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Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Transilvania: 1) Tirsa de Balgrad: Alba Iulia.

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27/04/2012, 23:44
T01: ALBA IULIA.

TIRSA DE BALGRAD.

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01/05/2012, 16:04
Director I.

LOS DHAEVA DE TRANSILVANIA: SEGUNDA PARTE.

En el año 952 termina la conquista de Transilvania por parte de los invasores magyares. Aunque en un principio tan solo se dedican al saqueo y la destrucción por donde pasan este comportamiento violento y salvaje cesa cuando la mayoría adoptan las costumbres feudales y se convierten a la fe cristiana.

El Duque Gyula Kadar, vasallo del rey Tristán I de Hungria, se convierte en el gobernante del ahora Ducado de Transilvania, que ve acrecentado su territorio con la adhesión de Constanta y Tulcea, pertenecientes al Imperio Búlgaro y que dan salida hacia el Mar Negro abriendo muchas posibilidades de transporte y negocio al Ducado.

En el año 952 el Duque Kadar es bautizado por el Párroco de Bistrita en la iglesia de Bistritz, adoptando el cristianismo y los lazos feudales de fidelidad (a su rey y sobrino, Trystan I de Hungría). Un tercio de la horda magyar acepta el cristianismo y el feudalismo por obediencia a su señor el Duque. Dos terceras partes, lideradas por los chamanes de las tribus magyares, muestran un enorme descontento por esto y rechazan de plano convertirse al Cristianismo.

La facción principal barbárica acepta abandonar Transilvania, dejándosela al Duque Kadar, a cambio de llevarse la mayor parte del botín saqueado hasta ese momento. Tras ayudar al Duque a someter al resto del antiguo Voivodato, irán regresando a Hungría (exceptuando algunas bandas de desertores que se convierten en bandidos y no regresan con sus tribus).

La adopción del Cristianismo y del feudalismo supone además la pérdida de la mayor parte del apoyo sobrenatural con que contaba el Duque. Hasta entonces los bárbaros contaban con el apoyo de magia chamánica y de demoníacos hombres lobo que luchaban en sus filas.

Mientras tanto, el Caballero Durius Tremere negocia con el Conde Blaatu Basarab (señor de la Gran Casa Basarab) la rendición de Balgrad (que después se conocerá por su antiguo nombre romano, Alba Iulia).

El señor de los Basarab acepta rendir el territorio de Balgrad y jurar fidelidad al Duque Kadar. Pierde el título de Knezi (Conde) adoptando el de Boyardo (gran terrateniente). La Casa Basarab pierde la mitad de sus tierras y varias casas en la ciudad de Alba Iulia, pero mantiene el derecho a tener un ejército de cien hombres. Blaatu Basarab jura fidelidad al Duque, convirtiéndose en su vasallo feudal.

Por este servicio el Duque Kadar nombra a Durius de Slobozia su secretario y le asigna el uso de una mansión en Alba Iulia anteriormente perteneciente a la Gran Casa Basarab.

A finales del año 952 se traslada la capital de Transilvania de Bucarest a Alba Iulia. La ciudad de Bucarest es evacuada por la fuerza y demolida. Ahora es una zona completamente deshabitada.

Se produce una migración masiva de población hacia la nueva capital de unas dos mil familias que se asientan en un barrio pobre y marginal lleno de casuchas, donde imperan las enfermedades, los robos y la violencia.

Las familias más importantes de Transilvania intentan tener presencia en la corte enviando representantes para asegurarse aumentar su influencia y poder frente al nuevo gobernante. Los antiguos privilegios y repartos de poder definitivamente han cambiado dando lugar a una nueva época en la que cada uno intenta encontrar su lugar.

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01/05/2012, 16:09
TEMPUS FUGIT.

PRINCIPIOS DEL INVIERNO AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVENCIENTOS CINCUENTA Y SIETE.

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01/05/2012, 16:50
07 - El Carro.
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En el verano del 956 llegáis a Constanta en barco desde Bulgaria. Este territorio, antes del Imperio Búlgaro ahora forma parte del Ducado de Transilvania. Desde Constanta emprendéis un viaje hasta Calarasi donde sois recibidos cordialmente por el Conde Teleki, que os indica una ruta adecuada para llegar a Alba Iulia. Desde allí viajais hasta Slobozia, ahora una tierra despoblada donde no encontráis nadie para que os cobije y tan solo podéis cazar algún que otro conejo para sobrevivir. No paráis más de lo necesario pues esa tierra tan desolada os da repelús y dirigís vuestro camino hacia Buzau.
En Buzau os encontráis con Radovina Szantovich, que parece a punto de salir del territorio, así que decidís uniros ambos grupos para un viaje más seguro. Radovina parece ser muy odiada en Buzau, pues ha pasado allí los últimos años y sus hombres han rapiñado a los campesinos durante todo este tiempo, tomando lo que deseaban sin pagar nada a cambio. Radovina tiene a su servicio seis sargentos feudales a caballo además de dos guardias novatos, uno veterano y varios criados, que junto a los dos milicianos campesinos de vuestro grupo forman una fuerza considerable para no tener problemas durante el viaje.
Desde allí os dirigís al Condado de Bran donde el Conde Posa os ofrece su hospitalidad cuando le decís que formáis parte de la Casa Szantovich que retorna a Transilvania a ponerse al servicio del Duque.

Vuestra siguiente parada es Sibiu. Allí recibís invitaciones del Conde Battyany y del Boyardo Morescu Bratovich y aceptáis la invitación del Conde finalmente. Allí os encontráis con un noble un tanto huidizo que parece interesarse por vosotros, su nombre es Henric Valeriu. Tras seis meses de viaje llegáis a Alba Iulia a primeros del invierno de 957.

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01/05/2012, 16:58
07 - El Carro.
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Has pasado los últimos años en Buzau al mando de los hombres de armas que dejaron tus hermanos atrás antes de morir o desaparecer. En este tiempo se han dedicado a rapiñar todo lo que han querido de los campesinos sin pagar nada a cambio. Cuando tu situación parece encaminarse a una vida de bandidaje y la población de Buzau te mira con odio cuando pasas, decides que es el momento de abandonar el lugar y dirigirte hacia la corte en Alba Iulia, donde podrás reclamar una vida más acorde con tu posición. Tienes a tu servicio seis sargentos feudales a caballo además de dos guardias novatos, uno veterano y varios criados. Cuando estás preparando tu viaje aparecen por Buzau tu prima Dubieta Szantovich junto al Caballero Schaar DvY, el guarida personal de tu prima, Tomescu, y tu sobrino Tiberiu Radomir Szantovich. Van acompañados de un par de milicianos campesinos. Decidís viajar juntos para una mayor seguridad.
Desde allí os dirigís al Condado de Bran donde el Conde Posa os ofrece su hospitalidad cuando le decís que formáis parte de la Casa Szantovich que retorna a Transilvania a ponerse al servicio del Duque. Para ti resulta especialmente duro pasar por este territorio, que un día te vio nacer y del que tienes tantos recuerdos. El Conde actual ignora que naciste en su castillo.

Vuestra siguiente parada es Sibiu. Allí recibís invitaciones del Conde Battyany y del Boyardo Morescu Bratovich y aceptáis la invitación del Conde finalmente. Allí os encontráis con un noble un tanto huidizo que parece interesarse por vosotros, su nombre es Henric Valeriu. Tras seis meses de viaje llegáis a Alba Iulia a primeros del invierno de 957.

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02/05/2012, 10:45
Dama Radovina Radoslav de los Cárpatos.
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La caravana del séquito Szantovich llegó a la linde de la ciudad de Alba Iulia por fin. El invierno se anunciaba con una brisa gélida, y por ello los caballos humeaban por sus narices grandes vaharadas blancas. 

En su carruaje Radovina había apartado la cortinilla, y miraba fuera. Delante de sí su doncella estaba arrodillada en el suelo, y le frotaba los pies desnudos con una manta. El cosquilleo le gustaba, y además le hacía entrar en calor. Y más viendo a la chica buscar el contacto de la piel de Radovina, más caliente que la suya, colocando los pies de la noble entre sus senos.

Tras las murallas las formas de las casas se perfilaban como bultos informes, aún clareaba. Pero el Castillo se alzaba sobre cualquier otra edificación, incluso más alto que la catedral. O eso le pareció, al atisbar entre la bruma. Bien, pronto lo sabría...

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02/05/2012, 19:52
Guardia Tomescu.
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Todo lo que giraba alrededor de Tomescu no estaba libre de peligro. Antes de que cualquiera de sus señores pudiera bajar del carromato, Tomescu aseguró el exterior con su colosal hacha preparada en la espalda, sujetada por varios cintos de cuero bien agarrados. Miró a su alrededor, desde la localización que tenía enfrente hasta las colinas a lo lejos, pobladas por árboles y los misterios de esta tierra. 

El frío era casi insoportable, pero para él eso no eran más que minucias comparado con las ofensivas que podía recibir su familia en un momento u otro. No podía olvidar su vigía por culpa de las inclemencias del tiempo, y no iba a hacerlo, no bajo su guardia. Gruñó ligeramente, sutilmente, casi nadie pudo escucharlo. Giró la cabeza hacia los soldados de Radovina Szantovich de Bran y, con un leve gesto, les confirmó que todo parecía seguro, al menos por su parte.

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02/05/2012, 22:14
T01: CASTILLO DE BALGRAD.

CASTILLO DE BALGRAD:

- Quizá una de las cosas que más haya cambiado en los últimos cinco años ha sido el Castillo de Balgrad. El Duque Kadar ha destinado a mejorarlo la mayor parte de sus ingresos y de lo saqueado durante la invasión.

- Antes era poco más que un fuerte grande de madera, con alguna vieja torre de piedra. Ahora es casi todo de piedra, y mucho más grande que antes.

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03/05/2012, 01:17
[...] Dubieta Szantovich.
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Seis meses de duro viaje y al fin estaban en Alba Iulia. Nadie podría negar la dureza del trayecto en el que por fortuna ningún peligro importante se cernió sobre la comitiva. El encuentro con su prima Radovina en Buzau fue sin duda un buen augurio para el cometido que tenían entre manos, uno que finalmente los había hecho regresar al lugar que les pertenecía.

Además, la buena acogida de los Condes a medida que avanzaban hacia la capital fue llenando la copa de confianza que necesitaba. Pronto tendría que beberla por completo, hasta la última gota.

Tiberiu dormía entre sus brazos, arropados ambos por la calidez de una manta. Cuando avisaron de la cercanía al Castillo de Balgrad se asomó con cuidado de no despertarlo. Ya a lo lejos se podía apreciar la grandeza del mismo, y más aún la inversión que se había hecho en ella recientemente. Tras un aviso al cochero pararon bastante antes de llegar al puente de madera. Tomescu confirmó que podía bajar del carruaje si así lo deseaban y agradeció que una persona tan prudente estuviera a su lado.

Depositó con cuidado a Tiberiu sobre el asiento y lo tapó. Cuando bajó del carruaje sintió que sus pies tocaban por primera vez Transilvania, pero no era más que la emoción del momento. Un suave gesto y Tomescu se acercó a ella.

- Tiberiu está dormido y he de hablar con Radovina.

No hacían falta más palabras pues sabía que Tomescu se encargaría de velar por su hijo. Ahora su mirada se posaba en Schaar, el cual acababa de desmontar.

- Schaar –lo llamó con la confianza que se merecía - Debemos hablar primero con Radovina antes de presentarnos ante el Senescal. Es necesario que nuestras palabras y acciones sean afines.

Acto seguido se acercó al otro carruaje.

- Prima, antes de presentarnos en el castillo debemos considerar ciertos asuntos –sonrió a la muchacha que la observaba a través de la ventana. Sin duda se había convertido en una bella muchacha, y lo que más importaba a la Condesa era su capacidad para seguir viva.

Si bajaba o se quedaban en el interior era indiferente, pero la sólida mirada que Dubieta posó en la criada de Radovina dejaba claro que su presencia sobraba. 

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03/05/2012, 10:57
Dama Radovina Radoslav de los Cárpatos.
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El carruaje se detuvo, porque también lo había hecho la comitiva delante de él. El guarda personal de su prima Dubieta, Tomescu, husmeaba a su alrededor buscando el peligro. Pero no, pareció satisfecho, y así lo hizo saber.

Ahora que habían avanzado más, y la bruma matutina había empezado a disolverse con el sol naciente, el Castillo apareció como era realmente, y no como ella lo había imaginado, o vislumbrado entre formas. Y era mucho más imponente aún de lo que había esperado, una verdadera mole de piedra.

Bien, un lugar digno. Después de tanta penuria, después de la peregrinación y el exilio, una verdadera Corte. Esperemos...

Sus pensamientos fueron interrumpidos por Dubieta, que acababa de descender de su vehículo, y hablaba con sus hombres. Se acercó a su ventanilla. "Prima, antes de presentarnos en el castillo debemos considerar ciertos asuntos."

-Desde luego. -Apenas miró a la mujer que seguía arrodillada frente a ella. Lo hizo lo mínimo imprescindible para que comprendiera que se dirigía a ella cuando pronunció un seco -Sal.- Y luego prosiguió, esta vez para su prima. -¿Quieres hablar aquí dentro? Estaremos más cómodas que fuera.

Radovina hablaba poco, y no sonreía casi nunca. En realidad, considerando que hablaba sólo desde hacía unos cinco años, hablaba mucho para lo que acostumbraba. Pero a nadie se lo parecía. Aunque, desde luego, a ella no parecía importarle en absoluto.

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03/05/2012, 14:04
Tiberiu Radomir Szantovich.
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¿Era un castillo? Debía serlo. Tenía torre y una muralla y una puerta muy grande. Había visto muchas puertas en su vida, la mayoría cerradas, unas pocas abiertas, pero ninguna tan grande como aquella. Estaba abierta y veía tras ella un amplio patio en el que poder correr y saltar y luchar como Schaar. Era el mejor guerrero y él lo creía ciegamente porque se lo había dicho su madre. Ella le decía muchas cosas y él ponía tanto esfuerzo en acordarse de ellas que incluso en sueños se le terminaban apareciendo.

El castillo era suyo, eso también se lo había dicho su madre, pero unos hombres malos se lo habían quitado. Ellos también estaban en el sueño con sus rostros fieros, sus colmillos y sus garras. Su madre no le había dicho que fueran así, aunque así se los imaginaba. ¿Qué aspecto podían tener unos hombres lo suficientemente crueles como para quitarle a un niño su casa? El de los monstruos de los cuentos que a veces le relataban.

El niño dudó, tenía miedo. Él todavía era muy pequeño, mal que le pesase. Por suerte a su lado estaba su tío Schaar y su madre. También Tomescu y los otros guardias estaban en el sueño, pero más atrás y eran bastante más pequeños. Su recién descubierta tía ni siquiera aparecía, aunque de haber estado hubiera dudado si ponerla en la parte de los buenos o con los monstruos de ojos rojos.

Cuando su madre le dio la mano el niño recuperó el valor. Ella no dejaría que le hiciesen daño y Schaar tampoco. Lo cierto es que no recordaba que nadie le hubiese hecho daño nunca. Sí, se había hecho daño, pero siempre por culpa de alguna estúpida silla o estúpida piedra que se había puesto en medio mientras corría. Incluso en aquellas ocasiones su madre había estado allí para consolarlo, aunque desde hacía tiempo intentaba no llorar por tonterías como esa; Schaar no lloraba nunca y él quería ser como Schaar.

Con su madre a un lado y Schaar al otro (y Tomescu y los otros guardias detrás), corrió hacia la puerta, hacía luz que se derramaba desde el patio en el que quería jugar, hacia los monstruos que les esperaban, hacia su casa…

- ¿Mamá?

Tiberiu se despertó y lo primero que se le ocurrió fue preguntar por ella. Ni siquiera le había dado tiempo a saber si estaba o no, pero quería contarle lo que había visto en el sueño y cómo había cargado hacia los monstruos sin tener miedo. Incluso podía omitir la parte en la que estaba acompañado. Podía decir que estaba solo. Schaar hubiese podido hacerlo solo.

Lo único que notaba era el peso de la manta y el agradable calor que esta le proporcionaba, pero necesitaba ver. Parpadeó varias veces y se frotó los ojos para terminar de despertarse. Su madre no estaba allí, pero sí estaba Tomescu. Si Tiberiu colocase a las tres personas que más le importaban en orden, Tomescu estaría en el lugar que le correspondía al número tres.

- ¿Y mamá?- preguntó. En su tono de voz no dejó entrever nerviosismo o preocupación alguna. Su madre se alejaba a veces, nunca demasiado. “Cosas de mayores”, era lo más que podía sacarle cuando regresaba, y siempre regresaba. Además sabía que estaba cerca. Siempre lo estaba y siempre iba a estarlo. Era una de las cosas que Tiberiu sabía con seguridad.

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03/05/2012, 16:21
Guardia Tomescu.
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Los nobles se alejaban de la vista de Tomescu. Se perdían entre la neblina que rodeaba al castillo mientras la vigilancia de Tomescu perduraba sin problema. Había escuchando unos ruidos en la lejanía, nada importante, solo algunos cuervos que alzaron el vuelo alejándose como sombras voladoras. Ni siquiera blandió el arma, ni siquiera levantó su mano y la dirigió al mango de su hacha, no fue necesario. La paciencia de Tomescu a la hora de vigilar llegaba casi a ser legendaria. Podía mantenerse en silencio y erguido durante horas sin inmutarse, todo lo que fuera necesario para perseverar el bienestar de sus protegidos.

Escuchó unos ruidos dentro del carromato. Otra vez el chico, ha despertado… -pensó. Debía cuidar de él igual de bien que al resto, incluso a veces pensaba que debía mostrarle más prioridad al pequeño.

Ajustó su yelmo y tras mirar a su alrededor durante un breve segundo, volvió su vista al interior tras escuchar la pregunta del muchacho. -¿Tu madre? Tiene asuntos que atender pequeño, volverá enseguida, no te preocupes por ella.

Tras revisar el interior del carromato, al notar que el pequeño estaba anormalmente inquieto, este le preguntó por su estado:-¿Te sucede algo chico? Te noto muy nervioso, mírate, casi estás sudando con el frío que hace.

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04/05/2012, 00:46
07 - El Carro.
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COMITIVA SZANTOVICH:

 

  • Dubieta Szantovich y Tiberiu Radomir Szantovich.
    • Dispone de dos caballos de tiro de calidad normal y un carruaje noble algo destartalado. Coste de mantenimiento anual: 4 Florines.
    • Milicianos campesinos: 2 (Cochero y acompañante).
  • Guardia Tomescu.
    • Caballo de monta de calidad normal.
  • Caballero Schaar Dvy.
    • Caballo de guerra pesado de calidad extraordinaria, con silla, arreos y gualdrapa de tela con el emblema de la Casa Dvy. Es un caballo negro oscuro. Se llama: Fiero Orgullo.

 

  • Radovina Szantovich de Bran:
    • Tiene un carruaje noble de buena calidad, y cuatro caballos de tiro de buena calidad.
    • Cochero.
    • Mozo de cuadras.
    • Asistenta.
    • Doncella del servicio.
    • Guardias feudales (novatos): 2.
    • Guardia feudal veterano.
    • Sargentos feudales a caballo: 6.
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04/05/2012, 10:45
Schaar Dvy.
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Un castillo al frente. Una impresionante fortaleza nueva que había crecido sobre las antiguas murallas de Balgrad y se las había comido sin compasión para dejar lugar a Alba Iulia.

- ¿Será una más en nuestro peregrinaje? - Schaar no podía dejar de sentirse algo cansado, y miraba con poca convicción aquella nueva escala, con una mínima esperanza de poder pasar allí el tiempo suficiente.

Tomescu también se mantenía en guardia. Llevaban mucho tiempo deambulando y la desconfianza se había convertido en la rutina.

Antes de llegar, Dubieta paró la marcha, y con su habitual elegancia dejó al pequeño a resguardo en su carromato para requerir su presencia en el de su acompañante, la joven Radovina Szantovich de Bran - ¿quién me lo iba a decir? - después de tanto tiempo, de tantos años, de tanto daño causado a la casa de Bran por su parte, Schaar volvía a servir, en cierta manera, a uno de sus descendientes - suerte que no me conociste cuando estuve con Andru, Radovina. Algún día tendremos que hablar.

Schaar acompañó a Dubieta al otro carromato, donde la joven aguardaba - yo esperaré aquí - indicó a Dubieta, colocado sobre el escalón de entrada al habitáculo, pendiente de lo que dentro se hablara así como si cambiaba la situación que les acompañaba. Alerta.

El simple tacto de Dubieta hizo que la piel se le erizara y se comprimiera su rostro. Hacía algunas jornadas que no paraban de viajar y el frío que acompañaba a la entrada del invierno había provocado que Dubieta no se separara ni un segundo de su hijo pequeño, no dejando lugar alguno al Caballero.

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04/05/2012, 13:43
Tiberiu Radomir Szantovich.
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- No estoy nervioso- sentenció enfurruñado.

No le había gustado que dijese eso. No le había gustado… No estaba nervioso, ¿por qué debía estarlo? Había luchado contra los monstruos de ojos rojos y había ganado. Lo único que pasaba era que se había despertado y no estaba su madre. Pero eso no le daba miedo. Él era un niño valiente, tan valiente como Schaar.

- ¿Y Schaar?- preguntó. Ya no le apetecía hablar con Tomescu.

No estaba en el carro. Nunca iba en el carro. Aun así, por si acaso, escudriñó la oscuridad del habitáculo en el que estaba en busca del caballero. No lo encontró. Schaar tenía un caballo muy grande. Cuando fuese mayor estaba convencido de que también tendría un caballo así, al menos eso le habían dicho.

Echó la manta a un lado y se dejó caer del asiento. Una vez con los pies en el suelo comprobó que sin la protección de la manta sí tenía frío. Y si él lo tenía Schaar también.

- Schaar tiene frío- informó a Tomescu. Seguro que el guardia no lo sabía.- Vamos a llevarle la manta.

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04/05/2012, 20:00
Director II.
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ACLARACION:

- Esta primera escena es la de la Tirsa, la segunda es la de las calles.

- El encontronazo de carros se produce en las calles.

- La conversación en que se paran los carros puede suceder después, ya junto al puente que conduce al castillo.

- Podéis completar la escena en que detenéis los carros aquí, por separado de la escena de la calle.

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05/05/2012, 00:06
[...] Dubieta Szantovich.
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Subió al carromato sirviéndose de la mano de Schaar y se sentó cerca de la ventana para que el Caballero escuchara sus palabras. Al mirar a Radovina la recordó como una joven poco habladora, incluso reacia a sonreír. Pero le había ido bien, al menos mejor que a ella por lo que sospechaba. De todas formas desechó aquellos inesperados pensamientos con prontitud y se centró en lo importante.

- Radivina, prima… -fijó sus ojos en ella- Permíteme que mis palabras estén carentes de florituras pues la emoción de éste momento es el resultado de seis difíciles años –mira brevemente hacia el otro carromato donde está durmiendo Tiberiu- Prima, ¿anheláis la vida de la Corte? ¿Es ese el motivo que os ha traído al Castillo de Balgrad? Sabemos tan poca la una de la otra… -terminó por decir.

Suponía que su motivo debía ser igual que el suyo: regresar al fin al lugar digno que les pertenecía, y más concretamente para Dubieta entregar a su hijo el honor que le correspondía.

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05/05/2012, 18:51
Dama Radovina Radoslav de los Cárpatos.
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Los ojos de Radovina se quedaron clavados en los de Dubieta, que se habían quedado fijos en los suyos. Eran perturbadores, incluso para su familia, con su color tan inhabitual. Si eso preocupaba a la joven, no lo dejó entrever en absoluto. No los apartó, no bajó la mirada, ni siquiera parpadeó.

Escuchó a su prima, y antes de responder dejó pasar un largo instante, como si meditara. Cerca se había situado el Caballero Schaar, al que, evidentemente, Dubieta consideraba de un modo... especial. Por lo menos no sólo le permitía escuchar algo tan personal como la pregunta que acababa de hacerle a ella, sino que lo había hecho venir hasta allí para ello.

Sopesó si ella le debía esa confianza a su vez. Escudriñó el rostro de Dubieta, sus ligeras arrugas, su expresión dibujada en los mínimos cambios de las líneas de la frente, de los pómulos, de las cejas, de los labios...

-Sabemos poco, cierto. Pero adivinas bien. El lugar de los Szantovich es la Corte, y su nombre reclama sus tierras. Tu hijo. Él, y tú, tenéis mi amistad, y mi respeto, y espero lo mismo. Aunque mi nombre es Bran, y ese debe ser para mí un hito, mi sangre es sobre todo Szantovich, y ésa es mi verdadera familia. Eso es lo que somos.

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06/05/2012, 00:41
06 - Los Enamorados.
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- Pese a haber sido madre, Dubieta tiene un aspecto sorprendentemente juvenil. La suya es una belleza frágil, la de alguien extremadamente vulnerable.

- Muchas malas personas querrían hacerle daño, aprovecharse de ella.

- Otro tipo de personas querrían protegerla.

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06/05/2012, 00:43
06 - Los Enamorados.
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- Pese a haber sido madre, Dubieta tiene un aspecto sorprendentemente juvenil. La suya es una belleza frágil, la de alguien extremadamente vulnerable.

- Muchas malas personas querrían hacerle daño, aprovecharse de ella.

- Otro tipo de personas querrían protegerla.