Partida Rol por web

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Transilvania: 1) Alba Iulia: Castillo de Balgrad. - Habitaciones privadas de Durius de Slobozia.

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21/08/2012, 18:24
T01: CASTILLO DE BALGRAD.

POR LA NOCHE DE LA LLEGADA DE LA COMITIVA DE DURIUS DE TIERRAS BASARAB:

- La sirvienta Enrietta entra en las estancias privadas de su señor Durius y comienza a limpiar y a adecentarlo todo.

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21/08/2012, 19:03
Sirvienta Enrietta.

Rápidamente me dirigí a los aposentos de mi señor, pasando por una serie de pasadizos y escaleras algo enrevesadas. Abrí la puerta y comencé a limpiar, parecía que aquello estaba algo olvidadizo por la densidad del polvo acumulado pero debía darme prisa y arreglarlo todo lo más pronto posible.

 

Encendí unas cuantas velas para iluminar la estancia y seguí con mi labor. Arreglé el lecho de mi señor, cerré las cortinas para mayor comodidad, la luz diurna molestaba si dormías por la mañana.

 

Cogí la ropa nueva y limpia para que se vistiese al despertar y la situé en una mesita principal, todo bien plegado y elegante, listo para ser usado.

 

- Veamos - eché un último vistazo por la habitación - todo en orden.

 

Me mantuve de pie esperando a que llegase mi señor.

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24/08/2012, 21:53
T01: CASTILLO DE BALGRAD.

- El Sargento Dominik conduce a Pavetta y a Lindor a los aposentos privados del secretario del Duque, o más bien a una antecámara.

- Allí les recibe la sirvienta Enrietta, que al parecer estaba limpiando.

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26/08/2012, 10:01
[RIP] Sargento Dominik.

- Pavetta, Lindor - saluda el sargento con su habitual tono serio, concentrado, haciendo una ligera venia en forma de saludo- Venid hasta los aposentos privados de nuestro señor Durius. Le esperaremos alli.

Tras estas palabras el sargento anda durante unos minutos sin decir nada, bien perdido en sus pensamientos, o bien tratando de encontrar la manera de comportarse con ambos, tan fuera como, a día de hoy, se encuentran de la disciplina militar con la que se relaciona con todos los que le rodean. En realidad el sargento casi agradece la oportunidad de quitar de su mente a los basarab

- Lindor, empezaremos tus clases de esgrima y militares esta misma noche, si el señor Durius está conforme - dice repentinamente mirando al chaval justo antes de abrir la puerta de la habitación- ¿has recibido alguna instrucción en eso? - luego mira a Pavetta- En cuanto a vos, señora, espero que vuestra estancia en castillo sea adecuada. ¿Se os ha asignado alguna habitación?

Hecho esto entra en las dependencias y mira a Enrietta
- Bien hecho - dice aprobando la diligencia de la criada

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26/08/2012, 13:42
Sirvienta Enrietta.

El Sargento Dominik apareció con Pavetta y Lindor, hice una reverencia y me acerqué.

Gracias, sargento - miré a los demás - por favor, pasen y siéntense. Mi gran señor Durius llegará de un momento a otro, tengan paciencia.

Me giré, señalé las sillas para que se sentasen.

¿Desean algo? Quizás un té aligere la espera, aunque no creo que mi señor tarde mucho.

Esperé a que los demás se pusiesen cómodos y esperé una orden para hacer un té o lo que fuese necesario.

 

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26/08/2012, 18:01
21 - El Mundo.

EL TE:

- Sólo hay un poquito de té en Transilvania, llegado de tierras muy lejanas, de Oriente.

- Se encuentra guardado bajo llave en la despensa del Mayordomo Otto. Es posible que sea tan valioso como la mirra o el incienso.

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26/08/2012, 18:59
Pavetta

La cara de pasmo de la mujer fue derivando de uno a otro rostro.

- ¿Estancia...? ¿habitación...? - Primero fue al Sargento que Pavetta miró con verdadera extrañeza, mientras las palabras configuraban escuetas preguntas. - Disculpad, pero no entendí que fuera a quedarme en el Castillo. Cuando me transmitísteis el encargo del Señor Durius hablásteis de una entrevista. No de algo más... permanente.

Así era, el Sargento la había citado en nombre del Caballero para hoy, ya que Durius quería hablarle. Pero en ningún momento le dijo que debería quedarse en el Castillo. ¿Por qué...? ¿Acaso había hecho algo mal en la casa que le habían dado...?

Y de nuevo el pasmo volvió a su rostro, o mejor se acentuó, ya que no lo había abandonado. Fue ante el ofrecimiento de la joven asistenta, a quién dirigió entonces su mirada de extrañeza. Sentarse a esperar ya le pareció un honor desmesurado, pero... ¿un té...? ¿qué era eso...?

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27/08/2012, 17:03
[RIP] Sargento Dominik.

- No debeis preocuparos. Simplemente no deja de ser por la noche, y no se si mi señor Durius se sentirá a gusto con la idea que bajeis andando hasta vuestra casa, aunque será algo que sin duda él determinará. En cuanto al té... no parece muy posible que tengamos tales lujos, pero algo de vino joven, y agua del pozo, sin duda vendrán bien. Traedlos Enrietta. - tras estas palabras mira a ambos y se pasa la mano por el mentón, algo inquieto. No es hablar con mujeres y niños lo que mejor se le da- Y bien... ¿cómo se encuentra Pavetta? ¿habeis podido haceros a la idea de los cambios que os comenté?

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27/08/2012, 17:38
Pavetta

La mujer, ahora, sonrió. Y la luz de la satisfacción brilló en sus ojos.

- Oh, sí, aunque parece un milagro, un sueño hecho realidad. ¡Mi hijo paje de la Corte! Parece imposible... ¡Y un apellido! Que pueda llamarse Lindor de Slobozia es un honor que nunca habría esperado. Lindor es un muchacho listo, y hábil. Paje... era un logro muy alto, pero, bueno, me perdonaréis si admito que lo deseaba internamente. ¡Pero permitirle que le llamen por su lugar de origen! Dios Bendito, no, nunca lo habría podido sospechar...

Se giró hacia su hijo, y le abrazó tiernamente.

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27/08/2012, 17:53
Sirvienta Enrietta.

Hice una leve reverencia y me dirigí a cumplir las órdenes del sargento. Mi señor tenía algo de vino joven y una jarra con agua que yo había traído recientemente, por lo que me dispuse a servirles. Limpié de nuevo la mesa y agarré las jarras.

- ¿Vino? - dije mirando al sargento y a Pavetta mientras le servía agua al pequeño muchacho -.

Esperaba que llegase pronto mi señor, ya que seguro querría descansar, el viaje había sido un poco largo y necesitaba alimentarse y dormir largo y tendido para recuperar sus fuerzas.

Mientras los demás hablaban me dispuse a cambiar alguna que otra vela agotada, intentando no molestar, aunque siempre estaba pendiente de no permitir ningún tipo de traición hacia mi señor o intento de espiar en sus asuntos privados.

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28/08/2012, 07:06
Lindor de Slobozia.

Acompaño al Sargento Dominik y a mi madre hacía las habitaciones del Caballero Durius. A medida que camino solo puedo pensar es que será la primera vez que esté tan cerca de ese hombre que tanto me ha dado y a quién tan poco conozco. Mis pasos son tímidos y resuenan casi como un silencio en los pasillos de piedra del Castillo.

Cuando llegamos a la habitación, mi madre comienza a hablar con las adultos que están allí, pero el Sargento Dominik me pregunta acerca de mi experiencia con las armas, por lo que le contesto con sinceridad:

 - "Jamas nadie me ha enseñado a usar un arma, Señor, pero el día que la comitiva se fue, tomé algunas del patio y comencé a blandirlas. No creo haber aprendido mucho, pero sentí su peso. Pondré todo mi esfuerzo en ser un buen alumno, Sargento."

Sonrío con alegría, pues todo esto es como un sueño en algunos momentos y quizás algún día pueda ser como el héroe de los libros que leí con el Maestro Maserrak de Flambeau, sobre un caballo y con una espada, fustigando al mal en nombre del Rey.

Mi mente vuelve a la realidad cuando mi madre me abraza de emoción. Me inunda la alegría de pensar en lo feliz y orgullosa que está mi madre de mí en estos momentos. Espero con todas mis fuerzas poder seguir manteniendo esos sentimientos y que ella sea cada vez más feliz gracias a mí.

Luego mi mente se vuelve a sumir en los nervios por conocer a Durius, solo aplacados por el poco de agua que me sirve la mujer de la habitación.

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02/09/2012, 09:18
EL TIEMPO TODO LO VENCE.

TRANSCURRE UNA SEMANA.

OCASO DEL DIA QUINCE DE ENERO DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y SIETE.

 

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02/09/2012, 09:18
TEMPUS FUGIT.

SE ABRE PARENTESIS TEMPORAL.

NOCHE DE HACE UNA SEMANA.

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02/09/2012, 09:19
18 - La Luna.

- Al regresar de su audiencia con el Duque, Durius y Valru retornan a sus habitaciones.

- En la antesala se encuentran al Sargento Dominik, a Pavetta, al niño Lindor, y a la sirvienta Enrietta.

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02/09/2012, 13:28
Pavetta

Pavetta dejó inmediatamente la copa de vino que la joven Enrietta le había servido, y de la que apenas había tomado un sorbo. Se inclinó en silencio ante el Caballero Durius, y le sonrió.

Esperó, sin embargo, que fuera él, o el Sargento, quienes hablaran primero, como era de esperar al tratarse de una plebeya. No estaba intranquila, pues suponía que el motivo de la cita era Lindor, y su reciente nombramiento como paje de la Corte. O, aún más agradable, el hecho de que el Duque le hubiera dado al muchacho el apellido de Slobozia, como su tutor y padrino.

Lindor cumplía con creces las expectativas de su madre. No, no tenía por qué preocuparse.

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02/09/2012, 13:34
Durius Tremere de Slobozia.

Durius había marchado en silencio y con paso vivo desde el salón, donde se había reunido con el Duque, a sus aposentos. Al llegar vio en la antesala de su cámara a su sirvienta, así como a su hombre de armas y a Pavetta con su hijo.

-Buenas noches a todos -dijo mirando a unos y a otros. Su mirada se detuvo un instante en Lindor y su verde mirada destelló por un fugaz instante-. Estoy muy orgulloso de ti -dijo revolviendo el pelo de su cabeza en un gesto cariñoso inusual en él-. Tu mentor, Maserrak, me habla bien de ti. De tus esfuerzos, de tu inteligencia viva. Y a ello debo sumar tu reciente nombramiento. Progresas bien y pronto tu brazo estará a la altura de tu mente. Mi buen Dominik te entrenará para que domines la espada. Será un camino largo y arduo el que deberás recorrer, mi pequeño, pero debes hacerlo. Solo así lograrás hacerte un hueco en la Corte de Gyula Kadar. Estás haciendo un buen trabajo, Pavetta. Sin duda, eres una buena madre -señaló mirando en esta ocasión a la mujer-. No obstante, el tuyo es un camino no exento de dificultades, especialmente en tu condición de viuda. Son muchos los miembros de tu familia que acoges, pero no hay varón alguno que te proteja ni que te proporcione un estatus. Ni un padre para Lindor. Por no hablar de las maledicencias que te exponen a críticas como consecuencia de hallarte bajo mi directa tutela -Durius hablaba alto y claro, no alejando al hijo de Pavetta de las verdades allí vertidas. En Transilvania y en la Corte no había lugar a una infancia larga y la realidad, amarga o dulce, no debía ser ocultada-. Mas conservas juventud y belleza y el período de luto por Lisander hace tiempo que concluyó. Es hora de que contraigas matrimonio, Pavetta. Necesitas un hombre a tu lado, alguien fuerte, leal y digno, que sea un buen esposo y un buen padre para Lindor y para tus futuros hijos. Y sé de quien cumple a la perfección con tales atributos. Mi hombre de armas, el Sargento Dominik. Es mi deseo que ambos contraigais esponsales y forméis una familia, en beneficio mutuo -Durius calló, mientras su mirada esmeralda permanecía fija en la de Pavetta, a la espera de una respuesta. La de Dominik ya la había recibido hacía un tiempo.

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06/09/2012, 14:07
[RIP] Sargento Dominik.

El sargento adopta una postura marcial cuando entra Durius en la estancia, y las palabras de este le hacen asentir, en un brevísimo gesto de cabeza, ocultando también una sensación de sosiego. Al fin y al cabo el sargento tenía pensado preguntar a su señor si era su deseo que continuara a su servicio, toda vez que no convenía olvidar la complicada situación en que, aunque fuera sin culpa alguna, le había puesto frente a los Basarab. Durante espacio de unos minutos, y tras las palabras de Durius, esperó que Pavetta hablase... pero era evidente que la noticia era muy inesperada para ella. Era una mujer. Lo entendía. Con cierto aire marcial miró a Durius, y al ser evidente que este esperaba a que alguno hablase, se dirigió a Pavetta

- Se bien que no me conoce, Pavetta, y no confío en milagros de amor ni en que me tenga una estima que aun estoy muy lejos de merecer. Pero soy leal a mi señor, y si me aceptais como esposo, os prometo protegeros de palabra y obra, y daros mi apoyo, a cambio de que acepteis ser mi esposa y me deis una familia. Haced esto y os prometo que protegeré a Lindor como si fuera de mi sangre y que consideraré a vuestra familia como consideraría a la mía - el sargento se queda callado un instante- Ni soy perfecto, ni soy un joven alocado. No espero que ni mi porte ni mis palabras os enamoren. Pero todo lo que he dicho lo cumpliré - terminó sin poder de dejar de tener un aire marcial en todo lo que decía

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10/09/2012, 13:38
Sirvienta Enrietta.

Me quedé al margen de la conversación, esperando que cada uno terminase su bebida para rellenarla si así lo deseaba. Una simple sirvienta no debe meterse en las conversaciones de sus señores y superiores, por ello me mantuve callada y obediente.

Únicamente me moví para ir a buscar más vino y agua, tuve un leve problema con el agua que habían traído del pozo, ya que se cayó al suelo la jarra y tuve que ir a buscar más, suerte que no estaba muy lejos el pozo. Regresé y apenas habían cambiado de tema por lo que no me había demorado mucho ni habían necesitado de mis servicios.

Permanecí de pie con las jarras de vino y de agua cerca, por si necesitaban algo más.

Veremos a ver como termina esto, los callos y ampollas de mis pies me empiezan a matar, pero debo guardar la compostura. Cuando mi señor decida alimentarse habré terminado mi labor por hoy y podré descansar.

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13/09/2012, 05:47
Lindor de Slobozia.

La espera continúa hasta que Durius ingresa en la habitación. Su porte, su estampa y esa aura de misterio y respeto que lo baña como el sol a los campos durante el verano, me hace admirarlo como el ídolo que querría ser y el maestro que desearía tener.

Sus palabras son firmes y su voz es imponente de autoridad. Me quedo pasmado mirándole hasta que me mira a mí directamente y me dice lo orgulloso que está de mí, al mismo tiempo en que revuelve mi cabello. Lo primero que pienso es que es imposible que un niño de sangre plebeya como yo sea relevante en la vida de uno de los hombres más importantes de toda Transilvania, pero entonces recuerdo como mi padre perdió su vida por este hombre y como él se ha tomado la gratitud como un motivo para ascenderme por sobre mi destino. No puedo estar más agradecido por ello.

Las palabras se agolpan en mi garganta. Quiero decirle cuanto le admiro, cuanto deseo ser como él y como habría deseado que él fuese mi padre. Quiero decirle que haría lo que fuese por él y que entrenaré y estudiaré aun más duro para ser alguien útil y para servirle como merece. Esto y más deseo decirle, con elegantes y elocuentes palabras aprendidas en mis estudios, pero el único gesto comunicacional que sale de mí es un asentimiento con cabeza, pues los nervios me han dejado completamente mudo.

Luego la conversación pasa al tema de la soledad de mi madre. Entiendo un poco de lo que dice acerca de que es necesario un hombre mayor en la casa, pero no me parece demasiado bien que llegue cualquiera y se quede con mi madre. ¿Donde está el recuerdo y el respeto por mi padre? ¿Quién será digno de reemplazarlo y cubrir su lugar? Pero la decisión ya está tomada y Durius ha decidido que sea el Sargento Dominik quién contraiga matrimonio con mi madre. No asimilo bien la situación y lo primero que hago es negar en mi interior, sintiendo que es una falta de respeto donde a mi madre se le trata como una mercancía con la que le pagan por sus fieles servicios. Pero mi enojo y mi frustración son algo completamente mío y lo oculto a la perfección pues no me corresponde opinar.

Miro a mi madre con curiosidad, preguntándome si está de acuerdo y si, realmente está en posición de negarse. Dudo que sea así y probablemente deba acatar en un silencio aun mayor que el mío en vista del futuro, por lo que le miro con un signo de interrogación en la cara, esperando su respuesta.

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23/09/2012, 20:42
Pavetta

Pavetta no pudo evitar pestañear varias veces un poco anonadada por la noticia, y es que ella se había relajado ligeramente cuando Durius trató a su hijo de esa forma tan afectiva. Unos largos segundos pasaron hasta que fue capaz de hacer algo, mirando al hombre que acababa de hablarle sobre los beneficios de su unión. Es cierto que Lindor necesitaba un padre, y el hombre de armas de Durius parecía un buen hombre. Pero necesitaba algo más, y lo buscó en los ojos del susodicho. Hablaban de palabras mayores, y no quería ser descortés.