Partida Rol por web

[Desafío Mensual 02] La Maldición de Bronbog

Acto III: Las Damas del Bosque

Cargando editor
22/11/2018, 20:56
Martha

Martha cerro sus ojos al comprobar que habían llegado tarde. Sin embargo, en su último suspiro parecía que el padre Vilem les había no solo advertido... sino dejado bien claro que su misión allí era para lo que siempre entrenaban. Erradicar el mal de la faz del mundo.

Lo cogió con fuerza, y lo acercó al árbol del que lo habían sacado. Lo apoyó en el suelo con la espalda en el tronco, procurando que solo tocara la corteza y no el interior del que lo habían sacado. Cuando se volvió sus compañeros pudieron ver lágrimas en sus ojos. No era la primera vez que veía algo así... pero no habían sido suficientes para insensibilizarla todavía. 

- Sus última palabras, su último aliento... fue para advertirnos. Para proteger a todos los pueblos de alrededor - 

Cerro los ojos del sacerdote con sus manos y se levantó agarrando con fuerza su martillo.

 - Vamos a patear el culo a esa Dama Sangrienta, que sepa lo que es sangrar. Por Luminaris - Lejos de gritar como una proclama casi fue con la boca cerrada, conteniendo el odio que la recorría. Miró a su sargento primero y a su capitán después. Estaba lista para combatir y dejar que toda la voluntad de Luminaris cayera a través de su martillo sin compasión sobre aquella Gvaern Ichaer.

Notas de juego

No se si había que esperar, pero hoy no tengo seguro poder postear después de las 22:00, así que dejo este por cumplir por si las moscas :)

Cargando editor
22/11/2018, 21:36
Augusto Bellator

Escuché las palabras del sacerdote, casi sin fuerzas en su cuerpo, nos dio un mensaje aterrador, o lo sería si no estuviésemos acostumbrados a combatir enemigos oscuros. Martha parecía afectada, era normal,se trataba de una mujer fuerte, valiente y capaz, pero aún era joven, falta de experiencia en algunas cosas.

Tranquila Martha, - dije en voz baja y poniendo mi mano sobre su hombro, - debemos andarnos con ojo, me da la sensación de que sea lo que sea lo que deambula por aquí, ya sabe de nuestra presencia y nos vigila. Pero el deber de un Templario no es solo combatir y detener fuerzas oscuras, sino salvar todas las vidas que sean posibles. Por eso creo que debemos llevar a cabo la propuesta de Angus, abrir todas las bolsas rojas que parecen estar unidas a los árboles. Es posible que en todas halla alguien. ¿Estás de acuerdo Capitán?

Me giré hacia el Capitán esperando su respuesta.

Cargando editor
23/11/2018, 00:55
Capitán Rogal Helbrecht

Rogal meditó unos segundos antes de tomar una decisión. Y aunque finalmente fue una decisión difícil, el siguiente paso a dar fue basado más en el instinto del viejo capitán más que en una razón lógica.

Augusto, si liberamos al resto de los hombres atrapados en estos árboles, con toda seguridad, la mayoría aguantará menos que el padre Vilem. No olvidemos que él fue el último de los desaparecidos, y que aquellos otros probablemente se encuentren aquí apresados desde antes que él, por lo que se encontrarán en peor estado. Sin embargo, y bajo el riesgo de que mueran al ser liberados, creo como ustedes que esa es la mejor forma de proceder. Sea lo que sea que se está alimentando con ellos, o perderá energía al verse privado de sus presas, o se molestará y querrá cobrar venganza.

El capitán contuvo sus palabras unos segundos mirando alrededor. Sea lo que sea que more aquí, no será tan fácil de vencer como aquel grotesco sapo. Separémonos y liberemos a tantos como podamos, pero estemos atentos a cualquier represalia, en cuanto alguien vea o escuche movimientos sospechosos repleguémonos y prepárense para el ataque. Estudió un momento a sus hombres. Buenos soldados eran todos. No tenía dudas de que lo que fuera que los estaba esperando allí, no la tendría para nada fácil contra aquellos legionarios.

Cargando editor
23/11/2018, 01:04
Narrador

Tras la muerte del sacerdote, los Templarios empezaron a abrir más de aquellas terribles bolsas que parecían funcionar como sanguijuelas, pero tras unas pocas que solo derramaron más de aquél líquido sobre el pantano, quedó claro que la del Padre Vilem era la única, al menos en las cercanías, que seguía con alguien dentro. De modo que, sabiendo ahora a que se enfrentaban, los caballeros se pusieron en marcha, dipuestos a lo que fuera con tal de cumplir su misión.

El camino abierto entre los árboles-chupasangre discurría en una única dirección, por lo que solo tuvieron que seguirlo durante un rato hasta llegar a su final. Este daba a un gran claro, mayor que el que habían encontrado antes, pero además se diferenciaba en que en este el nivel del agua descendía o quizás era la tierra la que se elevaba, el caso es que allí pisaban sobre suelo firme y seco, salvo por numerosos charcos de poca profundidad.

Los árboles también parecían crecer de manera natural, sin estar podridos y sin corrupciones de ningún tipo, y además lo hacían de manera espaciada, dejado, por fin, que pudieran ver el cielo sobre sus cabezas, a pesar de que no mostrara un color azul.

El claro estaba rodeado de todas partes por el pantano, en cuyos lindes podía apreciarse la misma niebla que los había acompañado con anterioridad. Pero lo que llamaba la atención, era lo que había en su mismo centro.

Una enorme casa de madera de alzaba, una gran construcción central con dos alas más pequeñas a los lados, sin ventanas, pero con una puerta en su centro. A medida que se internaron en el claro, los Templarios pudiern sentir como los rodeaba un aura opresiva y maligna, que sin duda procedía del interior de la casa. Allí debía de ser de donde procedía todo... y donde podrían acabar con ello de una vez por todas.

Notas de juego

Quería poner esto al abrir la escena pero me salió un imprevisto. Habéis hecho bien al seguir, de todas formas.

¡Entramos en la recta final gente!

Cargando editor
23/11/2018, 10:56
Angus Larssen

Todavía afectado por el destino del Padre Vilem, y por el conocimiento de la suerte que corrieron los demás ocupantes de las bolsas de los árboles, Angus se sorprendió por el cambio de escenario; habían llegado a un claro de terreno firme, se diría que medio seco, el único que habían pisado desde que dejaran la aldea, aldea que estaba muy cerca.

Aún resonaban en sus oídos las palabras del Sacerdote: la historia de un antiguo ser, la relación de la villa con él, y la advertencia de la amenaza que suponía, y el tono de apremio de las últimas palabras que salieran de la boca del religioso. Un mal antigüo, combatido en su momento por los elfos, eso es algo que realmente lo sitúa en una época muy pretérita.. pero un ser que se mantiene vivo todavía, y lo que es peor, amenaza no solo a un pueblo, sino que puede extender su mal más allá, es algo muy serio, un desafío propio de Caballeros como ellos.

¿Qué tipo de criatura será?, se preguntaba Angus, cuando llegaron al claro sobre el cual se alzaba la casa; una casa que, en principio, carecía de ventanas.
Por costumbre, lo primero que hizo Angus fué entoner una Letanía de Dispersión.... sin detectar nada

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Errores : el primero, la tirada, que la hice mal por elelao

el segundo, la tirada correcta, que me ha salizo un zuruño, así que no se si hay magia o no alrededor que nos esté afectando de algún modo

Cargando editor
23/11/2018, 20:42
Martha

Martha caminó  en silencio. Con su mente centrada en sus propias emociones. Tratando de calmarse y enfocarse en su cometido actual. No debía llegar alterada al combate. Tal y como le habían enseñado la calma y el control es quien debe empuñar el arma de un templario, pues luchamos contra la ira la rabia de los seres malditos de la oscuridad.

Cuando llegaron ante la casa su corazón se encogió un poco conforme se acercaba y agarró su martillo con fuerza, preparándose para un más que inminente combate.

- Dame fuerza luminaris, dame valor, dame calma y guía mi martillo para derrotar a la oscuridad de estas tierras - En su cabeza recitaba aquellas palabras, que siempre le traían consuelo e inspiración.

Miró a su capitán y esperó órdenes. Quizá esperaran a que el mal se manifestara, o puede que entraran en la casa... - Capitán, creo que será mejor esperar fuera, es una zona amplia y el interior puede tener trampas - Tal y como siempre le decían ella daba su opinión. Si era errónea sería corregida y si no es que estaba más cerca de convertirse en una templaria de pleno derecho.

Cargando editor
23/11/2018, 21:24
Alistair Lianz

La historia del antiguo mal del padre Vilem había perturbado la mente ya de por si inestable del templaro que acabó descargando su rabia en las bolsas del pantano. Con fuerza fue destrozando todas hasta que no quedó ninguna...se limpió el sudor agravado por la humedad y el esfuerzo.

Y continuaron por el camino. El ejercicio había venido bien a Alistair para que pudiera dejar la paranoia constante que tenía desde que había llegado a la zona...paranoia que volvió cuand vio la casa. Escuchó la sugerencia de Martha pero negó con la cabeza:

-Es una casa, por lo tanto son humanos...no monstruos como tal-deducción débil del templario-un monstruo no necesita una casa, pero da igual, sea lo que sea entremos a sangre y fuego-quería acabar y quería acabar ya.

Cargando editor
24/11/2018, 15:47
Narrador

Al ver aquella zona del pantano en condiciones normales y la casa, si bien nada del otro mundo, en buen estado, los caballeros quedaron extrañados, sin saber muy bien qué pensar. La opresiva sensación en el ambiente les indicaba que estaban en el lugar correcto, pero salvo eso, nada parecía revelar que allí se encontrara algo maligno. Ni siquiera parecía haber hechizos alrededor de la casa que ocultaran algo a la simple vista.

En el interior seguramente hubiera algo esperándoles, como decía Martha... pero, como respondió Alistair, los Templarios no esperaban a que el mal llegara a ellos. De ellos era de quienes los malvados tenían miedo, suyo era el cometido de llevar la justicia divina a los que se atrevían a realizar actos oscuros y antinaturales. Por mucho que se escondieran o estuvieran bien protegidos, los caballeros no se detenían ante nada hasta que cumplían su objetivo y devolvían la paz y la tierra a su orden natural.

De modo que, a una orden de Helbrecht, avanzaron hacia la casa.

(Recomiendo muy fuerte escuchar la música hasta el final mientras leéis)

La puerta se abrió sin hacer sonido alguno, del interior les llegó un intenso olor a incienso a medida que fueron atravesando el umbral. La casa, sin ventanas, era iluminada por dentro por numerosas velas, demasiadas para contarlas, pero debía de haber más de un centenar solo en aquella sala central.

Los pequeños fuegos arrojaban su luz pero aún así buena parte del lugar estaba envuelto en penumbra. En muchas partes había manchas de cera derretida y seca, pues las velas estaban simplemente sobre el suelo, mesas o estantes sin nada que retuviera el líquido que soltaban al deshacerse. No parecía haber nadie que limpiara tampoco.

Por las paredes había cráneos de animales y símbolos y amuletos paganos colgando como decoración.  Pero lo que llamaba más la atención, atrayendo todas las miradas hacia sí casi por obligación, era la pieza central. Un enorme tapiz estaba expuesto, sobre algún tipo de altar. Mostraba a tres mujeres de una inigualable belleza, como nunca la habían visto los caballeros.

La de la izquierda tenía una mano cerca de la boca, como si fuera a susurrar algo, mientras con el otro brazo extendido ofrecía una oreja cortada a las demás. La del centro sujetaba un cesto con un gallo negro en su interior, mientras que cerca de sus rostro empuñaba un cuchillo alargado. La de la derecha, con ambas manos sujetaba hebras alargadas que iba entretejiendo, de pelo humano.

El mismo material del que estaba hecho el tapiz.

Cargando editor
24/11/2018, 15:48
Anciana

De repente, por detrás de ellos, una voz los sobresaltó.

Aah, ¿Habéis venido a ver a las Damas? — al girarse, vieron que se trataba de una anciana, vestida de manera sencilla, como la gente de Bronbog y seguramente la de el resto de aldeas que se encontraban cerca del patano Muy bien.

La anciana se movió hacia ellos, caminando con lentitud pero con seguridad. No les dedicó una segunda mirada, sino que se movió directamente hasta estar frente al tapiz, y extendió los brazos hacia los lados, elevándolos hacia arriba, antes de elevar su plegaria.

Hermosas damas todopoderosas

Os imploro, responded a mis súplicas temblorosas

Ante vosotras se arrastra un gusano, sed generosas

Entonces dio un paso hacia adelante, bajó los brazos y puso la palma de su mano completamente extendida sobre el tapiz. Aunque nada en la habitación se movió, ni el fuego de las velas, ni las túnicas de los Templarios, manchadas de barro y mugre hasta el punto en que los símbolos dorados eran imposibles de ver, ni sus cabellos, estos sintieron como si de repente hubiera pasado una fuerte ráfaga de aire. Los ojos de la anciana se volvieron completamente blancos, y entonces, volvió a hablar.

Cargando editor
24/11/2018, 16:00
Guisadora

— ¿Cómo te atreves a interrumpir nuestro descanso, mujer? — preguntó una voz que claramente no era la de la anciana. Era una voz femenina, pero muy vieja y grave. Y por debajo de la voz humana, podía distinguirse otra, mucho más gutural y antigua, que hacía los mismos tonos que la principal aunque sin que a esta se le pudiera entender nada.

Cargando editor
24/11/2018, 16:03
Susurradora

— ¡Oooh, tenemos compañía! — dijo una segunda voz también a través de la anciana, esta sonaba algo más aguda que la primera, y de fondo también podía escucharse aquél eco inteligible  — ¡Mirad, mirad, hermanas! Qué hombres tan aguerridos y apuestos han venido a vernos.

Cargando editor
24/11/2018, 16:06
Tejedora

Una tercera voz se sumó a las dos anteriores. Como las otras, el eco sonaba por debajo de las palabras que decía — Y una mujer también — aunque era imposible, los Templarios casi pudieron sentir como aquella voz se relamía al pronunciar aquello — Una visita inesperada, pero no por ello no bienvenida — la voz se rio, y por debajo el eco lo hizo también, de una forma mucho más siniestra.

Cargando editor
24/11/2018, 16:13
Guisadora

La primera voz volvió a tomar la palabra, con un tono realmente sugerente — ¿Que ha podido traer a nuestro hogar a un grupo de guerreros como el vuestro? ¿Que podemos hacer por vosotros?

Cargando editor
24/11/2018, 16:45
Capitán Rogal Helbrecht

Como confirmaron las sospechas de los Templarios, la cabaña resultó estar habitada por un humano. Aquella anciana le recordó a Rogal a las gentes de la aldea, y en especial al anciano de la misma.

La cabaña era por cierto muy tenebrosa, y le transmitía al capitán muy mala vibra. Cosa que solo se puso peor al ver a la anciana entrar en trance y comenzar a hablar con esas extrañas voces, que de inmediato les hizo entender que, de algún modo, las mujeres representadas en el tapiz se estaban comunicando a través de la anciana.

Rogal les señaló a sus hombres las velas, aprovechando que la vieja estaba fuera de sí. Luego señaló las paredes. Sería fácil reducir a cenizas aquella cabaña. Solo quería sacar a la anciana de allí dentro antes de hacer cualquier movimiento.

Supongo que ustedes son las que llaman Las Damas del Bosque. Dijo dando un paso hacia la anciana. Hemos sido enviados a Bronbog para investigar las desapariciones. Y hemos encontrado a uno de los desaparecidos en el corazón de aquellos arboles de allí fuera. Rogal seguía acercándose, y con una mano les indicaba a sus hombres que vayan tomando sus posiciones. Queremos saber qué es lo que está pasando aquí.

Cargando editor
24/11/2018, 17:55
Angus Larssen

La escena produjo un escalofrío en la espalda de Angus; allí había un mal, un mal antigüo. Desconocía que clase de seres se estaban comunicando de ese modo con ellos, pero el sonido en segundo plano, no era del reino de lo natural.

Sin dudarlo, ni tan siquiera asentir, con la mano en el pomo de la espada, fué avanzando a la par que su capitán, pero separándose de él, buscando el calor y la luz de las velas más próximas, a la vez que se aseguraba de que no hubiese ventanas ni corrientes de aire traicioneras que pudiesen apagarlas, llegado el momento. Por el rabillo del ojo, iba asegurándose de conocer la posición de sus demás compañeros.

En su fuero interno, y aun escuchando la voz de su capitán, el caballero no pudo evitar rezar...

Cargando editor
24/11/2018, 18:16
Augusto Bellator

Estaba de acuerdo con Alistair, en esa casa debía vivir una persona, pero había algo en todo aquello... que fuera una persona no significaba que fuera una buena noticia para nosotros.

No vacilamos en entrar en la casa, entré detrás del capitán y nada más hacerlo me quedé observan con detenimiento el lugar. Era una cabaña normal, cualquier aldeano podría tener una casa de este estilo, abriendo ventanas en algunas de las paredes, pero quitando eso y el gran tapiz, no había demasiado que despuntara.

El tapiz ya era otra cosa, me acerqué ligeramente más a él que el resto de mis compañeros, - Estas deben ser las Damas del Bosque, pero .... - en ese momento escuché la voz de una anciana que parecía proceder de la puerta a la cabaña. Me giré rápidamente y una vez localizada, no la perdí de vista mientras hablaba.

La anciana se acercó al tapiz al mismo tiempo que yo retrocedía hasta quedarme al lado del Capitán. Me quedé absorto cuando de la anciana empezaron a salir distintas voces, miré al Capitán, y éste nos hizo señas para que nos colocáramos. Me volví a acercar a la posición del tapiz y luego giré ligeramente a la izquierda, justo delante de una zona llena de velas. Y allí me quedé esperando que las voces continuaran hablando o el Capitán diera la orden.

Cargando editor
25/11/2018, 01:16
Alistair Lianz

La desconfianza se apoderó del templario que miró la escena con incredulidad. Fuera lo que fuera escapaba de su realidad mundana y de su sentido de la corrección. Y lo que no está dentro de lo correcto debe estarlo,y si no puede estarlo, debe dejar de existir.

El templario se detuvo en vez de seguir al capitán y quedó algo más regazado para cubrir el resto de la habitación mientras todavía escuchaba la risas siniestras de las damas.

Esperó a las respuestas a las preguntas de su capitán... pero estaba deseando repartir. Repartir justicia.

Cargando editor
25/11/2018, 19:17
Tejedora

Sin saber que pensar de lo que estaban presenciando ante sus ojos, los Templarios fueron desplegándose por la estancia con sigilo, tras una orden de su capitán, que se quedó en el centro y lentamente fue acercándose a la anciana... y al tapiz.

— ¡Uuuh, es impaciente! — exclamó la tercera voz — ¿Desapariciones? No sabemos nada de desapariciones, todos están donde deben estar — respondió divertida mientras reía por lo bajo.

Cargando editor
25/11/2018, 21:15
Susurradora

— Han encontrado al sacerdote — habló entonces la segunda voz, con un tono más hostil que la anterior — Les habló de la Dama Sangrienta...

Cargando editor
25/11/2018, 21:23
Guisadora

La primera de las tres voces volvió a alzarse sobre las demás — Vaya vaya. Parece que aguantó más de lo que esperabamos — dijo un ligero asombro — Si es así, entonces ya habéis conocido a nuestra madre, a la que dieron ese nombre...

— Era insaciable... — interrumpió entonces la tercera voz.

Quería consumirlo todo... — intervino la segunda.

— No atendía a razones — recuperó el control la primera voz — Entendimos que a la larga nos perjudicaría... De modo que hicimos un trato, y ayudamos a detenerla. Pero el pantano se corrompió con su muerte, quedó maldito. De modo que prometimos guardarlo y proteger a sus habitantes... a cambio de tres cosas. Tres pequeñas ofrendas.