Partida Rol por web

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Transilvania: 1) Alba Iulia: Castillo de Balgrad. - Mazmorras.

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17/04/2015, 11:04
Maserrak de Flambeau.

Me había quedado con la boca abierta como un bobo, observando aquella escena y sin saber si era real o producto de la extraña nebulosa en la que me encontraba. Me daba la impresión de que mientras yo intentaba descansar habían ocurrido demasiadas cosas en el castillo... cosas que aún no alacanzaba a entender del todo.

- Ehh... ejem... - carraspeé ligeramente.- ¿Qué tal si nos calmamos todos un poco, caballeros? - dije con voz titubeante, aún no había alcanzado a discernir si todo aquello era una especie de ironía exacerbada.- Estamos todos en... bueno, en el mismo barco... ¿no?

Quizás utilizar una frase manida como aquella no fue la mejor idea, pero pense que debía intervenir para que aquellos dos hombres no terminasen matándose bajo mi atenta mirada.

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17/04/2015, 13:57
Schaar Dvy.

Atado como está, y tremendamente malherido, es evidente que Schaar no puede hacer nada por evitar que Durius tape su boca, y evite escuchar las verdades que preferiría que quedaran en el olvido. La reacción, impulsiva, rápida, llena de la rabia propia de los manipuladores cuando sus mentiras salen a la luz, sorprende también al caballero, que se atraganta medio escupiendo con la mezcla de sangre, saliva... y risa. Las carcajadas quedan sofocadas por la tela pero los ojos, y la forma convulsa de moverse del caballero, no dejan lugar a dudas.

Se está riendo.

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17/04/2015, 14:18
Capitán Ferenk Zarak.

—Nuestro Señor —se corrigió Ferenk.

Escuchó las palabras de Schaar Dvy, todavía empecinado en la falsa identidad de Durius. Observó impasible, en silencio, cómo el Secretario cerraba la boca del antiguo caballero con brusquedad. Era evidente que el transilvano estaba frustrado y nervioso. Si se debía a la sucesión de acontecimientos que había conducido a ese momento o a los que habían de acontecer, y que el capitán había interrumpido con su presencia, lo desconocía.

—No me conciernen sus asuntos —reconoció, cambiando el peso de su cuerpo a la pierna derecha—, ni los personales ni los que conciernen al gobiernos de este castillo en ausencia de Nuestro Señor. Sé cuál es mi lugar, y nunca le he pedido ni le pediré más explicaciones que las que sea su voluntad darme. Mas de igual modo, no conciernen a usted los asuntos de Nuestro Señor. Antes de marcharse, me ordenó buscar y destruir a ese ser con la ayuda del ahora difunto Caballero Zuyla Dravescu. Al encontrarnos con la cabeza separada de su cuerpo he supuesto que sería suficiente, mas el interés que demuestra usted por el cadáver me dice lo contrario.

Desde su celda, Schaar Dvy emitía un gorgoteo ahogado por la sangre y la mordaza. Por su mirada, parecía que la situación le divertía. A diferencia de Ferenk, que hubiera querido encontrarse en cualquier otra piel, incluso la del antiguo caballero, en ese momento.

Si Nuestro Señor hubiera deseado que usted se acercara a ese hombre, le hubiera hecho partícipe de dicha información. Ni siquiera Él podría haber previsto lo que ocurriría durante la boda, que nos ha conducido a esta situación.

Entendía la curiosa analogía del maestro, aunque nunca había montado en nada mayor que una barca de remos. Sin embargo, incluso en un asunto cuyas implicaciones no comprendía, estaba obligado a cumplir su deber para con Su Señor.

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18/04/2015, 08:54
Durius Tremere de Slobozia.

Una breve carcajada brotó de la garganta de Durius.

-Por supuesto, Capitán Zarak, por supuesto. Y de igual modo podría decir que los asuntos de nuestro señor no os conciernen a vos. Ni que jamás me vetara o prohibiera acercarme a nada o nadie. De igual modo podría deciros si estáis total y absolutamente seguro de que la identidad de ese cuerpo se corresponde con aquel a quien se os mandó destruir. O si simplemente creéis que es él. Hace un tiempo y deberíais recordarlo, no senfrentamos a una criatura en las catacumbas y pese a su parecido, notable parecido, esa y aquella -una mano se desplazó para señalarlo-, no son la misma. Mas da igual pues ni siquiera es importante. Capitán, asumís que demuestro interés por esa criatura, mas no sé en qué os basáis para afirmar tal cosa. Y tampoco es importante. Me habéis pedido disponer del cadáver y os he dado mi juramento de que así será. Y cuanto antes resuelva con Maese Maserrak ciertos asuntos, antes podré abandonar esta estancia y antes podréis ver satisfechos vuestros deseos. Así de sencillo.

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19/04/2015, 12:05
Capitán Ferenk Zarak.

Ferenk apretó los labios al escuchar la carcajada. Schaar Dvy reía en su celda, y ahora Durius le daba la réplica. No era capaz de encontrar el humor en aquella situación. Puede que lo hubiera hecho, tiempo atrás, cuando todavía sentía que estar vivo era un regalo.

Era ya evidente que la única forma de llevarse el cadáver sería la violencia. Tras los sucesos de aquellos días, no podía permitirse morir ni matar a Durius. No, al menos, hasta que Su Señor estuviera de regreso en Balgrad, y sus verdaderos enemigos muertos.

Posó la mirada un instante en el antiguo caballero, tendido en su celda, en el agotado maestro, el redivivo Carcelero y, finalmente, en los inquietantes ojos verdes de Durius. Asintió, sin añadir más a lo ya expuesto, y dio media vuelta para subir las escaleras que lo devolverían al patio.

Notas de juego

/Al patio.

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19/04/2015, 21:25
08 - La Fuerza.

- El Capitán Zarak abandona las Mazmorras y asciende las escaleras empinadas que conducen al Patio del Castillo.

Notas de juego

// Sale de escena: Capitán Zarak. - Sigue en: Patio del Castillo.

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20/04/2015, 14:22
Durius Tremere de Slobozia.

-Vasilov, vigila la otra entrada y que nadie entre -dijo Durius tras la marcha de Ferenk.

Su rostro serio, mostraba un gesto concentrado. Era breve el tiempo que se le ofrecía, habían temas que tratar con Maserrak y decisiones que tomar, alguna de las cuales a la vista de los recientes hechos eran inaplazables.

Suspiró, con un gesto humano inesperado en él. Era momento de sacrificios, quizá definitivos. Tal vez Schaar llegara a tener razón y en poco tiempo el Durius que allí se alzaba, señor de Slobozia y Primer Caballero dejara de ser quien era. Se volvió hacia Maserrak, una mirada cargada de mil enigmas sin respuesta, un abismo de asuntos a resolver, algunos que podían llegar a incumbirle, otros que no. El verde fulgor de sus ojos se trasladó de unos a otros. De Enrietta a Carcelero, de este al cuerpo tendido de aquel que había muerto bajo la mano de aquel a quien finalmente dedicó su mirada: Schaar.

-Carcelero, obra con prontitud y de acuerdo con mis palabras. Que vuestros oídos estén atentos. Mis anteriores peticiones quedan anuladas ante la inusitada resurrección de nuestro aguerrido caballero. Sí, Schaar, soy Durius de Tremere. No deberiais dudar de ello. No soy un farsante imbuido con su aspecto. Y no, no voy a mataros ni ordenar vuestra muerte mal que os pese y pese a vuestra insistencia en dicho sentido. Aunque quizá lleguéis a desear que así hubiera sido. No olvido cuanto habéis hecho por nuestro señor el Duque, ni vuestros servicios, mas tampoco olvido vuestra reiterado deseo de poner fin a mi vida, negando la evidencia, ni vuestras constantes puyas hacia mi persona, aspecto baladí si no fuera por las acusaciones vertidas por vuestra demoníaca mente y naturaleza -la voz de Durius era suave-. Por vuestra traición os condeno a vivir bajo el tormento de un infierno al que deberíais estar acostumbrado. Carcelero, es mi deseo y voluntad que amputéis de inmediato ambas manos del ahora prisionero Schaar Dvy, negándole de facto su derecho a portar espada. Cicatrizad sus heridas con el fuego de vuestras brasas. Arrancad igualmente sus ojos para que la realidad no vuelva a confundirle fruto de la debilidad de sus sentidos. Obrad de inmediato, con la presteza y pericia que os corresponden y de la que siempre habéis hecho gala. Sus manos amputadas y ojos arrancados serán inmediatamente arrojados al interior de la capilla del Castillo. Y vuestro encierro, Schaar, se prolongará durante el tiempo que se estime necesario. Mas no seré yo quien establezca tal plazo.

Durius se volvió hacia Maserrak.

-Tal vez ya lo intuyeras con anterioridad, mas de no ser así quiero hacerte conocedor de la verdadera naturaleza de nuestro recién prisionero. Goza de cierta similitud con la de Iacobus Radoslav, cuya esencia demoníaca era mucho más fuerte que la de Schaar. Es dicha naturaleza la que no solo ha impedido que muriera definitivamente, pues yo mismo fui testigo de cómo su pulso y respiración desaparecían, sino que estimula su curación a un ritmo superior al de un humano normal. No dudo de que tal capacidad te será de notable interés, querido amigo. Y que desearás estudiarla. Durante el tiempo que estimes pertinente, Schaar permanecerá en estos calabozos bajo la custodia y cuidados de Carcelero que velará porque el traidor goce de los placeres del tormento, mateniéndolo en un estado de prolongada debilidad, en el filo entre la vida y la muerte para así no suponer un riesgo para ti y sí una fuente de conocimiento. Por otra parte, podrás ver ese cuerpo ahí tendido. Al igual que Schaar falsamente muerto. En su seno, un ser pulsa por emerger. Era mi deseo originario destinarlo a tu persona para su estudio. Por desgracia, no gozamos de tal prebenda gracias al Capitán Zarak. Lo cual me conduce a una arriesgada decisión que bien puede poner fin a mi vida. No son grandes mis conocimientos al respecto, pero mi sire ya obró en un pasado de una forma que le aseguró que la esencia, el poder de uno más poderoso le fuera transferido a él. No gozo de la fuerza ni voluntad de Uber -dijo haciendo mención de un nombre que a Maserrak sin duda le era conocido, de la época en la que el Voivoda no era una figura ausente-. Debo alimentarme de él. No negaré que es altamente probable que fracase mas el riesgo es necesario y las potenciales ventajas, merecedoras de tal acción. Mi voluntad y la suya entrarán en lid y la lucha será intensa. Una sola voluntad prevalecerá. Y es en esta nueva batalla donde os ruego me ayudéis. Maserrak, Enrietta -dijo dirigiéndose a ambos-, no sé qué ocurrirá pero vuestra lealtad, vuestro amor -las esmeraldas que eran los ojos de Durius se clavaron en los de Enrietta adquiriendo las sombras de un mar tormentoso-, me serán de ayuda, permitiéndome anclarme a esta realidad, a vosotros, a aquellos para con los cuales siento especiales lazos. Es mi decisión y nada me hará cambiar. Amo esta tierra, mi tierra, aplastada bajo el yugo magyar. Kadar busca a ese ser con un fin. Poseerlo o impedir que otro pueda hacer lo que he de intentar a toda costa. A día de hoy apenas gozamos de oportunidades. No puedo rechazar el caliz que se me ofrece. Beberé de su sangre como un fiel en la eucaristía consume la sangre del Señor de los cristianos. Ayudadme, pues.

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20/04/2015, 16:18
Lacayo Vasilov.

- Así se hará. - digo asintiendo a las palabras de Mi Señor Durius y encaminándome raudo a las otras escaleras para cumplir fielmente su mandato.

Mientras me encamino a mi posición no puedo evitar escuchar los siguientes mensajes que tienen como destinatarios a Carcelero el primero de los mismos y a Maserrak y Enrietta el segundo.

Deseo con todas mis fuerzas que la locura que va a acometer Nuestro Señor llegue a buen puerto pues de lo contrario temo por la vida de Enrietta.

Finalmente decido centrarme en mi cometido pero sin dejar de estar atento al devenir de los acontecimientos.

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20/04/2015, 18:52
Sirvienta Enrietta.

Con la cabeza gacha escucho las palabras que va desgranando mi señor. Apenas entiendo una parte, pues pronto todo queda olvidado cuando pronuncia mi nombre, siempre suena especial en sus labios. Sus preciosos ojos verdes, oscurecidos como el mar en medio de una tormenta, me anclan a él. De alguna forma presiento en mi interior la atroz empresa que ha de acometer y mi alma se desgarra. Limpias lágrimas bañan mi rostro mientras dejo posar en el suelo la cabeza del ser maldito. Perdida ya toda esperanza, desesperada por conocer lo que podrá devenir, me acerco confiada a él.

Por él me mantengo serena, porque sé que puedo devolverle sólo un poco de todo lo que él me ha dado a mí. Porque por fin mi amor, mi devoción y entrega pueden ser vitales para quien es todo para mí. Y sin él nada puede significar mi vida. Sintiendo que ésta pudiera ser la última vez que se me permita asomarme a su alma, perderme en su verde mirada, me acerco. Osada, alzo lentamente mi mano temblorosa pese a mis esfuerzos y acaricio su mejilla. Entonces, poniéndome de puntillas deposito un solo beso en sus labios. Fugaz como un parpadeo, suave como el aleteo de una mariposa.

- Soy tuya, Durius. Si de algo puede valer mi vida, tómala, hasta el último suspiro te confío. No me moveré de tu lado, pase lo que pase, amor mío.

Jamás volverán a salir tan osadas palabras de mi boca. Pues si no hubiera más anocheceres para nosotros, quiero que tenga al menos un dulce recuerdo. No aparto mi vista de él, mi mano resbala para tomar la suya y mostrar así mi convicción y entrega.

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21/04/2015, 23:24
Schaar Dvy.

La enésima traición de Durius no encuentra, esta vez, respuesta en Schaar, como tampoco la enumeración de las torturas que el sadismo de aquel ser traicionero le antojaba realizar. Atado, amordazado, poca posibilidad de respuesta tenía. Pero mientras le quedaran ojos podía seguir mirando a aquel traidor con la certeza de haber comprendido siempre que el único y a lo único que era leal Durius era a sí mismo. 

Y que estaba dispuesto a ver morir a todos los que le rodeaban, y a traicionar cualquier juramento, sólo por obtener una milésima más de poder.

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22/04/2015, 13:08
Maserrak de Flambeau.

- Un... demonio... - dije en un susurro que surgió de mi boca sin que pudiera contenerlo.

Me pregunté si quedaba alguien en aquella tierra maldita que no tuviera relación con algún poder sobrenatural, fuera de la naturaleza que fuera. Y automáticamente una hipótesis surgió en mi abotargado cerebro:

"¿Y si esa es precisamente la clave? ¿Y si este lugar es capaz de atraer a criaturas sobrenaturales sin que ellos lo sepan? En tal caso, ¿Cual es la naturaleza de esa atracción? - pensé.- La sangre... la sangre siempre fue la respuesta..."

En efecto, la sangre había respondido muchos de los interrogantes que me había planteado acerca del poder mágico que residía en Transilvania. Todo parecía encajar de un modo extraño. En muchos lugares Transilvania era conocida como la tierra de los vampyr, que evidentemente están relacionados con la sangre. Mis propias investigaciones habían concluido que la sangre contenía vis pura, lo que relacionaba la magia hermética con la sangre. Y por otro lado, el resto de criaturas sobrenaturales parecían sentirse atraídas tanto por la sangre, aunque de un modo más primitivo, como por un aparente odio común hacia los vampyr.

Durius pretendía comprobar de forma empírica el poder de aquel "ciclo de la sangre" que estaba desentrañando en mi mente. Se alimentaria de la sangre de aquel demonio para obtener poder pero... ¿Qué pasaría después? No había evidencias registradas al respecto, al menos ninguna a la que hubiera tenido acceso, aunque sin duda alguna parecía peligroso.

- ¿Y qué crees que va a pasar después? - pregunté una vez más sin pensar.- Y... ¿Y si te domina? ¿Y si dejas de ser tú? ¿Cómo podremos saberlo? - me inquietaba aquella idea.- No me parece seguro... no... no entiendo el método ni tampoco entiendo la finalidad exacta... a... a... además - balbuceé torpemente.- ¿Cómo se supone que puedo ayudarte? No... no... no lo entiendo...

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22/04/2015, 16:46
Durius Tremere de Slobozia.

Aceptó el beso y el regalo de Enrietta con una sonrisa donde nadaban aspectos difíciles de interpretar por un humano. Maserrak habló, y con él llegó la hora de las dudas.

-Yo tampoco, viejo amigo, yo tampoco. Mas eres un hombre sabio y has hecho de la observación y el estudio tu forma de vida. Esta será una batalla de resultados ignotos, mas estoy dispuesto a sacrificar mi existencia en pro de un bien mayor. Solo te pediré un favor en el caso de que quien resurga de esta lucha de voluntades sea él. Cuida de Lindor. Y de Enrietta -calló y estiró la mano para estrechar con fuerza la de Maserrak-. No deseo entrar en esta pugna sin despedirme adecuadamente -se giró hacia Enrietta y pasó el dorso de su mano por el rostro pálido de esta para detenerse en su barbilla y alzarla. Posó un delicado beso y se separó. Si todo iba bien, ella obtendría el regalo a su devoción y lealtad-. Tú sabrás quien regresa, chiquilla mía.

Tras aquello, fue hasta el cuerpo del enemigo abatido y se inclinó sobre él.

-Carcelero, actúa ya.

No iniciaría un camino sin haber concluido otro.

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22/04/2015, 20:04
Carcelero.

El monstruoso torturador del Duque asiente por segunda vez a Durius. Entre el primer asentimiento y el segundo media el encendido de las brasas, la cuchara casi al rojo, el enguantar su mano derecha dentro de una gruesa manopla de cuero curtido y las señas a sus mazmorreros para que sujeten al reo.

Carcelero toma la cuchara con la mano enguantada. En la izquierda lleva una mordida, una usada y muy ajada cinta de cuero endurecido. Toma a Schaar de la nariz cerrándosela, y cuando casi un minuto después siente que las piernas sujetas por los mazmorreros comienzan a agitarse le quita la mordaza de tela y, aprovechando la brusca acometida de los pulmones, introduce en la boca del preso la mordida. 

-Así -murmura-. Esto va a dolerte mucho. A veces, del dolor, un hombre es capaz de reventarse las muelas al cerrar la mandíbula. No puedes imaginar cuanta fuerza tienen esos músculos. Yo no quiero que pierdas todavía ni tus dientes ni tu lengua, así que muerde bien ese cuero.

Y sin perder un segundo toma a Schaar del cabello, tirando de él hacia atrás, y con la cuchara hirviente le vacía con cuidado artesanal las cuencas de ambos ojos, dejando el hierro durante unos segundos en cada oquedad. Para cuando termina, el caballero hace tiempo que no se mueve, entre desmayado y destrozado por el dolor.

-Tú, perro -le dice a uno de sus mazmorreros-. Acércame la maza de mano. 

Después se vuelve hacia Durius.

-Si le secciono las manos hoy, por más demonios que lo habiten... bien, en el estado en que se encuentra, morirá -dice sin más-. Sugiero esperar a que se recupere. Ah, la maza.

Sin esperar respuesta, Carcelero lanza un terrible golpe contra la rodilla derecha de Schaar, reduciéndola a pulpa. Después, al unísono con el alarido del Caballero, destroza la izquierda de idéntico modo.

-Sujetadle esas piernas con tablas -dice a sus esclavos-. No os molestéis en situarlas bien: quiero que el hueso comience a cerrar en falso.

Y, en un gesto absolutamente obsceno para un monstruo como él, realiza una leve reverencia hacia Durius.

-Si deseáis algo más...

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23/04/2015, 09:26
Durius Tremere de Slobozia.

La leve inclinación de cabeza de Durius, en señal de reconocimiento al trabajo de aquel fiel servidor ducal, fue la respuesta a las palabras de Carcelero. Acto seguido, posó sus labios sobre el cuerpo yacente y mordió, sumergiéndose en una lucha sin igual, embriagado por la sangre y todo un caleidoscopio de emociones. 

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23/04/2015, 11:43
SANGRE.

Pasan unos segundos mientras Durius comienza a beber avariciosamente la densa sangre, oscura y brillante del Koldun. El Agua Negra que, según las más antiguas leyendas, confiere a quien la bebe el poder y la inmortalidad.

Al principio, unas gotitas de sudor sanguinolento recorren la frente del Primer Caballero mientras Maserrak y Enrietta observan la escena a su lado, paralizados.

Unos segundos más tarde, las gotitas de sudor se convierten en chorretones de sangre negruzca. Los ojos de Durius se iluminan con una luz roja antinatural y después se tornan por completo negros, como pozos de negrura sin fondo, sin iris ni pupila. Durius sonríe feliz mientras llora lágrimas de sangre inmerso en el mayor éxtasis imaginable, algo que ningún ser humano puede llegar a experimentar, y sigue bebiendo ávida y ansiosamente.

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23/04/2015, 14:30
04 - El Emperador.

- Pasan unos segundos.

- Durius deja de sudar sangre y de llorar sangre, pero sus huesos se distorsionan, sus articulaciones crujen y se deforman, y su musculatura se infla hasta extremos realmente grotescos, con su armadura a punto de reventar bajo la presión de la masa de músculos hinchados que hay debajo.

Amaranth by Cosmocrat

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23/04/2015, 19:08
Schaar Dvy.

Un brutal dolor, seguido de una piadosa inconsciencia. Un grito que no se escucha. El sonido de unos huesos al partirse. Unas cuencas vacías manchadas con sangre y restos de humor vítreo. 

 

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24/04/2015, 08:00
Sirvienta Enrietta.

Cierro los ojos ante la horrenda escena protagonizada por Carcelero y Schaar. Pero no puedo cerrar mis oidos ni apartarme del hedor a humores y carnes quemadas. Muerdo mi puño para no gritar y contener las arcadas. Luego, me olvido de todo absolutamente concentrada en Durius.

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24/04/2015, 13:30
04 - El Emperador.

- En un momento dado, sin dejar de beber con gula y avidez a la máxima velocidad que le permiten sus colmillos, los ojos de Durius se abren nuevamente, pozos negros sin fondo. Se iluminan con una extraña luz rojiza, al tiempo que sus orejas se tornan puntiagudas y se mueven como rastreándolo todo, parecen las orejas de un gato o de un murciélago.

- Por un momento parece que Durius sea capaz de percibir todo lo que le rodea, no sólo en las Mazmorras, sino en todo el Castillo. Cada pensamiento, cada secreto, cada alma viviente.

- Un rato después, mientras sigue bebiendo sin parar, la postura de Durius sobre el Koldun se vuelve un tanto extraña y encorvada, subiéndose sobre la armadura, que ni siquiera rechina, como si Durius careciera de peso alguno. Por un momento, la extraña postura de Durius hace recordar a un murciélago encaramado con sus garras a un estrecho saliente.

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24/04/2015, 22:36
16 - La Torre.

- Durius ha cerrado los ojos, anegados en lágrimas de sangre, y vuelve a abrirlos con fuerza. Son dos pozos negros sin fondo, como un abismo. Entonces vuelven a iluminarse con una malevolente luz roja que nace de su interior. Durius debería ahora de percibir cada sombra, cada minúsculo detalle de las Mazmorras, pero en realidad su mirada parece perdida, contemplando otro lugar y otro tiempo muy lejano.

- Chorros de oscurísima sangre se desparraman en forma de sanguinolenta orina y negro excremento de sangre.