Partida Rol por web

Descensus ad Inferos

2. De cómo los preceptos habrían de cumplirse

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06/05/2011, 19:35
Marcial de Aguilera

Parece que es por aquí... Pronto llegaremos a esos vestigios -decía don Marcial divisando una estaca en forma de marca con dos piedras desde su caballo. Si mi padre está en lo cierto, pronto veremos la última colina antes de llegar al Ebro, siguiendo esta vereda. Tendremos bajo nuestros pies el rio junto al gran valle.

Estaba en lo cierto. Seguían la pista de un antiguo rastro de un caballero francés que, al parecer, tras volver de Tierra Santa hacía ya años, vínose a Aragón a pastorear. Al parecer, habitaba las largas noches de invierno en un molino, aun temiendo más los alfanjes de la taifa que al propio frio... Cuando llegaron a la colina por una vereda vieron el rio y el valle empinado, pero ni rastro de molino o majada valedera para cualquier pastor... nada. No obstante, decidieron descender por aquella ladera. Habían pasado 2 días de viaje y no habían parado a cazar nada.

Parecemos el divino Odiseo, rico en ardides, con cien ovejas sobre su espalda descendiendo a los Avernos... -decía don Marcial mientras bajaba a pie guiando a su montura con las riendas. Pronto llegaremos al origen de esos rumores, amigos.

Cuatro horas despues, llegaron a la base de la gran montaña. Ya notaban la humedad del rio y se estaba haciendo de noche. Estaban en una arboleta de árboles poblados y ramas zozobrantes por la presencia del viento.

Notas de juego

Nota: Rodrigo, quítate 2 días de raciones de comida. Ricardo y Miguel, si al día siguiente no coméis nada, se os restará 1 punto de Fuerza, Agilidad, y Resistencia por día que no se haya comido.

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07/05/2011, 20:21
Ricardo Araya Sandoval

Ricardo apenas había abierto la boca durante el viaje. Se había mantenido todo el tiempo alerta, observando los alrededores. Era la primera vez que pasaba tanto tiempo seguido lejos de casa, se le hacía extraño. Se encontraba viajando hacia una tierra extraña para cumplir una misión que no era suya. Eso, definitivamente, se le hacía extraño.

Acompañar a un noble tampoco le agradaba. Desde pequeño había tratado de no cruzarse en su camino, siempre era lo mejor, y ahora estaba las ordenes de uno. No tenía muy claro que podría salir de aquello, pero no creía que fuese a ser nada bueno. 

Buscó con la mirada a Rodrigo y Miguel. Ambos se habían unido cuando él, aquella tampoco era su misión. ¿Pensarían algo parecido a lo que pensaba él? ¿O considerarían aquello una aventura?

Empezaba a arrepentirse de haber venido, pero no había vuelta atrás. Al menos confiaba en poder salir a cazar pronto, empezaba a tener mucha hambre. 

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07/05/2011, 23:12
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Los senderos del Señor son Inescrutables, un hombre como Rodrigo mitad rufián mitad santo a las órdenes indirectas de un Conde y a las órdenes directas de un futuro Conde... Vivir para ver!!

Sin duda era la oportunidad que Rodrigo estaba esperando, ni en sus mejores sueños habría imaginado trabajar en tamañana empresa. Y además tan rápido, la casualidad hizo que Rodrigo se encontrase en el pueblo en ese instante, de paso como siempre en los últimos meses, y sin haber tenido tiempo de emborracharse o de ir con fulanas en el pueblo.

Justo cuando iba de camino a la suciea y lóbrega taberna del pueblucho encontró Rodrigo a Marcial y sus hombres, probando y examinando a cuantos estaban allí. A Rodrigo no le sorprendió ser elegido, pues su laúd y su espada eran los mejores en toda Castilla y en esa parte de Aragón.

¡ Ay si su madre le viera ahora ! , Rodrigo el rufián investigando rumores realicionados con una reliquia.. Rodrigo mezclándose con asuntos Sacros. ¡ Incréible !

Así anduvo Rodrigo, más contento que un Normando cantando sin cesar durante todo el camino.

Existe un inocente inspirado,
Un pensamiento hambriento de gloria,
Un buscador incesante y orgulloso,
Deja que se acerque,
Y así como canta la hierba húmeda
Derrama tu lágrima.

Al llegar a la base de la montaña a Rodrigo se le quedan los huesos helados, no es ya sólo la fresca sino una sensación desagradable que hace que se le pongan los pelos de punta y que tuerza el gesto.

Al mirar los árboles no puede evitar sentir un escalofrío.

- Va a ser una noche fría.

Notas de juego

¿ Vamos a caballo o a pie ?

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08/05/2011, 03:42
Miguel Rivera

Una oportunidad es una oportunidad y esta no se podía dejar escapar, estaba claro que los astros le habían dado la oportunidad de poder iniciar una aventura lejos de cuidar ovejas. Miguel sabía que si se dejaba llevar por las corrientes del destino, tarde o temprano llegaría a buen puerto, y esta parecía una buena ocasión para dejarse llevar.

Miguel había permanecido en silencio la mayoría del viaje, siempre el último.

Aveces se quedaba un poco atrás observando las curiosidades de la naturaleza, pequeñas "cascadas" que se  originaban en un riachuelo, las abejas cogiendo polen de las flores y otras pequeñeces a las que la gran mayoría de la gente no prestaría atención. 

Pero en cuanto llegaba la noche Miguel no paraba de mirar al cielo, leyendo y leyendo el gran escrito que forman las estrellas.

Cuando llegan a la base de la montaña Miguel susurra en un tono de voz muy muy bajo: Viajar por viajar...por más que busquemos, en las estrellas está escrito lo que ha de llegar, y queramos o no solo encontraremos lo que buscamos si ellas lo quieren.

Acto seguido se da cuenta de que ya va siendo hora de comer, así que coge algunas piedras del suelo y prepara su honda para salir en busca de alguna alimaña para intentar cazarla.

 

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08/05/2011, 12:44
Marcial de Aguilera

Don Marcial veía las caras angustiadas de sus viajeros. Parecían cansados y mostraban pequeñas muestras involuntarias de necesidades: algunos suspiros que denotaban pesar o cansancio; algunos calambres fruto del frio y la tensión o bostezos quizá por falta de descanso o el tormento del hambre... Incluso se pensaba que aquel cantarín hacía música para atenuar los sentidos del resto, al parecer poco decididos (según la impresión del noble)... Sin embargo, el noble sabía que ese tipo de cosas eran inmundicias vanas en comparación con el encargo de su padre. Por eso, al recordar en su pensamiento dicha empresa, pareció recrudecerse su disposición:

-Pocos corzos encontraremos aquí... -decía sabiendo que no habían comido nada desde la salida del pueblo-. Seguiremos esta prte estrecha del rio hasta el puente viejo que hay hacia el sur, camino de tierras de esos infieles... Pronto habremos llegado a las inmediaciones de Puente de Ebro, donde al parecer los rumores decían que... emm... ¡esperad...! Ciertamente, aún no os he hablado del querer de nuestro Conde, mi Padre ¿verdad?

Don Manuel dejó beber a su caballo en un riachuelo pequeño, y minutos después se subió a él. Luego comenzó a marchar lentamente, a paso firme y tranquilo, mientras continuaba hablando confiando que sus siervos le siguiesen.

Se dice que atravesando tierras de faquires, turcas y bárbaras, un hermano templario procedente de Tierra Santa volvió a casa. Tuvieron de él primer instancia en Francia, detrás de los Pirineos, y que portaba consigo algo que bien había merecido la retirada y reposo en su hogar: había traído una cruz sagrada... Hace poco tiempo, don Gastón, un buen amigo de vuestro Conde, nos dijo algo más...: dicha cruz portaba la sangre, porqué no decirlo, de Nuestro Señor -Marcial se santiguó al pronunciar estas palabras. Esos rumores se han hecho más fuertes ahí -decía mirando el otro extremo del Ebro a lo lejos-, en donde habita aquel que nos escupe, nos invade y mata sin piedad las tropas de don Alfonso; es más, numerosos leales al...

Algo interrumpió la narración de Don Marcial. Ahora la noche era cerrada mientras caminaban en lo bajo del valle, junto a la estrechez del rio Ebro en aquel tramo.

 

Notas de juego

Si, vais a pie excepto Marcial, que tiene su montura.

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08/05/2011, 13:29
Director

Lo que hizo interrumpir la narración de Marcial fue encontrarse, en un recodo del valle, encallado en en medio del bosque y justo en la base del monte, las luces de un pueblecito, allá, a lo lejos, casi a mil pasos, ya que conocía bien los terrenos del condado de su padre y no tenía constancia, a menos de momento, de que en aquella zona hubiera demasiadas personas habitando. El pueblo estaba en la misma orilla del rio por donde pasábais.

El conde se paró, cerró casi completamente los ojos con fuerza (como pensando) y tiró de las riendas de su montura para detener el paso.

 

 

Podéis hacer de forma voluntaria tirada de Memoria (o percepción en su defecto).

Notas de juego

  • Amarillo: aldea
  • Rojo: vuestra posición
  • Líneas blanca y roja: trayectoria recorrida y destino próximo

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08/05/2011, 18:16
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Pasándose la bocamanga del peto por la cara limpiándose un poco el sudo, Rodrigo digiere las palabras de su señor. ¡ La sangre de Cristo! no, no puede ser. Otra habladuría más de las tantas, mucha sangre tuvo nuestro Señor. Cuando no era la Sangre eran astillas de la Vera Crucis, cuando no, un hueso , cuando no una mano... Las falsas reliquias y demás rumores se dan constantemente. ¿ A qué tanto interés de un Conde por dichos rumores ? - Cierra los ojos - Quizás esta vez sea diferente. Sólo quizás...

- Mi señor, si en verdad esos moros tienen algo parecido a la sangre de Jesucristo debemos arrebatársela a toda costa. A fe que esos infieles mancillan todo lo que tocan, son hijos mismos de Satanás!- Estaba Rodrigo diciendo estas palabras caminando detrás de su señor cuando éste detuvo su montura en seco, haciendo que Rodrigo casi tropiece con el caballo.

Al ver el pueblo Rodrigo coloca la palma de la mano hacia abajo justo encima de sus ojos para poder distinguir mejor. - Ese pueblo...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Impresionante!!

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08/05/2011, 18:38
Director

Notas de juego

Que potra... xD

Te acordaste que una vez, en una taberna en tu entrada a Aragón tras tu "huida", escuchaste de casualidad que por allí había (en el lugar donde estáis de forma aproximada) una pequeña pedanía de nombre Monegros, perteneciente a "no se qué" otro pueblo del valle. Al parecer estaba en un enclave escabroso y fronterizo. Quizá don Beltrán iba poco por allí, y por consiguiente, su hijo, no habría oído hablar de él.

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08/05/2011, 21:34
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Entrecerrando los ojos. - Mi señor, si no me falla la memoria ese pueblo tiene de nombre Monegros, el pueblecito pertenece a otro pueblo más grande. Cuyo nombre desconozco, oí hablar de él estando de paso en una taberna cerca de Castilla.

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09/05/2011, 00:38
Ricardo Araya Sandoval

Las palabras de Marcial despertaron el interés de Ricardo. 

¿Sangre de Cristo? Eso si que es interesante - pensó - Si la reliquia es autentica poseerá un poder incalculable. 

Levantó la cabeza y observo el pueblo al que su compañero acababa de llamar por el nombre de "Monegros".  Hace unos minutos habría confiado en que se detuviesen a descansar, pero ahora... ahora todo era diferente. El anuncio por parte de su patrón de lo que buscaban había espoleado su curiosidad, y ansiaba alcanzar lo antes posible su destino. Aun así sabía que si había problemas las fuerzas podrían no acompañarle, no rechazaría la oportunidad de un descanso y una comida si se la ofrecían. 

Estaba Ricardo dandole vueltas a aquello cuando otra idea se le coló en la cabeza. ¿Por que tres plebeyos para tan importante labor? Estaba claro que el Conde quería discreción en dicha tarea pero ¿Que ocurriría cuando la encontrasen? ¿Serían Ricardo y sus dos compañeros lenguas incomodas a las que sería fácil callar? En cuando obtuvieran la cruz, si es que realmente existía, habría de estar alerta. 
 

Por otro lado aquello podría acabar siendo una gran oportunidad. Quizá acabase sirviendole para volver a casa con algo más de lo que poseía al marcharse. 

 

 

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10/05/2011, 13:32
Marcial de Aguilera

Miré a los hombres de viaje... Mmm... la verdad es que alguno hacía sobresalir su hambre por doquier, por cualquiera de los poros de su cuerpo... y la noche era cerrada, y húmeda, por el rio.

¿Monegros? Mmm... creo que no conozco dicha aldea -decía Marcial. Desde luego mi padre no ha venido aquí, al menos desde que soy niño, y menos yo tampoco... Claro que, parece normal, mirad -decía señalando el gran acantilado sobre el pueblo: tan solo Dios sabría donde encontrar con precisión este enclave...

El conde se bajó del caballo y se lo dio al pastor Miguel para que lo guiase con las riendas.

Vayamos. Llevamos dos días durmiendo al raso y necesitamos al menos una noche en jergón de esparto para descansar bien. También podremos comer, si es menester. Andad.

Y comenzó a internarse en la falda del valle junto con sus ahora leales, dejando atrás la orilla del Ebro.

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10/05/2011, 13:40
Director

En menos de veinte minutos llegaron al pueblo. El viento en la orilla desapareció, pues las rocas y el hueco donde se hallaba el pueblo lo resguardaban.  Más que un pueblo era una pequeña aldea, y en seguida pudieron contemplarla en su totalidad, nada más entrar: 

Todo era cuesta empinada, y en sus alrededores había terrazas de cultivo algo maltrechas. Notásteis como abundaba el suelo arcilloso, lo que hacía un aspecto general sucio y descuidado. En la entrada del pueblo se agolpaban tres casas de adobe y barro, que tenían más o menos buena presencia para cualquier campesino capaz de labar el campo, aunque a Marcial le soprendió el hecho de que allí viviesen gentes. Al lado había un pequeño molino. Enfrente de dichas casas había majadas de paja, esparto y palos, que expedían un olor nauseabundo. Sin duda, los más pobres vivían alli con los propios cerdos, caballos de labranza u ovejas. Lo supieron porque había pequeñas luces encendidadas en su interior y se escuchaban a la vez bramidos y rebuznos al tiempo que voces humanas.

Subiendo el pueblo, a escasos metros de tales casas, había un edificio más o menos bien construido, robusto, alto y prominente, y presumía de ser, según vuestra vista, una taberna o posada, pues en un lateral, en la calle, había almacenado algún que otro barril y era donde más escándalo había.

En la parte más alta se ubicaba un fortín mediano, una especie de castillo en un altillo, que sin duda debía ser del señor de la villa, si es que hubiera.

Lo más sorprendente es que todos estos edificios y hogares se hallaban ubicados rodeando la ermita de la aldea. Si, había ermita pese a las pequeñas dimensiones de la misma, y ésta se hallaba justo en el centro del lugar. Mientras el resto de edificios parecían tener buen aspecto (dentro de lo que cabe), la ermita estaba semiderruída, parte de su tejado venido abajo y el suelo de alrededor está sucio y abandonado, lleno de hendiduras. La torre del campanario estaba destrozada en sus alturas, caída. Era como un punto muerto en el centro del pueblo. Algún que otro árbol se encontraba en el interior de la aldea.

Notas de juego

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10/05/2011, 15:23
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Por fin, creí que no llegaríamos nunca.- Pensó rodrigo al poner el pie en el pueblo. Fueron los minutos más largos de toda su vida. Totalmente exhausto, al divisar el pueblo en su conjunto, Rodrigo posó la mirada en cada una de las construcciones. Al ver la posada su cara cambió radicalmente y una ancha sonrisa asomó a su rostro pensando en el vino que le esperaba.

Sin ningún tipo de pudor o disimulo comentó a Marcial en voz no muy alta - Mi señor, es posible que en esta aldea haya rumores sobre la cruz. A bien deberíamos investigarlos y no hay mejor lugar para hacerlo que en la posada, pues allí se reunen todo tipo de gentes, los que están de paso y los lugareños. Y es bien sabido que con una jarrillas de vino las lenguas se sueltan. Si no os parece inconveniente podríamos ir allí primero. - Rodrigo señala al edificio y se pone serio mientras habla.

Rodrigo esperaba que su Señor diese el visto bueno y así poder beber algo, pues tenía el espíritu apagadillo y ánimo por los suelos. Y por último , que no menos importante, tenía la garganta tan seca como el trigo.

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10/05/2011, 15:58
Miguel Rivera

 Vaya....por fin un pueblo donde descansar y comer - pensó Miguel.

Miguel se quedó un rato mirando lo que quedaba de iglesia.

Es que ya nadie se preocupa por mantener la casa del señor?- pensó Miguel mientras comparaba el estado de la iglesia con varios edificios de alrededor.

Miguel tenía hambre, sed y ganas de descansar. Cuando escuchó la sugerencia de Rodrigo, no se pensó dos veces en apoyar 
dicha idea.

Mi señor, si me permitís el atrevimiento, creo que el músico tiene razón - decía Miguel mientras acariciaba el hocico del caballo.

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11/05/2011, 20:52
Ricardo Araya Sandoval

La propuesta de El Zamorano le cayó como un regalo del
cielo. Su estomago sin duda alguna agradecería una comida, fría o caliente, y
algo de bebida. 

Por otro lado, si en el pueblo sabían algo sobre lo que
buscaban, no había otro lugar donde existiese la posibilidad de que alguna
descuidada lengua les diese alguna pista. 

Pero eso no era lo que más le atraía de la idea de Rodrigo
era la posibilidad de que acabase siendo su patrón, quien embriagado por la
bebida acabase hablando más de lo que debía. ¿Descubrirían así si la reliquia
era autentica o la autentica razón de que les hubiesen elegido a ellos en lugar
de a auténticos caballeros? 

Sin dudarlo hizo un claro gesto de asentimiento cuando este
se dirigió a Marcial. 

Con todo, esperaba que su patrón no llamase demasiado la
atención. En un lugar tan apartado, sin señales visibles de autoridad, un noble
como él podría ser un objetivo muy apetecible para unos bandidos lo
suficientemente osados...

 

 

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11/05/2011, 21:31
Marcial de Aguilera

Mmm... -pensaba don Marcial mientras caminaba y tenía en cuenta los deseos y propuestas de sus súbditos. Esta bien. Llenaremos la panza con viandas en dicha casa -se refería a la taberna-, si es que sirven. Pero, os aviso, tened cuidado, no vaya a ser que sean vuestras lenguas las que acaben siendo viperinas entre trago y trago, ¿me oís, verdad? No habléis nunca de la Cruz, ni de vosotros mismos o vuestro amo en esta hora, que a partir de este momento seré un infanzón de casta, no hijo de Conde conocido... Vosotros, mis leales pajes. Andemos.

Sentía curiosidad por aquel sitio. Creo que jamás llegué a tal lugar, tan recóndito y pequeño. Sin duda, en el alba, su estampa matutina debía ser muy bella, viéndose el Ebro al fondo, pero ahora el lugar parecía lúgubre, era embarrado, tosco... y esa ermita... en fin... un vestigio en un aldea poco poblada al parecer.

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11/05/2011, 21:38
Director

Llegásteis a la taberna. Marcial mandó atar el caballo en un poste en la salida, junto a la puerta. A pesar de que allí entraban, ordenó a Miguel que de tanto en tanto echara un vistazo a la montura, no fuera a "desaparecer" de forma incierta. Cuando entraron en la taberna, corroboraron la procedencia del jaleo que se oía en el exterior: en un lateral, en una mesa cuadrada (en realidad, varias planchas de madera mál dispuestas) y un banco había cuatro tipos bebiendo y jaleando mientras jugaban a alguna especie de juego con palos pequeños y algún que otro hueso de animal. A su lado había monedas, por lo que parecía que estaban apostando o algo  parecido. Marcial no lo conocía ni había visto dicho juego antes. También había una mesa redonda vacía, con algunos asientos a su lado.  En el otro lateral había una chimenea, aunque no estaba encendida, sino que había palos preparados por si el frio llamaba a la puerta en cualquier momento.

Y justo enfrente de la entrada estaba una especie de barra donde se servía todo aquello de que disponían, que no era mucho: vino o cerveza. Detrás de la barra, había una mesita lateral, donde había varios cuchillos, una tabla con manchas rojizas con muescas y cortes alargadas y alguna que otra perdiz, mendrugos de pan y algo de fruta, en no muy buen estado, justo al lado. Encima de dicha mesita había un caldero y un braserito pequeño, apagado. Parecía como si allí prepararan o cocinaran comida. En dicha barra un tipo bebía un vino de forma tranquila, fijando la mirada en la copa.

El resto de la taberna era muy sencilla: una parte era de madera y la otra construída sobre piedra de lo que antes podría haber sido otro edificio. Contaba con un par de ventanucos y poca decoración. El suelo estaba no muy limpio, lleno de pasto y barro de pisadas y toda la sala se encontraba iluminada con varias antorchas colgadas de la pared. A decir verdad, y sin remilgos, era un antro asqueroso...

 

Notas de juego

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12/05/2011, 10:53
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Rodrigo entra en la posada dando saltitos en un primer momento, como queriendo llamar la atención, ya que precisamente eso es lo que solía hacer en cuanto llegaba a una taberna. Captar la atención de los presentes y después cantar unas canciones con su laúd, varios poemas y aceptar gustoso unos tragos y unas monedas. Pero hoy no, no podría ser, estaba al servicio de una causa mayor.

Recordando esto, Rodrigo súbitamente adoptó una pose más calmada y medio escondió su pequeño laúd, andando discretamente en dirección a la barra. Al llegar tímidamente capta la atención del tabernero.

- Una jarra de vino buen hombre - En todo momento Rodrigo no deja de poner el oído a ver si escucha algo interesante.

- Tiradas (1)
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12/05/2011, 21:04
Ricardo Araya Sandoval

Observando con cierta incredulidad los saltitos de su compañero, Ricardo entró y se colocó junto a el en la barra.  Al ver que Rodrigo pedía una jarra de vino se apresuró a captar la atención del tabernero con un gesto e indicarle que fuesen dos. 

Mientras esperaba observó la comida. Aunque estaba acostumbrado a comer buena carne, toda cazada con su propio arco, aquello tampoco sería lo peor que se hubiese llevado a la boca. Para aquel momento sería un bocado tan apetecible como cualquier otro. 
 

Aquel lugar podría no tener buen aspecto, no al menos para el noble que les acompañaba, pero él había visto sitios mucho peores. A decir verdad lo que no había abundado en su vida eran los lugares mucho mejores. 

Echándole un ojo a aquel peculiar juego espero a que le sirviesen. Tenía curiosidad por saber cuanto les exigirían a cambio de lo que iban a beber. 

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12/05/2011, 21:29
Ricardo Araya Sandoval
Sólo para el director

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Para hacer una tirada de otear simplemente tiro y ya me dices tu si tengo exito? (para avistar dentro de la taberna y ver si hay algo que me llame la atención).

De momento voy haciendo una tirada, y si tenía que hacer algo más simplemente la ignoramos.

Otear: 70 

Tirada: 13 (Diferencia 57).