Partida Rol por web

De entre las cenizas -Cap I [El Sabor del Desierto]

Escena privada de Kiabi

Cargando editor
15/10/2015, 12:23
Leia

Aquel DEBERIA haber sido un día normal, de sangre, dolor, gritos, balas, lo típico... pero no. El destino le tenía preparada una pequeña sorpresa. Debería haberlo sospechado, demasiada suerte no salir a campo abierto, eso debería haberla escamado, alguien tan importante que lo sacan del combate para que sea tratado en condiciones... cuidado, cuidado,... pero allí no estaba Assisa para advertirla, para controlarla un poco, para pegarle un buen cogotazo si fuese necesario... debería haber estado.

Debería haber sido profesional, por todo lo anterior y porque era lo que la mantenía de pié, vivita y coleando, necesaria que no imprescindible.... debería haber aplicado la rutina de siempre: un objetivo, cuerpo más muerto que vivo, detección y evaluación, rasgar, rebanar... lo que fuese necesario, coser, y adiós muy buenas....

No debería haberle mirado la cara, los ojos. Ni un segundo, ni medio, ni siquiera menos... porque en cuanto lo hizo, todo se fue a la mierda. Apretó los dientes y suspiró profundamente, nunca iba a tener tan a huevo a un cabronazo de ese calibre, nunca, sin levantar sospechas, o menos, no. Comenzó lentamente a sacarle la primera bala, del hombro, y después, la segunda, del cuello, casi con el cuidado que de verdad era necesario, pero en cuanto detectó cercana la vena principal, le asestó un pequeño corte para que se produjese una hemorragia más que puteante según el estado general del tipo.

¡Mierda! ¡Tenía una hemorragia interna! -Eso era lo normal, blasfemias, gritos y mala hostia mientras curaba. Colocó mil trapos tapando la herida, pero ella no estaba apretando lo suficiente, eso solo lo sabían el proyecto de cadáver y ella. Y el jefe de grupo no podía hablar, se limitaba a mirarla con ojos espantados y a intentar balbucear. La sangre salía y salía, ella hacía como que arreglaba, que cuidaba, que se preocupaba, pero sólo estaba esperando, apurando, disimulando.

Debería haberse ahorrado problemas.

Cargando editor
15/10/2015, 12:28
Director

Habias hecho muchas tonterias en tu vida, probablemente demasiadas... y aun asi seguias viva por un simple hecho. Sabias que tonterias podias cometer, saliendo bien o muy poco mal parada, y de cuales saldrias realmente jodida... y despues de tantos años remendando los cuerpos de los esclavos y esclavas de Hannibal y de tu amo El Coleccionista. La palabra "jodida" adquiria unos tintes realmente malos, las heridas, el sometimiento, la humillacion, los juegos, la psicologia... habias visto practicamente de todo lo que la depravada mente de El Coleccionista podia imaginar o mejor dicho, habias visto los resultados de su imaginacion y tras tantos años sabias que no querias ser su jueguete... no a ese nivel y ese simple pensamiento hizo que un escalofrio recorriera tu espalda mientras esperabas a que llegaran. Tus ojos se clavan en el cadaver que decora tu mesa, sabias que podias haberle salvado, sabias que debias haberle salvado o al menos lo hubieras hecho sino fuera el... si el, no fuera uno de esos cabrones que habia jodido a tu hermana.

Aun eras capaz de recordar aquella noche y el cuerpo de tu hermana tambaleandose de un lado a otro por los golpes recibidos. Y la fortuna o el karma o cualquier de esas mierdas en las que muchos de tus compañeros esclavos creian habia hecho que ese malnacido acabara en tu mesa de juegos, y ahora estaba muerto... podrias haber intentado hacer que no pareciera lo que era. Pero tras verlo ahi tumbado, mientras tus manos arrancaban la muerte de su cuerpo para darle de nuevo la vida... te diste cuenta de que esta vez seria diferente, tu mano se movio con la certeza de siempre, seccionando sin apenas fuerza la yugular, apenas un corte y la sangre salto sobre ti. Ni siquiera tuviste que esperar a ver como sus labios cuarteados y jodidos por la droga que tomaba se abrieran, intentando boquear, pidiendo ayuda sin llegar a emitir sonido alguno, cuando levantaste la voz para intentar enmascarar tu asesinato. La sangre habia manado de su cuerpo, rociado el suelo, manchado tu brazo y ropas... aun notabas como corria por la piel expuesta de tu brazo y al mirar a tu alrededor viste como el resto de esclavos habia desaparecido, temiendo la ira de su amo.

Escuchabas las puertas abrirse y cerrarse y como un grupo de gente se acercaba a tu posicion pero no podias moverte, tenias mas libertad, mas voluntad que la mayoria de los despojos humanos que habia en ese sitio pero aun asi... tenias miedo, miedo a ese ser que eclipsaba todo lo demas. El Coleccionista. Sabias que vendria el en persona. El cadaver era un tipo de cierto rango, no importante pero si lo bastante para crearle problemas a el y eso implicaba que doleria... doleria mucho mas que otras veces, si es que no acababas partida por la mitad o en alguno de los peores prostibulos de ese maniaco.

Cargando editor
15/10/2015, 12:50
Coleccionista

Estaba seguro de que ese esclavo se habia equivocado, era imposible que Kiabi la liara de esa manera. Habia sido bueno con ella, la habia apartado de cualquier que intentara follarsela o hacerle cosas peores, habia ayudado a mejorar su habilidad con el bisturi y durante todos estos años habia trabajado de lo que ella queria. Segun mis normas esta claro pero no habia tenido que hacer la calle como esa familiar suya... quien era... su prima, su madre... no su hermana, eso su hermana. La habia sacado de alli, habia evitado que se volviera un despojo humano e incluso le habia dado un cuarto para ella sola. Nada de drogas, ni enfermedades sexuales, nada de palizas innecesarias ni violaciones... la habia librado de todo eso durante mucho tiempo.

Me di cuenta de que me habia quedado clavado en el sitio y de que mis guardias me miraban mientras un par de dedos mesaban mi escasa barba. El esclavo ya estaba atado a un potro. Si decia la verdad, bueno seria rapido sino... sin duda esa noche me divertiria durante horas. Aumente el ritmo de mi caminar hasta llegar al pasillo donde estaba el "quirofano". La escoria se amontonaba alli, evitando mi mirada como la escoria que eran... un niño de apenas un decada de edad se cruza en mi camino como si fuera un rata. Mi bota sale disparada contra su estomago, el crujir de algunos huesos suena mientras el cuerpo cae a un lado... momento en el que mi guardapespaldas remata la faena. Esta muerto antes de tocar el suelo, me encojo de hombros... un muerto, mas carne para los demas. Avanzo mas de mdio pasillo hasta que veo que mi bota esta manchada... pero... como se ha atrevido esa escoria a mancharme la bota. Giro mi cuello dirigiendole una mirada brutal al cuerpo sin vida del niño. Acto seguido busco a un objetivo para mi ira, pero una muchacha rapida se coloca frente a mi, rasga sus ropas y empieza a limpiar. Sonrio, una sonrisa leve mientras mi cuello se tuerce ligeramente permitiendome mirar el cuerpo de al chica... sin duda valdra, valdra cuando le quitemos algo de esa porqueria y le pongamos algo mono encima... apenas tiene catorce años, moldeable, perfecta. Mi mano coge de su pelo, cuando ha terminado el trabajo. Clavo mis ojos, parcialmente ocultos por mis lentes y sonrio... - Limpiadla. - Su rostro se ilumina parcialmente. - Enviadla con los Perros de Presa. - La mueca de alegria se congela en el acto, pero ya no da para mas, de un simple gesto del brazo la aparto mientras las puertas del quirofano ya quedan frente a mi.

Las abro como quien soy, el puto dueño de este sitio. La escena no puede ser mas clara, Kiabi a un lado con el bisturi aun en la mano y el cadaver sobre la mesa. Señalo a una de mis doncellas que se adelanta para examinar el cadaver, mis ojos fijos en el muerto sin ni siquiera hacer caso de la mujer llena de sangre que hay en la habitacion. El examen es rapido y concienzudo, la mirada de la doncella de guerra es clara... asesinado.

Supiro levemente, dejando escapar el aire con cuidado mientras dos de mis dedos se cierran sobre el puente de mi nariz, evitando por poco mis anteojos. Cierro los ojos un segundo antes de volver a abrirlos y mirar al trozo de carne que se llama Kiabi. Mi mirada se dedica a estudiarla, como hago con toda forma de vida que se cruza en mi camino... una puta medica, una muy buena y ahora ha tenido que joderla tras tantos años... que mas da... Rose se va a cabrear y querra sangre. Mi voz se eleva en la pequeña habitacion. - Tienes idea del marron en el que me has metido trozo de carne... siquiera te haces una idea. Joder, si querias matar a alguien habermelo dicho... tengo carne de sobra para que le claves ese jodido abrecartas tuyo las veces que necesites. - Me desplazo por la sala sin tenerte en cuenta, percibes que ni siquiera te veo como una amenaza, aun con las pintas que llevas y el arma que hay entre tus dedos. - Pero no... tenias que cargarte a ese pedazo de mamon de entre todos... uno de los favoritos de esa puta de Rose. Genial, sencillamente genial. - Abro los brazos aumentando aun mas el impetu de las palabras y expresiones, moviendo de un lado a otro las manos, gesticulando de mala manera.

Me acerco al cadaver y lo repaso con cuidado, mis manos tocan sin problemas la carne muerta, manchandose de sangre. A un gesto mio me extienden un pañuelo en el que me limpio la porqueria, como quien se limpia una mancha de salsa. - Decidles a los de fuera que cojan la carne que quieran de aqui... en cuanto hayan destrozado el cadaver entrad y carbonizadlos. Eso apaciguara a Rose... espero. - Devuelvo mi mirada a ti. Notas la maldad y el poco aprecio por la vida humana que tengo. - Dejad a un par vivos, pero que no puedan hablar... esa zorra infernal querra desquitarse.

Avanzo hasta quedar al alcance de tu mano, de tu arma. - Esta vez se te ha ido... si pensabas que los castigos hasta ahora dolian... espera y veras. - Mi sonrisa se vuelve realmente depredadora, sanguinaria y emocionada ante la perspectiva de provocar dolor. - Llamad a las carroñeros. - Esa simple palabra "carroñeros" casi te rompe la respiracion. Los esclavos que trabajan en las alcantarillas, maniacos homicidas sujetos por una correa muy debil y cuya mente esta mas en el punto animal que en el humano. Se comen todo lo que encuentran, vivo, muerto, humano o animal, podrido o no... les da igual. Mandarte alli... si, sin duda es peor que morir,mucho peor. Lo unico que sabes es que su jefe aun conserva algo de humanidad... algo... lo que en si mismo lo hace peor que esas bestias que tiene a su mando.

Cargando editor
16/10/2015, 10:10
Leia

Durante unos segundos sus latidos se aceleraron, al igual que las pisadas de los que huían lo más lejos posible, no los culpaba, ella no lo hacía porque sabía que no tenía a donde escapar de sus actos.... después llegó la calma, densa y pesada, nada de lo que pasase en los siguientes minutos dependía en modo alguno de ella misma, se sintió tan insignificante que le dolió.

Se giró a esperar al hombre con el rostro hacia él, aunque no lo miraba a los ojos, no estaba tan loca, mas prudente desviar la mirada hacia el lado; adoptó una expresión circunspecta, pese a que no lamentaba ni por un segundo lo que había hecho. Había perdido la cuenta de cuantas piernas y brazos rotos, hematomas, cortes, abortos y desgarros había tenido que atender por culpa del mal nacido que acaba de matar.

El día que vio a su hermana con ese tipo de heridas fue el mismo que el depravado firmó su sentencia de muerte.

Ni siquiera levantó la mirada cuando la tipa la delató, pues no había albergado en ningún momento la esperanza de que la cubriese, ese tipo de cosas no le pasaban a ella, no ocurrían en esa ciudad de mierda. Ya ves, tan acostumbrada estaba que ni se planteó añadirla a su extensa lista personal de personas a eliminar en cuanto pudiese.

Apretó los dientes, odiaba que sus actos fuesen a repercutir en otras personas que no tenían nada que ver con sus movidas, cuánta mierda caliente había que tragar día tras día... por un segundo se sintió aliviada de que la matarían pronto y podrían descansar, como el pobre niño que había dejado de respirar unos segundos antes, según el punto de vista con el que se mirase, quizá hasta había tenido toda la suerte que le había faltado a la chica que había limpiado las botas del capullo mayor.

Miró su cuchillo, escuchando su sentencia con bastante entereza, un final rápido sería mucho más sensato que aguantar lo que se le venía, un buen tajo -bastante parecido al que acababa de hacerle al tipejo – y se podría olvidar de todo..... parecía tan fácil.....

Pero se cruzó de brazos lentamente.... la esperanza de volver a ver a su hermana era más fuerte que cualquier otra cosa en el mundo. 

No pensaba decir nada que cabrease más al Coleccionista, dudaba mucho que cualquier cosa que pudiese alegar mejorase su puteante situación minimamente, por lo que simplemente se quedó quieta, esperando el peor de los destinos que podía haber imaginado.

Definitivamente la sensatez no era su fuerte.

Cargando editor
16/10/2015, 11:32
Coleccionista

Noto como tus musculos faciales casi ni se inmutan ante mis palabras. Dura, dura de cojones... eso es algo que siempre me gusto de ti. Sin embargo te has pasado de la raya y como ocurre muchas veces con los trozos de carne, hay que darles un poco con la mano dura, para que recuerden que todo lo bueno que tienen en sus vidas viene de mi y que nada es eterno, que todo depende de su trabajo y de mi buena voluntad. Verla caer a ella sera un buen aliciente para los demas, una de las escalvas con mas libertades. Si le vendra bien a los demas, que se den cuenta de cuan fragil son sus vidas y sus exiguas posesiones. Que todo en sus vidas depende de mi y que contrariarme no suele salir a cuenta. Ni siquiera aunque seas algo tan unico como una medico en este ciudad. Ademas que desaparezca una temproada me vendra bien mientras Rose se tranquiliza... esa jodida zorra va a pedir sangre a litros por esto.

El abrecartas se mueve ligeramente pero no llega a hacer nada. Habian dos opciones, intentar matarme y mis buenas doncellas la harian pedazos o suicidarse... pero no... se como piensa, se lo que hay en esa dura cabecita y sabe que si se suicida aqui y ahora, hare que la vida de su hermana se convierta en un infierno de drogas, abusos y violaciones. Si, ella es lo bastante lista para saber eso. Sus brazos se cruzan sobre su pecho, decidida a cumplir su condena en un lugar al que pocos quieren ir y menos aun vuelven... enteros. Sonrio levemente, apenas una sonrisa torcida en mi mejilla izquierda mientras clavo mis ojos en los tuyos. Mi mano te coge de la barbilla, alzandote el rostro levemente para que las miradas esten casi a la misma altura y asi poder estudiarte mejor. - Veo que por lo menos aun entiendes que eres y a quien le perteneces... eso esta bien. Eso evitara que tenga que marcarte aun mas profundamente que la otra vez*.

Me doy la vuelta tras eso y vuelvo con mi doncella. - Recoge lo necesario para hacer tu trabajo alli abajo y tus cosas. - Me doy la vuelta para mirarte apenas de perfil, con mis ojos sobresaliendo apenas unos centimetros por encima de los cristales de mis anteojos. Dandote a entender dos cosas con esa simple frase, lo primero es que pasaras una temporada alli y que mas te vale comportarte o ira a peor. - Trabaja como sabes... esfuerzate y tal vez merezca la pena traerte de vuelta... tal vez... - Salgo de la habitacion sin mirar atras y el sonido de mis pisadas se pierde en cuanto la puerta se cierra.

Notas de juego

*Se refiere a la primera, la marca de esclava. No es especialemnte profunda pero las has visto mucho peores.

Cargando editor
16/10/2015, 11:45
Director

La doncella se levanta y se acerca a la puerta. Le da la espalda a la misma y se queda alli mirandote, esperando a que empieces a recoger tus cosas. Sigue tus movimientos con cuidado y dedicacion, en uno de sus movimientos ves que lleva la misma marca que tu en uno de sus costados... una escalva como tu. Bueno, no exactamente como tu pero si parecida. Cuando terminas de recoger lo necesario para un botiquin de combate, te exhorta a moverte y te lleva a tu cuarto.

Una habitacion mas grande de lo habitual para una escalva donde estan tus cosas. No hay armas por supuesto pero si pequeñas cosas que has ido recogiendo a lo largo del tiempo. Te apresuras a llenar una bolsa con todo lo que tienes a mano y tras darte una vuelta ves tu reflejo en uno de los ventanales. La mochila a tu espalda y el botiquin en tu mano.

Notas de juego

Describe hasta ahi y luego ya te paso a la parte de los carroñeros y demas.

Que estoy en el curro!!! :P

Cargando editor
19/10/2015, 09:59
Leia

Kiabi levantó la mirada cuando el hombre le dio permiso con sus ademanes, sus pupilas miraban sumisos al apuesto hombre, o eso parecían expresar, pues era una experta en no demostrar sentimientos ni flaquezas en los momentos que no debía. Las manos pasaron a la espalda, para que las perras de presa a las que llamaba doncellas se relajasen en cuanto a que el jefe de todo no corría peligro alguno.

Ella estaba nerviosa, nunca había estado tan cerca de él, era una situación extraña para la chica, el hombre que había convertido su vida en un infierno de esclavitud perenne y que pese a eso, de sus palabras se destilaba algo parecido a aprecio, en el sentido puramente práctico de la palabra. Seguro que el tipo no era consciente, pero había dejado entrever que Kiabi era importante para sus intereses, más de lo que la joven esperaba, no solo iba a matar a otras -pobres-personas para cubrirla, sino que la dejaba ir a ese horrible lugar con sus cosas, ni en cien mil años hubiese pensado que iba a tener tanta suerte, aquello le daba unas posibilidades que ni siquiera había descartado, pues no se las había planteado....

….la putada es que esas nuevas condiciones provocaron una oleada de gratitud que conforme la sintió se despreció a si misma, ¿cómo podía ser tan estúpida? Era prisionera, esclava, pobre, y él un asesino, esclavista, seguramente hasta sería peor persona que el fiambre de la mesa. Apretó los labios cuando el hombre se aleó, furiosa consigo misma y mucho más esperanzada de lo que cabía esperar según escuchó el castigo.

No quería sentir nada hasta recuperar su libertad, no se lo podía permitir, ni por un misero minuto debía acercarse a la línea roja que podía llegar a ser su perdición y convertirla en algo demasiado parecido a las doncellas.

Siguió a la mujer en silencio, medio autómata medio perro rabioso, manteniendo la calma, las apariencias, y sobretodo el odio, para que no penetrara nada más. Decir que lo que llevaba era un equipaje sería hacer un chiste de muy mal gusto, las pertenencias de su vida ni siquiera pesaban, libianas, sucias y viejas, justo como ella estaba y se sentía.

Para contentarse recordó a quién había matado.

Cargando editor
20/10/2015, 11:24
Director

Una vez hubo terminado de recoger sus cosas, la doncella se puso de nuevo en marcha. A su altura casi hombro ocn hombro pero dejando la suficiente distancia por si Kiabia decidia que no queria ir a su nuevo hogar. No le dirigia mas que las miradas necesarias, aun asi su manera de moverse indicaba a las claras que estaba pendiente de cada minimo movimiento de la esclava. La doncella llevaba una larga trenza a la espalda, con los laterales del pelo rasurados y marcados con tatuajes de esclava, los llevaba con orgullo, casi como si su condicion no fuera la de una perra de combate de el Coleccionista. Su cuerpo musculado y fibrado daba a entender que sin duda sus raciones y vida eran bastante mas comodas que la de la mayoria de esclavos, al menos de los que tu habias visto, curado y remendado. Andando al mismo paso salisteis del edificio a un patio enorme. El lugar estaba lleno de celdas y mas celdas, algunas de ellas llenas, otras vacias y otras lenas de algo que hace tiempo debieron ser seres humanos. El olor que desprendia el lugar era a suciedad, a mugre acumulada durante demasiado tiempo y tostada una y otra vez por el inexorable paso del sol y el tiempo.

La mujer se mueve como si nada de eso la afectara, tu mirada sin embargo se dirige a las diferentes celdas. Ves a gente de mucha diversa indole. Todos catalogados de alguna manera, no tenias claro cual eran los requisitios pero eran cpaces de entnder algunos de ellos. Niños en un lado, mujeres en otro... separadas entre si de acuerdo a su fisico y belleza. Los hombres en grupos mas pequeños, maximo de tres en celdas mucho mas estrechas.Justo en ese momento una gran puerta se abre y varios camiones entran, sus ruedas pasan a escasos metros de ti y te permiten ver la nueva remesa de carne que traen. La doncella te empuja cuando tus pies se detienen durante un instante al ver uno de los camiones lleno de niños pequeños, vuestras miradas se encuentran y no ves nada en su mirada. No hay odio, ni rabia, ni siquiera prepotencia. Es una perra bien amaestrada que cumple ordenes, nada mas. Con un toque te lleva a uno de los lados donde unas escaleras llevan bajo tierra. La puerta de metal, se abre sin muchas complicaciones, dando paso a un pasillo muy largo lleno de tuberias mas o menos oxidadas pero todas con un cierto grado de humedad que se nota en el ambiente. De algunas de ellas incluso gotea algun liquido de color oscuro que prefieres no imaginar que es.

Vuestro caminar os hace pasar frente a numerosos pasillos que parecen adentrarse no solo en la ciudad sino tambien bajo el desierto y ese hecho te extraña, mas no tienes demasiado tiempo apra pensar en ello cuando la doncella tira de ti para detenerte. Frente a ti hay una puerta con varias cadenas, esta claro que no quieren que lo que hay al otro lado se pasee por el pasillo donde tu estas. La doncella saca unas llaves y quita las cadenas, una por una, para luego abrir la puerta. El olor que invade tus fosas nasales es nauseabundo y aun peor, el calor y los fetidos vapores del lugar te golpean de tal manera que crees que alguien ha intentando arrancarte el aire de los pulmones. Un golpe a tu espalda te hace trastabillar mas alla del umbral de la puerta. Miras hacia tu carcelera la cual te hace un seña bastante clara. "Espera aqui". Acto seguido cierra la puerta y oyes como las cadenas vuelven a su sitio.

Esperabas que la oscuridad te cegara, se cerniera sobre ti llevandote a la mas absoluta ceguera mas el lugar posee algun tipo de luz, escasa y no demasiada pero la suficiente para ver donde estas. Parece un antiguo sistema de alcantarillado, mas el moho, la corrosion y todo tipo de basura se almacenan ahi. Ves grupos de ratas moverse de un lado a otro, cada una del tamaño de un gato de tamaño medio y cuyos ojos brillan casi con maldad pura. Intentas respirar lo menos posible por la nariz para evitar que los olores se queden dentro de ti cuando un ruido como el arrastrar de alguna pieza metalica llega hasta ti, los segundos pasan y el ruido esta cada vez mas cerca... cuando de uno de los laterales del pasillo aparece una criatura con forma humana cubierta por una capucha desaliñada, sucia y que cubre casi todo su cuerpo. Sin siquiera perder el tiempo se acerca a ti sin llegar a tocarte. Una voz cascada, llena de mucosidad y con mas de una afeccion pulmonar sale de entre los resquicios de la tela, mas la escasa luz te permite ver unos dientes amarillentos con manchas negruzcas colocados a inttervalos irregulares en una boca de la cual sale un aliento fetido como pocos que hayas olido.

- Tu curero, Ssssselesssh quiere curero. Venir. - Se da la vuelta y ald ar un par de pasos vuelve a girarse para mirarte. La tela se inclina a un lado mientras te mira. - Venir... tu... venir....quiere curero. Venir. - De entre los pliegues de la capa sale una mano cuya piel es palida a mas no poder, con las venas marcadas como grietas de obsidiana sobre el mas bello marmol, si no fuera por la pinta enfermiza del conjunto. De entre sus dedos, marcados con unas uñas negruzcas y rotas, aparece un cuchillo, oxidado y mellado.

Notas de juego

A disfrutar :P

Cargando editor
21/10/2015, 11:43
Leia

Kiabi había olido de todo, en parte por su profesión y en parte por el lugar donde vivía, pero cuando las puertas abrieron las entrañas del mismísimo infierno creyó que directamente se iba a desmayar. Parpadeó y se llevó la mano libre a la boca, asqueada como nunca en su vida, horrorizada al pensar que no podría soportar ni siquiera un minuto allí, mucho menos unas vacaciones indefinidas.

Ni siquiera le da tiempo a mirar hacia los lados un poco, en un intento vano de orientarse y ya está dentro de lo que no puede ser otra cosa que un crematorio gigante. Allí se quedó unos instantes, sola, perdida, abandonada.... pero, ¿libre? Por primera vez en muchos años no tenía ninguna orden que cumplir, nadie a quién rendirle cuentas, exigencias a cualquier hora de la noche.... y aquello tenía que ser una buena noticia, se esforzó en agarrarse con todas sus fuerzas a esa espectativa, no podía permitirse el lujo de echar de menos absolutamente nada de esa vida que llevaba hasta hace poco, que era una puta mierda desde que se cruzó con el Coleccionista... A veces era complicado no acomodarse en la seguridad aparente que le daba el bastardo.

Apretó los puños, intentando saborear su situación como algo bueno, por lo menos mentalmente, por lo menos mientras estuviese con vida, por lo menos durante el próximo minuto de respiración.

La mujer se giró sobresaltada al ¿hombre? que le hablaba, con renovadas ganas de vomitar y dudando entre escucharlo, seguirlo o matarlo. Por lo pronto sacó un cuchillo para tenerlo más a mano, dándole vueltas a la cabeza ¿Cómo pensaba sobrevivir? ¿en grupo? ¿Aislada? Ni siquiera le había dado tiempo a pensar una triste estrategia.... Cogió aire y comenzó a andar detrás de él, dudada mucho que en un lugar como ese nadie se molestase en dar tantas explicaciones para saquear y asesinar a alguien, eso no era propio ni unos metros más arriba...

Pronto comprobaría si se equivocaba tanto en sus apreciaciones como en la superficie.

Cargando editor
21/10/2015, 11:56
Shelez

El ser que tenias delante avanzaba sin ni un apice de duda. Derecha, izquierda, subir o bajar. daba igual la direccion que tomara, lo hacia sin siquiera pensarlo, casi como si supiera exactamente como debia moverse o algo peor, como si supiera exactamente como era el laberinto donde se encontraba. En cada bifurcacion o cruce intentaste encontrar alguna señal, algo que te dijera como se guiaba esa bestia pero no habia nada. El paseo en si no fue muy largo, pero tu ropa rapidamente acogio los nuevos olores y manchas del lugar donde estabas. Pudiste darte cuenta de que la fetidez ya no solo estaba a tu alrededor, sino que formaba parte de ti. En uno de los giros, tropezaste, obligandote a poner la mano delante tuya para no acabar de cara en ese liquido infecto... tu mano toco algo ahi abajo. Huesos, huesos rotos, aplastados junto con la mugre. Si, sin duda estabas en el infierno y aun no te lo habian dicho.

Ante el enesimo giro en esos conductos que te obligaban a moverte con cuidado vislumbraste una luz. La bestia no acelero ni disminuyo su paso, solo dedico una mirada hacia atras como otras tantas para asegurarse de que le seguias y siguio hacia delante. Unas escalerillas metalicas os dieron la bievenida, sacando tus pies del fango y al mugre por primera vez desde que entraste aqui. Un par de metros mas y estabas en una sala formada por una tuberia de mayor tamaño que las demas, con paredes soldadas, de chatarra y desperdicios, para cortar el paso en la direccion del flujo... acotando asi un salon donde unas pobres antorchas iluminaban el lugar. Paseaste tu mirada por el lugar, deteniendo tus ojos en las multiples abertiras en los laterales, tanto las hechas hace tiempo donde deberian haber unas puertas como las provocadas por la corrosion.

Varias figuras se movieron por el lugar, su aspecto distaba mucho de ser salubre pero al menos tenian mejor pinta que la criatura que habia hecho de guia. Muchos de ellos clavaban sus malvados ojillos en ti, dandote cuenta en ese momento de una verdad ineludible. No te miraban como su medico, no te miraban con curiosidad... sino con hambre... como si fueras a ser la cena. Una que por como se relamian los labios hacia tiempo que no probaban. La criatura se acerco a ti y tiro de tu manga para que te movieras. - Ssssssselessshhh espera. - Se giro y amenazo con el puñal a los carroñeros que iban juntandose en la sala. - Curero de El para Ssselesshhhh. Apartaos. - La reaccion no se hizo esperar, haciendo que todo movimiento cesara y solo se apartaran a vuestro paso, casi como alimañas que esperan un hueco para morder... pero que saben que este no es su bocado.

Sigues a la bestia por la tuberia de mayor tamaño hasta dar con una puerta metalica, marcada con una rata clavada con un puñal en la puerta. El cadaver de la rata esta a medio devorar. La criatura se remueve intranquila mientras se acerca para golpear con relativa fuerza la puerta. El sonido metalico de los golpes rsuena en ambos lados de la puerta y el tiempo pasa... al cabo de unos  minutos te planteas si es que realmente hay alguien vivo al otro lado pero entonces la puerta se abre. Cuando esta completamente abierta ves una figura que se aleja de vosotros y que hace un gesto con una mano mas cuidada que la de tu guia pero que aun asi te es repulsiva. Avanzas por el pasillo, viendo a ambos lados, cadenas y argollas donde diferentes cadaveres, todos ellos en estado de descomposicion avanzada, cuelgan de diferentes aprtes de sus cuerpos. Cruzas la ultima puerta, flanqueada por una antorcha y la sombra de la figura que os ha abierto. Una risa cascada os acompaña cuando por fin cruzas la puerta.

La habitacion si es que puede llamarsela asi es un total desorden. La parte mas llamativa es un mueble al que hace mucho tiempo se pudo llamar cama, con retazos de telas de color rojo. Alli dos mujeres, delgadas hasta el extremo, con los huesos claramente visibles se encuentran encadenadas y colocadas en diferentes posturas. Buscas con la mirada a alguien mas cuando ves que algo se mueve detras tuya, una sombra apenas cuando el rostro del tal Shelez aparece ante ti.

La grima es mas que obvia. Enfermo, palido, con los ojos acostumbrados a la profunda oscuridad de las alcantarillas y una sonrisa donde se encuentran todos los dientes, amarillos y carcomidos todos ellos. Se mueve un apr de veces a tu alrededor. - Asi que tu eres la curera que nos manda... - Te mira detenidamente antes de sonreir con esa sonrisa suya. Coge un cuchillo y se acerca a una de sus esclavas, le quita las ataduras y la tira en el suelo delante tuya. Se acerca a ti, deteniendo esos ojos en ti y despues en la esclava, antes de apuñalarla en un costado. Se toma su tiempo, un solo corte pero medido, casi limpio, como si fuera un profesional... antes de apartarse y mirarte. No hace falta que hable, la situacion es clara. "Cura... o muere"

Cargando editor
22/10/2015, 12:38
Leia

A veces no era demasiado lista... no había caído en que la sombra del Coleccionista seguía cerniéndose sobre ella, todo lo que hiciese o dejase de hacer en ese maldito lugar estaría directamente relacionado con él, como si una cuerda invisible la mantuviese atada al hombre, ni siquiera en el lugar en el que menos diferencia había entre la vida y la muerte se rompía esa conexión... tuvo las suficientes luces de considerarlo algo malo. Los segundos en los que había pensado que estaba cuasi liberada por suerte habían sido algo parecido a una bocanada de aire fresco.

Después comprobó que esas referencias la estaban salvando de quién sabrá qué y el aire se enrareció.

Kiabi tenía todos los músculos en tensión frente al tipo -de cabrón en cabrón y tiro porque me toca- reprimiendo el asco que le producía,su físico también, pero sobre todo su alma depravada. ¿Por qué les gustaba hacer daño? Disfrutaban haciendo sufrir a los demás, a seres débiles que no se podían defender.... definitivamente la raza humana había llegado a lo peor de si misma. Aquello la enervaba y entristecía, aunque no a partes iguales.

La joven sujetó los brazos famélicos de la mujer y le indicó por gestos que se sentase, para comenzar a curarla, reprimiendo cualquier gesto de su cara. Abrió su mochila y sacó tiras de metal de cinco centímetros de longitud, que procedió a colocar lentamente a modo de grapas, tras comprobar previamente que la herida no había dañado costillas ni ningún órgano importante con un eficiente y rápido tanteo con sus dedos, para provocarle el menor dolor posible a la mujer.

Tras cerrarla completamente, cogió una de las telas que había conseguido dios sabría donde y la colocó alrededor de los costados de la mujer y hizo un par de nudos, no estaban limpias ni muchísimo menos, pero el vendaje sujetaría la zona, otro intento de aliviar a la joven. Cuando hubo acabado asintió levemente, dando a entender que había acabado, se mantuvo educadamente en silencio, esperando nuevas instrucciones.

Odiaba su vida.

Cargando editor
26/10/2015, 15:53
Shelez

Te estudio, estudio como te mueves, si pareces agresiva, si ocultas algo, si te fijas en tu alrededor... pero sobretodo me fijo como tus dedos se cuelan por el corte del costado de la zorra esqueletica mientras la sangre no deja de manar. Como tu rostro no demuestra asco sino concentracion, como palpas aunque ella no quiera y determinas que el corte efectivamente no ha tocado nada vital... me ha costado mucho amaestrar a esa perra como para matarla por una simple prueba, no es que crezcan justamente en los restos de mierda de este lugar. Tras eso veo como tus manos cierran rapidamente y sin vacilar el corte y como tras eso coges un trozo de tela para tapar la herida. Te miro mientras tu sigues concentrada en la herida, miro el trozo de tela planteandome si debiera enseñarte lo que es tuyo o no... pero supongo que aun es pronto. Mi sonrisa se ensancha mostrando unos dientes tocados por demasiadas cosas para ser reconocibles pero sobretodo por unas encias enfermas de comer lo que sea que se coma aqui.

Me acerco a ti, doy la vuelta y cojo del pelo al patetico especimen de perra apra de un golpe mandarla mas alla de tu posicion, sin dejar de clavar mis ojos en los tuyos. - Lo hasss hechooo bennn muyy bien. - Se gira hacia el que te ha traido. - Dale el bujero de Ashak y que nadie sacerque a ella.... nadie. - Mi mano toca el cuchillo remarcando lo que pasara si ocurre eso. Sin mas te dejo ahi en medio del cuarto mientras me acerco a la cama y a la otra esclava.

Tu guia te saca de alli y te lleva de nuevo a la tuberia inicial, se adentra un poco hasta llegar a una puerta. Si, una puerta quien lo diria... y tras ella lo mas parecido a una enfermeria que podrias encontrar por aqui. Lo que viene a ser una mesa con una cantidad mas que sustanciosa de sangre seca y otro fluidos, una serie de estantes donde hay botellas llenas de cosas que no tienes claro si quieres averiguar que son y una cama al fondo o mas bien una espceid e colchon de algun tipo que por suerte esta ligeramente elevado sobre el suelo. Entras vacilante y la puerta se cierra tras de ti. No oyes cerrojo alguno, pero si como tu guia empieza a hablar en una jerga que dificilmente sigues pero lo que queda calro es que mientras hagas lo tuyo... no te comeran viva.

 

Una semana mas tarde

El tiempo pasa a tu alrededor, pero sin una bonita luz natural que te indique en que momento estas... poco a poco pierdes la apreciacion de ese mismo tiempo. Ya no definida como si fuera dia o noche, sino por el tiempo que duermes y el que estas despierta. Y este ultimo sin duda es mucho peor de lo que podias esperar, las criaturas que pueblan este malhadado lugar lleno de enfermedades y excrementos pululan cerca de tu puerta siempre, aun con la amenaza de su jefe sobre ellos puedes ver claramente el hambre en sus miradas. Como te estudian casi comiendote con los ojos. Por lo menos pronto te das cuenta de la jerarquia del lugar, aquellos que son capaces de pensar mas alla del comer, caminan mas erguidos e incluso llevan algun tipo de armadura sacada de restos y los mas afortunados hasta una especie de barra con pinchos o similar.

Los otros, los que apenas se distinguen de los animales se alejan de ellos hasta que son reclamados. La violencia es alta, muchos de ellos llegan hasta ti con heridas feas y supurantes producto de cortes con metales oxidados o cosas peores, moratones y algun que otro hueso roto. Es probablemente el unico momento en el que les ves mas calmados, como un animal que entiende de sus necesidades... y pronto poco a poco, esas miradas de hambre cambian por otras diferentes, como si comprendieran que ya no eres un trozo de carne para ellos sino que eres una que les cura y remienda aunque no sepan porque. Aun asi te das cuenta de que hay sitios mucho peores que el que tu tenias. Las bestias, aquellos mas animales que humanos, se pelean, se muerden y atacan a la minima provocacion. El significado del pudor o la vergüenza de cualquier tipo no existe y los excrementos estan dispuestos por todas partes... aun asi tu agujero particular sin duda tiene algunas cosas que lo hacen algo mas "civilizado" pero no demasiado. Unas horas despues de llegar, aparece de nuevo tu guia dejando una serie de cosas en la puerta antes de cerrar de nuevo. Parecen utiles para hacer tu trabajo... rotos, doblados, sucios seria decir poco. Las vendas son simples trozos de ropa que bien podrian haber pertenecido a los muertos de este lugar.

Exhausta tras lo que te parece una eternidad, la puerta se abre. Entrando una figura mas alta de lo que estas acsotumbrada. Su figura palida y enfermiza se ve cubierta por telas y trozo de metal y piel... mas de las habituales, lo que te indica que es alguien a tener en cuenta.  Sus ojos asesino, brillantes y mas llenos de instinto que raciocinio te estudian. - Curero, tu venir... alguien entrar en tuberias. Tu curar cuando doler... - Te mira esperando alguna reaccion para despues gruñir como si fuera una bestia y salir de "tu cuarto". Esta claro que espera que salgas tras el.

 

Notas de juego

Lo dejo aqui para que definas todo antes de meternos en faena. ^^

Cargando editor
11/04/2016, 14:23
Leia

Corre Pratt, como nos encuentre nos mata.- por supuesto era una exageración infantil, no solo porque no merecían tal castigo por la fechoría sino porque ya peleaban bastante bien y no era tan fácil cruzarles la cara. Cuando encontró un escondrijo lo suficientemente oculto paró a esperarlo -era más rápida y ligera-, lo cogió de la camisa y tiro de él hacia el agujero. Era un sitio muy pequeño así que se pegó a él todo lo posible.
Joder macho, deja de crecer. - le sacaba dos cabezas y de cuerpo en una camiseta suya debían entrar tres Kiabi. En edad lo que se llevaban era 4 años, casi una vida para según que cosas. Doce y dieciséis tenían en aquellos momentos.
Te tengo dicho que no digas palabrotas - negó con la cabeza mientras le daba un pellizco en la nariz. Estaba tranquilo, hacía dos kilómetros que no los seguían pero era bueno para la chica estar siempre alerta, así que se lo ocultó.
Estate quieto idiota, ¿quieres que nos descubra? - apartó la cara con brusquedad mientras frotaba su zona dolorida y la dirigió hacia afuera mientras miraba con intensidad, buscando a su perseguidor - vaya, creo que lo hemos despistado - aunque por si acaso susurraba.
El joven la miraba sonriendo, disfrutando de la compañía de su amiga, llevaban toda la vida juntos y no sabía de donde iba a sacar el coraje para dejarla atrás.... y para decírselo.
La niña que poco a poco dejaba de serlo fijó sus ojos azules en él - esta vez ha faltado poco- se apartó de la apertura y su espalda se pegó al pecho del hombre - cuando me agarró creía que sería...
Tengo que decirte una cosa Kiabi - la chica se incorporó un poco y lo miró con preocupación, algo en su tono la había puesto seria y otra vez en alerta. Ni se atrevió a hablar, así que Pratt continuó - la semana que viene me voy de Parody, es que me han hablado de un trabajo que...
Para entonces kiabi estaba visiblemente enfadada,  ceño fruncido y mirada hostil - Le diré a tu madre que no te deje. Ni se te ocurra, ¿me oyes? - le dio un golpe en el pecho, no queria saber nada mas, ya era demasiado, luego le dio otro, mas fuerte, por si realmente no se había enterado. Negaba con la cabeza - eres un capullo, - notó una lágrima deslizándose por su mejilla y eso la enfadó aún más - te... te juro que... ¡vete a la mierda! Se levantó destrozando el refugio y se fue corriendo.
Al final hicieron las paces antes de que el muchacho se fuera, pero su trabajo le costó al pobre.
 

Notas de juego

He recortado un poco la foto, tú recortas en función de lo que te deje el editor de perfil: https://www.dropbox.com/s/sdakra5n4nnfv1h/pratt.jpg?dl=0

Pratt mide 1,88 mts. de estatura y rondará los 85 kilos de peso. Tiene unos ojos tono verde oscuro que normalmente son afables. Se trata de un hombre tranquilo pero resuelto, que inspira, sobre todo, franqueza.

 

Cargando editor
14/04/2016, 15:30
Pratt

Aqui esta. Necesito tres habilidades de la creacion para poder ponerselas.

Poco a poco, a ver cuando puedo ponerte algun turno.

Tu turno esta muy bien, pero en que momento exacto quieres tener el flashback? Si me lo has dicho antes mis disculpas demasiadas cosas en la cabeza.

Cargando editor
14/04/2016, 18:09
Leia
Sólo para el director

no sé a que te refieres de en que momento quiere tener el flashback, de reencontrarse o de jugar un poco cuando eran pequeños

Notas de juego

Que mono es!

Cargando editor
14/04/2016, 18:12
Director

Eehmmm se supone que el se va. ¿Vuelve antes de que seas esclava? Porque sino no me queda claro cuando quieres jugar la escena temporalmente hablando :(

Cargando editor
14/04/2016, 18:29
Leia
Sólo para el director

Uhm, se supone que es un pj q va a estar en el refugii y que se reencuentran ahí, por lo menos eso hablamos.

Notas de juego

Tú hablas de que jueguemos un poco antes con ellos?

Cargando editor
14/04/2016, 18:40
Director

Ok ok, lo siento me raye. Demasiadas cosas en la cabeza. Ok, ok que aparezca ahora por el lugar y asi os quedais hablando aparte. Entendido. A ver si te lo meto en breve pues. Igual es una mini intro para ti y que te vayas del grupo a un lado cercano a verle o similar.

Cargando editor
14/04/2016, 19:02
Leia
Sólo para el director

Estoy pensando en sacarla a que se bañe prontito, ahí podría ser, a ver

Notas de juego

Cargando editor
14/04/2016, 19:09
Director

Me parece una buena idea!!!! ^^