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[DM 04/19] El viejo bazar

[PARTIDA] El Viejo Bazar

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31/03/2019, 22:54
[.Director.]

Empezaba el verano y la panda estaba reunida en su guarida, el destartalado ático o desván que había en el edificio donde vivía Güendolina. Era un gran lugar para estar en verano: una terraza que quedaba frente al puerto, desde donde podía verse toda la ría. Una vista privilegiada que en el futuro costaría mucho dinero pero que en aquellos momentos, en un pueblo marinero de las Rías Baixas, todavía estaba a salvo de la especulación.

El fallado, quitando la terraza, era un espacio minúsculo con una ventana rota y una puerta desportillada que daba a las escaleras vecinales. No había peligro de que les molestasen allí. La señora Odulia, la bruja dueña del edificio, era demasiado vieja como para subir los cinco pisos sin ascensor1. Y el piso que alquilaba el padre de Güendolina era justo el que estaba debajo. Los demás vecinos dejaban a los chavales a su aire, quizás porque en el fondo todos le tenían miedo al padre de la niña, que no era una persona lo que se dice apacible.

Aquella variopinta pandilla, que se había autodenominado la 'banda del 20 de marzo' porque en esa fecha habían decidido 'tomarse en serio' estaban ahora reunidos sopesando algo muy importante: una apuesta entre pandillas. Para que los del Monumento2 los dejasen en paz y dejaran de acosar a Paquito cada vez que iba a la sala de juegos3 tenían que demostrarles que no se amedrentaban ante nada. ¿Y qué mejor manera de lograrlo que entrar en el Bazar del Ouro y subir hasta la tercera planta? El Americano se había jactado de que él había estado allí arriba y había visto el Portal a otro mundo. ¡Hasta había robado una navaja automática antes de bajar! Con el Americano no se hacían bromas: era un chaval llegado nada menos que de Nueva York. ¡Del Nueva York de la tele! Un tío tan duro que no estaba en ninguna pandilla y que aunque no llevaba ni un año en Ribeira ya había revolucionado todo el gallinero. Las niñas suspiraban por él y los chicos habían aprendido, por las malas, que sabía defenderse muy bien. Ahora que tenía una navaja estaba casi a la altura de 'chaval de instituto'.

Y había sido la bocaza del Andoba quien los había metido en aquel lío. Se había reído del Americano en la cara, diciéndole que se lo estaba inventando todo. Le salvó de la paliza que Yule había intercedido con él. Nadie se atrevía a decirlo en alto pero estaba claro que el de Nueva York bebía los vientos por Yule porque nunca la vacilaba y hasta la defendía cuando alguien se metía con ella4. Pero les había dejado un desafío claro: si no le creían que subieran ellos allí arriba y volviesen para contar lo que habían visto. Y si tenían lo que hay que tener bajarían con una navaja automática como la suya, que estaban allí, en aquella tercera planta.

El desafío corrió de boca en boca por todo el colegio el último día de clase. Ahora estaban en ese momento de 'respeto' que todas las demás pandillas permite a una que piensa hacer algo importante. Pero sabían que si no lo hacían el respeto se convertiría inmediatamente en burlas y acoso. Así que más les valía espabilar...5

Notas de juego

[1] Como al final en la escena de personajes no definimos nada me he permitido tirar de mi propia nostalgia y meteros en mi pandilla de niño, fallado incluido. Yo creo que siempre he tenido alma de 'okupa' porque todos los sitios donde montábamos pandillas de niños eran fallados, pisos de verano desocupados (no preguntéis como conseguíamos las llaves) y sitios parecidos...

[2] El Monumento es una zona de Ribeira que se encuentra en lo alto de una cuesta infernal. Se llama así porque hay un enorme monumento al Cristo del Sagrado Corazón que no es como el de Río de Janeiro pero tampoco se queda corto precisamente. La chavalada del monumento es aguerrida y peligrosa, curtida a base de cazar lagartos y pegarse pedradas en las guerras de barrios. Lo bueno de este juego es que no me hace falta inventar nada porque mi infancia transcurrió allá. Y yo que viví eso ahora me agobio si mi hijo se cuelga en lo alto de un columpio... hay que joderse

[3] El salón de recreativos era llamado así. Como lo de Stranger Things. Es una cosa que echo mucho de menos... snif.

[4] No sabemos si Yule le corresponde, pero recordad que pese a lo duros que quieran hacerse los protagonistas siguen siendo niños. Probablemente el Americano tenga más fachada que un teatro de Brodway pero en el fondo será tan pánfilo como los demás para el tema de los amoríos.

[5] El tema del acoso es algo recurrente en esta época. Era bastante chungo porque todo eran 'cosas de niños' y ahí te salvaras. Quisiera darle un enfoque realista dentro de lo que cabe, pero si alguien se siente incómodo con esto que me avise (por MP si quiere) y esa parte la obviamos. No soy fan de las tarjetas X pero entiendo que hay ciertos temas que, siendo innecesarios en la trama, se pueden obviar si le molesta a alguien. Y no hace falta más explicación. Si alguien está incómodo me dice: 'quita lo del acoso' y no pasa nada.

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01/04/2019, 01:41
Andrés García (El Andoba)

El Andoba pasó una página de su Superlópez nuevecito mientras escuchaba distraídamente el plan que iba trazando el resto. En realidad, trataba de disimular su nerviosismo. Había metido al grupo en un buen lío y, de no haber sido por Yule, le habría caído un buen mamporro por idiota. Aún así, le emocionaba poder ver qué se ocultaba en aquel bazar y restregarle al Americano sus fanfarronadas. 

Él siempre lo había tenido difícil para encajar, y por eso decidió adoptar aquella faceta de bufón. Le gustaba contentar a la gente y que le tuviesen en cuenta. El Americano, sin embargo, había llegado y ya se había camelado a todo el mundo sin el más mínimo esfuerzo. ¡Qué rabia le daba!

—En la tienda de mis padres podemos conseguir algunas cosas —dijo dejando el cómic a un lado—. Y seguro que mi hermano Brais nos deja su linterna.

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01/04/2019, 09:48
Francisco Vieitez "Paquito"

–¿Estáis seguros de que eso es buena idea? – volvió a preguntar dejando a un lado su mortadelo y colocándose las gafas tras volver a limpiarlas.

Paquito no era un valiente, era otras muchas cosas: inteligente, muy estudioso y muy leal a sus amigos. Por esto último era por lo que quizás fuese aceptado y defendido por su pandilla a partes iguales. Sin embargo, aquel reto lo concebía como una idea terrible.

Desistió nuevamente de aquella pregunta, ya le habían recalcado una y otra vez los infiernos que les aguardaban a aquel grupo si persistían en su cobardía y debían volver con la prueba de su éxito. Tal vez con aquello ‘el americano’ les dejase en paz.

Entonces se incorporó sacudiéndose su pantaloncito corto que su madre le había escogido para aquel día. Era el de juegos, si viese el polvo que estaba acumulando en uno de los domingos probablemente estaría castigado hasta el final del verano. Su camiseta blanca con un estampado colorido estaba aún peor pues bien sabido era que el blanco no era precisamente el enemigo de la suciedad.

–Me puedo traer los Walkies de casa, he conseguido que mi hermano me enseñase a arreglarlos y uno de ellos tiene más alcance de lo habitual. Estoy seguro de que nos vendrá bien para vigilar cuando no estemos xuntos, que no venga la policía.

Notas de juego

Tengo suegro gallego, de Pontevedra precisamente pero lo de meter expresiones en gallego lo tengo jodido porque él es un todo o nada jajaja

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01/04/2019, 10:21
Juan Tajuelo

-  Venga chicos. Esto va a ser divertido.

Para Juan “Taju”, cualquier excusa era buena para una aventura. Le encantaba descubrir cosas nuevas lo que, más a menudo que le gustaría, le metía en más de un jaleo. Así que la idea de explorar el Bazar del Ouro y llegar hasta ¡la tercera planta! era algo que le tenía totalmente emocionado. Al oír a Paquito hablar de unos walkies la emoción se le multiplicó.

- ¡Unos walkies! Tráelos. ¿Crees que se podrán oír desde la calle hasta la tercera planta? Alguien pude vigilar. Si el Americano sabe que vamos a ir igual quiere intentar fastidiarnos de alguna manera.

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01/04/2019, 15:37
Lúa Welt "Yule"

Para Yule, el plan de colarse en un viejo edificio para poder descubrir "Dios sabe que" le parecía una idea fascinante. ¿Qué podrían encontrar allí? Buah, el Portal hacia otro mundo, ¿qué narices significaba eso? ¿Qué es o qué hay en ese otro mundo? 

Sus ojos estaban muy abiertos, deseosos de comenzar esa peripecia. Escuchaba atentamente las propuestas de sus compañeros.

Para ella esta era una oportunidad de poder salir de esa rutina de la que no podía acostumbrarse. Estaba harta del cole, de la gente que estaba en él y de ese edificio roñoso. A pesar de que Yule es muy tranquila, buscando siempre entretenimiento en los libros o en sus pelis, poder vivir una verdadera aventura en carne y hueso le hacía muchísima ilusión.

Además quería que dejasen de meterse con el pobre Paquito. A ella también la ignoraban y apartaban de todos los grupos, le ponían motes como "calabaza"o "la muda". La verdad es que Yule no terminaba de entender por qué la gente le decía esas cosas. ¿Qué sentido tenía que se metieran con su color de pelo? Es un color, nada más. La naturaleza está plagada de colores, los animales, las flores... y todos son diferentes y hermosos. Pero, al fin y al cabo, ella era feliz con su imaginación y una libreta para escribir o dibujar. Simplemente pasaba de la gente e iba a lo suyo.

Pero Paquito... ¡Ay Paquito! Pobriño... Él sería capaz de darles mil vueltas con ese cerebro privilegiado que tiene. No se merece todo lo que le hacen. Al recordar esto, Yule, tras la pregunta de Paquito y notar el miedo en sus palabras, coloca suavemente la mano sobre su hombro y le dice con una tímida sonrisa:

-No te preocupes, entre todos nos ayudaremos y protegeremos. No va a pasar nada.- y mantiene durante unos segundos su mirada en el pequeño.

Tras el intento de tranquilizar a Paquito, en su tono habitual, pausado, agudo y bajito dice:

-¿Qué peligros nos podríamos encontrar? Tal vez puertas cerradas, baúles misteriosos, acertijos indescriptibles....hmmm, debemos ir muy preparados. Tal vez.... una cuerda nos pueda venir bien...- dice pensativa mientras se pellizca el labio. Cogeré una del huerto de mis padres, no creo que la echen de menos. También llevaré mi pequeña Ocarina1, nunca se sabe para qué se puede utilizar.- y su vista se pierde en el fondo de la estancia sumida en su imaginación.

Notas de juego

1. Pequeño instrumento de viento de color azul que los padres de Yule le regalaron hace unos años por su cumpleaños. Es uno de los miles objetos que se trajeron de sus inumerables viajes, en este caso de Latinoamérica.

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01/04/2019, 22:50
Güendolina Gil

Güen estaba sentada en el poyete que había en la terraza escuchando al resto de la panda. Levantó la ceja y se volvió cuando escuchó a Yule.

-Baúles misteriosos, acertijos indescriptibles... estamos planeando entrar en el Bazar del Ouro, nada más. Esto no es En Busca del Arca Perdida ni ese americano Indiana Jones, Yule. No hay nada mágico allí arriba, solo vamos a evitar que esas dos pandillas de pacotilla tengan excusa para estar metiéndose con nosotros todo el verano -suspiró- a causa de ese estúpido niño pijo y el bocazas del Andobiña.

Se dio la vuelta y los miró, seria -Quiero una de esas navajas del piso de arriba, la mia se melló el otro día y no me llegan los ahorros para comprar una nueva -sacó del bolsillo de sus pantalones un paquete de Bang-Bang fresa y plátano y se metió un chicle en la boca- Alguno de vosotros tiene que entretener al tendero mientras los demás nos colamos sin que nos vea. ¿Quien se ofrece voluntario? Ese es el que se quedará fuera con uno de los walki y vigilará -evidentemente, Güen acababa de dejar claro que ella no iba a ser esa voluntaria.

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02/04/2019, 00:38
[.Director.]

La pandilla tenía algo parecido a un plan. Bajaron las escaleras del edificio discutiendo quien se encargaría del tema de entretener al tendero mientras los demás se colaban, pero para ello se requería primero equipamiento.

Tal como el Andoba había prometido en la tienda de sus padres pudieron agenciarse algunos pertrechos interesantes1. Su hermano no estaba en casa pero el chaval se agenció igualmente su linterna. Era una linterna muy chula, de petaca, con una luz potente pero lo suficientemente pequeña como para poder llevarla en el bolsillo sin problemas.

Los walkies de Paquito también eran la caña. Su padre los había traído de un viaje que había hecho a Inglaterra y gracias al apaño de su hermano ahora tenían un alcance tremendo, de varias calles de distancia. Con la pareja podrían comunicarse sin problemas entre ellos.

Y pese al refunfuño de Güen, Yule insistió en traer una cuerda y su ocarina. ¡Nunca se sabía que podrían encontrarse!

Era lunes por la mañana, el primer lunes del verano aunque el cielo estuviera plomizo. Los adultos estaban a sus cosas, a sus trabajos, y los chavales empezaban a prepararse para llenar largas horas de libertad con todo tipo de aventuras. Aquella pandilla tenía clara cual sería la primera pero ¿qué harían ahora? ¿visitar la tienda desde fuera para ver como estaba el asunto de colarse allí dentro? ¿entrar en plan exploración? ¿quizás recabar información en la sala de juegos entre la gente que ya había entrado allí? Todo un abanico de posibilidades se abría ante ellos.

 

Notas de juego

[1] ¿Cómo cuales? Digamos que los padres del Andoba no van a echar en falta material que no supere los 200 duros. Tenéis la lista de equipo en el manual.

 

 

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02/04/2019, 13:43
Juan Tajuelo

- A ver chicos, no podemos presentarnos así sin más y entrar. Nos echarían. Yo propongo que entremos por separado o de dos en dos, cada pareja con excusa. - Hago una pausa mirando al resto para ver si  están de acuerdo - Alguien debe quedarse cerca, con un walkie. El otro lo metemos dentro. Así si hay problemas el que esté fuera puede provocar un revuelo que haga al tendero salir fuera y darnos tiempo para escapar o subir a la tercera sin ser vistos.

Me vuelvo hacia el Andoba.

- ¡Un tirachinas! Si el que se queda fuera tuviera uno podría romper alguno de los chismes que tiene la tienda siempre fuera. Andrés, seguro que en la tienda de tus padres podemos conseguir uno. ¿Qué os parece?

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02/04/2019, 21:05
Francisco Vieitez "Paquito"

—Yo... No me importa quedarme fuera. Podría... No sé, gritar por ayuda —expresó dubitativamente. La idea de romper algo de propiedad ajena no le convencía, de hecho iba en contra de todo lo que le habían inculcado y además la perspectiva de ser cazado no era para nada halagüeña.

—Me quedo fuera con el Walkie y si necesitáis ayuda, me decís.

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02/04/2019, 22:32
Lúa Welt "Yule"

- A mí... Me parece bien...- dice Yule con los ojos ociosos denotando esas ansias por comenzar.

- Es necesario poner la hora y día en la que vamos a hacer nuestro plan.

Notas de juego

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03/04/2019, 01:34
Güendolina Gil

-Creo que tendríamos que hacer salir al tendero de alguna forma, y entrar sin que nos vea. Una vez dentro tendríamos que intentar ganar tiempo, que no tuviera que subir durante un buen rato a las plantas de arriba...-Güen se rascó la punta de la nariz, bizqueando pensativa. En un momento dado, sonrió malignamente -No creo que le apetezca estar en la tienda si huele a huevos podridos. ¿Que tal una bombita fétida? Estará entretenido aireando la planta baja-comentó mientras cogía un par de cajitas de bombas fétidas porque, les pareciera o no buena idea al resto, nunca estarían de más y, para que negarlo, tenía ganas de tirar una desde hacía mucho tiempo.

-Tenemos que saber si tenemos alguna puerta por la parte de atrás, o una ventana. Tenemos que ir a ver de cerca cómo es la tienda, no me acuerdo muy bien. Quizás cuando la veamos se nos ocurra algo más. Y si no se nos ocurre, podemos usar a Yule para que le sonsaque al americano lo que sabe de la tienda o... lo mismo puedo encontrar a alguien que conozca bien ese sitio...-empezó a pensar quien de entre sus conocidos podría haber estado allí dentro.

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03/04/2019, 02:35
Andrés García (El Andoba)

—Los domingos hay misa, así que los sábados por la noche, la gente suele acostarse temprano. Si preferís hacerlo durante el día también vale —propuso el Andoba encogiéndose de hombros.

Había birlado chinchetas, la linterna de su hermano y una cantimplora. Si entre sus compañeros se agenciaban algo para la merienda, ya era para nota.

—Si el Americano intenta algo le dejaré Colorado. Tengo bombas fétidas como para dejarle oliendo a pedo todo el fin de semana. ¡A ver qué chica se acerca a él y a sus Buenos Aires!

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03/04/2019, 08:21
Lúa Welt "Yule"

-Ehmmmm...- la sola idea de pensar hablar con El Americano le hacía sonrojar y agachar la cabeza. No sabía por qué extraña razón ese chico tan chulo y brabucón, en su presencia se convertía en alguien sensible y amable. No sabía qué sucedía y por qué actuaba así con ella.

-Yo... Yo....- la verdad es que Yule no sabría qué decirle, no es muy diestra en temas sociales y menos con un chico que actúa tan raro.- No... No.. Ufff... No sé qué hacer para... Bueno... Que me diga... Cosas...- tartamudea mientras se estruja las manos nerviosamente.

Notas de juego

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03/04/2019, 22:18
[.Director.]

Parecía que la pandilla no se ponía de acuerdo en el plan a seguir. ¿Violencia? ¿Nocturnidad? Quizás es que habían atisbado las películas que sus padres veían por las noches, esas de un rombo1, en las que los ladrones daban sus golpes a bancos.

El caso es que la propuesta de echarle un ojo al sitio no era mala idea así que tras agenciarse igualmente el tirachinas, bombas fétidas y chinchetas decidieron acercarse a la tienda. Allí estaba: en la calle principal, la General Franco2, que atravesaba la ciudad de un lado a otro y en la que se acumulaban las principales tiendas. La fachada principal daba a la vía principal con una estrecha acerca que compartía espacio con los coches que transitaban en ambos sentidos. Luego había varios callejones que rodeaban el inmueble.

La chavalada se coló por uno de estos callejones con la esperanza de que hubiera una entrada trasera pero quedaron decepcionados al comprobar que por detrás no tenía entrada alguna. El único acceso era la amplia entrada principal flanqueada por enormes escaparates que recorrían toda la parte frontal y los laterales del edificio. A través de ellos podía verse de todo: porcelana de Sargadelos, lámparas de todos los tamaños y colores, cajas y cofres, estanterías llenas de cachivaches brillantes y figuritas de plata. Esto se prolongaba una segunda planta, también con escaparates que permitían ver el género pero la tercera era distinta. No tenía ninguna ventana.

Hasta aquel momento no se habían fijado en aquel detalle pero toda la tercera planta estaba cerrada, sin ventanas, cubierta la pared de un embaldosado pequeño de color blanco y azul, quizás imitando a la omnipresente cerámica de Sargadelos de la que el Bazar hacía gala. Siempre que había una boda alguien compraba un juego de chupitos de Sargadelos para los novios. Algunos habían escuchado a sus padres decir que siempre era el mismo porque todo el mundo iba a devolverlo al día siguiente3.

Echaron un ojo al interior. La tienda siempre parecía vacía, pero es que era tan grande que aunque hubiera compradores en su interior probablemente estarían perdidos entre la multitud de estanterías. Aquello era algo a tener en cuenta4. El mostrador, sin embargo, estaba justo delante de la entrada y allí siempre estaba el viejo dueño. Un hombre alto y encorvado, vestido verano o invierno con su jersey de pico con chaleco de lana, y sus gafas de montura dorada que pendían casi al borde una nariz aguileña, por encima de las cuales se asomaban unos ojos enormes, saltones, de mirada desconfiada. Algunos niños lo llamaban 'el hombre besugo' porque tenía la costumbre de mirarte un rato largo antes de musitar alguna contestación con una voz ronca, parca en palabras.

En la acera, flanqueando la puerta, había como había mencionado Juan dos elementos expositivos. Uno era un enorme perro de porcelana: un dálmata tamaño real pintado con esmero. El otro era un jarrón que imitaba los jarrones chinos de las películas de Bruce Lee. O al menos eso pensaba la pandilla, que jamás habían oído de la Dinastía Ming en su vida.

Notas de juego

¿Ir de noche? Eso ya es una aventura en si misma. Recordad que sois niños.

[1] Para los más jóvenes del lugar en aquella época sólo había dos cadenas y los programas nocturnos estaban prohibidos a los niños. Yo creo que a eso de las 7 ya salía aquello de 'para la cama' en la tele. La calificación nocturna solía ser de un rombo (pelis violentas) o dos rombos (pelis picantes, de esas que enseñan algo de cacho, pero que ahora nos harían reír).

[2] En Ribeira, como en muchísimos sitios, no se cambiaron los nombres franquistas de ciertas calles hasta muy entrado el siglo XXI. De hecho según he buscado por curiosidad y parece que la calle cambió el nombre en el 2010.

[3] True fact. Cuando nos casamos nos llegó el mismo juego cuatro veces de gente distinta. La segunda vez, por la coña, le dejé un trozo de papel en una esquina para marcarlo y comprobar que era exactamente el mismo jodido juego de chupitos. Esto da para una partida tipo 'La maldición'.

[4] En los 80 era raro que un negocio tuviera cámaras, que era algo prohibitivo y casi de ciencia ficción. Al menos yo no recuerdo ninguna cámara en los negocios hasta entrados los 90, y normalmente eran escasas y reservadas a cadenas de supermercados.

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04/04/2019, 15:03
Lúa Welt "Yule"

Yule, al ver tanto cachivache se queda obnubilada. Cientos y cientos de objetos de todos los tamaños delante suya, brillantes, curiosos, llenos de polvo y contando cada uno una historia. A veces, cuando se queda mirando fijamente a algo, tan concentrada, siente que ese objeto.... es como si ese objeto le estuviese contando su vida, su origen... esa lámpara, parece traída desde la mismísima África, perfectamente tallada en metal, con incontables agujeritos que permiten el paso de la luz para iluminar ténuemente una estancia. La pequeña casi casi podía oler los aromas del norte de África: cardamomo, comino, un... un poquito de jengibre y por supuesto la especia estrella: canela.

De repente se encuentra a sí misma con los ojos cerrados viajando por unas calles estrechas, unas calles arenosas y repletas de gente. Ruido, muchísimo ruido, bullicio, voces y el clin-clin de objetos pasando de mano en mano.

-¡Tengo una idea!- dice de repente, como si hubiera sido despertada de un sueño tras un ruido muy fuerte.- Este sitio es... es enorme... si conseguimos despistar al tendero1, el resto podrá pasar sin ser descubierto a la parte superior del edificio. Pero... ¿quién estaría dispuesto a perderse lo que nos podemos encontrar ahí dentro?.- pregunta pellizcándose el labio y mirando al suelo si encontrar respuesta a la cuestión que acaba de realizar.

Notas de juego

1. A Yule no le gustaba llamar al dueño de la tienda "El hombre besugo". No le gustaba que la gente pusiera motes despectivos.

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04/04/2019, 21:51
Andrés García (El Andoba)

—Paquito dijo que quería vigilar, así que puede encargarse él del besugo.

Andrés no pensaba ofrecerse a ser la distracción. No era la primera vez que le gastaba una broma pesada al dueño, y seguro que les pillaban si le veían dirigiéndose al mostrador directamente. Además, prefería cualquier cosa antes de quedarse demasiado tiempo delante de aquel monstruoso dálmata. Su abuela Maruja tenía un animal parecido en el comedor de su casa de la aldea y aquello le traía recuerdos horribles. El olor a chorizo y el tacto áspero de su bigote incipiente volvieron a su mente, haciéndole temblar de arriba a abajo.

—Que distraiga al Besugo y se abra con viento fresco para vigilar los alrededores.

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04/04/2019, 22:25
Juan Tajuelo

La cabeza de Juan pensaba velozmente. Había que entrar, aquella tercera planta, cerrada, sin ventanas, era como un imán para él.

- Hay que distraer al Besugo. Paquito, todo el mundo sabe lo listo que eres por lo que puedes intentar distraerle diciendo que le quieres hacer una entrevista para un trabajo de clase. "Comercios del Barrio" o algo así. Seguro que se te ocurre algo mejor. Como puedas le haces salir del mostrador, para que te enseñe algún objeto curioso de la tienda o así. Así nos colamos el resto. ¿Qué os parece?

Juan miraba a sus amigos y respiraba entrecortadamente. La emoción de un plan siempre le hacía hablar rápida y atropelladamente.

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07/04/2019, 12:12
Francisco Vieitez "Paquito"

Paquito se encontraba apoyando su cabeza en su mano pensando mejores opciones y esa última le pareció la mejor:

—Sí, esa es muy buena "Taju". Tomad un walkie y yo llevaré el otro —agregó retirándose la mochila de su espalda, se trataba de una mochila sencilla que sus padres habían comprado en la papelería sin ningún estampado pues sus padres insistieron en que aquello era para niños pequeños. Puede que su interés en la madurez de su hijo tuviera mucho que ver las 3000 pesetas de diferencia que había entre ambos elementos.

—Voy a ir entrando el primero para entretenerle y en cinco minutos vais entrando. No me llaméis al walkie en los próximos diez minutos porque si no me pillan y me la cargo.

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07/04/2019, 19:23
Güendolina Gil

Güen arrugaba el ceño, pensativa, mientras miraba el perro de la entrada.

-Seguro que si rompemos ese perro en mil pedazos lo despistamos tela, pero seguro que acabamos todos castigados -se giró hacia sus amigos- A ver, vale. Vas a entrar ahí a distraerle, pero tenemos que saber lo que vamos a hacer. Vas, entras y le sueltas eso del trabajo del cole. En especial, quieres saber algo de la historia de esta tienda con la porcelana de Sardaguelos esa tan famosa. ¿Por qué? Por que quiero que te lo lleves a aquella parte de la tienda -dijo señalando a la derecha de la tienda, en la que habían visto que estaban millones de cosas hechas con aquella porcelana- así, conforme os perdáis de vista detrás de las estanterias, entraremos los demás y correremos hacia el lado izquierdo de la tienda. Corremos en silencio por los pasillos, buscamos las escaleras y subimos.

Mientras hablaba, iba señalando con el dedo, haciéndose una imagen mental de a donde tendría que ir cada uno. Se le ocurrió algo sobre la marcha.

-¡No, esperad! -dijo levantando las manos- Podríamos hacer lo mismo sin que Paquillo se quedara aquí, ¿no? ¿Que tal si esperamos a que entre alguien y, conforme se alejen de la puerta, entramos? Creo que es bueno esperar a que alguien entre. En el estanco del final de la calle, tienen una campanilla que suena cada vez que se abre la puerta para avisar de que alguien ha entrado. Deberíamos saber si él -dijo señalando al Besugo- también tiene una, porque si la tiene, decid adios a entrar en silencio. Y, por si lo queréis saber, lo del estanco es verdad, mi padre me manda a comprar su tabaco allí... y esa campanilla no es para nada silenciosa, retumba en todo el local. Mi opinión, averigüemos eso primero.

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07/04/2019, 23:13
[.Director.]

La entrada de la tienda no tenía ninguna campanilla. En realidad la entrada estaba siempre abierta de par en par, como invitando a cualquiera a entrar y revisar la cacharrada. El problema era, precisamente, que muchas veces la gente hacía eso: entraba, curioseaba y no hablaba con el dependiente hasta que necesitase que le cobrasen. O si buscaban algo muy particular. Pero arriesgarse a esperar a que un cliente hiciera justo lo que ellos querían, alejando al hombre hacia el lugar exacto era pedir mucho.

Así que al final optaron por el plan inicial. Paquito entró en la tienda para explicarle a la víctima su historia sobre el trabajo del cole. A priori no parecía algo demasiado raro y podría colar, siempre y cuando el chico no se liase con los nervios. Por desgracia desde fuera los otros veían como el pobre se ponía colorado y balbuceaba cuando intentaba explicarle al tendero el objetivo de su visita. Que el hombre hiciese honor a su apodo y que se quedase mirando para él en silencio sin contestarle realmente nada no mejoraba la situación de nervios por la que estaba pasando Paquito1.
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

[1] Paquito tiene Embaucar 0. Considero que no es una acción compleja pero sí que el pobre chico no está acostumbrado a meter trolas a un adulto, así que le doy una dificultad básica de 11. Por desgracia Paquito saca un 7 con lo que fracasa. El hombre de momento sospecha algo o no entiende lo que le dice el niño.

¿Qué opciones os deja esto? Pues de primeras:

- Que Paquito salga cuanto antes del lugar soltando cualquier disculpa y dejando al desconcertado tendero pensando en que ha pasado realmente.

- Que alguien de la pandilla intervenga improvisando un plan alternativo.

- Que Paquito use una de las monedas de 'Continue' de la pandilla para intentar de nuevo la tirada.

Según el manual:

Continues
Tras fallar una tirada cualquiera, el jugador puede gastar un Continue para intentar superar la prueba. Los Continues están representados como monedas (idealmente de 25 pesetas) que el Director coloca en el centro de la mesa como reserva para toda la pandilla. Al inicio de la partida los jugadores tienen disponibles tantos Continues como integrantes de la pandilla.

Para utilizar un Continue, se lanza la moneda al aire acompañándola con el grito de guerra de la pandilla (ver página 14). Si sale cruz, el jugador puede repetir la tirada del dado y si sale cara consigue éxito automático en la prueba, sin necesidad de tirar de nuevo el dado. En
ambos casos el jugador entrega el Continue gastado al Director.

En este caso al ser RPW nos perdemos el grito de la pandilla (una pena) y en vez de lanzar una moneda Paquito lanzaría 1d2 (1-Cara, 2-Cruz). Si saca cruz el jugador tira de nuevo Embaucar. Si saca cara la tirada de Embaucar se da por conseguida. En ambos casos perdéis un continue (os quedarían 4).