Partida Rol por web

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Transilvania: 1) Alba Iulia: Ciudad. - Mansión en la ciudad.

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04/05/2012, 01:25
Pavetta
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Cuando se quedaron solas Niziya y Pavetta, empezó el verdadero trabajo en la casa. Lavar, fregar, preparar los palomos que Dagu había traído. Sacar agua del pozo. El trabajo en el huerto, regarlo, dar de comer a las gallinas. Cepillar al caballo, Centeno, darle de comer también. Coger algunos de los huevos y algunas de las hortalizas y acercarse al mercado a venderlos o a cambiarlos.

Y entre todo ello, amasar harina para hacer el pan, algo que a Pavetta le recordaba su tiempo de felicidad con Lisander. Mientras amasaba, con los brazos enharinados y las manos blancas, sonreía.

Otro tiempo, otro lugar...

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07/05/2012, 01:10
Niziya.
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Las faenas de la casa eran lo mismo e cada día, pero ese día en concreto se estaba haciendo más largo que cualquier otro. Desde el alba ya estaban preparando pan, limpiando, arreglando la casa, etc. y lo único en lo que podía pensar era en el regreso de mis hijos y en las noticias que con ellos traerían. Tenía ganas de verlos de nuevo, ya que nunca me había separado de ellos más de lo necesario.

- Hermana, ¿cómo crees que irá la visita al castillo? - le sonrío a Pavetta con cierta ternura, intentando que me tranquilice con sus palabras.

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07/05/2012, 15:38
Pavetta
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- No van a tener problema, Niziya. Pero otra cosa es que les den trabajo a los tres. ¡Ojalá así sea! Son tiempos difíciles, y aunque en el Castillo del Duque las cosas son más fáciles que aquí, tampoco es que estén rebosantes de medios. Pero bueno, habrá que esperar. Además, los nobles siempre andan necesitando personal que les sirva, y les ayude.

En realidad Pavetta esperaba que fuera más la influencia de Durius o de Maserrak lo que obrara el milagro, y los emplearan a todos. Necesitaban entrar más dinero en la casa, eran seis bocas a alimentar, aunque Lindor no estuviera allí constantemente. Y además el caballo, que tragaba grano como un demonio. Se sacudió las manos y sonrió a su cuñada.

- Estoy acabando de amasar el pan, pondré las hogazas en el horno, y podremos irnos al mercado. Si quieres acompañareme, claro está.

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10/05/2012, 13:47
Pavetta
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El pan horneado, la casa limpia, todo recogido... Pavetta tomó la cesta de huevos y la de verduras, y, por si acaso, algunos de los panes que había hecho en previsión, envueltos en sendos paños de lino blanco.

Lo metió todo en las alforjas de Centeno, y lo sacó del establo murmurándole palabras dulces junto a la oreja. Le rascó suavemente el cuello, y lo llevó al paso hacia la puerta de madera de la casa. La puerta era una de las cosas que le encantaban a la campesina. Maciza, noble. Hablaba del espendor de aquellos que habían construido la edificación, de su sentido de la estética. Ella no lo habría dicho con esos términos, claro, pero sí que esa era la sensación que le producía.

Pasó junto a la ventana donde podía verse a Niziya, entregada a sus cosas.

-Me marcho, cuñada, voy al Mercado, a ver si consigo algunas monedas por esto, o consigo noticias, o consigo un marido para ti. ¡Jajaja!

Estaba de buen humor, el día se había presentado claro, y había trabajado la mayor parte de él. Eso era todo cuanto necesitaba para animarse. Porque, aunque no lo tenía ahora consigo, sabía también que Lindor estaba cuidado, y aprendiendo. Y esta noche había dormido en casa.

Sólo el recuerdo de Lisander, su marido muerto, suavizó la alegría de su rostro. Le echaba de menos. Desde el primer día que partió de casa, ese día de fines de invierno del 950. Parecía ayer...

Traspasó la puerta, sumida en su recuerdo. Sus pasos se acompasaron, al igual que los de Centeno. Y, mecánicamente, sin dejar que la tristeza la invadiera, se dirigió al centro de la Ciudad.

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10/05/2012, 14:45
T01: ALBA IULIA.
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- Pavetta sale de la casa con Centeno.

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17/05/2012, 10:24
14 - La Templanza.
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La casa de Pavetta en Alba Iulia era un verdadero lujo para un grupo de plebeyos. De piedra, y no demasiado lejos del Castillo, en una zona de ciudadanos acomodados.

Con dos pisos, un corral con un gallinero, un establo pequeño, un patio con un pozo y un huerto de buen tamaño, era una buena edificación.

Arriba se situaban las habitaciones, una para cada una de las mujeres, otra para los dos hijos de Niziya, y una quinta para Lindor, que no siempre estaba ocupada, pues el muchacho muchas noches dormía en casa de su tutor. La de Pavetta y la de Lindor eran las mayores, incluso con un pequeño despacho en la del chico. Todas tenían chimenea, ventanal, y estaban amuebladas con sencillez pero confort.

Abajo estaba el comedor, un salón grande, y la cocina, con una despensa. También tenían allí chimenea, y lavadero.

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17/05/2012, 10:25
T01: ALBA IULIA.
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NIZIYA:

- Escuchas los cascos de dos caballos justo delante de la casa.

- Pavetta salió con Centeno, vuestro caballo, así que podría ser ella que está de vuelta. ¡Y ya era hora! Han pasado muchas horas... ¿Pero de quién es el segundo caballo?

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17/05/2012, 10:26
EL TIEMPO TODO LO VENCE.
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ES MUY AVANZADA LA TARDE.

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17/05/2012, 16:05
Niziya.
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Mientras termino de hacer las tareas de la casa, y remiendo algunas prendas algo viejas que hay en uno de los cuartos de la casa guardadas, no puedo evitar mirar por la ventana la posición del sol todo el rato. Ha pasado mucho tiempo desde que salieron todos y se me hace duro estar sola, y lejos de mis hijos, sin saber siquiera como están.

Entonces oigo los cascos de caballos que se acercan... Puede que sea Pavetta que regresa... Salgo con paso acelerado hacia la puerta y antes de abrirla sin más, me asomo por una de las ventanas para ver bien quien se acerca, ya que nadie sale a cabalgar a estas horas de la tarde, ya casi anocheciendo, si no es por un buen motivo. Y mi familia ya debería haber vuelto hace rato.

No puedo evitar preocuparme todo el tiempo...

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19/05/2012, 20:29
Director II.
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NIZIYA:

- Junto a Pavetta hay un caballero vestido con ropajes nobles. Ves que no lleva armadura exceptuando unos temibles guanteletes de hierro, y que al cinturón porta una espada.

- Su aspecto es cruel, aunque también hermoso, y hay algo en él que paraliza de temor tu corazón. Instintivamente sospechas que ese caballero representa al Mal.

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20/05/2012, 00:31
EL TIEMPO TODO LO VENCE.
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EL SOL SE HA PUESTO.

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20/05/2012, 00:32
16 - La Torre.
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- Tras atar a los caballos a la entrada de los establos, Pavetta acompaña al Caballero de los Cárpatos al interior de la casa.

- En el interior está Niziya, que mira al Caballero con una involuntaria expresión de miedo.

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20/05/2012, 02:27
Pavetta
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Bien, aquí estamos. Ojalá no sea esto el inicio de un mal que no hemos buscado.

Pavetta hizo lo que el Caballero le indicó, con su gesto. Pasó delante, y entró en el recinto de la casa. Ató a Centeno delante del establo, y tendió la mano por si el Caballero quería que hiciera lo mismo con su corcel.

Después le acompañó dentro, encontrándose allí a Niziya.

- Mi Señor, os presento a Niziya, mi cuñada, la viuda de mi hermano el mayor. Antes me habéis preguntado mi nombre, pero con la llegada a la casa no os lo he dicho. Soy Pavetta, como sabéis viuda de Lisander. Y éste es nuestro hogar ahora, gracias a la bondad del caballero Durius.

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20/05/2012, 17:30
Niziya.
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Algo desconfiada y sin poder ocultar el miedo en mi rostro, hago sitio echándome hacia un lado para que pasen los dos, mi cuñada y el extraño hombre, de quien no dice su nombre pero al que llama "mi señor", por lo que hago una pequeña incinación con la cabeza como saludo, con las manos aun entrelazadas sobre mi falda y algo de timidez.

Mientras, en mi mente no pueden dejar de dar vueltas pensamientos sobre mis hijos, cómo estarán o qué harán a estas horas de la avanzada tarde, pero me digo a mi misma que ya son casi hombres adultos. Dentro de nada tendré que aprender a dejar de preocuparme tanto. Aunque como madre, bien sé que eso es casi imposible, tengan la edad que tengan y estén donde estén.

- Bienvenido a nuestro humilde hogar sea, encantada señor... ¿deseais tomar algo cuñada? ¿cómo ha ido el día? - le digo ya dirigiéndome a Pavetta y mirándola con cara de querer alguna explicación.

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20/05/2012, 19:22
[RIP] Caballero Iacobus Radoslav de los Cárpatos.
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Iacobus, que había atado a su propio caballo, había pasado tras Pavetta y ahora miraba a su alrededor con cierto interés.

No se compara con el otro castillo, de ese hace tantos años. Pero definitivamente es mejor que la choza.

Luego, ante la presentación de la mujer, giró la mirada y observó a la otra, que no podía ocultar el miedo en su rostro ni en sus maneras. Estaba claro que no era de la misma madera que Pavetta, quizás fuera cosa de la edad. Quizás de su propia naturaleza. Al ver cómo Niziya le saludaba, y cómo inmediatamente se desentendía de él para atender a su cuñada, algo que frente a otro noble le costaría la lengua, los ojos o peor aún, la escasa comodidad, Iacobus no pudo más que sonreír. Acaso fuera que se merecían el yugo de la religión que estaba barriendo con todo, cuya máxima premisa sostenía que la ignorancia era una bendición.

Un placer conocer vuestro nombre, Pavetta. Y salud a vos también, Niziya. Yo soy Iacobus Radoslav, el caballero de los Cárpatos.

Lo dijo sonriendo, como si no se hiciera problema alguno. Quizás fuera justamente su falta de reacción inmediata hacia el desmerecimiento de su posición, por parte de Niziya, lo que fuera más amenazante de todo. Acababa de ignorar a un señor, a fin de cuentas, sin ofrecerle hospitalidad ni atención, ni nada más que un saludo.

Veo que vuestra cuñada está demasiado interesada en que le contéis vuestro día - prosiguió Iacobus, girando hacia Pavetta - Imagino que es la madre de los jóvenes que vi en las puertas del castillo, a quienes acabó recibiendo el maestro de vuestro hijo. Mejor os dejo, para que manejéis vuestros asuntos de importancia. Me mostraréis la casa otro día, si existe la oportunidad.

No parecía desairado ni ofendido, pero el que se marchara tras esas pocas palabras no parecía ser nada bueno.

Je.

No, no es necesario que me acompañéis - hizo un gesto, que no se sabía si era de benevolencia o de ironía - Sólo son unos pasos hasta mi caballo. Quedaros dentro. Niziya - miró a la mujer, con una media sonrisa, como despedida - Pavetta.

Dejó los ojos oscuros puestos en los azules de la mujer más joven durante un par de segundos, antes de girar y dirigirse hacia la salida, tal como había entrado a la casa.

Notas de juego

Perdón por el retraso. Si no sucede nada en medio, Iacobus tiene la intención de coger su caballo y volver al castillo.

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20/05/2012, 23:09
Niziya.
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Prestando atención a la situación, Me dirijo con cortesía y humildad al hombre que se va nada mas poner un pie en nuestra casa, dando paso a que Pavetta, que es quien lo ha traído, de el siguiente paso para hacer lo que crea que debe hacer.

- Pero... ¿tan.. tan pronto os vais mi señor? Perdonad mi poca educación, tan solo deseaba saber de mis hijos, llevo demasiado tiempo sola en esta casa. Pasad y sentaos si lo deseais, ya está a punto de caer la noche... - digo con un leve susurro y agachando la cabeza al terminar la frase. Sinceramente, seguía pensando en mis pequeños, pero no quería buscrnos problemas, ni a mi ni a mi cuñada. Esperá la reacción del caballero y de Pavetta, con calma y paciencia. Había algo de comida en la cocina si querían comer algo.

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20/05/2012, 23:26
Pavetta
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Las reacciones de uno y de otra se trazaron con el escalpelo de la fatalidad. Y ella no podía hacer nada, o bien poco, al respecto. Lo que estaba dicho, dicho estaba, desmentirlo era absurdo, y disculparlo inútil si el Caballero no lo hacía. E igual de inútil si ya lo había hecho.

Así que Pavetta esperó por el bien de ambas que el Caballero de los Cárpatos, que tan agudo y afilado se había mostrado durante el camino, tuviera a bien dejar a un lado la actitud de su cuñada. Tal como había hecho para con los demás, según su propio relato.

Y antes de que ella pudiera ni intentar suavizar la cosa la propia Niziya se dio cuenta del agravio. Y del peligro que eso suponía teniendo en casa a un Caballero noble, y más con el aura que rodeaba a Iacobus. Y habló, un poco ingenuamente, quizá, pero esa era su naturaleza.

Ella calló y esperó la respuesta, aunque no tenía demasiadas dudas de cual sería, tanto si era en palabras como en actitud. Se colocó junto a la puerta, las manos cruzadas sobre la falda, serena y respetuosa, expectante.

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20/05/2012, 23:40
[RIP] Caballero Iacobus Radoslav de los Cárpatos.
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Iacobus se detuvo. Giró sobre su eje, y posó la mirada en Niziya, que intentaba disculparse de un modo tan ingenuo como espontáneo.

Agacha más la cabeza, mujer, y podrás utilizar tus pestañas y lágrimas para fregar los pisos.

¿Son vuestros hijos rubios, y se encontraban acompañados por una mujer? - dijo el caballero - Como os dije un momento atrás, fueron recibidos en castillo. Yo mismo los vi, pues me apresté a recibirlos aunque fue en vano - agregó, y señaló con un gesto despreocupado a Pavetta - Vuestra cuñada podrá daros más detalles de sus acciones y su suerte pues, al saber que eran sus sobrinos, se lo he contado a ella.

Y advertido sobre sus actitudes. Pero eso Pavetta podría decirlo como no hacerlo, y en aquello radicaba el quid de la cuestión. Iacobus les dedicó una media sonrisa. A fin de cuentas, ¿qué era peor? ¿Una deuda a un noble por su bondad al ignorar un agravio y perpetuase así su recuerdo, o un castigo inmediato que doliese pero hiciera olvidar el asunto?

- Lo dicho. Os dejo en mutua compañía, ahora que ninguna está sola.

Porque, para repetir lo que ya he dicho, prefiero gastar en otras cosas mi tiempo.

Iacobus volvió a sonreír, y giró, esta vez de modo definitivo, hacia Pavetta y hacia la puerta para salir. 

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21/05/2012, 00:04
Pavetta
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Aunque el Caballero había precisado que salía solo, Pavetta, tras abrirle la puerta le siguió hasta donde estaba atado su caballo, y lo desató y retuvo para que Iacobus montara con comodidad.

-Mi Señor, os agradezco vuestra visita, y me disculpo en nombre de toda mi familia, no estamos habituados al trato con las personas de vuestro rango, como habréis visto. Soy muy consciente de que hemos cometido faltas de comportamiento, que procuraré recordar en el futuro para que no se repitan.

No entiendo bien tu naturaleza, Caballero de los Cárpatos. Eres irónico, peligroso como un alacrán, eso salta a la vista. Pero no has usado tu aguijón con nosotros, con ninguno de nosotros. Quizá lo guardas para otras presas más jugosas... o quizá no gustas de usarlo si no es estrictamente necesario. Pero, en ese caso, habría que admitirte bondad... y eso, aunque no sé bien la razón, me perturba...

Finalmente le tendió las riendas, y le despidió, con una reverencia cortés y una sonrisa tímida.

-Seréis bienvenido si decidís regresar. Un honor para mí, y mi familia.

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21/05/2012, 11:46
T01: ALBA IULIA.
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- El Caballero de los Cárpatos monta sobre el negro caballo de monta y se aleja cabalgando.

Notas de juego

/ Iacobus cambia de escena y pasa a la escena de las calles de la ciudad.