Partida Rol por web

Segun parece, David Creight, el co-dueño del saloon, estuvo ayer reunido con Neil O´Conner, el propietario del rancho Sammy Reins, y de gran parte de las tierras cercanas a DEadTown. Al volver y enterarse de lo sucedido el propio David ha vuelto a viajar al rancho para hablar con Neil sobre el incidente aunque tu ya sabes lo que el pudiese decir a ese respecto.

Segun parece Tukson fue despedido tras el incidente de ayer al medio dia con DEsmond. Hank se encargo de ello bajo las ordenes y la estrecha mirada de Neil con lo que el vaquero se fue, enfadado y amoratado... esta claro que la rabia le consumia y decidio volver a por Desmond para saciar su orgullo y sed de venganza... pero salio mal...

Parece ser que David y Neil tienen algun tipo de negocios tambien, lo que podria implicar al saloon entre todas las propiedades de Neil, que ya es casi, dueño de la mitad de la ciudad. Live no crees que sepa nada aunque quiza podrias hablar con ella...

A parte de ello no ha habido mas novedades ni noticias en los alrededores y Defer ha dormido con el Predicador en la iglesia asi que parece que todo esta controlado... a no ser que se vaya de la lengua en alguna de sus continuas visitas al saloon para beber y distraerse.

Rufus continua en manos del medico. Parece que su estado ha mejorado notablemente pero, aun asi, puede que no salga de esta... parece que Morgan tiene una reputacion bien merecida y el chico es fuerte...

Te has decidido a ir al entierro para controlar la situacion y que no haya mas problemas pero nunca pudiste pensar que irian a el los dos forasteros... curioso cuanto menos...

El  caballero sudista   se coloca  un poco apartado del resto como esperando algo.Pasea su mirada   inquisitiva entre los presentes   esbozando una misteriosa  sonrisa    como si todo formases  parte de una broma que solo el  entiendese.De vez en cuando lanza miradas furtivas  en dirección al pueblo  antes de volver a  observar   el funeral.Se acerca lentamente al mejicano y le susurra algo.

¿Presentando sus respetos al muerto?.Sin darle tiempo a contestar continua .Una situación  curiosa la del momento pero yo ya  he oido de algo similar.Un pueblo que perdió al ayudante  y  con el sheriff ocupado en el  funeral  una banda  aprovecho para limpiar el banco.Vivimos tiempos curiosos  amigo Antonio.

La asistencia no masiva me hace comprender que los vivos deben seguir a sus asuntos para poder seguir siéndolo. La vida en estos tiempos no es nada facil. Así pues, sombrero en mano, me santíguo cuando descienden el cuerpo de la elegante carroza.

El enterrador me hace un guiño. Qué siniestro resulta este hombre. Cojo el amuleto que cuelga de mi cuello y lo beso para quitarme el mal augurio de ése hombre. Pero las sorpresas no acaban ahí, pues el enigmático señor Philips se comunica conmigo por primera vez. Sus palabras no pueden inquietarme más. Qué sabe sobre los planes que tenemos en mente? Cómo se ha podido enterar? Quizá sólo sea una coincidencia y mi mente trata de pasarme una mala jugada. Trato de controlar mi nerviosismo y respondo lo más tranquilo que pueda: - Ehh sí... sí. Puede que fuera un bandido, pero todos merecen ser acogidos por el Señor. No cree? - Para el resto de sus palabras tan sólo consigo articular una respuesta: - No dudo que las malas ideas rondan hoy por muchas cabezas, pero confíemos en la buena fe de las personas. Por otro lado, no se quiénes son peores con los ciudadanos, si los ladrones de bancos o los propios banqueros, verdad? -

Esa última frase parece haberme puesto un tanto en evidencia, pero muestro una sonrisa como si hablara del tema sin saber y vuelvo mi vista raudo al enterramiento, como si fuera una falta de respeto romper el silencio. Sin embargo, lanzo fugaces miradas al sudista sintiéndome como si me hubieran visto un as en la manga en medio de una partida. Habrá que modificar los planes, una vez que llegue el resto de la banda daremos un rodeo para quitarnos de encima a este cuervo carroñero antes de ir directos al objetivo. Por si acaso.

Live haya una de las habitaciones del piso de arriba que dan al norte vacía, mientras hace su ronda, viendo que todo está limpio y ordenado para sus huéspedes. El lugar tiene una vista perfecta del cementerio y, desde la ventana, contempla cómo se desarrolla el funeral.

Ese hombre me ha costado la reputación de mi local -piensa, llena de ira.

A pesar de todo, Live observa el entierro con respeto, sin blasfemar, en la soledad de la habitación.

Mientras miras por la ventana piensas en la marcha de David al rancho de Neil O´Conner y en los negocios que puedan estar entretejiendo en estos momentos... Desmond ha partido con el para acompañarle lo que te ha dejado en el saloon sola con las chicas y Tomas. No es que necesites a nadie mas. De repente escuchas el sonido de tu puerta y ves a Petra del otro lado que te mira con cara de nerviosismo.

- Live - logra decir - hay unos forasteros abajo... quiza deberia bajar...

Te obligas a centrarte por un momento pero no dices nada a la chica, solo con su mirada parece trasmitirte mas que cualquiera de sus palabras e, igualmente, tu a ella. Parece ser que sus nervios indican que la llegada de mas forasteros no es muy de su agrado, quiza algun pistolero o calaña parecida que son bastante incontrolables. Con el sheriff en el funeral y su ayudante en la habitacion con el medico, DeadTown se ha quedado un tanto huerfana de ley.

Sales al pasillo hacia las escaleras y ves alli a los tres forasteros recien llegados. Desde tu posicion privilegiada, y sin que ellos parezcan percatarse aun de tu presencia, te fijas en que parecen tres hombres de dudosa honradez. Sus ropas estan desgastadas por el uso y el polvo y parecen venir de la frontera mexicana... incluso aun portan sus revolveres en sus cintos.

Tomas parece estar pidiendoles amablemente que le dejen sus armas pero ellos rien y beben whisky sin hacerle mucho caso. Tomas te mira de soslayo y su mano ya aferra la escopeta de debajo de la barra pero sabeis que un tiroteo en esas condiciones acabaria con el y con gran parte del local.

- Anda, gringo, deja de dar por culo y traenos algo de comer, eh?

Apoyo el revolver con una mano sobre la barra y lo hago girar mientras miro el local. No hay nadie por aqui mas que cuatro lugareños asustadizos que no buscan pelea y se mantienen callados, mejor para ellos.

- Aih muchacha!! vente para aca, estamos cansados y muy deseosos de un poco de atencion! - dice echando un ojo a una de las putas del local - asi, de paso, podemos irnos descansados de este antro de pueblo.

Es extraño que no haya visto ningun sheriff local ni otra gente que no fueran los pueblerinos paletos asustados... quiza esta ciudad sea mas hospitalaria de lo que pensabamos antes de llegar, que pena que tengamos que irnos enseguida para hacer el trabajo.

- Por cierto chamaco, donde esta el sheriffe? querriamos presentarle nuestros respetos...

El predicador carraspea a la vez que mira con cierta irritación a los hombres que hablan junto a la tumba recién abierta, que aguarda ávida a su nuevo inquilino.

-Vamos a dar sepultura a una persona que se hacía llamar Tukson, que la paz y el perdón de Dios sean con él y con su espíritu. Supira, buscando las palabras adecuadas.  -Tukson, Tukson no es más que un nombre más, y quizás su vida sea sólo una menos en esta tierra de desolación. Pero no olvidemos que incluso aquí, los hombres debemos ser valientes y vivir con Dios nuestros días.

-En su infinita misericordia, Dios nos perdonará como hombres frágiles que somos, sujetos a los vicios terrenales que impulsa nuestras torpes vidas. Pero con todo, sólo los dignos obtendrán esta bendición y esta liberación de la carga.

Hace una pausa y continua, con fuerzas renovadas. -Recordad a Tukson cuando empuñeis vuestro odio. Recordad esta tumba cuando saboreis la sangre de la persona a la que vais a dañar, y preguntaros si sois dignos, si merece la pena. Preguntaros si es necesario que el polvo devore huesos y carne como si fueran papel. Recordadlo, porque después de disparar jamás podreis olvidarlo. Y ardereis en el infierno, en esta vida y en la próxima.

Dicho esto bendice el ataud y le hace una señal a los ayudantes para que lo entierren.

Live se sacude el pelo, levantando la cabeza con gallardía. Le hubiese gustado que, al menos hoy, las cosas hubiesen estado calmadas pero, puestos a pedir… ¡En fin!

Camina soberbia hacia los recién llegados y los saluda con una amplia perlada sonrisa.

Buenos días -dice en perfecto castellano-, caballeros -retoma el inglés-. Espero que Tomas les haya explicado que no están permitidas las armas en el “Red Skin” -extiende su mano, solícita-. Si desean más alcohol, sean tan amables de prestarme sus revólveres.

Se queda mirando a la señorita que baja por la gran escalera principal y luego da un codazo a sus compañeros para que se centren en la recien llegada.

- Amigos, dejen de hacer el pendejo y hagan caso a la señorita - se vuelve a mirar a la mujer y luego guiña un ojo de mirada lasciva - ruego que nos perdone por nuestros modales, no queriamos molestarla ni a usted ni a su amigo.

Mientras sus dos compañeros rien a carcajadas el se vuelve hacia el barman.

- Entregen a este yanqui sus revolveres, no mas.

Se quita el sombrero y mira a la preciosa mujer de manera cordial.

- Podria usted hacernos el favor, señorita, de decirnos que tipo de lujos podemos disfrutar para quitarnos todo este polvo del camino? quiza usted misma pudiese complacernos...

Deja la frase sin terminar, alargando su final con un tono que deja entrever lo que buscan.

Los dos hombres comienzan a descender el ataud al agujero, primero con delicadeza, pero luego lo dejan caer de forma torpe y cansada haciendo que este choque contra el suelo de forma brusca y resuene como si la tapa claveteada fuese a abrirse y salir el muerto de su tumba.

Por un segundo todos quedais en silencio y Semfield vuelve a montar en su carruaje de "gala" mientras los dos hombres comienzan a echar tierra a la fosa para cerrarla.

Parece que la ceremonia ha terminado con tranquilidad y sin sobresaltos, lo que, despues de tantos sobresaltos, parece mas que adecuado y tranquilizador.

El cuerpo es descendido a su fosa y el párroco expresa sus palabras, no todas de consuelo. Me santiguo una vez acabada la ceremonia y los pocos presentes van abandonando sus posiciones para volver a sus quehaceres. Yo también me dispongo a marcharme, pero me quedo observando unos instantes cómo las palas van cubriendo el ataud. Las palabras de Denspec me han dejado un tanto intranquilo y mi mente me pasa una mala jugada imaginándome en el lugar de Tuckson tras un intento fallido del asalto. Un escalofrío me recorre la espalda y decido alejarme.

El Sol está en lo alto ya y el calor y las moscas se vuelven más protagonistas. Empiezo a impacientarme por el retraso de mis compañeros. Dónde carajo están. Y si el extraño sudista con sus palabras me ha insinuado que ha acabado con ellos antes de registrarse en el pueblo? Y si tan sólo está disfrutando de mi intranquilidad como un gato juega con el ratón antes de cazarlo? Vuelvo a otear la entrada del pueblo y el horizonte, pero nada me llama la atención. Quizá alguien se anime a una partida de dados... O mejor, quizá mi banda ya esté en el saloon esperándome con una buena botella de aguardiente. Pongo mis pasos en dirección al local de Live con cierta esperanza.

La  ceremonia termina y nada  fuera de lo normal se ha producido.Reimond  tuerce el gesto en una clara muestra de contrariedad:Acaso habia malinterpretado  las  señales.Los sucesos del día anterior  parecían tan prometedores.Encamina sus pasos hacia la ciudad  dispuesto  a  comprobar hasta que punto   estaba confundido.Entra en la cuadra  para salir al cabo de unos minutos sobre su caballo y se  dirige  hacia la salida del pueblo.El calor empieza  apretar anunciando  un día de sudor y quizás de sangre

Pregunto al encargado  de la cuadra en que  dirección queda el  rancho donde trabajaba el   difunto y me encamino  hacia alli.Si las cosas no se mueven   quizás alla que dar un pequeño empujón.

Denspec aguarda hasta el final del entierro erguido junto a la tumba, con las manos entrelazadas delante de la hebilla del cinturón. Despide a los chicos y decide cerrar la parroquia para bajar al pueblo e interesarse por Walters.

No todos los presentes esperan al final de la ceremonia. El sheriff Hugh, hace un pequeño gesto con el sombrero a modo de "respeto por el difunto" y mira a los forasteros alli congregados, antes de volver al pueblo montado en su apaloosa.

Finalmente, el resto os vais marchando nuevamente a la ciudad, mientras Denspect termina de recoger las cosas y sus ayudantes palean el final de la tumba. Semfield tambien se queda un poco mas, como contemplando pensativo a los forasteros que marchan desde lo alto de su carro, como si de un carroñeros se tratase esperando a que su sustento estuviese a punto de llegar al fin.

Finalmente Denspect se marcha tambien hacia DeadTown y es el propio Semfield quien se ofrece a bajarle con el en su "carro".

Asi pues, con el tremendo calor del medio dia, todos los congregados van llegando al semi desierto pueblo.

Para cuando estais llegando a la mitad del pueblo, por la calle principal, el sudista entra en los establos para recoger a su caballo y hablar con el encargado aunque, casi al empezar la misma, el se da cuenta de algo que el resto tambien habeis observado con cierta intranquilidad.

En los postes de la entrada al saloon hay atados cuatro caballos ensillados que no reconoceis... quiza forasteros?

No pareceis escuchar nada fuera de lo normal en el interior, lo que tambien os tranquiliza minimamente.

Reconoces facilmente los caballos de Fernando, Erico y Juares, aunque no sabes de quien podria ser el cuarto. Quiza lo hayan traido por si te hubiese hecho falta para salir del pueblo o por mera precaucion... o quiza haya alguien mas dispuesto a venir a este pueblo o, incluso, a ayudaros con el trabajito.

Es facil ver como la cara del sheriff y del sudista tambien se tensan, como si esperasen que pasase algo o estuviesen dispuestos a desencadenarlo ellos. Habria que andarse con ojo... y solo esperas, y rezas, que tus tres compañeros no hayan liado ningun problema en el saloon; aunque, quiza, cuatro revolveres sean suficientes para acabar con cualquiera que intente deteneros...

El desasosiego fruto del enterramiento se disipa cuando las monturas de mis viejos socios descansan atados frente a la entrada del saloon. El sheriff y el sudista tensan sus rostros, pero nada debo temer en tan buena compañía. La espera ha valida la pena y espero olvidar pronto los sinsabores de estas horas en Deadtown.

Así pues, con paso decidido y renovadas fuerzas empujo la doble puerta para localizar con la vista a mis compañeros. Una buena ronda de licor y podemos ponernos en marcha para ir ultimando los detalles del próximo trabajito. No obstante, la experiencia me hace solicitar a Tomas mi cinturón con el revólver, pues no me extrañaría que tanto el sheriff como el sudista se dejaran caer por aquí. Conociendo a mis compañeros, no dudarán en desenfundar a la mínima presión y no quisiera estar en desventaja.