Partida Rol por web

Degenesis I: En el Polvo.

Valle del Polvo: Espinazo.

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16/08/2018, 16:02
Protectorado: Fedor el Caravanero.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

- "¡Vaya! ¡Lo habéis hecho! Confieso que cuando encabecé a este pequeño grupo de voluntarios, ninguno esperábamos seguir con vida a estas horas. Sencillamente, era algo que teníamos que hacer, pero ninguno teníamos muchas esperanzas.

Pero vosotros lo habéis conseguido. Es cierto que hemos tenido suerte, y tanto que sí, pero vamos... ¡Os metisteis en aquella cueva y los matasteis a todos! Es... es increíble. Creo que esta gente confiará más en el Protectorado a partir de ahora." -

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16/08/2018, 16:05
En el Polvo: Albrecht.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

- "Gracias, gracias a todos por venir a sacarnos de aquellas jaulas. Estuvieron a punto de matarnos varias veces, les parecíamos demasiado viejos y poco apetitosos, mi Hülda y yo.

Por la noche mataron a unos cuantos. Primero los violaron, escuchamos sus gritos. Luego los mataron, y después creo que se los comieron. Las bestias, y sus amos, que eran aún peores. Los putos peores depravados y psicópatas que he visto en toda mi vida, y he visto muchas cosas, creedme." -

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16/08/2018, 16:08
Espinazo: Alcalde Bertold.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

- "Sí, es verdad, Fedor. Espinazo ha tenido mucha suerte hasta ahora. Antes había algunos bandidos, pero se conformaban con un tributo. Pero no creo que podamos seguir viviendo aislados dándole la espalda al mundo." -

Busca a Alejandro y le dice:

- "Usted pertenece a los Jueces, ¿verdad? Dígale a sus superiores cuando vuelva que a Espinazo le gustaría unirse al Protectorado. Creo que todos estaremos de acuerdo en que es lo mejor." -

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16/08/2018, 16:50
Radek Skrabanec.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.
AÑO: 2595.
MES: ENERO.
DÍA: 31.
HORA: POR LA TARDE.

La caminata de vuelta a Espinazo le había parecido a Radek mucho más larga que el camino de ida. A pesar de los primeros auxilios que le proporcionó el famulante Cyrek, las heridas producidas por los devoradores le habían hecho mella. Tras haber llegado junto a un Phi derrumbado, había preferido esperar a los spitalianos que con sus mayores conocimientos de medicina seguramente serían de mucha más ayuda al maestro de lo que podría aportar él. Después de eso, el penoso avance por el yermo, mezclado entre la gente del asentamiento, le había dejado totalmente agotado.

O eso se decía. En lo más profundo de su ser estaba convencido de que las heridas sufridas no eran tan graves o, al menos, no tanto como la sobra de la duda que esta aventura había despertado en él. El Químico y los Comensales siempre habían parecido un grupo de Apocalípticos y no podía dejar de pensar en las semejanzas que podían tener con la gente del Burdel del Amante Despechado, por mucho que las diferencias fueran más evidentes. Con un gesto casi instintivo que no había planeado, palpó la bolsa donde había guardado las drogas que había cogido de uno de los comensales.

El regreso a la ciudad le sacó de su ensimismamiento. Tras las felicitaciones por el supuesto éxito de la empresa, le habían dado agua, provisiones y flechas para su arco. Después de un merecido descanso, se había regalado con una de esas raciones de viaje, todo un banquete para alguien que estaba acostumbrado a alimentarse con lo primero que se pudiera echar a la boca. Tras terminar su comida, miró el resto, calculando que habría al menos para cuatro días más. Empaquetando las raciones en un petate, salió a las calles de Espinazo y empezó a pasear por ellas.

Negó con la cabeza al escuchar las discusiones sobre los ritos fúnebres a seguir por los difuntos. Esas cosas no iban con él. Los muertos estaban muertos y seguramente les dieese igual lo que hicieran con sus cuerpos. Y¨más aún a todos los que estaban calcinados en las ruinas de la ESA. Se alejó caminando y al fin encontró lo que buscaba. O mejor dicho, a quien buscaba; Filomena, la hija del Caravanero, había sido la única que le había ayudado a buscar munición antes de partir tras los Comensales.

- Esto es para ti - le dijo tendiéndole la comida. - No vais a estar muy sobrados de algo que llevaros a la boca en los próximos días y yo me apaño con cualquier cosa - le dijo guiñándole un ojo. Iba a ser poca compensación por la pérdida de Darío pero de alguna forma Radek pensaba que así saldaba una deuda, pues el inminente retorno a su propio asentamiento le había traido los recuerdos de otra niña que había acompañado a Raisha.

Revolviéndole el pelo con la mano, se despidió de la chiquilla y fue a buscar al líder de los spitalianos.

- Famulante Cyrek - le saludó. - Mi misión era traerles hasta Espinazo y aquí están... - No hacía falta decir nada sobre todo lo que había ocurrido desde que llegamos a la ciudad. Sencillamente los acontecimentos nos habían mantenido más tiempo juntos del que inicialmente habíamos pensado. - Creo que eso cierra el acuerdo al que llegaron con Raisha - concluyó. Nada de "es un honor haber viajado juntos" ni chorradas del estilo. Esas cosas no iban con Radek y, a pesar de que seguramente al spitaliano le habría gustado escucharlas, ahora el apocalíptico tenía otras cosas en la cabeza. Sin embargo, miró a Gerik, que le había curado en el camino y se volvió hacia los tres. - Que encontréis agua y sombra en vuestro camino, famulantes - dijo dándoles la espalda mientras colocaba su mochila y se encaminaba hacia la puerta de espinazo.

Antes de salir de la ciudad, Radek vio una piedra en la sombra, aún algo húmeda por el rocío matinal y se agachó a cogerla. Tras llevársela a la boca la lanzó hacia arriba y la volvió a agarrar en el aire. Aún tenía unos días de camino y, con suerte, eso le daría suficiente tiempo para pensar en todo lo que había ocurrido y en las preguntas que le haría a su jefa cuando se encontrase con ella cara a cara otra vez.

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17/08/2018, 01:20
Famulante Cyrek.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

El viaje hacia Espinazo fue silencioso y no porque hubiese un gran pesar en el grupo, sino por el enorme cansancio que llevamos encima después de todo lo realizado. Viajar muchos kilómetros, enfrentar una batalla casi suicida y salir victoriosos después de una explosión capaz de erradicar todo en su alcance es una gesta que muy pocos pueden jactarse de haber realizado. En nuestro caso es cierto y viajar nuevamente esos kilómetros es lo que realizamos ya sin energías para más.

Pero llegamos a Espinazo y somos recibidos como héroes aunque se nos mira también como una aparición. Los entiendo, yo mismo pensé en varios momentos que no lo lograríamos pero la suerte estuvo de nuestra parte por factores que desconocemos pero que ahora no son importantes. El hecho es que salvamos la región de próximos ataques y acabamos con esa fuente de infección. Si bien el Químico puede seguir con vida, por poco probable que parezca, tardaría un buen tiempo en volver a tener el poder que ostentaba hace unas horas y estaremos mucho más preparados para su retorno.

Al llegar, lo primero es revisar a todos los prisioneros pues muchos de ellos pueden tener infección por las tenias y es algo que no debe ser subestimado. Con ayuda de mis compañeros y de las autoridades de Espinazo, conseguimos apartar a todos y realizar el examen apropiado. Por horas revisé a todos hasta extirpar todas las tenias que encontré y de las que tuve sospecha hasta quedar satisfecho. De todas formas, las medidas preventivas deben realizarse, por lo que me acerco al Alcalde y le hablo:

 - "Todos parecen estar limpios de infección mas algunas tenias fueron encontradas en sus cuerpos. No estoy seguro por tanto de que el tratamiento haya sido oportuno y completo pero no hay tiempo para realizar una cuarentena apropiada pues debemos volver a avisar al Spital de todo lo visto aquí. Espero que entienda el peligro que corre el pueblo si algunas de esas tenias permanece en su cuerpo y consigue causar su efecto. Tendrá a un devorador expandiendo la infección y el ciclo podría acabar con todos aquí. Encargo a ustedes que si en algún momento alguien muestra signos de comportamiento errático, primitivo o cualquier cosa que les haga sospechar de que esté cambiando, debe ser aislado al momento hasta disipar sospechas o directamente incinerado para contener la infección. Sé lo terrible que suena y probablemente lo peor que es realizarlo, pero es la única manera de salvar al pueblo, a la región completa, llegado el caso. ¿Ha entendido bien?"

Radek me llama y se despide pues el trato ha terminado. Ha actuado mucho más allá de él y ha cooperado en una batalla que no era su deber luchar. Lo ha hecho bien y, contra todo pronóstico, siento que nuestra experiencia ha ayudado a mejorar las relaciones entre el Spital y los Apocalípticos, por improbable que sea.

Le ofrezco la mano y digo las palabras que sé que él no dirá:

 - "Ha sido un placer trabajar contigo, Radek. Espero volver a verte algún día, ojalá que en mejores circunstancias. Buen viaje también para ti."

El pueblo me regala venda y suficientes reposiciones para mi equipo de sanación, lo que agradezco mucho pues he usado casi todo lo que tenía. Ahora podré seguir haciendo mi trabajo. Recibo también las raciones que nos entregan pues es hora de volver. Llamo a los Spitalianos que me acompañan:

 - "Creo que ya es hora de regresar. Debemos reportar todos los antecedentes de lo sucedido, los Spitalianos debemos prepararnos por si el Químico vuelve. Es nuestro deber sanar y procurar la futura sanación."

Me acerco a Volker y le hablo:

 - "Agradezco mucho que hayas decidido ir con nosotros. No lo habríamos logrado sin tu ayuda. Gracias."

Le ofrezco la mano a modo de agradecimiento. Luego me acerco a Neftis y a Joukahainen:

 - "También ustedes. Muchas gracias por aportar en esta importante gesta. El Spital les brinda su agradecimiento."

Me acerco finalmente al herido Phi, que está despierto pero débil:

 - "Me alegro ver que se recuperará. Solo debe descansar y estar orgulloso por lo realizado, Maestro. Ahora tendrá una gran historia que contar y con la cual enseñar."

Me dirijo al Alcalde nuevamente y a cualquiera presente:

 - "Espero de todo corazón que no haya ninguna repercusión más y que Espinazo pueda seguir medrando sin contratiempos. Hemos realizado nuestra labor y nos vamos contentos de haber hecho bien. Agradezco mucho la cooperación que hemos recibido y hablo en nombre del Spital cuando les digo que seguiremos nuestra constante vigilia para mantener sana a la humanidad."

Espero a que Alejandro hable con Urraca pues no sé si ella irá con él o el Juez vendrá con nosotros. Tengo completamente claro que no se separarán si pueden evitarlo y, sabiendo lo que harán, empezaremos a caminar hacia nuestro destino, dejando atrás este pueblo.

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17/08/2018, 07:45
Protectorado: Filomena, la hija del Caravanero.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.
AÑO: 2595.
MES: ENERO.
DÍA: 31.
HORA: POR LA TARDE.​

​- "Muchas gracias, señor Radek." - La niña acepta las provisiones y después ve al guía Apocalíptico marchar; la misma imagen del forastero misterioso de las historias, que llega a un asentamiento, resuelve sus problemas más acuciantes, y luego se va por donde a venido, sin decir a dónde va.

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17/08/2018, 07:52
Espinazo: Alcalde Bertold.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: CASI POR LA NOCHE.

​- "Haremos lo que usted dice, Famulante Cyrek, pues nos ha mostrado que es necesario para sobrevivir. Muchas gracias, por todo..." - Señala con la cabeza un cubo de madera con tenias muertas extraídas en horas previas.

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17/08/2018, 18:58
Alejandro de Burgos.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.


- Me alegra escuchar eso, alcalde Bertold. Informaré a los Jueces de vuestra decisión. Estoy convencido que les alegrará. En todo caso, ha sido un trabajo en equipo. Los spitalianos y los jueces han demostrado que pueden ocuparse de problemas como este, juntos. Y es algo que por muchos motivos debe alegrarnos. 

Tras las palabras miró a Urraca. Ambos tenían que hablar, y pronto. Acto seguido, se acercó a Radek y lo miró, asintiendo finalmente.

- Suerte en tu viaje. Que no nos encontremos como enemigos.

No había mucho más que decir, y ambos lo sabían, pero el juez no deseaba dejar que el apocalítico se marchara sin despedirse. Tras estas palabras habló con muchos de los habitantes de Espinazo. Al fin y al cabo, por dos veces, habían sido sus órdenes las que habían servido para coordinarlos, primero, cuando habían atacado el pueblo, y había sido él quien había logrado que se refugiaran; más tarde, en el ataque, había sido él quien les había dirigido algunas instrucciones.

Ambos hechos le provocaban una sensación que creía perdida. Dirigir a otros en la batalla, lograr que sobrevivieran a pesar del peligro... eran sentimientos agradables. Nuevos sentimientos agradables que sumar al mayor de todos. Urraca estaba viva.

Me acerqué a ella.

- ¿Me acompañas un momento? Antes de partir me gustaría que habláramos.

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17/08/2018, 19:13
Espinazo: Alcalde Bertold.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: CASI POR LA NOCHE.

El Alcalde le da a Alejandro una jarra de cerveza local. No está muy fría, y es un brevaje artesanal un poco dudoso, pero el primer sorbo le sabe al Juez novel a gloria.

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20/08/2018, 12:40
Urraca Vargas.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

Todo había acabado. O al menos había un punto y final a aquel interludio en la que sin duda era una obra más extensa y con muchos más protagonistas que los allí presentes. Se sentía cansada, física y emocionalmente. Aquel viaje, iniciado con un objetivo claro, se había complicado y diversificado con la presencia de Alejandro primero y de la infección después. Demasiada muerte, demasiada enfermedad y escasa esperanza. Pero eran las señales de sus tiempos y nada lo cambiaría. No al menos a corto plazo y no si la humanidad restante no modificaba su pensamiento y comportamiento. Y cualquiera conocía la respuesta a esa última premisa. 

Tras regresar al punto del cual habían partido en aquella casi suicida misión de rescate, Urraca se había centrado en la sanción de los más heridos, colaborando con Cyrek en la labor, dejando sus propias heridas, que apenas revestían importancia, para el final y no antes de encargarse personalmente de las heridas de su esposo. Había sido un momento de silencio, un instante cargado de comunicación no verbal. Ninguno hablaba mientras los dedos de Urraca seguían cada herida, cada marca de forma profesional pero íntima y curaba las mismas. Una mirada cargada de mil palabras sirvió de despedida antes de que Urraca regresará a su labor. 

Y una vez más, la vida imponía sus exigencias. Todo volvía o debía volver a la normalidad. Pero, ¿qué era eso? Lo que en un momento la condujo a la vida spitaliana, las razones de su desapego a la existencia, la asepsia propia de quien busca en la purificación del mundo una respuesta a su dolor, se habían difuminado con el reencuentro tantos años después con Alejandro. Su vida se bifurcaba una vez más, nuevas decisiones se abrían ante ella y aunque hubiera debido sentirse angustiada o atada o sin libertad, la realidad era que hacía mucho que no experimentaba aquella sensación de libertad. El adiós de Radek fue correspondido con una sonrisa que embelleció el rostro de Urraca como el sol del atardecer y con un gesto de mano que era mas una promesa de reencuentro que una despedida en sí. 

Luego, fue la voz de Alejandro la que la obligó a volverse. La azul mirada de la spitaliana enmarcada en las finas líneas de su viejo linaje onuvense, se clavó en la de su esposo. Asintió. Debían hablar y ambos sabían de qué. Tomó la mano de Alejandro y se alejó con él para desentrañar su futuro. 

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20/08/2018, 18:16
Alejandro de Burgos.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.


- No me voy a alejar de tí-  afirmó Alejandro tan pronto se habían alejado lo bastante de la fiesta que su inesperado regreso y triunfo, habían hecho atravesar Espinazo- Lo he hecho mucho tiempo y demasiado, y ninguno juramento, organización o promesa, tiene más fuerza que la que te hice. Te lo dije: no iba a dejarte morir. Y ahora que, hoy, ninguno hemos muerto, quiero celebrar la vida. Contigo. Mientras dure. Este polvo, esta tierra inhóspita y absurda... se ha convertido en la más maravillosa. Así que, dime, ¿cómo podemos hacerlo? Siempre se te han dado mejor estas cosas que a mi. A mi dame tierras que defender y conquistar, ya sabes. Pero pensar y dirigir, en eso siempre has ido por delante. ¿Cómo podemos hacerlo? ¿cómo quieres que lo hagamos?

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20/08/2018, 21:09
Neftis.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

Tras colaborar con el pueblo en sus ritos de enterramiento y de conmemoración con los muertos, Neftis recibió los agradecimientos del comandante Cyrek, y respondió con sencillez: 

- No hay nada que agradecer. - Tras esto se dispuso a irse, esperando que Joukahainen la acompañara, aunque sin pedirlo expresamente. Dando por supuesto que, sencillamente, sería así. A fin de cuentas, es lo que había dictado el destino. 

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20/08/2018, 22:20
A NADIE LE IMPORTA LA HORA.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POCO ANTES DEL OCASO.

La silueta de Radek apenas se percibe ya, recortándose contra el Sol, ya muy bajo en el horizonte, mientras se aleja paso a paso, cual arquetípico Forastero Misterioso.

Neftis hace un gesto de despedida y se dispone a seguirle.

Alejandro renueva sus votos, la fidelidad a su corazón, que es Urraca. Poco antes, esta ha terminado de curar sus heridas.

Los otros dos Famulantes, Cyrek y Gerik, se limpian las frentes bañadas en sudor. Han salvado muchas vidas hoy, en unas cuantas precisas y rápidas cirugías, extirpando tenias antes de que se reprodujeran masivamente.

Joukahainen permanece en hosco silencio, y al cabo, la gente deja de mirarlo. No es más que otro fanático sin nada que decir.

Phi y Volker hablan, algo apartados. El primero mostrando todavía las quemaduras de la explosión.

La gente mira el Sol. Tan cercano ya al horizonte.

Notas de juego

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22/08/2018, 11:23
Urraca Vargas.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

El sol se ponía y la luz ambarina que proyectaba lo bañaba todo de una especial y mágica belleza. Cogida de la mano de Alejandro, escuchaba sus palabras, mirando al frente mientras andaban despacio. Sincronizados, ambos se detuvieron en la cima de una pequeña loma cercana al campamento y ambos guardaron un silencio prolongado, un paréntesis en el que Urraca pensaba cómo podrían tomar las riendas de sus vidas futuras. 

-Bien, quiero que lo hagamos bien. Eres un juez y yo una spitaliana, pero sobre todas las cosas somos tú y yo, al margen de nuestros trabajos y otras responsabilidades. Quiero que estemos juntos. Lo necesito. No soportaría que nuestros caminos se separaran aquí, limitar nuestra relación a encuentros fugaces o casuales o a una serie de cartas que prolongarán una agonía cuyo final sabemos. Ninguno de los dos quiere que esto acabe, que quizá fuera lo más sencillo. Pero nunca nos gustaron las cosas fáciles, ¿eh, Alejandro? -Urraca rió con una risa suave y cálida, sombreada por el amor a su marido y con el olor del hogar-. Hablemos con nuestros respectivos superiores. Eso nos obligará a separarnos por un tiempo. Breve pero necesario. Y digamos las cosas como son. Nuestra historia, nuestro pasado y lo que ha ocurrido aquí. Que jueces y spitalianos pueden ser un cuerpo operativo funcional ha quedado demostrado. Demos la posibilidad de que nos permitan seguir ejerciendo nuestros trabajos, aquellos en los que también creemos, pero conjuntamente. Tú y yo, más aquellos que engrosaran el equipo. Si no lo ven, si no creen en tal posibilidad, mi decisión será sencilla. Dejaré el spital e iré a donde estés. Pero no permitiré que seas un juez solitario. Estaré contigo y si no crees que sea la vida que nos merecemos, tal vez podamos instalarnos en alguna comunidad. Ambos tenemos mucho que ofrecer y dudo que tuviéramos problemas en asentarnos en un buen grupo. 

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23/08/2018, 13:10
Volker Volg.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POCO ANTES DEL OCASO.

Volker vuelve a Espinazo contento por haber sobrevivido, él al igual que la gente del pueblo opinaba que era una misión suicida de la que no volverían vivos. Han tenido suerte de la rebelión de los Devoradores y luego a pesar de no conocerse hace mucho han trabajado bastante bien en equipo.

Sin apenas darse cuenta, ensimismado como esta en esos pensamientos, va caminando en dirección al lugar donde atienden a Phi. De camino saluda a los compañeros con los que se encuentra con afecto.

Una vez llega a donde esta Phi se sienta a hacerle compañía hasta que se ponga bien, ayudando en todo momento a su recuperación. Se siente responsable de su estado. Sabe que si esta así es por su culpa. Fue el quien al ver que no todos entraban en el coche le mando salir corriendo, pensaba que le daría tiempo a escapar del radio de acción de la explosión. De hecho él mismo pensaba dejar a Radek también su sitio y salir corriendo.

Cuando Radek despierta, se alegra enormemente de verle en buen estado. No tanto de ver como el grupo pronto se dispersa. Aunque Volker ha sido siempre bastante solitario aun cuando trabajaba para el viejo, le había gustado sentirse importante y útil para mas gente.

Decide quedarse un tiempo en Espinazo, tratando de reparar el vehículo y de paso averiguar algo sobre su mapa y el metro que se encuentra bajo el pueblo. Propone a Phi que se quede también y ejerza su profesión allí mientras se recupera del todo.

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23/08/2018, 19:22
Alejandro de Burgos.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.


- Pues una victoria fácil para variar, sinceramente, no iba a suponer ningún trauma- Alejandro había dejado unos segundos tras terminar de hablar Urraca, pero ahora soltó una risotada- Además, si quieres que siga con este alarde de sinceridad, dudo que fuera a terminar esto de ninguna manera, aun cuando mantuviéramos una relación a rachas. Es demasiado lo que supone que estés aquí. Dicho esto...- la seriedad vuelve ahora al gesto de Alejandro- ... dicho esto, estoy de acuerdo, amor. No pienso contemplar ninguna solución que no pase por estar juntos y reanudar lo antes posible nuestra vida y nuestra historia en común. Será seguro distinto de como soñamos, y dudo que aquí sea posible encontrar naranjos. Pero... estés donde estés, allí estaré mi casa, y cada una de las palabras que vas a pronunciar a tus camaradas del Spital será las que yo pronunciaré a mis camaradas entre los Jueces. Pueden aceptarnos juntos, o tendremos ambos que buscar una nueva comunidad. Y por lo menos creo que hay una que nos acogería a ambos con los brazos abiertos. Esperemos no tener que llegar a eso.

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23/08/2018, 21:33
Urraca Vargas.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

Las palabras de Alejandro como respuesta a las suyas, no por esperadas dejaron de ser valiosas. Urraca tomó las manos de su esposo y le besó en los labios suavemente, dos figuras perfiladas contra el sol que se ponía en el horizonte.

-Regresemos.

Ambos caminaron juntos de regreso al grueso del grupo y cuando llegaron ante Cyrek, Urraca hizo un gesto afirmativo con la cabeza al famulante. 

-Estoy lista para partir. Ambos lo estamos aunque nuestros destinos sean distintos. Quizá podamos hacer una parte del viaje juntos, antes de separarnos. Y durante ese viaje, hay algo que me gustaría comentar contigo, Cyrek -dijo tuteando inesperadamente a su superior-. Y contigo, Gerik -afirmó añadiendo al polen a aquella extraña ecuación que Urraca parecía conjurar en su mente. 

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24/08/2018, 18:58
Alejandro de Burgos.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.


Sea lo que sea lo que han hablado Alejandro y Urraca el gesto del juez permanece sereno. No enfadado ni molesto. De hecho, es ahora cuando el Alcalde le intercepta para entregarle una cerveza local que, agradecido, se bebe con una sonrisa, para después agradecer al hombre su gesto. Sin embargo, pronto acompaña a Urraca que está ya hablando con el resto de spitalianos. Tras escuchar las últimas palabras de su esposa, Alejandro asiente, y extiende su mano a Cyrek y a Gerik.

- Nuestros caminos se separan aquí, al menos, por ahora. Debo regresar con los jueces e informar de lo acontecido. Les aseguro que mis palabras serán elogiosas respecto a ambos. Nos hemos enfrentado a algo mucho mayor de lo que estaba previsto, y hemos funcionado bien, juntos. Espero que mi labor haya sido de su agrado. Espero, igualmente, que pronto podamos vernos nuevamente.- sea aceptada o no su mano, y tras esto se gira e informa a Urraca del lugar en donde se va a encontrar en los próximos días, y tras escuchar idénticas nuevas de su esposa, le besa en los labios- Hasta pronto.- le dice, despidiéndose de ella, y finalmente, escucha la respuesta de los spitalianos si la hay.

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24/08/2018, 23:11
Famulante Gerik.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

La tarea fue meticulosa y lenta, pero entre los tres spitalianos la labor se agilizó bastante. Muchos hipotéticos afectados fueron enviados a casa con rapidez, al carecer de síntomas. Otros llevó más tiempo, teniendo que extirparle las tenias y desinfectar las heridas.

Gerik a penas tuvo tiempo para despedirse de Radek cuando este le dirigió unas palabras antes de marcharse. Una leve sonrisa, un asentimiento de cabeza a modo de reconocimiento y despedida, y un buen deseo. Después, volver a la quirurgía.

Tras toda una tarde de tratar a los afectados, cayendo el sol, observó cómo Neftis y el jehammedano parecían haber preparado sus enseres y se disponían a abandonar Espinazo. Al parecer ella habría participado en unas honras funerarias por los muertos durante los ataques. Él, a saber. Levantó levemente su mano e hizo un gesto de despedida a ambos esperando que su camino, fueran a donde fuesen, estuviera exento de contratiempos.

Advirtió cómo Phi había recobrado la consciencia y hablaba con Volker. Se acercó a ellos.

- Caramba, profesor. Parece que te ha dado fuerte el sol - bromeó el polen -. Nada que el tiempo no cure - añadió con prontitud tratando de quitar hierro a las quemaduras que revestía y que, mayormente, el tiempo curaría con el tiempo. Al menos las visibles -. Que te recuperes pronto, amigo - le deseó finalmente antes de intercambiar unas breves palabras con el chatarrero.

- Volker, bien conducido - dijo a modo de gratitud, dando una palmada en su brazo. Había sido el vehículo y el espacio que el conductor los alejó de la guarida comensal lo que había salvado la vida a la mayoría de la explosión -. Suerte con tus viajes y tu nuevo vehículo - le deseó - Y si vais a quedaros por aquí... tal vez nos veamos eventualmente - añadió antes de despedirse de ambos y retornar con paso cansado con los suyos.

Cyrek y Urraca conversaban con Alejandro. Cuando llegó junto a ellos parecía que era momento de despedidas y ganas de partir. El rudo polen sonrió sardónico.

- No entiendo las prisas por marcharse que tienen todos. Si el sol ya se está poniendo. ¿No sería mejor pasar la noche aquí? Las noches en este valle no son agradables, precisamente - indicó y preguntó como lógica obviedad, pero encogiéndose de hombros ante las decisiones de cada cual.

- Hasta pronto, juez - se despidió del hibrispano dándole la mano y preguntándose que habrían hablado él y su esposa. Parecían ambos conformes, por tanto intuyó que, aunque las respectivas misiones de cada uno los separaban, en breve tratarían de volver a estar juntos, definitivamente -. Ha sido un placer combatir contigo. Probablemente nos veremos en un futuro próximo - coincidió con su interlocutor. Gerik no era una persona de excesivas palabras si no creía que había que emitirlas. Por ello no añadió nada más. Por otro lado Alejandro parecía tener prisa.

Finalmente, fue Urraca la que captó la atención de Gerik. Todos parecían necesitar decir algo.

- Esta bien, Urraca - aceptó las palabras de su compañera -. Pero, ¿Es necesario partir ya? - no entendía las locas prisas de la gente por salir de aquel lugar, precisamente cuando comenzaba a anochecer. Finalmente terminó por mirar a Cyrek que era quien estaba al mando.

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25/08/2018, 09:14
Phi de los Maestros.

VALLE DEL POLVO, ESPINAZO.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 31.

HORA: POR LA TARDE.

Phi se sentía aliviado por continuar con vida. Sus quemaduras, aun siendo graves, sanarían con tiempo. Y pronto volvería a ser el  mismo de siempre. Aquel maestro que paseaba por las calles de Espinazo buscando a chiquillos a los que lanzar sus reprimendas... y enseñar.

Sonrió ante la idea, justo antes de que Volker se acercara a hablar con él un rato. Asintió e intercambió unas palabras con el chatarrero. Sí, la idea de Phi era quedarse en Espinazo. No sabía si de forma indefinida, pero sí durante algún tiempo. Lo suficiente como para intentar ver prosperar a aquella pequeña población.

Uno de los spitalianos se acercó también a la extraña pareja maestro-chatarrero, y Phi respondió a la broma con buen humor:

- Sí, la próxima vez tendré más cuidado en mis vacaciones... Eso de tomar tanto el sol no puede ser bueno. - Dejó escapar una amplia sonrisa. - Gracias por todo, Famulante Gerik. Y a todos sus compañeros. - Añadió. Sin la labor del grupo al completo probablemente no habría sobrevivido ni un habitante de Espinazo.

Aún había esperanza para la humanidad.

- Que nuestros caminos vuelvan a encontrarse. - Deseó a todos antes de que empezara el movimiento. Parecía que era hora de partir, y muchos tenían objetivos distintos.