Partida Rol por web

Depravación

Primera parte y 1/4: Persecución de sombras.

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04/02/2012, 22:21
Director

Salen del lugar y la briza fresca toca tu rostro. Respiras hondo, como sí ese aire fuera más limpio que el que estaba adentro de ese bar. Aún estas algo desconcentrada por la sensación, miras a Roberto quien parece tranquilo. Las calles de Buenos aires  están normales como siempre a esa hora, estas en un sector comercial y de bares, pero es tranquilo.

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04/02/2012, 22:22
Roberto Pereira

Comienzan a caminar por una calle larga  en silencio, y de repente Roberto te mira y te dice.
¿vos estas bien?... no sé, desde la reunión te noto algo tensa..

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10/02/2012, 19:26
Natalia Testarossa

Natalia se había detenido a mirar hacia atrás. Luego, sacudió la cabeza y miró a Roberto, mientras echaban a andar por las calles de una Buenos Aires que gemía bajo sus pasos.

¿Cuál reunión, Roberto? ¿La primera o esta, que ni siquiera llegó a ser una reunión?

No era exactamente que estuviera tensa, era que estaba cansada. Con lo que había pasado antes, había pensado que vería mejor las cosas o se distraería un poco. Y en cambio, se había encontrado en el medio de algo que no conocía, de lo que no había podido sacar realmente nada, excepto más cansancio y preguntarse de qué carajo estaban hechos los sindicalistas de ahora.

- Mirá... es que no sé. ¿Vos qué esperabas de todo esto? Yo no estoy en el palo, pero no esperaba algo así. El tipo ese, Alejandro, no me cayó bien. No sé realmente qué quiere. Y sea lo que sea que vaya a pasar en ese bar, no va a tener que ver con los sindicatos. O no con sindicatos como yo los conozco.

Roberto sabía del pasado de Natalia. Ella movió la cabeza.

Tuve un mal día, pensé que esto iba a ser interesante, o que iba a poder hacer algo, y todavía no puedo creer la mierda que fue. No sé, Roberto. Cuidate.

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12/02/2012, 16:40
Roberto Pereira

Esperate,  dice en tono amable sin acentos, yo te acompaño,  tomo el transporte por la misma vía, ¿lo olvidás?....  dice algo distraido, y en realidad confundido, lamento invitarte a perder el tiempo...

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12/02/2012, 16:51
Director

Caminan por la calle en silencio, en realidad te sientes algo incomoda, Roberto no es un mal sujeto, pero poco sabe de ti, es un amigo, pero no tan bueno para enterarse de tus cosas.
Pero te sientes extraña, además de el cansancio, sientes algo peculiar, la sensación de que te observan  no se te quita.
Mientras andas, ves algo que no te gusta, en realidad no es algo, es alguien, un corrientazo de miedo y rabia  recorre tu cuerpo. ¿será verdad?
Cuando te habían torturado y encerrado, había un rostro que no se te olvida, uno de los malditos que cuidaba las cárceles y que casi (sin lograrlo por suerte) te abusó sexualmente. El sujeto cruzaba la calle fumando un cigarro, mientras se encontraba de frente con otro.
Una sensación de rabia te invade... ese hijo de puta merece su merecido.

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17/02/2012, 00:21
Natalia Testarossa

¿Perder el tiempo? No, no, Roberto, no es culpa tuya - corrigió Natalia con cierta docilidad, y sonrió a su acompañante - Las cosas se dan como se dan, y era gente que vos no conocías. Al contrario, te agradezco por haberme metido a lo tuyo, que no tenías por qué hacerlo.

Entonces, lo vio y se frenó en seco.

Fue como ver todo rojo. Perder la cabeza. Ponerse en blanco. El volumen de la rabia, la humillación y el rencor golpearon su cuerpo como mil olas, trayendo de golpe todos los recuerdos que había guardado celosamente en un rincón de su memoria dispuesta a no olvidar nunca. No olvidar para no perdonar jamás. No olvidar para que, si el momento se producía, no hubiera dudas en la mano que llevara adelante la venganza. Todo acudió en mareas, como destellos, todas las imágenes, las sensaciones, la desesperación, el odio. Duró sólo un segundo de inmovilidad.

Después, la mente se le puso en blanco. De algún modo se sacó la mochila de encima y se la puso en las manos a Roberto, resguardando así su cámara de fotos. Instintivamente buscó algo que pudiera ser un arma en esa larga calle de Buenos Aires. Pero, más aún, de pronto estaba corriendo.

- ¡¡Vos!! ¡¡HIJO DE PUTA, MILICO DE MIERDA!! ¿¡A QUIEN VAS A QUEMAR AHORA CON ESE CIGARRILLO?!

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19/02/2012, 13:07
Director

Cuando comienzas a correr Roberto comienza a correr contigo, ese sujeto también le era parecido así que arrancan los dos hacia el sujeto que apenas los ve,   arranca a correr, el sujeto que le acompañaba se larga al lado contrario.

Corres con ánimo de alcanzarlo, lo ves correr delante de ustedes, el sujeto evidentemente los reconoció, voltea por una calle, y ustedes siguen tras él, cuando voltean la calle esta oscura

Sabes que está cerca escuchaste sus pasos, es cosa de encontrarlo...¿donde se habrá escondido ese hijo de puta?

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23/02/2012, 02:41
Natalia Testarossa

Natalia corría, y no se fijó ni a dónde ni cómo. Apenas se dio cuenta que Roberto había empezado a correr con ella. Sólo tenía ojos para el hombre que ahora estaba solo, y que se metía por una calle en la que de pronto desapareció. Natalia frenó en seco, y se detuvo a mirar atentamente, a escuchar, a percibir. Le hizo un gesto a Roberto de que guardara silencio. Sus ojos recorrieron la penumbra, los zócalos de las casas, las posibilidades de las puertas, de las ventanas, de algún callejón.

¡¡Cobarde!! - gritó.

Lentamente, empezó a caminar. Despacio, silenciosamente. Enardecida. Buscando.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues, nada, tirada de Percepción+Alerta para intentar encontrarlo. Usa Mérito Vista Aguda (-2 a la dificultad), en lo que pueda servir; no la he disminuido en la tirada.

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24/02/2012, 01:32
Director

Un sonido metalico se escucha en un momento, el sujeto esta subiendo a la asotea por una escalerilla lateral a un edificio. Notas que es muy rápido.

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02/03/2012, 13:33
Natalia Testarossa

Muy rápido, y una mierda. Natalia le hace un gesto a Roberto para que no se mueva y echa a correr en dirección a ese edificio. ¿Así que ahora se les daba por trepar edificios? Pedazos de hijos de puta. Pero lo iba a alcanzar. Juraba por su vida que lo iba a alcanzar. ¿Cuánto más podía empeorar ese día de mierda?

Natalia agarra la escalera lateral y empieza a subir.

Caete, hijo de puta. Porque como te alcance, vas a preferirlo.

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09/03/2012, 21:54
Director

Mientras subes las escaleras ocurre algo muy raro. En tu mente escuchas una voz, no estas muy segura de donde proviene, pero es como sí estuviera muy cerca.

¿cuanto deseas vengarte de él?...

La situación es rara, miras al rededor, y no hay nadie. Ni siquiera Roberto que se ha perdido de tu vista mientras subes los peldaños del edificio.

Cuando llegas, confundida buscas a ese hijo de puta y sin verlo,  escuchas un golpe como si el sujeto hubiera saltado sobre algo, y aunque no lo vez escuchas, y sabes por donde buscar, pero la voz se replica en tu cabeza.

¿cuanto deseas vengarte de él?...

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19/03/2012, 05:44
Natalia Testarossa

¿Vengarme?

Natalia subía y subía, y sin saber si la voz en su cabeza era un producto de su propia imaginación o si era real, si es que había alguien en el mundo que estuviera susurrando esas palabras a la noche. Alguien que, por el sólo hecho de susurrarlas, demostraba que la desconocía por completo. Subía y subía, y a su alrededor no veía nada, como tampoco arriba ni abajo. Quizás porque estaba cegada por la ira, por esa rabia que se había acumulado en su piel como la más profunda e inmutable de las cicatrices. Quizás porque, realmente, no había nadie. No sería la primera vez que Natalia creyera que una voz en su cabeza, en su interior, le instaba a destruir.

¿Vengarme de él?

Natalia cayó a la terraza con un golpe seco, sin preocuparse por el sigilo ni por nada, con el cuerpo envarado para encontrar al hombre y trenzarse en una pelea a muerte. Matar o morir. Vengarse no de él, no sólo de él, sino de todos. De absolutamente todos los que decidieron que estaba bien encerrarlos, que estaba bien matarlos, torturarlos, quebrarlos hasta el límite de quitarles la identidad, de volverlos fantasmas andando por un mundo al cual estaban ya demasiado destruidos para pertenecer de verdad. Sus ojos claros buscaron a su alrededor para no encontrar nada, absolutamente nada, aún cuando debería estar ahí. Aún cuando el golpe que escucha le dijo que claramente estaba allí.

¿Cuánto lo deseo?

Podría haber contestado a esa pregunta su sangre, galopando acelerada a un ritmo que el corazón de una persona común no podría contener. Sus venas y sus dientes, apretados, contraídos, sus ojos latiendo, sus pupilas contraídas, su cuello tenso, su cuerpo hecho una piedra. Matar o morir. Hasta ese punto lo deseaba. Hasta el punto de que le parecía bien morir siempre y cuando pudiese llevárselo con ella. Quedaban muchos más, él no era el único. Pero acabar con su vida bien valía el precio de morir. Bien lo valía.

¿Cuánto?

- ¡¡Todo!! - gritó Natalia a la noche, su grito tan potente que parecía conducido por la fuerza de una multitud - ¡¡Podría darlo todo a cambio de eso, hijo de puta!! ¡¡Seguí huyendo, pero ya no hay salida!!

Todo.

Natalia giró y se dirigió, sin más, al sitio de donde había escuchado el ruido. Sabía dónde buscar. No sabía cómo lo mataría, pero algo se le iba a ocurrir.

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23/03/2012, 05:15
Mateo Cabrera

Me gusta escuchar eso. Dice la voz en tu cabeza. Mientras corres sientes que algo te detiene y vez al hombre huir por las calles sin que lo puedas alcanzar. Te sorprende tu cuerpo quiere avanzar pero no puede, es como sí te halara. Dejalo partir, escuchas la voz, lo mejor de la caza, es esperar a la presa en la oscuridad y luego sorprenderla...  espera que el conejo piense que pudo escapar  para luego sorprenderlo.

Te sientes terriblemente frustrada.

Ahora vienes conmigo

Y en ese momento, sientes un dolor, y todo se vuelve negro.

Notas de juego

Pasamos a la segunda parte.