Partida Rol por web

De parocho Sao et rustico Ticio et asina sua Mera

Episodio II. Pesquisas

Cargando editor
24/05/2019, 17:44
Elías ben Ishaq

Muertos, muertos y más muertos. Ancianos, hombres, niños. No recordaba Elías noche más aciaga que esta. La casa de Ticio era un ejemplo de lo que conlleva tanta muerte. El muerto, pues nada, ahí se queda, ya ni sabe ni recuerda, ni padece, ni llora... pero las madres, las esposas. A pesar de todo este caos que le rodea, Elías, bastante más calmado en esta casa que en la del párroco, trata de encontrar con la mirada los huesos o algo que se les parezca... Un juglar en un velorio, nada hay menos adecuado, piensa. Se acerca a él y le comenta por lo bajo:
-No es momento de canciones y héroes. A llorar toca. ¿Erais amigo del difunto y de su familia?

- Tiradas (1)
Cargando editor
26/05/2019, 22:56
Yosef Pichón
Sólo para el director

Como siempre que estoy en multitud, intento pasar desapercibido.

Me voy a un rincón de la estancia donde pueda observar todo lo que está pasando a mi alrededor.

Quiero saber dónde está Yedra y quiero aprender de sus artes. Tengo que convencerla para que me tome como aprendiz. Y por qué el juglar está aquí, ¿acaso busca también las reliquias? ¿Es un ser de este mundo? ¿Es quizás un enviado del Demonio para hacerse con las reliquias y usa su encanto para embaucar a la esposa de Ticio?

En cualquier caso conviene observarle atentamente, me temo que a este adversario no lo derrotaremos con proyectiles de honda.

Cargando editor
27/05/2019, 09:24
Yosef Pichón

Como siempre que estoy en multitud, intento pasar desapercibido.

Me voy a un rincón de la estancia donde pueda observar todo lo que está pasando a mi alrededor.

Y por qué el juglar está aquí, ¿acaso busca también las reliquias? ¿Quizás usa su encanto para embaucar a la esposa de Ticio y conseguir las reliquias?

En cualquier caso conviene observarle atentamente, me temo que a este adversario no lo derrotaremos con proyectiles de honda.

Cargando editor
27/05/2019, 09:56
Director

Notas de juego

Cito:

Quiero saber dónde está Yedra y quiero aprender de sus artes.

Puedes tirar Conocimiento Mágico y, si la sacas, algo descubrirás de lo que ha hecho Yedra y podrás marcarte la habilidad 

Cargando editor
27/05/2019, 18:42
Yedra Venenosa

.

   Me quedo mirando al juglar como se da prisa en "consolar" a la viuda y me río para mis adentros mientras pienso, - pues no ha perdido tiempo el mozo y paracía poco espabilao cuando lo hayamos que ni hilvanar estrofas sabía. -

  ... Me fijo con atención ...

   Aura tiene el mozo, igual son imaginaciones mías pero... sonrío perdida en mis pensamientos y hago una simple prueba.

   Sonrío, le saco la lengua y le guiño un ojo al juglar.

.

Cargando editor
27/05/2019, 18:45
Yedra Venenosa

.

   Me aparto, no sea que me vaya a pisar Yosef, que no la vean a una tienen sus inconvenientes, mientras no pierdo detalle de la sala, escucho a Elías, Dolça y Oier, mientras observo aburrida.

   Luego me coloco en un lugar discreto, apartado de las miradas mientras espero pacientemente a que pasen los minutos mientras miro de vez en cuando mi mano a ver si ya puedo hablar sin asustar.

.

Cargando editor
27/05/2019, 22:08
Yosef Pichón
Sólo para el director

Hago la tirada de Conocimiento mágico (algo sé al respecto) y la saco con éxito.

- Tiradas (1)
Cargando editor
28/05/2019, 10:31
Catalina

El duelo de las niñas y de los familiares más cercanos que rodean a Ticio continúa. Cuando empezáis a interrogar amablemente a Catalina y a Glancio, la viuda os hace un gesto para salir de la habitación, que es verdaderamente pequeña.

Mientras bajáis las escaleras y llegáis a la planta de abajo, Catalina, que agarra con fuerza la mano de Juana mientras camina, le habla a Dolça, la cual se ha hecho con toda la atención de la anfitriona gracias a su labia y a sus maneras corteses y atentas:

-- Os agradezco vuestro interés, honrada señora. Ojalá todo pudiera ser como antes, antes de que Ticio encontrara aquellos raros objetos mientras estaba arando en Cabezabuey. Dice que fue su burra, la buena y paciente Mera, la que metió una pata en agujero, partiéndosela, pobrecica. Y que el agujero no era sino una vieja tumba, con sus güesos de difunto y todo. Y volvió a casa muy contento mi buen Ticio, porque había encontrado unas cosas en la tumba.

Recordando los tiempos felices en que Ticio salía por las mañanas a arar en Cabezabuey, Catalina se ha dejado llevar por la emoción, levantando la voz. Fija su mirada en el cuerpo presente de su pobre Álvaro y en el llanto de su suegra, y se aparta unos pasos. Se sienta en una banqueta y sienta en otra a Dolça y a Juana, como tres viejas amigas diciendo confidencias junto al fuego del hogar. Elías, Oier y Glancio callan, mirando la escena desde el centro de la estancia. Yosef se ha colocado junto a una pila de sacos de grano, quieto como una lagartija en una roca. Catalina toma aire y continúa:

-- ¿Qué es lo que había encontrado mi buen Ticio? Pues cosas viejas y extrañas, que yo no sabía cómo explicarme qué eran. Me dijo que no había podido dejarlas allí, que había sentido la necesidad de traerlas, y cantaba y reía mientras me las enseñaba. Llegó a casa con esa espada carcomida por el tiempo que allí veis-- señala una vieja espada que, efectivamente, cuelga en la pared --, con unos legajos llenos de vírgulas y garabatos que no entendíamos, y con una cabeza pequeñita en los huesos. Repetía: "la fortuna ha llegado a casa, Catalina", y reía. Yo estaba asustada, cogí los legajos y se los llevé al cura, que sabe leer. Él descubrió que la cabeza era de Santa Cecilia, y decía que había que recuperarla. Pero cuando me lo dijo, Ticio ya la había escondido no se sabe dónde, y ahora se ha llevado el secreto a su tumba.

La bella barbilla de Catalina comienza a agitarse y la mujer se pierde en el llanto, repitiendo para sí: ¿Cuándo acabará esta locura? ¿Cuándo volveremos a tener paz?

Notas de juego

Continúo.

Cargando editor
28/05/2019, 11:06
Glancio

Los hombres (Oier, Elías y Glancio) dan un par de pasos más para respetar la intimidad surgida entre la señora de la casa y la mercader judía, y se detienen en el umbral del zaguán. En la penumbra del zaguán se distinguen los ojos amarillos de Yedra, que sonríe inocente con cara de "a mí no me preguntéis, yo solo pasaba por aquí".

Glancio se dirige a vosotros con simpatía y respeto. Cuando habla, prefiere mirar a Elías, puesto que los ojos amarillos de Oier parecen cohibirle un poco.

-- Amigos, he oído que salvasteis valientemente al pequeño Álvaro en el primer ataque. Vuestro compañero Yosef me lo dijo. Yo tuve la desgracia de encontrar su cuerpo muerto, y cumplí con la dura tarea de traerlo a casa de su madre, acompañado por Mateo, el fiel amigo de la familia cuyo hijo también murió en el ataque y que ahora llora en el piso de arriba la muerte de su compadre. He de decir que en los días que llevo en el pueblo me he encariñado con esta familia, y por eso trato de ayudarles en lo que puedo.

Y se encoge de hombros, con una encantadora sonrisa indefensa.

Notas de juego

Así pues:

En el piso de arriba está el cadáver de Ticio, rodeado por sus hijas y algunos familiares y amigos, entre ellos su buen compadre Mateo.

En el piso de abajo está el cadáver de Álvaro llorado por su abuela; una espada colgada en la pared; Catalina, Juana y Dolça en sendas banquetas; y Yosef recostado en unos sacos de grano.

También abajo, pero en el zaguán que da acceso a la casa, están Glancio, Oier, Elías y Yedra, que otra vez es visible.

Si hay dudas, las resolvemos en el off.

El turno termina el jueves a las 11.30.

Cargando editor
28/05/2019, 11:15
Director

Estudiando los objetos que adornan y protegen las paredes de esta casa, llegas a la conclusión de que se trata de una familia cristiana normal y corriente, con crucifijos en el dormitorio y alguna estampa de santos de su devoción en la sala principal.

Cargando editor
28/05/2019, 11:16
Director

Por lo que oyes, la vieja Yedra es de nuevo visible, y está en el zaguán. Te has fijado en el chal que lleva, y estás casi seguro de que está utilizando el hechizo conocido como Manto del Maligno. Es un conjuro que suelen conocer las gentes incultas del pueblo, y que se considera de magia negra, pues utiliza sangre de inocente.

Notas de juego

Márcate Conocimiento Mágico.

Cargando editor
29/05/2019, 10:02
Oier Erlea

Oier decide dejar hacer a las mujeres. A veces no entiende al sexo femenino, con esa manía de hacer piña para explicarse cosas íntimas y no querer compartirlas con los hombres ¡Con lo interesantes que pueden llegar a ser! Aunque a veces también mortalmente aburridas.

El caso es que los hombres se alejan un poco, y Oier va pensando en lo que ha oído y escuchando al guapo bardo.

Mientras, cae en la cuenta de que vuelve a ver a Yedra.

Rediez, ahí está otra vez la vieja.

Se remueve inquieto.

Ignórarla Oier, al igual así se marcha ese espíritu

Y eso hace, fingir no verla.

Cuando Glancio les cuenta que ha cogido cariño a la familia Oier sonríe con un ligero aire malicioso y dice al guaperas mientras le propina un palmotazo en el hombro, en un gesto de complicidad masculina.

-¡Claro! Catalina es mu guapa, et ahora viuda. ¿Quien non iba a querer darle
cariño?-

No espera respuesta y se dirige a la pared en la que está colgada la espada. Lo suyo son las armas y esa es la de un muerto. La descuelga y la sopesa en sus manos, la observa en busca de algo que pueda diferenciarla de cualquier otra arma que ha quedado inservible por el paso de los años.

- Tiradas (1)
Cargando editor
30/05/2019, 14:23
Dolça bat Kalonymus

 Dice que fue su burra, la buena y paciente Mera, la que metió una pata en agujero, partiéndosela, pobrecica. 

Como lo siento.  Dijo Dolça, sinceramente entristecida.  Tanta tragedia traída por esos huesos y cosas que debieron quedarse donde estaban.  Meneó la cabeza mirando al suelo. 

Dios mío, dame guía para encontrar esta reliquia y esconderla para siempre en un lugar que no salga hasta que tu lo decidas que es tiempo, o nunca, que fuera mejor.   -rezó la judía.

Yo te ayudaría Catalina a encontrarlas para que nadie se quede ni viuda ni sola ni huérfano ni nada en Urbión por esas cosas tan horribles.   Ha de ser esto lo que está detrás de la gente volviéndose loca y unos contra otros.  Apenas yo y unas muchachas vimos razón y tratamos de detenerlos, hasta tocamos las campanas para que la calma regresara y ahí nada. 

Los legajos, deberíamos ir por ellos donde Sao. 

¿Podrías decirme donde guardan a Mera?  Yo por ahí comenzaría.  -dijo, sincera, queriendo ayudar.   Más non digas a nadien, para que no se haga más alboroco y cosa horrible porello. 

Trató de hacer memoria sobre si algo había oído sobre Santa Cecilia pero no recordó nada.  Esperaba que su buen hablar lograra también la colaboración de Juana en esto, pero de alguna manera no sabía lo que ella sentía sobre todo esto.   Si sus palabras no salían tan convincentes como para reclutar a alguien más en lograr su cometido, habrían de hacerlo solos, ella, sus paisanos, y la viejecilla y ese su enamorado navarro. 

 

- Tiradas (3)
Cargando editor
30/05/2019, 17:49
Yedra Venenosa

.

   Me río para mis adentros en un rincon y cuando Catalina no mira le susurro a Oier, - miralo, no sabe componer una rima, pero a la moza bien que se arrima, jijijiji, - luego me quedo pensando, - me recuerda a la ciudad esa sodomo de goma, donde era, que le daban todo el rato a la entrepierna y el seco y aburrido de su dios la destruyó por celos. -

   Miro el cadáver y miro a Oier, miro otra vez el cadáver.

   - Está muerto, ¿que más quieres saber? Lo natural cuando te hunden el espinazo de un hachazo es morirse. -

   Ya que estaba echando un vistazo al muerto y lo veo algo perdido, le digo, - quita, que ya veo mozo que lo tuyo es hacer cadáveres no hurgar en ellos. - Me acerco y lo olfateo mientras examino con cuidado las pistas que pueda darme ese trozo de carne muerta, ya que no va a habar... bueno, mi aitatxo sabía como hacer hablar con un muerto, pero los campesinos se ponían nerviosos cuando lo hacía...

   Miro con cuidado sus botas, si lo que decía la moza a la que tantas atenciones prodigaba el juglar o lo que fuera el de las manos largas, igual sus botas y manos me daban pistas, si tenía tierra o barro o restos de heno o de paja... esos detalles que decían a gritos donde has estado y que has hecho. Detalles que los campesinos vemos claros como el sol del mediodía y otros no ven tan claro, o directamente no ven.

.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pues no recuerdo a Sodoma y Gomorra y no puedo vacilar al juglar XDDD.

Cargando editor
30/05/2019, 23:51
Elías ben Ishaq

Ay, este Glancio... no sé si me da buena espina. Aún no me queda claro si es amigo de la familia o si estamos aquí velando cadáveres por su culpa.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro empatía para ver si Elías piensa si es o no trigo limpio.

Cargando editor
31/05/2019, 10:02
Yosef Pichón

Perdone, Sr. Glancio, ¿de dónde es usted? Tiene un acento que no logro ubicar y supongo que habrá estado en muchos sitios, como juglar, y supongo también que alguna vez habrá tenido momentos tensos como estos que estamos viviendo en este pueblo. Me gustaría mucho conocer un poco más de su historia. Seguro que tiene usted muchas anécdotas que puedan enriquecer y ayudarnos a asimilar y mirar con otra perspectiva todo lo que aquí está pasando.

Cargando editor
31/05/2019, 10:25
Mateo

Vuelves a subir al cuarto donde están velando a Ticio. Te abres paso entre los dolientes (las hijas de Ticio, algunos amigos) y comienzas a examinar las manos y las botas del muerto. El examen es riguroso, y casi podrías decir qué hizo el hombre en las últimas horas segundo por segundo: lo normal en un campesino: restos de pelo y plumas de animal, tierra bajo las uñas, barro en las botas, manchas de vino y comida en el jubón... Ahora que lo piensas, las manos tienen muchos restos de tierra, como si hubiera estado cavando mucho hace no demasiado tiempo, y todavía no se ha conseguido limpiar del todo. En otra época del año no te habría llamado tanto la atención, pero ¿qué es lo que está plantando este hombre a mediados de noviembre?

Tu actitud ha llamado la atención de los que lloran al muerto. Un hombre mayor, de la edad de Ticio, te da un toquecito en el hombro y te pregunta:

-- Buena mujer, ¿estás bien? ¿Qué le estás haciendo al pobre Ticio? Mira que estás asustando a las niñas. Tú estabas con los forasteros que protegieron a Álvaro, ¿verdad? Yo soy Mateo, bueno amigo de Ticio. Dime, ¿necesitas algo? ¿Quieres tomar una taza de caldo o un chato de vino?

Notas de juego

Límite del turno: martes a las 11.

Cargando editor
31/05/2019, 10:38
Director

Te resulta evidente que Glancio oculta algo. Eso no quiere decir que su compasión por la familia de Ticio no sea sincera, pero a él le preocupa algo más que el dolor de la bella Catalina. Más aún, aunque no viste raro ni tiene un acento especialmente marcado, te da la sensación de que esta persona viene de lejos, de muy lejos.

Cargando editor
31/05/2019, 10:43
Catalina

Como Pedro por su casa, Yedra cruza el cuarto y sube las escaleras. Oís sus pasos por el piso de  arriba. Catalina la mira un poco sorprendida, pero se encoge de hombros. Tampoco parece darle mayor importancia al hecho de que Oier haya descolgado la espada. La pobre mujer está sobrepasada.

La pregunta de Dolça la saca un poco de su ensimismamiento:

¿Podrías decirme donde guardan a Mera?  Yo por ahí comenzaría.

Catalina suspira antes de contestar:

-- La pobre Mera se rompió la pierna al pisar en la tumba que encontró mi buen Ticio allá arriba en Cabezabuey. Hubo que sacrificarla, y Ticio la enterró para que no atrajera alimañas.

Cargando editor
31/05/2019, 10:57
Director

No es mala la espada. Aunque nunca habías visto una empuñadora así. Por cierto, que la empuñadura está «desnuda», sin cuero. La espada la agarra por propio acero. Entre eso y lo herrumbrosa que está, todo te hace pensar que esta espada es muy antigua, y llevaba mucho tiempo enterrada.

Notas de juego

Haz una tirada de Racionalidad, por favor.