Partida Rol por web

Innya entró en las cocinas preparando vino para ponerlo a calentar, seguramente le mandarían hacerlo y le sonaba que Otto había estado preguntando si beberían vino esa noche... aunque no había alcanzado a oír la respuesta.

-Mejor prevenir que curar, Innya-se dijo en voz baja atareada con los preparativos.

-Tía, ¿necesitas ayuda en algo? -preguntó al entrar en la sala mirando que podía hacer.

Estaba un poco desorientado aún. Tanta masacre y sangre de pronto aun le hacía tener esa sensación en la que no sabes si estás despierto o estás dormido

Innya miró a su sobrino, Dagu, tan servicial siempre, tan dispuesto...

-Descansa, sobrino,-sonrió con calidez- toma algo de comida y aprovecha para reponer fuerzas.

-Gracias tía -dice mientras se va a buscar algo para comer- ¿vas a querer tú algo para comer o beber en lo que preparas el vino?

Sabía que las cosas iban a cambiar al cambiar el "mando", pero no lo asimilaría hasta que durmiera y pasara el día. No paraba de pensar en esas bodas que iba a haber y en como influirían en la vida del castillo.

Esto va a cambiar mucho -pensaba mientras iba preparando las cosas.

-Queso querido... y deja algo preparado, no vaya  a ser que alguien más se nos una más tarde.

Innya suspiró cerrando los ojos, Dagu tenía buen talante y le quería de todo corazón. Se sentía responsable de él y de Visany.

Y hablando de Visany...

-Dagu, ¿tu hermano?-dijo

Mientras sacaba un poco de queso se encogió de hombros- no lo sé, apenas le ví en la plaza durante la despedida del señor.

Seguía moviéndome, pensando que podría preparar para cenar sin tener nada de inspiración- ¿quieres que vaya a buscarle, tía?

-No es necesario, seguramente le han ordenado alguna tarea, quédate aquí  mientras no seas requerido. Si necesitan encontrarte... vendrán aquí. Seguro.

Dejó el vino y se sentó a la mesa, sujetándose los faldones y suspiró frotándose las manos.

- Lindor de Slobozia y el lacayo Vasilov llegan a las cocinas. Allí ven a Dagu y a Innya.

- Saludos a los presentes - Vasilov tomó asiento donde pudo procurando no molestar al movimiento del servicio - ¿Innya habría algo que beber para un cochero molido? Los viajes de un noble siempre dan trabajo... los del Duque son algo mucho peor... - una media sonrisa se dibujó en su rostro

Innya levantó la cabeza volviéndose hacia Vasilov.

-¡vaya!-saludó- siéntate, encanto, Dagun ha puesto platos de más y sacó más comida...-se incorporó para alcanzar la jarra de vino- ¿vas a beber? Te lo mereces-sonrió alegremente.

Que encanto de mujer...

- Muy amable Innya aunque no debería ser el único que beba un mal vino aguado, beber solo es muy triste... - invitando a la mujer - ... y vosotros chicos podéis tomar también un poco si queréis -

Puse rápidamente un plato con un trozo de queso y de pan delante de cada uno de los presentes.

-Creo que queda alguna salchicha, podemos hacerlas si queréis -dije mientras intentaba pensar que podía sacar para cenar.

Entro en la cocina, cansado, agotado de todo el día de actividades. Ha sido un día intenso con todo lo del viaje del Duque Gyula Kadar. Como Paje de la Corte, mis deberes no son muchos pero este día la tensión se ha sentido en el aire y era importante mantener todo en orden para su partida.

Estudio, deberes, cosas que agotan. Soy un niño y son varias las cosas que tengo que hacer, por lo que es obvio que a esta hora ya estoy completamente exhausto. Veo a mi tía y a mi primo que están en la cocina. Parece que comenzarán a comer algo, por lo que me siento a la mesa antes de saludar:

 - "Hola Tía Innya, Dagu. ¿Puedo comer con ustedes?"

Tengo hambre, pero por sobre todo tengo sueño. Un poco de alimento a la boca y yo entero a dormir. Eso es realmente lo que necesito para poder continuar y despertarme mañana a realizar todas mis tareas.

-Claro, toma -dijo ofreciéndole el plato que se había servido para él y que aún no había tocado- yo ahora me preparo otro, que tu tienes que cenar antes para descansar -esbozó una sonrisa amplia.

Tras acercarle el plato a su primo y ofrecerle un asiento, se fue a prepararse otro plato de queso y pan y cogió dos tazas normales y las llenó con agua para su primo y para él. Comer sin nada de beber no podía ser bueno, y su tía y Vasilov tenían vino, asique solo quedaban ellos dos.

-Aquí tienes -dijo ofreciéndole la taza de agua- y que aproveche a todos.

Innya estaba sirviendo el vino a Vasilov cuando Lindor habló.

-Lindor, querido, come algo y a dormir-sonrió con calidez a su sobrino, después dejó la jarra de vino frente a Vasilov y abrazó a Lindor besándole en la cabeza. Hizo un gesto a Dagu- Dagu, querido, toma mi pan y mi queso-lo dijo como si fuera una sugerencia, pero en realidad era una orden. 

Recuperó la jarra y se sirvió algo de vino levantando la tosca jarra hacia Vasilov.

-Salud-dijo con media sonrisa antes de darle un trago breve.-si tienes un día duro te lo puedo cambiar-le guiñó un ojo bromeando.

- Alimentarse es muy importante niños... - afirmó con rotundidad ante las palabras de la mujer

- Salud - levantando la jarra - No os lo cambiaría, sería mucho para vos... - devolviéndole el guiño a Innya - ... hablando con propiedad, no pretendía comparar pues más trabajo que vos sería difícil realizar, bien lo sé querida -

Agradezco con una sonrisa al buen trato que me dan y respondo con mis palabras al Lacayo Vasilov:

 - "Así es, un buen alimento puede mantener a un hombre enfermo con vida."

Acto seguido comienzo a comer y beber lentamente, producto del sueño que tengo. Es importante no acostarme con el estómago vacío pues tendré una mala noche, por lo que me obligo a mí mismo a consumir lo necesario y aguantarme un poco las ganas de caer rendido donde estoy ahora.

Ignoro sin querer mucho de lo que está alrededor pues mi cabeza ya no piensa por si misma y, apenas termino de comer, me recuesto en el suelo donde duerme el servicio, para descansar un poco.

TRANSCURREN LOS MESES.

NOCHE DEL VEINTINUEVE DE ABRIL DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

Antes del paso de tiempo, de los últimos dos meses, Enrietta salió del patio y vino hacia la zona de servicio.