Partida Rol por web

Llegas al patio y echas un vistazo rápido. El lugar está tan abarrotado como siempre, lo que es normal, teniendo en cuenta que es el único lugar en el que podéis ver un poco el cielo y sentir la brisa del aire. Además, que es donde están las “zonas de juegos”. Una cancha de baloncesto donde las bandas de negratas pasan la mayor parte del día. Una zona de máquinas de musculación donde los mariquitas se pasaban gran parte del día machacándose para luego estar más sexys en las duchas. Unas gradas alrededor donde los más vagos pasaban el día con su trasero aposentado y varias zonas más amplias para permitir que no os hacinarais.

Cuando la mismísima directora de la penitenciaría convocó a Derek para una reunión me embargó la curiosidad y la emoción, no en vano todos rumoreaban a cerca de la carrera de la muerte.  -La directora quiere que Derek corra, no puede ser otra cosa. -Pienso emocionada, sin embargo la excitación inicial da paso a los nervios a medida que los minutos pasan y Derek no sale del despacho de la zorra.  

La cantidad de horas muertas, el hastío y el aburrimiento son lo peor de la vida carcelaria. Sentada en las gradas, protegida por los amigos arios de Derek, mato el rato mirando cómo los simios corren detrás de una pelota en las canchas, hasta que súbitamente el tío salido de turno decide probar suerte y se acerca a ofrecerme tabaco. Es el padre nuestro de cada día en una cárcel llena de tíos salidos. Solo los días de vis a vis la cosa se hace más llevadera, el resto de la semana dan asco de lo pesados que son, menos mal que Derek tiene efecto disuasorio sobre la mayoría de ellos.  

-Gracias- Digo tomando cuatro o cinco cigarros sin ningún tipo de melindres. Seguramente el baboso espera algo a cambio del tabaco y de estar en el exterior tal vez le habría premiado con una sonrisa, pero aquí dentro, no tengo ni que esforzarme. Aún así al mirarle reconozco que el chico es mono, un yogurín de dieciocho o diecinueve años que lejos de ofenderse porque le he sisado medio paquete de tabaco, sigue sonriéndome y se presenta.  

Encantada Jim, yo soy Courtney -Le respondo finalmente devolviéndole la sonrisa y entablando conversación con el chico, tampoco es que tenga nada mejor que hacer hasta que Derek vuelva. ¿Qué hace un querubín cómo tú en un antro cómo este?

Cuando finalmente salgo al patio levanto una mano para protegerme de la luz de sol hasta que mis ojos se aclimatan a la repentina luminosidad del exterior.  

Al localizar a Courtney con el grupo de los arios, hablando y riéndole las gracias a un subnormal que por lo visto tiene ganas de morir, me dirijo hacia allí con la mirada fija en el candidato a fiambre, pasando junto a las bandas de chicanos y negratas sin prestarles más atención que a la roña que se acumula entre los dedos de los pies. Al llegar al lado de mi novia le atizo un puñetazo a su interlocutor, que acaba con el tipo despatarrado en el suelo.

Derek ¡No!-  Cuando veo llegar a mi novio, se lo que va a pasar y me doy prisa en interponerme para evitar que mate al chico o que los guardias se lo lleven a aislamiento. -Solo estábamos hablando, vamos Derek, déjale, solo es un crío -Le digo calmando su ego.

Sabes que no me gusta que hagas la zorra con otros tíos ¿Le estabas riendo las gracias a ese payaso? -Le recrimino a Courtney, aunque mi mirada sigue fija en el mequetrefe que parece haber quedado KO, pues no reacciona, pero eso no impide que tenga ganas de rematar la faena y reventarle la cabeza de una patada.  

No seas idiota. -Le digo tomándole de la barbilla para que me mire a mi. – Maté para estar aquí contigo y aún dudas de mi amor? -Le digo besándole y mordiéndole el labio inferior hasta hacerle sangre.

A pesar de mis palabras de reproche me encanta que Derek sea celoso, no hay mayor prueba de amor y dedicación que alguien que me ama hasta el punto de matar o morir por mi. – Venga, olvídate de él y dime que quería Hennessey.

Las palabras de Courtney y la presencia de un guardia que se acerca alertado por la pequeña conmoción generada consiguen hacer que me tranquilice. Afortunadamente todo ha ocurrido muy rápido y ningún guardia ha visto lo que ha pasado.

Le ha dado un golpe de calor -Afirmo cuando el guardia pregunta en relación al chico que sigue despatarrado en el suelo, con la nariz rota y cuatro nudillos marcados en la cara. Afirmación que todos los presentes, hermanos arios, se apresuran en corroborar.

Ya a solas con Courtney le relato mi encuentro con Hennessey sin omitir detalle alguno. -Te lo prometo nena. Ganaré y te sacaré de este antro - Le aseguro en un susurro íntimo al finalizar el relato.     

Alegremente, llegas al patio y contemplas el abarrotado lugar. Siempre lleno de gente pues, al fin y al cabo es el único lugar en el que podéis ver un poco el cielo y sentir la brisa del aire. Además, que es donde están las “zonas de juegos”. Una cancha de baloncesto donde las bandas de negratas pasan la mayor parte del día. Una zona de máquinas de musculación donde los mariquitas se pasaban gran parte del día machacándose para luego estar más sexys en las duchas. Unas gradas alrededor donde los más vagos pasaban el día con su trasero aposentado y varias zonas más amplias para permitir que no os hacinarais.

Parece que ha habido algún tipo de trifulca y dos guardias arrastran a un hombre hacia la enfermería y en el centro, puedes ver al nazi con su novia y a uno de los guardias a su lado. Parece que han empezado a jugar temprano esta vez.

Malditos animales, siempre tocando los cojones. Normalmente le partiría la jeta para enseñarle que hacernos trabajar esta feo, pero es uno de los protegidos de Hennessey así que no me queda otra que aguantarme.

- Supongo que si se habrá caído. ¿Entonces vas a correr Mierdecilla? Espero que no mueras en la primera carrera. Sería una VERDADERA lástima –

Sonrío socarronamente. Solo de pensar ver a la escoria morir hace que espere el inicio de la Death Race con impaciencia.

- Mientras tanto relájate. Si se caen muchos cerca de ti, me veré en la obligación de quitarte ese “encanto arrollador” a base de hostias –

Hago un saludo con el sombrero.

- Buenos días –

Mientras Chad se aleja, una persona que acaba de llegar destaca entre la multitud, la loca de cara pintada y futura corredora entra dando saltos al patio.

Siempre caminando de aquella peculiar manera, entre brincos y gestos que dan la impresión de ser una cría en vez de una mujer, le permite ingresar al Patio siendo aquel lugar el punto de encuentro para socializar y reconocer el variopinto grupo que suele frecuentar este sector cuando la luz del sol ofrece ese calor que tan necesario termina siendo cuando el frío de la celda sólo es compensada por el calor humano. 

Grácil en sus movimientos, alza una ceja ante la trifulca que se muestra delante de sus ojos y al pasar tira besos a los que fortalecen sus músculos, como así también levanta la mano para saludar como una niña pequeña a Derek y compañía. La verdad es que tenía suerte de tener a la novia allí, aunque conociendo los modales de la prisión, aún no comprende como esa chica no ha sido violada apenas éste la deje sola. 

Quizás tenía suerte o sus contactos eran bueno, daba igual para Alice. No tenía con quien jugar y eso le deprimía, tanto que al tomar asiento en uno de las gradas saca un chicle y se pone a mascarlo de tal manera que salen globos de sus labios. - Aburridita está la cosa. - comenta por lo bajo, entre globo que explota en su cara. 

Escupo a espaldas del guardia que se aleja tras advertirme. A pesar de su aspecto de macarra la verdad es que no le llega a la altura del betún al perro de la alcaidesa, Ulrich MacTiernnan, a ese jodeputa sí que le arrancaría las entrañas con gusto. Escupo de nuevo en su memoria.

Al ver a la loca de cara pintada y futura corredora entrar dando saltitos al patio y saludarnos no puedo evitar sonreír, y corresponderle con un gesto de cabeza.

-Parece que esa chiquilla también participará en el circo de Hennessey- Le digo a Courtney, señalando discretamente a la extraña chica.

Alice- Informo a Derek al reconocerla pues la peculiar zagala no pasa desapercibida y el módulo de celdas femenino no es tan grande.

La pobre está bastante jodida de la azotea -Me río haciendo el gesto de que le falta algún tornillo - Se hace llamar Harley Quinn…  creo que pilló una sobredosis esnifándose tebeos de batman y desde entonces se considera una supervillana de cómic.   

Alice… -Repito el nombre lentamente - Le pega. Realmente la niña tiene pinta de haberse extraviado tras caer por la madriguera del conejo blanco. -Digo sin esperar que nadie pille la referencia a Alicia en el País de las Maravillas.   

En fin chocho, hay varios asuntos que quiero solucionar antes de que empiece la carrera -Le digo a Courtney, levantándome dispuesto a acercarme para hablar con la recién llegada. - Vete al garaje y comprueba el carro. Cuando termine mis asuntos no creo que me dejen salir de aislamiento hasta la carrera así que dependo de ti para que el carro esté listo cuando salga. ¿ok?  -Le pregunto apoyando mi frente contra la suya.  

Mmmmm ¿Asuntos que involucran a esa zorra pirada? -Replico celosa, levantando una ceja con escepticismo. Aunque sé que Derek nunca me sería infiel y menos en un lugar cómo este, maldita la gracia que me hace ver a esa niña escuálida rondando a mi hombre.

Por supuesto mi amor, me encargaré del coche -Ronroneo en un susurro acercándome a escasos centímetros de sus labios, antes de agárrale por la entrepierna y apretar, clavando uñas para marcar mi territorio.  – Ya hace mucho tiempo de nuestro último vis a vis, pero más vale que te la guardes hasta el próximo. -Le advierto depositando un fugaz beso en sus labios a modo de despedida antes de alejarme hacia el garaje.

Ugh -Gruño, vaciando el aire de mis pulmones al notar el fuerte apretón en mis partes. A veces, en momentos como este me dan ganas de olvidarme de mis anticuados valores machistas, y darle una dosis de igualdad de género a Courtney, pero cuando el dolor remite, viendo cómo se aleja chulescamente hacia el garaje solo puedo negar con la cabeza y reír quedamente. La amo tal y cómo es.

Finalmente me acerco a Alice sentándome a un par de metros de ella -Ey. Culofino. -Digo para llamar su atención. -  Tengo entendido que Hennessey te ha “ofrecido” participar en su  carrera y supongo que te habrá ofrecido lo mismo que a todos, la libertad y el historial limpio. -Le expongo yendo directamente al grano, aunque sin mirarla, mi mirada está puesta en los jugadores de la cancha. No quiero que nadie que pueda estar observándonos a través de las cámaras piense que estamos hablando.  

Mira chiquilla, me caes bien y no quiero matarte simplemente porque la gran puta que dirige este sitio me haya dicho que tengo que hacerlo. Así que te propongo un pacto; yo no te jodo y tú no me jodes. Si colaboramos secretamente para quitar de en medio al resto, ambos tendremos más posibilidades de sobrevivir a esta mierda. -Le digo ahora sí, girándome para mirar a Alice a la cara en espera de su respuesta.     

Abstraida como de costumbre o eso es lo que aparenta estar, Alice desvía la mirada por un breve instante hacia la pareja de Neo nazis y alza una ceja mientras ríe como una chiquilla que descubre la posibilidad de burlarse. Sólo que lejos de ser la rubia tonta que por imagen tiene, vuelve a centrarse en los musculitos del costado para no dar esa imagen de cotilla. Aunque la agarrada de huevos la vio en primera plana. 

Al notar la presencia de aquel hombre tatuado, la rubia saca el chicle y comienza a estirarlo para enroscarlo en el dedo a modo de juego. En primera instancia no dice nada, se permite escuchar con suma atención todo lo que expresa, sin mirarlo a los ojos porque es más importante simular y el chicle por supuesto. 

- Hola Neo. ¿Ya reviviste a Hitler? - pregunta riendo divertida. - Bromi, Bromi... Verás está claro que la viejita mal follada quiere que salgamos de aquí en cajoncitos de funeraria. Así que toca hacer amiguitos y porqué no, joderle la carrerita a la coñito con dientes. - responde al meterse el chicle en la boca y hacer un globo grande que le explota en la cara, no le fastidia porque comienza a quitarse los restos con los dedos para seguir masticando.

- Tú me caes bien, eres el único que no quiere follarme. Genialix, así que pactamos... Me gustan los acuerditos estos de paz, no me meteré en tu caminito ni le haré una rayita al auto. Palabrita. - promete sin revelar que habla con él. - Ahora... Quiero un pequeñito boicot, hay algunos que se creerán el cuentito y nos tirarán a matar, así que toca pisar a fondo el acelerador. ¿Alguno de los que participa está de tu ladito? ¿Soy la única?- termina por preguntar mientras vuelve a estirar el chicle, feliz con su maquillaje corrido, sus coletas de colores y esa mirada de loca perdida hacia la nada.

El apodo de Neo me hace sonreír - Aún no, pero tiempo al tiempo - Respondo siguiéndole la broma de Hitler.

Tras escucharla asiento varias veces, me alegra haberla juzgado bien, la chica no está tan loca cómo quiere aparentar, sino todo lo contrario, es bastante aguda, aunque lo disimula. No podría ser de otra forma para sobrevivir en este sitio. Supongo que cada uno tenemos nuestros mecanismos de defensa.  

Puedes estar tranquila, aprecio mis pelotas. -Le asevero cuando dice que seguramente sea de los pocos en este lugar que no esté pensando en tener relaciones con ella. Aún tengo a Courtney dolorosamente presente pero aunque no fuera así, me gustan las mujeres más maduras y pechugonas, Alice es mona, pero me recuerda a mi hermana durante su fase de adolescente rebelde y me cuesta verla cómo algo más que una niña, aunque claramente no lo es. 

Estoy de acuerdo en todo lo que dice sobre Hennessey y sobre el resto de corredores, en eso hemos llegado a la misma conclusión.  

Finalmente niego con la cabeza para responder a sus últimas preguntas- De momento estamos solos contra el mundo ¿Conoces tú a alguien en quien se pueda confiar? – Le pregunto aunque quizás confiar no sea la palabra más adecuada teniendo en cuenta que todos somos criminales peligrosos  -Dicho de otra forma, ¿Hay alguien a quién no quieras que estrangule antes de que empiece la carrera?

Le agrada de sobremanera que al menos aquella broma haya caído bien, eso significa que el buen ambiente es posible entre los dos a sabiendas de lo que tocará en unos días. - Menos mal que no soy judía. - bromea al encogerse de hombros mientras retoma su afición de jugar con el chicle para estirarlo y enrollarlo sobre su dedo, siendo una bonita distracción entre tanta máscara de mujer inmadura y aniñada. 

- Haces bien, aquí se pasan muchito... Además la rubita tiene carácter, me agrada. - responde sin que sea un halago precisamente, sino porque dentro de las mujeres que hay en el sector que comparten, la que no es un hombre con coño, es una cabrona tremenda, y el punto intermedio donde no pierden ese toque femenino entre tanto encierro, son las que escasean, justamente siendo aquella joven la que se incluye en ese grupo. 

- Mmm no, no tengo amiguitos... En realidad ahora he salido a pasear un poquito porque Hennessey mantiene alejados a los guardias, que sino es imposible salir porque se ponen calentitos los hombres. - explica al regresar el chicle a la boca para masticarlo un rato, ya a estas altura ni sabor debe tener. No le importa para nada. - Tenemos que saber quienes compiten en la carrerita, así a los más fuertes podemos hacerle algún que otro boicot. ¿Qué te parece? - pregunta al mantener la mirada perpetua hacia el frente, por momentos sonriendo al ver como trabajan la musculatura aquellos muchachos. 

Decides salir al patio, al fin y al cabo, es donde todo el mundo se reúne y donde muy seguramente puedas encontrar a tu fiel protector. Una vez fuera ante ti se abre una enorme extensión llena de gente. No es para menos pues es el único lugar donde podéis disfrutar del aire y de sentiros fuera de aquel infernal lugar. Mientras buscas al “Pote” ves a varios haciendo pesas en las máquinas de ejercicio que hay en el lugar, la banda de los negratas jugando al baloncesto y dos personajes que te llaman la atención, la loca que se pinta la cara como un mimo y el otro sabes que es un Nazi algo loco. Si tus informantes te han dicho bien, los dos serían corredores de Death Race.

Antes de que puedas decir o hacer nada, ves al “Pote” acercarse corriendo.