Partida Rol por web

Sonrío complacido luego de que mis nuevos súbditos sellen el pacto entre nosotros bebiendo de mi sangre. Luego de eso, vuelvo a mi asiento y me dejo caer sobre él. Es el momento de pensar en las cosas y lograr llegar a la conclusiones que necesito para lanzar el ataque:

 - "Quiero que me digan todo lo que saben de las defensas del castillo. Además, quiero saber con qué fuerzas contamos para el asalto, tanto en tropas como en armamento."

Tengo varias ideas de como devastar ese lugar y poder tomar el castillo de Balgrad de una vez por todas, esta vez para siempre.

Miro a mis hermanos tras acabar de sellar el pacto, y luego centro de nuevo mi atención en el Koldun.

- Sabemos que Durius es un vampir y el líder de las fuerzas ducales en el castillo. Cuenta con un mago capaz de hacer brotar llamas del mismísimo infierno del suelo, además de otros muchos trucos, pero ése es el más peligroso. – Comento recordando lo mal que lo pasamos en nuestra propia mansión. – El mago no es un peligro en cuerpo a cuerpo si alguien llega junto a él. Sería fácil despacharlo, pero con otras distracciones y teniendo cobertura, es un arma a distancia mortal en nuestra contra. Disponía, y seguramente siga disponiendo, de un arsenal ilimitado de viales de un líquido aceitoso, y tanto él como Durius los usaron para impregnarnos o impregnar ciertas zonas que luego hicieron arder en llamas, ya fuese por la magia de Maserrak, o usando simples antorchas. –

Me fijo atentamente en si mis palabras producen alguna reacción en nuestro anfitrión. No parece preocupado y sin embargo, tras lo visto en la mansión Basarab, no estoy nada tranquilo.

- Durius dispone también de al menos un hombre lobo, el capitán de su guardia. Se transformó delante de nosotros y mató a Niksaa con terrible facilidad como ya os he comentado. Es una criatura de terrible poder físico. – No sé cómo podríamos hacer frente a algo así. – Ignoro si algún otro de los guardias de Durius es capaz de hacer lo mismo. – Espero y deseo que eso no sea así.

A medida que hablo me voy dando cuenta de que parece que nos enfrentamos a unas fuerzas muy superiores, y que no tenemos ninguna oportunidad. La destrucción de Iacobus pareció darnos alas pero cada vez estoy más convencido de que no fue y no será suficiente. Aun así confío en que nuestro aliado sepa lo que se hace. Es una criatura sobrenatural tremendamente poderosa, Padre no se habría aliado con él de lo contrario. Y en esos casos, Padre sí tenía buen criterio.

- Aparte de eso desconozco el número de guardias normales que quedan en el castillo, que si no me equivoco nos superan en número pero ignoro cuántos quedan exactamente. – Continúo con la explicación. – Por nuestra parte disponemos de unos veinte guardias Basarab bien armados y equipados. Y tres caballeros. – Finalizo abarcando a mis hermanos y a mí. Obviamente ignoro las fuerzas que pueda proporcionarnos el Koldun. Eso son datos que sabe él, y él decidirá si nos los desvela o no.

Ese Más-Error no será ningún problema, su Excelsa Vicisitud-susurró junto al trono, lamiendo servilmente la mano del Amo-. Si lo desea, prepararé nuestros propios aceites en el laboratorio... Si esos gusanos están dispuestos a quemarse, también lo deben de estar a arder. El fuego se contagiará como la peste: a cada roce. El campo de batalla será igual para todos: el infierno. Y el débil cuerpo del mago será el primero en consumirse... Jujujujuju...

Sonrío ante las palabras de Igor y ante su lamida, retiro la mano y golpeo con el dorso su rostro, cuidando de no causarle daños pero si brindarle el placer del dolor. Luego le contesto:

 - "Es una excelente idea, Igor. Prepara sustancias para transformar su muerte en una larga agonía. Aún así no quiero que el castillo sufra muchos daños, planeo que se vuelva mi hogar pronto."

Me río suavemente antes de ponerme de pie. Miro a los Caballeros Basarab y les hablo:

 - "Vamos a reunirnos con esos deliciosos tributos que me han traído. Estoy hambriento y necesitaré vida para eliminar a nuestros enemigos."

Comienzo a caminar fuera de mi sancta-sanctorum para poder disfrutar de una exquisita merienda después de tantos años de sueño.

De nuevo guardando el protocolo esperé en pie a que el Koldun, Iador y Barakta abandonaran la sala para salir tras ellos. Estaba pensativo en mi silencio cordial mi rostro se volvió más serio tras beber de la sangre del Koldun. Miles de posibilidades se me pasaban por la cabeza, y me preguntaba si no habría ido nuestra sed de venganza demasiado lejos. Ni siquiera estaba seguro de los efectos de beber aquella sangre ni de cómo nos ataba al Koldun. ¿Acaso habíamos sacrificado nuestra libertad a cambio de la venganza, sólo para vivir eternamente en servidumbre hacia el vampyr?

- Mientras que Igor se dirige al Laboratorio, todos los demás siguen al Koldun hacia la salida del complejo subterráneo, hacia el agradable frescor del cielo tan sólo iluminado por la luna y las estrellas, en esta noche de la primavera transilvana.

QUINTA CAMPANADA, MADRUGADA DEL CINCO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

Como era más pobre que una rata, y ni siquiera tenía un mísero zurrón para llevar todo el material reunido, Igor metió las velas en su bolsa del oro cruzándolas en un pequeño trípode. Entre los resquicios de las velas y el cuero, para que no tintinearan entre sí, metió separados los viales. El yesquero lo metió en un bolsillo, y las teas las llevó apresadas entre los brazos y su gordo e infecto estómago.

Estoy deseando dejar las antorchas en mi carro para poder tener una mano libre con la que rascarme mis entresijos indecorosos.

Así que salió de las catacumbas buscando otra reprimenda del Amo.

- Igor recorre los túneles hacia la salida del complejo subterráneo donde se encuentra el refugio de su Amo.

- El Koldun Boru y su lugarteniente, el noble Valdav Krevcheski, regresan a las catacumbas subterráneas que sirven de guarida al poderoso strajeri ai noptii.

Una vez que llego abajo junto con Valdav, me siento en mi trono y le hablo:

 - "Tengo una misión para ti, mi querido Valdav. Hay una entrada hacia una serie de túneles subterráneos bajo Alba Iulia. Esos túneles nos deberían llevar dentro del castillo a través de una entrada oculta. Planeo usar esa entrada para ingresar a las tropas de élite y atacar por dentro mientras los milicianos distraen a los defensores hacia el muro. Quiero que encuentres la entrada y hagas un reconocimiento del camino. No sé qué peligros se esconden ahí pero no creo que muchos pues ahí estaba el refugio de Niksaa. La entrada debería estar bajo la iglesia principal de Alba Iulia. Ve y asegura la zona, además de asegurarte de que los Basarab me consigan a mucho, muchos civiles para beber. Mañana será una noche sangrienta."

Muerdo mi muñeca y ofrezco a Valdav la sangre negra de mis venas:

 - "Bebe, siervo mío. De hoy en adelante serán premiados como merecen todos los que han demostrado su lealtad. Tú devoción y lealtad será recompensada si me demuestras que no tienen límites."

Le tiendo mi sangre para que la pruebe y así se acerque aun más a mí, en una unión poderosa que solo tiene un señor Vampiro con sus súbditos mortales.

FALTA MEDIA HORA PARA EL CANTO DEL GALLO.

CINCO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

Acercó sus labios, ávidos, ansiosos ya tras ver cómo la sangre había sido ya derramada para otros, incluso para aquellos de baja calaña, como Aldriu, sin que le llegase a él la oportunidad. Bebió, intentando mantener la compostura, y sin embargo, sin poder evitar mostrar sus enormes ganas. 

Sobrecogido por el exquisito sabor de la sangre del Koldun, Valdav se arrodilla—Así lo haré, mi señor. Si me lo permitís, le pediré a alguno de esos hombres Basarab que me ayuden a encontrar la entrada. Después de todo, no sabemos que ha podido hacer el susodicho Durius y sus acólitos tras descubrir a Niksaa en el castillo.

Y sin duda será mejor que uno de esos hombres vierta su sangre antes de que corra la mia.

Retiro mi muñeca de la boca de Valdav y le respondo con suavidad:

 - "Como desees, pero recuerda que deben reunir a muchas víctimas para mañana. Mientras más sangre tenga para mí, más poder obtendrán ustedes. Ahora es tiempo de que vaya a dormir. Todos los cabos deben ser atados y mañana será una noche gloriosa para todos nosotros, así que asegúrate de que todo esté en orden para mi despertar."

Luego de eso me dirijo a mi catacumba privada y me introduzco en mi sarcófago de piedra, entre mi tierra de muerte que me conserva la fortaleza. Tapo mi sarcófago con la pesada tapa de piedra fría y me sumo en mi sueño. Mañana será una gran noche.

- El Koldun se retira a su cámara mortuoria privada y se introduce en su sarcófago de piedra que contiene tierra en su interior.

AMANECER DEL CINCO DE MAYO, AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

- Igor desciende a las catacumbas y recorre el largo y tortuoso pasillo que conduce a la cámara principal del refugio de su Amo.

- No ve al Amo, supone que estará en su sarcófago de piedra, en el interior de la Cámara Mortuoria del fondo, al centro.

- Ve enseguida a Valdav, quien parece callado y pensativo, ensimismado en sus pensamientos.

- ¿Sabes dónde están esos Basarab ahora? Debo hablar con ellos. El amo me ha pedido algo de suma importancia- dice Valdav, refiriéndose a Igor.