Partida Rol por web

Parece ser que mi forma de mirarle cumple mi objetivo, no porque creo que se sienta amenazado en si, sino porque quiere y eso me gusta. Que hable sin necesidad de recurrir a la violencia es bueno, se su pasado. A diferencia de la mayoria el fue sincero la primera vez que hablamos sobre trabajo... ex-esclavista, antiguo miembro del grupo del Tuerto y ahora, habitante de este trozo de tierra lleno de escoria y edificios a medio derruir que es Parody. En cuanto a porque le buscan, es posible que lo sepa o no... incluso es posible que lo sepa pero no lo recuerde o simplemente alguna movida rara del tuerto y los suyos... no es como si fueran gente norma con decisiones y objetivos normales. Estan locos o al menos mas locos que la mayoria, y eso los hace impredecibles y por lo tanto peligrosos.

Sus ultimas palabras me hacen salir de mis cavilaciones. Suspiro levemente, no le debo nada, ni siquiera una explicacion pero supongo que los tiempos estan cambiando. Las arenas estan en marcha y cuando eso ocurre es bueno saber que tienes gente con la que contar. Señalo el bazar o al menos la trastienda de este. - No eres tonto Shane, nunca lo has sido ¿De verdad crees que todo esto sale de un simple bazar? - Dejo la pregunta en el aire, aun asi no le doy tiempo a contestar. - Se quienes son y no los quiero por aqui, no son buenos para los negocios y eso Shane... tendra que bastarte por ahora. Dependiendo de tus decisiones y de si estas dispuesto a seguir algo mas grande que a ti mismo, es posible que en el futuro te de mas informacion... pero no ahora.

Mi ultima frase es definitiva. No hace falta gesto alguno de fuerza, mi simple tono es bastante claro al respecto, aunque mi rostro no ha perdido la cordialidad que habiamos alcanzado. Simplemente intento dejarle claro ciertos puntos. - La cuestion es que vas a hacer... - Salir ahi fuera, sin un refugio, ni una banda que te apoye es suicida. No solo ya por los Craneos, rezando ademas a cualquier forma de Dios en la que creas, para que Hannibal no sepa nada de ti... sin mencionar claro esta a ese nuevo novio tuyo. Mi tono deja claro que tus opciones estan muy limitadas, al menos mientras quieras seguir vivo, pero tambien te incita a pensar que es posible que tenga una opcion para ti, si estas dispuesto claro esta...

Me ha dicho mucho más de lo que esperaba que me dijera. Seguramente habrá sido por la sonrisa, si, es lo más probable.

¿Me has dicho que no soy tonto? expresión de sorpresa, fingida por supuesto eso es me ha llegado.

Las estupideces me ayudaban a pensar, solían darme tiempo para que mis ideas se aclarasen. Por supuesto no pensaba insistir, los riesgos en la vida son necesarios, pero jugar a la ruleta rusa con el cargador lleno no era riesgo, sino certeza, y eso es lo que decían la mirada de Samantha.

Tengo algo de pasta cogí la bolsa sin molestarme en abrirla quizás sea el momento de desaparecer durante un tiempo encogimiento de hombros, despreocupación simulada, un clásico del manual del buen mercenario, tal vez debería escribirlo y venderlo, eso salvaría muchas vidas, lástima que casi ninguno de mis potenciales clientes sepa leer, quizás si incluyera algo de audio, con una voz de chica sexy...

...pero me gusta la ciudad, nos parecemos un vistazo a mi alrededor y de vuelta a la rubia la ciudad y yo, no tú y yo aclaré y la verdad, que te maten sin saber el motivo es una mierda, no es el final que me gustaría tener era una puta mierda de final yo siempre había pensado en algo más heroico, con más clase...

Volví a repasar mentalmente sus palabras.

¿De verdad se puede seguir a algo más grande que a uno mismo?

Mientras más opciones, se suponía que era mejor, pero claro, para alguien que siempre se decanta por la equivocada...

Ahi va de nuevo, cuando parece que el muy inutil se centra, vuelve a su juego de sonrisas, estupideces y gestos fingidos. Tal vez deberia pegarle un tiro en la pierna, si creo que deberia, igual asi aprenderia que vacilar esta bien... pero que sin pasarse de listo. Ademas estoy segura de haberle comentado que es un dia de mierda. Mi sonrisa deja de ser tan cordial y mi mirada se vuelve mas apatica, mientras me planteo de verdad pegarle un tiro en una pierna.. en la derecha.. o en la izquierda.

Mas cuando ya estoy casi segura de volarle un trozo de carne de su pierna izquierda, habla de dinero mientras coge la bolsa. Sus gestos, tanto faciles como corporales indican una falta de preocupacion absoluta. Como si fuera el primer mercenario que se las da de duro delante mio... ese tipo de gestos sacan lo peor de mi y aun asi no puedo evitar sonreir. Al fin y al cabo me gusta provocar dolor, mas aun cuando se lo buscan con tanta insistencia. El sigue a lo suyo, hablando como una cotorra... de esto, de lo otro y de un final heroico.. como si esta vida fuera algun tipo de novela y para aumentar la sensacion de incordio pregunta... pregunta como si el fuera lo mas grande que ha visto nunca. Un capullo en toda regla, uno que sabe hacer su trabajo pero que habla demasiado para mi gusto.

Zas! El chasquido del latigo silencia todo comentario posible. Me he levantado muy lentamente, pero la dura y correosa piel del latgio ha pasado exactamente por donde debia, a escasos centimetros del rostro de Shane. Una advertencia, una clara y sin cortapisas, probablemente no la primera que le doy, pero si la mas enfatica. Sus tonterias estaran bien con las niñas de la calle, pero yo ni estoy en la calle, ni soy una niña. Silencio. Por fin, si hubiera sabido que era tan facil lo hubiera hecho antes. El siguiente latigazo le hace retroceder, un paso apenas, al fin y al cabo es un tipo duro. Sonrio pero esta vez diferente, casi con placer, uno que sin duda no implica nada bueno ni para el ni para su cuerpo.

- Deberia decirle a Sabi que te haga un traje de bufon, sin duda te iria como un guante. - Si, ya le habia dicho que era un dia de mierda y aun asi esta jugando conmigo. Hay que ser idiota. Mi muñeca se mueve, el latigo se insinua como una serpiente con ganas de fiesta, dejando claro lo que ocurrira como abra la boca para soltar mas estupideces. El dia ya era malo de por si, Craneos, Hannibal y este idiota pavoneandose y haciendo posturitas de lo duro que es... si quiere salir ahi fuera y morir es cosa suya, sino mas le vale perder tanta gilipollez.

Ella no había pillado mi propuesta para que me contara más sobre eso que había dicho acerca de seguir a algo más grande que a mí mismo. Ya me lo habían dicho en alguna ocasión, hablo demasiado y al final se pierden entre lo que verdaderamente quería decir... claro que la forma de decirlo de la rubia no era para nada suave.

Me tengo que morder la lengua para no decir nada sobre el traje que me propone, y me cuesta, joder si me cuesta, pero hasta yo tengo un límite, por lo menos de momento. También en las provocaciones, ella es peligrosa, pero yo tampoco soy manco y conservo mis armas, aunque de momento no se me pasa por la cabeza usarlas, si ella de verdad hubiera querido acción seguramente no estaríamos así.

¿Qué quieres que te diga? ¿Qué sé lo que voy a hacer?

Cualquier expresión divertida desaparece de mi repertorio, no sé exactamente si lo que queda cuando se larga esa expresión es la de esclavista hijo de perra o la de tío que mata por dinero, no lo sé porque esas no las ensayo, como las otras.

No tengo ni puta idea de lo que voy a hacer, pero antes has dejado muy claro que no te importaba mi vida en general si, lo había dicho con todas las letras, así que un poco de tonteo y pensaba largarme en breve así que supongo que si aún estoy aquí y entero es porque tienes algo que plantearme que te interesa ya no era un crío, nunca lo había sido por mucho que me gustara parecerlo.

No estaba asustado, pero era bueno decirle que era ella quien tenía el control. 

Me gusta cuando pierdes esas manera tuyas, ese juego absurdo y aparece debajo de toda esa palabreria, el cabron despiadado que una vez dijiste que podias llegar a ser. Puedo verlo en tus ojos, tal vez tu rostro no lo grite a los cuatro vientos, pero puedo ver en tu mirada que se han acabado los juegos. Ese simple hecho hace que me relama los labios lentamente, no es una propuesta ni siquiera una invitacion, parece mas para mi propio y absoluto placer puedes notarlo... el tipo de bestia que se esconde tras mis ojos, una que disfruta con todo esto mas de lo que admitiria nunca. Pero tu has conocido antes a mujeres asi, o al menos similares... mas hay pocas con una fuerza y un aura tan fuerte como la que tienes delante y eso es algo que percibes claramente.

Tus palabras me hacen sonreir, me gusta que vayas directo al grano por una puta vez... cuanto antes acabe aqui, mejor. Porque a cada segundo que pasa tengo mas y mas ganas de arrancarte la piel a tiras, no por ser tu... sino por ser quien mas cerca de mi esta ahora mismo. Mi respiracion se entrecorta durante un instante, sin duda estoy disfrutando de esto... aunque tiene que terminar antes de que me embale.

 Me acerco a ti, mi mano esta tranquila sobre el latigo, mi cuerpo queda a escasos centimetros del tuyo mientras mis ojos se clavan en los tuyos. - Tienes razon, tu vida, la que llevas ahora mismo, me importa una mierda Shane... pero la que podrias llegar a tener, no. - Eres un recurso, uno que me gusta y que podria llegar a ser mas de lo que es ahora, si sobrevives a toda esta mierda claro esta. - Quiero que sobrevivas, porque de entre todos los perros de este lugar creo que puedes merecer la pena... puedes ser util. - La voz que emana de mis labios es seductora, ronca pero te das cuenta de que por segunda vez te estoy diciendo algo bueno y aun mas, raro. Nunca te he mencionado que me resultaras interesante pero ahora mismo en este momento si, aunque solo sea profesionalmente.

Coloco mi mano sobre tu pecho, con algo de fuerza y te obligo a sentarte mientras yo misma vuelvo a mi sitio, en un claro intento de tranquilizarme antes de que se me vaya del todo. No eres un recurso solo para mi y por lo tanto debo calmar mis ansias de provocarte dolor. - Hay un refugio, fuera de la ciudad... un sitio donde esconderte por un tiempo. No mucho, pero si lo suficiente para que se calmen las cosas. A cambio me deberas un trabajo, uno gordo. - No hace falta que explique mas, si no sales de la ciudad tus probabilidades de sobrevivir son casi nulas, pero ese trabajo que me deberas... bien podria matarte tambien. Ahora falta ver que decides.

Yo no me meto en lo que le pone a cada uno, eso es algo muy personal, pero joder, nunca me había dado miedo que una tía se empiece a poner cachonda, hasta hoy claro.  No tengo claro si con ella habría "palabra de seguridad", aunque apostaría a que no.

Se va a ensuciar ese perfecto traje suyo, si, piensa en eso porque la de ahí abajo está empezando a animarse... no, en el traje no, rápido... en el Titán, uhm, ese iba con otra zorra, mierda, ¿cuánto hace que no follo joder? los putos Cráneos, los putos Cráneos queriendo joderte, eso si que ayuda, y piensa en aquel hijo puto al que le faltaba la oreja...

La mano recorre nerviosa la comisura de los labios, aún queda un poco de polvo, el ocre sabor hace que de nuevo me centre, ella olía de una manera complicada de explicar. ¿Me ha llamado perro? Olvídalo, te está ofreciendo una solución, por lo menos temporal, ya que probablemente el trabajo que ofrezca sea uno con tantas posibilidades de éxito como las que tenemos de acabar en la cama juntos sin que nadie resulte herido en el proceso. Pero soy un jodido experto en hacer tratos de mierda, así que, ¿qué importa uno más?

Me salvas el culo para que luego me lo juegue por ti.

Afirmé mientras asentía con la cabeza, aceptando el trato. Sólo tenía lo que llevaba encima, gran parte de mi vida había sido así.

Aunque quiero que sepas que yo siempre he sido más de gatos que de perros.

Llevaba demasiado tiempo sin soltar ninguna gilipollez y se me estaba empezando a hacer raro. 

Su mano pasa por sus labios como si quisiera estar seguro de lo que puede pasarle. Algo me dice que aunque es un chico duro no le gustaria lo que a mi, o al menos no a la intesidad que a mi me gusta. Es una pena hay tan pocos, como ese del pañuelo zarrapastroso, ese tal vez si llegue... a saber. Solo tendre que esperar un poquito mas. Me muerdo los labios como aguantando una necesidad que es mas que obvia, para de pronto sonreir ante tus palabras, como ya habia dicho tonto no eres, aunque esa boca tuya te pierda.

Acaricio mi latigo cuando vuelves a soltar una impertinencia pero esta vez mi sonrisa tiene mas de juego que de otra cosa. - Lo siento por ti, aqui no hay ninguna linda gatita. Para eso tendras que ir donde Moxxy. - Notas el ronroneo en su voz, uno que deja claro el tipo de animal que es, y algo te dice que como te quedes mucho mas vas a acabar descubriendolo por las malas. - Sabi tendra lo que necesitas para llegar al refugio. No la jodas y busca a un tipo llamado Zack, cara aguileña y afilada como una navaja, alli lo conoceran. Dile que yo te envio... estate quietecito una temporada Shane... al menos hasta que yo te diga algo.

La conversacion se ha terminado, su cara lo dice a las claras. Su malhumor y su estado de cachonda perdida empiezan a hacer estragos en ella y no parece buena idea quedarse en la boca del lobo. Al menos no hoy. Sales de alli lo mas rapido posible sin darle la espalda, hasta volver al mostrador donde Sabi te espera. La abuela ya tiene las cosas listas, un mapa hecho polvo y cuya cantidad de informacion es mas bien escasa y una moneda rara. Miras a Sabi y ella da un par de golpes con su huesudo dedo a la moneda, antes de que una palabra salga de entre sus cuarteados labios. - Zack. - La miras antes de fijarte en el mapa, una cosa esta clara... tienes que ir al sur y sin un vehiculo por lo que parece. Una puta mierda... otra mas.

Saber cuando ha llegado el momento de largarse ha salvado muchas vidas a lo largo de la historia. Así que eso hago, la cosa se estaba empezando a poner demasiado "zalamera" y no creo que me gusten los latigazos en los huevos, vale, no le he probado, pero tampoco he probado a meterme una bala en la cabeza y ya se que no es lo mío.

Sabi es pura elocuencia, siempre lo ha sido, no necesita más.

Mil chapas ni en broma me dan para un vehículo, por muy hecho mierda que este, pero para algo de ropa nueva seguro que si, ya que las armas, lo más importante (que aburrido) siguen funcionando.

Siempre es un placer Sabi.

Sino tuviera tanta prisa le hubiera pedido la dirección del sastre de Sam, pero el tiempo es importante para que no te pillen, si esperas demasiado, puede que sea tarde.

Espero que Clash tenga algo que ande, no hablo con él de negocios desde hace tiempo, pero es rara la semana que no caen un par de copas en donde Moxxy. Es de esa clase de tipos que consiguen cosas, siempre conocen a alguien que tiene justo lo que necesitas y sin hacer ni una puta pregunta, todo por un módico precio claro está.

A esta hora seguro que está por la plaza cerca del bar de Moxxy.

Con todo esta mierda pegada empiezo a sentirme incómodo, y no hablo solo del polvo.

Ok, perfecto. me pongo a ello. Con suerte lo tienes hoy :D

Sales del local sin demasiados aspavientos. Todo lo que podias conseguir lo tienes en tus manos, al menos por la aprte de Sam, ahora falta encontrar a Clash. Siendo las horas que son deberia estar en el Moxxy, es algo casi seguro, por lo que ni corto ni perezoso te diriges hacia alli. La sensacion al volver a la calle aun asi es diferente, sabes que hay alguien detras tuyo y si no son enviados de Sam, bueno las cosas se complican y no para mejor eso no cabe duda. De entre los Craneos y los lugartenientes de Hannibal no tienes claro cual podria ser peor, asi que tus pasos sin que te des cuenta son mas acelerados. Rapidamente alcanzas la calle y sin necesidad de mirar el enorme cartel de neon, te encaminas al Moxxy.

Como es habitual da igual la hora del dia, el lugar esta a reventar incluso desde fuera. En la puerta los guardias de siempre, y un elemento que hasta a ti te pone los pelos de punta. Un hombre no especialmente grande y mas bien flacucho con el cuerpo todo lleno de tatuajes, que supervisa todo desde atras. Nunca has tenido problemas con el, pero sabes que es algo asi como el verdadero guardia de la entrada. Sus ojos rojos se clavan en ti momentaneamente hasta que te reconoce, asiente levemente antes de volver a su trabajo y escudriñar la zona de la entrada. Cruzas la puerta maciza de la entrada para dar con tus huesos, en el pozo del placer y perversion que es el Moxxy.

La musica esta alta, no tanto como para que te moleste a los oidos pero puedes notar como retumba en algunos sitios dependiendo de la cancion. Te abres camino entre la gente, empujando, esquivando o incluso lanzado alguna mirada. Entonces cuando por fin consigues un pequeño espacio en la barra, lo ves. Clash, no cabe duda. Esta tambien en la barra, casi como si estuviera en su propio mundo pues nadie le empuja o molesta... y no es justamente porque de miedo el hombre sino es casi por la paz que transpira. Sabes que si le preguntas te soltara algo sobre un rollo zen, del que no pillas ni una pero da igual. Atraviesas los ultimos emtros hasta quedarte a su lado mientras el bebe tranquilamente de su taza, y literalmente es su taza, la recuerdas de otras veces y parece que siempre le lleve consigo.

La deja lentamente sobre la barra, ya vacia y entonces parece volver de su mundo. Te ve y sonrie levemente, hace ademan de algo mas pero al ver tus pintas, coloca la mano para evitar que te acerques. Si lo sabes muy bien, como Wendy le vea hecho un asco le caera una buena. Esa mujer es todo corazon, hasta que saca al dragon que lleva dentro. - Shane. Se te ve fatal. Tienes que cuidar el aspecto chico... ¿es que no has aprendido nada? - Siempre te ha sorprendido como sin alzar casi la voz, lo que para ti seria un susurro alto, seas capaz de oirle incluso ahi dentro.

El Moxxy me produce sentimientos encontrados, siempre ha sido, desde el primer día que entre en él. No me preguntéis los motivos, son difíciles de explicar, ya sabéis, un poco de miedo, un poco de asco, demasiados agobios... pero luego tiene un olor peculiar, no huele bien, pero si diferente, y a mi ese olor me recuerda, curiosamente, a libertad.

Ya sabes lo difícil que es conseguir ropa decente en esta ciudad pido algo de beber, sigo teniendo la boca asquerosamente seca estuve a punto de que Sam me diera la dirección del suyo, pero empezó a ponerse cachonda y yo no tenía tiempo para jugar él conocía a la mujer, por lo menos por lo yo le contaba.

Necesito mis cosas, tengo que largarme.

La norma era no hacer preguntas, sino sabías nada, no podías responder nada, era mucho más seguro para ambos.

Pero volveré, no te librarás de mi tan fácilmente.

Apuré la copa de un trago, no sabía exactamente que tenía, pero estaba bueno y probablemente hubiera matado cualquier bicho de mierda que me hubiera tragado en la bonita mañana que llevaba. Arrugué la nariz y olió a su colega.

En serio tío, no hueles mal, debes ser que desprendes algún aura de maldad chunga y por eso la gente no se te acerca, y no me vengas con gilipolleces sobre la paz interior que hoy no es un buen día.

Sabía que si le había pedido mis cosas era porque algo gordo había pasado, después de todo, era para emergencias. 

Tu pedido lleva al instante practicamente, Clash levanta la mano dando a entender que corre de su cuenta. La camarera no hace preguntas, solo anota algo en una pequeña liberta antes de seguir con lo suyo. Clash te mira mientras le hablas de Sam, su rostro no cambia pero cuando terminas el habla de nuevo. - Cuidado. Esa no es una gatita Shane, es una sanguinaria bajo la cubierta de una bonita flor. Si la jodes te matara sin dudarlo, se util, pero si ves que la cosa se descontrola pon tierra de por medio. - Clash no conocia a Sam en persona, pero siempre habian rumores. nada confirmado pero si cosas que para el que sabe distinguir paja de diamante es suficiente.

Tus siguientes palabras detienen su mano mientras esta a punto de coger su taza. Te mira, te estudia durante un instante. Podia tener las cosas listas en cosa de unos diez minutos, pero eso implicaria dejar cabos sueltos. Clash no es asi aunque sabe que si hablas es porque es necesario, urgente. - Veinte, salida sur. Gorra azul, mano derecha vendada. - Palabras concisas pero claras, si las dos ultimas no se cumplian o eran diferentes es que habia problemas. No hacia falta mucho mas.

Coge la taza y le da un sorbo cuando hablas de su aura. Emite una suave risa mientras sus labios apenas se curvan y se encoge de hombros, pero su mirada dice mucho mas. - Solo es cuestion de reconocer quien lleva un Oni dentro y quien no... y aun te falta para eso, pero vas por buen camino. - Sus palabras te resultan extrañas, sobretodo Oni, es la primera vez que la escuchas pero crees entender a que se refiere. Devuelve su atencion a la taza. Las cosas estan claras, pero antes de que puedas irte habla por ultima vez. - Ten cuidado. - Una frase que dice poco y mucho al mismo tiempo, amigos despues de todo y ante muchas cosas, quizas todas pero eso es tema de otro dia.

No soy un sabio, listo si, pero sabio no. Escuché una vez algo sobre prestar atención a lo que decían aquellos que sabían más que tú, y aunque es algo que prácticamente no aplico nunca, y no porque no quiera, sino porque la mayoría de los que me cruzo tienen el cerebro en el arma o en la polla, o el coño, especifico para evitar discriminar a nadie. A lo que iba, a Clash siempre lo escucho, presto atención a lo que dice, no es un ruido de fondo como la mayoría.

Sé que es peligrosa, lo sé.

Mascullé entre dientes, odiaba que lo fuera, porque me caía bien, dentro de lo cabe por supuesto, y estaba algo cansado de tener que mirar por el encima del hombro, creía que había terminado, casi lo había olvidado... cabrones de mierda, como si no hubiera gente a la que joder en el mundo.

Me apunto eso del Oni, suena bien, Shane el Oni, lo que no se tiene ni idea de lo que significa suele acojonar, está en nuestra naturaleza.

Asiento, y me limpió la mano en el pantalón antes de darle una pequeña palmada en la espalda. Era el tío más aburrido del mundo, siempre callado, bebiendo siempre en la misma puta taza... y sin embargo lo iba a echar mucho de menos, más de lo que nunca admitiría, por lo menos en voz alta.

Veinte, salida azul, gorra azul y mano derecha vendada. Parece sencillo.

Dale recuerdos a Wendy y los críos.

No haría nada que los pusiera en peligro, puedo ser un cabrón, si, pero no un puto cabrón. Eso también lo escuché decir por ahí.

No quería que me siguieran, en la ciudad era más fácil hacerlo, pero una vez que saliera de la misma, al yermo, la cosa cambiaría. Así que no me demoré más en Parody, sólo esperaba poder regresar.