Partida Rol por web

 Así es, conoces bien tu oficio, Semfield. - le replico con brusquedad. A pesar de que ese vaquero es un malnacido tratar a los muertos para ganar dinero no es algo que me guste.

Nunca lo entenderé.

Antes de hacer la donación a la iglesia mande a alguien al rancho para avisarles de que su hombre ha muerto. Puede que quieran correr con los gastos, por lo que habrá más para la iglesia... y más para usted. - le aclaro.

Luego de ver como le meten en el carro y se lo llevan, vuelvo al local donde Rufus se muere.

El buen doctor, con la ayuda de muchos de los presentes, va terminando su operacion con el ppobre y malherido Rufus. Finalmente se dispone a limpiar y coser la herida para, posteriormente, vendarla.

Tras aquello el sheriff entra nuevamente en el local y ya todo parece dispuesto para trasportar al joven a una cama donde Morgan pueda seguir echandole un ojo y asi controlar su evolucion.

Al fin he extraido la bala y ahora ya pueden dejar que Rufus descanse... ahora lo peor sera la fiebre y, aun con todo, puede que ni siquiera sobreviva.

- Llevadle arriba y que descanse... yo me quedare con el en cuanto pueda para controlar que no empeore. Live, me vendria bien que una de tus chicas estuviese conmigo y cuidase de el - hago una pequeña pausa mientras me lavo las manos y me dirijo esta vez a James - habra que avisar a los suyos... es bastante complicado que sobreviva. Fue un mal tiro y el chico se bate ahora entre la vida y la muerte. Estas horas seran decisivas.

Me tomo otro trago de whisky y medito un momento antes de irme nuevamente con el chico.

Sin bajas, señor Philips -exhala, de forma casi inaudible. No le importa si el forastero escucha o no sus palabras, ya que son más para sí misma que para el surista.

Pero la copropietaria del saloon pronto descubre que ha vendido la piel del oso antes de cazarlo.

El alivio de Live dura poco, las palabras del doctor la sacan de su trance.

¡Petra, ya has oído al doctor Morgan! -ordena.

Me encargaré de ello, Morgan. - le digo y le estrecho la mano - Muchas gracias por venir tan rápido, quizás usted le haya dado una oportunidad al menos.

Acompaño a Rufus arriba, junto a los otros que vayan a ayudar a transportarlo.

Live, creo que había una chica a la que Rufus le tenía echado el ojo... si pudieras pedirla que venga... 

Denspec observa la escena con gesto serio y cierta palidez en las arrugas de su cara. Cuando suben al chico escaleras arriba, sale y recoge el pisoteado sombrero y se encamina hacia el pistolero, que yace en el camino varios metros más adelante.

Todos los hombres son corderos del Señor, y todos podemos cometer estupideces.

Cuando llega a su altura, se arrodilla junto a él y le palpa el cuello. Le cierra los párpados si los tiene abiertos, y coloca su cuerpo en una posición más digna. Después de todo eso, vuelve a la posada para avisar a Defer y se retira a la parroquia.

Sales al exterior del saloon y ya el enterrador esta haciendo sus labores junto con un par de muchachos que le han traido una caja de pino en una carreta. Ya todo esta dispuesto para prepararlo y sabes que los enseres del vaquero serviran para pagar el entierro y, si sobrase, para la iglesia como donativo por los costes.

Cuando te pones a su lado te das cuenta de que es solo otro muchacho estupido. Un joven con demasiada sangre en las venas y muy poca cabeza que ha decidido obrar mal y matar y morir por el hierro de los hombres.

Mientras Semfield termina de hacer su trabajo tu te santiguas y el añade:

- Mañana al medio dia podremos estar preparados para la sepultura, Padre.

Asientes y vuelves al saloon para avisar a Defer y regresar a tus labores en la iglesia y el camposanto cercano... donde mañana enterrareis al vaquero... solo rezas porque sea a el solo y el muchacho del sheriff pueda sobrevivir...

Las chicas atienden a las ordenes de Live mientras el doctor se encarga de los cuidados de Rufus en una de las habitaciones superiores y todo parece recobrar un poco la calma que deberia haber esa noche.

La vida y la muerte siempre han estado muy unidas en el oeste y en DeadTown la linea que las separa puede ser muy fina.

Toda la gente ha decidido parar las celebraciones y parroquianos, pueblerinos y forasteros parece que esta noche se marcharan pronto a dormir... nadie parece con ganas de alzar su copa hoy. Con la sensacion de tristeza y el mal sabor de boca muchos se marchan del saloon mientras Tomas y los demas empleados tratan de que todo vuelva a la normalidad. Sea como fuere este domingo puede que no se olvide facilmente...

El cuerpo que se llevan de la barra es más un cadáver que un hombre. Me retiro el sombrero en señal de respeto por él. No sé dónde pernoctará el ayudante del Sheriff, pero me da mal fario tener a un moribundo pasando sus posibles últimas horas cerca de mi habitación. Allí donde me he criado todo el mundo es muy supersticioso y dicen que las muertes trágicas nunca vienen solas. Ardo en deseos de pedir la habitación más alejada del herido grave. Comienzo mis pasos hacia Tomas con el fin de poner en marcha mi idea, pero al ver que el bar casi seguro cierra sus puertas por la falta de personal me hace dudar. No creo que esté de humor para transigir semejante capricho. La sangre de Rufus aún gotea por el lateral de la barra. Tendrán que limpiarla pronto o este lugar se llenará de moscas y mal olor. Con un - Buenas noches a todo el mundo - me propongo retirarme a descansar.

Comienzo la ascensión de los peldaños que me llevan a mi habitación mientras un perro aulla a la luna. Mal augurio... Sigo pensando y me santiguo apretando después con las dos manos mi sombrero de ala ancha. Un mal sabor se impregna en mí de éste lugar como cuando bebes un mal whiskey. Quizá mañana cuando despierte un nuevo día los ánimos se renueven.

Enfrente de mi puerta me detengo y oigo los pasos del doctor sobre el suelo de madera de alguna de las habitaciones. Del herido ningún sonido se percibe, ningún lamento. Entro y cierro la puerta. Un viento entra aullando por la ventana. Bajo la hoja cerrando el pestillo y corro los cortinones, pues podría ser el alma del señor Rufus que anda perdida. Después, saco un pequeño amuleto que nos otorgan nuestras madres cuando somos niños en mi aldea y la cuelgo en el pomo de mi puerta para protegerme de los malos espíritus que traten de llevarse a Rufus esta noche... Por si se equivocan de puerta...

Intranquilo me tumbo sin desvestirme. Quizá el doctor nos requiera de urgencia y no quisiera asistir en calzones. O al menos, esa es la escusa que cruza mi mente. Sin embargo, caigo dormido al poco rato.

 Tras comprobar por enésima vez que Morgan y una de las chicas de Live se ocupan de mi moribundo compañero desciendo las escaleras pausadamente casi no queriendo alejarme de él, pero he pasado todo el día fuera de casa y aun tengo que hacer algunas cosas antes de regresar. Hay días realmente horribles en este trabajo.

Me acerco a la barra y le pido a Tomas un whisky, la fatiga acumulada a lo largo del día ha hecho mella en mi resistencia y necesito algo fuerte que me despeje un poco. Me quedo un rato tanteandolo sin prisa, cuando por fin siento algo de descanso es momento de continuar con lo último que tengo por hacer.

Tomas, necesito que me digas quienes estaban presentes durante el altercado de esta tarde y que me cuentes qué es lo que pasó. Sólo lo que de verdad sepas, no quiero que supongas nada. - Tomo un sorbo mientras hace memoria - Necesitaré también hablar también con el que disparó al vaquero.

Denspec entra en la posada aún más abatido si cabe, y se acerca a Defer para ponerle una mano en el hombro.

-Hijo, ahora no hay mucho más que hacer aquí, después de que la estupidez y el plomo hayan dicho lo único que saben decir. Alza la voz al decir esto último, como queriendo que los otros lo oigan bien.

Guarda silencio y suspira, intentando ignorar el olor a sangre que impregna la generalmente alegre atmósfera del local. -Me retiro a la parroquia. ¿Vienes o prefieres descansar aquí? En la casa del Señor siempre hay sitio para alguien más.

Endereza de repente su espalda y su cabeza vuelve a alzarse orgullosa, a pesar del cansancio. -Mañana sepultaremos a este chico para que pueda comenzar su viaje al infierno. Baja la cabeza con tristeza. -Porque ese es el destino que le espera a los hombres que deciden ignorar los mandamientos y derramar la sangre de sus hermanos.

Sacude la cabeza. -Aunque, en realidad, sólo Dios puede decidir cuál será nuestro destino final, en base a lo que un hombre haya hecho con su tiempo en este mundo. Su mirada de hierro negro y duro recorre los rostros de los presentes. Se gira y se despide al salir de la posada, con unos pasos que distan mucho de mostrar abatimiento o cansancio.

Miro a James... he estado recogiendo y limpiando todo pero aun hay bastante que hacer asi que lo organizo con los muchachos y les dejo que sigan antes de ponerme a responder al sheriff.

- Estabamos en pleno espectaculo cuando entro ese vaquero, Tukson creo que se llamaba, y le increpo a Desmond para que salieran fuera a terminar lo que habian empezado, ahora si, con los revolveres. El iba armado y tenia una actitud clara desafiante. En la barra - dice como recordando - se encontraba Rufus y mas alla Desmond, mientras que yo estaba tras la barra y la gente se habia apartado alrededor por si pasaba lo peor.

Mientras yo buscaba la escopeta Desmond no hizo nada raro y solo hablaba con el vaquero pero parece que Rufus hizo algun extraño movimiento hacia su revolver, no se que, no lo vi, pero desencadeno que el vaquero disparase sobre el. Despues de eso todo fue un caos. Yo dispare sobre el pero solo le heri y salio huyendo de aqui... hasta que ese jugador, el forastero, lo abatio desde la ventana.

No sabria que mas decirle sheriff.

Defer se encontraba en una mesa del fondo, aun ahogando sus penas con wishky, y acompañado de un par de lugareños de su "quinta" cuando el Padre entra en el saloon y se dirige hacia el. Con aire apesadumbrado aun Defer le escucha y asiente para finalmente sentenciar:

- Si Padre, creo que sera mejor que le acompañe a dormir en la iglesia.

Tras aquello Defer y Joe, el predicador, salen del local para descansar un poco pues aun hay que preparar el entierro de mañana...

 Gracias por todo - pago la bebida y la apuro. - Necesitaré hablar con Desmond y con el jugador, seguramente duerme aquí, dime cual es su habitación y el nombre con el que se ha registrado.

Sé que es tarde pero no puedo esperar a mañana.

Live permanece en silencio, mientras el tren de la vida sigue su curso.

Las chicas bailan y ella finge observarlas; no obstante, toda su atención se encuentra puesta en la suave voz del sheriff que, elegante, mantiene la compostura, a pesar del terrible estado en que se encuentra su ayudante.

Todo esto es culpa mía -piensa la mujer, con el alma en vilo, a la espera de que Ruffus decida si muere en la noche o si vive para un día más.

Sabe que no fue ella quien empuñaba el arma, ni quien decidió disparar. Sabe que Ruffus actuó apresuradamente y que ellos lo hicieron con demasiada lentitud…

Le duele la culpa. Le duele la pasimonia de James. Le duele que su socio la haya dejado sola con este entuerto…

Mira el espectáculo.

Termino de escurrir un paño humedo lleno de sangre en una cubeta y miro nuevamente al sheriff deseando que termine para poder cerrar este amargo capitulo de la noche.

- Desmond puede atenderle ahora mismo si quiere y el forastero se llama Marcus Timberland y esta hospedado en la habitacion 13. Creo que ahora mismo esta en una de esas mesas del fondo aunque todos le estamos muy agradecidos por haber acabado con la vida de ese vaquero malnacido.

Desmond se toca el sombrero.
Iré a avisar al huesped. Tome mientras tanto asiento y haga que le sirvan un trago, amigo.
Desmond se encamina escaleras arriba, hacia la habitación 13...

Tomas... quizás sea pronto para agradecerle nada. - Disiento aun sin saber si todo este incidente terminará aquí o no.

Prefiero acompañarle Desmond, igualmente será mejor para todos si hablamos en privado. - sigo a Desmond arriba.

Me levanto y miro a Desmond y luego al sheriff antes de que asciendan las escaleras. Me levanto de la mesa donde estaba revisando el revolver y la baraja con la que habitualmente juego, y me redirijo a ellos.

- Si, sera mejor que subamos a hablar a mi habitacion, gracias Des.

Me encamino con el sheriff hasta la puerta y le invito a entrar para luego pasar tras de el y cerrarla. Respondere a todo lo que el sheriff disponga, eso si, en privado...

James y Marcus suben al piso superior y se quedan en privado para hablar del incidente mientras, abajo, todo intenta volver a la normalidad.

La noche parece acabada y todos solo esperais a que llegue un prometedor nuevo dia...