasen mucho. No quería morir aún.

- Tiradas (2)

Notas de juego

No conozco la CA de los enemigos, pero tiro daño por si acaso.

Y si la herida en el vientre me incapacita para disparar o lo que sea, avísame y edito.

Cargando editor
24/04/2018, 19:02
Cleon

Cleon tomó el arco y las flechas y miró por encima del muro a los atacantes, ya los había visto anteriormente cuando atacaron a Samian, al menos por ese lado tenía claro que eran enemigos.

Pero el monje no le daba confianza ninguna, giró el arco y flechas y le apuntó. Al oír la voz familiar retiró el arco y volvió a apuntar afuera a los seres que atacaban, pero sin llegar a disparar en ningún caso.

Dudaba... y en una batalla las dudas te llevan a la muerte.

Se decidió y disparó, aunque de modo subconsciente falló su objetivo.

- ¿Qué es ésto? ¿Dónde estamos y cómo hemos aparecido aquí? Pero sobre todo... ¿porqué tenemos que defender esta torre?

 

Cargando editor
24/04/2018, 20:39
Mester Frelaand

El monje miró extrañado a Cleon. Su actitud reflejaba desconcierto y aunque no era algo raro en aquel plano, parecía más desubicado que la mayoría de los humanos que conocía en aquel plano de extrema locura. Agarró del hombro al cazador e hizo que se agachara tras el muro defensivo, el cual le proporcionaba cobertura contra los proyectiles que los demoniacos seres que asediaban la fortaleza lanzaban contra ellos.

- No te conozco, amigo. – Dijo aquel hombre con mirada compasiva. – Supongo que has llegado junto a los refugiados de Arcactius, pero no lo sé. No sé de dónde has salido, pero si deseas vivir debes colaborar. – Miró por encima del hombro de Cleon y señaló su arco con la mirada. – Tienes una buena herramienta. ¡Úsala! Por tu vida y la de los inocentes que se refugian tras estos muros.

El monje se puso de nuevo en pie, armó una ballesta apuntó y apretó el disparador. El virote salió volando en dirección a una de aquellas bestias que comenzaba a trepar el muro ayudado por una escalera de madera que otros como él sujetaban a nivel de suelo. El disparo fue certero y el monstruo cayó destrozándose en el suelo.

- Por cierto… - Dijo el monje cuando volvió a agacharse para recargar su ballesta. - …mi nombre es Mester Frelaand.

Cargando editor
24/04/2018, 20:51
Director

La flecha que Serge disparó voló hasta una zona repleta de aquellos demoniacos seres, los cuales esperaban su turno para comenzar a trepar a través de una de aquellas escaleras de madera apoyadas contra los muros de la fortaleza. La vista del ladrón no alcanzó a saber si efectivamente había dado en el blanco o no, pues muchas fueron las que le acompañaron y perdió su proyectil de vista, aunque lo cierto era que muchos eran los monstruos abatidos.

No obstante, por muchos de aquellos guerreros con oscuros rasgos y amenazantes facciones fueran los que caían bajo el fuego de los monjes, muchos eran los que les sustituían, pues aquella horda contaba con un número casi inagotable de efectivos. La batalla parecía perdida, más si el ejército invasor lograba tirar abajo la puerta con el arieta que estaba golpeándola con fuerza.

Serge pudo fijarse que en el interior del patio de la fortaleza, se encontraba un rostro conocido. Se trataba de Edzard. El anciano parecía estar hablando con alguien. Un guerrero embutido en una reluciente armadura. Para su sorpresa, cuando se retiró el casco del cual pendía un penacho rojo, la mujer que lucía dicha armadura movió de forma grácil su cabeza para retirar su cabellera pelirroja de la cara y volver a encarar a Edzard.

Cargando editor
24/04/2018, 21:11
Cleon

Cleon asintió a Mester, sintió franqueza en su mirada y ello le convenció para elegir bando. Sonrió. Sí, era una buena herramienta y el era un experto.

Tomó dos flechas y las puso juntas, se levantó y casi sin apuntar lanzó ambas flechas a los demonios que intentaban llegar a la fortaleza.

Notas de juego

Dos flechas a la vez es -4 pero tengo doble bono de enemigo predilecto contra demonios por lo que es +4

Vamos, que me quedo neutro. Mi bonificación de arco es +11. No se si quieres que haga tirada, al lanzar "al bulto" de demonios que suben por la escalera es casi seguro que me llevo un par.

Lo que me digas

((Cleon no ha visto ni a Edzard ni a la chica caballero, por lo que no he puesto nada al respecto))

Cargando editor
24/04/2018, 21:41
Director

Notas de juego

((Cleon no ha visto ni a Edzard ni a la chica caballero, por lo que no he puesto nada al respecto))

Bien hecho!

Cargando editor
24/04/2018, 23:24
Serge Leblanc

Su flecha se había perdido en el mar de monstruos que les asediaban, pero eso no impidió que el ladrón siguiera disparando. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos combinados de todos los arqueros allí apostados, las criaturas no parecían mermar en absoluto. Una terrible sensación de desesperanza comenzó a invadirle, haciéndole sentirse mareado durante unos instantes.

Serge retrocedió un paso y se giró para evitar seguir mirando a aquel afluente interminable de monstruos. Y entonces vio a Edzard ahí de pie, hablando con una belleza de cabello rojo como el fuego. ¿Qué hacía el viejo allí? ¿Es que el plano le habría enviado allí también? Fuera como fuese, Serge regresó al lado de Cleon para decirle:

 -Edzard está ici, pero no he visto a los demás.

Y tras decir aquello volvió a ponerse a disparar. Puede que pareciera totalmente inútil, pero era lo único que podía hacer para ayudar a mantener aquella fortaleza (y por lo tanto su vida) a salvo.

Cargando editor
25/04/2018, 07:01
Cleon

Cleon disparaba e iba eliminando atacantes, pero parecía que aquello no tenía fin. Su efectividad era muy grande, pero empezaba a preocuparse por la munición, las flechas no eran infinitas aunque parecía que los atacante sí lo fueran.

Escuchó el comentario de Serge y buscó con la mirada a Edzard

Notas de juego

Ahora sí, miro a Edzard y a la chica, esperando reconocer a alguien (la esperanza es lo último que se pierde)

Cargando editor
25/04/2018, 07:53
Director

Los ojos de Loperick y Khorvin de pronto pudieron apreciar el origen de las extrañas percepciones que habían sentido al entablar conversación con aquel extraño ente de características reptilianas. De pronto y sin más aviso que las invisibles percepciones que habían podido experimentar, aquel inmenso terreno de roca pulida de color blanco y nada más desapareció frente a ellos, al igual que el ser que había constituido el punto de inflexión y todo su séquito.

Ahora podían ver con claridad que estaba sucediendo a su alrededor y que era lo que estaba motivando aquellas extrañas sensaciones. Lo cierto era que el paisaje no había cambiado demasiado a su alrededor. Se hallaban en un erial desierto que se extendía en todas direcciones. El firme era un suelo terroso de color blanquecino y lo que si había variado en cierta medida era el relieve sobre el que se hallaban.

Una colina gobernaba todo el paisaje entorno a sus cercanías. Sobre la misma colina, en su parte más elevada, no más de doscientos metros del nivel del resto de la zona, se hallaba una fortaleza. Se trataba de un edificio de no mucho más de cuatrocientos cincuenta metros cuadrados de área interior. Su acceso se situaba en su flanco oriental a través de un puente levadizo custodiado por dos garitas a los costados de la puerta y rodeado por un foso. El interior presentaba cuatro torres cuadradas, una en cada esquina y se podían observar dos edificios de planta cuadrangular, en lo que constituía el pato interior.

Allí estaba teniendo lugar una batalla entre un grupo de humanos que defendían la fortificación, que a tenor de sus hábitos oscuros, se trataban de monjes guerreros. Enseguida dedujeron tanto Lope, como Khorvin, gracias en parte a la apariencia de los guerreros y en parte por las imágenes que lucían las decenas de pendones que hondeaban en las torres y puertas de la fortaleza, una balanza blanca sobre un fondo negro, que se encontraban en un lugar sagrado dedicado al dios de la muerte Asthar.

El combate tenía lugar entre aquellos monjes, los cuales trataban de defender la fortaleza y una horda de innumerables seres oscuros con apariencia demoniaca. Sus ojos eran tan solo oscuras cuencas vacías mientras que sus fosas nasales eran más grandes que las de un humanoide al uso. Tampoco tenían labios quedando sus curvados y babeantes colmillos al aire. Unos cuernos similares a los de un carnero pero mucho más afilados, se retorcían desde sus frentes hacia parte trasera de su cabeza. Ambos iban armados con una especie de lanzas acabadas en largos filos similares a espadas cortas y fortificados tras ostentosas armaduras de placas de color negro.

Ellos se hallaban en el interior de aquella fortaleza, encaramados sobre la muralla y rodeados por decenas de aquellos monjes que armados con arcos y ballestas se afanaban en disparar contra las fuerzas enemigas que rodeaban por todos lados la fortificación y que trataban de derribar la puerta.

Cargando editor
25/04/2018, 07:59
Markku Imrolt

- ¡Disparad! - Gritó Markku, quien se encontraba no muy lejos de su posición y rodeado por decenas de aquellos monjes guerreros de hábitos negros. - ¡Luchad por vuestras vidas! - Añadió mientras descargaba un virote de su ballesta y este se perdía en el mar de demonios que bañaba los muros de la fortaleza.

Cargando editor
25/04/2018, 17:38
Director

Notas de juego

Lope debido a tu pérdida de cordura (quedas finalmente con 41) debes huir durante 9 asaltos... aunque aquí donde estás lo tienes difícil.

Cargando editor
26/04/2018, 07:27
Lope Ster

La otrora tranquilidad y aguante del genial Loperick se transformó en una marabunta de sentimientos, pensamientos e imagenes que volvieron loco al batidor. Su visión se nubló solo veía sombras, seres alados de piedra y grandes muros de color carmesí que le impedian ir a cualquier lugar.

-orep euq senojoc asap iuqa??? ednod yotse???? gritó sin entender muy bien lo que  él mismo decía.

Una de las figuras aladas que se encontraba en lo alto del muro, a unos 300 pies de altura, la cual esgrimia un aparato que parecía escupir fuego, se giró hacia el batidor, quien quedó petrificado por esa imagen, -darapsid!!! dahcul rop sartseuv ssadiv!! le dijo el ser. El hasta ahora valiente humano no aguantó mas, cuando ese ser alado volvió a disparar fuego contra unos seres con apariencia de lobos a dos patas, los cuales se acercaban desde el exterior del muro y que portaban unas grandes ramas de lo que parecían manzanos en sus manos.

Tras esa visión subrealista el batidor huyó! corrió hacia ninguna parte, pues estaba encerrado, seres alados por un lado, muros por otro... Simplemente podía correr hasta el momento que se cruzaba con algún ser, momento en el que caía, giraba y emprendía la huida en otra dirección.

Cargando editor
04/05/2018, 17:55
Director

Khorvin se encontraba todavía más desconcertado que el resto. Todavía no había podido reaccionar ante todo lo que le rodeaba. Lo cierto era que Loperick no estaba mucho mejor, pues nada más descubrir donde se hallaba su mente parecía haber enloquecido. Por suerte su estado de pavor que le obligaba a huir en cualquier dirección que le alejara de la fuente de su locura, pasó pronto, pudiendo regresar a un momento de cierta calma.

Mientras tanto, Serge, Markku y Cleon se afanaban en gastar su munición contra las hordas de demonios oscuros que asediaban la fortaleza donde se encontraban. No obstante, el cazador miró esperanzado a aquella joven mujer ataviada con armadura. No esperaba reconocerla, pero como el mismo solía decir: “la esperanza es lo último que se pierde”.

Lo que descubrió cuando aquella muchacha se giró fugazmente hacia él de desconcertó por completo. Aquellos ojos almendrados, aquella tez pálida y aquellos carnosos labios eran unos viejos conocidos de Cleon. La mujer que llevaba tanto tiempo buscando. La mujer de la que había sido separado tanto tiempo atrás y que creía muerta o sumida en un estado de catatonía del que difícilmente despertaría, se encontraba allí, de pie y enfundada en una reluciente armadura agarrando espada y escudo al frente de la defensa de aquella fortaleza.

¿Era aquello posible o bien se trataba de una nueva broma que el plano trataba de gastarle? Lo cierto era que parecía real, pero no tenía sentido alguno, lo que en el lugar donde se encontraban, por paradójico que pudiera sonar, le otorgaba cierta veracidad a aquel encuentro. Un instante después tan solo de que la joven girara la cabeza, alejando su mirada de Cleon, reaccionó girando de nuevo la mirada hacia el cazador de forma brusca.

Primero frunció el ceño concentrándose en Cleon. Luego, tras dejar el escudo apoyado sobre su propia pierna, utilizó la mano de visera fijándose bien en el cazador. Su espada cayó de forma repentina y sonora al suelo y los ojos de aquella mujer se abrieron de par en par a la vez que una sonrisa iluminaba su precioso rostro.

¿Cleon? – Preguntó sin demasiadas dudas la muchacha. - ¡Cleon! – Exclamó Helga.

Notas de juego

Turno principalmente para Cleon, pero el resto también puede intervenir.

Perdón por el retraso, fallo mío!

Cargando editor
04/05/2018, 18:38
Lope Ster

El batidor volvió en si, ya no veía angeles demoniacos que le intentaban agarrar, de pronto se vió sumido en una batalla enloquecedora para defender una plaza de un numeroso grupo de demonios.

Loperick el Magnifico sabía que debia ayudar, o no? sus pensamientos eran un torbellino incesante, no podía hacer nada, se encontraba sentado en el suelo mirando a un lado y otro sin poder actuar.

-ani... change...? dijo sin él mismo entender sus palabras

Cargando editor
05/05/2018, 03:04
Serge Leblanc

Al ver que Cleon dejaba de disparar, el ladrón se giró para preguntarle que qué diantres le pasaba, que los monstruos no se detenían y no podían pararse ellos tampoco. Pero entonces se fijó hacia dónde miraba. Era la belleza pelirroja que había visto antes con Edzard.

 -No me digas… ¿Conoces a esa mademoiselle, Cleon? ¿Sabes si está soltera?

Que teniendo en cuenta el berenjenal en el que estaban metidos, Serge dudaba mucho poder volver a disfrutar del cálido abrazo de una mujer hermosa, pero genio y figura… Además, el dolor en el vientre se estaba haciendo lo bastante soportable como para permitirse un poco de humor en medio de la desesperación. Si iba a morir, prefería irse sonriendo y no llorando.

Cargando editor
05/05/2018, 07:05
Cleon

Notó como el corazón se le paralizaba por un instante... al fin... tanto tiempo...

Fugazmente, en un parpadeo, un sin fin de imágenes pasaron por su memoria... desde el día que la perdió cuando la llevaron a la torre de las almas perdidas, la búsqueda de pistas, el viaje, el asalto fallido a la torre, el cautiverio, la liberación, el viaje a este mundo de pesadilla y finalmente... el éxito. 

Ahí estaba. El amor de su vida. Pero no veía a una alegre campesina luchando por sobrevivir día a día de lo que él cazaba y ella cultivaba. Había cambiado. Ahora llevaba una armadura, espada, escudo... como las heroínas de los cuentos que le solían contar de pequeño.

- ¡¡ Helga !! - El grito fue como una liberación de su alma, una explosión de todo lo que llevaba acumulado durante los últimos años.

Tenía que ir a verla, estrecharla en sus brazos... todo lo demás no importaba...

Mentira, importaba. Cleon había recorrido mucho para llegar hasta aquí y no iba a permitir que ninguna horda demoníaca se acercase ni de cerca a su amada, aunque observándola compadecía al demonio que se le acercase demasiado.

Había esperado varios años. Su mujer estaba en peligro y eso era ahora lo único que le importaba. Luchando contra la voluntad que manaba de su corazón miró al campo de batalla. Recogió de nuevo el arco, pero esta vez una sonrisa cruzaba su cara. Tomando las flechas de dos en dos disparaba al doble de velocidad como si Cleon quisiera acabar con todos los demonios que se acercaban él solo.

- ¡ No pasarán ! ¡ Por mi vida y por mi alma que estos demonios no pasarán ! 

Cargando editor
07/05/2018, 11:40
Director

Tras aquella revelación, la defensa de las murallas prosiguió como hasta el momento. Las flechas silbaban en una y otra dirección acabando con multitud de aquellos inagotables demonios, pero hacía lo mismo con infinidad de los monjes guerreros que defendían la fortaleza. No obstante, las fuerzas invasoras disponían de poderosas catapultas y las rocas incandescentes que una y otra vez golpeaban contra los muros y las construcciones del interior de Pielati, comenzaban a debilitar de forma irremediable la estructura de la fortaleza.

Serge, combatía junto con Cleon y Markku, rodeados por monjes y por aquel hombre que les había hablado que respondía al familiar nombre de Mester Freaaland. Pronto llegaron Khorvin y Edzard acompañados por Loperick y la exhuberante mujer que Cleon llevaba buscando desde hacía tanto tiempo. Para ese entonces,la puerta principal estaba a punto de ceder ante los invasores y los pocos monjes que se encontraban apuntaládola ya no daban a basto.

No sólo aquel era le problema, pues si bien hasta aquel momento, los defensores de la muralla habían conseguido evitar que los demonios accedieran al interior del patio, echando abajo las escalas o acabando con las oscuras criaturas, antes de que llegaran a penetrar tras los muros, en ese momento ya habían sucumbido.

Se estaban librando combates cuerpo a cuerpo en los muros defensivos. En el patio interior se hallaba un nutrido grupo de invasores, los cuales se dirigían a la puerta principal y sin encontrar demasiados problemas en el patio interior. Los pocos monjes que se enfrentaban a ellos, eran fácilmente reducidos.

Cargando editor
07/05/2018, 11:41
Mester Frelaand

Mester dejó de disparar por un momento. Se detuvo para analizar la situación. Miró hacia el interior del patio y frunció el ceño con gesto de preocupación. Acto seguido miró hacia el exterior. Las interminables hordas parecían imposibles de vencer. Parecía que por cada demonio con el que acababan, surgían otros tres. La batalla estaba perdida sin duda alguna. Mester volvió a mirar hacia el interior del patio y su mirada le condujo hasta el torreón del homenaje.

- ¡Helga, debemos refugiarnos en el bastión! - Exclamó Mester. - ¡No hay más opción!