Partida Rol por web

Es noche cerrada cuando aterrizais, el lugar de aterrizaje se halla en el centro de la antigua capital, en lo que antaño fuera un gran parque ahora habilitado como centro de ayuda de emergencia u donde cientos de tiendas improvisadas albergan a los heridos.

A lo lejos pueden verse incendios que continuan ardiendo por toda la ciudad; el aire está cargado de humo y resulta dificil de respitar. Cuando vajais del transbordador varios ciudadanos se acercan a vosotros

- ¿Vienen a ayudar?- preguntó un ciudadano- Al final de la calle algunos ciudadanos están combatiendo con un pequeño grupo de tres soldados imperiales, se que no son mucho, pero son personas sin entrenamiento, sin su ayuda podrían morir

Te das cuenta que los atacantes solo usaron explosivos en el ataque, no hay indicios de radiaciones ni muestras de contaminación biológica, química o patógena

Fruciendo el ceño, Scoryn, se gira hacia sus compañeros. Nunca le han gustado las injusticias. -Tres soldados imperiales frente a un grupo de ciudadanos. Eso no es jugar en igualdad de condiciones. O nos damos prisa o serán machacados-. Dicho esto da media vuelta y se dirige al final de la calle.

-¡Menos mal que esto iba a ser una misión diplomática! –exclamó el oficial de personal, auto-convencido de que su misión sólo iba a ser tangencialmente peligrosa- ¡Larysun! ¡Ni se le ocurra hacer ninguna tontería! –advirtió al indisciplinado piloto. Si algo quedaba claro es que se conocía las fichas de todos los tripulantes, lo que probablemente tenía que ver con el hecho de que se había ocupado personalmente de introducirlas en los sistemas de la nave él mismo.

-Cálmese, ciudadano, hemos venido a ayudar –dijo un tanto atropelladamente, su instinto de supervivencia superado por su ineludible civismo. Echó un vistazo al equipo del trasbordador, más buscando su apoyo que para evaluar sus aptitudes para la tarea que se les había presentado- Oficial Khzam, sugiero que sigamos las indicaciones del ciudadano y les ayudemos con esos imperirales.

Syrus gruñó una maldición entre dientes cuando escuchó su nombre en labios del envarado oficial de personal. Por lo visto ya había decidido a quién debía castigar por indisciplina antes de darle ni la oportunidad de probarle que estaba en lo cierto. Típico. Pero a parte de mascullar la maldición, tenía su cerebro trabajando a toda prisa. Había cosas que no cuadraban: si había un bombardeo orbital en marcha, ¿qué demonios estaban haciendo unos soldados imperiales en la superficie del planeta? Estaba claroq ue fuese lo que fuese merecía la pena que arriesgaran la vida más que de costumbre. Probablemente sería un golpe de mano guiados por la inteligencia imperial, sin duda todavía activa en el planeta. Había que actuar y había que hacerlo cuanto antes.

-¡Necesitamos un medio de transporte, no podemos ir por ahí tropezando entre ruinas! –aportó apasionadamente el ex-pandillero. A su mente habían acudido multitud de imágenes evocadoras de asaltos y ataques relámpago a imperiales hechos a lomos de Shadow, su fiel acelerador...

Aquello era una nueva oportunidad para absolver parte del mal pasado. Estaba ansioso de entrar en acción y de poder eliminar a alguno de aquellos criminales… Desde el momento que había escuchado el aviso me había puesto manos a la obra revisando mis armas y mi material.

Ahora ya en tierra y rodeado del pequeño escuadrón esperaba apartado las órdenes. Escuché a un tal Syrus, el segundo al mando pedir alguna especie de transporte:

- Señor…Si le parece bien me ofrezco voluntario para buscar pos los alrededores… Se me da bien eso de buscar cosas… 

Nay estaba en un rincón, con su porte desenfadado y como si estuvieran simplemente en un apacible descanso.

Se encontraba ligeramente apartada de los demás, aguardando. Estaba preparada por si las cosas se volvían feas. Siempre lo estaba.

Permaneció en silencio. No le gustaban las ordenes ni que le dijeran lo que tenía que hacer, pero no era estúpida. Si la necesitaban la llamarían pero de mientras se quedaría allí, haciendo lo que mejor se le daba cuidar de si misma.

Miró uno a uno a sus compañeros analizándolos. Las caras decían mucho de las personas, al fin y al cabo eran un mapa de lo que cada uno había vivido, tan solo era necesario saber analizarlas bien.

Buscais algun medio de transporte, pero no encontrais ninguno, los pocos que pudisteis encontrar estaban destrozados. Así que os dirigis corriendo hasta el final de la calle, esquivando personas que corrian despavoridas, otras que lo hacían con la ropa quemandole... la ciudad era un caos. Llegais al final de la calle y podeis ver a cinco ciudadanos muertos, mientras tres imperiales estan escondidos en una esquina disparando.

De repente, el suelo tiembla y escuchais un ruido ensordecedor, mirais al cielo, donde parece que se está llevando acabo un ataque, 24 cazas están atacando a los cazas de Kolatill y de la Estrella Remota, mientras que unos bombarderos se encargan de seguir atacando y lanzando bombas a Kolatill, con vosotros dentro del planeta

-¡Joder, joder, joder, esos son bombarderos TIE sobrevolando la capital! ¿Qué coño hacen esos imperiales ahí mientras bombardean? ¡Hay que detenerlos!

A Syrus le hubiera gustado más abatir a los TIE que a los imperiales, pero reconocía sus limitaciones. Sin esperar más se abalanzó hacia aquellos sucios imperiales a la par que desenfundaba sendas pistolas pesadas, compañeras fieles de mil batallas anteriores. Salvo que le ordenasen lo contrario iba a armar una de las buenas...

Llegando al final de la calle veo como los bombarderos imperiales siguen soltando sus bombas sobre el planeta. Mi prioridad pasa a ser eliminar a los imperiales que tienen atrapadas a las personas al final de la calle y sacar a los ciudadanos de allí.

Al llegar lo primero que hago es buscar refugio tras el que disparar, desenfundar y disparar al imperial más cercano.

La búsqueda resultó infructuosa. Los pocos vehículos que quedaban estaban muy dañados o en malas condiciones por los que solo quedaba la opción de ir caminando. Para colmo, los malditos TIE habían iniciado una nueva oleada de bombardeos sobre la ciudad.

Con mi pistola blaster pesada en la mano seguí e camino tras Syrus. Parecía un tipo de los que prefieren la acción a quedarse sentado mirando. Aunque a veces era mejor aquella segunda opción. Tras buscar un parapeto tras unas paredes semiderruídas apunté con la pistola y disparé.

El disparo de Syrus sale desviado pegando en una de las paredes, Thanis y Scoryn tienen más suerte y cada uno acaba con un soldado imperial, mientras tanto Virlyk alejado de la acción, empieza a mandar a la gente hacia otro lado lejos del peligro. Gorak hirió a uno de los imperiales que quedaban, pero no fue suficiente para matarlo, por suerte habían ganado tiempo, ya que el imperial no contraatacó, pero de repente el suelo empezo a temblar, los bombarderos habían empezado a soltar bombas, cerca de donde estábais cayeron seis bombas

Observé complacido como mi disparo acababa con la vida de uno de aquellos malditos imperiales. Otro más cayó y un tercero resultó herido. Los gritos a mi espalda dejaban claro que otros del grupo hacían escapar a la gente lejos del alcance de las bombas que empezaban a caer... O nos ayudaban desde allí arriba o esto no acabaría bien.

- Vamos!!! Hay que retroceder ya!!! - Grité por encima del estruendo de las primeras detonaciones...

Virlik estaba tratando de poner algo de orden en la situación, intentando acercarla un poco al estado pulcro de las cosas que a él le gustaba. O al menos tratando de alejarla del estado de caos primario en el que se había convertido el escenario de los bombardeos a los que estaban asistiendo. Y entonces cayeron las bombas. Milagrosamente no estallaron, al menos no todavía, pero eran de por sí una amenaza más que patente. Iban a morir si se quedaban allí.

-¡Retroceded, retroceded, aquí hay bombas! –gritó a los ciudadanos cercanos con cierto nivel de autoridad.

Mientras tanto en su cabeza no dejaban de desfilar pensamientos inquietantes:

Imperiales aquí abajo mientras hay un bombardeo. Bombas que no estallan cerca de los imperiales... ¿Estarán programadas para no estallar en la cercanía de los imperiales? Tendría sentido.

-¿Alguien sabe si las bombas podrían estar programadas para no explotar cerca de los imperiales? Entendería que UNA bomba se hubiera quedado sin estallar por algún defecto, pero... cuatr-cinco-seis bombas es MUCHA casualidad, ¿no? ¿Alguien sabría desactivarlas? –añadió ahora hablando sólo para los más cercanos mientras se reunía con el grupo de vanguardia, escudándose en las ruinas de aspecto sólido más cercanas.

Syrus apretó los dientes y continuó disparando. Odiaba a los imperiales y no estaba dispuesto a abandonar su presa así como así. Casi ni se enteró de la caída de las bombas, o hizo como si no hubiera pasado nada. De hecho, se estaba resistiendo a salir de su cobertura y emprenderla a tiros con los imperiales a más corta distancia, vamos, a quemarropa si fuera posible. Sabía que no era razonable y por eso se resistía a hacerlo. No lo haría... de momento. Pero tampoco iba a retroceder si no era un oficial el que se lo ordenaba directamente. Oh, no. No hasta que hubiera acabado con aquella bazofia imperial.

Aunque no lo parecía, estaba atenta a todo lo que ocurría intentando permanecer a salvo de los disparos cruzados entre los imperiales y sus compañeros.

Cuando el suelo empezó a temblar arqueó una ceja y dejo escapar el aire lentamente.

-Tsk…maldita sea.

Intentó alejarse del radio de acción de las bombas, retrocediendo hacia atrás mientras desenfundó su blaster y disparó varias veces, más con el objetivo de asustar que de acertar. Realmente estaba más atenta a ponerse a cubierto.

- ¡Uno menos!, ¡Ja! - gritó al matar al imperial. Parecía que no todos sus compañeros estaban teniendo la misma suerte y no podrían hacer luego muescas en la culata de sus armas por cada imperial eliminado. Entonces sitió como el suelo temblaba. Un vistazo rápido le confirmó lo que ya sospechaba, bombas. Suerte que no hubiesen estallado. ¡Un momento!, ¿ninguna había estallado? Era la primera vez que veía eso.

- ¡Vamonos, ya! - dijo mientras retrocedía disparando para cubrir la huída.

Thanis empezó a correr cuando una bomba cayó sobre su pierna izquierda aplastandola e impidiendole seguir corriendo, la cosa no hubiera sido tan grave si no fuera porque un trozo de hierro se le clavó en la pierna haciendo que la femoral empezara a sangrar rápidamente. Virlyk dio una orden para que todos corrieran, él mismo empezó a correr cuando tropezó y una bomba le cayó en el pecho. Syrus hizo caso omiso a lo que estaba pasando, nada le importaba más que acabar con aquellos imperiales, por eso no vio la bomba que se le venía encima y lo golpeo en la espalda tirandolo al suelo. Una de las bombas explotó delante de Nay, estuvo a punto de matarla, pero Nay corrio y se tiró en un hueco que había en el suelo, se lleno de tierra y piedras, pero había salvado la vida por poco. Gorak estaba cerca de donde se produjo la explosión, no tuvo la misma suerte de Nay y acabó muerto. Syrus quedó algo aturdido por la explosión, las cosas estaban sucediendo demasiado deprisa. Tor corrio e imitó a Nay, cayendo junto a ella en el único lugar seguro por ahora. Virlyk se vio lanzado por la onda expansiva haciendo que se golpeara la cabeza y quedara inconsciente. Boom corrio hacia dos de las bombas y la desactivo, pero aun quedaban tres bombas y estas empezaron a parpaderar en cualquier momento explotarian...

Tor se alegró de su suerte. No estaba acostumbrado al combate y le había superado la situación. Las bombas cayeron, se quedó petrificado. Vió correr a Nay, la cazarrecompensas, y la siguió, más por instinto que por decisión. La vió saltar a un agujero al mismo tiempo que estallaba una bomba casi en sus narices y saltó con ella. El hueco se llenó de polvo y piedras, pero sobrevivieron con poco más que algún rasguño.

No perdió el tiempo ahora, observó que aún quedaban bombas sin estallar y se dirigió a toda prisa a la más cercana, intentaría desactivarla  ...o tal vez pueda desactivarlas todas a través de algún circuito sincronizador - pensó mientras llegaba a la bomba.