Partida Rol por web

Desesperación carmesí

Desolación

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14/12/2008, 23:36
Master Indio

Notas de juego

En cuanto me funcione el goear, aquí te pondré una música de ambientación.

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14/12/2008, 23:36
Master Indio

El silencio fue la única respuesta que recibió a sus ruegos, mientras las calles vacías observaban a la hija pródiga que volvía, otorgándola como regalo de bienvenida una profunda desesperación.
Por más que se esforzaba, aparte de los muros derruidos, no conseguía encontrar muestra alguna de la batalla que sin duda había tenido lugar. Ni fuego, ni sangre, ni heridos……nada en absoluto.

¿Qué podría haber ocurrido?

 

Los cuatro hombres, que la habían acompañado en su viaje, se encontraban sumidos en el mutismo y tan desolados como ella.
Ellos también habían dejado familia allí a su partida. Ahora, en vez de recibir los deseados abrazos por su regreso, sólo se encontraban con un vacío inexplicable.

¿Quién era el causante de aquello? ¿A dónde habían llevado a todos los habitantes?

 

Un leve sonido se escuchó en las cercanías, pero resonó como un trueno a oídos de los recién llegados, tal era el silencio que los envolvía como un manto siniestro y amenazador.

Nuevamente se reprodujo el mismo sonido, y entonces Gerhardine pudo localizar el origen y el motivo.

Una pequeña piedra acababa de desprenderse de la parte superior de una montaña de escombros, y a esa le había seguido una segunda…..allí había algo.

 

Se movió en aquella dirección, pero dos de los hombres también se habían dado cuenta de lo ocurrido y ya corrían hacia aquel lugar, donde ahora asomaba una mano ensangrentada.
Era una mano que mostraba los signos del paso de los años, con la piel agrietada por los años de trabajo.
Se apresuraron a retirar las rocas que cubrían su cuerpo, aunque para cuando terminaron supieron, sin ningún género de duda, que ya era tarde.

 

Gerhardine se arrodilló junto a la mujer, a la cual reconoció sin dificultad alguna, pese a que el dolor desfiguraba su rostro. Recordó los años en los que se sentaba encima de sus rodillas para que le contara cuentos e historias del pasado.
De eso hacía ya años, pero el cariño que había sentido por la mujer permaneció para siempre, y ahora la vería morir ante sus ojos, pues apenas le quedaban unos minutos.

 

Dos – intentó decir, aunque la sangre que tenía sus labios se lo hacía casi imposible, obligando a la muchacha a acercarse a su boca para poder entender lo que decía – dos hombres…..ellos fueron. Extraños…coff…coff – un temblor recorrió su cuerpo ahogando por un segundo la poca voz que aún le quedaba. Pero aquella mujer había sobrevivido a una larga vida, y ahora no iba a dejar que la muerte se la llevase sin antes dar su mensaje, por lo que extrajo de sí las pocas fuerzas que aún le quedaban y continuó – Uno era un diablo sin rostro, coff…coff, el otro un anciano de barba blanca….ellos se los llevaron, los hicieron desaparecer, al igual que destruyeron la ciudad….coff…coff

 

Sus labios emitieron un suspiro, el último, dejando que sus vidriosos ojos permanecieran fijos en el rostro de aquella que una vez, hacía ya tantos años, había escuchado sus palabras con la emoción en la mirada y las mejillas ruborizadas por la emoción.
El pecho de la mujer descendió por última vez.

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15/12/2008, 03:26
Gerhardine Hallberg

No le importó que sus manos estuvieran desnudas, herírselas era lo de menos si con ello conseguía auxiliar a quien se encontraba bajo esos escombros. Entre todos consiguieron remover las piedras con celeridad, sin embargo pese a sus esfuerzos para la mujer era demasiado tarde.

-Alzbeta -susurró sujetando las manos de su aya- No hables -le dijo con voz quebrada y la besó en la frente.

Gerhardine sentía el pecho tan apretado a causa de la pena que estaba sintiendo que le dolía como nunca recordara, pero Alzbeta se empeñaba en hablar, su voz era casi inaudible por lo que tuvo que acercar el oído a su boca para poder entenderle. Los ojos de la joven estaban cerrados, las lágrimas no dejaban de salir, copiosas, de ellos.

Alzbeta murió en sus brazos y Gerhardine le cerró los ojos con dulzura al tiempo que se mecía con el cuerpo estrechado entre sus brazos y así permaneció hasta que el cuerpo de Alzbeta se hubo enfriado. Las palabras que la mujer dijo se repetían una y otra y otra vez en su mente, pero aún no les encontraba sentido.

La mano de Arnvald se posó sobre el hombro de la joven, ejerciendo suave presión sobre éste. El gesto pareció arrancarla del lugar en el que se encontraba y la trajo de nuevo a la realidad, se dio cuenta entonces que los hombres habían preparado una pira para Alzbeta sabedores que ese sería el deseo de Gerhardine pues no dejaría que el cuerpo de su querida aya quedase botado allí a merced de los cuervos. Respiró profundo y asintió, Arnvald tomó entre sus brazos el cuerpo y lo llevo hasta la pira. La muchacha permaneció junto a ésta hasta que las llamas hicieron su trabajo y consumieron por completo el cuerpo de la mujer.

La pira todavía humeaba cuando el grupo abandonó la derruida ciudad. Gerhardine ya había comunicado a los hombres cuáles habían sido las palabras que Alzbeta le dijo y en la mente de todos había un claro objetivo: Encontrar a esos hombres y hacer justicia.

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15/12/2008, 23:38
Arnvald

El mutismo les acompañaba como un manto axfisiante que les obligaba a encorbar los hombros mientras cabalgaban con paso lento.
Arnvald abría el paso, atento a todo lo que les rodeaba, pero su mente no era capaz de poner toda su atención en el entorno.
Aún seguía recorriendo la ciudad arriba y abajo, buscando cualquier signo de vida mientras junto a las murallas se elevaba una columan de humo.

Nada. Eso era lo que había encontrado....absolutamente nada. Ni signos de vida ni de muerte, excepto por la presencia de Alzbeta.
¿Qué podía haber ocurrido? Era imposible que una población entera pudiera desaparecer sin dejar rastro. Y sin embargo eso era exáctamente lo que había ocurrido. Ni una huella, ni señal. Ni siquiera una misiva que diera explicación a lo sucedido, tan sólo las palabras de una moribunda que no tenían mucho sentido.
¿Por qué alguien querría hacer algo como aquello?

Miró al cielo y entrecerró los párpados. Algo había rondado su cabeza desde el mismo instante en que el firmamento se tiñó de rojo. Sabía que algo pasaba, podía olerlo en el ambiente, pero jamás hubiese sospechado algo como aquello.
Lanzó una mirada hacia atrás y se fijó en el rostro de Gerhardine....apesadumbrado pero fuerte. Podía intuir la mirada que portaba la joven, pese a que en aquel instante no podía verle los ojos.
Siempre había sido una mujer fuerte. Afrontaba las dificultades de cara, sin arredrarse ni esconderse tras otros para que le hicieran la vida más sencilla.

Necesitaba decir algo. Romper aquel silencio agobiante de cualquier forma, por inapropiada que fuese. Así pues se decidió por expresar un deseo más que una certeza - No te preocupes. Los encontraremos.

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16/12/2008, 08:37
Gerhardine Hallberg

Silencio. Eso era todo lo que los rodeaba. Un silencio eterno, profundo e inquietante como el que más, roto únicamente por los cascos de los caballos, el graznar de los cuervos o su propio respirar y cada sonido, por ínfimo que fuese, parecía provocar un estruendo.

Las calles desiertas parecían añorar tanto como ellos el incesante traqueteo diario, los niños corriendo, el andar de la gente, sus voces y sus risas, porque toda esa actividad era lo que le daba vida a ese lugar, era su sangre y el empedrado de las calles sus venas. Pero de eso nada quedaba, la ciudad estaba desierta y sus calles antes rebosantes de vida no eran más que un gris recuerdo.

Gerhardine intentaba encontrar respuestas pero sólo una palabra venía a su mente: Brujería.

Arnvald habló rompiendo su incesante cavilar y ella clavó su hasta entonces inexpresiva mirada en él. Un leve rictus que pretendía ser una sonrisa esperanzadora se dibujó en su rostro y consiguió iluminarle por breve espacio la mirada.

-Los Dioses te oigan -susurró.

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17/12/2008, 22:16
Arnvald

Sabía que sus palabras habían sonado un tanto vacías, pero no podía remediar que la desidia hubiese tomado el poder de sus sensaciones.
Quería creer lo que decía, pero lo fuese lo que fuese que hubiese ocurrido en la población que le había vistro crecer desde que no alzara tres palmos del suelo, era algo a lo que no podía hacer frente de una forma natural.

Muchas veces le había tocado enfrentarse en combate a otros hombres e incluso sufrir algún que otro asedio, pero todo eso entraba dentro de lo natural y de la maldad inherente al ser humano. Si atravesaba a alguien con el filo de su espada, este sangraba, como era natural, pero.....no habían encontrado una sola prueba de lo sucedido.
Las murallas se encontraba semiderruidas, pero no había marcas de torres de asalto, ni rocas lanzadas por catapultas. Absolutamente nada.

Quizá debieramos acercarnos a Ródennos. Puede que allí hayan escuchado algo de lo que pueda haber ocurrido - no lo decía nada entusiasmado, pues el feudo de Ródennos había ocupado la mayoría de las veces una posición de enemigo. Tal vez fuese porque era el feudo más cercano y Lord Zaelus tenía pretensiones expansionistas.
No creía realmente que Ródennos fuese el causante de lo ocurrido, pero nunca podría asegurarlo.

Alzó nuevamente la mirada. Era ese cielo maldito. Un mal presagio....no, ya no era un presagio. Ahora era una verdadera pesadilla.

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19/12/2008, 00:31
Gerhardine Hallberg

El caballo de Gerhardine relinchó, inquieto y ésta ase inclinó para susurrar algo que tan sólo el animal pudo oír al tiempo que le acariciaba el pescuezo. Consiguió calmarlo.

-Ródennos -musitó mirando hacia el noreste, dirección en la que se hallaba el feudo- ¿Qué te hace suponer que lo que ocurrió a Rosslyn no sucedió también a Ródennos?

Suspiró pues se dio cuenta de que el modo en que respondió no había sido el correcto. El, todos, estaban experimentando igual sentimiento de desolación en sus corazones y no era justo descargar la frustración que sentía en sus compañeros. 

Miró los rostros de Serhjan, Zlatan, Harlan y por supuesto el de Arnvald. Cuatro rostros a los que debía mucho, el rostro de cuatro hombres que ocupaban un lugar en su corazón y a los que desde hace mucho sentía como familia, sentimiento que dados los últimos acontecimientos cobraba especial fuerza pues ellos habían pasado a convertirse en lo único que tenía.

-Iremos a Ródennos -dijo resoluta al tiempo que adquiría nuevamente en su montura esa posición erguida y orgullosa- y si en Ródennos no encontramos respuestas iremos al feudo siguiente y así hasta dar con nuestra gente.

 

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21/12/2008, 11:00
Arnvald

No podía dar una respuesta coherente a la pregunta de Gerhardine, porque él mismo no entendía en qué podía ayudarles una visita a Ródennos, pero debían comenzar por algún sitio, y el feudo vecino era un lugar tan bueno como cualquier otro.
En realidad sentía deseos de gritar hasta quedarse sin voz, clamando y exigiendo una respuesta al rojizo cielo, pero eso no les devolvería a sus familias, ni les daría las respuestas que necesitaban.

Volvieron grupas en dirección al que ahora era su destino. Sólo cinco figuras que se movían en el más completo silencio, inmersos en sus propias cuitas y con la vista clavada en el suelo que pronto recorrerían sus caballos.
Era como si les costara alzar la mirada para intentar ver más lejos.
Arnvald era el único de los hombres que vigilaba su entorno de vez en cuando, para sumersgirse un segundos depués nuevamente en su propios pensamientos, asaltado por recuerdos de felicidad de tiempos pasados.

Era increíble cómo podía cambiar la vida con un solo suceso, claro que.....este no era un simple, sino una incógnita que su mente no era capaz de poder dar explicación.

Aferró con fuerza las riendas del caballo, hasta que los nudillos adquirieron un rabioso color blanco provocado por una furia malsana que le estaba carcomiendo.
Podía enfrentarse a hombres...a ejércitos completos....pero no a la brujería que parecía haber debastado Rosslyn.

Suspiró. No servía de nada lamentarse en aquellos momentos. Debía volver a recuperar la entereza, pues seguramente la necesitaría más adelante.
Alzó la mirada para otear el horizonte, mostrando cómo una fina película húmeda los cubría. Podría echarle la culpa a la ligera brisa que barría los campos, pero eso sería engañarse a sí mismo.

De repente tiró de las riendas frenando en seco al caballo. Sus párpados se entrecerraron para fijar un punto en la distancia - Allí veo dos figuras - indicó señalando hacia un lugar que se encontraba más adelante. Era una especie de loma coronada con una pared de piedra, y delante de ella podía distinguirse dos formas que parecían humanas.

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22/12/2008, 05:34
Gerhardine Hallberg

Pese a que el grupo de jinetes se mantenía unido cada uno parecía cabalgar a su vera, sumidos en sus pensamientos o el confort de los recuerdos, caso éste último el de Gerhardine que con ello conseguía que su devastada alma obtuviera el aliciente suficiente para sostenerla y no permitirle desesperanzarse.

Alzó la mirada clavándola en las espaldas de Arnvald, respiró profundo y espoleó la montura para darle alcance mas en ese él se detuvo, acción que Gerhardine imitó quedando el caballo de ella a medio cuerpo del de él.

Miró en la dirección que Arnvald señalaba, debiendo entrecerrar los ojos para poder distinguir bien. También vio las dos figuras aunque no podía asegurar que pertenieran a personas, bien podría tratarse de estatuas, aunque no recordaba la existencia de ninguna en ese punto, mas imposible era esperar que las cosas se mantuvieran tal y como las recordaba... de muestra lo ocurrido a los habitantes de Rosslyn.

-Debemos darles alcance entonces
-dijo sin perder de vista a las dos figuras-, pero hay que ser precavidos... puede que se trate de esos dos hombres que mencionó Alzbeta.

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27/12/2008, 17:43
Master Indio

Los jinetes, con Arnvald y Gerhardine a la cabeza, galoparon con presteza hacia aquellas dos figuras que habían vislumbrado en la lejanía, acortando distancias rápidamente.
Ni un alma, ya fuese humana o animal, parecía testigo de aquella carrera hacia lo desconocido. Excepto los propios protagonistas, incluídos los cascos de los caballos, todo permanecía en silencio a su alrededor.

Las figuras fueron creciendo a medida que los cuatro hombres y la mujer se acercaban hacia ellos, hasta detenerse a una distancia prudencial.
La mano de Arnvald empuñaba una espada que parecía bañada en sangre, así eran los reflejos que arrancaba de la hoja el insólito cielo carmesí.
Pero sus labios se encontraban sellados, impactado sin duda por lo que tenía ante sus ojos.

Eran dos hombres, sí, pero ahí acababa toda semejanza con el resto de personas que había conocido en su vida, pues sus vestimentas eran completamente diferentes a todo lo que había visto hasta ahora.
Ninguno de ellos portaba una armadura, lo cual no resultada del todo extraño, pero a simple vista podía comprobarse que aquellas prendas no tenían nada que ver con las de los lugareños.
Parecían telas finas, como las que podría llevar un noble, pero tenían características jamás vistas.

Sus rostros también tenían algo de singular, como si el sol no hubiese sido su compañero de viaje durante los años de vida.
Uno de ellos, incluso podría decirse que tenía algo de femenino, pues aún se podían distinguir unos pocos residuos de maquillaje, cosa que sólo podía indicar que pertenecía a la corte de algún feudo, pues únicamente allí se maquillaban las mujeres.
Pero era un hombre, de eso no cabía duda alguna.

Notas de juego

La ropa que llevan son desconocidas para Gerhardine y sus acompañantes, claro. Ellos jamás han visto un traje o unos pantalones vaqueros, por no hablar de camisetas estampadas. XDDDDD

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27/12/2008, 18:18
Gerhardine Hallberg

El rostro de la mujer pasó de la sorpresa al desconcierto para luego adquirir una expresión mezcla de seriedad, desconfianza, temor pero sobre todo rabia. Dos hombres, dos brujos habían sido los causantes según palabras de una moribunda Alzbeta de la tragedia acaecida en Rosslyn y esos hombres que lucían y vestían de modo tan extraño, aparecidos de la nada, parecían encajar perfectamente con esa descripción.

Convencida de ello detuvo a su fiel corcel a prudente distancia, los rostros pálidos de esos dos seres no hacían más que reafirmarla en su idea que provenían del mismísimo averno. Se descolgó el arco de los hombros y se llevó una mano por detrás de la cabeza para tomar una flecha de la aljaba, que al igual que el arco, le colgaba de la espalda. El caballo se había detenido y por lo tanto mantener el equilibrio no le resultaba difícil, mas aún así y por precaución, mantuvo los muslos pegados a la zona costal del cuadrúpedo y apuntó con el arco.

Miró de reojo a Arnvald, éste tenía la espada empuñada, lista para desenfundarla de ser necesario, lo mismo que el resto de sus compañeros. Gerhardine quería respuestas, saber quiénes eran esos hombres, pero la incertidumbre de no saber a qué se estaban enfrentando le estaba dificultando de sobremanera articular palabra alguna.

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28/12/2008, 11:51
Leonard Roster

En un abrir y cerrar de ojos los jinetes ya se encontraban justo en nuestro frente ... podía notar el aliento de cada uno de ellos y no habíamos tenido tiempo de reaccionar de ninguna manera ...

Por un momento todo mi cuerpo se estremeció y miré a Kane para ver si a el le había pasado lo mismo ... esas miradas ... las miradas de los cuatro hombre y la mujer que no iba con armadura como los demás ... ¿pero que tipo de vestidos eran esos?

Dirigí mi mirada a cada uno de ellos ... eran tan diferentes ... ¿debían ser los Zeerath? ... solo había una forma de saberlo ...

-Hola ... dije tímidamente ... como si me diera miedo fastidiarla por unas palabras equivocadas ... puse mi mano en el pecho y proseguí ... -Mi nombre es Leonard ... y el es Kane ... dije señalándolo ...

-Venimos en busca de los Zeerath ... ¿sois vosotros? ... tenemos que hablar con ellos de forma urgente ...

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28/12/2008, 15:09
Gerhardine Hallberg

Notas de juego

Perdón, pero si trae armadura. Olvidé especificar eso en el post, pero lo hice en la historia del pj... claro, ésta sólo ha sido visible para Raits.

Lamento la confusión, debí ponerme la imagen con la armadura desde el principio.

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28/12/2008, 18:55
Director

Notas de juego

Asumo la culpa de la descripción acerca de la armadura. Les indiqué en un post en otra escena que ibas con vestido.

Y ahora.....¡continuad! XDDDD

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28/12/2008, 20:55
Gerhardine Hallberg

Continuó mirando con expresión ceñuda, sin apartar la mirada de las dos figuras que tenía delante, atenta a cualquier movimiento que pudiera significar peligro para ella y sus compañeros. Por lo mismo cuando uno de ellos habló y movió la mano, las cuerdas de su arco se tensaron aún más...

-¡QUIETO! -le gritó creyendo que éste se disponía a lanzar una especie de conjuro.

Pero el hombre no hizo nada más que presentarse, con una voz que estaba por lejos de ser intimidante.

-¿Zeerath? -se preguntó al oír las palabras de ese que se presentaba como Leonard- ¿Acaso esos son sus superiores? ¿El nombre de los demonios a los cuales rinden tributo? -mas no dejó de apuntar, pese que inclusive le pareció captar una cierta dosis de temor en las palabras del sujeto- No, seguro es una treta para envolvernos y atacarnos desprevenidos, seguramente así es como trabajan, se ganan la confianza de las personas para luego traicionarlas.

Gerhardine miró a Arnvald, que de los cuatro jinetes era a quien tenía más cerca, escrutando en su rostro alguna reacción ante la mención de esos Zeerath. No podía voltear a mirar a los otros tres, porque hacerlo significaría dejar de prestar atención a los hombres que permanecían de pie frente a ellos. Ese era un riesgo que no correría, por lo tanto se limitó a aguzar el oído por si los demás tenían algo que decir respecto a esos Zeerath. Pero nada pasó.

-No sabemos de qué hablan, explíquense. ¿Quiénes son esos Zeerath? ¿Qué clase de seres son ustedes, Leonard y Kane? ¿De dónde vienen y a quién sirven?

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29/12/2008, 11:54
Kane

Cuando acordó a reaccionar, se encontro de cara con los jinetes y la amenaza de aquella mujer, que si no fuese enbutida en aquella armadura medieval, sin duda que la fuese abordado de manera incontrolada. Le ponía las mujeres que usaban disfrazes para llamar su atención. Le ponía a 100. Pero aquella mujer, junto a sus secuaces, no parecía que vinieran a animar una fiesta erotica de instituto, sino más bien, parecían perdidos y asustados. ¿No eran ellos los que estaban perdidos? Leonard habló, como siempre, imposible de controlar y mostrando sus mejores maneras. Eso le hacía revolver el estómago. ¿Quien había dicho que aquella gente pudiera entender nuestro idioma?

Aunque había que decir que todo aquello le estaba resultado paradójico, subrealista. Él creía que se iba a encontrar a gente como el colega del viejo, pero no era así... los jinetes... parecían como ellos mismos... no había diferencias, o al menos en apariencia, y por un momento se pregunto que pasaría si le pegaba un tiro a uno de ellos... ¿moriría?... ¿?

La mujer contestó, parecía que ella es la que estaba al mando, por lo que había que confirmar que no se trataba de un viaje al pasado lo que habían realizado, ya que las mujeres en aquella época no tenían ni voz ni voto. Todo era tan extraño. Todo estaba sucediendo tan deprisa. Todo... todo esto le estaba dando dolor de cabeza y se estaba cansando.

Dio un par de pasos y se aproximo a Leonard.

No me toqueis los huevos. ¿Que coño es todo esto? ¿Una broma pesada?

Levantó los brazos y se encogió de hombros.

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29/12/2008, 22:59
Leonard Roster

-¿Como? dije sorprendido al ver la reacción de la jinete que parecía no saber quien eran los Zeerath ... algo que sin duda me escamaba ...

¿En que mundo estamos? pensé por dentro de mi mirando a Kane que me preguntaba si estaba tan sorprendido como yo mismo ...

-Si ... los Zeerath ... Drumlak ... ¿no les conocéis? dije titubeante ... como si su respuesta me hubiera dejado completamente fuera de juego ... mas fuera de juego si se podía estar que el hecho de haber llegado a un mundo completamente diferente al nuestro ... con diferentes costumbres ...

Mi mirada no se apartó del arco que tendía la jinete que sin duda nos apuntaba dispuesto a ser disparado si hacíamos cualquier cosa que a ella no le gustara ...

Con un gesto con la mano intenté tranquilizar a Kane ... sin duda sus modales nos podían poner en un aprieto ... y no sabía como podían entenderlo esa gente ...

-Tranquilo Kane ... le dije mientras esperaba la respuesta de la jinete ...

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29/12/2008, 23:16
Arnvald

Arnvald había mantenido silencio, aunque tanto él como su caballo se encontraban prestos para lanzarse sobre los desconocidos en caso de intuir cualquier peligro que pudiera amenazarles, pero las palabras de aquel que se hacía llamar Leonard le impactaron fuertemente, provocando que incluso omitiera las ofensivas frases del otro hombre.

Hacía años que no escuchaba aquella palabra....Zeerath. No era extraño que Gerhardine no hubiese caído en la cuenta de a lo que se refería el extraño, puesto que aquella palabra sólo era utilizada en los cuentos infantiles - No sé si estáis jugando con nosotros o no, pero no parecéis ser de por aquí, así que no me explico cómo conocéis el nombre de los antiguos dioses.

El hombre miraba fijamente a las dos figuras que tenía ante sí, comparando con la descripción que había realizado la difunta Alzbeta.
No, no se correspondía en modo alguno, pues ninguno de los dos portaba barba blanca y cabellera cana.

No sé lo que buscáis, y me da lo mismo - continuó - porque ahora sois vosotros los que tendréis que responder a nuestras preguntas. ¿De dónde venís? ¿Y donde están vuestros compañeros? Dos desconocidos tan extraños como vosotros puede ser una casualidad, pero cuando ya son cuatro, no cabe duda de que tenéis algo que ver con la destrucción de Rosslyn. Así que hablad ahora u os obligaremos a hacerlo.

Notas de juego

Ainsss, ¿para qué escribo el apartado de Religión en la ambientación? XDDDDD

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30/12/2008, 10:32
Kane

Aquella conversación había dejado de tener sentido para él. Ya no se le hablaba, todo, era con Leonard, cosa que le hacía relajar sus pensamientos y perderse en los paisajes que tenía delante, aunque su rostro seguía mostrando una inconformidad por todo aquello. Todo lo sonaba a broma.  ¿Tranquilizarme? Estoy más tranquilo de lo que pueda pensar en animal éste. En fin...

Suspiro y relajó sus brazos, dejando caer el peso de sus hombros sobre su pecho y encorvandose un poco. Era el momento de callar y escuchar. A ver por donde salía Leonard de todo esto, él que tenía una lengua de serpiente y sabía hablar y hablar, hasta atraer a la gente a su terreno.

Kane, sólo tenía una cosa clara, y es que Bernard y su perro faldero estaban allí y que estaban haciendo de las suyas, cosa que en un principio le beneficiaba y por otro lado le perjudicaba. En fin, sólo quedaba esperar a ver como se desarrollaban los acontecimientos.

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31/12/2008, 04:01
Gerhardine Hallberg

Le pareció que Arnvald reaccionaba ante la mención de la palabra Zeerath, era como si él supiera de lo que esos hombres hablaban y al mirar a los demás descubrió que ellos también reaccionaban, bueno, casi todos, porque Harlan se veía tan intrigado como ella. Curiosa casualidad, Harlan y ella tenían edades similares, la diferencia entre ambos no superaba los tres años en circunstancias que las de Serhjan, Zlatan y Arnvald en promedio la superaban por ocho.

Trató de recordar, porque estaba segura que si ellos, sus compañeros, conocían al tal Zeerath ella cuando menos debía haberle oído nombrar, pero por más que rebuscaba en su mente no conseguía recordar, no lo que deseaba, porque en lugar de ello a su mente vinieron cientos de imágenes, recuerdos de su más tierna infancia, cuando su abuela aún vivía y la sentaba en el regazo para contarle historias.

-Zeerath... ¿Les habrá mencionado abuela alguna vez en sus historias? -se preguntó, pero no encontró respuesta, bien podía ser que sí como podía ser que no. Tocaría intentar indagar más para asegurarse. 

Dejó sus divagaciones de lado y volvió a concentrar su atención en los dos foráneos. Alzbeta les había descrito como un diablo sin rostro y un anciano de barbas blancas. Ciertamente ambos contaban con rostro, el de uno más extraño que el del otro, en especial por los rastros de pintura que tenía, pero ambos estaban por lejos de ser catalogados de ancianos.

-¿Y si usaron algún hechizo para cambiar su aspecto?... ¿Si lanzaron algún maléfico conjuro para convertirse en lo que no son?...

Arnvald se había hecho con el control de la conversación y se mostraba tanto o más desconfiado que ella. Gerhardine no habló esta vez, sus verdes ojos se quedaron fijos en los dos hombres en espera de la respuesta que darían.