¿Nada? ¿Qué has estado haciendo, Aitor? preguntaste a algún desdichado acerca del tema... pues en la taberna se escucha todo aquello que no se habla en la iglesia.... Mmmm... de momento sólo descansa... -respondí. Vamos a descansar "los tres", y mañana iremos a visitar a las familias. Será un día de negociación y búsqueda.
Continuamos caminando hacia nuestras habitaciones.
Mi personaje si. (Hablo solo por él)
Intente sonsacar algo al tabernero a costa de bebida, pero la gente en este pueblo tiene demasiado miedo y el miedo es lo unico que no se pierde con la bebida, bueno, miedo a ciertas cosas... digo rememorando ciertas locuras.Si, nada incita a lo contrario, a dormir.
Yo solo me acuesto sin dormir hasta que todos se hallan acostado.
Cuando la noche este bien entrada me levanto de mi cama y me deslizo fuera por la ventana. Entonces me deslizo de sombra en sombra hasta la Iglesia.
El tabernero os acomoda en una gran habitación , con una cama grande con pinta de ser confortable que es para Fray Eugenio y tres pequeños jergones de paja en los que os acomodáis el resto.
Tras estar dando vueltas os quedáis dormidos.
Tú no, cuando oyes a los demás roncando ( sobretodo el fraile ) aprovechas para levantarte de la cama sin hacer ruido, bajas abajo intentando que no te descubran y salir fuera .
Tira esconderte 1d100 tienes que sacar 15 o menos para tener éxito.
Tirada: 1d100
Motivo: Esconderse
Dificultad: 15-
Resultado: 17 (Fracaso)
Por que poco. xD
Al bajar las escaleras la madera cruje , cuando llegas abajo oyes un ruido en una de las estancias de la planta de abajo, oyes un " quién va? " pero nada más, no contestas y cierras la puerta de la taberna al salir.
En el exterior es noche cerrada, el pueblo no está iluminado y no se ve un alma por la calle.
Cuando llegas a la iglesia, te sorprende que al ir a abrir la puerta esté abierta, con mucho cuidado la abres y ves a un hombre desconocido rezando en su interior, en el primer banco. El hombre por fortuna no se ha percatado de tu presencia.
Me introduzco en el interior sigilosamente e intento ponerme en un ángulo desde el que pueda ver los rasgos del sujeto lo mejor posible. En todo esto echo mano a mi arma por precaución.
¿Qué hará alguien a estas horas en la Iglesia? No me huele bien.
Si retraso el posteo lo siento. En un par de semanas doblare mi velocidad de posteo.
tu dirás cuando amanece máster, tu controlas el tiempo.
Pater nostrus....
El hombre cabizbajo reza sin cesar, ataviado como un campsino al levantar la cabeza varias lágrimas le resbalan por las mejillas. Su aspecto es el de un hombre sumammente aflijido.
Desenvaino mi espada y digo con voz firme desde las sombras:
-¿Cuál es vuestro nombre caballero?-
Pegas al hombre un susto de muerte que apunto está de caerse hacia detrás. El hombre empieza a temblar y a tartamudear.
No... me ha...hagáis daño..se..señor. Mi no...no...no..nombre es... Miguel
El hombre parece asustado e indefenso, pero mejor no bajar la guardia.
-¿Qué haceis aquí a estas horas?-
Nada señor.. sólo reza...rezaba. Hace poco que he tenido una gran pérdida. Pero ya me iba.
El hombre comienza a caminar en dirección a la puerta de la iglesia.
-Espere ahí señor. ¿Quién fue esa perdida?¿Cómo sucedió?
Se trata de mi mujer... María y mis hijos Antonio y Juana. Han desaparecido. Ha sido cosa del maligno.
El hombre rompe a llorar nuevamente y abre la puerta de la iglesia sin detenerse. Lo hace tan rápido que no te da tiempo a reaccionar, pues aún estás digiriendo sus palabras
El hombre sale a la calle.