—Per... Pero... ¿cómo? —digo entre balbuceos. No obstante, por mucha brujería que hubiese, no me iba a dejar amedrentar. Estaba aquí para acabar con los siervos del Diablo, y sin duda, esa mujer era uno de ellos.
Así, sin poder dejar de mirarla, preparo mi espada. Ya la vencí una vez... Esta será la definitiva.
Motivo: Irracionalidad
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 87 (Fracaso)
Motivo: Perdida de Irracionalidad
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Apuntado en la ficha queda. Mañana doy una misa y recuperamos puntos xD
Casi de un salto me puse en pie mientras sentía resbalar por mi espalda de nuevo el sudor, pero esta vez era tan frío como el miedo que se había clavado en mí al ver la cara de aquella mujer.
- ¡Qué cojones...!
Aquella mujer que habíamos dejado muerta en el pueblo ahora se mostraba ante nosotros... En cosas del diablo y sus concubinas no quiero estar enredado. Inconscientemente me estaba santiguando pensando que ese simple acto podia protegerme.
Motivo: IRR
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 52 (Fracaso)
Motivo: Puntos
Tirada: 1d10
Resultado: 7
La bruja os miró, en sus ojos negros como el carbón brillaba en su centro dos ascuas rojas que emitían un fulgor rojo intenso que os helaba la sangre, pero la mujer sin dejar de miraros, se puso lentamente en pie y dio dos pasos al centro del río, que aparentemente cubría poco o debería cubrir poco- quizás a media pantorrilla - y empezó a hundirse muy despacio, cosa que parecía físicamente imposible.
Orthanc, ya puedes.
Falta Raimundo por tirar aún.
¡Alto! -dije dando dos pasos hacia delante sin dejar de mirar a la bruja-. En realidad me refería mis compañeros, cristianos todos ellos y fanáticos de su dios y de la rectitud de sus Mandamientos..., sobre todo unos más que otros. Extendí mis manos en cruz, haciendo ver a aquella mujer que no me preparaba para hostigar a nadie. Aún tenía la lanza en una de mis manos, y con mucho cuidado me fui colocando de cuclillas hasta dejar mi arma sobre el suelo del claro. Luego, aún aventurándome a dar la espalda a aquella mujer, les hablé, dejando prácticamente a merced de ella mi propia vida...
Tranquilizaos... -había habido ya reacciones de tensión y murmullo entre algunos de los de la compañía, y quería calmar los ánimos tanto como fuera posible-. Quizá... quizá nos equivocamos con esta... ehm... mujer... -comencé-, y yo el primero; por eso hablo para redimirnos por lo que hicimos -miré a Josep y me acordé de su mandoble final el día anterior- y para evitar nuevos males. Yo mismo soy judío. Y llegué a Robledo mandado por un rabino, es decir un judío..., e iba en busca de otro de nuestros fieles... ¡mirad cuánto hace el destino que junta para la misma cosa a un guardián de aljama con cristianos tan avenidos y diferentes! -intentaba hacer ver que pese a la diferencia religiosa, "caminábamos" en la misma dirección... aunque nos hubiera llevado a ese siniestro claro...-. Mirad a esta mujer -me di la vuelta y la mostré con el brazo extendido y la palma arriba, luego bajé la mirada, pues el miedo volvió a mi y me hizo temblar un poco-; Marcial... ¡mírala!, antes no supe reconocerla, pero alguien ya me habló una vez de ellas..., las llamas... las "Llavanderas". Me lo contaron de camino a Robledo, pero no quise creerlo... ¡y ahora las veo con mis propios ojos!
Fue entonces cuando me di la vuelta, mire a la vieja, que tampoco era fruto de mi devoción, aunque sabía que nada malo nos podía... Mejor dicho: confiaba, de una forma irracional y como si de una prueba de Jehová se tratase, que no lo hiciera. Entonces me arrodillé ante ella, bajé mi cabeza, y por un momento pensé que me destrozaría con su poder, me desgarría con sus dientes o simplemente me asfixiaría con sus manos, antes de que los presentes nada pudieran hacer. Pero confié, fue... fue como la fé. Fue fé.
Sé que no soportáis el fuego -le dije con la cabeza mirándo al suelo-. Algunos lo usan para purificar, vos ha sido testigo de ello en vuestras propias carnes. Sois amigas del agua, lo intuyo. Lo que ocurrió en el día de ayer... -pensé una buena excusa para dar ante la impulsividad que mostró el "aguerrido caballero"-... fue fruto del desconocimiento... Nuestro grupo..., nuestro grupo que aquí ve, está buscando algo... ¿Sería posible hablar con vos de algo importante que tiene lugar por estas tierras?
Elevé mi cabeza, finalmente, cuando terminé mi exposición. Sería mejor contar con algo poco usual para encontrar algo poco usual.
Todo había sucedido muy rápido, apenas habían pasado unos segundos desde que dejé descansar mis posaderas hasta que teníamos las armas en las manos. Ahora todo se había detenido, la tensión estaba a punto de cortarse por si sola y Nadir como insensato nos detuvo a todos y acercóse peligrosamente a la bruja.
Mentiría si dijese que no esperaba ver a la bruja arrancarle de cuajo la cabeza y arrastrarla a lo más profundo del río. Pero no parecía que tal cosa fuese a suceder.
Raimundo da dos pasos hacia atrás y se queda congelado ante aquella presencia. Sus piernas le decían que debía correr, pero algo mas fuerte que él le obligaba a permanecer inmóvil, la curiosidad de saber que era aquella extraña mujer. Su mirada se pierde en aquellos ojos negros que lo tenían hipnotizado, y sus piernas comenzaban a temblar a medida que la mujer se hundía en el agua.
"Lla... ¿Llavanderas?" Balbusea para si mismo al repetir las palabras de Nadir, mientras se pregunta a si mismo la naturaleza de aquella criatura.
Su rostro se desfigura en una extraña mueca de incertidumbre al escuchar como Nadir intentaba comunicarse con la mujer, pero sin esperar respuesta alguna de la criatura, no pierde su tiempo para sacar pluma y papel, pues debía registrar este suceso y dibujar un bosquejo de la criatura antes de que esta desapareciera.
Motivo: IRR
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 5 (Exito)
Motivo: Leyendas
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 95 (Fracaso)
- ¡Nunca ví una LLavandera de día! SE DICE QUE SÓLO SALEN POR LA NOCHE. NO ES POSIBLE...-miraba con los ojos muy abiertos hacia la vieja y entonces reparó en algo que gritó a Nadir -¡JUDÍO! DÉJALA QUE MARCHE, SE HUNDIRÁ EN EL AGUA Y SE MARCHARÁ SIN ATACARNOS, DE OTRO MODO...
¿¿"De otro modo"?? -parafraseé a Marcial- ¿¡De otro modo qué!? ¿Qué ocurre?-dije ahora temiendo verdaderamente por mi vida cuando aún estaba arrodillado ante sus pies-. Mi mente, por un instante me hizo pensar en volver a coger la lanza rápidamente, aunque confiaba en que la bruja (increíablemente) se apiadase de nosotros y al menos nos hablase amablemente.
Aparto al judío de mi camino, mientras desenfundo no mi montante, si no mi hacha. Si ese ser no muere al ser atrevesado, morirá al ser decapitado. No me importan quién sea ni de donde venga. Es una criatura del demonio, y como tal morirá.
Así, con paso dedido, corro a por el ser, blandiendo mi destral de combate. No pienso dejar que escape...
Lo que queráis, pero yo soy un caballero nazi.
La actitud de Don Josep me descoloca, supongo que nos descoloca a todos. Pero por otro lado, quizás haga lo que todos estábamos esperando hacer y no hicimos por miedo.
Me levanto de mi sitio y tenso el arco en dirección a la "llavandera". Disparar con aquellos dos de por medio sería una imprudencia, pero si se produce un combate lo mejor será estar preparado.
Aquel fanático no entraba en razón. Tal vez fuera yo y la imprudencia fuera mia, ¿quién sabe?, pero aquel empujón de Josep fue lo suficiente como para que mi sangre comenzara a hervir, como si se tratase de un brebaje en el caldero de una bruja...
¡¡No vuelvas a tocarme!! -dije incorporándome tras haber caído al suelo-. Fue entonces cuando cogí mi lanza y me encaré, puntada delante y tendente hacia el "Aguerrido". Tenía a la bruja detrás, y la mezcla de defensa de la misma y la imprudente reacción de Josep hizo saltar mi ira. Baja ese hacha o tendrás que atravesarme... -le dije acompañando mis palabras con una mirada rabiosa-.
Director, si necesito tirar iniciativa/declarar, lo haré.
*: soy "Colérico" por rasgo de carácter...
No entendía nada. Un judío defendiendo a una bruja... ¿cómo la había llamado? ¿llavandera? Aquel hombre o era un loco o también tenía pactos con el diablo. Pero el único que reaccionó fue el caballero que ya la había matado anteriormente, el resto nos manteníamos impasibles, dudando sobre lo mejor que podíamos hacer.
De todas formas descolgué mi ballesta y, con tranquilidad, la cargué por si las moscas... En buena hora me metí en este berenjenal... ya estoy viejo para ir por los caminos encontrándome con estas cosas...
Con la ballesta preparada por si las cosas se torcían me quedé a la expectativa ante aquel enfrentamiento tan extraño por la vida o muerte de una bruja, la cual seguía en el río. Miré en derredor a los que me acompañaban... lástima no tener la oportunidad de ganarme unas monedas extras apostando quién va a llevar la razón... pero no creo que estos tengan mucho humor para tal menester. Y cada vez que mi mirada se cruzaba con la mujer todo mi cuerpo temblaba con un escalofrío.
Pero os teméis que estar en el interior de un tupido bosque en el que apenas penetra la luz es casi como estar en noche. El caso es que la mujer sin dejar de mirar al caballero con una fiereza inusitada movió los ojos de forma extraña y sacó la lengua para murmurar algo que nadie pudo escuchar bien.
Tras el murmullo notásteis algo extraño, era como si el aire pesase más o estuviese cargado de algo "raro". Josep sacó su hacha mientras Nuño descolgaba y cargaba la ballesta y Jorge hacía lo propio con el arco.
Marcial no se movió.
La bruja ahora abrió los brazos y notásteis como un intenso viento se levantaba cuando Josep que ya iba a por ella fue detenido por Nadir.
Motivo: Asaltos
Tirada: 1d4
Resultado: 2
Jorge y Nuño pueden disparar.
Nadir y Josep están frente a frente
Marcelo y Raimundo pueden hacer algo también este turno
Me encontraba expectante, aguardando los acontecimientos con la ballesta pronta en la mano un tanto indolente, pero al ver a la vieja y su mirada me volví a estremecer, y cuando aquellos murmullos brotaron de su boca me quedó bien claro que nada bueno estaba tramando.
Así que levanté mi arma aunque con cierto esfuerzo, ya que el aire parecía más denso que hacía unos minutos y me oprimía, mas lo que me decidió por fin a disparar, preso de miedo, fue sentir aquel viento que no se sabía de dónde había salido, viento que consiguió que el virote fuera desviado sin conseguir dar en el blanco.
Motivo: Ballesta
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 80 (Fracaso)
De verdad que me ha matao el avatar :P
No pienso pelear con un judío ahora, por mucho que quiera interponerse en mi sagrado deber. No obstante, no me queda otra opción.
Así, girando el hacha, le propino un hachazo con la parte roma. Mi intención no es hacerle daño, ya habrá tiempo de ajustar cuentas después. Ahora mi principal objetivo es la de atacar a ese macabro ser.
Motivo: Hachazo
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 11 (Exito)
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 6
No tiro daño porque no quiero herirle, sólo apartarle de mi camino.
Aquellos hombres irracionales parecían haber enloquecido, forcejeando uno contra otro frente a la extraña criatura. ¿Acaso aquella bruja los había enloquecido de la misma manera que lo había hecho el día anterior con los soldados?
Raimundo se queda atónito, pero no por la discusión entre el caballero Don Josep y el judío Nadir, ni mucho menos por el espantoso y aún muy curioso rostro de la Llavandera, sino mas bien por la extraña densidad con la que pesaba la atmósfera.
El sujeto escuálido del curioso peinado guarda rápidamente sus apuntes y decide tironear de su caballo para ocultarse detrás de un arbol, dejando que aquellos sujetos arriesguen torpemente la vida contra lo desconocido.
No logra distinguir aquellas palabras, sin embargo la densidad en el aire y el viento que surge de la Bruja al abrir sus brazos le llaman poderosamente la atención. Sin duda esta invocando fuerzas de naturaleza mágica y Raimundo intenta identificarla según lo que recuerda en sus amplios estudios.
Motivo: Conocimiento Mágico
Tirada: 1d100
Resultado: 60(+100)=160
Lo siento, puse 100 en modificador en lugar de ponerlo en dificultad. XD
Intenté agacharme y desviar el golpe que el caballero me lanzó en un primer momento. En su caso, intentaría zafarme rodando por el suelo, o al menos apartándome a un lado.
Motivo: Esquivar
Tirada: 2d100
Dificultad: 45-
Resultado: 51, 16
Exitos: 1
hago ya las tiradas, ya que Josep ya ha actuado. Tu dirás, máster.
Levanta las manos y empieza a gritar
¡DEJADLA VÁMONOS DE AQUÍ MIENTRAS PODAMOS!
Jorge, puedes actuar si quieres también.
Desoyendo a Marcial, y ahora que el judío se había apartado esquivando mi hacha, sólo tenía una cosa en mente, y era acabar con ese malvado ser.
Así, corro blandiendo mi hacha hacia la criatura, intentando acortar el trecho que nos separa. Tengo una misión que cumplir, y no sólo es el encargo que tenemos entre manos. Tengo que acabar con el mal en el mundo. Y eso incluye todas las criaturas del Diablo que me encuentre.
Acabaría con esa criatura de una vez por todas...