Miguel, ante aquel ataque de los borrachos, no hizo mas que quedarse con la cara de los borrachos que habían agredido a su señor, pedirle al tabernero que cuidara de Marcial, y salir a caballo tras los misteriosos jinetes.
Tranquilo, a vos no os pasará nada. Cerrad las puertas y cuidad del noble. Abridme a mi vuelta, llamaré 5 veces.
Los siguió de lejos, dándose espacio suficiente para dar la vuelta y escapar en caso de ser necesario.
Mi intención es eso, seguirlos de cerca, ver a donde se dirigen y si me es posible, ver lo que hacen. Si realmente se dirigen a la casona de la autoridad local, me quedaré fuera, y les robaré los caballos, para que no puedan escapar, o al menos no de forma rápida.
Supongo que tomas el caballo del noble. Si es así tira cabalgar ;)
Motivo: Cabalgar
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 87 (Fracaso)
Tengo una mierda de stats xD.
Casi en el momento en que tocaba el suelo, Ricardo recogía la espada de Rodrigo y se la sujetaba al cinto.
Podría hacernos falta más adelante - pensaba
Asintiendo, guardo el cuchillo y tomó el arco, tratando de no hacer ruido. Con cuidado le siguió al interior de la casa, preparado para lo que pudiera pasar.
Podéis tirar "buscar" si es que fuérais a registrar.
Motivo: Buscar
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 73 (Fracaso)
Estaba claro que con un 5...
Araya o Rodrigo (o ambos): tirada de escuchar.
Motivo: escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 12 (Fracaso)
casi...
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 25 (Exito)
Ricardo escuchó en la lejanía un sonido. Su cara era algo así como si de un cantar de su compañero se tratase; entonces, el cazador se asomó a la entrada de la misma y brotó un sonido muy peculiar, muy característico. El Zamorano, pese a que no había oído el origen del mismo, agudizó su oido y se acercó también al dintel. Ahora estaba más claro: subiendo por la cuesta algo o alguien se aproximaba por el exterio, yendo camino arriba:
Notáis como va subiendo desde la parte de baja del pueblo (quizá la entrada) alguien montado en caballo.
Con un gesto, Ricardo le indicó a su compañero que guardase silencio y se ocultase. Acto seguido avanzó, tratando de mantenerse siempre cubierto, hasta un lugar desde donde poder ver quien se acercaba.
Motivo: Esconderse
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 94 (Fracaso)
Motivo: Otear
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 92 (Fracaso)
Wow, que triunfada.
Acto seguido avanzó, tratando de mantenerse siempre cubierto
No hay nada o dónde ocultarse si salís fuera (a la calle). La única forma de ocultarse es quedandose dentro de la casa ya que fuera está el camino y las casas.
Se agacha y se pega a una pared cualquiera del interior de la casa, a la par que susurra a su compañero - Ricardo, quizás sea nuestro Señor, pero no debemos arriesgarnos. ven escóndete aquí conmigo y no te muevas hasta que yo lo haga.- Dice dándoselas de líder.
Motivo: esconderse
Tirada: 1d100
Resultado: 44
Intento esconderme lo mejor que pueda en algún rincón oscuro de la casa, debajo del jergón, en un hueco, debajo de una mesa...
Ricardo se esconde en la pequeña alacena-cocina junto a la puerta que va al huerto. En esos momentos escucháis cómo los cascos de los caballos pasan delante de la casa, por la calle, a toda prisa. Notáis que hay más de uno. Al pasar por la puerta lo hacen a toda velocidad y fustigando a los caballos con gritos de arenga. Se internan en el hueco de Monegros, la parte alta del pueblo anclado en la roca. El único lugar al que puden ir tan deprisa es al fortín del Señor de la villa, la cual es habitada ahora por el tal Arilla.
Perdiste la pista (tirada de cabalgar) de los jinetes, porque se internaron por las casas. Sin embargo, la dirección parecía clara: se internaban en la parte más alta de Monegros y a la vez el rincón más incrustado en la roca y enclave del peculiar lugar: el fortin del Señor de la villa, custodiado ahora por el tal Arilla.
De nuevo no me olvido de ti. :)
Poniéndose en pie susurra a ricardo - Algo se está cociendo aquí, algo muy gordo. Vamos a echar un vistazo por la casa a ver si vemos algo, y sino volvamos a informar lo antes posible a Don Marcial.- Mientras se limpia los pantalones del polvo del suelo de la casa y empieza a rebuscar entre las pertenecias del cura.
Tira por buscar tú mejor Ricardo.
Ricardo asiente y, manteniéndose alerta por si alguien desde fuera decidiese entrar en la casa, comienza a buscar también algo que indique por qué el Padre podría tener en su terreno una entrada a aquel impío conducto.
Motivo: Buscar
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 26 (Fracaso)
Negando con la cabeza - ¡Maldita sea!- apesadumbrado- aquí no hay cristiano que encuentre nada. Vámonos Ricado, rumbo a la posada a informar a Don Marcial- Rodrigo tiene la sensación de que algo se le olvida o algo se le queda atrás. Esa sensación de amargura hace que esté de mal humor, nunca ha sido un gran pensador y las incertidumbres le sacan de quicio.
Y mientras sale de la casa comenta a su compañero : - A mí el Hideputa ese estirado que conocimos en la taberna me da mala espina, y para colmo ese sacerdote que tiene un túnel debajo de su casa que comunica con la ermita, habráse visto eso... - dice persignándose.
Ricardo no encontró nada. Ciertamente no había mucho que buscar; que por ser uno hijo de Dios y predicar la palabra del Señor no se hace uno rico (de la noche a la mañana, claro). Es más, entre lo poco que pudísteis buscar notásteis que no había siquiera prendas del Padre en la vivienda, y ni al menos en su sucia alcoba de paja. Tampoco sacásteis nada en claro acerca de la situación de ese falso pozo, de los jinetes que marcharon a todo galope (en un tranquilo pueblo) a horas intempestuosas camino arriba o de la situación de Tordemoreno ¿Estaría oficiando la misa del Gallo? Si fuera Diciembre aún era posible, pero en ese tiempo... díficil que así fuera.
Fue entonces cuando salísteis de la casa y pusísiteis rumbo a la taberna. Mientras bajábais la calle (recordemos que el pueblo es una cuesta y la parte más alta es el fortín ahora habitado por Fabio Arilla) podíais ver algunos cascos de caballo en el mugriento suelo o la arena en dirección contraria, como subiendo por donde estábais bajando. Veíais ya la taberna y los pasos llegaba hasta allí, pero no era la tasca su procedencia, sino que sólo habían pasado por aquel sitio, pero que se perdían desde la entrada del pueblo: las huellas venían de fuera.
Ahora estábais plantados en la puerta de la taberna. Ya no se oían voces ni jaleos.
Tirada voluntaria de Rastrear (para el tema de las huellas de caballo).
Pensando iba Rodrigo en todo aquéllo que acontecía cuando se detuvo de improviso junto a la puerta de la taberna, - ¡Ni siquiera tenía ropas en su propia casa! - a Rodrigo a estas alturas y después de lo que había visto y oído en aquella expedición pensó, ¡no me extrañaría que el Padre fuese en verdad un demonio!
Alejando esos pensamientos que le turbaban de su cabeza, se concentró en las huellas del camino, intentando descifarlas, pero Rodrigo no había sido nunca muy bueno en los campos y bosques, y poco pudo averiguar.
- Prueba tú con las huellas Ricardo, yo soy incapaz. Me voy adentro a buscar al Señor.- Dijo mientras abría aquella mugrienta puerta.
Motivo: rastrear
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 11 (Fracaso)