Partida Rol por web

Había entrado a las cocinas concentrada en el trabajo, por ello no había saludado propiamente a mi querida hermana pero no tardé mucho en notar su abrazo cálido al cual correspondí con cariño. Me quedé mirándola, tan alegre pese al trabajo que había por delante y me sentí orgullosa de ella. 
-Muy bien...- dije con una sonrisa cuando me preguntó si podía glasear los cerdos.
Para llegar al horno donde se encontraban los cerdos tenía que pasar junto a mi hermana y al hacerlo le ti dos toques en la espalda y sonreí a modo de aprobación, no hacía falta hablar pues el orgullo que sentía al ver a mi hermana siendo tan responsable y alegre no tenía parangón. <Es una muy buena mujer...> pensé para mis adentros mientras me acercaba al horno para mirar los cerdos.
-Si, sin duda están hechos- dije mientras buscaba algún trapo para sacarlos del horno y comenzar mi tarea.
 

-En la casa trabajamos muy duro, se hecha en falta vuestras manos de hombres para ciertas tareas, pero lo hacemos como podemos. Coge el pavo y sigue las instrucciones de Innya. Está muy bien que hay trabajo para todos aquí. Nos vamos a llevar parte de las sobras como pago por nuestra ayuda. Estamos muy agradecidas.

El paseo junto a Elena se le hace corto a Tomescu. Puede sentir, aún, el palpitar de la sangre que le ruboriza el rostro cada vez que esos ojos de zafiro se posan en el.

No contiene su ancha sonrisa ni puede esconder su azoramiento.

Cuando, por fin, llegan a las cocinas, el guardia se ve asaltado por la bulliciosa actividad que allí ocurre.

Varias sirvientas se afanan de aquí para allá para tener todas las viandas a punto para el gran banquete de la boda.

-Buen día, señoritas, Señora Mariana.- Dice con alegría y intentando esconder el rubor de sus mejillas- Vive Dios que todo huele de maravilla, estoy seguro que vuestro talento será el orgullo de los novios-

Ante la pregunta de Elena, Tomescu, responde suave, en un tono confidencial:

-Me habéis servido más de lo que podría desear- dice sonriendo- Con vuestra mirada quedaría saciado para toda una vida.-

Luego añade un poco más fuerte:

-Pero gustoso tomaré un vasito de cerveza rebajada, si no es molestia-

Y busca algún lugar donde sentarse, donde no moleste al trajín que tiene lugar en las cocinas.

-Quien entra en las cocinas trabaja en las cocinas, hoy estamos hasta arriba de trabajo y nos faltan manos- canturreó Innya en un tono que indicaba que no quería gandules en esa zona. Las manos ociosas bien podrían ayudarles y reducir las posibilidades de que se estropeara el menú que el chambelán Otto tan minuciosamente había estado preparando.

Elena se sobresaltó al oir el saludo a Mariana y tosió disimulando mientras sus mejillas pasaban de ser de un encendido tono rojo a una palide fantasmagórica según si miraba a Mariana o a Tomescu. Sin embargo aquellas eran las palabras más hermosas que había oído jamás.

—Oh...verás el viene...a ayudarme con el agua—respondió Elena saliendo al quite mientras le servía la cerveza y le acercaba la jarra a las manos—Así iremos más deprisa, ya sabe...las señoras están muy nerviosas por la boda. También necesitaré una esponja y jabón

Mis niños... parece que fue ayer cuando les di a luz. Visany tiene los mismos ojos de su padre... Ojalá pudiera pasar tanto tiempo con ellos como antes...

Me di cuenta de que estaba absorta mirando a mis dos pequeños en sus quehaceres y de que aún no había terminado con el pavo. ¡Con todo lo que había que hacer! Cuando volví en mí, me di cuenta de que Innya me miraba con una sonrisa. Enseguida reaccioné y terminé lo que estaba haciendo. Metí el pavo en el horno y me limpié las manos en el delantal grasiento. 

-Los sufflés y las natillas ya están en camino. ¿De qué más puedo ocuparme? -Le pregunté a Innya, que seguía ocupada en mil cosas.

- Si viene a sumar que sume y sino que se largue. - bufo en clara alusión al Guardia. Unos aqui trabajando y otros bebiendo cerveza aguada mientras desnudan con la mirada a las sirvientas.

Luego me vuelvo hacia Innya.

- Esto ya está. - le digo señalando el faisan relleno.

GUARDIA TOMESCU, SIRVIENTA ELENA:

- Viniendo desde el pasillo de las estancias de invitados habéis cruzado el Patio del Castillo.

- Allí había una situación tremendamente tensa, pues han llegado el Señor de los Basarab y su hijo mayor. Las relaciones de los Basarab con la Corte Ducal son muy tensas en el mejor de los casos.

- Hebéis cruzado casi corriendo, intentando pasar desapercibidos y sin fijaros mucho en nadie ni en nada.

-Vaaaya-se burló la mujer con evidente tensión bajo el peso de la responsabilidad de nuevo- es un sujetajarras monísimo. Deja eso en la mesa, guardia, que lo sujetará mejor que tú, mientras se calienta el agua podéis usar las manos para ir vaciando las tripas de estos bichos-clavó con un golpe seco el cuchillo de medialuna en la madera para señalar algunos animales que no estaban preparados para la cena, desde luego el chambelán no los había incluído en el menú pero no sería la primera vez ni la última que toda la comida preparada sería insuficiente.

-O trabajáis u os largáis-dijo de acuerdo con su sobrino. Miró a Mariana- tu cachorra tiene una correa demasiado larga, querida.

Se secó las manos en el delantal y desapareció para sacar contenedores donde calentar grandes cantidades de vino.

-Necesito que me ayudéis a llenar esto y ponerlo en ese fuego-señaló las brasas de una lumbre ya extinta- las brasas calentarán el recipiente y mantendrán el contenido calentito más tiempo.

-¿Ves madre? Innya nos mantiene ocupados -dice dagu mientras comienza a moverse, esquivando al resto de sirvientes para recoger otro de los faisanes a rellenar -si es que somos pocos y con tanto espacio... si se cae algo o se estropea yo se a quien voy a señalar como culpable -dice mientras señala con el pulgar hacia su espalda, hacia el monumento conmemorativo a la seguridad del castillo que se quedaba en medio de las cocinas estorbando más que ayudando.

-¡Tía, este es el último! -dice mientras pone el faisán junto con su hermano- ¿qué hacemos cuando lo acabemos?

Bebida.
- Vino especiado.
- Vino de rosas: Se prepara con pétalos de rosa sumergiéndolos en vino durante varios días (colándolo y reemplazando los pétalos por nuevas según sea necesario). Cuando está listo se cuela y se añade un poco de miel.
- Agua.

El vino especiado (y el agua) se dejará en jarras sobre las mesas para que los propios invitados se sirvan en las copas lo que quieran según vayan bebiendo. Los sirvientes deben estar atentos para ir llevándose las jarras vacías y trayendo más llenas.
El vino de rosas se informará de que hay, pero no se dejará sobre las mesas. Se servirá a quien lo pida (porque le gusta) o a quien lo necesite (después de ofrecérselo cortesmente).

Carnes.
- Cerdo asado relleno 1: el del relleno de miel, vino y pan tostado.
- Cerdo asado relleno 2: el relleno de salchichas de hígado.
- Cerdo asado relleno 3: el relleno de sesos y huevos.

No sé cuántos cerdos se servirán (3, 6 ó 9), pero se intentará que haya el mismo número de cerdos con cada relleno. Se traerán en bandejas, enteros, en el orden que se considere oportuno (o los tres de tipos diferentes a la vez) acompañados de los platos de verdura como guarnición.

Verduras (guarniciones).
- Zanahorias y chirivías.
- Calabaza.
- Puerros.

Las zanahorias y las chirivías deben prepararse igual: se hierven, se trocean y luego se cocinan a fuego lento en aceite con un poco de comino. En el caso de la calabaza después troceada debe hervirse, luego freírse y finalmente debe de terminar de cocinarse muy lentamente en una olla con vino de comino. Los puerros deben guisarse con membrillo y miel en caldo de carne.

Se servirán con el cerdo. No deben faltar en la mesa. Debe haber suficiente para que cada uno de los invitados tome de la guarnición que quiera con el tipo de cerdo que le venga en gana.

Plato estrella.
- Albóndigas de faisán: Es el plato especial. La culminación de la cena. Tan importante la forma de cocinarlo como la presentación. Eviscera los faisanes que ya están sin piel, sin cabeza y sin patas. Después ásalos ligeramente. Solo ligeramente. Sácalos del horno, deshuésalos y trocea la carne que todavía debe estar poco hecha y tierna. Condimenta esto con pimienta negra machacada y vino reducido, mezcla bien y dale forma de albóndiga pero ligeramente ahuevada. Una vez hecho eso cuece en agua. Ten con cuidado de que las albóndigas no se deshagan para lo que te recomiendo que el agua hierva muy flojito.La piel y plumas del faisán, con la cabeza por supuesto, se rellenan de paja para dar volumen y sustituir la carne que va a formar parte de las albóndigas. Ese muñeco, a ser posible con la cabeza erguida, debe colocarse en el centro de las fuentes en las que se va a servir el faisán sobre un "nido" de hojas de laurel (muy simbólico). Alrededor del faisán se sitúan las albóndigas como si fueran los huevos que está incubando.

Las natillas tan solo es leche que deberás endulzar con miel y a la que se deben añadir varios huevos que han de batirse con fuerza para que se mezclen bien. Luego se coloca la mezcla sobre los envases de arcilla que sean necesarios y se cocina al baño maría a fuego muy lento. Al terminar espolvorea con un poquito de pimienta molida. Muy poca, para dar aroma. Para el suflé se ha de mezclar huevos, leche y aceite batidos muy bien para que cojan cuerpo. Calienta esta preparación sin dejar que lleve a hervir y échala en varios envases de arcilla que después se deben introducir en el horno para que suba. Cuando el lado que queda a la vista esté hecho sácalos, colócalos en una fuente, pon miel por encima y espolvorea con un poco de pimienta como con las natillas.

Gretta limpió el sudor de su frente con una tela que usaba a modo de servilleta.

Bufff si tardabais un poco más seguro se quemaba algo en el horno. ¿Visani, esa bruta de Farkas, como te ha tratado? Tenias a tu tía preocupada. ¿Visteis a alguna de las novias por el patio? Que ganas tengo de saber detalles sobre los regalos, dicen que el Escudero Krevcheski ha hecho que su primo le envíe un regalo realmente caro para su señor.

Ante tanta hostilidad manifiesta, Tomescu, se siente un poco dolido, pero decide no prestarle más atención.

“Tienen razón, al fin y al cabo. Este banquete es, para ellos, el evento más importante del año”

Así que decide, rápido y, quizá, mal, ofrecerse a prestar un poco de ayuda.

-Mis disculpas- Dice, dejando el vasito con la cerveza rebajada en la mesa- Pero no soy cocinero. Lo más comidas frugales de campaña y no creo que esta sea una ocasión para una comida de este tipo. Aun así, y en tanto no deba volver con el agua para mi Señora - Y echa una leve mirada de soslayo a Elena- Puedo cargar, llenar y transportar lo que necesitéis.-

Ahora mira con una franca sonrisa a la Ama de Llaves Mariana y le dice:

-Ya lo veis. Al final podré ayudaros en algo, aun en las cocinas-

Y dicho esto se arremanga las mangas de la túnica y se pone a las órdenes de la mujer que parece al mando de la cocina.

“No creo que esto se me dé bien ni que sea adecuado, pero ya que estamos aquí, demos lo mejor”

Y, como para darse ánimo, mira a Elena y le hace un leve guiño.

-¡Vamos! Manos a la obra-

Me acerqué a Gretta para ayudarla con las natillas, ya que parecía necesitarla. Después de la pregunta, lancé una mirada a mi hijo, esperando que la entendiese. Yo no había educado a ningún cotilla, y además no estaría bien que Visanys hablase de las novias en medio de las cocinas, con todo el servicio delante. Me di cuenta de que el espíritu de madre protectora era superior a mí. Sonreí a Gretta.

-Esto huele que alimenta, querida. -quise interrumpir-. Aunque quizá un poco más de pimienta le de algo más de aroma...

CERCANO EL MEDIODIA.

- ¿Farkas? - digo a Greta. Tan sólo quería que esperase ahí dentro a que terminase de asearse y de desayunar pues no quería más interrupciones así que eso hice esperar pacientemente ya que a nadie le gustaría verlo enojado y menos un día como hoy.

- De cara al Escudero Flavius ... - pienso. Me da igual lo que haga con su vida.

Podría decirlo en alto pero ... hay veces que es mejor callarse las cosas pues no sabes quién peude estar escuchando.

- ¿Las novias? - pregunto. La verdad es que no sé si había alguna en el patio pues no me paré a mirar. Tan sólo ví ese espantoso carruaje que lleva el sacerdote y a los Basarab entrando en el patio.

Luego me vuelvo hacia mi tía Innya.

- Tía, dame esos recipientes. Yo me encargo de ellos. - digo cogiéndolos y poniéndolos en las brasas.

Intento acortasela replico mientras niego para mi y luego les miro a los dos.
La mirada lo dice todo y creo que es hora de que me ponga mas seria de lo que debo.

Dejo el cuenco donde estoy preparando las natillas y me acerco
Tomescu, ya que no sabeis cocinar y solo nos entorpeceriais, por que no vais al patio y veis si podeis ayudar a la guardia de nuestro anfitrion, digo, pero mas bien no es un sugerencia por el tono de voz.

Elena, coge unos huevos y ayudame, voy a enseñarte a hacer esto. Es una pena que no podamos hacer unas empanadas de manzana con canela, seria algo distinto.

Elena volvió a las cocinas, para tirar el agua y todo lo que usó para el arreglo de la Dama Dubieta. Sonrió atontada a Tomescu y se acercó a Mariana para ayudarla.

-Muchas gracias por su ayuda, inclinó la cabeza sin dejar de mirar al hombre a los ojos para asegurarse de no perder ningún gesto que le pueda dedicar. Tanteó con las manos sobre la mesa hasta encontrar una cesta llena de huevos y empezó a cogerlos, uno a uno, y guardarlos en su delantal. Como la mente estaba pensando en otras cosas no se paró a contar ni tampoco se aseguró de lo bien que sujetaba el extremo del improvisado recipiente.

En cuanto escuchó Basarab, Gretta se quedó de piedra y una gota de sudor recorrió su rostro. Completamente quieta, solo buscó con la mirada a Visany. Quiso hablar, pero solo movió sus labios sin llegar a soltar ninguna palabra. Con las manos temblando, buscó una jarra llena de vino que había sobre la mesa y sin parar a pensar se la llevó a la boca y empezó a beber sin parar. Pequeñas gotas se escaparon de su boca, por la prisa que la mujer tenía, y le dejo el delantal lleno de manchas rosadas. En cuanto acabó dejó la jarra caer al suelo y empezó a tener un ligero temblor en todo el cuerpo.

-¿Los Basarab?... ¿Me quieres decir que los únicos que pueden conquistar el castillo y matarnos a todos están en el patio? ¿Y me lo dices con esa tranquilidad? La voz ya empezaba a sonar histérica y era una mezcla rara entre grito y lloro. ¡Nos atacan! ¡NOS ATACAN! Seguro que van a matarnos a todos para llevarse a la Dama y los pequeños nobles. ¡NOOO! ¡Peor, no nos van a matar, nos van a torturar, a violar! A carcelero ya se le mueren los presos, necesita otras víctimas. ¡Nos mataran!

Intenté disimular mi nerviosismo y dejé de hacer mi labor para tranquilizar a Gretta pasándole el brazo por encima de los hombros.

-Gretta mujer, no digas tonterías. Nadie nos va a atacar. Además, tenemos a nuestros guardias para protegernos...

A pesar de estar intentando usar un tono conciliador para tranquilizarla, mis propios nervios ante tal posibilidad me hacían temblar la voz.