Partida Rol por web

Del amor verdugo

II. El bosque del Amarrado

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19/01/2019, 16:06
Baldomero Cubero
- Tiradas (1)
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20/01/2019, 21:11
Director

Vive Dios que aquel tipo parecía tener piernas de galgo, o tal vez de liebre; que echó detrás del ruinoso molino como alma que llevaba el diablo; y que Severino, creyendo que sólo rodearía el edificio o sabé Dios qué, que se fue lento y cuidadoso, pero que cuando quiso estar ya detrás, vió al fulano correr como tales animales; y que no así pensó Baldomero, que más bien echó a correr, pues no hay hombre en la Tierra que huyera de tal manera sin nada que esconder; que eso lo sabían hasta los niños más pequeños. Mientras, quedó el bueno del prior más atrás, oteando las ruinas, mientras sus dos "perros de la justicia" marchaban a por aquel tipo.

El clérigo nada encontró de interés más que muros llenos de musgo y rodeados de follaje; eso sí, que había una parte del suelo de éste, justo en lo que antaño debía ser el almacén, un pedazo de tierra de color distinto, como si hubiera sido removida. Y por su parte, el gran Baldomero, que de piernas largas tanto las tenía que en la mitad de zancada el perseguido daba una; y que así logró darle presa, tomando en la carrera sus piernas, dándole de bruces una vez cayó, y aguantando sus inútiles pataletas.

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20/01/2019, 21:11
Miguel

El joven era un tipo de cabellos largo, ropas de campesino y barba y perilla oscura. BAldomero lo tomó, y haciendo caso al suyo prior, que luego se acercó también Severino y ambos lo llevaron delante del clérigo, en tanto que éste miraba el terreno descolorido.

Yo no... ¿¡qué es esto!? -gritaba el joven delante de Gonzalo sujeto por el bandido y almogávar (y que no se escapaba ya)-. ¡No os conozco! -a Gonzalo-, ¡soltadme! ¡malnacidos!

Notas de juego

El tipo es el color azul, vosotros, el rojo.

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20/01/2019, 22:34
Gonzalo de Castilla

Gonzalo miró con duda aquel pedazo de tierra, distinto al de su alrrededor, pero apenas le dio tiempo a mirar por encima, pues Baldomero dio alcance a aquel qeu huía y una vez preso, lo trajo con ayuda de Severino. Sin duda, había escogido buenos hombres para la tarea que tenían por delante. Apenas había pasado un día, y ya en dos veces le dieron solución aquellos buenos hombres en busca de redención.

El hombre que le traían parecía un campesino. Y parecía estar bastante asustado, si escondía algo o no, pronto lo sabrían, pues si en algo eran buenos los dominicos, eran en sacar la verdad, a cristianos y a herejes.

 

-Tranquilo mozo, nada habéis de temer de nosotros si nada malo habéis hecho. Somos los tres hombres de Dios. - haciendo una pequña pausa, aclaró su garganta.- Me presentaré yo primero, Soy Gonzalo, prior dominico. El hombre que te ha atrapado, es Baldomero, y el otro que te sujeta es Severino, ambos a mi servicio y al de Dios. - dicho esto se presignó-. Resulta que ha llegado a nuestros oídos que gente de Yepes ha estado desapareciendo, y hemos venido a dar auxilio ante tal situación. Nuestra misión nos ha traído hasta aquí,  si bien sólo queríamos preguntaros al respecto de la zona, pues es desconocida para nosotros, algo me dice que tenéis cosas mas interesantes que contarnos, visto que huís.  Dicho, esto, creo que os toca presentaros.

Al terminar su discurso, Gonzalo sonrió al camesino y le hizo un gesto con la mano invitándole a hablar. Al mismo tiempo, hizo un gesto a sus dos hombres.

-Creo que podéis soltarlo, dudo que quiera escapar ahora. Vuestros brazos y las piernas de Baldomero me dan la seguridad de que así será. ¿Verdad joven?

 

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21/01/2019, 14:38
Severino Modrego

Severino fue despistado por este tipo que de verles acercarse ni pensó en rodear el molino, que sabe Dios que hombre a la fuga algo oculta y que quien mucho se lo piensa atrás queda. En un intento de emboscada por uno de los lados no pudo más que quedarse observando la espantada y que el raudo Baldomero, que más hacía para que todo acabase pronto que por la suya expiación, que salió corriendo dando zancadas de venado. El almogávar intentó darles alcance y para cuando llegó, el huidizo campesino, ya habíase dado con el morro en el suelo - Co, tú eres'un mamerto. Que t'emos dicho que no te vamos'acer nada y corres más q'un galgo, maño - y el bandido le agarraba por las piernas como cazando liebres.

Dispusiéronse camino de el Gonzalo, que atrás esperaba motivo de su edad - Prior, q'ombre que corre de la luz de el Señor alg'oculta. Aquí tiene al cagalindes - y la fea herida a la que aún le quedaban días para sanar. El dominico parecía atento al suelo que pisaban con sus desgatados calzados y es que el terreno parecía trabajado como tierra de labranza y que no parecía que allí fuesen a crecer coles - Est'es muy raro, prior. Estás tierras bien parecen removidas - que quien siembra muerte, eso es lo que cosecha para sí. 

Asintió a la órdenes de quien era su guía para esta nueva vida que pretendía llevar y que la desconfianza aprendida en su pasado, que infames musulmanes también parecían indefensos y que apuñalaban al ingenuo captor, hizo que atase las piernas - Enseguida'stás suelto, maño, pero pa'que no corras tú más ahí llevas'el nudo - de aquel desconocido. Aprés, tras acabar la faena echóse los brazos en jarra a la cintura - Baldo, ¿qué crees tú q'ay ahí? - señalando con un movimiento de su cabeza a la tierra movida.

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21/01/2019, 21:33
Miguel

Yo... Yo no lo hice, ¡no las maté! -comenzó a balbucear ante la imponente y despiadada puesta en escena del prior, cuyas palabras cándidas y bondadosas encerraban una potente bomba interrogativa-. María me vino con cuchillo, y fue hacia mí.. y se dio un buen golpe, ¡en la cabeza! El tipo, lejos de presentarse de manera ordenada como Gonzalo le pedía, miraba inconscientemente al bulto de tierra en el suelo del molino, como si sus ojos lo delatasen.

Notas de juego

Hagáis lo que hagáis, haced con vuestra siguiente intervención una tirada de Escuchar (PER).

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22/01/2019, 15:33
Gonzalo de Castilla

Gonzalo abrió los ojos como platos, mas si bien, el resto de su rostro permanecía en su sitio. No esperaba tal presentación, pero no era lo mas extraño que había visto en su tiempo con los dominicos.

 

-Vaya vaya, no es una presentación al uso. Como no me dices tu nombre, intentaré averiguarlo yo...así  tu no "las" - hizo incapié en esta palabra, por ser un plural- mataste. Intuyo que te refieres a Maribel y María, que supongo estarán muertas -en este momento miró a la tierra removida- y hasta enterradas. Tu no tienes cara de Antonio ni de Juana, que creo que algo de ellos sabrás, ya que supongo que tu eres Miguel, su padre. ¿Algo que añadir?.

Gonzalo suspiró y miró a su alrrededor, Buscando un sitio propicio para la tarea que tenía por delante en aquellas ruinas, cuando lo encontró* hizo un gesto señalando el lugar a Severino y Baldomero.

-Atadlo. Pies, manos y cintura.

Una vez que se cumplió lo ordenado, metió las manos en sus mangas y se situó delante del campesino.

-Veamos Miguel, cuéntame todo, todo lo que sepas, todo, desde la última vez que se vio a María, Antonio, Juan y Maribel por el pueblo. Recuerda, Dios te está escuchando.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

*El sitio que busco es una columna o similar.

Por cierto, que a pesar de que la situación habla por si sola, Gonzalo usa un tono de voz amable y cordial.

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22/01/2019, 16:47
Baldomero Cubero

En ningún momento Baldomero lo soltó del cuello, pues agarrándolo fuertemente por este se aseguraba de que el hombre no escapara mientras ambos lo trasladaban al prior.

- Pues... – respondió a la pregunta del almogávar, haciendo una pausa para que el estremecido individuo terminase de hablar. - ... eso que ha dicho. – concluyó con voz guasona y una risa boba. Pues al bandido le hacía gracia que sin necesidad de chantaje o tortura alguna, aquel infeliz estaba tan asustado que lo declaraba todo solo.

Una vez atado a la columna por orden del superior, con nudos fuertes para que no escapase, Baldomero ajustó nuevamente sus pantalones, y con aquella sonrisa que aún perduraba en su rostro, dio un par de leves cachetes en la mejilla del recluso. – Muy mal, muy mal lo que has hecho, hermoso. No nos cuentes patrañas, que somos más viejos y canallas que tú. – y posteriormente, se retiró una corta distancia para dejar intervenir al prior.

Por su parte, se aproximó a las tierras removidas que se mencionaron, para así observarlas más de cerca. - ¿... Tienes miedo de los difuntos, Modrego, o lo hago yo? – preguntó mientras se remangaba y clavaba el hacha próxima al vestigio, en caso de que la fuese a necesitar.

- Tiradas (1)
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22/01/2019, 17:45
Severino Modrego

Aguardaba a que su compañero confirmase estar listo para la faena, cuando el huidizo tipo se delató ante la presión - ¿Qué dices pues?, aquí nadi'ablado de muertas ni muertos. Serás'esino, canalla, sacamantecas, desviado que  t'iba dar un fachazo en toda la jeta que te vas'acordar pá los restos antes de que te cuelgu'en mitad de el Yepes - de tener a dos hombres fornidos como captores y enfrente a un dominico de preguntas más afiladas que una almarada. Agarró el mango de su hacha y que decidido se encaró con el criminal, que del golpe que soltó a poca distancia sobre su cabeza hasta arenisca de las ruinas se vieron caer y que algunos pelos la acompañaban - Los almogávares nunca fallamos, que del próximo va pa'l pueblo volando la tuya cabeza antes que el cuerp'ese de mangurrían que tienes. Razón lleva el Gonzalo y tú no pue'ser otro que el Migel, ¿q'as matado a tus'ijos sinvergüenza? - como justo castigo del Señor, que muy cómodo veíasele con la melena y si por el Aragonés fuese, que al rape lo dejaba antes de mandarlo a la horca.

Sacudiendo sus manos acompañó a Baldomero en la labor del desentierro - No sé lo qu'es el miedo, maño. Ahora pues, sé lo qu'es el asco y está ahí'trás - intentando no mirar a ese hombre de nuevo a la cara o tendría que partírsela como bien querría Dios.

- Tiradas (1)
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22/01/2019, 22:09
Gonzalo de Castilla

Gonzalo miró hacia Baldomero y Severino. Aunque estaba de acuerdo en sus pensares, era más fácil de trabajar hablando con amabilidad en una situación peliaguda. Normalmente, gente que recibía este trato, se sentía presa de un miedo superior al mero daño físico, y se derrumbaba antes.

Además, las meras amenazas solían bloquear al interlocutor. La tortura, pequeños gestos que inflingían dolor hasta en el alma...ese era el camino...si las palabras no funcionaban.

Hizo una señal a Baldomero y a Severino para que parasen en su tarea. Era obvio que allí seguramente encontrasen los cadáveres de las personas desaparecidas. Pero prefería no desenterrarlas hasta que Miguel hablase.

-Perdonad a mis ayudantes, Miguel. Sus ansias de justicia hablan por ellos, no su razón - dijo echando una mirada firme a sus dos compañeros-, y aquí atendemos a razones. -En este momento miró hacia Miguel con una sonrisa afable - Seguro que tu eres una persona que atiende a razones. Si he pedido que te aten es por que no me gustaría que volvieses a escapar sin hablar conmigo. Una vez terminemos la charla, podré soltarte, nunca antes. ¿Lo entiendes , verdad hijo? -en este momento Gonzalo apoyó su mano sobre el hombro de Miguel, para luego darle una caricia a su mejilla, mientras hablaba, y volver a colocarla en el hombro, de forma firme, ero sin hacer daño - Solo has de contarme lo que sabes sobre María, Antonio, Juana y Maribel desde hace unos días hasta este preciso momento. Dios te escucha y te comprende, y es el único que puede juzgarte. Habla hijo, habla si miedo

Notas de juego

Me está saliendo un poco cabroncete este Gonzalo .

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22/01/2019, 23:08
Director

Cuando don Gonzalo le decía "Miguel", que éste lo miraba, por lo que sí que era el tal Miguel, padre de una mujer y dos hijos desaparecidos. Pero el fulano, que no sabía uno si andábase casi orinando por las disposiciones aterradoras del prior, por las cachetadas de Baldomero o por los insultos y amenazas de Severino. Y tal que así, que atado y bien atado a lo que era una columna maestra del antiguo molino, que el tipo comenzó a balbucear, mientras le salían mocos, saliva y lágrimas de su rostro.

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22/01/2019, 23:09
Miguel

¡Mi esposa, un buen golpe se dió sola, cuando lo supe! ¡Y supe que la otra los había matado! ¡Los había matadooo! -Miguel rompió a llorar desesperadammente, y comprendísteis que allí había triángulo amoroso, con hijos de por medio, pero que faltaban dos vértices de aquella figura, más los zagales-. Lo hizo para estar conmigo, y los llevó a alguna parte de este bosque, y los dió en ofrenda, a ÉL... -no sabíais muy bien si hablaba de su esposa o la Maribel, la hija de los padres que visitásteis-. Y en tanto que el prior intentaba discernir aquellas palabras, intentando poner claridad y orden, que claramente la cosa no iba de lobos, ni de demonios en Yepes, ni otras zarandajas en el lugar: el tal Miguel andábase metido en mal asunto de pies a cejas. Y en tanto que Baldomero se disponía a mirar bajo la tierra de color cambiante a apenas una vara de donde estábais, que oyó un ruido, muy lejano, y girose sobre sí y miró a cielo abierto. Sin casi daros cuenta, la noche estaba a punto de cernirse, y que el cielo ahora andaba morado, entre la tarde y la oscuridad. A buen seguro que no llegábais al pueblo antes de la caída nocturna, que eso era seguro.

Y tal que aquel ruido, y así se lo pareció a Baldomero pero no al resto (pues no lo escucharon), que era como de ave. Como de búho según confesó.

¡BÚUU! ¡BÚUU! ¡BÚUUuuuu!

¡És él! ¡ÉL! -gritó entences Miguel, mirando al cielo a través de la bóveda caída del molino-. ¡¡Está aquíiii!! Nos ha visto... ¡NOS VIÓ! ¡Va... vamonos! -y entonces comenzó a orinarse en los pantalones, pero ahora no era por los clavos que Gonzalo parecía estar apretándole con aquellas advertencias sobre la Verdad y sobre Dios-. Por vuestra parte, no sabíais de donde procedía aquel ruido, pues podía ser de un sitio alto, como de las copas de algún árbol cercano, o váyase usted a saber dónde.

Notas de juego

En pocos minutos... se hará de noche. ¿Qué hacéis?

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23/01/2019, 17:52
Gonzalo de Castilla
Sólo para el director

Notas de juego

Dire, antes de tomar una decisión de como actuar, necesitaría saber si Gonzalo lleva encima algún objeto sacro cristiano. ¿Puede considerarse el crucifijo que se lleva de colgante como tal? Y de no ser así, ¿podría convertirlo en sacro bendiciéndolo?

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23/01/2019, 22:10
Director

Notas de juego

Sí, el crucifijo que todo clérigo lleva encima es posible bendecirlo. De momento no estaría bendito. Para ello, habrías de hacer el ritual de FE nivel 2 (que puedes hacerlo), de "Bendición". Te lo resumo:

-Durante treinta minutos (sí, tendrías que estar 30 minutos bendiciéndolo).

-el sacerdote realiza un ritual con el que invoca la bendición de Dios sobre el objeto. Los cristianos acostumbran a llevarlo a cabo rezando y haciendo repetidamente el signo de la cruz sobre el objeto (en tu caso la cruz).

-Efectos para la cruz: Si el sacerdote bendice un símbolo religioso, obtendrá un bonificador en los rituales de Confrontación y Exorcismo. Además, si toca a una criatura malvada le provocará una quemadura de 1D6 PD. (los riatuales de Confrontación y Exorcismo sirven para pelear contra entidades malignas y espíritus de posesión).

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23/01/2019, 22:25
Gonzalo de Castilla
Sólo para el director

Notas de juego

Si si, si eso lo he leído yo mismo en el manual, no pretendía que lo consultases para ahorrarme el trabajo. El tema es que estaba dudando entre volver a Yepes, o preparar confrontación y esperar. Pero los cristianos necesitamos llevar con nosotros un objeto sacro para poder usar confrontación. Como no he especificado nada, y solo doy or lógica que Gonzalo lleve un crucifijo encima...la duda es si ese crucifijo sería considerado objeto sacro a tal momento. 

Luego pensando en eso, me he preguntado, si no es sacro....se convertiría en sacro al bendecirlo? O para que sea sacro necesita ser algo excepcional, como una reliquia (trozos de la cruz de cristo, artes de santos....etc)

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23/01/2019, 22:51
Gonzalo de Castilla

Gonzalo cambió de nuevo su expresión. Bien cierto era que aquello estaba dando muchas sorpresas.

 

-Baldomero, Severino, haremos noche aquí. Uno que ponga al mozo de tal forma que pueda tumbarse y moverse, pero no escaparse. El otro a buscar yesca para hacer una hoguera. Y que nadie me interrumpa en al menos media hora.

Una vez dicho esto, se dirigió a Miguel, muy serio.

-Nada habéis de temer muchacho, estáis con hombres de Dios.

 

Sin decir más, Gonzalo sacó un crucifijo, lo apoyó en un ladrillo que sobresalía de una columna y se puso a rezar hacia el sí,bolo, haciendo la señal de la cruz repetidamente sobre él.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Te hago las tiradas de un ritual de secundus ordo, creo que no necesitas que te especifique cual xDDD.

 

Tengo 80 en teología, pero el secundos ordo me lo baja a 60. he tirado dos veces por lo siguiente:
La primera es una ifia. No se si simplemente me consume el tiempo y no pasa nada, o tiene mas consecuencias. Si fuera el primer caso, empleo otra media hora. Obviamente tu decides, pero es por ahorrar tiempo de juego en el caso de que pudiese seguir intentándolo.

 

 

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24/01/2019, 00:24
Severino Modrego

Remangado y con tierra hasta los codos, que manteníanse las suyas manos en los adentros de aquel montículo, entrañas del mismo suelo, para ver lo que no quería y zanjar el asunto. Horas desde que llegaron a la aldea y el Sol ya les daba el adiós, ocultándose para no ver un crimen a punto de ser revelado y que para siniestros actos ya está la Luna que pronto dábales la bienvenida - Va, prior, no'es momento de cavar'aquí. Que no veo tres'en'un burro y tiene que confesar est'asesino - acompañada de un aire frío que ni en verano se marchaba. Severino levantose - La Maribel matar ni matar, será crapulos'y malnacido. Echar la culp'a una moza que ni tendrá fuerzas pá'solatr una bofetada como la que t'iba soltar yo - y siguió las órdenes del hombre santo y que de lo fuerte que había atado al desgraciado, por poco no era capaz de aflojarlas - No te se vay'ocurrir moverte que te parto en dos, tres o los cachos q'aga falta. Van'a'char días pa'ncontrarte entero como intentes'uir - y que casi fundíanse las hebras de la cuerda con sus tobillos enrojecidos. 

Repentinamente, quien parecía ser Miguel comenzó a balbucear a la par que empapábanse los suyo pantalones con la orina - ¡Jodó!, ¿qué pasa pues, qué él?, que no'ntiendo nada'ver si te'xplicas mejor que no te vas a librar con'istorias. ¿Él quien, al que la Maribel'a entregado tus'ijos? - del mismo miedo. No entendía muy bien lo sucedido, pero no pudo reprimir más las ganas y le dio un capón en la nuca - ¡Pues más a mi favor, mangurrían!, si él viene callate d'una vez - que bastante nervioso estaba y que le costaba hacer lo que Dios esperaba de él para así encontrar el suyo perdón. Observó al prior, firme y con la cruz en la mano - No me reprenda que no l'ago más, prior, pero tenía que darle ya y'es que me pierden las formas - creyendo que tendría que rezar por agredir al sospechoso. Su intuición estaba desacertada y que el dominico buscaba bendecir lo que aquella noche sería el suyo lecho, por lo que el almogávar no tuvo más que ayudar a preparar el campamento siempre vigilante.

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24/01/2019, 01:56
Baldomero Cubero

Baldomero bostezaba ante adormecimiento que le evocaba el canto del búho en la lobreguez de la puesta del sol, que apenas se percibía ya entre los árboles del bosque. Enderezando su espalda mientras colocaba tras ella sus manos manchadas de arena, crujió sus huesos, y dirigió una mirada de sorpresa al prior. Se dio cuenta entonces que, a tales horas, y más tras terminar de cavar, poco podrían hacer para diferenciar en el rostro de aquellos cuerpos que presuntamente yacían bajo tierra. – Yo tengo una antorcha. – recordó entonces, extrayéndola de su bolsa. – Y yescas también, prior. Para la hoguera. - Mas no la sacó para advertir de que daría luz a los cadáveres pese al crepúsculo, pues realmente la voluntad que albergaba ante el trabajo le daba igual. Sólo lo hizo con la idea de no enceguecerse, y posteriormente poder rebuscar algo apetitoso entre sus raciones para poder cenar.

Sin embargo y sin llegar siquiera a encenderla, le llamó la atención los gritos del muchacho, dejando a Baldomero bastante desconcertado. – Qué más pruebas para saber que este está demente. –  ocupándose después de reunir la leña de los alrededores, para la hoguera, y mientras reía de los arrebatos de Severino, que al bandido hacían gracia.

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24/01/2019, 22:50
Director

Mientras don Gonzalo se apoyó en uno de los ladrillos como de adobe de la derruida pared del molino, que Severino se levantó, tras unos minutos escarbando en el montículo donde señaló el desgraciado Miguel; y que mientras Baldomero, que fue a buscar pequeño smaderos y ramas en derredor, para hacer la hoguera que quería disponer el prior. Y que mientras Severino se levantaba, que se dió cuenta de que vió allí abajo, tras la arena, una mano, sobresaliendo de la tierra como una planta creciente desde el suelo. El pequeño susto proferido por Severino (que no por miedo, sino por impresión dado lo oscuro ya del día y la terrible situación), que desconcentraron al prior de los suyos rezos, y pareción confundirse en pleno Padrenuestro. Y tal que así, que el cielo, en el mismo momento en que el clérigo perdió el hilo, se iluminó con un rayo desde el cielo, aunque en ese día no había habido ápice de nube ni tormentas. Y aquello os heló los huesos. El caso es que os cerciorásteis de que Miguel, en vez de estar atado ya a la columna, estuviera en el suelo, al lado del lugar de la hoguera, para que pudiera descansar (eso sí, atado). Y que el prior púsose de nuevo a rezar hasta que se hizo completamente de noche. Menos mal que Baldomero llegó con un pequeño montón de leña, y que no tardásteis pues en hacer un fuego en lo que debeía ser la entrada del molino, casi junto a los cadáveres que, a buen seguro, andábanse enterrados ya allí.

Tras una media hora en la que Severino siguió desenterrando, que por fín vísteis  los cuerpos, llenos de terrumbre, de dos mujeres. El prior no se dejó impresionar, y siguió rezando, allí, postrado en el ladrillo saliente (no quería herir ni confundirse al Señor de los Cielos en sus retahílas). Y que de esta guisa, Severino y Baldomero sacaron los cuerpos, ylos llevaron tras el molino, para darles entierro digno al día siguiente... Lo único que vieron ambos dos era que una de las mujeres tenía un golpen en la cabeza, y otra marcas moradas en el cuello...

Finalmente, ante todas estas secuencias en plena dehesa de Yepes, el bosque del Ahorcado, de nombre inquietante, comenzaba a dar razones de porqué (aquellas sorpresitas que acaecían). Y justo cuando el prior acabó de rezar, y guardarse de nuevo su crucifijo*, cuando Baldomero echaba las últimas retamas para elevar el ahora buen fuego creado, escuchásteis otro graznido, ésta muy cerca. Miguel seguía mirando al cielo por la bóveda derruida, ahora oscuro, y entonces algo llego de las alturas, garras por delante, abiertas todas ellas y... lo atrapó.

Como el águila real que atrapa un conejo en la carrera; o como los cernícalos que se lanzan fieros y raudos a por una rata de matorral, que dos grandes patas descendieron del cielo y amarraron a Miguel, allí tendido, como a un gusano sin posibilidad de defenderse. Aquellas dos patas como de halcón, eran grandes, tan grandes como vuestras piernas completas; y aquel plumaje era oscuro y parduzo... pero lo que os aterró fueron aquellos dos grandes ojos, rojizos como carmesí y brillantes como los yerros del infierno... Entonces dió un salto con la pata que no apresaba al malnacido de Yepes, e impulsándose hacia arriba, aleteó y se elevó de nuevo al cielo. ¡¡AQUELLA BESTIA NO ERA DE ESTE MUNDO!!

 

Notas de juego

El "ave" ha entrado por el tejado abierto del molino, ha agarrado con una pata a Miguel, y se lo ha llevado cual fardo. Luego se ha impulsado y ha salido volando por el mismo lugar, perdiéndose en las alturas.

Con vuestra siguiente intervención, haced todos una tirada de IRR. Ganeréis + 1D10 de IRR (y a su vez perderéis en RAC) si la falláis.

*La pifia, Gonzalo, es el trueno surgido. Parece que al de Arriba no le ha gustado tu actuación al principio. Tu objeto ya es sacro.

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25/01/2019, 14:03
Severino Modrego

La situación, que hasta el mismo entorno, volvíase siniestra por momentos y sin cesar - Baldo, maño, no veas pues como s'a puesto tod'en un santiamén. Qu'el Señor nos proteja - que tener a Gonzalo entre rezos, con tormenta acompañando y que mal venía para la tranquilidad ver el fruto de la siembra. Aquella mano retorcida tanto como sucia por la misma tierra, que brotó del suelo como si en cualquier momento fuese a agarrarse al pantalón de Severino. El vestigio no podíase quedar de esa forma y que ya con la hoguera encendida, a ver si no llovía y quedábanse a oscuras - Frío n'ace mucho, pero quedarnos'in luz menuda faena - de vuelta a la labor de dar aire a esos cuerpos y desentrañar el misterio - Pues'aquí niños n'ay, prior, ahíva perdón q'esta entoavía con las plegarias - o parte del mismo. Ni rastro de los pequeños, pero dos mujeres yacían muertas a los pies del almogávar - Baldo, a ver si m'e sobrepasaó con el melena y v'a ser verdad algo. A'sta l'an dado en la cabeza, ¿será la María?, y que a la otra al cuello l'an saltado y que me da a mí qu'es la Maribel - y que parecíale más veraz, en parte que no al completo, la historia de Miguel.

Aprés, como el mismo rayo que ahora era rojo y se clavaba en los forasteros de Yepes, una extraña criatura más parecida a ave que a hombre abalanzóseles. Descendió del mismo cielo, aunque bien debió salir del infierno con esos ojos y garras que atraparon al cautivo - ¡Jodó!, ¿que's'eso pues?, ¡prior que se nos van'a llevar y no m'e expiado entoavía! - para llevarlo consigo hasta el oscuro manto poblado de estrellas. El Aragonés estremecíase, asomando media cabeza desde el hoyo que cavó y con la suya hacha aferrada por lo que el destino pudiese guardarle. Que a muchas batallas sobrevivió - ¡Aur, aur ... desperta ferro!, que va que no me sale - y que en ninguna un monstruo vio, que ahora lo único que quería era no hacer ruido y pasar desapercibido.

- Tiradas (3)