Partida Rol por web

[Desafío Mensual 02] La fragata del hombre muerto

01. Huyendo del Limbo

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05/11/2018, 20:09
Zacharias Tarkamel

Zacharias estaba viendo la situación de todo. Y lo cierto es que la cosa iba viento en popa. Vincent cerró la puerta en las narices de aquellos tipos, con lo que ya no podían perseguirlos. Y el bueno de Kazimir se cargó al oficial corrupto que no quería haberles vendido a ellos la información. Tampoco es que hubieran podido pagarsela, pero eso era otra historia.

Bueno. Al menos nadie va a quejarse de que hayamos robado nada. ¿Qué va a hacer Kazimir?, ¿quejarse de que no pudo coprarle información clasificada y restringida a un corrupto? Nah.

Vale. Kazimir podía hacerles a ellos cosas muy feas. Pero sólo si les alcanzaban. Y una vez en el Gavilan eso no iba a pasar.

Venga. Vayamos por la cantina. Por allí se lo pensarán dos vences antes de dispararnos. Sobretodo porque aquellos tipos seguro que se lo devuelven.

Zach dió otra calada a lo que quedaba del cigarro antes de tirarlo al suelo.

Me encanta que los planes salgan bien.

Dijo antes de salir a todo correr.

Notas de juego

Si por la cantina se va también a los hangares por mí por la cantina.

Director dice: un detalle, nunca intentasteis comprar la información (no money). El plan siempre fue robarla

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05/11/2018, 23:27
Randolph KoTaur

Randolph respiró aliviado al ver como la compuerta comenzaba a cerrarse y se alegró de tener a Vincent junto a ellos. A pesar de no terminar de entenderse, el mecánico había demostrado que para lo importante se podía contar con él. Llevado por la euforia del momento se permitió agacharse para que los mercenarios y sobretodo Kazimir pudiera verle presentarles sus respetos. El dedo corazón levantado frente a él con una sonrisa tontorrona dibujada en su rostro.

En cuanto la puerta se terminó de cerrar, Randolph escuchó las órdenes de su capitán y puso rumbo para la cantina, siempre cerrando la marcha, con el subfusil en alto apuntando a los pisos que dejaban más arriba. Aunque lo deseara, no creía que esa puerta pudiera mantener a raya a sus perseguidores durante mucho tiempo y no quería que les pillaran despistados si les daban alcance.

- Movámonos, rápido -

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06/11/2018, 19:29
Theodore Wright

Theodore no perdía el tiempo. En cuanto Zach confirmó la dirección y salió corriendo, echó a correr detrás de él seguido por sus dos compañeros.

«Una mierda ha salido todo esto bien, debería haber sido una extracción limpia» - hasta en sus pensamientos Theodore no consideraba aquello realmente un robo - «Que bajo he caído, no es extracción, es un robo en toda regla»

Pero había encontrado buenos compañeros y se sentía parte del grupo. No podrían nunca reemplazar a todo lo que había perdido, pero eran buen sustituto. Solo había una pega «No me queda té y con estos capullos no voy a poder comprarlo»

Casi tropezó al no concentrarse en la carrera. Con un movimiento de cabeza desechó los pensamientos que le habían rondado. Tenían que escapar y luego ver si los datos que habían obtenido merecían la pena.

A sus espaldas se oían los furiosos golpes que sus perseguidores daban a la puerta cerrada. Theodore consideró que no aguantaría mucho más.

Pero habían obtenido algo de ventaja.

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06/11/2018, 20:06
Director

Tras dejar a los matones aporreando las compuertas cerradas y tras unos tensos minutos recorriendo anodinos pasillos metálicos aparentemente idénticos, eligiendo en las intersecciones por instinto, llegasteis a un corredor que sí os sonaba y pudisteis escuchar el inconfundible ruido de voces procedente de la Cantina más adelante. De algún modo, las voces parecían más tenues de lo que recordábais hacía un rato ¿Habrían llegado los ruidos del combate hasta aquí? Habíais corrido no menos de diez minutos, pero vuestr ruta había sido errática y resultaba difícil saber cuán lejos se encontraba en realidad la habitación de Karlo o cuánto tardarían Kazimir y sus matones en alcanzaros... suponiendo que no os hubieran adelantado y estuvieran preparando una emboscada en alguna parte. Y ese solo era el primero de vuestros problemas inmediatos. La teoría decía que las armas no estaban permitidas en El Limbo. Un nido de buscavidas como ese tenía sus normas (unas normas frágiles y rotas con frecuencia en cualquier caso) y las armas debían quedarse en un armario en la entrada opuesta de la cantina a la que os encontrábais. Colar las pistolas había sido sencillo, pero colar el subfusil había sido la obra maestra de vuestro plan y había requerido dejar dinero en las manos adecuadas, un dinero cada vez más escaso. Entrar como una banda de gángsters era lo más rápido y el cronómetro corría, pero las consecuencias podían ser imprevisibles.

La cantina era un salón rectangular de unos cuarenta metros de largo y treinta de ancho*, con un gran escenario alzado sobre una plataforma en una esquina y la barra en la opuesta. Contaba con dos salidas, una situado en su extremo izquierdo por el que acababais de llegar y otro en la esquina opuesta que llevaba al puerto de atraque, separadas por un espacio abierto con mesas situadas sin ningún orden en concreto salvo dos de mayor tamaño donde gente de toda clase jugaba a las cartas, normalmente jugándose posesiones que no tenían. Ahora se encontraba algo más vacía que cuando os habíais marchado, como si la gente del sector de los oficios casi respetables se hubiera marchado al oler los problemas. Aún así, las mesas se encontraban repletas de comerciantes ilegales, mercaderes de respetabilidad dudosa, contrabandistas de alta y baja estofa, mercenarios de toda clase e incluso algún pirata declarado, es decir, de aquella clase de gente que se tomaba la molestia de viajar a una estación de mierda situada en el culo del mundo por diversión o por negocios. Antes habíais visto incluso a un cazarrecompensas reputado, que parecía haberse marchado durante el desarrollo de vuestro pequeño plan. A parte de esta gente la conocíais de vista, a bastantes más de oídas. Algunos trabajarían de forma temporal o permanente para Jessie James, propietaria actual de la estación y, por ende, de la cantina, que había gestionado de forma directa durante un tiempo aunque ahora eran raras las ocasiones en que se dejaba caer por aquí. Resultaba difícil distinguir a los guardias oficiales, salvo el que controlaba las armas en la entrada que venía del muelle y el que controlaba la computadora que abría los armarios donde se guardaban las armas de los clientes.

No había ni rastro de Kazimir ni de sus matones, al menos no de los cinco que habíais visto antes, pero varias cabezas se alzaron con diferentes grados de curiosidad al entrar vosotros. ¿Había gente del Sindicato allí? Seguramente ¿Trabajando para Kazimir? Era posible ¿Agentes del Imperio o, más probablemente, de la AuMe? No podía saberse. Pero ya desde el principio del plan contabais con que toda la gente interesada en los ataques sucedidos en La Fosa acabaría visitando El Limbo antes o después. En unas horas, el lugar sería un hervidero de información y rumores... lástima que tuvierais que marcharos precipitadamente...

Notas de juego

*Suponemos cada baldosa de 2x2 metros

Leyenda:

I: puerta por la que entráis
PR: salas privadas. Tienen unas compuertas para cerrarse. En este momento, la primera abierta, la segunda cerrada
C: computadora que controla los estantes con armas
W: armarios con armas
G: puesto de guardia en la entrada desde el muelle donde se controlan las armas
*: Sistema antiincendios. Detectores de humo
S: Tipos sospechosos (nótese que no tienen un aspecto homogéneo. Son solo los que os han llamado la atención por su comportamiento, parece que están especialmente atentos, etc.)

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06/11/2018, 22:27
Zacharias Tarkamel

Nada más pasar la puerta Zach guardó la pistola. Una cosa era llevarla de estrangis y otra muy diferente pavonearse de ello en un lugar con muchos mirones. Muchos mirones con mala leche la mayoría.
Encendió un cigarrillo.

-Muy bien chicos. Despacito y buena letra. Vamos a salir andando tranquilamente por la puerta principal. Detrás de ella está el Gavilan y la libertad.
Arreando.-

Lo importante cuando estás huyendo era no dar señal de que estabas huyendo...si era posible. Por lo que el capitán de la mejor nave de la galaxia empezó a caminar a paso normal e incluso saludó con una inclinación de cabeza a algunos de los presentes.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues eso. Camino con un andar...indiferente.

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06/11/2018, 23:24
Randolph KoTaur

Randolph asintió a la orden del capitán. Iniciar un tiroteo en medio de la cantina entraba entre las peores ideas que se le podrían ocurrir actualmente. El problema era conseguir atravesar toda la zona con el subfusil. Tras echar un último vistazo a las escaleras para cerciorarse de que no les seguían, Randolph puso el arma en vertical y se la pegó al tronco, tapándola con la chaqueta que llevaba puesta. Si andaba despacio, casi parecía que no llevaba nada.

Una vez colocado, hizo una señal a sus compañeros para acceder al local e intentar la loca idea de llegar hasta el otro extremo sin que nadie reparara en las pintas que debían tener.  Otro pensamiento preocupaba a Randolph y era el pensamiento de que entre todo el gentío pudiera haber agentes que pudieran saber lo que acaban de hacer. Ver a todos como un posible enemigo era algo natural para el ex-soldado, defecto profesional lo llamaban, él, lo llamaba “que no le pillaran con el culo al aire”. Mientras andaba, no dejaba de otear a todo con el que se cruzaba en busca de miradas furtivas que pudieran indicarle peligro.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro "Notar" para vigilar a la gente por si noto algo raro. He tirado con dificultad básica pero si consideras que debía ser más, lo dejo a tu elección master.

P.D. ¿En serio vamos a hacer esto? ¡Que llevo un subfsil! nos van a pillar XD

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07/11/2018, 07:14
Theodore Wright

Apenas se aproximaron a la zona de la cantina, Theodore guardó su arma. Le preocupaba el subfusil de Randolph, pero observó como lo disimulaba bajo su chaqueta. Quizás podrían pasar.

- Zach, cuidado. Hemos tardado mucho en llegar aquí, esto es un cuello de botella. - Hizo una señal a la entrada principal, donde el guardia de seguridad controlaba que ningún arma pasase al interior. - Solo podemos salir por ahí o por donde hemos venido. Me jugaría la paga de un mes a que nos están esperando.

Solo quedaba atravesar esa puerta y llegar al Gavilán, pero igual podría estar atracado al otro extremo del universo.

- Creo que nuestra única oportunidad es provocar un tumulto y escapar en el caos de la refriega. Si atravesamos esa puerta únicamente nosotros cuatro, estamos muertos.

Theodore observaba a los presentes en la cantina, buscando alguna rivalidad entre ellos y alguna forma de buscar una provocación que iniciara la chispa.

- ¿Hay alguna posibilidad de montarla? Pero cuidado, si el guardia dejó pasar nuestra arma anteriormente es casi seguro que aquí dentro también hay otras armas.

- Tiradas (1)
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07/11/2018, 10:17
Vincent Brax Aldair

Tras diez minutos de carrera por los pasillos, que parecían todos iguales, siempre con la amenaza de los ojos muertos de Khan esperándoles en la siguiente intersección, Vincent ya jadeaba y notaba que el corazón iba a salírsele por la boca en busca de nuevas oportunidades fuera de su cuerpo. Tampoco es que pudiera culparle si lo hacía: había estado convencido de que cuando llegaran a la cantina, Kazimir y todos sus matones les estarían esperando para que su jefe les sacara la sangre o les arrancara el alma o lo que quiera que hicieran los monstruos de cuento infantil como él. Por suerte, no fue así. La cantina estaba como la habían dejado, y Vincent se apresuró a guardar el revólver y ocultarlo bajo la chaqueta. Era casi seguro que todas aquellas personas llevaran algún arma oculta encima, y por lo que sabía, tras la barra bien podría haber un cañón de plasma o un lanzacohetes. Cuando aún se pasaba por ahí, Jessie no era de las que se andaba con chiquitas. Muy bien chicos. Despacito y buena letra. Vamos a salir andando tranquilamente por la puerta principal. Detrás de ella está el Gavilan y la libertad. Arreando.- dijo el capitán, haciendo gala de su optimismo habitual e inquebrantable. Vincent tenía sus dudas al respecto, sobre todo cuando vio a Randolph meterse el subfusil bajo la chaqueta como un escolar intentando esconder una tableta de chocolate bajo la camisa.

—Creo que nuestra única oportunidad es provocar un tumulto y escapar en el caos de la refriega. Si atravesamos esa puerta únicamente nosotros cuatro, estamos muertos.

Vincent asintió a las palabras del médico, que por lo general tenía sentido común.

—-Estoy de acuerdo, creo que la idea de pasar andando como por nuestra casa es un poco de más de arriesgada. Pero no creo que ponernos a disparar sea buena idea...— Vincent meditó durante un segundo y luego dio unos golpecitos a la pared con los nudillos. —Por aquí tiene que pasar algún cable de alimentación. Si hago saltar los fusibles, podría dejar a oscuras y sin energía la cantina. Eso nos cubriría, aunque puede que también desconectase los armarios de las armas y convirtiera eso en la fiesta nocturna del tiro al pato. ¿Cómo lo veis?

Notas de juego

Lo bueno de que en esta partida no haya negritas es que no tengo que ponerlas desde el móvil, que es un coñazo. Asumo que nos hemos parado antes de entrar en la cantina, porque en los posts anteriores no queda muy claro si hemos entrado o no.

Director dice: formato editado ;)

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07/11/2018, 16:43
Randolph KoTaur

Randolph escuchó lo que el mecánico tenía que decir y le pareció que tenía sentido. Al menos más que pasearse por toda la cantina con un subfusil pegado al cuerpo y andares de retrasado.

- Tal ven no sería mala idea plantearnos el plan de “Tenazas”, Capi. Dudo mucho que pueda pasar la puerta de seguridad con el subfusil escondido bajo el sobaco. Además, si vamos tan lentos, al final nos van a dar alcance nuestros “amigos” de arriba. -

Randolph se pegó mejor el subfusil al cuerpo claramente nervioso

- Lo que sea hagámoslo rápido, creo que tengo los ojos de todo el puto mundo fijos en mi y no me gusta una mierda – El militar se giró nuevamente hacia su compañero mecánico - ¿Necesitas que te cubra? –

Al fin y al cabo, era el más corpulento de los cuatro. Mientras hablaba, sus ojos seguían moviéndose por toda la cantina.

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07/11/2018, 18:48
Theodore Wright

- Sí, es un buen plan, pero no creo que sea suficiente. Ante un apagón, saltarán las luces de emergencia y normalmente la gente no entra en pánico. Necesitamos pánico. Un cortocircuito sería genial, aparte del apagón, unas chispas y algo de humo podrían hacer que cundiera el pánico. La gente saldría en manada, en estampida por la puerta y ni el guardia ni nadie los iba a poder detener.

- En medio del caos tendremos nuestra oportunidad para escapar y la propia confusión será nuestro escudo. Además, nadie advertirá un disparo en medio del tumulto, si es que lo necesitamos.

- El riesgo es que tengan pocos escrúpulos y disparen sin importarles los que están a nuestro alrededor, pero no veo otra oportunidad para escapar.

- ¿Crees que podrías hacerlo? - Miró a Vincent, sabiendo de sus capacidades no tenía dudas de que pudiera hacerlo, pero fijo más su mirada en Zach. Era el capitan y sería al final el que tomara la decisión del curso a seguir.

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07/11/2018, 19:24
Vincent Brax Aldair

Parecía que Theodore quería más fuegos artificiales, y era cierto que ante un simple apagón no habría ningún tumulto. Vincent lo pensó durante un momento, tampoco querían provocar un incendio. 

-Creo que podría-respondió al final- puedo desviar toda la potencia de los cables a uno solo, generando una sobrecarga de tensión. Eso haría que se fundieran todas las luces, probablemente incluso las de emergencia, y que saltaran chispas y pequeñas explosiones al fundirse. No sería un problema muy grave, pero sí vistoso. 

Dicho eso, miró al capitán.

-Bueno, usted decide. 

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07/11/2018, 22:06
Director

Mientras el grupo se decidía a tomar un plan de acción*, aprovecharon unos instantes para echar una ojeada a la sala en busca de actividad sospechosa. Lo cierto es que debido a su reducida visión de la sala y a lo variopinto de la gentuza que ocupaba la cantina resultaba muy difícil llegar a conclusiones claras. Ahora que lo miraban con mayor atención, sí es verdad que aquí y allá parecía haber algún que otro individuo más atento a su entorno, como si esperasen algo o a alguien, entre ellos el cantinero, un hombre maduro con bigote militar vintage. Quizá habían oído los ruidos de la trifulca y estaban atentos por lo que pudiera ocurrir. Quizá la explicación era otra. Resultaban especialmente sospechosos tres o cuatro tipos, la mayoría de los cuales se encontraba en la mesa de póker más cercana**: se les notaba más tensos de lo habitual en un ambiente que debiera ser distendido. ¿Sindicato? ¿AuMe? En cualquier caso, al póker estarían perdiendo

- Tiradas (1)

Notas de juego

*No quiero resolver la acción de Zach hasta que os decidáis por ser esta acción la más "arriesgada". Si no os ponéis de acuerdo y él decide tirar o bien cancelais este plan de acción, intento poner otro post lo antes posible que narre lo que pasa cuando entra

**De las dos verdes, la de abajo, la que está un poco más arriba del centro de la sala

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08/11/2018, 22:29
Director

Justo antes de entrar en la sala, Zach pudo observar un par de detectores de humos que, sin duda alguna, harían saltar los dispositivos antiincendios, que parecían ser alguna clase de extintores automáticos de algún tipo de espuma. Había un pequeño problema, en cualquier caso: para lograr que el sistema solo se pusiera en marcha en caso de incendio real y evitar falsos positivos, ambos detectores debían activarse (es decir, detectar humo) simultaneamente.

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08/11/2018, 22:36
Zacharias Tarkamel

Zach iba a entrar en la sala tranquilamente, pero los muchachos no las tenían todas consigo. Y al parecer hacían bien pues era obvio que algunos de los presentes no estaban esperando apaciblemente tomando algo, o jugando alguna partida amistosa. Parecia que esperaban a alguien. Hubiera sido de necios no pensar que podía ser a ellos, y Zacharias Tarkamel no era ningún necio.

Escuchó las ideas de Randolf, Theodore y Vincent sobre lo de sobrecargar paneles, desviar potencias de unos cables a otros y cosas por el estilo. No le acababan de convencer y le dió una calada a su cigarrillo, luego se lo quedó mirando y después al techo. Sonrió. Con esa sonrisa que los demás ya habían aprendido a temer. Pues era la sonrisa de que había tenido una idea loca, y que probablemente no saldría como esperaban.

—No está mal chicos. Pero a veces, menos es más.-

Sacó otro cigarro, lo encendió con el que ya tenía y se lo pasó a Vincent.

—Toma. Yo voy a ese y tú a aquel.-

Señaló dos detectores de humo.

—Si queremos que salten habrá que ahumar los dos a la vez. Eso hará que las extintores anti incendios automáticos se activen. Eso será nuestra salida.

—Randolph, Theodore. Vigilad por si los cabrones que nos siguen se acercan demasiado.-

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09/11/2018, 07:05
Theodore Wright

Theodore asintió. La idea era poner en marcha cualquier acción que les permitiera seguir avanzando. La de crear una distracción había sido idea suya, el cómo ponerla en práctica dependía más de sus compañeros.

Sin sacar la pistola tomó un punto estratégico a la entrada de la cantina, desde donde podía observar gran parte del pasillo por el que habían venido.

El primer detector de humo era fácil de acceder, no habría problema con ese, pero el segundo estaba justo delante del guardia de la puerta, el que controlaba las armas. Llegar a él ya era más complicado al tener que pasar por delante de una mesa en la que varios tipos jugaban sin prestar especial atención en la partida, como si estuvieran disimulando. Ponerse bajo el detector y subir al cigarrillo hasta el mismo para que detecte la cantidad de humo suficiente, casi impensable.

Mucho cuidado con el detector de la entrada, necesitarás distracción adicional. Yo me quedo aquí vigilando la retaguardia, que te ayude Randolph a crear alguna distracción para que no te vean activar ese detector.

Esto le dejaba a él en mala posición, a la retaguardia y teniendo que atravesar en solitario todo el espacio hasta la salida en cuanto se iniciase el tumulto.

Aparte de la vigilancia, Theodore medía mentalmente el recorrido a realizar para hacerlo rápidamente en cuanto saltasen las alarmas.

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09/11/2018, 13:30
Vincent Brax Aldair

Vincent sintió un escalofrío bajar por su columna en cuanto vio la sonrisa del capitán. Aquella no era una sonrisa normal, sino el indicativo de que se avecinaba uno de sus planes locos que solían acabar con gente disparándoles. Todos temían ya aquella sonrisa más que a los insectos antropófagos de la jungla de Myxlia, pero había que reconocer que a veces, aunque fuese de pura casualidad, les salían bien. 

Y, al fin y al cabo, Vincent era de los que se apuntaba hasta a un concurso de pulsos con un yeti de Aeboreas. Cogió el cigarro que su capitán le tendía, y lo sostuvo encendido en la mano izquierda, dejando la derecha bien cerca de su revólver oculto bajo la chaqueta. 

Si quieres algo, simplemente actúa como si tuvieras todo el derecho a ello. 

Todo el mundo sabía que la mejor manera de robar algo era cogerlo y salir andando como si fuese tuyo, así que Vincent echó a andar por la taberna como si el local fuese suyo, dirigiendo incluso un saludo al tabernero como si se conocieran de toda la vida. Fue hacia el segundo detector de humo esperando que los demás no oyeran a su corazón golpeando contra las costillas como si las fuese a romper desde dentro. 

Notas de juego

Allá vamos xD

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09/11/2018, 14:12
Director

Tan pronto como Zach y Vincent pusieron un pie en la cantina, hubo un pico de tensión en el ambiente que se transmitió por toda la sala, sutil pero perceptible. Las conversaciones bajaron de tono, algunas se apagaron, quedando suspendidas como en un perpetuo interrogante. Para contrarrestar, varias cabezas se alzaron, y este cambio hizo que otras cabezas se alzaran como consecuencia. Sintieron varias miradas clavadas en ellos, aunque nadie fue tan indiscreto como para girarse por completo para mirarlos. Algunos otros no los miraban a ellos, sino que se mandaban mensajes en clave con sus miradas.

Ahora que avanzaban podían fijarse en algunos detalles, como por ejemplo que los tipos sospechosos de las mesas de póker parecían mercenarios a sueldo. Algo en sus cuerpos musculados, en su vestimenta dispar y en su forma de moverse indicaba entrenamiento marcial, pero también independencia. Parecían más profesionales y mejor equipados que aquellos inútiles del Sindicato con los que habían tratado, pero por otro lado, no parecían miembros del Sindicato, aunque quizá trabajasen para ellos... temporalmente... y por un precio. O quizá trabajan para la estación. De lo que no cabía duda era de que tenían su atención clavada en ellos, preparados para reaccionar ante cualquier eventualidad. Pero esperaban, de momento, tensos y agazapados como un lobo-pantera de Myxlia.

Había otras dos personas cuya actitud era digna de mención. En medio de la sala, muy cerca de por donde tenían que pasar**, sentado solo en una mesa había un tipo de pelo oscuro y ojos rasgados, tirando a feo, con una cicatriz en mejilla izquierda que os sonaba de algo. Tal vez lo habíais visto en Tarkis III, pero en este momento resultaba difícil decidir si como aliado o como rival, roles que solían variar semanalmente. El otro interesado era el cantinero, que palpando la tensión se había situado detrás de la barra y frotaba con un trapo sucio una jarra que ya estaba limpia.

Zach y Vincent avanzaron los pocos metros que los separaban de los detectores de humo en lo que pareció una caminata eterna bajo una inclemente tormenta de miradas. Una vez en sus puestos y con una media sonrisa en sus labios, una sonrisa de desafio al peligro que actuaba como bálsamo ante la insoportable tensión del momento, alzaron simultáneamente sus manos izquierdas, en las que empuñaban sendos cigarrillos humeantes, encomendando sus vidas a algo tan absurdo como que unos detectores de humo hubieran pasado las inspecciones rutinarias.

La respuesta no se hizo esperar. Uno de los mercenarios exclamó:

—¿Pero qué coño...?

Y el hechizo se rompió. Todos parecieron despertar de un sueño frágil. Un zumbido omnipresente pareció llenar la sala, saliendo de todas partes y de ninguna. Se oyó un estampido. Un disparo. Resultaba difícil saber de dónde había salido, pero el contrabandista sospechoso estaba levantado y empuñaba un arma humeante. ¿A quién había disparado? Nadie parecía herido y la bala se había perdido en la confusión. Otro estallido, este mucho más serio, y el aire se llena de una lluvia de esquirlas cristalinas que hace solo un momento eran varias botellas de la mesa del contrabandista. ¿Por qué el cantinero tiene una escopeta en las manos?

Y de pronto, la visión de todos empieza a empañarse de espuma y la sala de gritos, maldiciones y confusión.

- Tiradas (17)

Notas de juego

** La S roja del mapa que está separada de las demás

Iniciativas:

Para ir avanzando, he considerado que todo empieza cuando Zach realiza su acción (activar el detector), para lo cual retrasa su acción para que coincida con la de Vincent. Mientras tanto, todo el mundo está en espera [pág. 85], incluidos los malos. Tan pronto como esto sucede, todo el mundo debería hacer tiradas de Agilidad para ver quien va, pero como me parece un jaleo, hago que ya actúe el contrabandista. Luego ahora quedan Theodore y Randolph. Los individuos sospechosos están desconcertados y siguen en espera y me lo guardo para que actúen cuando a mí me parezca bien.

Disclaimer: si Zach o Vincent quieren hacer algo este turno, genial, pero si hay tiradas contará como acciones adicionales (-2 a las tiradas)

Zach el suertudo (A diamantes) > Individuos sospechosos (K diamantes) > Theodore (9 tréboles) > Contrabandista (3 tréboles)* > Vincent (8 diamantes) > Randolph (9 diamantes)*

*Randolph tiene la desventaja mayor "Arrogancia de combate" y, en este caso, intercambia su iniciativa por el contrabandista porque es así de chulo:

El personaje está tan seguro de sus habilidades de combate que, cuando se reparten las cartas de iniciativa, en caso de que su carta sea mayor de ocho (excepto si es un Joker) debe intercambiarla con un enemigo al azar.

Dejo en este spoiler las iniciativas originales

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Zach el suertudo (A diamantes) > Individuos sospechosos (K diamantes) > Theodore (9 tréboles) > Randolph (9 diamantes)* > Vincent (8 diamantes) > Contrabandista (3 tréboles)*

Mercenarios: Parada 5, Dureza 6
Contrabandista: Parada 5, Dureza 5 (10 contra láseres)
Cantinero: Parada 6, Dureza 5, mostacho vintage

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09/11/2018, 19:47
Theodore Wright

...y llegó el apocalipsis.

¿Había salido bien? ¿De quién eran esos tiros?

No era momento de ponerse a pensar o filosofar, Theodore estaba con un ojo en el pasillo por el que habían llegado y por el otro observando como sus compañeros activaban la alarma anti-incendios, pero había escuchado disparos. No se preguntó quién había hecho el primer disparo, pero creía que había sido un instante antes de que los extintores se activaran.

Eso significaba que no era por ellos. Confusión, Theodore quería confusión, pero quizás se les había ido de las manos.

Como era el que estaba a la retaguardia, no podía perder el tiempo. Inicio su carrera hacia la puerta de salida procurando no resbalar y salir en medio de todos los que ahora estarían intentando dejar la cantina.

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09/11/2018, 20:27
Vincent Brax Aldair

No es que atravesar una zona llena de gente que esperaba a saltar sobre su cuello como los lobopanteras de Myxlia fuese precisamente lo más agradable, pero por lo menos salió todo lo bien que podría haber salido. Nadie le detuvo, y nadie le disparó hasta que llegó allí, y con una sonrisa de calma y tranquilidad acercó el cigarro al detector de humo como si fuera lo más normal del mundo. 

—¿Pero qué coño...? -se oyó decir a uno de los mercenarios, dándose cuenta por fin de que ocurría algo raro. 

Fue como si aquellas fueran las tres palabras clave de una de las bombas daleianas de activación por voz. En el segundo en el que los aspersores zumbaron al activarse, toda la taberna pareció explotar: un disparo que se perdía en la multitud, las botellas y los vasos volando por doquier, los cristales saltando mientras la espuma anti incendios lo inundaba todo... 

De pronto, la supuesta norma de no llevar armas parecía una broma absurda: hasta el cantinero tenía de repente una escopeta en las manos, y cada uno de los presentes blandía una distinta. Si hubiera habido algún perro presente, seguro que también habría sacado un revólver del bolsillo y se hubiera puesto a disparar. Aquello le recordaba a Vincent la vez que había manipulado un robot de limpieza para distraer a unos guardias y la máquina había recorrido el pasillo soltando espuma y jabón en un torbellino de fregonas y trapos desinfectantes. 

Aquellos eran esos planes que resultaba difícil saber si habían salido bien o mal. Solo quedaba correr. 

-¡Corred!-gritó por encima del jaleo-¡A la nave!

Y no perdió el tiempo: echó a correr hacia la puerta, intentando no resbalar en la espuma. 

Notas de juego

Pues eso, corro todo lo que pueda hacia la puerta del muelle. 

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10/11/2018, 00:30
Zacharias Tarkamel

El plan había salido como tenía que salir. Endiabladamente bien. El caos estaba organizado, la suerte echada. Ahora sólo quedaba salir de allí y llegar a la nave.

-Pan comido.-

La putada es que se le había apagado el cigarrillo con la espuma anti incendio. Y eso no podía ser. Por lo que esperó en la puerta a que llegaran los demás, no se iba a marchar sin toda su tripulación, y mientras encendió otro cigarrillo, o trataba de hacerlo que el mechero no funcionaba tampoco muy bien.

-Perdona. ¿tienes fuego?-

Le dijo al tipo que tenía al lado suyo, sin tener claro si era el segurata de la puerta o vincent.

Notas de juego

Pues eso. Camino hasta la puerta de salida tranquilamente. Me la jugaré a que no me den por la cobertura que de la espuma y el caos. Cuando estemos todos juntos, saldremos todos juntos.