Partida Rol por web

Denspec se queda callado, escuchando los sonidos, sintiendo la brisa y la humedad. Coge aire y habla en voz baja, como si encontrase en una iglesia. -Hemos venido a luchar contra el mal, así que hemos de ir a su encuentro. Algo me dice que la oscuridad malsana nos conducirá hasta el origen de la corrupción.

Da un par de tímidos pasos hacia la entrada oscura, y se vuelve para observar las reacciones de los otros.

La oscuridad ? Y por que no ?.De todas formas estamos condenados y no creo que haya mucha diferencia Hago girar el tambor del revolver mas por oír el sonido que por comprobarlas balas que me quedan y enfundo el arma .Vamos predicador , indianos el camino .

Tras las palabras del surista, el mexicano argumenta: - Hay alquien que opine que el camino oscuro no es el más aconsejable?.... Veo que no - Quizá sea el miedo el que pone las palabras en boca de Antonio en un vano intento por salvar la vida. Sin embargo, es más que probable que hayan sido sentenciados desde el primer momento de poner un pié en la roca. Antonio respira hondo para coger fuerzas y seguir al predicador y a Philips, pero ni el mismo aire parece estar de su lado y sus pulmones no logran llenarse a pesar del esfuerzo. La sensación de opresión se incrementa con la oscuridad envolviéndolo todo.

Con la mano libre aferrada a su amuleto y rezando plegarias en voz baja, encamina sus pasos hacia la oscuridad mientras el sudor, más propio del miedo que del calor agobiante, recorren su rostro. Esto va por vosotros compadres... Os vengaré - Y besa la pata de conejo que lleva al cuello. Vuelve a sentir el peso del revólver sobre su mano. Tiene la sensación de que ahora el metal es más pesado y se convierte casi en un estorbo para avanzar.

El chamán blanco habló mucho, no comprendió todo lo que decía. Luego, Ichii reconoció en él gestos similares a los de su propio chamán de la tribu. Estaba pidiendo a su dios la ayuda o gracia para salir vivos de allí. O al menos para, cuando muriesen, que el demonio no se los llevase con ellos. Se preguntó si él podía entrar en el lugar fuera el que fuese al que iban los blancos. ¿O sería el mismo sitio para todos? Confiaba en estar al lado de su abuelo y de sus antepasados, al lado de todos los grandes guerreros de la tribu.

Y se encogió un poco al recordar que, tal vez, no lo quisieran entre ellos por lo que hizo.

Luego llegaron dos de sus compañeros perdidos. Se alegró, una serena y triste alegría. Los miraba y regresan sus ojos de hito en hito al interior de la cueva. La señorita no debería estar aquí…Debería salvarse, no es lugar para una mujer, solo guerreros. ¿Por qué los otros no le impidieron venir?

Avanzan, despacio, cautelosos, aterrados. Sudaba por completo, y le costaba respirar. Si el miedo tuviese garras todo su cuerpo estaría ensangrentado. Se obliga a andar, a no retroceder ni mirar atrás. Hasta la nueva encrucijada, varis opciones, varias muertes, la misma en el fondo. Mira a los demás, sin saber qué decir ni hacer. Ellos hablan y ya no los escucha, un sonido sordo en sus oídos le impide hacerlo. Reconoce el tambor rudo, potente, de su corazón, retumbando en sus sienes.

Deciden el pasadizo oscuro por completo. El chamán lo elige y los demás lo respetan. Es brujo, es sabio, él debe saber.

Así que también seguirá andando, sumergiéndose en las tinieblas del Mal.

Avanzais tras el Predicador, de uno en uno, por el angosto pasillo humedo de roca que se cierne ante vosotros. Apenas veis el suelo bajo vuestros pies o las paredes a vuestros laterales pero es facil palparlas mientras avanzais. Si no fuese porque el compañero esta delante vuestro diriais que no hay nadie a tan solo unos centimetros de cada uno.

El orden es el siguiente:

El Predicador
Ichii
Antonio (el sudista insiste en no ir delante de el)
Reimond
Live
James

Tras unos momentos avanzando la oscuridad parece volverse aun mas pesada, mas densa, como si os estorvase a cada paso o fuese uno mas entre vosotros hasta que os parece sentir como si hubiese un inmenso vacio entre cada uno de vosotros que no os permite saber si realmente estais con el resto o solos...

Te detienes un momento al sentir que algo va mal. Es extraño, dirias que el indio andaba detras de ti pero... donde esta? Te giras y alli detras no hay nada ni nadie, solo oscuridad y frio. Es el Demonio el que trata de apartaros del camino!

Te parece escuchar un ruido delante y apenas das dos pasos cuando una oquedad mas amplia te da cobijo y la oscuridad parece dispersarse.

Alli no hay nadie mas pero al fondo de la improvisada habitacion hay una salida... o entrada quiza pues alguien se adentra por ella hasta quedar en frente tuya... ERES TU!

Tu propia figura te mira y sonrie. Sus ropas te recuerdan hace años, cuando aun disparabas antes de preguntar y despreciabas todo lo que ahora abrazas, es mas, en sus cartuchera reposa un revolver.

La figura, claramente una obra del Maligno, te echa un vistazo y sonrie...

- Malnacido... reniegas de lo que fuiste y te atreves a cuestionar tus actos detras de esa estupida cruz? No tienes valor y has perdido el poco respeto que nunca pude tenerte... no eres mas que otro meatiestos y ya sabes lo que haciamos a esos estupidos bastardos...

Te detienes un momento al sentir que algo va mal. Es extraño, dirias que el rostro palido que andaba detras de ti no esta, ni el de delante!! Te giras y alli detras no hay nada ni nadie, solo oscuridad y frio. Es el Demonio el que trata de apartaros del camino!

Te parece escuchar un ruido delante y apenas das dos pasos cuando una oquedad mas amplia te da cobijo y la oscuridad parece dispersarse.

Alli no hay nadie mas pero el suelo de la habitacion esta repleta de tu gente, decenas y decenas de mujeres y niños Arakuas muertos, destrozados, con su sangre bañando el suelo de la cueva.

De repente, al fondo de la habitacion te parece ver al gran anciano, jefe de vuestra tribu, con la cabeza gacha y el cuerpo malherido. Aun parece estar vivo...

Te detienes un momento al sentir que algo va mal. Es extraño, dirias que el indio andaba delante de ti pero... donde esta? Te giras y alli detras tampoco hay nada ni nadie (algo que no te extrañaria si fuese solo por el mexicano), solo oscuridad y frio. Algo va mal.

Te parece escuchar un ruido delante y apenas das dos pasos cuando una oquedad mas amplia te da cobijo y la oscuridad parece dispersarse.

Alli no hay nadie mas pero al fondo de la improvisada habitacion hay una salida... o entrada quiza pues alguien se adentra por ella hasta quedar en frente tuya... el mexicano te mira con funesta mirada y su mano parece dispuesta a acariciar su revolver pero antes de que ninguno reaccioneis escuchas un ruido tras de ti...

- Maldito bastardo... ahora estamos como yo queria y voy a hacerte pagar todo lo que has estado haciendonos durante estos dias... es hora de saldar cuentas...

- Vamos por el manito!

- Orale que no se escapa el hijo de la gran chingada!

Mientras que Antonio se encuentra frente a ti, dispuesto a desenfundar, Juares se ha desplazado a tu derecha, tambien con el revolver en su funda preparado y Fernando a tu izquierda con similares intenciones.

Hay muchas cosas que no cuadran en esta situacion y, por suerte, eres plenamente consciente de ello. Quiza sea una trampa de aquello que os espera pero no tienes claro el efecto que pudiese tener sobre ti... o tu vida...

Te detienes un momento al sentir que algo va mal. Es extraño, dirias que el sudista andaba delante de ti pero... donde esta? Te giras y alli detras tampoco hay nada ni nadie solo oscuridad y frio. Algo va mal.

Te parece escuchar un ruido delante y apenas das dos pasos cuando una oquedad mas amplia te da cobijo y la oscuridad parece dispersarse.

Alli no hay nadie mas pero al fondo de la improvisada habitacion hay una salida... o entrada quiza pues alguien se adentra por ella hasta quedar en frente tuya... el sudista te mira con funesta mirada y su mano parece dispuesta a acariciar su revolver pero antes de que ninguno reaccioneis escuchas un ruido tras de ti...

- Ya es la hora de que tu y yo ajustemos cuentas maldita escoria... quiza pueda salir de aqui con unos cuantos dolares mas en mis bolsillos...

Algo muy extraño ocurre. Live parece perder al sudista cuando este andaba delante suya!! La oscuridad es extraña y en un momento ni todos los gritos parecen obtener mas respuesta que el silencio. Gracias al cielo Live aferraba la mano de James porque en un momento incluso este habia parecido perderse tras de ella... por poco...

Aun asi James parece desorientado, como si la oscuridad hubiese nublado su mente y dejado casi agotado. Quiza esa es la magia de este lugar.

James se apoya contra la pared de la cueva y respira hondo intentando reponerse mientras que Live no ve a nadie mas ni ninguna salida que pueda haber hecho desaparecer a sus compañeros.

Sea como fuere debeis retomar el camino en su busca o, al menos, en la de aquello que trata de acabar con vosotros. No dais mas de diez pasos cuando una abertura se abre dejando a la vista una gran estancia de roca cubierta de negrura.

Avanzais por ella y pronto comenzais a ver nichos en los laterales cubiertos de montones de piedras y finalmente, pegado a la pared mas al fondo, una gran piedra con extraños grabados y a sus pies una pila de huesos. Una pena no tener al indio para saber que narices es eso.

De repente un ruido os alerta y os hace giraros. Tras de vosotros, como surgidos de la mismisima roca, aparece Maria, la esposa de James, con su hijo Paul agarrado de su mano, aunque la mirada de Maria no es ni mucho menos de alivio por veros sino de odio profundo y visceral.

- Maldito seas James!! maldito tu y tu RAMERA!!

Agarro con fuerza a Paul y lo subo en mis brazos tratando que este no vea asi a su padre.

- Nos abandonaste, nos dejaste alli, solos, por esa maldita puta! nunca quise hacer caso a las habladurias, a los chismes, pero ahi estas, con ella denuevo!

Esto es lo que parece o estoy  soñando despierto?.El mejicano y su banda me han atrapado a mi , el cazador  cazado ,...pero espera algo no esta bien.No estaban muertos  ? y la herida en el cuello de fernando donde ha ido a parar?.Coloco la espalda conrra la pared   y tener  a todos los mejicanos en el campo de  vision mientras decido si es real lo que veo  o una treta del enmigo para hacerme gastar la valiosa   y escasa  municion que me queda.

La oscuridad a cada paso se vuelve más agobiante. Antonio tiene la sensación de verdadero "peso" sobre sus hombros. Como si fuera un manto maldito que entorpece sus movimientos y tratara de cansarle hasta quedar exhausto. Como salido de la nada, una nueva situación se muestra ante él. Ahora puede entrever una escena que  quizá su mente estaba esperando desde hace tiempo. El sudista parece haberse vuelto loco y amenaza con dispararle.

Sus palabras no tienen coherencia. Se habrá vuelto loco o es la mente del mexicano la que ha perdido el juicio y se encuentra atrapado en su pesadilla... La mano de Antonio se tensa sobre la empuñadura del revólver, pero trata de dominar la situación. Intentará razonar con Philips antes de matarle o ser él presa de sus balas.

- Qué carajo está diciendo Philips? Este no es el momento ni el lugar, maldita sea! Hay un enemigo que abatir y me reta a duelo por un puñado de monedas? Desde luego que tenemos un tema pendiente y créame que si ha ajusticiado a alguno de mis compadres lo pagará caro, pero ninguno de los dos nos merecemos caer en este lugar del Demonio. Ahora decida su destino -

Entonces, un sonido detrás nuestro nos saca de la situación. - Qué ha sido eso? -

Denspec da un par de pasos cansados hacia la aparición, con la espalda encorvada y el peso de los años descansando sobre sus hombros. Se queda mirando a la extraña silueta con ojos brillantes y de repente, como si el sol saliera por las colinas, una sonrisa de inteligencia se abre paso a través de sus arrugas. Se yergue y, por un momento, su voz se endurece con tonos afilados.

-¿Crees que te tengo miedo?

Se acerca hasta la aparición a la vez que se agarra con fuerza la cruz de plomo.

-No necesito esconderme. No tengo miedo.

Se arranca con fuerza la cruz de su cuello y la mantiene frente a él.

-No reniego del pasado, estúpido. Lo que hice no se puede cambiar.

De repente, presa de una furia inusitada, se quita el sombrero de la cabeza y lo lanza al suelo con fuerza.

-¡Los pecados que cometí me enseñaron la verdad! ¡El Señor en los Cielos nos protege! ¡Él nos Ama!

Entonces, le arroja la cruz de plomo a su anterior yo con toda la fuerza que tiene.