Partida Rol por web

Nueva York. 17:40

El grupo estaba reunido en un piso de oficinas que una inmobiliaria subsidiaria de Crane Enterprise tenía en Hell's Kitchen. Aquel local vacío, que otrora perteneció a un bufete de abogados, les servía para tener a la vista el edificio donde vivía Cotton. Habían llegado allí casi a la vez bajo la llamada de Lucy, que tenía localizado a aquel individuo sobre el que parecían recaer todas las sospechas.

Tom parecía especialmente preocupado. Había llegado más alterado de lo normal y nada más entrar en las oficinas vacías se había dirigido al baño para echarse un poco de agua en la cara para recuperar la compostura. Después se reunió con los demás en el despacho principal. Shanon seguía con su idea de visitar el misterioso túnel del Metro, pero los demás parecían dispuestos a aportar algo más de información sobre lo sucedido.

Tom entró en el piso. Estaba visiblemente nervioso. Se acercó por la ventana y miró a través. 

-Tíos, no sé qué clase de gente está detrás de esto, pero es gente poderosa y juega con cosas muy chungas. Cuando estábamos interrogando al conductor, dos seres aparecieron de la nada y nos atacaron. Se cargaron a Jerome y al conductor como si nada. Ron y yo abrimos fuego y simplemente, fue como si se desvanecieran. Luego no sé cómo, pero aparecimos en Central Park. Los dos cadáveres estaban allí. Salí corriendo. Pero joder, esos dos cuerpos quedaron allí. La gente investigará, hará preguntas...lo que está claro es que quien quiera que mandases a esas cosas no quería que el conductor hablase con nosotros. Debemos ir a esa grieta cuanto antes. Yo al menos, no quiero esperar a que me maten. 

Estaba sudando copiosamente, debido a los nervios. Nunca lo habíais visto así. 
 

Tom estaba visiblemente alterado, aunque era emocional sabía mantenerse controlado y desde luego nunca lo había visto así, no tan alterado. Hablaba de manera vaga e incoherente y no terminaba de entenderlo así que en cuanto terminó le detuvo para intentar aclarar conceptos:

—¿Cosas, cosas muy chungas? ¿De qué hablas Tom?

-No...no sabría decirlo. Nos asaltaron dos criaturas. Una parecía hecha de...oscuridad. Era como si la propia oscuridad tomase forma. Una forma desdibujada, como esos dibujos que hacen los niños. Pero completamente negra. Se abalanzó sobre Jerome y lo mató en un abrir y cerrar de ojos haciendo crujir sus huesos sin ninguna dificultad. El otro parecía como...un murciélago gigante. Fue el que mató al conductor. 

Tom se detuvo un momento.

-No, tíos. Ya sé lo que pensáis. Que estoy flipando, que me he metido algo. No, estoy limpio ¿vale? Lo que os cuento es cierto. Joder, tenéis que creerme. Esto no es ninguna coña. 

Pendiente de la ventana para saber los movimientos de Cotton, Lucy se mantiene atenta a las conversaciones pero su mirada perpetua hacia su objetivo, era lo que en parte le forzaba a estar de espaldas de sus compañeros. Había sido una noche bastante larga y al parecer no tiene miras de terminar ya que esta reunión refleja una preocupación que se extiende por tantos derroteros que de avanzar, la razón podría perderse. 

- Te creo Tom, no he visto jamás algo así, pero mi intuición me dice que es así. - responde al bibliotecaria en un tono serio. - ¿Qué haremos con Larry? ¿Ingresamos al edificio y lo atrapamos para interrogar? - pregunta ya cruzada de brazos, todo un viaje siguiéndolo y está demasiado cerca para dejarlo escapar. - Es un punto clave. - termina por decir un tanto expectante. No podía olvidarse de aquellas palabras que le decía a su hija, dando a entender que quizás pertenece a un culto y sus horas estaban contadas.

- Según lo que escuché, este sujeto quiere dejarle todo a la hija. De alguna manera sabe que está en aprietos, ahora no entiendo el porqué. De una manera u otra, asesino o no, él tiene respuestas a nuestros interrogantes. - aclara dejando escapar un suspiro, había mucho en juego.

Tom parecía que se iba tranquilizando. El estar allí todos y poder hablar de lo sucedido le había servido para desahogar. 

-Tal como lo veo yo, el tiempo corre en nuestra contra-dijo Tom-Podríamos intentar vigilarlo y seguirlo a ver qué hace. Pero eso llevaría tiempo. Yo lo abordaría y lo interrogaría en un lugar seguro. Es posible que tengan más criaturas de esas acechando. Habrá que estar alerta...y juntos. Lo agarramos, le sacamos lo que podamos y luego nos vamos al túnel del metro. Ahí está la clave de todo, me temo. 

La descripción de aquellas criaturas a falta de un nombre mejor la dejó bastante extrañada.

—Explicadme qué diablos habéis visto los demás. Es increíble que esto... —no insistió más al ver los rostros de los demás dando aquello por perdido. Hablaron entonces Lucy... Nuevamente Tom.

—Estoy de acuerdo con Tom, cada hora que estamos aquí, es tiempo que perdemos... 

- Tranquilo, socio. - dijo a Tom con un asentimiento de cabeza y con un tono que dejaba claro que creía las palabras de su compañero.

Él mismo había visto lo que podían hacer criaturas y aberraciones más propias de las pesadillas que de la realidad y aún portaba las secuelas de un encuentro directo con ellas.

- El sujeto escribió sobre un ritual similar y ahora hemos visto criaturas protegiendo la zona donde se llevan a cabo, creo que no debemos esperar más. - se abrió la chaqueta, dejando a la vista la culata del arma en su sobaquera, y miró a los hermanos Craner, esperando que diesen la orden al respecto.

Miró por la ventana, tratando de hacerse una idea del tipo de edificio que era y los vecinos que podrían encontrarse.

- Siempre tendremos que enfrentarnos a lo que siquiera la razón es capaz de explicar. - enuncia Lucy aún pendiente de aquel edificio, como si se tratase de un cazador que vigila a su presa. - Es hora de que la acción comience, no tenemos tiempo. - responde la bibliotecaria un tanto expectante cuando Herman estaba muy callado. 

- Al parecer este culto, controla mucho dinero lo cual implica cierto poder y esta ola de asesinatos se deben seguramente a las ofrendas que harán... Larry le comentaba a su hija sobre toda la ayuda que le brindó, de dónde había sacado el dinero para sostener la vida de ella, incluso la sorprendente red de contactos que ostenta. Por esa razón, hay que hacerlo hablar y nadie mejor que ustedes para ello. - le dedica una mirada a Tom y Daniel. 

Daniel examinaba desde la ventana el edificio¹. Aunque con el tiempo Hell's Kitchen se estaba convirtiendo poco a poco en un barrio más residencial todavía tenía ese aura de lugar periférico. El inmueble donde vivía el sujeto era un enorme bloque de viviendas antiguas que se resistía a los cambios que ocurrían en aquel barrio que intentaba escapar de una vida anterior cimentada sobre el crimen y la mala fama de las bandas irlandesas.

A priori había dos puntos de acceso al edificio, que tanto podían servir como entrada o salida: el portal principal y la escalera de incendios. Lucy había estado en el edificio y le pudo indicar, sin asomo de duda, que la ventana de Cotton no daba a dicha escalera, aunque si la de una vecina con la que, al parecer, se llevaba bastante bien.

La terraza era otro punto de fuga, aunque en este caso más arriesgado. Si bien el edificio estaba a una distancia asumible para saltar de un inmueble a otro aledaño el salto era largo y desde luego requeriría que el sujeto estuviera en forma. Lucy se lo había descrito como un hombre mayor y aunque se conservase en buena forma física Daniel no veía a alguien de esa edad capaz de saltar de un edificio a otro como un pandillero juvenil².

Herman había guardado un silencio casi reverencial durante toda la conversación, algo impropio de él. Eso quería decir que estaba sopesando cuidadosamente la situación, algo igualmente inusual.

—Apuesto a que el viejo se lo olía todo —suspiró, finalmente—. Por eso nos metió en esto —le daban ganas de reir. Ahí estaban él y su hermana, herederos de una gran fortuna, que iban a tener que enfrentarse cara a cara a horrores que ni su músculo a sueldo era capaz de describir. Morir destripado en Hell's Kitchen no se contaba entre las elecciones vitales que Herman haría, pero la posibilidad empezaba a hacer que la sangre le hirviese en la cabeza.

—Lo que parece claro es que este culto no es un mero sacaperras manejado por un engañabobos. Sea lo que sea que adoran, "eso" les ayuda, ya sea manifestándose de forma corpórea o proporcionándoles capacidades sobrehumanas, si damos validez a la narración de Tom, y no veo por qué no deberíamos hacerlo. La información que nos brinde Cotton puede ser fundamental, tal vez sus estudios hayan ido por ahí. La cuestión aquí es... si se nos aparece una de esas cosas ¿con qué medios contamos? Porque parece que las balas no han sido suficientes.

Si aparecía una de esas criaturas, aquello iba a ser una masacre que iba a relegar las noticias de los asesinatos del metro a la sección de "cotilleos locales".

—Estoy con Daniel. Si vamos a pillar a Cotton, hagámoslo de inmediato y minimicemos las posibilidades de que aparezcan mientras hablamos con él.

Daniel movía los labios ligeramente mientras mentalmente recitaba los planes que todo cadete tenía que memorizar en la academia para cuando se diese la situación de tener que servir a un equipo de asalto.

Una vez tuvo una idea clara del edificio, expuso un plan viable con los operativos con los que contaba.

 - Un sistema que suele funcionar bien es una persona no hostil - miraba a Lucy al decirlo - llamando a la puerta con los operativos a ambos lados del dintel. Aunque el sospechoso no termine de abrir la puerta del todo y tenga la cadena aún puesta, nos libra de la resistencia de la cerradura y una patada sirve tanto para abrir la puerta como para aturdir al sujeto por el impacto de la misma.

Estaba claro que tanto Tomo como él tendrían que entrar rápidamente, uno reduciendo a Cotton y el otro revisando la vivienda pero miró a los hermanos Craner.

 - ¿Van a querer involucrarse o les avisamos una vez esté todo controlado?

–Yo estaré ahí – contestó Shanon, su resolución era firme y le dolía haberse quedado fuera la vez anterior. Además, no sería la primera vez que empuñaba un arma así que esa fase de nervios la tenía más que superada.

–Si queréis, puedo ser yo quién llame a la puerta –. Dijo finalmente, sabía que no debía ponerse en riesgo, pero tal vez... Tal vez es lo que esperaba padre, ver hasta dónde estaba dispuesta a llegar.

Tom asintió. 

Entraremos juntos. No podrá ni articular palabra y ya estaremos encima suya. Es importante actuar deprisa para evitar que alguien avise a la policía y nos metamos en problemas. 
 

- Yo también iré y si les parece bien, me quedo vigilando una de las salidas con el auto, así esto se hace más rápido ya que Shannon está dispuesta a subir con ustedes. - responde Lucy, no tenía problema alguno de golpear la puerta y soltar alguno de sus discursos como había hecho horas atrás, no se le daba mal a la bibliotecaria. 

Pero ante la decisión de la mujer, prefiere que ocupe ese lugar sin pega ni gestos, incluso cuando Daniel desvió la mirada hacia Lucy para realizar aquella operación importante al atrapar a Cotton. Respetaba mucho las decisiones de los demás, entonces allí quedaría toda intención en pos de aportar de alguna manera.

Herman asentía para sí mismo según sus compañeros iban añadiendo sus ideas al plan. Estaba de acuerdo con todo. Casi.

—Es buen plan. Tampoco es que tengamos muchas más opciones. Es más probable que Cotton abra a una carita inocente —miro a su hermana con cierta guasa fraternal, esa que da a entender complicidad sin renunciar por ello a la pulla— que a cualquiera de nosotros—. Sin embargo, hay detalles que deberíamos pulir. Por ejemplo, no deberíamos quedarnos aislados. Yo puedo quedarme de enlace entre Lucy y vosotros, según lo que proponéis, pero una vez reducido Cotton, considero que sería más útil en el interrogatorio. Lucy o yo, en cualquier caso. No en vano fuimos nosotros los que le seguimos la pista y los que conocemos más detalles sobre él. Y me gustaría que Tom estuviera con nosotros en ese momento, ha sido el único que ha visto a qué nos estamos enfrentando.

Se encogió de hombros.

—Tal y como yo lo veo, Lucy espera en el coche, yo en el portal. Así, haga lo que haga Cotton tenemos una respuesta: si sale al portal por cualquier otro sitio, lo que parece improbable, estaré al quite. Si intenta escapar por otra salida, ya puede correr para ganar a Lucy en el coche. Todos estamos, además, dentro del alcance visual de otro de nosotros. Si todo sale bien, cambiamos de roles para... hablar... con Cotton. Si sale mal... improvisamos.

Analizando las palabras de Herman, asiente estando de acuerdo con lo dicho. A fines prácticos eran los únicos que conocían a Cotton, y quiénes habían obtenido la pista, al punto de que Lucy trajo al grupo hasta él. 

- Me parece bien, lo interrogo con Herman. No lo veo un mal plan, claro con Tom cerca por si se desmadra todo. - termina por decir, en parte decidida por ello ya que luego de tantas peripecias, viajes, mentiras y situaciones peculiares, allí estaban tan cerca de la verdad.

El plan estaba en marcha.

Shanon se situó delante de la puerta. A ambos lados se ubicaban Daniel y Tom. Abajo, en el portal, aguardaba Herman mientras que Lucy, en el coche, estaba atenta a cualquier posibilidad de escape, por leve que fuera.

Llamaron a la puerta. Al otro lado se escuchaba música de jazz, un disco de Miles Davis sonando a un volumen no demasiado alto. Durante un momento no hubo respuesta alguna así que Shanon insistió. Aunque no escuchó ningún ruido de pasos se dio cuenta de que la luz a través de la mirilla se había interrumpido. Alguien estaba al otro lado.

—Lo siento señorita,— dijo educadamente una voz masculina mayor —pero no estoy interesado en comprar nada.

—¿Señor Cotton? Me mandan de la universidad por un tema de una documentación que necesitamos que firme.— improvisó la heredera Craner —Si fuera usted tan amable, sólo serán unos minutos.

Durante unos incómodos segundos la mirilla permaneció igual, como si el otro estuviera escrutando a la mujer. Quizás fue el aspecto elegante de Shanon o su aparente fragilidad lo que hizo que el hombre se decidiese a abrir la puerta. En cuanto ésta estuvo ligeramente la mujer dio un paso hacia atrás mientras Tom y Daniel realizaban su parte: con el entrenamiento del policía la puerta se abrió de una certera patada echando hacia atrás al sorprendido Cotton, que trastabilló cayendo al suelo. Sin embargo era sorprendéntemente ágil para su edad porque cuando Tom se abalanzaba para agarrarlo el tipo ya estaba rodando por el suelo para apartarse, haciendo que el matón tropezase contra un sillón que estaba tras su objetivo¹.

Cotton reaccionaba ante una situación tan extrema con unos movimientos que sólo podían ser fruto de un entrenamiento de élite. ¿Qué edad tenía aquel hombre? Más de los sesenta fijo, pero ahora ya se había incorporado y acababa de agarrar una lámpara de pie con la que intentaba embestir a Daniel con la intención de apartarlo de la puerta a su paso².

El entrenamiento policial era una rutina que hacía que las respuestas impregnaran en el cadete de forma que fueran impulsos que salieran solos, como disparar tres tiros formando un triángulo en la mayor masa corporal o rodar y cubrirse ante una situación hostil.

Pero el tiempo pasado en el psiquiátrico habían hecho mella en Daniel y aquel tipo estaba claro que sabía lo que hacía.

Cabr... - no pudo acabar la palabra siquiera cuando el aire salió expelido de sus pulmones a toda velocidad por el impacto de la lámpara en su estómago.

Resultaba del todo sorprendente como aquel anciano los estaba poniendo a todos en jaque. Daniel cayó al suelo y de milagro no se vio ensartado por aquella lámpara dada la fuerza con la que fue empujado. Cotton, sin embargo, no se detuvo a ver el resultado: en lugar de ello saltó por encima del detective mientras se dirigía hacia las escaleras.