Partida Rol por web

Tras las palabras de la señorita Boree esta parece encaminarse nuevamente hacia arriba de las escaleras pero es en ese momento cuando ella (y todos los demas del saloon) os dais cuenta de que un invitado de las habitaciones se ha despertado y desciende por ellas.

El señor Timberland lleva ya varios dias en el Red-Skin. Es un hombre de estatura media y complexion atletica y siempre viste elegantemente con trajes caros aunque esta vez quiza necesite de un buen afeitado.

Marcus sonrie al ver a Boree.

Desmond asiente hacia Boree, saluda a los recién llegados y se acerca a la salida para llevar a los caballos a los establos.

Buenos días -saluda la copropietaria del "Red-Skin" a Timberland-. Espero que todo haya sido de su agrado.

Hoy, han llegado dos nuevos huéspedes -musita con tranquilidad, señalando escaleras abajo-, aunque no han tenido la bondad de presentarse aún.

Live se aparta con cortesía, dejando paso al señor Timberland.

La amabilidad de la dueña de la casa es tan exquisita como su belleza. No puedo hacer más que quedarme boquiabierto ante ella. No oigo los precios que comenta el bueno de Thomas. Sólo digo casi con balbuceos: - Sí amigo sí. Tenga cóbrese una noche... Y para mi caballo también - Arrojo 3 dólares de plata que bailan sobre el mostrador. Es insuficiente, pero mi mente ha calculado ése precio en su divagación con Live. Vuelvo de mis pensamientos pecaminosos para recoger mi sombrero y agachando ligeramente la cabeza llena de polvo del desierto presentarme a la dama.

- Mi nombre es Antonio, preciosa - Hasta ahí podía haber quedado como un caballero, pero los modales que Antonio ha aprendido durante su desdichada vida no son los más refinados. - Y dígame... Usted también ofrece servícios de alcoba? Oh tengo dinero... No se preocupe - Y más que tendre dentro de unos días... Ya sé en qué lo gastaré, jejeje.

Espero ansioso la respuesta de la hermosa joven. Sería una buena espera pasar el tiempo entre los brazos de la mujer. Tras un baño y una buena botella de whiskey, desde luego.

Sin moverme ni un centimetro, murmullo entre dientes:
Largate o traeme un whisky, pesado de los cojones...
Oigo de fondo la conversación del resto de la gente, pero no presto atención ni por un momento. Confio en volver a quedarme dormido en unos segundos.

Live sonríe a sus nuevos huéspedes.

Si yo le parezco preciosa, espere a conocer a Marie -se limita a decir, sin responder a la pregunta del forastero-. Pero si lo que quiere es pasárselo bien, le dejo en las hábiles manos de Susan. Es muy… ingeniosa -y, con esas palabras, la patrona del "Red-Skin" desaparece tras la puerta de una de las habitaciones.

El hombre borracho parece levantar la vista cuando Live hace un comentario de Marie, una de las chicas del local, para después volver a besar la mesa. La Madamme del local me ha dejado con las mieles en los labios. Le doy un codazo de complicidad al enigmático hombre que ha entrado conmigo. - Menuda gatita eh amigo? -

Saludo también al hombre al que han llamado señor Timberland. Debe ser un hombre de negocios ya que va bien vestido. Quizá tenga algo que ver con el ferrocarril y quiere ver si es buen negocio que pase por éste pueblo.

El forastero deposita 7 dolares sobre la barra sin ni siquiera responder al comentario: baño , whisky y que atiendan al caballo.Hace un gesto de saludo al mejicano y se encamina escaleras arriba con paso lento .

Me cruzo en las escaleras con el señor Philips, y le ofrezco un ligero movimiento de cabeza con un escueto "Caballero" en forma de saludo, mientras aprovecho para observarle. Cualquier detalle ahora me puede valer un buen fajo de billetes en la mesa de juego. Tras llegar abajo me dirijo directamente a la barra mientras observo al mejicano. Me pongo a su lado en la barra dispuesto a entablar conversacion. Buenos dias caballero, cuidado con la señorita Live, es una dama de armas tomar. ¿de paso o se va a quedar unos dias?

Dejas atras a los recien llegados y al resto de los habituales del saloon para encaminarte nuevamente al piso de arriba donde escuchas aun a las chicas en la habitacion preparandose. Abres la puerta y en su interior estan las cuatro terminando de vestir a Petra, el resto ya estan preparadas.

Te miran y sonrien, incluso alguna de ellas hace una reverencia un tanto burlona pero sin maldad.

Las puertas del saloon vuelven a abrirse de par en par cuando el sheriff hace acto de presencia en el local. James Hugh es un hombre delgado y de tez recia, cansada quiza y un poco desgastado por la experiencia y el paso de los años pero no parece un viejo decrepito que no pueda empuñar un revolver, ni mucho menos. Su traje compuesto de camisa y chaleco donde luce su placa permanecen pulcros e impolutos y su magnifico revolver cuelga de un lado.

Sus ojos escudriñan un momento el interior como si buscase a alguien.

Al fondo del local, en una mesa, esta el viejo Abraham, borracho sin duda como siempre, Desmond estaba acercandose a la puerta para salir mientras que David Creight esta en la barra apoyado, junto al forastero Timberland (que lleva ya varios dias en el saloon) y dos recien llegados junto a Tomas, uno que parece ser un antiguo soldado surista que viste de manera elegante y el otro forastero que es un mexicano desarrapado con pintas de vagabundo.

Arriba se escucha el ruido de las chicas pero no hay nadie mas en el local aunque en breve la gente vendra... en cuanto dejen a sus mujeres en sus casas... la hora de comer esta cerca y es por todos en DeadTown sabido que el saloon sirve unas magnificas comidas... y mejores acompañamientos.

La noche de ayer fue como todas... una mas... alcohol, soledad, sueño... consigues volver a conciliar el sueño despues de que Desmond intente echarte... como cada noche... pero la tranquilidad no te dura demasiado y vuelves a tener pesadillas.

La noche es cerrada y corres hasta el rancho con todas tus fuerzas. Parece que el corazon va a salirte del pecho, te arde. Cuando lo ves el fuego ya esta consumiendo toda tu casa y gritas de rabia... ves los caballos indios alejandose del rancho al galope y te lanzas a coger el cubo del pozo para intentar ayudar a tu mujer e hijos que aun se encuentran en el interior... LOS ESCUCHAS CHILLAR DE PANICO!!

Intentas entrar en la casa en llamas pero el techo se desploma incendiado y te lanza hacia atras. Sus chillidos son aun mas y mas fuertes y te abalanzas sobre el fuego para intentar rescatarlos... como sea!

El fuego te envuelve y el dolor es tremendo pero llegas al salon donde aun el techo resiste... en parte, y ves horrorizado el crimen. Tu mujer yace en el suelo con la cabellera arrancada y una mueca de terror horrible en su cara... esta semi desnuda y con sangre por todo su cuerpo como si se hubiesen ensañado con ella.

Chillas de dolor e impotencia y te acercas escuchando aun el llanto de tus hijos. En el suelo ves algo, como si Adriana, tu esposa, hubiese escrito con sangre algo, un trazo de sangre que no tiene sentido. Entonces te vuelves sobre tus talones para correr a por los niños... pero el techo termina de ceder y te golpea ardiente y chillas con todas tus fuerzas.

Te despiertas sobresaltado en la mesa del saloon Red-Skin. Estas sudoroso y has olvidado la borrachera... como siempre te arde el cuerpo y las cicatrices y te duele la cabeza pero no conoces solucion ninguna para ese pesar, ese dolor.

Acaba de entrar el sheriff en el local y parece que se ha acercado a hablar con dos forasteros... o son tres?

Sacudes la cabeza... necesitas un whisky o algo que te ayude a olvidar.

Miro al surista y hago una mueca a Tomas que espero que el entienda.

- Desmond atendera a sus caballos y avisara al barbero de ello Señor. Es un placer tener huespedes y espero que su estancia aqui sea de su agrado. Si necesitan cualquier otra cosa Tomas estara encantado de atenderles al igual que el resto de nuestras chicas.

Cuando entra el Sheriff en el local no puedo evitar torcer el morro.

Que tripa se le habra roto ahora a este desgfraciado?

- Bienvenido James! que podemos ofrecerle en el dia del Señor? Su familia le estara echando de menos en su casa o es que tal vez es algun asunto oficial el que le trae aqui?

Se apoya en la barra y deja paso al surista por si prosigue su camino por las escaleras aunque Marcus haya querido entablar una conversacion "hogareña" con el.

Tenemos nuevos inquilinos -anuncia Live, a las muchachas-, y no me gustan.

Cuando sus chicas comienzan a tomar interés por cómo son los recién llegados, la dueña del "Red-Skin" continúa:

Uno es un mejicano desaliñado con pinta de ser bastante inocente -suspira-. Sí le mantenemos entretenido, no creo que dé problemas. Te encargas tú, Susan. Quiero que lo conquistes con esa lengua pícara que tienes -sonríe-. Seguro que cae como un bobo a tus pies en cuanto pronuncies dos palabras tiernas.

El otro, por el contrario -continúa-, es un pistolero con pinta de ser extremadamente hábil. No creo que lo podamos separar de sus armas solo con nuestras “reglas”. Pero no me malinterpretéis -se apresura a añadir-, no quiero que ninguna se arriesgue a quitárselas. Sólo que las tengáis bien vigiladas.

Eso es todo. Salid y comenzad con el espectáculo -ordena-. Yo adecentaré esto un poco, para poder quitarlos de mi vista lo antes posible.

Las chicas salen y Live se queda recogiendo la habitación y haciendo la cama con sábanas limpias. ¡Qué honor para los nuevos que la regente del saloon les prepare la alcoba en persona!

El hombre misterioso abandona la zona de juego para encaminarse hacia las habitaciones. Tengo la sensación de que todos le seguimos con la mirada por unos instantes. Es la persona más enigmática con la que me he cruzado. El hombre al que Live ha llamado Timberland me devuelve el saludo. Me previene del caracter de la dueña y de paso se interesa por mi estancia. No debo dar mucha información sobre el motivo que me ha traido así que me voy a limitar a un saludo, cuando el sheriff hace acto de presencia. Me giro hacia la barra tratando de ocultar mi rostro y pido la botella de whisky a Thomas.

Lo más probable es que el hombre de ley sólo quiera conocer a los recién llegados y hacer conocer sus normas, pero por si las moscas, mantengo una conversación con Marcus para hacerme el despistado.

- La verdad es que espero a alguna vieja amistad. En cuanto llegue nos marcharemos. A pesar de la buena hospitalidad estaré sólo el tiempo justo. Y Usted señor, está también de paso? -

Observo de reojo al Sheriff y me agrada la reacción que ha tenido el hombre que parece el dueño del local. Da la sensación de no estar "limpio", y eso hará que llame la atención de James.

Primero escucho con atencion a Live antes de mirar a mis compañeras y sonreir entre risas.

- Siempre la toca lo mas divertido eh Susan?

Despues me limito a levantarme de la cama, estirar bien el vestido y salir con el resto de mis compañeras al pasillo para empezar nuestro pequeño espectaculo... los clientes deben de estar a punto de llegar y es bueno calentar un poco antes :P

 Me acerco a la barra y desde ahí me giro, como de costumbre para tener una buena visión del local. - No se preocupe, David, es la visita de rigor... Nada me gustaría menos que molestar a sus clientes.

Parece que el mejicano se hace el despistado - Por favor, caballeros, prestenme su atención unos minutos - digo al tiempo que hago un gesto con la mano a ambos forasteros.

Como ya se habrán dado cuenta soy el sheriff local, mi nombre es James Hugh y lo único que quiero de ustedes es que cumplan las leyes y no armen alborotos el tiempo que estén de paso en nuestra tranquila y adorable ciudad. No quiero causarle problemas a nadie, pero tampoco me gusta que me los causen, así que llevémonos bien.

Estoy seguro de que conocen las leyes a este lado del missouri, la única que difiere de la de otros lugares es que aquí en el saloon deben entregarle las armas a Tomas o a Desmond. Se las devolverán cuando salgan del local.

Espero que todo esté claro. De aquí en adelante los supondré avisados, espero que entiendan lo que quiero decir.

Me quedo un momento en silencio por si alguno de ellos quiere pasarse de listo o hacerse el tonto.

Al escuchar las palabras del Sheriff Reimond se gira lo suficiente para mirarle a los ojos.Una ligera sonrisa se insinúa debajo de su cuidado y negro bigote : la ley es la ley Sheriff y no necesita justificarse..

Tras las palabras de Reimond, suelto la hebilla y el pesado cinto rodeado de balas enfundadas desciende unos centímetros sobre mi cadera. Lo pliego dándole un par de vueltas dobre la cartuchera donde descansa mi viejo schofield para dejarlo sobre el mostrador de madera con un sonido seco y pesado. Después, lo arrojo deslizándose sobre la superficie hasta la altura de Tomas para que se haga cargo de él. Miro al Sheriff con cierta sonrisa inocente y un tanto sarcástica.

- Como bien dice nuestro amigo, la ley es la ley y no le llevaré la contraria, Sheriff. Sólo estoy de paso y no quiero crear problemas a nadie. Sobre todo a mí, jejeje -

Si el camarero me acerca la botella llenaré un vaso para vaciarlo en mi boca. Con el trago aún pasando por mi garganta intento ser coordial con el agente de la ley, dándome cuenta un tanto tarde de que puedo estar excediéndome en la confianza.

- Sheriff,... Glup... Puedo invitarle a un trago como seña de buena Fe? -

Mis palabras parecen haber creado un silencio un tanto incómodo entre los presentes. No es raro tener esta sensación entre gringos, pero hoy es especialmente incómoda. No me gustaría que me perdiera el "trabajito" por pasar un par de noches entre rejas. Dudo que mis "colegas" fueran a planear un rescate, aunque... Nunca se sabe.

El surista se aleja subiendo por las escaleras que conducen al piso superior justo al tiempo de que Tomas le silbe y le lance las llaves de su habitacion (que recoge con buena muestra de reflejos). El caballero finalmente desaparece en el piso superior hacia las estancias de descanso dejandoos al resto a solas.

Tomas recoje el revolver del mexicano y deja tambien otra llave sobre el mostrador para el sin decir nada mas.