Partida Rol por web

Después de un sueño reparador, os despertáis mientras el sol de un nuevo día se cuela por las ventanas. En la mesa hay dispuesta una bandeja con bayas y unos pocos frutos más, una jarra de agua y varios vasos. Suponéis que es el frugal desayuno que tiene para ofreceros. No obstante, vuestra atención se dirige más hacia el exterior, donde escucháis la voz de Katán, el cual parece estar hablando con alguien.

Al asomaros, observáis que el viejo está en el pequeño embarcadero, y juraríais que está hablándole al mismísimo bote.

-No actúes tontamente con estos amigos. Están aquí para ayudarnos. Sé bueno, y haz lo que ellos te digan.

Entonces os dais cuenta de que un grupo de champiñones aparecen de entre los arbustos y rodean a Katán dando gritos. Algunos muerden las perneras de su pantalón intentando arrastrarle hacia el interior, haciendo trastabillar al viejo.

-¡¿Qué diantres os pasa ahora?!

Justo en el momento en que Katán tropieza, un gigantesco cocodrilo surge de golpe de las tranquilas aguas y se estrella contra el embarcadero, exactamente allí donde hubiera estado Katán si hubiese permanecido de pie.

Con chillidos de terror, los champiñones huyen del reptil. El cocodrilo se retuerce de un lado para otro, buscando a Katán, que rueda sobre sí mismo fuera de su camino con una rapidez nacida del terror. El animal agarra a la vez con sus mandíbulas a uno de los champiñones. Este emite un gemido agudo que se corta bruscamente y suelta una nube de esporas amarillas en el momento de ser aplastado por las enormes mandíbulas de su captor, desapareciendo en las terribles fauces llenas de dientes.

El cocodrilo menea su cabeza confusamente y luego se arrastra por el ya dañado embarcadero hacia Katán (que gatea alocadamente para alejarse). El reptil parece moverse muy lentamente por alguna razón... 

—¡Atrás Katán!— le ordenó el hechicero con una voz autoritaria que no parecía atender réplica—. Vuestra capacidad para resolver problemas se asemejan a los de una piedra. Dejad que os ayudemos con este reptil.

Entonces alzó sus brazos y doblando sus dedos como si pretendiera constreñir el aire que se encontraba entre ellos empezó a pronunciar una letanía en latín:

—Obnubilate, somnum nox longa dies amplius— a continuación abrió aún más los ojos mirando al cocodrilo a la par que sus manos se abrieron apuntándole. Como si se hubiera rendido intentando atrapar el aire el aire entre sus dedos y tras desistir decidiese empujarlo en esa dirección.

Jatum lo veía y no lo creía. Un reptil horrendo estaba atacando al viejo. No iba a quedarse a mirar. Además, puede que después del viejo fuera alguno de sus camaradas.

El bárbaro arma en mano fue deslizando la hoja al tiempo que emprendía una carrera con el único objetivo de descabezar aquel monstruoso animal.

Muere espíritu del pantano a manos de un Kedz.

Alzo sus brazos, esperando que los ancestros de su clan guiaran la espada que ya había pasado de padres a hijos por cuatro generaciones de grandes guerreros.

Si bien el desayuno no fue tan suculento como la cena, fue suficiente para Egror que aún estaba disgustado por las ideas de algunos de sus compañeros. Al escuchar al Katan hablando en el exterior, embrazó su escudo como solía hacer mientras se movían por los caminos y se asomo a la puerta

La primer impresión fue totalmente negativa "Le está dando instrucciones al bote? Tiene menos sesos de lo que pensaba" sin embargo al notar la reacción de los hongos parlanchines y el posterior ataque del enorme cocodrilo no pudo menos que pensar en las historias del viejo respecto a los hongos, los cigarros y el humo.

Con todo fue solo un instante. En ese momento había otras prioridades, y la primera de ellas era el cocodrilo que, por suerte, parecía algo confuso. Quizás la seta le había causado indigestión o, más probablemente, el mago había realizado uno de sus trucos, pero lo importante era acabar con el enorme lagarto antes que atacara a nadie más.

Lanzándose a la carrera hacia el animal, preparó su hacha para clavarla en su lomo del animal, olvidándose de todo aquello que no significara estar absorto en el combate

Sin pensárselo dos veces, Jatum avanzó hasta el cocodrilo blandiendo su espadón y lanzando un certero tajo sobre la criatura. La hoja impactó provocando un buen corte.

Nails preparó su ballesta para disparar mientras trataba de asimilar cómo se había formado este caos en un instante.

Artemius, por su parte, pronunció unas palabras en una lengua ya olvidada y enfocó sus manos hacia el animal. Durante unos segundos el cocodrilo frenó su marcha, pero en seguida agitó la cabeza mostrándose amenazante de nuevo. No obstante, quizá algo de la magia del hechicero había hecho efecto, o puede que también algo más, que ya habíais observado en su comportamiento después de mordisquear al champiñón. Se movía más lentamente y algo errático.

Egror se encaró también al bicho, escudo y hacha en mano, y le propinó un tajo seco en su lomo. Su piel era dura, pero no pudo frenar todo el golpe del enano, sufriendo una nueva herida que enfureció al reptil.

Katán continuaba huyendo como podía, y el animal se olvidó de él para centrar su atención en aquellos individuos que le atacaban. Así, lanzó un mordisco contra Jatum, pero la dentellada cruzó el aire sin afectar al guerrero.

- Es más duro de lo que parece - comentó el enano mientras se apoyaba firmemente sobre su piernas y volvía a levantar el hacha, dispuesto a partir al animal en dos.

Su golpe fue bien apuntado pero Egror, por tratar de asegurarse que el cocodrilo no tuviera amigos en las cercanías, no aferró suficientemente bien el mango de su hacha y el filo de su arma solo su hundió unos centímetros, antes de resbalar por la piel acorazada del lagarto

- Pero se lo puede herir - insistió - Lo peor que puede pasar es que necesitemos más golpes - Algo en el tono del enano dejaba en claro que estaba disfrutando de la situación

Jatum había probado la sangre y eso lo ponía en un estado muy complicado. Muchas veces le habían dicho que parecida disfrutar con la muerte.

Y seguramente fuera verdad, era un bárbaro, y su cultura estaba basada en la destrucción de sus enemigos. Y aquella criatura era un enemigo a batir.

Consciente de lo que tenia alrededor, pero sin serlo realmente, empezó a pivotar de manera que el cocodrilo se centrara en él y dejara su flanco derecho descubierto para que sus amigos pudieran atacarle con cierta ventaja.

Era más fácil atacar a la parte que no tenia ni cabeza ni cola.

Una vez mas, alzo su arma, estaba vez hasta media altura, y golpeo con fuerza la cabeza del animal.

Él había nacido, crecido y estafado en un pantano. Ese cocodrilo no iba a desayunar pátido, y si estaba en su ala tampoco desayunaría ninguno de sus compañeros. Así que levantó la ballesta apuntó al cocodrilo y disparó.

- Puedo sacar un buen quack dinero por la piel de cocodrilo - gritó a los otros - intentad no cortar las partes más amplias del quack animal - Pasará lo que pasará el dinero siempre era lo importante. 

El hechicero maldijo por lo bajinis mientras volvía a mover los brazos. Por un momento se planteó pasar a un hechizo ofensivo más dañino más sus camaradas se encontraban bregando por la criatura y no quería ponerlos en peligro. Así que optó por repetir el mismo hechizo:

—¡Obnubilate! —Ordenó secamente a la criatura.

Jatum volvió a lanzar un espadazo contra el animal, pero esta vez su férrea piel absorbió todo el impacto y el acero no consiguió herirle.

Nails, por su parte, disparó su ballesta. No obstante, su mente estaba más centrada pensando en el beneficio que podría sacar al cocodrilo que en apuntar bien. El virote salió desviado e impactó en el escudo de Egror. El enano refunfuñó.

Artemius se concentró una vez más en el hechizo que andaba ejecutando, y al parecer esta ocasión la magia resultó más efectiva. Al menos así lo parecía viendo al cocodrilo cuyos ojos se habían vuelto blancos y su lengua colgaba medio muerta.

Egror, una vez más, descargó el hacha sobre su objetivo, hiriéndole nuevamente. Quizá no tanto como al enano le gustaría, pero dañándole al fin y al cabo.

Mientras tanto, Katán ya había alcanzando una zona de arbustos, y dio un torpe salto para ocultarse tras ellos. En cuanto al cocodrilo, siendo víctima del hechizo de Artemius, fue incapaz de realizar acción alguna más allá de babear y agitarse lentamente.

Jatum se dio cuenta que el bicho estaba grogui. Alzo la vista y asintió mirando a Artimius.
Luego se centro en su compañero enano, muchas batallas y muchas heridas habían sufrido hombro con hombro, y si lo hacían bien puede que esta no acabara con alguno de los dos herido.

Pasofirme, golpea a la de tres desde tu lado de la cabeza.

Uno…

Dijo posicionando bien en el suelo sus piernas, buscando un equilibrio perfecto con su centro de gravedad. Así se aseguraba un golpe certero.

Dos…

Alzo su arma por encima del hombro derecho, pensaba descargar un golpe en diagonal que impactara con al mandíbula y el craneo del cocodrilo con mucha fuerza. A ver si podía arrancarle la cabeza.

Tres… Ahhhhhh.

Grito al tiempo que golpeaba de nuevo. Esta vez la bestia no tenia dónde irse, y pudo sentir como el hueso se quebraba por el impacto. Así que apretó aun mas los nudillos en la empuñadura y tenso los músculos de sus brazos al tiempo que hacia palanca con al cadera.

A una distancia obviamente prudencial, pero des de donde el pátido era perfectamente mortal y útil para sus compañeros dio un pequeño salto histérico – Jatum, podríamos quack comprar decenas de quack cerveza y te sobrarían para que quack invitaras a alguna moza…o quack compañeros de armas, o lo que quack quicieras…no le pegues en quack diagonal – aunque posiblemente fuera solo el reflejo del sol, alguien con un poco de imaginación podría haber visto en los ojos del pátido dos monedas de oro con la cara del gobernante Maximus tercero – ¡¡¡Si pudiéramos darle la vuelta el quack bicho sería inofensivo, podríamos matarlo quack tranquilamente por el vientre y conservaríamos esa quack piel genial!!! – Dice aunque sin dudar mucho dispara cuando ya tiene la ballesta cargada y sin apuntar mucho. 

Casi sin darse cuenta el enano siguió las instrucciones de su compañero, dispuesto a que su hacha fuera, esta vez, más efectiva que en los golpes anteriores - Los cocodrilos no deben intentar comerse a la gente! - se lo escuchó regañar al animal mientras se afirmaba sobre su piernas

Lamentablemente, ocupado en seguir las instrucciones de su compañero no pudo apuntar a donde deseaba, sino que su arma acarició la coriácea piel del animal sin que el filo encontrase donde cortar la misma - Yo sabía que era más sencillo golpearlo de frente - se regaño a si mismo - Los guerreros siempre deben atacar de frente, cuando lo intentan de costado pasan estas cosas - insistió meneando la cabeza - Por lo menos a los verdaderos guerreros -

El hechicero maldijo el cómo los golpes no parecían surtir efecto, barajó por un momento hacer lo que decía el pátido sin embargo consideró que alzarlo por los aires podría resultar demasiado peligroso y traicionero con una bestia de aquel calibre.

—¡Otra oportunidad! —Anunció antes de dar la orden:

—¡Obnubilate! —Su voz se secaba más insistió provocando que ésta sonase rasposa.