Partida Rol por web

Salis de DeadTown mientras aun queda algo de luz. El carromato sin lona lleva bastantes provisiones y una caja de dinamita entre otros utiles que Bamako ha considerado necesarios para su estancia en el retiro... lleva ya mucho tiempo trabajando en ella y esta claro que es un hombre arisco, terco y tenaz pero tambien ha sido un buen amigo para Abraham y su familia cuando estos estaban vivos.

Bamako ya trabajaba en la mina cuando Abraham y los suyos llegaron a DeadTown pero desde el primer momento el minero congenio con el granjero y ambos se pasaban largas horas tomando algo en el saloon o ayudandose en las tareas del pequeño rancho de Abraham hasta que Bamako se iba a la mina. Pasaban semanas enteras sin volver a verse pero, pese a ello, ambos siempre tuvieron una buena amistad. La verdad es que ahora, tras tantos y tantos sucesos en la vida de ambos, Bamako se ha vuelto un tanto arisco y llevaba mucho tiempo sin volver a la ciudad pero, en el fondo, parece el mismo buen tipo pese a haberse obcecado con la mina y su trabajo en ella hasta el punto de parecer algo que le esta consumiendo...

Llevo un rato pensando en mis cosas, y deseando echarme una siesta, pero antes debo de dejar algo asegurado.
Oye amigo, espero que tengas algo con lo que disparar a esos mal nacidos. Mis viejas armas son eso, viejas, y llevan muchos amaneceres sin ser usados. No estoy seguro de que pueda fiarme de ellas.

- JAJAJAJAJA!! - bramo - claro que si! tengo mi viejo henry y mi revolver... y en la mina tengo tambien una escopeta de dos cañones que creo que nos serviran... y esa maravilla de detras, la dinamita, claro! con eso podemos abrir unos grandes agujeros en el culo de esos malditos indios! JAJAJAJA

Azuzo los caballos y aprieto el paso, ya esta anocheciendo y no quiero que nos coja demasiado lejos de la mina; con un poco de suerte podremos llegar a ella antes de que amanezca y, con mas suerte aun, quiza no tengamos ninguna sorpersa desagradable con esos indios del demonio...

Apreais el paso hacia la mina mientras la oscuridad os engulle y una debil luz de la luna ilumina la llanura. Esta casi todo despejado pero segun vais avanzando al norte, hacia la mina y las tierras indias de las montañas, los cactus van dejando paso a algo mas de vegetacion.

Unas horas ya han pasado, mientras os calentais con algo de cafe caliente que tenia Bamako preparado, cuando ya el viejo minero decide hacer el primer alto del camino para que los caballos descansen, apenas una hora, antes de proseguir hacia vuestro destino.

El ruido de la noche es incesante... aves y aullidos compiten con el ligero viento y el relinchar de vuestros caballos. Tras un poco de comida seca y descanso Bamako vuelve a iniciar la marcha.

Tras otras horas en las que rememorais viejos tiempos y descansas algo, Bamako parece al fin divisar el comienzo de las montañas indias y de la zona donde esta su mina y aprieta el paso de los caballos para llegar antes de que amanezca.

Cuando los primeros rayos de sol comienza a asomar, timidos, por el horizonte, la estructura de madera del edificio de la mina ya se ve en la falda de las colinas con un verdor casi imposible de creer despues de tanta llanura seca.

La estructura esta desvencijada y vieja y se asenta al lado de una de las colinas de la zona, aunque esta parece mas arcillosa y menos consistente que sus hermanas de territorio Arakua. Ademas a su vera discurre un pequeño arroyo que nace de las mismas montañas y que bordea las casetas por un suelo de piedras y arena fina formando un claro de unas decenas de metros alrededor de todo ello.

Bamako, aprovechando la claridad, hace que la carreta acelere, atravesando el rio donde busca oro y llegando cuanto antes a su caseta desde donde se ve la oquedad donde tambien escava habitualmente (se ve un pequeño vagon de carga y una antigua via hasta la casa).

Parece que, al fin, habeis llegado...

La estructura de madera del edificio de la mina ya se ve en la falda de las colina.
La estructura esta desvencijada y vieja y se asenta al lado de una de las colinas de la zona, aunque esta parece mas arcillosa y menos consistente que sus hermanas de territorio Arakua. Ademas a su vera discurre un pequeño arroyo que nace de las mismas montañas y que bordea las casetas por un suelo de piedras y arena fina formando un claro de unas decenas de metros alrededor de todo ello. Tambien es facil distinguir la oquedad donde los mineros excavan habitualmente (se ve un pequeño vagon de carga y una antigua via hasta la casa).

Desde tu posicion mas elevada, detras de la caseta sobre la colina arcillosa de rocas, parece que no hay nadie mas alli aunque, estas seguro, que la persona que sigues ha llegado hasta alli, quiza unas horas antes que tu a lo sumo.

Si hay gente alli abajo no seras bien recibido y sus armas puede que te causen problemas aunque no tendria que ser muy dificil, acercarte con sigilo hasta las paredes de madera mas cercanas...

- Vamos, viejo, no sea que esos malditos indios nos esten observando desde sus madrigueras!

Me muevo lo mas rapido que puedo hacia la entrada de la caseta para, despues, meter la carga de la carreta en el interior para tenerlo a mano.

Despacio, me bajo de la carreta, me estiro y miro a mi alrededor.
No jodas que esos cabrones pueden estar tan cerca...si es así, dame un arma ya.

Entrais en la caseta desvencijada y vieja de madera y, rapidamente, Bamako te lanza una escopeta corta de dos cañones que parece funcionar bien. El se aferra a su henry y su revolver en el cinto.

Tras moveros un poco y meter algunas cajas de municiones y demas os parece escuchar un gemido en el exterior que os pone la piel de gallina. No parece ser ningun tipo de animal que conozcais o ser humano... diriais que es un lamento del mismisimo infierno. Despues el silencio vuelve a embargarlo todo.

Os mirais un segundo... pero nada mas ocurre...

Miro a Bamako, sin saber qué hacer, petrificado...sólo tras unos segundos, acierto a decir:
Amigo, dime que eso que he oido es porque aún me dura la borrachera y sólo es un puto lobo aullando...poruqe ami me ha parecido oir la voz del mismisimo diablo- le digo y me santiguo casi instintivamente, a pesar de mi poco roce con la religión ultimamente.

- Esos malditos indios... seguro que es alguna jugarreta suya para hacernos salir corriendo fuera...

Amartillo el henry y reviso que el revolver tiene todas las balas en el tambor.

- Espero que estes preparado, creo que es el momento de que empiece el baile.

Me apoyo en la pared de la cabaña y me asomo por la ventana en busca de esos apestosos indios del diablo.

Un grito, y despues otro, irrumpen el silencio, como si de una persona al ser destrozada por una manada de bufalos se tratase.

Tras aquello, con la sensacion de que algo extraño esta pasando, os quedais congelados.

De repente escuchais un quejido suave y despues como si unas piedras se desprendieran por la colina cercana. Desde donde estais no parece verse nada hasta que Bamako chilla alarmado y dispara su henry desde la ventana gritando que ahi estan los indios.

Cuando Abraham se asoma por su ventana puede ver dos indios, a pie, sin buscar cobertura o ningun tipo de proteccion, que avanzan con sus hachas en mano y pinturas de guerra, hacia la caseta, a paso ligero pero lento... como si no les importase que les disparaseis...

Estaba cansado, sediento. Sudaba y su cuerpo brillaba por la transpiración. Bebió un poco de agua, y mordisqueó unas pocas tortas que le quedaban. Tenía la sensación que estaba cometiendo un error, que su curiosidad y necesidad de saber le llevaban apor un terreno muy peligroso. Por otra parte, sentía que sobre él recaía la responsabilidad de lo que había sucedido en la cueva, y no podía dejarlas cosas así y marcharse a otro lugar. Llevaría consigo siempre la incógnita, la duda, y eso envejecería su joven corazón.

Así que, armado de buena voluntad, joventud e inocencia, siguió las huellas, nada difícil. hasta que alcanzó la mina. No tenía mucha idea de lo que era, mas luego recordó conversaciones de los adultos de su tribu, y se hizo una idea de lo que era eso. Una mina. Hombres blancos. Hombres sis escrúpulos que habían matado a muchos indios. Había paz con ellos ahora, pero no dudaba que no duraría demasiado. Aquellos blancos nunca se cansaba de conquistar más y más tierras, para su ganado, para sus cultivos. Escupió a un lado.

Y lo que fuese que hubiera seguido desde la cueva, se había metido allí. Sonrió. Salía de una caverna para meterse en otra, pensó perplejo. A esa cosa le gustaba la oscuridad y la calma. Aunque no encontraría mucha ahí dentro, con el ajetreo de esos carros y los trabajadores.  Husmeó el aire, buscando el olor acre de esos tipos, y su vista de águila los buscó. Se deslizaría igual que una serpeinte, aprovecharía los desniveles del terreno y se dejaría engullir por las tinieblas una vez más.

El joven indio desciende de su parapeto en lo alto... parece que la mina esta desierta, quiza el hombre blanco no se encuentre en las excavaciones pero esta claro que habita aqui y sigue trabajando en ella.

Nada mas dar los primeros pasos te das cuenta de que aqui hay mucho mas de lo que veias a simple vista. A tu alrededor te percatas de rastros extraños... ves sangre entre las rocas y... mas adelante... un tomahawk?? Ahora es imposible eludirlo, tus hermanos han estado aqui pero... por que? dirias que no hace mucho, ademas. Alla una pluma de guerra, mas alla mas sangre... y restos de carne... humana...

Cuando te acercas a la oquedad de la mina te das cuenta de que la accion parece alejarse de ella y centrarse en la caseta por lo que te acercas alli con mas cuidado si cabe. En el interior las puertas y ventanas estan rotas; los casquillos de bala lo marcan todo y sangre... mucha sangre... pero ningun cadaver.

En la parte de atras de la caseta te fijas en que hay una carreta pequeña y un facil rastro de caballos que se alejaron al galope. Es facil tambien, distinguir que gran cantidad de sangre lo mancha todo por lo que, al menos uno de sus jinetes, estaba herido cuando se alejaban de alli a toda prisa.

A parte de eso, no parece haber nada mas en la zona... lo que quiera que haya sido ya no esta pero... donde? ademas no hay cadaveres de ningun tipo... que podria haber pasado?

El grito de Bamako me espabila, los indios son algo contra lo que se puede pelear, y pueden sangrar, así pues me asomo a la ventana dispuesto a repartir plomo. Grande es mi asombro cuando veo a ddos apestosos indios viniendo hacia nosotros, sin prisas, a pecho descubierto, como si ignorasen lo que es un arma de fuego.
Malditos hijos de puta, están locos...
Sin más pensamientos ni tardanza, les apunto con la escopeta, a ninguno en concreto, si no a los dos. A esta distancia, con la dispersión de los perdigones les daré a los dos y los mandaré con sus ancestros de un sólo disparo.
Disparo.

Bamako grita de jubilo cuando derriba a uno de los indios que divisa desde su lateral pero algo parece preocuparle y sigue disparando sobre ellos un par de veces antes de dirigirse rapidamente hacia la caja de dinamita que habeis traido al interior de la edificacion.

Abraham espera a que los indios se acerquen, emiten gemidos y gritos como si estuviesen en algun tipo de trance, alzando sus tomahawks al cielo mientras caminan sin miedo hacia vosotros. Cuando la escopeta dispara sus dos cañones contra ellos el fuego derriba a ambos, impactandoles en el torso y dejandoles tendidos en el suelo pero parece que uno de ellos aun esta vivo y se lenvanta como si nada, avanzando con mayor rapidez hacia el edificio y gritando. Ahora que puedes verle mas cerca dirias que ese indio tiene heridas recientes que no las ha provocado el disparo dado que una de sus manos esta mutilada y le faltan casi todos sus dedos y su rostro tiene multitud de sangre por todas partes.

Bamako coge un cartucho de dinamita y se prepara a lanzarlo misntras masculla una maldicion cuando un ruido en el techo os alerta de que alguno de esos apestosos indios esta sobre el tejado. De repente, mientras el viejo minero alcanza nuevamente su arma, la puerta de la casa se abre de un golpe, esparciendo astillas por doquier, y dejando a la vista como un indio armado y ensangrentado, con la mirada perdida, se abalanza sobre el negro dispuesto a degollarle.

En cuestión de segundos, lo qeu parecia que iba a ser algo sencillo, tan sencillo como puede llegar a ser una lucha entre nosotros dos y unos indios malnacidos, se convierte en un conato de pesadilla. Un indio atravesado por el plomo se levanta y sigue andando, haciendo qeu alucine mientras recargo mi escopeta. Además otros parecen andar por el techo. Cuando la puerta se abre, me giro hacia ella, justo a tiempo para ver como entra un indio dispuesto a matar a Bamako. Inconscientemente, y casi sin pensarlo, y aprovechando que está centrado en Bamako...
Mi intención es darle un culatazo en la cabeza con todas mis fuerzas. Porque quizás un disparo aqui dentro, tan cerca del negro, podría ser letal para mi amigo.

Cuando estaba a punto de desenfundar mi revolver para disparar al tejado, con la esperanza de alcanzar a esos asquerosos indios y hacerles caer, la puerta se abre y otro de ellos cae sobre mi. Es increible como estan atancando como si no tuviesen miedo o siquiera conciencia de que nuestras armas acabaran con ellos sin esfuerzo si no se cubren. Parece no importarles lo mas minimo.

El indio va a caer sobre mi asi que intento apartarme y disparar con el revolver en su pecho para quitarmelo de encima. Parece que les hemos subestimado y que son mas de los que habia visto fuera... aun asi son solo salvajes y nada podran hacer contra armas de fuego...

El indio salta sobre Bamako y le apresa mientras su arma queda sujeta con la mano del negro. Aun asi esto no parece importar al guerrero que le muerde intentando seccionale la yugular con sus propios dientes. El disparo de Bamako suena entre los dos cuerpos justo cuando Abraham llega sobre el y le golpea la cabeza, abriendosela y esparciendo sangre por doquier.

El indio cae al suelo con los sesos esparcidos y convulsionandose... y lo que es mas horrible aun, con sangre y carne del cuello de Bamako entre sus dientes. Ademas el tiro de Bamako le ha impactado a un costado a quemarropa por lo que el indio no tardara demasiado en morir.

Bamako sangra como un cerdo por el cuelloy se aferra la herida con visible dolor. De repente el techo resuena nuevamente, recordandoos que hay alguien arriba que intenta abrir un agujero por el que entrar.

Los gritos de los indios del exterior se hacen mas fuertes, como si el infierno se hubiese desatado. Parece que un centenar de ellos estuviese dispuesto a sacrificarse por mataros... pero... por que esa falta de aprecio por sus vidas? Es irracional.

Escuchais como los indios se acercan cada vez mas a la caseta y como los caballos, en la parte de atras, chillan asustados. Quiza deberiais plantearos salir de alli ahora mismo... Bamako no parece demasiado bien y quiza podria desmayarse por la herida...

Mi idea es salir con Bamako de alli, ya sea por la puerta o alguna ventana, lo que parezca más seguro, dejando atrás la dinamita a punto de explotar (aunque llevandome algún cartucho encima por si acaso)
Ya me dirás si debo tirar para algo.