Partida Rol por web

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Mientras terminaba de secarse y de escupir agua, Gerik escuchó la conversación sobre si ir o no ir hacia la carreta. Podía ser peligroso, por supuesto. Podía ser una emboscada, claro. Y podía haber una enfermedad en ciernes. ¿Por qué no? Pero lo que era indudable es que aquello, tal vez, podía estar relacionado con lo que venían buscando o con las labores habituales del Spital en aquella zona. Por A o por B no podían ignorarlo sin más.

- Y aun así deberíamos asomarnos - opinó con voz tranquila el rudo spitaliano a toda respuesta hacia las dudas que esgrimía el guía.

Frunció el ceño cuando su jefe de grupo se mostró tan condescendiente, casi servil, muy educado eso sí, con Radek, quedando pasmado ante la dejación de responsabilidades y toma de decisiones que hacía Cyrek. O así lo veía Gerik. El baljaní estaba para guiarlos por aquella zona que debían explorar y si el jefe spitaliano decidía que era conveniente que los guiara hacia un sitio, sería la labor del guía hacerlo. Aunque estuviera equivocado. Él era el líder de la expedición. Por eso, dejar la capacidad de decisión al propio explorador o al juez sobre si ir o no ir, se le antojó un disparate.

Si no hay una cabeza visible, que comande con autoridad, esto no será un grupo cohesionado, pensó el polen. Una cosa era aceptar sugerencias consejos y segundas opiniones, pero toma particular de decisiones...

Inconscientemente, el desconcierto le hizo mirar hacia otro lado y allí se encontró con la mirada de Urraca que exhibía un pasmo similar al suyo. Gerik, ante la pregunta visual muda de la compañera, le contestó con un encogimiento de hombros.

Él es el líder. Acatar y cumplir, pensó el hombre, aunque no tuvo dudas que la mujer sabría qué pensaba.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

No creo que suponga un retraso serio, Famulante Cyrek. Una hora o así, diría yo. Creo que no pone en peligro el viaje que estamos haciendo. Por tanto, como guía, encargado que llevaros al Espinazo, pienso que es aceptable que os desviéis.

Aventurarse en soledad es un peligro si no forma parte de algún otro plan, Juez. ¿Eres sigiloso? Se encogió de hombros. Una vez decidido el paso a dar, esto ya sale de mis responsabilidad, pues no soy un guerrero, como dije. De nuevo Radek estaba masticando algo, pero parecía haber acabado con su comida. Así que acataré tu decisión operativa, Famulante Cyrek, sobre cómo deseas abordar el asunto. No se quién puede estar detrás de todo esto, pues el Valle del Polvo es un lugar bastante tranquilo. ¿Algún grupo de los Clanes o de los Colectivos en su guerra? Todo eso está ocurriendo mucho más al este de aquí, y los Jueces tienen el lugar bastante limpio de bandidos, añadió. O se le rompió la pata al buey que llevara el carro y los viajeros fueron a buscar ayuda a algún lugar.

¿Ignoraba Radek a propósito los gestos de descontento de los subordinados de Cyrek, o se hacía el tonto? Se comportaba de manera solemne y hablaba bien, como alguien que ha leído algo más de lo común.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Radek da su respuesta y eso es más que suficiente para mí. Asiento con mi cabeza, la que porta un rostro sin ninguna expresión, rígida como una roca. Luego le contesto a él y a todo el grupo:

 - "Perfecto. Entonces nos acercaremos a investigar."

Miro a los famulantes que me acompañan. No me cabe duda lo que piensan con solo ver la expresión en sus rostros, gestos que no me han pasado inadvertidos en todo este rato. No hago caso de ello y simplemente les informo:

 - "Avanzaremos alertas y listos para el combate. La unión es la fuerza y nosotros somos fuertes. ¡Spitalianos, moveos! ¡AR!"

Tomo mi desplegador con fuerza y avanzo decidido hacia la zona pues mi intención es investigar bien la zona y aquellos recursos, sin titubear ni detenernos. En mi discurso no están incluidos ni el juez ni el apocalíptico pues, como dije antes de forma clara, no estoy en capacidad de darles órdenes y en ellos mismos queda la decisión de acompañarnos y luchar en caso de violencia o simplemente mantenerse al margen de todo.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: POR LA TARDE.

​El grupo liderado por el Famulante Cyrek avanza bordeando el lago por su orilla Oeste hasta llegar a la parte Sur.

Pronto se hace evidente que hay un carromato de viajeros aparentemente saqueado. El animal que estuviese en el tiro, ya fuese un mulo o un buey, no se ve por ninguna parte.

El Vagante Alejandro se aproxima pistola de chispas en mano y la pequeña bandada de cuervos se aleja volando, graznando indignada. Esto revela los restos de dos cuerpos humanos, horriblemente mutilados...

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: POR LA TARDE.

Gerik, alerta durante todo el camino de aproximación hacia el carro abandonado, se acercó junto al juez y observó la carnicería. Asintió con la cabeza y se tornó hacia sus compañeros.

- No conozco ninguna enfermedad que mutile de esa manera y se lleve a los bueyes - dijo con voz grave, ocultando la triste ironía de sus palabras.

- Con vuestro permiso, famulante Cyrek, echaré un vistazo ahí dentro - dijo mientras subía al carro. Si existía, sin duda, un hedor por la carne en descomposición, su máscara le ahorraba de aquella peste.

Extendió el Desplegador a la espera de que el molusco en este reaccionara ante algún tipo de patógeno en el ambiente. Posteriormente comenzó a echar un vistazo a los cuerpos, las heridas y la manera en que habían sido mutilados. Lo hizo de una manera desapasionada y metódica, como si ya lo hubiera hecho muchas otras veces. Buscó si los cuerpos, aunque despedazados, tenían todos sus pedazos, o por contra faltaban partes. Buscó si las heridas eran debido a cortes o existían incisivos en la carne. Busco, en suma, cualquier cosa que pudiera confirmar o desmentir que aquello era obra del sangriento clan antropófago, el objetivo principal de su misión.

- ¿Hay huellas de los atacantes y el buey? - preguntó distraído mientras examinaba los despojos.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Urraca avanzaba segura pero cautelosamente, atenta a cuanto pudiera intentar sorpenderles, lista para dejar caer su mochila a la menor señal de amenaza. Pronto el carro ocupó toda la atención del grupo, llenando con su solitario perfil el campo visual de los allí presentes. ¿Qué podía haber ocurrido?

La evidencia era que no había animal de tiro alguno, ni presencia humana, pero cuando la bandada de cuervos alzó el vuelo asustada por la presencia de Alejandro, su terrible tesoro quedó al descubierto. Urraca se acercó hasta la posición de su marido y miró los cuerpos con aséptica atención, la justa como para calibrar ya no solo las causas de su muerte sino las de sus mutilaciones y el tiempo trasncurrido. Tras ello, alzó la mirada para deslizarla sobre su entorno. Quien hubiera hecho aquello, posiblemente estuviera cerca, observándolos a su vez. El puño se cerró con más fuerza sobre el desplegador y con un ágil movimiento de hombros hizo que su mochila se deslizara hasta el suelo. En caso de un encuentro no quería perder tiempo.

Los ojos de Urraca se cruzaron con los de Alejandro, ambos testigos de aquel horror. Villanueva y los azotadores fue el primero. Y algo le decía a Urraca que aquel que ahora vivían no sería el último.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

No había intervenido Alejandro en la conversación entre los spitalianos y el apocalíptico que ejercía como guía. A pesar de las afirmaciones de Cyrek, en toda expedición hacía falta un líder, alguien cuya voz no admitiera discusiones en una situación de crisis.

Para bien, o para mal, la discrepancia ante las decisiones de un líder en una situación de crisis urgente, mataba más que las posibles malas decisiones. Obviamente, el líder de la expedición no era el tal Radek. Ni él. Y entre los spitalianos era obvio que Cyrek lideraba.

Por tanto, poco importaba como se definiera el liderazgo, o el matiz más o menos correcto con que quisiera interpretarse las palabras.

- No, no soy sigiloso, Radek- intervino únicamente cuando el apocalíptico le preguntó directamente- Mis capacidades son otras. De todas maneras, mi propuesta no era acercarme sigilosamente, antes al contrario.

A pesar de eso, asintió a las palabras de Cyrek, y esperó hasta que él dio la orden de aproximarse al carro, lo que hizo. Cuando los cuervos levantaron el vuelo supo, sin embargo, lo que se iba a encontrar. Antes que pudiera hablar, lo hizo Gerik. Alejandro no tenía ganas de incidir en lo obvio, y se limitó a asentir, para luego mirar a Urraca, dejando que los recuerdos compartidos (y sin embargo, no, puesto que ambos durante ¿cuanto tiempo?, habían debido considerar al otro como cadáver o como esclavo), les atravesaran.

- Deberíamos eliminar a quienes hayan hecho esto, si es que tal cosa es compatible con la seguridad y el éxito de la misión. Pero, si no, y si es posible, me gustaría dar sepultura, o quemar, los cuerpos.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Radek se sintió muy escéptico ante las palabras del juez. Estaba vivo. Ir solo y a cara descubierta, como decía, a todos los fregados y seguir vivo no eran cosas compatibles. Si era creíble, sin embargo, que esta fuera una táctica de todo su grupo para meter miedo a sus oponentes, y así tener una ventaja nacida de la incredulidad de los enemigos que se encontraran presenciando semejante tontería. Era material para reflexionar, ciertamente. El miedo a la locura era un arma a tener en cuenta siempre.

Le respondió con un encogimiento de hombros que a nada comprometía.

Armó su ballesta de arpones y se situó en la retaguardia del grupo, para prevenir emboscadas y, además, sacar todo el partido de su arma. Se movía de manera que fuera fácil variar el ángulo de tiro, dando cuatro zancadas, y así no tener en medio de un posible blanco a sus aliados.

Una vez llegaron al carro, permaneció alejado, en el sitio más elevado que pudo encontrar, montando guardia con la ballesta apoyada sobre una roca, para mejor apuntar y disparar un objeto tan pesado como ese, si llegaba a ser necesario.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Urraca dio un par de pasos para evitar las salpicaduras del vómito de Gerik. Su ceño se frunció levemente ante su reacción. Como famulante y tras innumerables prácticas debía tener un estómago reforzado y a prueba de sangre, vísceras y mutilaciones. No obstante, debía reconocer que era muy diferente asistir en una mesa a desenvolverse en la vida real y ver una carnicería de aquel tipo. Ella misma podía sentir el acre regusto de la bilis en su boca. Dio un trago de su cantimplora para arrancar aquel sabor de sus papilas, el sabor del miedo y el asco.

Urraca negaba con la cabeza ante la visión de aquel espectáculo propio de la mente más enferma.

-Varón y hembra. Ella presenta un fuerte traumatismo craneal. Le debieron golpear con algún objeto contundente. Por desgracia, antes la violaron. Ambos presentan mutilaciones. Todas las extremidades, inferiores y superiores, han sido amputadas violentamente con un arma de filo. No se encuentran aquí de modo que deduzco que servirán de alimento. Las vísceras han sido devoradas por animales, aunque es detectable una dentellada humana -fue señalando con frío método-. Calculo que fueron seis los agresores. En cuanto a lo que pides -dijo mirando a Alejandro- no creo que tengamos problema alguno en incinerar los restos. Colocados en el carro de madera, este servirá de pira purificadora. No obstante, es el famulante Cyrek quien habrá de decidirlo.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Nada de fuego. Escuchó alarmado las palabras de la Famulante Vargas y se estremeció. Si no queréis atraer atención indeseada. Ese podría ser solo un grupo de muchos. Me extraña que hayan sido tan pocos, de hecho. Fumigadlos por si atraen al polen, y enterradlos. Muchas gentes hacen así sus ritos, y no se considera indecoroso.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

El grupo se acerca hacia la extraña escena y rápidamente somos capaces de investigar lo sucedido. Los cuerpos habían sido saqueados y luego asesinados, sin olvidar los escabrosos detalles como la violación y el canibalismo. Lo mas probable es que este ataque haya sido realizado por quienes buscamos, pues sus prácticas son similares.

Entonces es que consigo evitar el vomito de Gerik quien parece tener un estómago más débil de lo que suponía. Niego con la cabeza a la vez que le saco de esa escena para que no empeoré:

 - "¿Ve? No debió comer esa carne cruda, Famulante."

Luego me acerco y examino con cuidado los cuerpos, entendiendo todo lo sucedido así como el motivo por el que Gerik tuvo aquel vaciamiento estomacal. Urraca habla de lo sucedido y se corresponde con lo que veo:

 - "Excelente método, Famulante Vargas. Muy buena exposición de lo sucedido. Solo que no sé en qué parte calzan estos especímenes. Debemos llevar uno para analizarlo."

Digo al momento de levantar una de las tenias que plagan los cuerpos en un número bajo. Lo ofrezco a Urraca o a Gerik, quien sea que tenga como transportarlo. No estoy seguro de qué es lo que indican pero todo significa algo si se analiza con calma. Luego continúo con lo que veo:

 - "Se movieron en un vehículo con ruedas que se fue hacia el sur. Creo que esa debe ser la dirección a seguir ¿Gerik, son los que buscamos?"

Miro a Alejandro mientras suena mi pregunta en el aire, indicándole que probablemente estos mismos atacantes son nuestro objetivo. Creo que estará conforme de saber que nuestra cacería es tanto necesaria para el Spital como justa. Entonces respondo a Radek, quien le respondió a Urraca lo que dijo:

 - "Lo siento mucho, Radek, pero quemar los cuerpos es parte de nuestra misión. Encenderémos el carro con todo lo que pueda estar contaminado pues estos cuerpos son foco de infecciones. Todos preparen su equipo para partir antes de iniciar el fuego. Queremos estar lo más lejos que podamos antes de que nuestro acto sea visible a la distancia."

Comienzo a reunir todas las cosas para incendiar en el carro, para que baste con un solo fuego para que todo lo que debemos quemar sea consumido por las llamas. Tampoco es mi intención demorarnos demasiado, pero los valores de nuestro colectivo dicen que debemos luchar contra las infecciones y esta escena es eso precisamente.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

No tuvo muy claro que pasó cuando el estómago se le revolvió y le entraron ganas de vomitar. No recordaba la última vez que le ocurrió, probablemente siendo un chaval, y no comprendía a qué venían estas arcadas, mas tuvo que echarse a un lado y vomitó con fuerza.

Lo que expulsó fue una respuesta al por qué: principalmente agua. La enormes cantidades de agua poco salubres que tragó cuando casi se ahogó en el lago y le dejó el estómago tocado. Aun así no pudo evitar sentir vergüenza: estaba dando un espectáculo lamentable. No era la primera vez que veía cuerpos destrozados, putrefactos, hinchados y devorados. Por eso, a pesar de la escena, no viendo nada excepcionalmente anormal que no viera durante años, el que cayese de semejante manera hizo que el spitaliano negase con la cabeza disgustado, una vez terminara de expulsar todo lo que tenía en su estómago.

Negó con la cabeza a Cyrek como toda respuesta a su comentario sobre el pato, señalando la enorme cantidad de líquido expulsada y tras limpiarse la boca y escupir en diversas ocasiones tomó la palabra con tono áspero.

- Lo siento - se disculpó escuetamente -. Y no lo sé, famulante - contestó al líder del grupo -. Pero apostaría a que sí. Demasiadas coincidencias. Buscábamos pistas sobre algo hipotético y concreto en una zona específica. Bien: ahí están - terminó por dar su opinión ante la requerida respuesta.

Extrajo un bote de su mochila y lo abrió dejando que Cyrek depositara allí la tenia. Cerró con fuerza el frasco y se lo guardó.

Comprendió a la perfección los temores de Radek sobre no hacer fuegos para así no alertar de su presencia. Pero igualmente sabía que nada como la incineración para acabar con virus, bacterias y esporas.

- Si prendemos fuego al carro ellos quizá puedan verlo y tal vez vengan - argumentó Gerik, pero no oponiéndose al acto, sino como sugerencia a una situación adversa -. ¿Bastará sencillamente con correr ante la velocidad de un vehículo? - preguntó a modo de prever otras acciones ante ese probable escenario. 

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Tal vez no tengan mucho combustible para malgastar volviendo aquí. Iluso. Depende de quién lo viera, podía hacer una cosa u otra, pero todo el mundo en este lugar del Valle sabría con toda claridad cómo interpretar los signos ¿quién si no encendería una gran hoguera ahí? Todos sabrían que había Spitalianos cerca. Una vez más se vio deseando que lo absurdo de la acción produjera miedo en los posibles observadores. Una acción tan obviamente estúpida hablaba de locura o de poder, y ninguna de las dos cosas era cómoda ni presa fácil en la imaginación de alguien planeando sobrevivir comiendo carne humana, que era lo que habían hecho ahí.

Bien. Su forma de vida dependía de la civilización. Y esta gente era el hueso de tal cosa. A Radek le gustaba más la carne que el hueso, pero tenía la visión de conocer su lugar y aceptar lo que había que aceptar.

Dejadme echar un vistazo antes de prender ese fuego, puede que encuentre algo, dijo, invitando con la mirada para que alguno de los que ya habían tenido la oportunidad de presenciar la matanza le sustituyeran montando guardia. Sustituidme en la guardia, por favor. Añadió mientras se preparaba para bajar de su roca, por si había dudas.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Asintió en silencio en muestra de agradecimiento al reconocimiento de Cyrek por su exposición, al tiempo que su mirada se centraba en el cuerpo segmentado y pálido de la tenia que Gerik terminaría por recoger en un frasco de contención.

-¿Será suficiente con una sola muestra? -preguntó dubitativa y a la vista de que eran varios los especímenes que aún se agitaban débilmente entre los restos-. Famulante Gerik, ¿su frasco contiene líquido de Kew o de Copenhagen para la conservación de la muestra? De no ser así, deberemos improvisar o las muestras se echarán a perder. Quizá nuestro guía, Radek, tenga algún licor de elevada graduación alcohólica -mencionó.

Pero la respuesta habría de demorarse.

Las reticencias del guía acerca de una pira chocaban frontalmente con los principios spitalianos. Una fugaz sonrisa apareció en los labios de Urraca que apartó la mirada cuando Radek habló de enterrar los cuerpos obedeciendo a un rito de despedida localmente aceptable. El Spital no quemaba los cuerpos por dicha razón. Era la necesaria purificación, la eliminación de toda infección y enfermedad, la cruzada contra el polen la que exigía que el fuego eliminara todo resto, todo riesgo. Si ser devorado por los cuervos eliminara el riesgo, Radek sería testigo de cómo desmenuzaban los cuerpos para hacer más fácil y rápida la desaparición de los dos troncos.

Cuando el guía habló de alejarse e hizo su petición, Urraca ocupó su lugar, atenta a los alrededores y a cuanto en ellos pudiera esconderse o a cuanto por ellos pudiera circular.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Apenas llevaba un minuto en su puesto. No obstante se sentía inquieta. Algo ronroneaba en el fondo de su cerebro, como una lejana tormenta tan solo augurada por los tronantes ecos de unos relámpagos que la vista no alcanzaba a ver. Descargó su peso de un pie a otro, tratando de mitigar aquella desazón, pero de nada sirvió. Aspiró aire y echó mano de su voluntad, aquella férrea que no inquebrantable columna a la que se aferraba en momentos como aquel, en los que la inquietud la consumía.

Y entonces, cuando la mente se enfrió y las emociones fueron desterradas, supo la causa de su desasosiego. La tenia.

-Famulante Gerik, su espécimen -su voz era ronca, por la gravedad de la situación-. Ha usado un frasco de plástico y sus guantes. Afortunadamente. Alejandro, apártate de los gusanos lo máximo posible -advirtió-. Famulante Cyrek, esa tenia... es probablemente una de las criaturas parasitarias más peligrosas existentes.  Una vez infectado, el proceso es irreversible y no tiene cura... -bajo el traje spitaliano, la piel de Urraca se erizó ante el peligro al que se habían expuesto-. Nunca antes la cremación de esos cuerpos se hizo más necesaria con independencia de los riesgos de que las llamas sean vistas. Esa amenaza debe ser eliminada. E incluiría esa muestra, si de mí dependiera.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

La pregunta de Urraca era casi ofensiva. Pues claro que tenía botes de muestras con cierre hermético, como todos ellos. Como cualquier spitaliano que salía de los centros del Spital a hacer trabajo de campo o misiones. Y por supuesto que había empleado sus guantes impermeables. Sabía de lo contagiosas que podían ser numerosos agentes que allí poblaban. No era la primera vez que hacía este tipo de trabajos. Lo que, en efecto, mostró interés una vez tuvo la tenia dentro del recipiente transparente, fue la forma y color inusual del parásito.

Cuando su compañera explicó de la letalidad de la misma el famulante no pudo por menos que asentir. Ese ejemplar debería ser examinado en los laboratorios. Mientras tanto se cercioró del cerrado adecuado del frasco y metió este en una bolsa con cierre hermético, a su vez.

- Tienes razón. Hay que quemar esto, sí o sí. Bajo tierra pueden sobrevivir. Con la humedad bajo tierra pueden segregar a esta encimas que podrían trasladarse eventualmente al mismo lago, convirtiéndolo en un foco infeccioso letal - estimó como posibilidad probable -. Lo que me pregunto es, ¿Cómo han podido desarrollar estos cuerpos semejante parásito? Sin duda estaba dentro del organismo cuando aun estaban vivos. ¿De donde vendrían? Y por otro lado... Con un poco de suerte los caníbales la habrán adquirido - dejó caer, dando a entender que debían encontrarlos por riesgo doble: asesinos brutales y focos infecciosos andantes.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

A Radek no le habían hecho falta las advertencias de la Famulante Urraca. No había tocado nada.

Devoradores de cadáveres. Los que se infectan se convierten en eso. Se encontraba pálido. Pero hay algo más. Esto no lo han hecho solamente esa especie de idiotas con dientes. Hay uno que sabe usar un machete y conducir un vehículo. Supongo que ese no está infectado, y controla a los otros de alguna manera. Miró al Juez. Se decía que los Jueces habían acabado con ellos, pero parece que no es así. El del machete se ha llevado alimento para el camino de sus hermanos, o esclavos, o lo que sea.

Comenzó a recoger todo el combustible que pudo encontrar, para ayudar a hacer ese fuego. Parecía temblar de indignación.

Esto debe saberse. Desinfectad bien esos guantes, el tapón del frasco, todo.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Gerik recibe el espécimen y lo guarda en un frasco sellado. Escucho lo que mis compañeros Spitalianos indican y asiento antes de agregar:

 - "Es imperioso llevar una muestra para que sea estudiada y, si representa la amenaza que creemos, se desarrollen armas para combatirla. Esa es obligación de todo Spitaliano. Recoja un poco más, Famulante Gerik pues, como han indicado, parece haber más de una variedad, probablemente con distintas propiedades y todas deben ser estudiadas."

Pienso un momento en las posibilidades de como ha llegado esta plaga a los cuerpos y contesto lo que pienso:

 - "Cabe la posibilidad que sea efectivamente sus atacantes quienes portan esta plaga y hayan contaminado los cuerpos con los mordiscos que les dieron. Más imperioso volvería eso la necesidad de acabar con aquellos devoradores."

Luego miro a Radek, quien parece muy afectado por el asunto y le contesto:

 - "Esa es nuestra búsqueda ahora. Debemos encontrar a los atacantes y eliminarlos. El fuego purgará la infección y, si tenemos suerte, atraerá a los atacantes. Creo que debemos o seguirles el rastro o tenderles una emboscada. Usted es el experto. ¿Sabe de algún punto por aquí donde podamos aprovechar el terreno para contrarrestar la superioridad numérica y el uso de su vehículo?"

Mi vista va hacia el sur. Sabemos que es el camino que han tomado y debemos seguirlos rápidamente. El problema es que correr tras ellos nos dejará vulnerables. Por otro lado, simplemente preparar un escenario para emboscarles, puede hacernos perder valioso tiempo si ellos deciden ignorar la señal o simplemente huir. Decisiones, decisiones.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

Escuchó atentamente a Radek. En lo que decía había una crueldad absoluta y una imaginación de desalmada maldad y pura perversión. Creyó cuanto decía y la verdad fue reveladora.

-Todo esto es... terrible -manifestó Urraca-. Por lo que sabíamos, los Devoradores de Cadáveres habían sido exterminados por los Jueces -en aquel punto miró a Alejandro- y a la vista de esto, no dudo de que así lo creyeran. De lo que carecían era del conocimiento de que dichos Devoradores solo eran el vector para la transmisión de estos parásitos. Muertos los cuerpos y sin haber sido destruidos y purificados por el fuego, las tenias sobrevivirían un tiempo. Quizá el suficiente para que alguien se contagiara iniciando un nuevo ciclo. Pero si como afirma acertadamente Radek, en este grupo hay alguien capaz de conducir un vehículo y realizar las amputaciones, además de controlar al grupo de Devoradores, eso puedo llevarnos a otra conclusión. Por algún tipo de interés, alguien o algunos disponen de una fuente de tenias que utilizan para crear Devoradores. Con qué fin lo ignoro. Pero es perverso. E inmoral -sentenció-. Promueve la infección, la enfermedad y la destrucción.

Cuando calló, negó con la cabeza, su rostro una máscara de dura furia.

-Sabemos también que han habido animales en esta zona, animales que han comido las entrañas y que se habrán expuesto a un potencial contagio. Ignoro si estos parásitos pueden colonizar organismos no humanos, pero si así fuera, nuestra batalla por liberarnos de este mal puede ser descomunal.

Miró a Cyrek.

-Famulante Cyrek, si tratamos de emboscarlos, cabe la posibilidad de que los venzamos, quién sabe a qué precio, pero el lugar donde se refugian seguirá siendo desconocido para nosotros y puede que allí haya mas Devoradores y humanos que los controlen. Abogaría por cercenar la cabeza en vez de amputar un brazo -dijo, los ojos brillando con el fulgor de un glaciar de agua dulce.

VALLE DEL POLVO, PARTE NORTE.

AÑO: 2595.

MES: ENERO.

DÍA: 29.

HORA: MEDIA TARDE.

No creo que sea buena idea, Famulante Cyrek, intentar atrapar a un grupo motorizado del que desconocemos todo. Creo que lo que nos urge es esparcir la noticia cuanto antes. Y a los que han hecho antes les conviene matarnos, para así disfrutar por un tiempo más del elemento de la sorpresa. Pero va hacia el sur. Está en nuestro camino. Pase lo que pase, es posible que tus deseos se cumplan, lo queramos o no.

En cuanto a lugares para una emboscada... Se entretuvo en pensar un rato sobre el tema. Y en vez de hablar de algún sitio apropiado, cualquiera, volvió sobre el tema anterior. Cierto que yendo más rápidos y en la misma dirección, poca alarma vamos a dar. Ellos llegarán antes donde sea. Quizá ese fuego les haga volver sobre sus pasos. Podemos dejar huellas haciendo ver que hemos ido en una dirección y... Lo que me lleva a dónde podríamos prepararles su sorpresa...