Partida Rol por web

Hogar

Las volutas de humo, tanto de hogueras como de algun incendio ocasional, copan el horizonte en mayor o menor medida. Las luces de neon de chillones colores estan repartidas por doquier sin ton ni son, como si un dios burlon hubiera tirado su coleccion de colores al suelo para despues darle una patada. Los esqueletos de edificios de todas las alturas estan repartidos por doquier, algunos tirados los unos osbre lo otros, alguno dejan ver su interior como bestias con heridas fatales y los mas escasos tienen hasta un techo que no tiene goteras. Aun asi son justamente este tipo de edificios donde las bandas establecen sus fronteras a sangre, fuego y balas.

La entrada es bastante obvia, unas estructuras metalicas en mitad de la carretera sostienen un cartel a medio caer donde alguien a parafraseado la palabra "Parody"* a partir de las letras de un nombre ya olvidado hace tiempo. Las calles no estan vacias pero tampoco llenas, lo que es un alivio, si hubiera mas gente significaria una guerra de bandas y vosotros ya no estais para tantos trotes. Oscar detiene el vehiculo y mira a Rusty mientras los otros tres se van despertando gracias al grito de este ultimo. Los ojos os pesan, las articulaciones os duelen y aunque durante las ultimas 48 horas Caffran se ha hecho cargo de vuestras heridas, seguis doloridos y cada movimiento es como una patada en los huevos.

Mirais a la gente que esta mas adelante como lo que son, enemigos... ahi dentro no puedes fiarte de practicamente nadie. Y si, el Yermo es una puta mierda pero al menos sabes que todo cabron ahi suelto quiere una unica cosa, todo lo que posees y de paso quitarte la vida... ahi dentro, ahi dentro impera la misma ley pero simplemente no sabes por donde vendran... y la justicia de Hannibal es algo a lo que temer, eso y la Arena de Calaveras.

El ataque de la bestia no se hizo esperar, pero esta vez estábamos preparados. Y para cuando se acercaba con fuerza descargamos todo el plomo de nuestras armas sobre aquel ser. Pero si pensábamos ver un trozo de carne sanguinolento, quedamos totalmente defraudados. Aquel maldito bicho aguantó todo lo que tiramos, pero no contaba con una cosa…la inteligencia humana. Y al volante iba una mujer especialmente peligrosa y de ideas totalmente macabras. Su frenazo nos hizo golpearnos entre todos, amenzando algunos con salir despedidos por la luna delantera. ¿Pero que coño hacía aquella demente? Pero todas las dudas quedaron eliminadas en el momento que atropelló literalmente al sanguinario. El golpe fue brutal, y nuevamente volvimos a zarandearnos en el interior del todo terreno, golpeándonos contra las cajas de munición, aunque esta vez todos sonreíamos ante la expectativa de matar a aquella bestia. El último tiro de Tolin antes de salir quemando llantas fue el punto y final a aquella salida de infarto de la ciudad.

Las palabras de Valkyria que nos miraba con su típica cara de rabia hizo que estallara en una risa hilarante, casi alocada, pero sincera. Ella no había esperado que saliéramos con vida de allí. Ni ella ni nosotros mismos. Peor allí estábamos!!! Tal vez estábamos locos y tal vez habíamos tenido suerte…o tal vez algo de las dos cosas. Yo prefería pensar que por una vez había prevalecido la camaradería, algo que ya no existía y que no sabía si dudaría.

El resto de camino se hizo monótono. El Yermo infinito no parecía tener fin, y a pesar de devorar kilómetros a buen ritmo parecía que nunca llegaríamos a nuestro destino. Varios grupos de saqueadores intentaron en vano detenernos, pero varios disparos y alguna baja hacía que cesaran rápidamente en su intento. Peor fueron las dos tormentas que nos amenazaron desde lejos. En especial una mayor, por la zona cercana al mar. Pero parecía que de momento la suerte nos sonreía.

Cuando ya estaba a punto de acabarse la gasolina del coche avistamos la ciudad. Aquel amasijo desordenado de casas, chabolas y restos de edificios era algo que se podía llamar hogar si se tenían los contactos adecuados. Para nosotros era como si nos estuviçeramos acercando al matadero. Mientras los demás dormitaban en sus asientos paré el todoterreno a medio kilómetro de la ciudad.

- Chicos despertad!!! – hablé secándome el sudor de la frente con un trapo sucio. – Hemos llegado a “casa”!!!

Mientras los demás se desperazaban, hice lo propio. Masajeándome las sienes. No sbíamos como iba a funcionar aquello, pero en cuanto entrásemos y a pesar de parecer vacío, Hannibal se enteraría de nuestra presencia y no tardaría demasiado en encontrarnos. Pero había una cosa que me preocupaba. Por mi mente pasaba a toda velocidad mi encuentro con los soldados de la Hermandad… ¿Podía confiar en aquel variopinto grupo? A ellos les importaba lo que me pudiese pasar… Esa era la ley del Yermo!!! Cada uno se miraría el ombligo. Pero mientras había vida había esperanza. Si nuestro mecenas determinaba mantenernos bajo custodia, mis últimos días pasarían bajo una dolorosa y lenta muerte, sin poder hacer nada… pero si hacía lo que me habían dicho, tal vez podría…

- Tsk!!! No se que planes tenéis una vez que entremos ahí dentro!!! Todos sabemos lo que eso representa. Yo… Durante nuestra excursión por la ciudad, cuando nos separamos tuve un encuentro no deseado con una de las facciones. Se hacen llamar la Hermandad. SI. Aquellos que vestían aquellas servoarmaduras y que luchaban contra los mutantes. Si bien no puedo decir que fuese un encuentro agradable, al menos conseguí mantenerme con vida… al menos por un tiempo. Me inocularon un veneno. Creo que en unas 48 horas como mucho comenzará a hacer sus efectos. No se que hará ni como me matará. Ni siquiera se si es cierto, aunque algo me inocularon seguro. Necesito ver a alguien en la ciudad y si nos encontramos primero con Hannibal, no se si podré hacerlo. Mi camino con vosotros se acaba una vez crucemos esa puerta. Yo me bajaré nada más entrar y haré el recado que debo de hacer… Si sobrevivo a ese encuentro, os buscaré. No quiero que penséis que os dejo en la estacada… Ni que escapo al posible castigo que nos pueda aplcar ese malnacido de Hannibal… Lo podeis entender o no!!! Me es indiferente, pero es lo que voy a hacer!!!

Y dicho aquello, posiblemente el discurso más largo de toda mi vida, bajé del puesto de conductor para ceder mi puesto a otro. Y me dispuse a subir a su lugar. No iba morir de una forma tan vil sin luchar hasta el último momento.

Puedo ver la cara de Oscar clavada en la de él. Al principio parece un borrón y luego sus ojos van enfocando su siniestra cara. Clavo la mirada en él, me cuesta asimilar lo que hay alrededor mio. - ¿Ya hemos llegado? Tardo unos segundos en centrarme. ¿Casa?. Eso había dicho Eagle Eye, pero ¿qué significaba eso para Rusty?No, sin lugar a duda no tenía ningún lugar al que llamar "casa". El significado de casa era mucho mejor que eso que se veía. Mucho más que unos cabrones que te quieren arrancar las pelotas y que aquellas estructuras destartaladas. Trató de incorporarse pero un súbita sensación de mareo le hizo recostarse unos instantes. Habían salido del Yermo, no ilesos, pero vivos al menos. Tenía moretones en todos lados y no había zona de su cuerpo que no le doliera. Muchas horas en la misma posición no favorecía en nada su decadente estado. Miré el aspecto amenazador y desolado de Parody. Ahora venían más problemas. Ahora si que tendrían que volver a luchar por sus vidas. Aquel lugar era tan inhóspito como el Yermo. No podían confiar en nadie y cualquiera te puede pegar una patada en el culo y robarte todo lo que posees, e incluso robarte tu vida. Detestaba la maldita ciudad, era otro páramo, pero repleta de estructuras fantasmales de metal y de cabrones deseando probar sus armas contra ti. No era bueno pero al menos habían salido vivos del Yermo. - No estoy para historias, espero que ningún hijo de puta busque problemas, no estoy de humor y me duele la cabeza

Al fin habíamos llegado a la civilización. La triste, deprimente y demente civilización que podía llegar a engullirte de solo bocado, mucho más rápido que cualquier criatura del páramo; el hogar, decían unos, un mar de oportunidades, decían otros... un infierno lleno de tantos o más enemigos que cualquier otro lugar donde la única diferencia era que allí te mataban con armas, o las manos desnudas, en vez de con un colmillo o una garra. El resultado era el mismo y, por ende, la situación tanto o más precaria que allí afuera. Había que sobrevivir

Me desperecé, lenta y pausadamente, regodeándome del primer momento de calma verdadera desde que se inició esta maldita misión. Miré entorno a nuestra posición y me acomodé en la parte de atrás; ya había hecho mi parte conduciendo con el tema del sanguinario. Observé, no obstante, que no éramos los únicos presentes en las afueras; como de costumbre las alimañas de aquella sociedad se arracimaban buscando cobijo, comida, chapas o cualquier otra cosa útil, o simplemente eludiendo los peligros de la zona más poblada

Miré a mis compañeros, sopesando sus diferentes reacciones cuando el tirador se removió inquieto en el asiento del conductor

Oscar parecía tenerlo muy claro. El muy cabrón se había medio aliado con una de las facciones de la ciudad donde casi nos liquidan, pero le había salido rana y ahora tenía que buscarse la vida para no morir intoxicado, o algo peor. Asentí ante sus palabras, sin más despedida que aquel gesto. A buen entendedor pocas palabras bastan, o eso decían, y Oscar no parecía un descerebrado pese a todo... confiaba en volverlo a ver de lo contrario no sería el primero, ni seguramente el último, que veía perecer en esta mierda de era que nos ha tocado vivir

Si nadie más quiere ir de compras será mejor no hacer esperar al cabrón de nuestro anfitrión; solo nos falta darle más excusas para cabrearse con nosotros. Seguro que sabe que hemos llegado gracias a sus informadores... y no tengo ganas de tener que dar mas explicaciones que las que ya debemos

Miré entonces a Rusty y le dediqué una sonrisa desdeñosa ante sus comentario

Tranquilo pichón, no dejaré que nadie te viole y te cause más jaquecas jajajaja- dije riendo de forma estridente, tal vez la última vez que pudiera hacerlo, dejando escapar parte de los nervios por tener que dar cuentas al sádico que nos había contratado...

Oscar detiene el coche tras su parrafada y cuando su mano toca el picaporte, el cañon de una escopeta de combate se asoma por encima del asiento haciendo una pequeña y suave presion contra tu sien. Aun convaleciente pero consciente, es Valkyria la que tiene el dedo en el gatillo de la escopeta y sus ojos irradian una mas que clara amenaza que puedes vislumbrar por el espejo retrovisor central. Antes de que ninguno hable es ella la que lo hace.

- Ni de puta broma te bajas del coche. Me la suda lo que te hayan inyectado. ¿Te queda claro? - Se reacomoda sin que la escopeta se mueva un solo milimetro. - Cada uno de nosotros tenemos una deuda de 10,000 chapas con ese malnacido... eso, aparte del cargamento que iba distribuido entre los dos trailers. Asi que si decide repartir equitativamente la cantidad de mierda que nos toca por cabeza TU vas a estar alli pringando como los demas. - Notas como el dedo se cierra ligeramente sobre el gatillo. A esa distancia cualquier movimiento acabara de una sola manera... y no sera nada buena para Oscar y su materia gris. - Me caeis de puta madre y toda esa mierda varia, ha sido un puto placer atravesar el jodido Yermo con vosotros pero no pienso pringar sin mas... si vosotros sois tan colegas pues de puta madre. Pero vamos todos a ver a Hannibal... TODOS. - Lo cual quiere decir que os vais los cinco a verle o los cuatro pero que sea como sea acabareis todos alli.

Me sorprendió el comentario de los demás. Parecían aceptar aquello como si nada, lo que me demostraba, otra vez, que en quel mundo de mierda que nos había tocado vivir no habían amigos. Miradas de reproche y desaprobación se tornaron indiferencia a lo que fuese que e pudiese pasar. Chasqueé la lengua resignado y justo cuando me disponía a bajar del vehículo, se escuchó el “click” caracterítico de un arma al ser cargada, la cual, para mi desgracia apuntaba a mi cabeza.

La siempre melodiosa voz de Valkyria sonó en el silencio tenso que se formó. Su cara reflejaba la rabia de siempre y sabía que aquella puta sería capaz de hacer aquello que estaba diciendo.

- Tranquila Valkyria!!! No sabía que te gustaba tanto… SI no quieres que me vaya, no me iré. Pero una promesa si que te voy a hacer… Si sobrevivo a esto, juro por mi vida que te mataré.

Y dicha aquella sencilla frase, cerré de nuevo el vehículo y comencé a conducir sin dilación hasta la ciudad. Y una vez allí iría directamente al baluarte de Hannibal. Si aquello tenía que acabar allí, que fuese más pronto que tarde.

Una vez aclarado el pequeño problema logistico os poneis en marcha. Atravesais la puerta principal mientras la gente se aparta de vuestro camino, veis las calles destrozadas y reconstruidas lo mejor posible. La mayoria de la entrada esta compuesta por bares y burdeles para que aquellos que vienen del Yermo se desahogen antes de entrar en el resto del lugar... son sitios donde puedes conseguir las peores drogas posibles y donde un polvo aparte de algunas chapas puede acarrearte omo poco una sifilis que te mataria en menos de dos semanas pero no todo el mundo tiene un trabajo tan bueno como el vuestro, al fin y al cabo siempre cobrais y con los bastantes ceros como para poder vivir bien... si no la jodeis.

Entrais en la calle principal, al fondo del todo esta el edificio desde donde Hannibal hace que Parody casi parezca una ciudad. Rodeado por una gran explanada donde se situan cuatro fuertes en cada punto cardinal y todo con barricadas... por un lado admite que cualquiera vaya a por él, por el otro es un puto campo de exterminio. Para colmo sus patrullas no dejan en ningun momento el lugar, dejando claro quien manda aqui. Os deteneis en el control mientras varias armas automaticas os controlan en todo momento y dos vehiculos os vigilan.

Cuando uno de ellos se os acerca, el aliento tira hacia atras y la falta de dientes no ayuda para nada en su aspecto. Mas va con un buen chaleco antibalas y un rifle de asalto, asi que no parece una buena idea contrariarlo.

- ¿Que coño creeis que estais haciendo capullos? Largo de aqui antes de que os pegue un tiro. - Os mira de arriba a abajo antes de que Rusty hable por todos. - Que tal si te callas y nos abres pedazo de capullo, tenemos que hablar con Hannibal. - Te mira con cara de malas pulgas y es ahora Andriel quien contesta. - Venimos desde The Burg, asi que no nos des por culo mas. - Tanto Oscar como Caffran asienten lentamente cuando ois el caracteristico ruido de una escoapeta automatica amartillandose.

- Mira, estamos sin gasofa, sin mucha sangre y sin ¡¡¡NINGUNA JODIDA PACIENCIA!!! Zaralon - Todos mirais a Valkyria que esta incluso mas palida de lo habitual, los tratamientos de Caffran la han mantenido con vida pero esta claro que esta cerca de su limite incluso en una perra como ella, eso no puede ser bueno. - Asi que abre la jodida puerta. - Al llamarlo por su nombre os dais cuenta de que encima parece que se conocen.

El vehiculo empieza a pararse y a tener problemas de motor dejandoos tirados a unos cien metros de donde deberiais, por muchos exabruptos que os gustaria soltar os ha llevado mas lejos de lo que parecia en un principio. Y ahora estais frente a la casa de Hannibal.

Por lo que sabeis antes aqui se jugaba a algun tipo de deporte y eso en cierta medida no ha cambiado. Lo llaman el "Circo de Carne y Sangre" por un buen motivo. Toda la superficie esta pintarrajeada con el simbolo de una bestia con dientes puntiagudos, el emblema de Hannibal. Y las diferentes columnas que rodean el edificio en todos su permitro decoradas con los huesos de lo que han muerto en la arena... un numero francamente alto. Dos guardias os esperan en lo alto de la escalinata y siendo quien sois y de donde venis sabeis que ireis rapido a hablar con El jefe.

Se apoya en el vehiculo y le da un trago a una pequeña petaca antes de hablaros mientras se apoya en Caffran. - Deberiamos elegir que vamos a contar y como... y rapido, antes de ir alli y ver que coño pasa... si no le gusta lo que decimos estamos muertos. - Se encoge ligeramente de hombros. - Contadlo como querais pero recordad decir lo de la traicion de las "ratas de Jade". Eso deberia darnos algo de tiempo al menos...

Con la escopeta aun en la mano se acerca a Oscar y apoya el cañon del arma en el suelo para apoyarse. Ves como aparece una cara parecida a la disculpa y como al intentar hablar tartamudea ligeramente, lo justo para que bajes algo la cabeza para oir que tiene que decir. Un cuchillo aparece entonces en tu cuello y su cara se vuelve una de las que dan miedo. - Una cosa capullo, tengo la mitad del brazo hecho mierda por salvar tu bonita cara. A la proxima no hables tanto, y haz algo. - Tras esto te empuja ligeramente con el cuchillo, lo guarda y renqueante se acerca a la escalera para dar la espalda a los guardias. - Decidid algo, ya.

- Joder no soy bueno con las palabras, decid algo vosotros - fijó su mirada en Andriel - Cara bonita tienes alguna idea.
A Rusty no le gustaba enfrentarse a eso. Si tenía que patear un culo lo haría encantado, pero rendir cuentas a Hannibal, no era bueno, no señor nada bueno. Esperaba no cabrear a ese cabrón de cuidado y tendrían que pensar algo inteligente antes que perdiera la paciencia.
- Mierda - masculló escupiendo sangre.
Estaba nervioso y le fastidiaba sentirse a sí. Tenía ganas de patear a alguien, lo malo es que seguramente su anfitrión patearía el suyo. Maldita sea...

Ya la teníamos liada otra vez; la pirada de Valkyria quería dejar claras las cosas y no iba a dejar que nadie escurriera el bulto... vale, por mí me estaba bien. Yo tenía muy claro mi papel en todo aquel maldito asunto y me era bastante indiferente si el resto querían largarse o no aunque ello no les evitaría salir reflejados en mi historia, y eso seguro que no jugaba a su favor en el momento de que el maníaco al que teníamos que rendir cuentas decidiera su destino

Me encogí de hombros y me volví a acomodar en el lugar asignado hasta que nos dieron el alto, no pudiendo evitar apretar los puños al ver el camión lleno de esclavos, haciendo un gesto a Rusty con la cabeza y una mirada para que se percatara de ello, sin necesidad de decir nada. Aquello algún día se acabaría, aunque me temía que no lo vería

Llegamos finalmente ante el coliseo, pues no podía llamarse de otro modo a aquel sangriento lugar, y todo el mundo empezó a ponerse nervioso, en especial cuando nos dieron el alto y nos mandaban a paseo por las malas, haciendo que la locuaz Valkyria volviera a mostrar sus dotes de diálogo para franquearnos el paso

Sonreí para mis adentros mientras intentaba tragar el nudo que tenía a medio camino entre el estómago y la garganta. Realmente no tenía ni idea de como enfrentar la situación con el mandamás, y era evidente que Rusty estaba tanto o más acojonado que el resto, yo incluida. La diferencia es que a él no le importaba abrirse al grupo

Esto no es un jodido grupo de apoyo. Si te estás cagando de miedo cierra la puta boca a menos que vayas a aportar algo productivo -le repliqué, mordaz intentando pensar alguna forma de salir de allí de una pieza.

Suspiré, resignada. Solo había una manera, decir la verdad e improvisar... como dudáramos los más mínimo aquel loco nos tomaría por ladrones y nos mandaría a criar malvas en muy poco tiempo

No hay más remedio que decir lo ocurrido, tal cual, y encomendarse a quien queráis para que ese pirado nos deje con vida. Quien tenga los huevos por corbata que se calle, solo nos falta que nos vea dudar de nuestra versión para animarle a colgarnos. Todos diremos lo que ha pasado, sin invenciones ni medias tintas. No pudimos hacer más y si ese animal no es capaz de verlo... a la mierda con todo y sálvese quien pueda, pero yo desde luego no me voy a dejar desplumar como una gallina vieja. Si no nos cree, o le parece más divertido mandarnos al hoyo, voy a intentar cargármelo, a el y a todo el que se ponga por medio, aunque sea a puñetazos.- expuse clara y llanamente

Era evidente que aquella última opción sería la muerte, pero al menos sería rápida... aunque esperaba no tener que llegar a ese extremo

Avanzamos a toda prisa. En un silencio tenso y hsco, en parte por el temor a lo que pudiésemos encontrarnos en la guarida de Hannibal y en parte por la discusión que había habido escasos instantes. Los demás parecían aceptar aquello como una simple e inoportuna tara en la ya de por si desastrosa misión que habíamso llevado a cabo. Sin mirar a ningún lado avancé en línea recta hasta lo que deb´çia de haber sido alguna especie de pabellón deportivo en sus buenos tiempos, pero que ahora servía como baluarte de aquel carnicero que aparentaba ser el alguacil de la ciudad. Menuda mierda!!!

En el control de entrada ya parecía que íbamos a tener el primer encontronazo, pero primero Rusty y luego la arpía de Valkyria hicieron que aquellos palurdos se echaran a un lado y nos dejaran pasar.

- Así que los conoces… ¿Qué más secretos guardas Valkyria?

Para cuando quedaban unos cientos de metros, el todo terreno comenzó a dar pequeños saltos. La gasolina había llegado justo para hacernos llegar casi a nuestro destino. Pero no del todo!!! Pues los últimos metros deberían de ser a pie. Tras bajarnos y recoger las cosas, eché un vistazo a mi alrededor, viendo los cuerpos destrozados y con jirones de carne reseca. La voz arrogante de Valkyria me sacó de mi ensoñación.

- ¿Y que quieres que te diga? ¿Qué te de un beso por lo que has hecho? Hice lo que tuve que hacer en cada momento… y como te he dicho haré lo que tenga que hacer más adelante – y dicho aquello me alejé en dirección a la escalinata, custodiada por dos guardias, aunque seguro que habrían más.

Mientras avanzábamos Rusty comenzó a despotricar. Era ya algo normal en él. No se podía esperar una buena idea por su parte. Su cabeza, enorme, solo servía para una cosa y esa desde luego no era pensar. Andriel comentó el plan. La chica era peligrosa como una serpiente, pero al menos tençia las ides claras.

- De acuerdo!!! Le explicaremos lo que pasó sin más. Ah!!! Por cierto!!! Los asiáticos que nos dieron por culo en la ciudad también saben que estamos aquí… Estad atentos por si acaso. – comenté señalando con la cabeza al lugar por el que había visto a aquellos malditos tipos de ojos rasgados.

La palabra Imponente se quedaba corta para describir la fortaleza de Hannibal, quien ya sea por una insalubre cantidad de adversarios o su propia histeria se había montado su propio castillo y un ejército que podría competir contra el del mismo enclave. Sus guardias, obviamente menos disciplinados, actuaban como filtros por cada medio camino que recorríamos para ver al jefe *¿cómo era el dicho? ¿entre más seguro sea el recinto, más inseguro es el dueño? espera, creo que acabo de inventarlo, si salimos con vida tengo que apuntarlo*.

Llegando a lo que servía como una especie de circo de sangre, una parada más nos esperaba, pero Valkyria había sorprendido a todos cuando logró hacernos pasar hablando con el guardia *llevas mas tiempo del que nos contaste ¿verdad?* Luego de acercarse más a Oscar para cantarle unos tantos y preguntarnos por un plan, me fijé que tanto me quedaba del equipo, tanto como para saber cuanto tendría que usar de la paga para reponerlo, como para saber con cuanto contaba por si las cosas se ponían feas.

-Bien entonces- digo finalmente cuando Oscar sugiere lo de los chinos -supongo que Hannibal atenderá las razones por las cuales apenas salimos con vida, pero solo por casualidad ¿alguien tiene un plan B que no involucre ponernos a pelear contra una fortaleza entera? ¿como que tenemos información regional actualizado para que este al tanto de lo que pasa fuera de su fortaleza? ¿o que sabemos donde se encuentran unas criaturas tales que, si lograse dominarlas, obtendría una mayor potencia de poder en la región?-.

Subis las escaleras bajo la atenta mirada de los guardias, os miran de arriba a abajo antes de apartarse y dejaros pasar. No entendeis porque hasta que habeis caminado un par de metros y ois lo que uno le dice al otro. - Zaralon dice que formaban parte del convoy. - La voz de impresion del otro es clara. - No jodas. - El primero de ellos asiente lentamente... - Si tio, y no me gustaria estar en su pellejo dicen que Hannibal hoy no esta de buen humor.

Sus palabras os calan hondo mientras seguis vuestro camino, cruzais unas puertas dobles para encontraros en uan epsecie de Hall enorme donde hay un pasillo a cada lado y un par de puertas frente a vosotros, separadas por una pared con el simbolo de Hannibal, y justo debajo del simbolo toda una coleccion de trofeos en forma de calaveras. Una especie de murete de mas de dos metros de altura hecho unicamente de calaveras humanas o eso parecen en un principio. Un guardia llega en ese momento por el pasillo izquierod y os hace una seña para que le sigais. Subis de nuevo por una de las escaleras hasta llegar a la zona amplia del estadio, toda una explanada convertida en matadero. La zona de "juegos" esta dividida en dos, unicamente los que consiguen superar la primera llegan a la segunda. la primera es un campo abierto lleno de trampas y jaulas asi como obstaculos de mayor o menos tamaño. Todos ellos decorados con pinchos y trozos de carne. El segundo es una espcei de labertino semisubterraneo para que pueda verse con claridad desde las gradas donde estais... si el primero ya tiene pinta de ser un destrozapersonas, el color sangre de casi todas las paredes del segundo indican que esa es la parte realmente complicada.

El guardia os pega un silbido para que avanceis, al darse cuenta de que os habeis quedado empanados. Le seguis hasta una puerta que esta cerrada. Un par de golpes y un ser con una mascara metalica se asoma, ladea levemente la cabeza y suelta una breve carcajada.

Llegais justo a tiempo. - El individuo abre la puerta para dejaros entrar, por los sonidos que emite la mascara os dais cuenta de que se esta riendo entre dientes. Y que el guardia que llevais parece asustado justamente por eso mismo.

La puerta se abre, oyes el ruido de la misma y la voz del hombre del rostro metalico mas tus ojos siguen clavados en Hannibal, esperando una respuesta que no sea tu muerte. Mas de pronto ves como la mala bestia que tienes delante deja de mirarte para mirar mas alla de ti, a tu espalda. La situacion se vuelve tensa por momentos pues eres capaz de ver que Hannibal esta realmente enfadado por algun motivo que no llegas a entender. La voz de Rose llega hasta ti. - La ostia puta. - La expresion va seguida de un tono mas que obvio de sorpresa e incredulidad.

Lentamente casi como no queriendo que Hannibal se de cuenta te das la vuelta para ver a un grupo de cabrones como tu, exploradores y corredores del Yermo... y entre ellos una mas que conocida cara, Eagle. Un leve suspiro sale de tus labios, ahora hay mas posibilidades de salir con vida de esta. Miras a Hannibal de nuevo mientras Rose se acerca a ti y te empuja para que te muevas, no te gusta la direccion porque es donde esta la mascota de Hannibal pero al intentar resistirte ves la mirada de Rose y su cuchillo. Asi que aunque listo para matar te ves simplemente empujado a un segundo plano... sea lo que sea lo que han hecho tu conversacion acaba de pasar a un segundo plano.