De suma importancia, de suma importancia... ¡Bah! No te des esos aires. Los Basarab siguen fuera, holgazaneando.
¡Lo sabía! No debí marcharme del lado del Amo. Ahora este insecto está haciendo méritos para llevarse las palizas y los desprecios que el Koldun me reservaba antes a mí.
¿Y el Amo? Quiero...-hablarle mal de ti para ponerle en tu contra, sucio adulador-serle de ayuda en algo, y añoro más órdenes.
NOVENA CAMPANADA.
CINCO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.
- Aldriu el siervo desciende a las Catacumbas y se retira a su cubículo de descanso habitual.
// Entra en escena: Aldriu. - Procede de: Alba Iulia.
- El amo duerme-dijo, secamente- pequeño engendro lamebotas- pensó, casi mascullando las palabras, antes de abandonar las catacumbas.
Salgo hacia donde se encuentren los caballeros Basarab.
¿Dormir? ¿Ya? ¿Y para eso me di tanta prisa en preparar los aceites incendiarios?
Aldriu, ¿dónde te habías metido? ¡Sigh! Estate atento. Le pedí para experimentar uno de los cadáveres a los Basarab y me ignoraron completamente. Seguro que esos vagos no los entierran, así que en cuanto se vayan saldremos a por mi botín-sonrió con sus dientes amarillentos, frotándose las manos.
- Valdav sale de las Catacumbas.
// Sale de escena: Valdav. - Sigue en: Alba Iulia.
DECIMA CAMPANADA.
CINCO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.
MEDIODIA.
CINCO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.
- Todo está silencioso en las catacumbas.
- Aldriu descansa.
- Lo mismo el Amo. Quizá el letargo diurno en contacto con la tierra de su tumba en el interior de su sarcófago sea el momento de mayor descanso. El momento en que el ansia de sangre acuciante no le atormenta constantemente.
- Igor medita, sumido en sus oscuros pensamientos.
LA UNA DE LA TARDE.
CINCO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.
QUINTA CAMPANADA DE LA TARDE. FALTA UNA HORA PARA EL OCASO.
QUINTO DIA DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.
OCASO. EL SOL SE ESTA PONIENDO.
CINCO DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.
- Aldriu e Igor se despiertan de su duermevela casi al mismo tiempo.
Siento como de a poco el sueño se va alejando, me reincorporo y agarro la cabeza, tirando mi cabello hacía atrás y sentándome para ubicarme.
¿Qué habrá pasado durante la noche?
Me quedé pensativo unos segundos antes de levantarme y tomar las pocas cosas que tenía siempre encima, antes de salir y ver si se me necesitaba para algo.
La tapa de mi sarcófago de piedra se mueve, impulsado desde el interior. Una mano blanca y fría la empuja para salir nuevamente a la oscuridad de la noche. Me alzo lentamente de mi tumba y salgo de mi sancta-sanctorum para sentarme en mi trono subterráneo, desde el cual podré saber qué es lo que ha ocurrido durante mi sueño.
Camino por sobre las piedras hasta llegar a mi lugar. Me siento en él y levanto la cabeza para ver quienes de mis siervos están cerca mío. Les miro y solo con eso basta para que sepan que espero el reporte de todo lo que me perdí en mis horas de sueño.
Igor cojea en dirección al trono para envenenar al Amo de la Noche y la Sombra con su indigna lengua. ¡Basarab! ¡Malditas sanguijuelas! ¡Que el tiempo se lleve vuestro linaje!
No vendrán, Príncipe de la Magnificiencia. Los Basarab. Seguro que no vendrán. Lo presiento. Fue un desperdicio regalarles el maravilloso don de la sangre. Triunfarán fuera de estos pasadizos con la excelsa bendición de vuestra Merced, y lo celebrarán en festines y aquelarres sin acordarse de su valedor. ¡Desagradecidos! Los Basarab no saben de gratitud.
En cualquier caso, el tiempo pasa más despacio para los que son eternos. Podrían pasar varios días de espera hasta que el Koldun sintiese que se le daba plantón. Tiempo que Igor bien emplearía en hablar mal de los Basarab.
MEDIA HORA TRAS EL OCASO.
Al escuchar ruido en las catacumbas del amo me acerqué a estas.
Igor parecía estar enojado con los Basarab por no haberse presentado, era lógico, un pacto era un pacto después de todo y debían de cumplir.
Al llegar me arrodillé delante del trono de mi señor.
-Amo, no comprendo mucho pero puedo dirigirme al lugar de la batalla e ir a buscarlos, quizás el poder de su sangre fue mucho para ellos y enloquecieron o quizás no pasaron la noche con vida, de una forma u otra los traeré o sus cadáveres para ponerlos ante sus pies de ser necesario- bajé la cabeza en señal de respeto esperando cualquier indicación.
Niego a las palabras de ambos siervos antes de contestar:
- "No volverán porque dos de ellos ya están muertos. Eran débiles y estúpidos, no como su padre. Esa sangre no era tan fuerte como debiese y murieron como merecían. Lamentablemente, hay dos seres que están buscando la entrada a nuestras catacumbas arriba nuestro. ¿Donde está Valdav?"
Me pongo de pie mientras me dirijo a mis aposentos a preparar mi armadura y mis armas.