Partida Rol por web

Insto a los otros vaqueros a que vayan a por la chica para ver que se encuentra bien. Por el momento tan solo echo una ojeada al otro mejicano.

¿Hermandad entre mejicanos o ya se conocían? - le pregunto al que ha sido mordido.

El mexicano parece que sangra profusamente y se tambalea hasta apoyarse en una pared cercana y sentarse un momento aunque los vaqueros siguen con sus pistolas desenfundadas mirandole.

Rapidamente Antonio comienza a intentar taponar la mordida que parece mas profunda de lo que cabria esperar y dos vaqueros corren al interior a ver a la hija de O´Conner mientras el resto continuais en el exterior cuando, de repente, escuchais a los vaqueros desde dentro:

- Tranquila niña!! tranqui... ahhh!!! puta!!! hija de puta!!!

Se escuchan un par de golpes fuertes y algo cayendo pesadamente al suelo.

- Joder no cae! no cae la muy puta!!! ostias!!!

Luego un disparo y uno de los vaqueros sale de la estancia a toda velocidad con el brazo casi colgando de un colgajo a la altura del codo mientras tropieza y trata de huir de la sala a toda velocidad con los ojos perdidos y la mandibula desencajada.

- Esta loca!! se ha vuelto loca como los indios!!!

Escuchais a esa fierecilla en el fondo de la habitacion, como si estuviese devorando los restos aun con vida del otro vaquero que no ha vuelto a la claridad de vuestra estancia...

Sheriff no creo que sea el momento pero si así se muere mas tranquilo le diré que estaban juntos y tenían planeado algo. ¿Verdad, "señor"?.Digo mientras desenfundo el revolver y apunto hacia la puerta por si a "la niña" le da por salir.

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El pañuelo no detiene la hemorragia y se empapa en cuestión de segundos. El Sheriff se acerca para interrogar al herido si existe alguna relación entre los compatriotas. Fernando al parecer bastante tiene con no ahogarse en su propia sangre. El mordisco que ha sufrido le ha desgarrado su cuello. Jamás diría que ha sido mordido por una jovencita, sino por algún perro. - Traquilo compadre, saldrás de esta - Presiono sobre la herida y mis guantes se tiñen de rojo. El pañuelo se ha empapado de tal forma que parece formar parte del cuello sanguinolento.

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La situación lejos de calmarse nos hace testidos de otro macabro acontecimiento. En la habitación donde dos vaqueros han ido buscar a la muchacha, se proliferan unos alaridos. No tarda en salir uno de ellos gravemente herido aludiendo a la joven como su agresora. Del otro, no hay noticias. Miro al Sheriff con ojos desorbitados mientras sigo presionando el cuello de Fernando y le dijo en voz baja con mi marcado acento: - Es el Diablo, Señor. El Diablo se ha metido en ella para matarnos a todos. Mátela Sheriff, antes de que se haga más fuerte! -

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La sangre abandona el rostro de Denspec cuando ve salir renqueando al vaquero malherido, pero enseguida se abalanza hacia la habitación, blandiendo el crucifijo en la mano derecha y un puño cerrado en la izquierda. -¡Traed fuego! ¡No pueden soportar la luz!

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Con todo su cuerpo temblando, sólo la certeza de que el mismo Satán le espera al otro lado le impulsa a afrontar aquella prueba y ser digno ante el Señor. Morirá si es necesario, pero intentará ayudar al otro vaquero. Desde hace mucho tiempo, Denspec sabe que su única misión en la vida es cuidar de su rebaño y entregar hasta el último aliento en este propósito. ¿Por qué si no el Señor le habría dado otra oportunidad después de lo que ocurrió?

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Una vez traspasado el umbral, intentará presiona el crucifijo contra la chica para apartarla del herido.

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Me agolpo tras Denspec, saco el revólver y lo coloco sobre la cabeza de la niña. Mi fe en dios ha mermado bastante. Disparo a la niña sin esperar a que los fervorosos rezos sirvan de algo.

Mientras Antonio trata de curar a su "amigo" con Reimond a su lado el Predicador entra en la estancia seguido por el sheriff. Rapidamente ambos encuentran a la pequeña, de no mas de 14 años, devorando a uno de los vaqueros ya fallecido. Rapidamente el Predicador se abalanza sobre ella con su crucifijo y aquel ser parece retroceder un paso, justo lo suficiente para que el sheriff apoye su cañon en la cabeza de esta y desparrame sus sesos por las paredes.

Todo acaba en un segundo y vuelve a reinar el silencio.

El vaquero moribundo que trata de salir del edificio finalmente tambien queda inmovil, sus fuerzas tambien se agotan y se desangra profusamente.

Es una locura...

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Noto la tibieza de la sangre en mis manos. Si no se le practica sanación a mi compatriota podría morir desangrado. Pronto se volverá soñoliento y la temperatura corporal bajará. - Hay algún matasanos entre nosotros? - En este caso tan dramático, hasta un sastre sería de gran utilidad para cerrar la herida. Aunque me temo que entre los pocos supervivientes que estamos no encontraré a alguien ducho para esto. Ojalá me equivoque.

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Mientras espero una ayuda y trato de calmar al herido, me asalta la duda de cómo la jovencita ha contraído el mal del Diablo. En principio estaba secuestrada por Fernando. El mal se desplaza por el aire como un espectro? Sucumbiremos al permanecer en esta casa maldita? Siento la necesidad de tener cerca al predicador. - Padre, no debería estar rezando por nuestras almas? -

Si fuera mi caballo ya lo hubiera rematado para que no sufriera Antonio .Digo en voz alta mientras alternando la mirada entre la niña y el mejicano malherido.Es tu compañero y tu sabrás pero creo que lo mas humano seria un balazo.Desenfundo y apuntando el revolver hacia el suelo.Si te da reparos hacerlo tu mismo puedo hacerlo yo

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Abajo las armas - le ordeno al sureño - Aun podemos hacer algo por él. - les digo con firmeza a ambos - Denspec busca en la casa alguna sábana o venda con la que taponar bien la herida, Desmond y yo nos encargaremos de buscar algún caballo.  Quizás quede alguno con el que llevarlo a galope al médico.

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Miro a los demás antes de continuar camino por el rancho - Los demás, buscad en la casa munición, armas y cualquier otra cosa que nos sirva.

- Malditos hijosdeunaperra!! que coño! aparten sus pistolas gringos cabrones!

Aparto de Antonio y alzo mi revolver levemente

- Eso, haced caso al sheriff y manteneos tranquilos todos... ahh! maldita sea... esta herida quema como el diablo!!

De repente los dos vaqueros muertos empiezan a convulsionarse como si fuesen presa de fiebres y las luces desaparecen en toda la estancia... es mas... diriais que en toda la zona. Sus gemidos se alzan al cielo y sus cuerpos se retuercen alrededor.

Rapidamente escuchais disparos fuera y antes de que podais apenas reaccionar veis como los dos vaqueros se levantan, como poseidos por algo maligno en sus cuerpos inertes...

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Recuesto a mi compatriota mientras le aplican el girón de la sábana contra una pared. - Relájese compadre - Pero soy bien consciente de que la herida necesita la atención de un matasanos o teñirá de rojo todas sábanas de la casa.

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La situación queda lejos de haberse amansado y los dos vaqueros atacados empiezan a moverse de forma espasmódica. Se suceden disparos y podemos ver a través de la puerta abierta cómo se levantan. Como marionetas demoníacas, las figuras cadavéricas se animan quién sabe con qué macarbo fin. - Les ha pasado el mal. La chica les ha pasado el mal del Diablo! Disparen!!! -

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Desenfundo y realizo dos disparos a aquel que tenga mejor ángulo de tiro. Mi mente parece querer asegurar que son vulnerables a las armas mortales mientras están lejos. Si estuvieran lo suficientemente lejos y se desplazaran lentamente, avanzaría para cerrar la puerta y tratar de bloquearla después con algún mueble.

Disparo dos plomazos contra el otro vaquero para intentar acabar con el .Mejicano te veo mal , si como dice tu jefe la chcica le ha pasado el mal a estos dos es de suponer que a ti tampoco te queda mucho

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Escopeta en mano, doy media vuelta ante los gritos de horror y maldiciones proferidos por los demás. ¡Jóder! pero qué coño... - Apenas doy unos pasos en su dirección les disparo.

Antonio esgrime su revolver y dispara. Sus fogonazos iluminan la habitacion por un segundo y los impactos hacen que uno de los vaqueros choque contra la pared por el fuerte impacto, llenandolo todo de visceras y sangre.

Es entonces cuando Reimond efectua sus disparos. Con una precision increible pese a la oscuridad que embarga todo su primer disparo secciona la yugular del otro vaquero y el siguiente revienta la cabeza del pobre desgraciado, esparciendo sus sesos por doquier y dejandolo en el suelo aun convulsionandose.

Finalmente James encara el extraño suceso desde la habitacion donde tambien se encuentra Joe y, con su escopeta en mano, dispara ambos cañones sobre el primer vaquero que aun se mantenia apoyado en la pared. El impacto es tan brutal que el cuerpo del vaquero se parte en dos y cae al suelo, desparramando todo con sus visceras y salpicando con sangre a los presentes.

Fernando, mientras todo esto sucede y aun sangrando por su herida, decide aprovechar el momento para salir casi a rastras de la sala , los disparos resuenan a sus espaldas y los fogonazos le invitan a seguir moviendose sin mirar atras. Rapidamente abandona al resto y se encamina hacia la salida temiendo, sin duda, por su vida.

Todo el caos acaba en un momento. Solo queda la oscuridad y los tres pistoleros con sus armas. El silencio parece volver a reinar pero... cuanto durara?

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Los dos malditos terminan cayendo por la ley inapelable de las armas. Reimond ha demostrado una puntería digna de leyenda. También el Sherff hace honor a su cargo. La sangre alfombra buena parte de nuestro suelo tras el tiroteo que ha durado una fracción de segundo. Aún tenso, sostengo el arma en mi mano esperando un nuevo ataque, pero no parece llegar y el silencio se apodera otra vez de la casa. Mi respiración regresa a la normalidad.

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Las palabras de Reimond sobre mi compañero me alertan. En efecto, puede que la resistencia al mal de Fernando sea mayor que la de los gringos, pero seguro que con la debilidad que le acucia no tardará en sucumbir. Ojalá me equivoque pues Fernando ha demostrado en muchas ocasiones su resistencia. Le he visto terminarse una botella de tequila y seguir en pié. Me giro para observarle pero no está donde le dejé. Un reguero de sangre comienza en la pared para marcar el suelo en dirección a la salida. Teme por su vida y quizá decida marcharte si va a suponer un riesgo para nosotros. Yo no le daré caza mientras siga siendo él.

bien y llegados a este punto ¿que hacemos ?.Si en el pueblo esta pasando lo mismo que aquí podemos meternos en un avispero del que sera difícil salir por otro lado puede haber gente que necesite nuestra ayuda Mira a uno y a otro esperando su respuesta al tiempo que recarga las dos balas que ha gastado sin siquiera mirar.

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Primero hay que buscar a Fernando... si le ocurre lo mismo que a estos vaqueros puede representar un peligro. - Comento mientras rebusco entre las pertenencias de los que acabamos de matar en busca de munición. - Si aún no ha sido "poseído" atadlo, sino habrá que matarlo. Una vez lo encontremos volvamos a buscar provisiones y munición, luego decidiremos.