MAZMORRAS DEL CASTILLO DE BALGRAD:
CARCELERO:
- Carcelero fue una vez un noble menor magyar, pero renunció a todo, incluso a su nombre, por una devoción total y absoluta a su amo y señor, el Duque Kadar.
Ejerce como carcelero, y también como torturador y verdugo cuando es necesario.
UNA NOCHE DE INVIERNO DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y SIETE.
NOCHE CERRADA.
// Entran en escena: Seis guardias feudales a las órdenes del Capitán Zarak, portando prisioneros y maniatados a cuatro guardias al servicio de los Basarab.
// Entran en escena: Capitán Zarak, Sargento Dominik, Schaar Dvy, Zort Dravescu. - Procedentes de: Patio del Castillo.
- Las oscuras catacumbas del Castillo son sobretodo construcciones antiguas. Los sótanos que ya existían en el anterior fuerte de madera construido por la familia Basarab. Todo ello entrelazada con un laberinto de antiguas catacumbas de la época romana.
- El lugar está tenuemente iluminado por algunas antorchas.
- Entre las sombras aguarda la siniestra figura del Carcelero. Siempre alerta, siempre vigilante, siempre dispuesto a aceptar en sus celdas a nuevos prisioneros...
Aunque, por la época del año en la que se encontraban, el patio estaba muy húmedo por las lluvias, la sensación era muy distinta a la que inundaba las mazmorras. Una humedad fría, rancia, antigua e inevitable, mezclada por el fuerte aroma a excrementos y sangre que hacían del sitio un lugar a evitar a toda costa. El joven guerrero se arrebujó algo más en su capa para intentar resguardarse, pero le resultó imposible, por lo que mantuvo su porte marcial a toda costa.
La aparición del carcelero no hizo más que acrecentar la sensación tenebrosa del lugar, pero aquella noche había contemplado ya demasiadas cosas 'extrañas' como para asombrarse más allá de la simple aparición de aquel peculiar personaje.
Lo que faltaba para terminar aquella noche era un lugar como ese. Aquella rancia humedad hizo que a Zort le dolieran un poco los huesos. Tal vez era algo psicologico, pero no pudo evitarlo. Quería salir de allí cuanto antes, nada bueno podría haber en aquel lugar de muerte y dolor.
El capitán Ferenk sabía perfectamente lo que tenía que hacer en ese lugar. Le podía gustar más o menos, pero... era su obligación
- Carcelero, saludos - el capitán sonríe con aire despreocupado- Os traigo a cuatro nuevos huéspedes de tus celdas. Han estado implicados en una conspiración contra el duque y contra sus señores Basarab. Sin duda confesarán pronto, sin que tengas que convencerles para ello - el capitán no se molesta en ocultar el cinismo en su voz. No disfruta de esto, pero para él, la situación es clara: los guardias basarab deben confesar. Punto
El sargento no se encontraba bien, podía disimularlo, pero eso no restaba nada de su malestar. Debía haber evitado todo esto. Y para colmo.... repentinamente recuerda algo. Algo más importante que su deber para con estos hombres a los que, después de todo, nada le ata
- Capitán, aquí teneis todo resuelto. Voy a ver a mi señor Durius a informarle de lo ocurrido - dice con tono serio
Mira con cierta sorpresa al sargento, pero después piensa en lo ocurrido y en la ausencia del mayordomo y asiente con una medio sonrisa
- Claro, claro - dice despachándole con un gesto de su mano
Sale en dirección a los aposentos privados de Durius
¿Confesar? Por un segundo Zort se preguntó si no hubiera sido mejor para aquellos hombres morir rápidamente en manos del Caballero De Los Cárpatos. De una forma u otra estaban ya condenados... No había mas que hacer allí. Decidió salir en busca de Zuyla.
- "Sí, Capitán. Así se hará." -
El hombre sonríe con una torva sonrisa y mira al grupo con ojos fríos y muertos, aunque extrañamente brillantes.
Después, despide con una reverencia a los que ya se van de sus dominios subterráneos.
- El Sargento Dominik y Zort Dravescu abandonan las mazmorras.
- Tras subir las lóbregas escaleras iluminándose con sendas antorchas, acceden a las bodegas. De ahí pasan a la zona del servicio, y de ahí al Patio del Castillo.
// Salen de escena: Sargento Dominik, Zort Dravescu.
// Siguen en: Patio del Castillo.
Las órdenes del Duque llegaban hasta la entrega de los prisioneros al carcelero, así que estaba libre para continuar con su 'vida' en aquel castillo.
Una vez todos hubieron abandonado los subterráneos, Schaar se quedó atrás y se volvió hacia el carcelero - disculpe, Señor. No es mi intención inportunarle en sus quehaceres y que el Duqque pueda ofenderse por ello. Veo que estos subterráneos están cargados de... historia, y llevo mucho tiempo visitando un lugar y otro, y conociendo lugares antiguos con mayor o menor misticismo, y veo en éste una antiguedad que no he visto en muchos - paró un segundo para ver la reacción de aquel personaje extraño, pero continuó con su petición sin ver reacción alguna - ¿sería posible que pudiera 'visitar' el sitio? - quizás pueda serme útil en un futuro, quién sabe - pidió mientras buscaba con la mirada algún tipo de antorcha que pudiera servirle en su exploración.
Veo que el carcelero puede ser un PJ, así que pongo mis intenciones en un post aparte.
Declaración de intenciones:
1. Visitar las mazmorras, hasta donde me dejen.
2. Ver que prisioneros hay en el sitio.
3. Buscar algún tipo de entrada, o salida, 'alternativa'. Un sitio con tantos años seguro que esconde más de un pasillo oculto.
Me intento hacer un mapa mental de allí por donde pase.
El Carcelero niega con la cabeza y le muestra la salida a Schaar Dvy.
Schaar acepta la invitación, y no duda en llevarla a cabo - mal sitio para ponerse farruco.
- El antiguo Caballero de la Casa menor Dvy sale de las mazmorras.
- Observa que el Capitán Zarak se queda atrás, tal vez para hablar algo en secreto con el Carcelero.
// Schaar Dvy sale de las Mazmorras.
// Pasa a la escena principal del Castillo y se dirige a su pequeña habitación en la zona de los Aposentos Szantovich.