Partida Rol por web

Las palabras de Gerik reciben un semblante extrañado, al que respondo en el mismo tono bajo que me preguntó:

 - "Me temo que ha malinterpretado mis palabras, famulante. Los spitalianos nos encargaremos en exclusiva de los cuerpos que tengan un riesgo alto de infección. La pira y la quema de los sectores serán realizadas por los habitantes de Espinazo. Incluso podríamos recibir ayuda de algunos en los cuerpos pero solo unos pocos pues deberán ser examinados posteriormente al no poseer trajes sellados como nosotros. Cada uno de nosotros trabajará como líder de un grupo y dispondrá como considere de ayudantes, volviéndose responsable de su examinen y tratamiento posterior, llegado el caso."

Continúo moviéndome, aprovechando las personas que el Alcalde ha dispuesto para nuestra ayuda. Encargo a algunos de ellos que comiencen a juntar materiales consumibles para la pira mientras que me apoyo de unos pocos para mover los cuerpos, siendo yo personalmente el que me encargue de los cuerpos de los devoradores, quienes son peligro altísimo de contagio.

Radek observó un momento a la anubiana mientras le preguntaba si se disponían a seguir a los que habían arrasado la aldea. Puede que muchos tuvieran prejuicios contra ella por sus orígenes, pero ¡qué demonios! También tenían prejuicios contra él. Asintió lentamente antes de responderle.

- Sí, iremos tras ellos - dijo con una voz mucho más seca de lo que cabría esperar. Si los apocalípticos no estaban precisamente bien vistos en esta zona, el que uno de ellos liderase un grupo de devoradores no ayudaría a mejorar su imagen. - Pero antes, tal vez entre los restos haya alguna pista de cómo están haciendo para controlar a esas criaturas.

Se disponía a recorrer el lugar, buscando flechas, algo de información sobre el Químico y su grupo y, de hecho, cualquier otra cosa que les pudiera servir para su viaje, cuando una muchacha se puso a su lado ofreciéndole su ayuda. Radek sonrió, asintiendo en un gesto afirmativo.

El caravanero, a pesar de las protestas de Filomena, le dio un tirón para mantenerla a su lado. Aún mascando algo, el Pinzón levantó la mirada desde la muchacha a su padre y le sonrió con un gesto algo cínico. Muchos padres protegían a sus hijas de los Apocalípticos y, a menudo, con razón.

- Tiene razón - le digo al hombre. - Ya no es una niña... No después de esto. - Acompaño mis palabras con un gesto hacia todos los cadáveres extendidos por Espinazo.

No esperó su respuesta antes de darse la vuelta y empezar a buscar por el asentamiento.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: MEDIODÍA.

Gerik asintió ante la aclaración de Cyrek. Aquello tenía más sentido que tener que hacer todo el trabajo de desinfección entre solo los spitalianos. No darían a basto.

Radek dijo algo que llamó la atención del polen y volvió a asentir.

- Podría tomar alguna muestra de los cadáveres de devoradores, aparte de su ejército de tenias. Tal vez contengan algún tipo de sustancia, suero o droga que explique su obediencia hacia los Comensales - admitió mirando a Cyrek para obtener su beneplácito o por el contrario su negativa.

Fuera como fuera el spitaliano con pelo y barba se puso manos a la obra. Tenían mucho trabajo por delante.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: TRANSCURRE EL RESTO DE LA TARDE.

Algunos deseaban seguir el rastro de los atacantes de inmediato, perseguirlos hasta su guarida y averiguar dónde se escondían mientras el rastro todavía estuviera fresco. Un razonamiento no carente de cierto mérito: Localizar la base de los Comensales y observarla de lejos podía ser crucial para fraguar su derrota final.

Sin embargo, el grupo estaba liderado por Spitalianos y su primera prioridad fue contener la infección. Todos los cuerpos muertos fueron reunidos en un gran círculo poco profundo en las afueras del pueblo y cremados con la ayuda de un poco de gásol y leños. También se dio así el adios final a aquellos que posiblemente no estaban contaminados, pero habían sido asesinados durante el ataque.

El grupo se ocupó también de los vivos: operando mordeduras peligrosas y extirpando parásitos, aplicando después curas con alcohol, sutura y vendas suministrados por la gente del pueblo. La mujer del Alcalde se ocupó de que se repartiera comida y agua para todos.

Algunos vigilaban, o permanecían aturdidos sin hacer apenas nada, la enormidad de lo sucedido era suficiente para turbar a cualquiera que no tuviera los nervios hechos del más puro acero.

Cyrek y Gerik fueron los más útiles, poniendo todo su saber científico y médico al servicio del pueblo. Alejandro, Volker y Radek ayudaron en las tareas más físicas, pero sin exponerse al contagio del parásito.

Un extraño había llegado al pueblo montado a caballo: Un Jehammedano, posiblemente rico a juzgar por su equipo, aunque no parecía un comerciante, sino más bien un guerrero sagrado.

Neftis parecía concentrada en algo. Phi estaba aturdido por lo atroz de todo lo recientemente vivido. Urraca parecía devastada.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: TRANSCURRE EL RESTO DE LA TARDE.

Phi había ayudado en todo lo posible. De forma mecánica, eso sí. Imágenes fugaces de lo acaecido surcaban sus pensamientos, y alguna arruga de más se formaba en su rostro cuando se concentraba en sus pensamientos.

El Maestro parecía encontrarse en otro mundo, con su cerebro trabajando en rumbos desconocidos tratando de masticar y digerir toda la información de que disponía en esos instantes. Casi ni se percató de la quema de muertos hasta que levantó la mirada de las piedras donde se había sentado y vio el humo en lo alto.

Los Spitalianos estaban haciendo un buen trabajo de contención. Debía concedérselo. Le sorprendió que la Anubiana siguiera echando una mano al grupo, y le sorprendió más que se interesara por su destino. Phi conocía el brillo en su mirada... ese ansia de conocimiento, por malo o prohibido que fuera. Ella también quería saber.

¿Cómo era posible que un hombre... el Químico... hubiera sido capaz de diseñar un dispositivo para controlar a criaturas tan salvajes e incontrolables como los Devoradores? ¿Habría sido él el causante de esta nueva cepa del virus? ¿Sería todo ello provocado, o fruto de un afortunado - para el Químico - accidente casual? Fuera como fuera debían detenerlo. No podían permitir que una amenaza así se extendiese por el mundo.

Ya vivían en un mundo lo suficientemente malo. Giró el rostro y escupió a un lado, notando la boca sumamente reseca. Luego elevó la mirada. Lo había decidido. Acompañaría al Juez y los Spitalianos. Debía saber más. Y quería ayudar.

Se percató entonces de la ausencia prolongada de Filomena, y aunque no tenía intención de intervenir en asuntos familiares, recorrió el lugar con la mirada buscando a la niña. Se incorporó lentamente y echó a andar. La encontraría y hablaría con ella para que se congraciara con su padre. Debía hacerlo antes de irse. Se lo debía a la memoria de Darío.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: TRANSCURRE EL RESTO DE LA TARDE.

Mientras amontonaban los cadáveres, Radek había escuchado a Gerik hablando con su superior. Al terminar la tarea, se acercó a ellos.

- Deberíamos partir lo antes posible - les dijo. - Nos llevan demasiada ventaja y en sus vehículos podrán aumentarla salvo que tratemos de ganar algo de tiempo durante la noche. - Sus palabras denotaban cierta urgencia, pero aún así, se había mostrado dispuesto a dedicar algo de tiempo a prevenir que la infección se llevase al resto de los habitantes de la ciudad y a buscar algo útil entre los restos.

Volviéndose hacia el poleno, le preguntó a ese respecto. - ¿Han encontrado algo sobre cómo el Químico controla a esas criaturas, famulante?

Mientras hablaba con él, su mirada se desvió hacia el Jehammedano que entraba en la ciudad. Normalmente no se preocupaba por la gente, pues creía firmemente que deberían poderse mover a su antojo por donde les diese la gana sin que nadie se metiera con ellos, pero no pudo evitar preguntarse si el recién llegado habría visto algún rastro de los Comensales según se acercaba al asentamiento. Sin duda, el humo de la pira con la que los spitalianos estaban quemando los cadáveres sería visible desde kilómetros a la redonda y Radek se preguntaba si sería eso lo que había atraido al viajero hasta este lugar.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

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DÍA: 30.

HORA: TRANSCURRE EL RESTO DE LA TARDE.

Gerik resopló al anochecer, palmeándose las manos después de un arduo trabajo durante toda la tarde. Recoger cadáveres, amontonarlos, quemarlos, sanar a los heridos y recoger muestras. En ese momento le interceptó Radek preguntándole sobre los resultados. El polen negó con la cabeza.

- Negativo. Solo he hallado cómo esos indeseables transforman a la gente normal en nuevos Devoradores: inoculándoles las tenias. Son un parásito nunca antes visto que termina por acceder al cerebro de la pobre víctima, transformando sus habilidades psicológicas y motrices hasta devenir en los monstruos que conocemos. Pero nada sobre cómo los controlan - admitió frotándose la barbilla mientras cavilaba cierta idea. Finalmente se encogió de hombros y dio su opinión.

- O he sido incapaz de verlo... o la manera de controlarlos está no en los Devoradores, sino en los Comensales. Tal vez algún tipo de compuesto químico, feromonas u otros estimulantes con los que pueden rociarse y las bestias los reconocen como amigos o amos. O incluso un aparato de radiofrecuencia con cuyas ondas pueden llegar a manipular a esa jauría. A saber - especuló el spitaliano, dando su opinión.

Cuando el explorador expresó sus prisas para seguir a los apocalípticos renegados, el famulante meneó la cabeza en duda.

- Tienes razón, Radek. Pero desinfectar este lugar y sanar a los heridos era prioritario. No creo que salir tras ellos a toda prisa valiese el dejar que Espinazo se convirtiera en un cubil de Devoradores desatados - argumentó -. Por otro lado casi es de noche. No creo que sea posible seguir rastro alguno hasta el alba - volvió a apuntar -. Creo que lo mejor sería descansar unas horas antes de un largo viaje - opinó admitiendo su cansancio después de una larga caminata, una dura lucha y un fatigoso trabajo de cura y desinfección. Volvió a tomar la palabra -. Finalmente, Radek, nos comentaste que conoces relativamente bien los diversos refugios naturales del Valle del Polvo - recordó dándose un par de toquecitos con su índice en su sien -. Tal vez conseguir varios rastros y la dirección que siguen pueda darte una idea de qué lugar pueden estar empleando si se da el caso que los rastros terminan por perderse y ellos se han instalado en uno de esos lugares - sugirió.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

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HORA: TRANSCURRE EL RESTO DE LA TARDE.

Volker se vió a si mismo cavando y ayudando a limpiar, aplastando tenias y quemando cuerpos de los caídos. Todo esto distaba mucho de lo que se esperaba cuando compro su libertad y comenzó a soñar con desenterrar reliquias y artefactos antiguos que le permitiesen darse una buena vida.

Por si eso fuera poco, se había comprometido a ayudar a este grupo a perseguir a los asaltantes, una suerte de desgraciados que controlaban bestias caníbales para asaltar asentamientos y llevarse todo lo que les interesase, ya fuera objetos o personas.

Terminada la labor procedió a desinfectar la pala tal como le han indicado los spitalianos mientras escuchaba las conversaciones que tenian lugar.

Escucho que seguramente lo sensato fuese partir al alba, lo que le dejaría tiempo para ir a la casa de Albretch y Hülda y comprobar que había ocurrido con ellos. Sin embargo aun faltaba gente por pronunciarse.

Mientras pensaba en lo rápido que se torcian los planes, se le acerca un muchacho con un poco de agua y comida.
Volker la cogió agradecido y pensó en ofrecerle un poco a Phi, pero en ese instante Phi se levantó y se fue caminando. Vio entonces a Neftix cerca y antes de tener ocasión de ofrecerle compartir el agua y la comida vió como otro muchacho se acercaba a ella y se la daba.

Fuese como fuese el caso es que se acercó a Neftix.

No supo que preguntar ni decir, tales eran sus habilidades sociales, así que simplemente se sentó a su lado y comió y bebió acompañado, esperando que los que parecían llevar las riendas del grupo tomasen una decisión.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: TRANSCURRE EL RESTO DE LA TARDE.

La tarde trascurre en extensos trabajos para desinfectar Espinazo de aquella mala infección. Junto con Gerik nos hacemos cargo de mover los cuerpos infectados a la pira que fue preparada en las afueras del pueblo. El resto apoya con diversas tareas entre las que se incluyen mover los cuerpos sin riesgo de infección y otras labores.

Cuando ya todos los cuerpos arden en aquella pira, con Gerik nos dedicamos a eliminar las tenias de cualquier herido contagiado. Con un proceso extenso pero meticuloso, conseguimos eliminarlas todas y evitar así la propagación de esta terrible epidemia.

Examinamos luego las muestras y nuestras inferencias se vuelven claras cuando comprobamos que son las que transforman a su hospedero en un devorador después de atacar su cerebro en masa. Son un peligro que hemos hecho bien al eliminar de Espinazo pues esta población terminaría siendo diezmada si un brote interno apareciese.

Ahora, al calor de las zonas que están incendiándose para eliminar posibles focos de tenias, Radek se pone a conversar con Gerik, a lo que contesto:

 - "Tal como dice Gerik, hicimos bien en desinfectar este lugar. Ahora debemos movernos. Creo que deberíamos aprovechar las horas de luz que quedan para encaminarnos hacia el rastro. Con toda la carga que llevan del saqueo, irán directamente a su base. La sola dirección nos dará una buena pista de a donde se dirigen. Debemos empezar cuanto antes pues esta es nuestra oportunidad para ponerle fin a este asunto. Si les damos demasiado tiempo, dejaremos que el ciclo inicie otra vez."

Los habitantes se muestran agradecidos por nuestra ayuda, por lo que se ofrecen a brindarnos cierta ayuda. Me dirijo al Alcalde para ver si es capaz de entregarnos algunos suministros que puedan ayudarnos en el viaje que tenemos por delante.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

El caravanero Fedor, hermano pequeño del Alcalde, se acerca al líder del grupo de intervención Spitaliano con una mirada cargada de determinación.

- "He reunido a unas ciencuenta personas que queremos hacer algo. Queremos salir ya y disponemos de comida y agua suficientes. Entre todos apenas tenemos una decena de armas de fuego, mayormente fusiles de caza ligeros, por lo que agradeceríamos cualquier ayuda..." -

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

Escupe mientras revisa su viejo mosquete de pólvora negra.

- "Esos malnacidos tienen que pagar por lo que han hecho. Si no hacemos algo, la próxima vez que vuelvan quizá no podamos detenerlos." -

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

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DÍA: 30.

HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

- "¡Yo quiero luchar! ¡Ya soy mayor y tengo un cuchillo! ¡Mataron a Darío y se han llevado a mucha gente del pueblo!" -

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MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

- "¡Filomena! Tú te quedas aquí conmigo y sanseacabó." - Le da un tirón de pelo y la coge fuerte de un brazo, tirando de ella hacia la Alcaldía.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

Termino de recibir lo que el Alcalde nos facilita, que nos será de mucha utilidad, cuando el caravanero se me acerca y me habla de quienes están listos para partir a combatir a los Comensales y sus abominaciones. Le miro con mi fría expresión de costumbre, como si lo estuviese escrutando. Un hombre con un parche en un ojo habla a su lado, a lo que respondo de inmediato:

 - "Esta vez tampoco lo hicimos. No los detuvimos. Solo nos escondimos como ratas y esperamos a que los perros se saciasen."

Miro luego al caravanero y le contesto:

 - "¿Están todos ellos dispuestos a morir? Debe saber ya que no nos enfrentamos a unos paletos sin armas ni medios. Nos superan en número, en armas y tienen a sus devoradores. Todos los que vayan deben pensar que con salir de Espinazo ya firmaron su muerte. Solo un milagro los traerá de vuelta con vida. ¿Es así? ¿Están preparados?"

Esa es la triste verdad y los Spitalianos no somos buenos disimulándola. Lo más probable es que todos los que vayan mueran, ya sea en el combate o en el polvo después de huir lo suficientemente rápido como para no ser alcanzado por nuestros enemigos. De todas formas, no soy nadie para impedírselo pero sí que quiero organizar bien las cosas para que podamos contar con esos recursos y no que sea solo un derroche de armas y vidas dadas en vano.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

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HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

- "No, señor, no están en absoluto preparados. Conozco a la mayoría de ellos. Son buena gente del pueblo, agricultores sobre todo. Lucharán si pueden. Algunos huirán y otros morirán, pero todos quieren venir." -

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

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DÍA: 30.

HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

Radek negó mirando a Gerik, no por su afirmación sobre la necesidad de desinfectar la ciudad, cosa con la que había estado de acuerdo desde el principio, sino por su sugerencia de descansar unas horas.

- Deberíamos salir lo antes posible. Incluso de noche, esas huellas son fácilmente rastreables, pero si esperamos más corremos el riesgo de que el viento acabe por borrarlas del todo. Esta zona se conoce como el Valle del Polvo por una razón... - comentó.

Sin más explicaciones, se giró para dirigirse a la entrada del pueblo. Mientras caminaba, le dirigió una mirada reprobatoria a la mujer del alcalde. - Deberían dejar que la chica hiciera lo que crea conveniente - le comentó negando con la cabeza. Pero no era momento de iniciar una discusión, así que siguió caminando sin pararse.

Antes de llegar a la entrada del asentamiento, observó una vez más al Jehammedano recién llegado. - No es buen momento para llegar a la ciudad - le comentó. - ¿De dónde viene? ¿Ha podido ver a un grupo de salvajes alejándose de Espinazo?

Mientras esperaba su respuesta, se agachó junto a las huellas de neumáticos y oteó el horizonte, tratando de imaginar la dirección que llevaría el Químico con sus secuaces.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

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HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

Gerik suspiró ante la negativa de parar y descansar unas horas. Es verdad que el viento en aquel valle podía borrar toda huella de un plumazo en cualquier momento... pero lo que él tenía claro es que, mejor que el viento, quien borraba las huellas durante varias horas era la oscuridad de la noche. Sí, esa que ya casi asomaba.

Tal vez Radek tenga visión de mochuelo, consideró el polen. Vistas las capacidades de mutación de los apocalípticos creando Devoradores, ¿Por qué no van a modificar su vista?, concedió.

No obstante su opinión bien poco importaba, ya que su superior Cyrek ordenó avanzar. Resignado, el spitaliano asintió con la cabeza. Agradeció al alcalde las raciones de comida y agua y finalmente opinó sobre la intención de ayudar de los ciudadanos, combatiendo.

- Marchando allá será como enviar a un grupo de ovejas, muy motivadas eso sí, al cubil de los lobos - opinó el rudo polen -. Sin embargo hasta unas ovejas pueden revelarse como carneros y marcar la diferencia. Tal vez podamos necesitarlos en algún momento concreto, en un lugar concreto, donde diez rifles de apoyo sean una bendición - terminó por valorar.

Ninguna ayuda era desdeñable, sobre todo cuando los enemigos eran tantos y ellos tan pocos.

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DÍA: 30.

HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

El sol había desaparecido cuando llegó a su destino, pues el viaje había sido mucho más largo de lo que a él le hubiera gustado, sin embargo llegó con el corazón tranquilo pues había cumplido con éxito su tarea. La luz era escasa en Espinazo y no era para menos pues no parecía un lugar con esperanza. Pese a que sus ropajes estaban sucios del polvo del camino y que dado al largo trayecto recorrido estaba cansado, Joukahainen no había perdido nada de dignidad en su rostro. El hombre avanzaba erguido y recto, con la barbilla levantada y su imponente cuerpo casi indolente. Pese a su aparente inmutabilidad siempre estaba atento a lo que le rodeaba y aquella ocasión no era diferente. Sus ojos prestaban atención a cada pequeño detalle que podía percibir aunque su interés por Espinazo y lo que allí sucedía era alto, tenía una prioridad sobre lo acontecido en la ciudad y por ese mismo motivo se dirigió al primer grupo de aldeanos que encontró para hablar con ellos y recabar información.

—Siento el destrozo que ha ocurrido en vuestro hogar y Dios me manda a ayudaros, pero antes de hacerlo debo encontrar a una mujer de piel oscura que se encaminó hacia aquí. ¿La habéis visto?

Fiel a su estilo, el Jehammedano habló pausado con lentas pero respetuosas palabras dirigidas a los allí presentes. Tras lanzar el mensaje que le preocupaba volvió a alzar la vista para tratar de identificar la situación actual pues Espinazo estaba en peor situación de lo que él esperaba. 

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: TRAS EL OCASO.

Fedor y el Desacatador le piden abiertamente ayuda a Cyrek y a su grupo para ir tras los Comensales y sus Devoradores. Temen que cuanto más tiempo pase, más atrocidades les puedan estar haciendo a los prisioneros a los que han secuestrado.

El forastero Jehammedano habla con la Africana Neftis y se informa de lo que ha sucedido en el pueblo. Parece predispuesto a ayudar.

Una mujer le entrega un yesquero a Radek, dos hombres les dan provisiones y agua a Cyrek, a Gerik y a Volker. Un anciano le entrega también cuatro viejas balas de fusil de caza a Volker, el Chatarrero las examina y le parece que funcionarán.

Dos viejos cazadores señalan que el rastro conduce al nordeste, pero Radek insiste en que eso es un señuelo, y que enseguida gira hacia el oeste. Los demás no parecen convencidos.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 30.

HORA: EL SOL SE HA PUESTO.

Volker se acerca al Famulante Gerik tras estar un rato observando las huellas y rastros que salen del pueblo, tratando de evitar que le escuche gente del pueblo, pero sin preocuparse si alguien mas del grupo que ejerció la defensa esta cerca.

Disculpe Famulante. Según la conversación que tuvimos hace un rato, yo no pensaba acompañaros porque mi profesión es chatarrero. A diferencia de vosotros, no tengo asegurado un lugar al que acudir, donde tenga comida y sustento. Si encuentro cosas que consigo vender, tendré agua y comida y puede que algo de dinero en el bolsillo, pero sino me tocara pasar hambre o solicitar un dinero prestado a gran interés. Entendí, que si ese grupo de enemigos prospera, eso ira en contra de todo el mundo y por ello me ofrecí a ayudar, a seguirlos y tratar de situarlos para pedir ayuda para eliminarlos. Pero si acudimos con granjeros sin experiencia ni en combate ni en sigilo y pretendemos combatir en esas condiciones, me temo que me largare tan pronto os haya ayudado a encontrarles. Lo de suicidarme no va conmigo. Si bien, si me indicáis donde acudir para informar de la localización una vez os abandone, para que envíen una fuerza de combate mayor, estaría dispuesto a haceros el favor.

Por cierto, el rastro si que sale en dirección Nordeste, pero si solo tomamos esa dirección errónea, entraremos en conflicto con un asentamiento mercenario sin motivo. Según Radek, luego tuercen hacia el Oeste, sin embargo eso es un rastro viejo de pastores que no conduce a ninguna parte. Debemos ir hacia el Este, que es a donde se encaminan realmente, seguramente tengan las ruinas que hay en esa dirección como campamento.