Tras quedar panza arriba, la vegetación y el ramaje diverso me parecían una cómoda cama de paja, aunque éstos tuvieran pinchos y se incrustaran a través de mis prendas. Acto seguido me levanté, y con sumo cuidado fui hasta donde estaba ya Raimundo practicándole unos primeros auxilios a Nuño. Me dispuse a realizarle lo mismo.
Fue entonces cuando comencé a medirle el pulso, sentir su aliento y practicarle unos aspavientos en el pecho, que no bien parecía sino desesperados intentos de matar a alguien. No obstante, parecía hacer algo de efecto...
Motivo: Sanar
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 34 (Exito)
Motivo: Recupera¿?
Tirada: 1d4
Resultado: 2
¿Podemos intentarlo otra vez?
Arrugo la nariz al ver que la bruja ha desaparecido. Ir tras ella ahora podría ser una búsqueda infructuosa. Pero algo tengo claro, y es que volveré a cruzarme con esa bruja... O no descansaré hasta dar con ella. Pero tengo que librar al mundo de ese mal.
No obstante, ahora tengo que centrarme en algo, y es en mis caídos compañeros. Sin duda, ellos no han tenido la fe suficiente para resistir el embite de la bruja.
Rápidamente, me acerqué a donde estaba el viejo escriba. Mis conocimientos no eran muy amplios en la curación de heridas. Yo estaba entrenado para causarlas, no para sanarlas.
Así, me pongo frente a Jorge y reviso sus heridas, pero poco puedo hacer, más que rasgarle la camisa e intentar taponar sin éxito sus heridas.
Motivo: Primeros Auxilios
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 88 (Fracaso)
No sé a qué atributo pertenece, pero me da que no lo saco...
De todas maneras, voy a seguir intentándolo. ¿Hago unas pocas tiradas, para agilizar?
Ahora sí que esforzándose y dando todo lo que podía, Marcial consiguió estabilizar al escriba. Satisfecho, suspiró y dijo a gritos para que los de abajo pudieran oirle también
- ¡EL ESCRIBA VIVIRÁ!
Y se puso en pie y miró a su alrededor a ver si veía a alguien más, al no ver a nadie más le dijo a Josep -vigila que continúe respirando, voy a bajar por allí a ver si les veo- se dirigió al terraplén.
Motivo: Sanar
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 19 (Exito)
Motivo: Sanar
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 56 (Fracaso)
Motivo: recupera
Tirada: 1d4
Resultado: 4
Jorge queda a 0 fuera de peligro e inconsciente.
El alquimista intentó hacer algo por Nuño pero el soldado seguía sin responder, era el turno de Nadir, ojalá tuviera más suerte.
Motivo: Sanar
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 50 (Fracaso)
Nuño está a -3
Motivo: Sanar
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 49 (Fracaso)
Madre mia...
El hombre descendió como pudo el terraplén y tuvo tiempo de abrirse hueco alrededor de Nuño e intentar la reanimación él mismo
Motivo: Uso Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 42 (Fracaso)
Motivo: recupera
Tirada: 1d4
Resultado: 3
Gasto 17 de Suerte para que no se nos muera. Como ha pasado un turno, Nuño queda a -1 casi fuera de peligro pero aún falta un último esfuerzo.
- A ver dejadme a mí - apartó delicadamente a Marcial y lo intentó, pero sin éxito. Negó con la cabeza y pidió ayuda a Nadir con la mirada.
Motivo: Sanar
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 51 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Sanar (uso suerte)
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 79 (Fracaso)
Ops... le di a oculta sin querer... ya dirás tu el resultado, director
Los esfuerzos de Nadir fueron inútiles, Nuño empeoraba por momentos y su herida de momento no dejaba de sangrar y corría riesgo de infectarse. Marcial tenía algunos conocimientos de heridas más bien fruto de varios encuentros armados pero no era médico y Raimundo era un hombre muy muy extraño que aún no estaba claro a qué se dedicaba ni cuáles eran sus aptitudes.
- ¡ Alabado sea Cristo! -gritó tras hurgar en la herida unos segundos metiendo los dedos y llenándoselos de sangre. Tomó un trapo que llevaba en uno de sus bolsillos y taponó la herida.
- He conseguido que la sangre deje de salírsele. Este hombre volverá a combatir, sólo hay que llevar cuidado de que no se le infecte la herida. ¡Vamos! ayudadme a subirle arriba.
Motivo: uso suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 35 (Fracaso)
Motivo: recupera
Tirada: 1d4
Resultado: 4
Entre Raimundo, Nadir y Marcial subieron a Nuño hasta el claro junto al río en el que Josep cuidaba de un Jorge inconsciente. Con dos hombres fuera de combate, los cuatro hombres que se mantenían en pie tenían que tomar una decisión sobre el futuro de aquel viaje.
- Van a tardar varios días en despertar y varios días más en poder andar. Tenemos varias opciones, tal y como yo lo veo lo más sensato sería que nos diésemos la vuelta y dejásemos esta empresa para el futuro. Quizás con algunos hombres más.
Niega con la cabeza
- Tengo unas obligaciones con mi Señor, no puedo permitirme el lujo de fallar en esta empresa ni de retrarsarla más de lo debido. Hay provisiones para una semana de viaje y no nos podemos quedar aquí en medio, deberíamos continuar el viaje pero tenemos dos hombres impedidos y sólo un caballo... -se rascaba el mentón.
No lo dudé un instante, y con sumo cuidado comencé a rodear a Nuño con mis brazos. Su cuerpo pesaba como plomo concentrado, y subirlo del terraplén quizá fuera difícil. Habría que intentar no caerlo de nuevo.
Venga, señores... -dije-, con fuerza hemos de subirle a lo alto, no desistáis.
Eché todas las ganas posibles para el intento.
Señala su caballo a unas varas de distancia, el animal tenía las patas rotas y no dejaba de resoplar
- Podemos comernos a mi caballo, eso nos daría raciones para varias semanas. En estas condiciones no podemos continuar, éste no es mal lugar para montar un campamento y esperar a que uno de los dos hombres pueda caminar. El otro viajaría en tu caballo hasta llegar a una villa o aldea.
Uhm... ¿Qué caballo se ha despeñado? ¿El mío o el de Raimundo? Porque si él tenía caballo, no dejaría con 3 caballos, el mío, el de Raimundo y el de Marcial.
El tuyo se ha reventado, el de Raimundo es el que tiene las patas rotas y hay que matar. El de Marcial es el único que ha sobrevivido.
Alláh dábanos a probar casi cualquier animal de pezuña hendida, y el caballo estaba entre ellos, asiqu... ¿porqué no? Realmente había escasez en la aljama de Falces, allí donde yo guardaba sus puertas, y tan sólo alegrábame cuando un muchacho podía llevarse algo a la boca, aunque fueran restos de comidas vertidas por los cristianos...
Si lo has de tener por bien, señor, así lo comeremos -dije a Raimundo-. ¡Marcial! ¿Qué hacemos con los heridos? ¿Iremos a alguna aldea cercana o es mejor volver a Robledo? Témome que quizá así, en este estado -miré a Nuño- será complicado hacer una batida y acabar con nadie...
Realmente, esa desgraciada había mermado nuestra fuerza de ataque, y me avergonzaba un poco en mi interior el intentar defenderla. Aúnque aún pienso que no era del todo maligna, o al menos no todas las que son como ella...
No digo nada al judío, no hay tiempo para charlas. Pero espero que esto le enseñe a lo que no hay que perder el tiempo cuando te encuentras con un malvado siervo del demonio. Si no me hubiese intentado detener, todo esto no habría pasado.
Así, me acerco al grupo, para decir—. Necesitamos llevar a los heridos a un lugar a que reposen. De nada sirven en este estado, y no servirá de nada que los llevemos con nosotros. Será malo para ellos, y para nosotros.
—Cojamos unos palos y una manta, y hagamos una camilla para llevarlos. Podemos irlos turnardo con el caballo que queda —digo por último sobre los heridos.
Después miro a Marcial, que conoce el lugar, para añadir—. Las provisiones no son problema. Mi viejo caballo nos dará raciones para un mes, y es posible que el de Raimundo, que no es tan enjuto, nos dé para incluso más. Pero vos sabéis cuál es el pueblo más cercano, y todo lo que podemos retrasarnos. Debemos ir al lugar más cercano a llevar a los heridos. Después, continuaremos con nuestra empresa...
- Muy bien dicho Don Josep. Hagamos un lecho para los heridos y llevémoslos hasta la aldea más cercana, tengo parte de sus monedas que emplearé a que sean atendidos dignamente hasta que se recuperen. No sufráis porque ,Dios mediante, iremos a buscar a mi buen amigo Fransesc, quien tiene una cabaña aquí cerca y sirve a un Señor poderoso de Navarra. Con un poco de suerte estará la mujer - se ríe - de Fransesc y podrá decirnos si su marido está cerca.