Partida Rol por web

La entrada de la cueva es fria, humeda y tenebrosa. Los quejidos y gritos de los endemoniados se han detenido de repente, como si ni ellos se atreviesen a molestar a aquel que mora en la cueva.

Lo que parece una simple cueva queda extinto cuando llegais a su final. Una gran losa de piedra, casi como la pared y que de no haber sido movida hubiese quedado oculta a la vista, esta a un lado dejando entreveer como la cueva continua, como si hubiese sido excavada en la misma montaña.

El interior es mucho mas amplio y os pone mas nerviosos dado que parece algun tipo de amplia estancia con cuencos y jarrones a los lados y un pequeño charco en el centro a modo de "fuente". Todo esta desierto pero parece que la cueva continua mas al fondo, donde la tenue luz que se filtra desde el techo parece morir hasta la oscuridad mas profunda.

Sin duda es algun tipo de confinamiento, tumba o algo similar de los Arakuas aunque Ichii permanece callado. Todos estais seguros de que el indio ya ha estado aqui y sea lo que sea que paso su cuerpo parece hacer verdaderos esfuerzos para mantenerse en pie y no salir huyendo de alli.

El joven arakua daba un paso tras otro, temblando, tan solo medio metro delante de sus tres compañeros. Sentía un frío mortal en el cuerpo y alma, el miedo le atenazaba los miembros, y estaba seguro que se desplomaría sin fuerzas de un momento a otro.

Sudaba mucho, regueros de sudor le corrían por la cara, por su pecho y la espalda. Los otros le miraban, notaba sus ojos clavados en su espalda, pero sin duda era el propio temor a las sospechas, pues con certeza debían estar comprobando cada detalle de la cueva.  Le dio la impresión que habían pasado varias lunas desde la primera vez que estuvo aquí.

Entonces era un muchacho. Ahora se había transformado en un hombre.

Olfateó el aire como aquella vez, preocupado por los hermanos lobos,  por los osos y serpientes. Temores infantiles comparados con el terror que habitaba allí. Con lo que él despertó llevado por su estúpida curiosidad.

-No miréis en el interior de los cuencos, su contenido es vomitivo.

El frío antinatural de nuevo se hizo presente. La oscuridad los engullía, los atraía, los iba a devorar. Descubrió que lo que estaban haciendo parecía una absoluta locura. ¿De dónde todos ellos sacaron el valor para esto? ¿De qué lugar en sus corazones? Se detuvo, incapaz de dar un paso más. Unas lágrimas asomaron a sus ojos. Nunca más vería a Nube Azul, nunca podría abrazarla entre sus brazos us terso y hermoso cuerpo, nunca sería su esposa. No regresaría con sus seres amados, con sus padres, hermanos y amigos. Incluso dudaba que se encontrara con su abuelo, allá en el lugar donde moran los espíritus.

Hay oscuridades mas antiguas que nuestro pueblo y lugares sagrados que no deben ser descubiertos jamás por los rostros palidos.

Las palabras acudieron otra vez a su cabeza. Allí había rostros pálidos…¿Y qué? Tenían derecho a estar aquí, a conocer lo prohibido. Oh, Ichii, dos veces maldito, por traerlos aquí y por acarrear este Mal. Se aferró con fuerza al mango del tomahaw.

Alzó el brazo izquierdo, señaló con la mano al fondo, a la oscuridad.

- De ahí salió el Demonio, el Espíritu de la Muerte. De ahí.
 

Aun no estaba seguro de cómo había logrado subir al promontorio y aún más, no estaba seguro de cómo había logrado adentrarme en aquella gruta después de haber sido golpeado por un miedo atroz del que apenas sme había recuperado hacía unos minutos.

Pero allí estaba. Seguramente la ira y frustración eran lo que me empujaba ahora, más allá del deber y la determinación, a terminar lo que una vez me había propuesto. No lo admitiría nunca pero por lo que luchaba ahora ya no era por supervivencia o para salvar vidas... sino por venganza.

En mitad del trayecto me detuve - Tomad - extraje varios cartuchos de dinamita y se los dí a aquellos que tuvieran algo para hacerlo explotar - Si es posible guardad una en la recámara para esto.

Me quedé con el resto que até juntas en un solo fajo. - Llevo años sin fumar, pero ahora creo que me echaría un filtro. Comenté esperando que alguno de los presentes tuviera cigarrillos y fuego.

Denspec entró en la cueva con paso cansado, como si cada metro que recorriera en el interior de esa gruta le robase un pedazo de cordura, como si se bebiese una porción de su alma. Pero a pesar del esfuerzo que le costaba hacerlo, el hecho de saber que debían vencer a ese mal sin nombre, le hacía más ligero el aire que respiraba.

Se detiene en medio de la gruta, e ignorando la oscuridad amenazante o los cuencos, se guarda el cartucho de dinamita que le ofrecen de nuevo bajo la chaqueta, tal como hizo el día anterior.

Sonríe y mira al rostro demacrado del sheriff, consumido por el dolor, devorado por la sed de vengar a todas las personas muertas poco tiempo atrás. -Acostumbraba a fumar hace tiempo, pero descubrí que no podía subir más de dos tramos de escaleras sin asfixiarme y lo dejé.

Se acerca a la pequeña gruta que se adentra en la oscuridad y se queda observando la negrura, mientras nota como una ligera brisa proveniente del fondo hace revolotear su cabello.

Se gira y mira a los pocos supervivientes que habrán de enfrentarse al mal. Alza la cruz de plomo que cuelga de su cuello y comienza a hablarles para insuflarles ánimo, quizás esperanza.

-Esta cruz está hecha con plomo, y no es más que un trozo de metal. La suelta y la deja pendiendo de su cuello. -No tiene poderes, ni puede derrotar a nuestros enemigos. Señala al revólver del sheriff. -Ni tampoco esas podrán contra el mal que mora en este lugar.

-Tengo miedo, no sé qué encontraremos ahí dentro. Señala la caverna. -Ni quiero saberlo.

-Pero os diré lo que sé. Existen cosas más antiguas que el hombre, y mucho más poderosas y profundas. Cosas que siempre han estado luchando entre ellas, cosas que pueden alimentarse nuestras almas o, por el contrario, alimentar nuestras almas.

-Quizás no conozca el nombre del Señor en los Cielos, pero sé que está ahí. Le noté, tal como noto el aire meterse en mis pulmones, tal como noto la luz del sol calentándome mientras cuido de mi rebaño.

Se le quiebra la voz. -Le noté cuando me sentí morir esta misma noche, cuando aquellas criaturas querían devoranos y nos rodearon por todas partes. De alguna forma, él me dijo que aún no era el momento, que aún tenía cosas que hacer.

-No sé si podéis creer en Dios. Pero debéis esforzaros en sentir su mano sobre vuestro hombro. Él está dentro de vosotros y os habla. Os ama con todas sus fuerzas y os conmina a luchar por amor a vuestros seres queridos, por vuestros vecinos y compañeros, por los muertos, y por todos aquellos que dependen ahora de nosotros.

Echa un trago de agua de una cantimplora y finaliza. -Esa criatura se alimentará de vuestro miedo, de vuestro odio, de vuestras dudas. Si habéis de atravesar este umbral-Señala la entrada de la caverna.-Dejad todo eso atrás.

A continuación, alza la cruz y mira a los otros hombres de la cueva. -Abrazad al Señor y él perdonará vuestros pecados.

Se dirige a cada uno de ellos y les ofrece la extremaunción. Primero al indio:

-Por esta santa unción y por su piadosísima misericordia, el Señor te perdone cuanto has cometido por la vista. Indio, aférrate a tu juventud y valentía.

-Por esta santa unción y por su piadosísima misericordia, el Señor te perdone cuanto has cometido por la vista. James Hugh, tu fuerza es tu sentido del deber.

-Por esta santa unción y por su piadosísima misericordia, el Señor te perdone cuanto has cometido por la vista. Denspec se queda mirando al mejicano con mucha concentración, buscando las palabras adecuadas. -Eres un hombre astuto, y también bueno aunque no lo sepas.

Recibo de manos del Sheriff un cartucho de dinamita. Rebusco entre mis pertenencias y muestro el que ya tenía pensado usar en la cámara del banco. - Gracias Sheriff, es bueno tener uno de repuesto. Las mechas no hacen buenas migas con la humedad. Hay que tener una opción B a mano - Guardo los dos artefactos a buen recaudo y entrego a quien lo quiera recibir las últimas unidades de puros de mi región, acompañados de un fósforo. - Si ha llegado nuestro momento Compadres, que sea saboreando una de estas delicias -  Así lo siente el mexicano y enciende el humo para exhalar un anillo que se pierde en el oscuro techo de la cueva. - Ahhh. No digan que no renueva el ánimo -

El predicador interviene y tiene palabras para todos. Las que competen a Antonio calan profundamente en su alma. Es como si pudiera ver más allá de su fachada. Quizá Denspec haya podido ver al verdadero hombre y no a quién por circunstacias de la vida le ha llevado a tener que cruzar la línea de la ley. La redención recorre la mente de Antonio. Tras las palabras, el mexicano se queda absorto en sus pensamientos, como si el humo que se eleva de su puro pudiera dejarle ver las numerosas escenas de su vida. Tras ello, se vuelve a erguir y dice con convicción, cogiendo el puro con una mano. - Hagamos de una vez aquello que nos corresponde -

La entrada de la cueva es fria, humeda y tenebrosa. Los quejidos y gritos de los endemoniados se han detenido de repente, como si ni ellos se atreviesen a molestar a aquel que mora en la cueva.

Lo que parece una simple cueva queda extinto cuando llegais a su final. Una gran losa de piedra, casi como la pared y que de no haber sido movida hubiese quedado oculta a la vista, esta a un lado dejando entreveer como la cueva continua, como si hubiese sido excavada en la misma montaña.

El interior es mucho mas amplio y os pone mas nerviosos dado que parece algun tipo de amplia estancia con cuencos y jarrones a los lados y un pequeño charco en el centro a modo de "fuente". Todo esta desierto pero parece que la cueva continua mas al fondo, donde la tenue luz que se filtra desde el techo parece morir hasta la oscuridad mas profunda.

Sin duda es algun tipo de confinamiento, tumba o algo similar de los Arakuas aunque Ichii permanece callado. Todos estais seguros de que el indio ya ha estado aqui y sea lo que sea que paso su cuerpo parece hacer verdaderos esfuerzos para mantenerse en pie y no salir huyendo de alli.

Llegais muy precavidos hasta entonces hasta que empezais a escuchar voces que provienen de mas adelante... en seguida las reconoceis, al menos el Predicador esta vivo pues su voz es inconfundible. Parece como si ese malnacido de verdad estuviese tocado por Dios...

Cuando os moveis un poco mas hacia las voces veis que parece que todos han logrado llegar hasta alli con mayor o menor fortuna. El mexicano parece estar herido en su hombro y aun sangra y el resto parecen magullados...

El Predicador comienza a orar y, tras aquello, Antonio entrega unos puros a cada uno de los invitados. Cuando saca los fosforos para encenderlos estos parecen negarse a prender. Hay algo en el ambiente enrarecido, quiza no sea posible encender alli mas luz de la que genera la propia cueva... es algo malefico, sin duda.

Antes de que James, Antonio, Ichii o Joe lleguen a reaccionar un ruido llega desde su espalda. Cuando estos se giran con sus armas prestas para disparar se encuentran con que el sudista y Live estan en frente suyo, magullados y visiblemente cansados, pero vivos.

Los seis volveis a estar juntos... pero el viejo Abraham... parece ser que nadie pudo hacer nada por el...

Sea como fuere el fondo de la cueva no es precisamente una invitacion a seguir adelante pero, al menos, parece que los endemoniados no estan dispuestos a entrar alli... por ahora...

los mas distinguidos otra vez reunidos.digo jadeando aun por el esfuerzo de subir hasta aquí arriba o quizá por los nervios pasados .¿Que  novedades hay?

Recojo el puro y tras intentar encenderlo decido guardarlo - tendremos que fumarlo a la salida.

Musito un amén cuando Denspec recita las oraciones y plegarias que parecen infundir un poco de esperanza y coraje en los corazones de todos. No hay como tener a Dios de tu parte para henchirte de fuerza en estas horas tan lúgubres, gracias Denspec.

Cuando parece que es momento de encaminarnos al interior de la caverna un ruido nos sobresalta y nos volvemos faltos de tiempo de abrir fuego sobre los posibles enemigos. Afortunadamente no son ellos.

Nos temíamos que no lo hubiérais conseguido. - comento visiblemente aliviado acercándome a ellos - Os perdimos de vista cuando atacaron y no pudimos hacer nada por ayudaros,apenas logramos sobrevivir nosotros - agrego un poco frustrado. Llego hasta Live y le doy un abrazo que la pilla por sorpresa. - Me alegro mucho que estés bien. - He estado bastante distante, pensando en mi deber y lo que debía hacerse evitando pensar en ella, por miedo a que si muestro mis sentimientos no pueda cumplir con mi deber.

Me quedo mirándola sin decir nada, teniéndola entre mis brazos, me brillan los ojos.

He perdido al resto de mis seres queridos sin siquiera una rápida despedida, así que, en las últimas horas con la muerte pisándonos los talones me he dado cuenta de que no puedo permitir que me arrebaten a Live sin mostrar el amor que le profeso.*

Dispuestos a adentrarnos en las entrañas de la tierra buscando al origen del mal, algo que proviene de la entrada de la cueva nos pone en alerta. Las figuras del surista y Live se recortan con la escasa luz que viene del exterior. Es una buena noticia, pues cuantos más seamos mejor conseguiremos solucionar el rebuscado plan para acabar con lo que no se puede matar.

Los ojos del mexicano se centran en el encuentro entre la señorita y el Sheriff. - Eh James, no te has alegrado igual al verme... - La naturaleza de Antonio no es quizá la más propia para los momentos amorosos. - Padre, es mejor que los despose antes de que comiencen su noche de bodas aquí mismo... Aunque la ermita no es la más idílica, desde luego. En cuanto terminen nuestros enamorados podemos continuar nuestra odisea, jejeje -

Si,si muy contentos de vernos pero no os he visto bajar a ayudarnos .Rompo en una carcajada.Es broma,yo tampoco lo hubiera hecho y si el viejo  no hubiera entretenido a esos bichos..en fin, para que pensar en lo que podría haber sido..

Tras la comedida presentacion un frio aire surge del fondo oscuro de la cueva y os arremete haciendoos callar al instante y poniendoos la carne de gallina.

Todos sentis un escalofrio que os recorre la columna hasta lo mas profundo de la nuca.

Alli, tras ese pequeño charco y esas anforas llenas de huesos, allí, en lo mas profundo, parece que algo os espera...

Avanzais con cuidado, precabidos, conocedores que apenas un tambor de balas de cada arma no sea capaz de frenar lo que alli se encuentre. Incluso el propio indio, Ichii, esgrime su tomahawk con temor pese a ser un guerrero.

Os adentrais mas al fondo de la cueva y el pasillo de roca se estrecha de manera que solo cabeis dos delante, uno Ichii y el otro James cuando, de repente, un gruñido parece provenir de todas partes y de ninguna. Os deteneis pero nada ocurre. Avanzais un poco mas entre la negrura de la roca, el frio y la humedad hasta que el pasillo se divide en 5 pasillos mas pequeños por el que solo cabriais de uno en uno. Cual deberiais elegir?

Denspec se detiene en la intersección, escuchando los sonidos y sientiendo el aire en la oscuridad. La presencia maligna seguramente esté en la cueva más oscura, pero nadie en su sano juicio entraría por ahí. ¿Cómo soportar esa oscuridad antinatural dentro de ese estrecho túnel? ¿Cómo enfrentarse al mal con las manos casi desnudas? Solo hay una forma, y es esgrimiendo una luz más poderosa para rasgar las sombras...

Nuestros pasos nos encaminan hacia el mal invisible. El escaso número de balas de nuestras armas son un flaco estímulo de valor frente a un enemigo sobrenatural y seguramente tan antiguo como la misma cueva. Para mayor número de males, el terreno parece querer jugar a favor de su anfitrión y trata de dividir nuestro grupo presentando una serie de bifurcaciones. Cada una más tétrica que la siguiente. La más oscura de todas parece atraer la atención del predicador. Quizá pueda escuchar lo sobrenatural con la ayuda de Dios y oiga el origen del mal. Sin embargo no tenemos con qué hacer fuego y penetrar en las sombras.

- En algunas cuevas hay alimañas que producen luz, quizá aquí también podamos encontrarlas. Suelen vivir en los lugares húmedos. Por este camino se escucha el rumor del agua, nos arriesgamos? -

Hay que decidir que camino seguir y ninguna de las opciones parece demasiado apetecible .Podemos echarlo a suertes  o simplemente esperar a que Dios muestre el camino a nuestro buen pastor.Digo intentando escudriñar  en la oscuridad que nos hace frente.

Observo la encrucijada pero no consigo dar con nada que pueda arrojar un poco de luz sobre cual debemos escoger.

Os deteneis un momento y sentis que no parece haber una solucion a este problema, sino muchas.

Por si fuese poco sentis un escalofrio en vuestra espalda, sea lo que sea teneis la intuicion que el tiempo no juega precisamente a vuestro favor... aunque, como saberlo?

Sea como fuere el futuro se os antoja, cuanto menos, incierto.

Live queda tremendamente aturdida tras el abrazo del sheriff. Su cuerpo y su mente no responden. A punto está de dejarse llevar por la emoción del momento, cuando la socarrona voz del mexicano la devuelve a la realidad de tétrica de la cripta subterranea.
¡Ejem, ejem! -se limita a carraspear, visiblemente ruborizada.
Camina hasta la encrucijada como un autómana. Con el corazón acelerado en el bravo río de sus sentimientos. Piensa en su vida pasada, en su salón, en la mujer de Hugh...
No obstante, al ver que nuevos caminos se abren ante ellos, vuelve a transformarse en la mujer racional que en realidad es.

Mientras dudais sobre que camino deberiais escoger es Live quien revisa todo alrededor y parece pensar en voz alta:

El pasillo ascendente nos llevara a la parte mas alta de la montaña.
El pasillo descendente hacia lo mas profundo.
El que se escucha aire significa que hay cerca una oquedad que da al exterior.
El que se escucha agua es que sin duda la cascada se filtra e inunda el pasillo.

...pero... y el oscuro?

Realmente sus palabras no aportan nada a lo que ya sabiais con anterioridad pero os logran sacar de los pensamientos en los que estabais.