Partida Rol por web

- Os dejaré descansar Capitán. - respondí al soldado. Su comportamiento me resultaba errático y voluble. ¿Qué le ocurría? Tenía pinta de encontrarse enfermo... quizá delirante, aunque por momentos recuperaba la cordura.

Me acerqué con pasos lentos a su cama y mientras Zarak roncaba puse suavemente mi mano en su frente para comprobar si tenía fiebre... Quizá si estaba febril todo tuviera una explicación lógica. En ese caso debería ir a buscar ayuda.

Tras asegurarme de que el Capitán se encontraba bien, gozaba de buena salud, y a mi juicio no había nada sobrenatural rondándole, desanduve mis pasos y me dirigí hacia el Salón Principal donde se celebraría la boda.

Todo el mundo estaría ahí, y no podía dejar sólo a mi padre tanto tiempo en una situación de tanta tensión; con todos los caballeros Basarab en el interior del castillo y un caballero de los Cárpatos más que propenso a desenvainar el arma.

Recordé que según mi padre los Basarab podían ser unos buenos aliados. Y dadas las circunstancias de nuestra conversación con el Caballero de los Cárpatos en la capilla... pensé que quizá llegaría el día en que tanto el caballero de los Cárpatos, como el Boyardo y los suyos, y nosotros, los propios Dravescu, tuviéramos que unir fuerzas para acabar con las fuerzas del mal.

Tenía que esforzarme más en conseguir pruebas. Por Dios nuestro señor que no dejaría que aquellas infames criaturas camparan a sus anchas por la corte. Pero tampoco podía descubrirme como su potencial enemigo, no tan pronto.

Aparté tales funestos pensamientos de mi mente y me centré en los futuros alegres acontecimientos por venir. Los esponsales estaban a punto de comenzar.

- Zuyla Dravescu, Tercer Caballero de la Corte, abandona la zona de los barracones de la guardia, retornando al Patio del Castillo.

ES LA UNA.

Ferenk abrió los ojos, y pensó que, cualquiera que fuese la dolencia que le había asaltado al mediodía, le había dejado ciego, pues no veía nada. Parpadeó asustado varias veces, hasta que se dio cuenta de que tenía la manta tapándole la cabeza. Todavía era de día, aunque no tenía claro qué día. ¿Había pasado solo un rato, o el suficiente como para que se hiciera de noche y volviera a amanecer? Confiaba en que no fuera lo segundo, a saber qué habría ocurrido con el Patriarca Basarab y sus retoños sueltos en el castillo. Además, era la boda de su amigo Jensi con la mujer más bella de Transilvania. No le gustaría habérsela perdido.

Fuera como fuese, se encontraba mal, y no físicamente. ¿Cuál es mi trabajo? se preguntó. Los años posteriores a su nombramiento habían sido tan tranquilos que se había vuelto blando, blando y estúpido. La llegada de las damas Szantovich el año anterior había supuesto el comienzo de una nueva etapa. Desde ese día, de algún modo se las había arreglado para desatender a sus obligaciones, ¡peor aún!, para arreglárselas para encontrarse ausente durante cada momento en el debería haber estado involucrado, pero hacer el ridículo en cada ocasión. Si mi puesto dependiera de mi desempeño, estaría limpiando los pozos negros.

Las escasas horas que había permanecido despierto ese día fueron especialmente vergonzosas. La absurda orden de detener el carro del Padre Adelmus, con quien debería disculparse más adelante; la incapacidad para ocuparse de los Basarab, que en ausencia de Durius y Otto, dejaba solo a Jensi para lidiar con ellos; su huida, que solo el Señor sabía cómo habían interpretado los que la habían presenciado

¿Quién vino a interesarse por mi estado cuando me retiré? El rostro y la voz estaban borrosos, pero podía visualizar las cicatrices y el cráneo afeitado del caballero Zuyla.

Ferenk apartó la vergüenza y las preocupaciones de su mente. Los errores no se arreglaban pensando, sino actuando. Se colocó la armadura, que había dejado junto a la cama. Se calzó rápidamente las botas y embutió la espada en su cinturón. En primer lugar, tendría que echar un vistazo al castillo, preguntar qué día era, quizás incluso estaba a tiempo de asistir al enlace.

- Tras prepararse, el Capitán Zarak baja de su estancia (en el piso de arriba del edificio de los barracones de la guardia) y sale al Patio del Castillo.

- El Capitán Zarak entra en los Barracones y ve los sencillos camastros de los guardias, y los petates con sus escasas pertenencias.

- Hoy están todos los guardias en sus puestos, incluso aquellos a los que normalmente les hubiese tocado librar hoy.

Ferenk comprobó que los barracones se encontraban vacíos. A continuación, recorrió rápidamente la muralla y los pasillos para asegurarse de que todos sus guardias se encontraran en sus posiciones. Cuando hubo confirmado que todas las preparaciones estaban hechas, se dirigió de nuevo al patio. Podía oír un murmullo de conversaciones lejanas, ruido de los pasos y entrechocar de metales provenientes de esa zona, lo que probablemente indicaba que el resto de los asistentes a la boda habían abandonado ya la capilla.

- El Capitán Zarak regresa al patio del castillo.

UNO DE MAYO DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

DE MADRUGADA.

- Flaviu Krevcheski entra en la habitación del primer piso de la Torre del Chambelán, la que comparte con su amo el Caballero de los Cárpatos.

- Se pregunta entonces si su señor se traerá a su esposa a esta estancia para disfrutar de su noche de bodas...

Temeroso del peligro que supone el Farkas-lobo desaparecido, Flaviu empieza un periplo para garantizar su propia seguridad. Vacía un armario para hacerlo más ligero. Desparrama el contenido caóticamente sobre la cama. Luego empuja el mueble para taponar la puerta. Para garantizar que sea lo suficientemente pesado para que nadie desde fuera logre entrar, devuelve los cajones y la ropa de la cama de nuevo al armario.

Al fin a salvo...

Se gira. Es una visión terrible: la balconada. Farkas saltó las murallas del castillo, no le costaría llegar a ese balcón y colarse para matar a una celebridad ilustre como Flaviu Krevcheski. Se sienta en su cama, haciendo un ovillo, vigilando con atención el punto flaco de su defensa. Pero el vino y la opípara comida empiezan a hacerse notar, y al Petimetre le pesan los párpados. Pronto se quedará dormido, dejando a los Radoslav de puertas a fuera...

PRIMERO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

AMANECER.

- Algunos de los que vieron el último Ocaso, no verán este brillante Amanecer de Primavera...

SUCESOS DEL DIA:

1- Ningún guardia durmió nada durante la noche, por lo que hoy están todos agotados y si el Capitán no les da permiso para descansar, se acabarán durmiendo de pie en las murallas.

2- Los criados están aún conmocionados por los sucesos de la boda, pero pronto empiezan nuevos cuchicheos y rumores.

3- Tres nuevos cuerpos van a parar a la Capilla, a reunirse con el de Mariana y los restos del noble Basarab aniquilado por Farkas. Se trata de los cadáveres del Senescal Stolnic, del Caballero Zuyla Dravescu, y de su padre, Zort Dravescu.

El cadáver del Senescal fue encontrado en su habitación, desangrado y sin lengua. La lengua fue hallada en la habitación de los Dravescu, y ambos fueron ajusticiados por el Caballero de los Cárpatos, por el asesinato del Senescal, y al parecer por conspirar contra el Duque y el propio Durius (pretendían atentar contra su vida).

4- Pese a su aguante inhumano, el Capitán Zarak se ve forzado a descansar la mitad del día, aunque es capaz de reaccionar a los diversos acontecimientos.

5- Hay un problema grave: Es necesario oficiar cinco funerales, pero no hay sacerdote. En la ciudad está el sacristán Cosmin (mano derecha del Padre Adelmus). Tras la desaparición de Adelmus, podría ser la elección lógica para sucederle, aunque en estos momentos no hay una autoridad eclesiástica clara en el país para ordenarle sacerdote formalmente.

6- Es probable que alguien sea castigado en breve por el fiasco de la boda. Aunque el Chambelán Otto aún no ha dicho nada.

7- La Dama Dubieta ha dejado caer que su matrimonio con el Senescal fue brevemente consumado.

8- Aunque no se sabe con certeza, muchos piensan que el Caballero de los Cárpatos no ha pasado la noche con su esposa, la Dama Radovina.

9- Farkas Deli, el jefe de los Guerreros de Sangre, retorna al Castillo por la tarde. Sucio y vestido con ropas bastas que le quedan amplias. Los guardias le franquean la entrada, aunque todo el mundo está aterrado por su mera presencia y no osan preguntarle nada de nada, ni tan siquiera mirarle fijamente.

10- Lindor y su madre Pavetta han dormido en la antigua habitación del Mayordomo Otto, junto a la despensa y la entrada a las bodegas, en la zona del servicio. Innya, Dagu, Visany y Greta han dormido en la cocina, con el resto de sirvientes, como siempre. También ha dormido ahí Niziya.

11- No se ha hablado de si Niziya y Pavetta se van a incorporar permanentemente a la servidumbre del castillo, aunque lo cierto es que ellas dos apenas tienen medios para mantenerse y no pueden mantener la lujosa mansión en la que viven.

12- Dicen que la sirvienta Elena (al servicio de Dama Radovina) está transtornada.

13- Se rumorea que Carcelero sufrió un ataque la noche pasada, pero que ya está más recuperado.

14- El Chambelán y el Secretario Ducal descansan durante todo el día, los sucesos de anoche seguramente fueron demasiado para ambos.

15- Los guardias Tomescu y Boru están también agotados tras tantas horas de fiel vigilancia. Al final tendrán que descansar, quieran o no.

16- Flaviu Krevcheski ha dormido maravillosamente bien en la habitación que comparte con el Caballero de los Cárpatos, quien no ha aparecido en dicha habitación en toda la noche.

17- Maserrak de Flambeau ha pasado la noche en el Salón Principal, cuya puerta ha permanecido custodiada por dos guardias ducales (Hakir e Itsvan).

18- El pequeño Tiberiu durmió plácidamente gran parte de la noche, sin enterarse de nada.

Estimado primo Gorodru:

Comenzaba así a escribir el noble Flaviu, desde la habitación vacía y abrumadora que compartía con su señor por las noches.

Me alegra contarte las alegres noticias de la doble boda y el buen recibimiento que han tenido los regalos de nuestra familia, así como darte las gracias en la prontitud y el buen trabajo con el regalo al Senescal. Su nueva ballesta es algo que sin duda le ha emocionado tanto o más que su propio casamiento. Las novias nunca olieron mejor, y la vaina de piel de falo de elefante le quedaba al Caballero de los Cárpatos como un guante.

Oh, ¿a quién quiero engañar? A mí mismo. Primo, terribles acontecimientos sucedieron la noche de la boda. La organización: nefasta. La música: desafinada. El faisán: frío. El Senescal: muerto...

Empecemos por el principio: huéspedes no invitados a la boda. Me refiero a los Basarab. Un séquito de veinte o treinta personas.

Flaviu se contiene. ¿Hablar de la reaparición del hijo muerto? ¿Del demonio poseyendo a Farkas? Si narraba todos los detalles, esta carta acabaría rota y tirada al fuego de la chimenea en Arges.

Como no podía ser de otra forma, terminaron por llevarse por la fuerza a Svitlana y sus hijos. También al padre Adelmus. Todo después de que un soldado de confianza del Duque, Farkas Deli, diera muerte a uno de los hijos de Blaatu. No hubo que lamentar más muertes en el rapto: los tres Caballeros de la Corte no estuvieron a la altura y no opusieron resistencia.

Horas más tarde, con los Basarab galopando lejos en la noche, el Senescal Stolnic era hallado muerto en su habitación, tras ser vilmente asesinado. Se ha echado arena al asunto de la manera más torpe posible: Iacobus Radoslav acusó y mató al Tercer Caballero y al Emisario, y se les ha sumado el cargo de querer matar a Durius Tremere.

A partir de aquí, solo cabe especular. Si los Dravescu resultaran ser inocentes, el asesino sigue suelto, y el vacío de poder se vuelve más preocupante. Ni el Senescal ni el Padre Adelmus guían ya nuestras vidas y nuestras almas en el el castillo de Balgrad, y los Basarab podrían alzarse en armas en cualquier momento ahora que el Duque está ausente.

Flaviu no estaba seguro de cómo seguir. Las próximas palabras deberían ser escogidas con mucho cuidado. No podía simplemente poner: oye primo, ¿y si arreglamos la muerte del Duque? Ni siquiera estaba seguro de que esa fórmula ayudase en nada a los Krevcheski. Los Basarab y el asesino Trémere son los que más posibilidades tendrían de gobernar Transilvania, y no son buenos aliados de la casa del buen Flaviu.

En cualquier caso, si lo conveniente era que el Duque siguiese con vida, el Petrimetre no sabría si el caudillo magyar estará más seguro con los Basarab (a salvo del asesino del castillo) o en Alba Iulia, a salvo de la venganza de Blaatu Basarab.

Cuando este mensaje te llegue, la situación ya podría haber dado un vuelco alarmante. Debemos actuar con presteza.

1º-Manda jinetes al extranjero en busca del Duque. Debe saber la situación. Invítale a tu castillo como único lugar seguro en este momento.

2º-Ofrécele hombres armados para apaciguar la sublevación Basarab. Es posible que en el momento de leer la carta Blaatu acaudille sus ejércitos lejos de sus tierras. Volver a capturar a Svitlina podría ser sencillo.

3º-Se impone urgentemente una renovación de la Corte, para minimizar la posibilidad de amenazas internas. Personalidades significativas deben abandonar Balgrad a atender sus propios feudos, o ponerse al frente en largas campañas bélicas. Propónselo al Duque, él sabrá elegir bien y diferenciar a sus amigos de sus enemigos.

Atentamente, sangre de tu sangre:

F_laviu K_revcheski

Dobló la hoja con preocupación y la introdujo en el sobre. Después tomó la vela y derramó cera caliente sobre la carta. Presionó con su sello marcando el emblema de su Casa. A partir de ahí ya no era su problema. Que Gorodru se ocupase del tema, que por algo es el cabecilla de la familia.

FLAVIU KREVCHESKI:

- Las palomas mensajeras serían una estupenda idea. Sabes que se usaban en la época de la dominación romana, sin embargo, parece que en esta era de barbarie el secreto de su adiestramiento se ha perdido.

- Sin duda, los Krevcheski podrían ser sumamente capaces de redescubrir ese secreto si se lo propusieran.

- Hasta entonces puedes recurrir a las alternativas: un mensajero de un tipo o de otro. Invertir algo de dinero en que el mensaje llegue a su destino aumenta las posibilidades de éxito.

PRIMERAS NOCHES DEL MES DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

FLAVIU:

- Puedes ponerlo en esta escena y seleccionar como destinatario a cualquier que pienses que se enterará antes o después.