Partida Rol por web

- Ahora llueve más intensamente.

- El guardia Itsvan está a resguardo en la barbacana, junto con dos de los guardias, que parecen medio lelos y paralizados de temor (los otros diez guardias están en los barracones).

- Dagu, Niziya, Pavetta y Visany aguantan el chaparrón de agua helada en mitad del Patio sin ningún motivo aparente. Quizá ignoren que una pulmonía puede resultar letal.

- El resto de criados hace mucho que se retiraron a las cocinas a descansar.

- Niziya corre hacia las Cocinas. Visany la sigue, arrastrando casi de los pelos a Pavetta y a Dagu.

- Hakir sale al exterior en mitad de una tormenta. La lluvia cae helada.

- El Patio parece completamente desierto, y las pocas antorchas que permanecen encendidas chisporrotean sin parar, proporcionando más humo que luz.

- Hakir puede ver, sin embargo, luz procedente de la Barbacana, por lo que supone que su amigo Itsvan sigue en su puesto de guardia.

- Está cayendo una copiosa y gélida lluvia cuando Dama Dubieta sale al Patio del Castillo llevando de la mano a su hijo Tiberiu y a su prima Radovina. El Guardia Tomescu la sigue a corta distancia.

- Apenas se ve nada en el Patio, pues las escasas antorchas que quedan encendidas no paran de chisporrotear y arrojan más humo que luz. Se ve algo de luz procedente de un punto que debe ser la barbacana de entrada principal del Castillo, hacia el Oeste. En esa dirección aproximada están las estancias de invitados.

- En un momento dado, el grupo casi choca con el Guardia ducal Hakir, que al parecer acaba de salir de las Cocinas.

- Se ve un relámpago y al cabo de unos segundos se escucha un estruendoso trueno.

- Lindor sale al exterior y queda casi inmediatamente empapado de lluvia helada.

- El Patio está casi a oscuras, tan sólo iluminado ocasionalmente por los relámpagos, siempre seguidos poco después por el correspondiente trueno.

- Apenas quedan antorchas encendidas en el Patio, y estas parecen echar más humo que iluminación. Tan sólo parece provenir luz de la barbacana, donde quizá esté el único guardia en servicio de todo el Castillo.

- En mitad del Patio hay varias personas. La Dama Dubieta tirando de su hijo Tiberiu y de su prima Radovina, seguidos por el guardia feudal Tomescu; parecen haberse topado con el guardia ducal Hakir, que a saber de dónde sale.

LINDOR:

- Sientes una extraña sensación desagradable, inquietante.

RADOVINA:

- ¿Y si no existiera un futuro más allá de esta oscura noche? ¿Por qué de repente se ha vuelto más difusa la línea que separa el ahora del mañana?
 

ITSVAN:

- En la barbacana, intentas alumbrarte y calentarte con el fuego de un brasero. Esta se ha convertido sin duda en una noche de perros.

- Miras por una aspillera hacia el Oeste, intentando vislumbrar el largo puente de piedra que conduce a la ciudad. El Capitán y Schaar Dvy deberían de volver ya por allí. ¿Qué les retrasa?

- Sientes un extraño frío en tus venas, que va más allá incluso del frío de esta noche tormentosa...

LINDOR:

- Es una mala noche. Sin duda eso debe ser todo.

- ¡Cuán frágil es el alma humana! Cuánto más no lo es la vida mortal. Se agosta, como una vela trémula junto a una ventana abierta en mitad de una tormenta...

- ¿Serán vuestras vidas como esa vela? ¿Por qué de repente hace tanto frío? Es como si tuvierais carámbanos en las arterias... ¡Diablos!

Tener que pasar por el patio principal para dirigirse al ala de invitados era un incordio, sobretodo ahora que estaba lloviendo a raudales y su mayor preocupación era asegurar al pequeño. Al paso que iban lo que les mataría sería una pulmonía, así que asió el extremo de su capa y la usó para cubrir a Tiberiu mientras los tres adultos avanzaban sin demora, al menos esa era la idea hasta que casi chocan con un guardia. No recordaba bien el nombre, pero tampoco hacía falta.

En ese preciso instante la naturaleza hizo acto de presencia en una de sus facetas más poderosas casi sobresaltándola al escuchar semejante trueno. Parecía que la noche no iba a darles tregua, y la sola idea de un vampyr aún por abatir...

"¿Dónde estará Schaar?", se preocupó por él. ¿Qué estaría haciendo?¿Estaba herido?¿Preocupado por ellos como ella lo estaba por él? No iba a dejar que la incertidumbre la detuviera así que, con un leve gesto de cabeza hacia el guardia, siguió su camino hacia sus aposentos. 

Itsvan volvió a mirar por la aspillera, cada vez más inquieto, con una sensación de angustia. El supersticioso Itsvan la interpretó como un mal presagio. «Será mejor que esté atento. Va a pasar algo, lo sé...»

DUBIETA:

- A través del vínculo infernal que compartes con Schaar, sientes que está extremadamente agitado, furioso en grado superlativo y muy frustrado, pero crees que no ha sufrido daño alguno.

ITSVAN:

- ¡Qué sensación tan extraña!

- Es como si en alguna parte se hubiera abierto la tapa de un ataúd. ¿Acaso será el tuyo?

Vi aquella gente pululando bajo la lluvia helada. Era asombroso encontrar a tanta gente moviéndose de un lado para otro con la que estaba cayendo. Quizá no teníamos guardias de sobra, pero miradas curiosas las había a patadas.

Sea como fuere, continué mi camino sin mediar palabra con nadie.

Pensamientos siniestros llenaban la mente de Itsvan.

«¡No! No me voy a dejar asustar. Al menos, no permitiré que estos guardias lo noten»

Itsvan ignoró a la gente que pasaba por el patio del castillo y se concentró en la vigilancia.