Partida Rol por web

Descensus ad Inferos

2. De cómo los preceptos habrían de cumplirse

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21/05/2011, 14:21
Tipo

En esos momentos, justo cuando iba a decir su nombre, otro de los borrachos le dio un "sopapo" en toda la cara, el cual el otro tipo ni se inmutó, sino que se cayó desplomado al suelo, fruto de tener tanto alcohol en sus venas...

-Duen Fruan...Franc...Frauncenisc...Fruanecsi...Frascisco...Deun Franciesco, ¡ése! -al parecer este tio si que estaba ebrio, azuzado fervientemente por el vino...-, y la única ¡Ja ja ja...! la eúnicua cuosa que ¡Hip! ¡Hip, hip! que nuos han "sacueado" es la ermui...ermuit... ¡hip!, ¡ermita!, pero nuo los bellacuos d... d... ejem... de los mo...muoros, ja ja ja ¡hip!, sino Di...Di... Glup -bebió otro trago- ¡si no Dios! ¡Dios saqueuó esa erimita!! ¡Ja ja ja...hip! ¡¡¿¿Nuo la ví...vísteouis?!!

Los otros borrachos le miraron abriendo los ojos llenos de incredulidad en el preciso instante que pronunció la palabra "Ermita" (referida a la que había en la aldea, derruida). Dejaron todos de jalear, de mirar a Rodrigo incluso y de prestar atención al juego, para bajar la mirada o mirarse unos a otros. El tabernero salió de la barra, en dirección a la mesa. Parecía muy enfadado. Mucho.

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21/05/2011, 14:22
Tabernero local

-¡Tu, perraco! -le dijo al tio que acababa de hablar... ¡Deja ya a Don Francisco! -le cogió por las rotas solapas de la camisa y le hizo caer su sombrero al pútrido suelo maloliente-, ¡¡Y si vuelves, oh Dios Santo, si vuelves a mencionar lo de la..., lo de la... te juro que no entras aquí más, mentecato!!

Instantes después, cuando el tabernero se dio cuenta del numerito que había montado frente a los forasteros (vosotros), tragó saliva aún sujetando con sus manos al borrachos, carraspeó para disimular, y lo soltó. Luego le atusó levemente la camisa para hacer desaparecer las grandes arrugas que le hizo (cosa inútil), miró al suelo y con la vista clavada en el piso se dirigió detrás de la barra. Una vez dentro bebió un vaso de agua y se quedó apoyado en su encimera de cocina, de espaldas a la barra.

El borracho estaba acojonado.

Un momento después, el tabernero volvió a hablar al tipo:

-Será mejor que te vayas, has bebido mucho. Invita la casa, no te preocupes, vuelve mañana al final de la jornada. -su tono no era arrepentimiento, sino comprensión acerca del estado del hombre.

Y el tipo se largó dando tumbos.

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21/05/2011, 22:59
Ricardo Araya Sandoval

Aquello despertó la curiosidad de Ricardo.

Vaya, así que hay algo en la ermita... puede que darle coba a esos borrachos no ha sido del todo inútil.  

Como no era cuestión de enfrentarse a los locales, o de simplemente dar la sensación de que íbamos a rebuscar en su basura, Ricardo se limitó por el momento a esperar a que su comida estuviese lista, y a comérsela. Confiaba en que no tardase demasiado, se moría de hambre. Más adelante, cuando la noche estuviese más entrada, habría tiempo de sobra para echar una ojeada. 

Buscó con la mirada a sus compañeros, tratando de percibir en sus rostros si también se habían interesado por la susodicha ermita.

Por el momento dejaría que Rodrigo siguiese a lo suyo, pero confiaba en, más adelante, poder convencerlo de acercarse hasta allí.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Trato de ver, simplemente, si el rostro de Marcial y Rodrigo ha cambiado tras las declaraciones del borracho.  

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22/05/2011, 01:26
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Rodrigo no puede evitar sonreir ante la pintoresca escena, había visto cientos de peleas, pendencias , bravuconadas y demás. Pero jamás había visto un lugar en el que mencionar algo estuviese prohibido, no pudo dejar de darle vueltas al nombre de Don Francisco, el supuesto señor de la aldea y de Fabio aquel tipo que acaban de conocer y que a Rodrigo no le da buena espina. En cuanto a la ermita, sin duda habría que ir a echar un vistazo.

- Bien señores, - hace una reverencia a los pocos borrachos que quedan - gracias por su tiempo, no les molestaremos más.- Vuelve caminando hasta la barra y se dirige a Don Marcial.-Mi señor, quizás deberíamos ir a presentar nuestro respetos al señor del lugar. Y luego , quizás ir a visitar esa ermita.

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22/05/2011, 17:01
Marcial de Aguilera

-No, Rodrigo, esos hombres no mienten, que no parecen sino niños, por lo que ese Don Francisco no estará y el señor de Arilla guardará sin duda su casa. -le dijo murmurando. Sin embargo, comparto tu intriga... iremos a dar un vuelta al pueblo.

En esos momentos el tabernero preparó comida para Ricardo, y otra gran fuente para alguno de nosotros. Su rostro pareció cambiar y olvidarse un poco del asunto mientras cortaba trozos de carne sobre su mesa y las cocinaba. Ya era un poco tarde, en referencia a la jornada de un día cualquiera de cualquier campesino en todo el condado, pues a la primera luz del amanecer, ya se acostumbraba a estar trabajando.

-Anda y come, al igual que hace Ricardo. Y luego llévale algo al pastor de fuera, que aún tendrá hambre y algo de aburrimiento, pues mi caballo, aunque buena bestia, no es capaz de hablar -le ordenó don Marcial. Su torpeza irónica y poco divertida era evidente.

Y en cuanto a vos, buen hombre -se dirigió al tabernero-, gracias por el ofrecimiento de cama; es preciso que tengáis un buen lugar para guardar mi caballo, aunque un establo con techo y gallinas fuera, en tal caso, si acaso fuéramos a hospedarnos -le planteó mientras subio sus ojos arriba un instante. De momento iremos a dar una vuelta por la aldea y contemplar ese bonito fortín en el cerro ¡Qué gran casa posee el señor de esta aldea!

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22/05/2011, 17:25
Director

Rodrigo salió, le llevó algo de comida al pastor y Marcial esperó a que Ricardo acabara de saciarse. Acto seguido, justo cuando el tabernero asintió las palabras del noble, Marcial y Ricardo salieron fuera. El noble ordenó al pastor que continuara llevando su montura, pese a que la aldea se encontraba en cuesta, pues no le apetecía dejarla aquí bajo manos poco conocidas. Mientras iban caminando bajo la ya entrada noche, aquel lugar les parecía más sobrecogedor, más perdido de la mano de Dios de lo que habían percibido antes de llegar. Durante sus recorrido vieron todo un poco más de cerca:
 

Las casas medianamente decentes, rurales al fin y al cabo, propias de los villanos que no hacen sino trabajar la tierra del amo con un salario bastante digno para la época:

 

También las chozas. Muchas de ellas eran de tejados de paja, madera y piedras (generalmente pizarras y peñas) como paredes. Era visible y harto probable que fueran viviendas para cerdos o cabras, quizá gallinas; pero lo que estaba claro era que allí vivían y se guarecían del tiempo familias enteras junto a los porcinos y demás animales. En los alrededores más próximos había pequeñas huertas y algún terreno de parras:

 

 

Allá a lo lejos podían ver el fortín de Don Francisco, el señor de la Aldea, custodiada según las palabras oídas, ahora por el imponente Fabio Arilla, el tipo del gran espadón, capa marrón y lujosas botas. Dicha estructura no era un fortín como tal, sino una sección reformada de lo que un día podría haber sido un castillo y/o mezquita de las taifas del sur... ahora bien dispuesta y conservada. El contraste con la escasez y miseria del resto de la aldea era pronunciada:

Y finalmente, a excepción de la taberna de la que habíais salido ya, quedaba por ver la ermita, justo en el centro del pueblo. Ya habíais visto su deteriorado aspecto, pero, ahora, más de cerca, veíais su gran deterioro. Parecía ser de triple ábside irregular, con una construcción de lisa piedra y un tejado bien estructurado... Sin embargo, todo estaba en ruinas, destrozado, desperdigado: piedras, palos, etc. En sus alrededores más próximos el suelo estaba mal cuidado y la hierba crecía por doquier:

 

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22/05/2011, 17:36
Marcial de Aguilera

-Virgen de mi vida... -blasfemaba Marcial de asombro al ver ese sacrilegio.

La noche se tornaba ahora muy oscura.

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22/05/2011, 18:06
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"

Malditos borrachos! , no se les entiende una palabra de sus balbuceos. Que estaba el Señor del lugar decían y resulta que lo que querían decir era que se había ido a hacer la guerra a los moros!

Camina cerrando el grupo, escrutando con rostro serio cuando le rodea, fijándose en los más mínimos detalles, las casas no produjeron en él ninguna sensacción fuera de lo normal, pues Rodrigo había estado en infinidad de aldeas cochambrosas como esta. La miseria del campesinado era un hecho no sólo en Aragón, sino también en Castilla. Y eso sin mencionar las taifas moras, en donde esclavizaban a los de su misma fe. Bárbaros... Aquí al menos los campesinos tenían algo.

Al llegar al pequeño fortín Rodrigo se alegró de que al menos hubiese un edificio que se mantuviese en pie dignamente,  y aunque no era gran cosa, era mejor que nada ante un ataque moro. Al llegar a la ermita Rodrigo mira con resignación los restos, murmurando algo por lo bajo. No entendía como en una aldea por muy mísera que fuese, no se honraba a nuestro Señor como merecía. Puede que las casas fuesen pobres, pero ¿no haber reconstruido la ermita?, eso rozaba la herejía...

 

Rodrigo se inclina ante los restos, rebuscando con las dos manos por si encuentra algo de valor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso todos mis puntos de  suerte para busar. Saco la tirada pero me quedo sólo con 3 puntos de Suerte hasta el final de la partida.

No me ha dejado modificar el post anterior.

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24/05/2011, 00:07
Miguel Rivera

 Miguel asió las riendas del caballo de su señor, como le habían ordenado, al mismo tiempo que acaricia el hocico del animal para calmarlo un poco y que accediese fácilmente a acompañarlos.

-Señó, yo q´usté le buscaría algo de forraje y dejaría dormir al caballo, que si no mañana ha de tener que... AVE MARÍA PURÍSIMA!!!- dice Miguel al ver la iglesia - Aún va sé verdá lo de los morenos que destruían las obras del señó...mil veces maldígolos!

Y acto seguido se quedó con los ojos abiertos como platos, observando algo que jamás se le hubiese pasado por la cabeza, una iglesia tan destruida y descuidada.

Notas de juego

 Perdón por el retraso.

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24/05/2011, 16:12
Director

Notas de juego

No encuentras nada, pese a haber escarbado y buscado bien entre la piedras. Tan sólo te das cuenta de que algunos cascajos de piedra y construcción están quemados, chamuscados

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24/05/2011, 16:13
Director

Todos tirada de escuchar (Percepción).

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24/05/2011, 18:01
Rodrigo Gálvez "El Zamorano"
- Tiradas (1)

Notas de juego

... xDD he gastado la Suerte para nada... :D

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24/05/2011, 18:48
Miguel Rivera
- Tiradas (1)
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24/05/2011, 18:42
Ricardo Araya Sandoval

Ricardo al ver la destrozada ermita no hizo gesto de asombro como el resto, pese a lo dantesco del espectáculo que presenciaban. No era él el católico más devoto, pues su suerte durante la vida había dejado muy maltrecha su fe y tampoco las enseñanzas de su padre habían servido para fortalecerla. Aun así aquello le hizo sentir un escalofrío. 

Mientras observaba los restos se santiguó y preparó su arma. Le tranquilizaba tener el arco cargado entre las manos, aquello era algo que controlaba, algo en lo que era capaz de destacar, y allí, bajo la luz de la luna, en medio de ninguna parte junto a aquella ermita derruida rodeado de desconocidos, le ayudaba a mantener la compostura..  

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uff, por los pelos.  

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24/05/2011, 19:57
Director

Escuchásteis una especie de gruñidos muy bajitos y agudos que parecían proceder de alguna parte detrás de la ermita, bordeándola.

Marcial no oía nada.

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24/05/2011, 21:16
Ricardo Araya Sandoval

En un acto reflejo Ricardo tensa el arco y señala con la punta de la flecha al lugar del que vienen los ruidos.

-Hay a... a... algo - susurra trabándose al hablar.   

Probablemente se tratase simplemente de algún animal, pero lo ultimo que quería era que le pillasen desprevenido, ya fuese un perro salvaje o cualquier otra alimaña.

Notas de juego

¿Reconozco el gruñido como el de algún animal conocido? 

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24/05/2011, 21:28
Director

Notas de juego

Cita:

¿Reconozco el gruñido como el de algún animal conocido?

No lo se. Tira "conocimiento animal" si quieres.

 

 

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24/05/2011, 21:35
Ricardo Araya Sandoval
- Tiradas (1)

Notas de juego

Ostia, mira que acababa de mirar mi ficha y no había visto la habilidad. 

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25/05/2011, 22:07
Miguel Rivera

 Miguel estaba absorto en contemplar la ermita destruida y en cuidar de que el caballo no se le escapase. De repente, la frase de su compañero lo despierta de su ensimismamiento. Agudiza el oído tanto como puede, puesto que a el también le pareció escuchar algo, pero no sabe decir concretamente que es ese ruido.

 

- Po, si que "loeuiu"-(lo he oido)- pero servidor no te sabe decir lo´qués.

- Tiradas (1)
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25/05/2011, 23:14
Marcial de Aguilera

 

(escucha mientras lees)

En esos momentos los gruñidos se hacían más fuertes, y procedían de la parte trasera de la ermita. Aunque, más que gruñidos, no sabíais si eran voces, quejidos, zumbidos o el crepitar de las llamas de una hoguera, no había definición posible acerca de su procedencia. Lo curioso es que cada vez el sonido era más rápido y algo más elevado, a la par que irregular. Justo cuando Miguel habló, pareció cesar, pero en el momento de finalizar, volvió a escucharse.

De repente, la noche pareció cerrarse y hacerse muy oscura ¡Mucho! y un viento meridional comenzó a soplar, golpeando al pueblo cuesta arriba, y también vuestros huesos, helándolos; la montura del don Marcial comenzó a relinchar y volverse nerviosa e inquieta, sacudiendo su cabeza y jadeando casi, hasta el punto de dar saltitos y querer darse la vuelta. Menos mal que Miguel tenía las riendas bien sujetas.

En esos momento, don Marcial, que ahora se había percatado de ello al igual que el resto, hizo un gesto prudente y se llevó su mano al mango de su espada. Frunció el entrecejo en señal de duda y búsqueda.

-Estando yo en mis años mozos jugaba a este mismo juego, en los patios de mi padre... -don Marcial comenzó a rodear la ermita, alejándose de vosotros y bordeándola con la mano en la empuñadura y la lengua fuera, sin sacar al espada aún y avanzando tan lentamente que sus piernas parecían arrastrar botas tan pesadas como el oro tan macizo de preciadas joyas que las poseyera. Avanzaba lentamente, mirando el lateral de la ermita semiderruida, a sus bases y su tejado, incluso a uno de sus ábsides cuando llegó a ella, también destrrozada...

Y haciendo equilibrios por el suelo inmediato, caminaba y lo veía cómo también escarbado, impreciso e irregular, hacía difícil la marcha ¿pero qué clases de gentes honran de tal forma al Altísimo? ¿se atreven a jugar y emborracharse sin hacer una oración por este sacrilegio? Estaba claro que su padre no había llegado a aquel recóndito lugar, aquella aldea escondida, pues no toleraría dicha blasfemia, que era aún más mayor que la honra de cualquier musulman a su dios en tierra cristiana.

-Hablad pastor, ¡que andáis ahí! -gritó. ¡Que si fuérais moro no sería yo menos que mi padre, y os mandaría a la gloria del Altísimo en un instante! ¡¡Descubríos tunante!!

A don Marcial, como buen soldado y estratega al servicio de su Padre y en alguna que otra ocasión del mismo Rey, le gustaba tener todo bajo control y más en una tierra que no conocía. No había rechistado por prudencia en el encontronazo del tal Arilla con Ricardo, aquel empujón, sino que le devolvió el saludo con dureza, pero de forma correcta. Sin embargo, cualquier acto que pudiera ir contra sus intereses no lo toleraría, y menos estando en misión tan arriesgada, la "empresa de la Sangre". Por tanto, el hecho de que estuvieran espiando su paseo no era plato de buen gusto, para nadie realmente, y el futuro conde no era un hombre de paciencia, sino de hechos.

En esos momentos, dejásteis de ver a don Marcial, pues se internó en la oscuridad, tras la ermita. Escuchásteis el crujir de un filo tintineante y bien definido cuando sale de su vaina y acaricia por primera vez el aire cercano.