Partida Rol por web

El cementerio viejo se extiende hacia el Este partiendo del río en la orilla más alejada del centro de la ciudad. Está situado en un promontorio cuyo subsuelo arcilloso evita que las aguas del río se contaminen. Aunque su superficie está en la vertical un centenar de metros más baja que la zona entre murallas, el promontorio donde comienza el cementerio está elevado respecto a los alrededores y ofrece una vista privilegiada del las torres de acero y vidrios tintados que se alzan en el corazón de la urbe. En el promontorio se encuentra el cementerio original que ha crecido hacia el este, alejándose del río y del centro conforme las nuevas generaciones daban paso a otras aún más nuevas hasta que el propio terreno del cementerio fue rodeado y engullido por el crecimiento urbanístico y ya solo acepta nuevos miembros en el caso de las familias pudientes propietarias de mausoleos. 

En el promontorio se encuentran los mausoleos más destacados, esperando paciente a los ilustres ciudadanos que hoy dirigen la política de los vivos. Allí el cielo está despejado mientras que las zonas más bajas son invadidas en ocasiones como la de esta noche por una niebla baja originada en el río.

Cucaracha: eres el primero en llegar, no es por casualidad que citaste a Dumas en el cementerio, pero permaneces oculto bajo un manto de oscuridad hasta que te aseguras que el Ventrue ha venido solo. Os encontráis próximos al promontorio, justo donde se alzan los primeros mausoleos que son más humildes que los del promontorio pero por encima del campo de lápidas que se extiende hacia el este y que a estas horas comienza a cubrirse por una bruma. Allí donde os encontráis la visibilidad es buena pero los mausoleos pequeños os brindan intimidad.

Jack y Devin: habéis cubierto la distancia en tiempo record gracias a que el pase os ha permitido avanzar por algunas calles sin tráfico al estar cortadas para los no residentes. Sospecháis que Cucaracha puede estar oculto y tomáis las máximas precauciones para aproximaros sin ser detectados hasta un lugar desde el que podáis acechar lo que os obliga a manteneros a cierta distancia. La experiencia montaraz de Devin os permite acercaros desde la mejor dirección para una emboscada y que esa distancia inevitable sea también la mínima posible. Cucaracha destaca por ser escurridizo y no queréis que se os escape. Veis llegar a Dumas y como comienza a hablar con Cucaracha. Pero algo llama vuestra atención. Aproximándose desde vuestra misma dirección, precisamente la mejor para emboscar, pero manteniéndose a más distancia, creéis ver movimiento. Es algo fugaz. ¿Una ardilla? Observáis en aquella dirección y veis un nuevo movimiento, veis tres figuras avanzando de forma sigilosa. Reconocéis a uno de ellos como uno de los ghouls (vosotros no sabéis que es un vampiro) del príncipe. Se detienen dejándoos situados a mitad de distancia entre ellos y Cucaracha/Dumas. Silencioso como la muerte, uno de ellos comienza a montar un rifle. Estáis seguros de que no os han visto.

¿Qué hacéis?

- ¿Lo ves, Jack? - Le dijo en un tono bastante bajo. - ¿Ves lo mismo que yo? - Devin sonrió.

Que estuvieran allí los ghouls del príncipe quería decir algo, se estaban acercando. ¿Habría funcionado su estratagema de desatar el caos rompiendo la mascarada? Era evidente, al menos para él, que sí.

- ¡Jaja! - Río eufórico el gangrel. - Es la hora de afilar las garras.

Devin no se lo pensó mucho. En general no pensaba demasiado las cosas y esa noche ya había hecho demasiadas excepciones. El huraño de Morrow salió la carrera tratando de pasar desapercibido, pero con un claro objetivo, acabar con esos tres individuos y en especial con el que estaba armando el fusil.

Llego antes, claro, y espero con tranquilidad oculto entre las sombras la llegada de Dumas. Ahí está, con su inmaculado traje de dos mil pavos. Su aspecto desencaja completamente con el lugar. Cuando está cerca me materializo y aparezco ante sus ojos sentado de manera teatral sobre una lápida. Si se ha sobresaltado lo ha disimulado bien. Sonrío y me bajo de un salto.

—Buenas noches.

Me observa. No le gusta lo que ve, pero ¿a quién le podría gustar?. Soy horrendo incluso para mi mismo. Después de tantos años aún no he conseguido acostumbrarme del todo a mi apariencia. ¿Cómo iban a hacerlo los demás?. No sé decir si está reaccionando ante mi aspecto, o ante lo que él piensa que soy: ¿un mal necesario, un cabrón astuto, otro depredador en su territorio?. Supongo que no importa...

—¿Todo bien con el alimento? ¿Llega regular? —pregunto—. Por mi parte ninguna queja respecto a Judy —añado—, salvo un nuevo cuidador, pero no te preocupes, de ese tema me encargaré personalmente.

 —¡Jaja!

Se escucha una risotada que viene de un lugar no tan alejado como me gustaría. Hay alguien más en el cementerio y mis ojos se clavan en Dumas.

—¿Qué cojones es esto? ¿Me has jodido Dumas?.

Intento ofuscarme. Desaparecer. No lo consigo, estoy demasiado furioso. Aprieto los dientes y espero que la respuesta del Ventrue sea convincente antes de que la cosa vaya a más...

Puta vida.
Algo que debería haber sido tan sencillo como saltar los dos a la vez sobre Cucaracha y destrozarlo se va a la mierda porque el peludo quiere jugar con los juguetes de Lawrence. Encima el patán necesita que lo salve otra vez. Uno de esos gilipollas ha reaccionado a tiempo a la estupida risa de Devin y le va a hacer un agujero en el pecho del tamaño de un balón.
No hay tiempo para sutilezas como esperar a que las garras salgan. Cojo la lápida más cercana y con un movimiento rápido la lanzo contra el tipo del rifle que pretende convertirnos en dos coladores. Eso debería darle tiempo al hermitaño a llegar a ellos.
- ¡Vamos! ¡Vamos! - arreo a Devin para que se deje de tonterías y haga lo que mejor sabemos hacer: rajar gargantas.

Resolución de la acción de Devin Morrow

Devin: Corres hacia tus presas tratando de permanecer oculto hasta el último momento, pero te han calado y cuando inicias el sprint final hacia el tirador del rifle, otro de los sicarios se adelanta con dos pistolas con silenciador y vacía sendos cargadores creando una cortina de plomo que te obliga a lanzarte tras la cobertura de una lápida. En un visto y no visto el sicario de las pistolas recambia los cargadores con otros que tiene preparados en dos bandoleras que lleva cruzadas bajo la chaqueta pero por encima de un chaleco antibalas que ahora se hace visible. Es de esperar que los demás también lleven chalecos.

Un segundo sicario, más retrasado, prepara una katana con una mano y os enfoca a todos con un dispositivo espía de grabación al tiempo que inicia una conversación con alguien gracias a un pequeño sistema comunicador enganchado a su oreja. Mientras habla, avanza hasta la posición de sus compañeros para darles asistencia con la katana en caso de combate cuerpo a cuerpo.

El tercer sicario, con una rodilla en tierra termina de montar el rifle con rapidez y precisión, para a continuación, acercarse  la mirilla al rostro para apuntar. 

Cucaracha: Tiene que existir una razón para lo que está ocurriendo y tú no la sabes. Pero sabes que dos de esos sicarios son gouls del príncipe (bueno, ahora son vampiros, pero eso no lo sabes) y os han grabado. Quizá el dispositivo espía pueda haber recogido vuestra conversación, pero no cuentas con ello. Así que una de dos, Dumas te ha tendido una emboscada y los hombres del príncipe te buscaban a tí, no sabes por qué, pero te sitúa como enemigo del príncipe, o bien esos tipos buscan a Dumas y de paso a "sus colaboradores", en cuyo caso con la grabación te acaban de meter en el saco de "sus colaboradores". No sabes qué pintan Jack y Devin, pero algo te dice que el príncipe te ha puesto en su lista negra... ntsss, para una vez que no haces nada...

Resolución de la acción de Jack

Jack: Habíamos dejado al sicario del rifle con una rodilla en tierra, acercándose la mirilla a la cara con frialdad. Pero en el instante en que el sicario esperaba sentir el contacto de la culata apoyarse suavemente en su hombro, una lápida en un vuelo rasante le impacta en plena frente arrancándole parte del cráneo y dejandole con la cabeza colgando del cuello roto en un ángulo imposible. Tras unos momentos de incertidumbre, la cabeza vuelve a su posición. Ves asomar el cerebro a través del hueco donde debería estar el parietal izquierdo. Vaya, un ghoul no puede hacer esas cosas, definitivamente estáis tratando con vampiros. Este ha perdido el ojo izquierdo, tiene lo que le queda de cara izquierda hundida y desde el otro lado de la mirilla del rifle te atraviesa con una mirada cargada de odio.

Su puta madre. Estaban preparado hasta las trancas, pero lo bueno de los chalecos antibalas es que son cojonudos para parar balas, que perforan; lo malo de los chalecos antibalas es que son masilla para parar cortes, sobre todo si son garras.

Sin pensarlo dos veces corría saltando por encima de la primera lápida mientras saludaba al Príncipe.

- ¡Hola Lawrence! ¡Disfruta del espectáculo, chico! ¡Después te tocará a tiiiii! – grité con evidente tono burlesco.

Esquivé al gilipollas que se creía en una peli de Kill Bill fintando para llegar hasta el capullo del rifle y lanzar mi garra a su cuello. Una decapitación no se regeneraba, fueras ghoul o fueras vampiro, y como dije, lo que mejor se nos da es rajar gargantas.

Pero emocionado por la diversión de imaginarme al idiota de Lawrence dando puñetazos en su mesa de mierda donde poias estuviera ese maricón de mierda, calculé mal la resistencia del cuello del capullo y giré demasiado con la inercia, lo que me llevó a pisar unas hojas húmedas con el rocío de la noche, haciéndome perder la posición y dejándome en una situación ligeramente precaria para la próxima acometida.

Tendría que confiar esta vez en que Devin me cubrier las espaldas.

—¡No sé a quién de los dos, pero nos han seguido! —Exclamó Dumas mientras veía lo que sucedía en la lejanía. 

—Maldición. Están ahí los hijos de puta que sirven al príncipe... Todos son vampiros. —Aclaró dirigiéndose a Cucaracha. Sin embargo se quedó brevemente parado mientras vio una lápida volar. Le habían cazado... Tal vez Rach... Extrañamente estaba calmado, tal vez por ser vampiro no sentía la sangre agolpándose en sus venas, tan sólo un deseo de destruir. Entonces echó a correr tras las construcciones repartidas que conformaban pequeños mausoleos usándolos como cobertura mientras buscaba acortar la distancia que les separaba.

—Dos eran ghouls ayer, no sabrán ni cómo usar sus poderes. —Resolvió mientras se preparaba para propinarles un fuerte puñetazo en cuanto lograse flanquearles. Seguía corriendo buscando llegar a una distancia desde la que pudiera dispararles.

Comienza la segunda ronda

Devin está agazapado tras una lápida escuchando las balas rebotar al otro lado del mármol. Jack se pasa de frenada y tras rebanar la cabeza al sicario del rifle, resbala con las hojas húmedas y rueda una decena metros hacia abajo por la suave pendiente del promontorio alejándose de la acción.

Ante esa breve pausa en las hostilidades, los dos sicarios se lanzan una mirada fugaz pero cargada de significado y echan a correr alejándose de todos vosotros promontorio abajo hacia la bruma en formación y la valla del cementerio como almas que lleva el diablo. Tras iniciar la carrera hombro con hombro, las direcciones que toman adquieren un pequeño ángulo y sus trayectorias comienzan a diverger. El que tiene el comunicador está pidiendo refuerzos. 

Monto una fiesta privada en el cementerio para Dumas y aparecen sin invitación los hombres de Lawrence, el motero de las pelotas y el hippie de las montañas.

—¿De qué coño va toda esta mierda? —pienso mientras veo a Dumas salir corriendo directo a la refriega—, ¿este ahora se cree Superman o qué cojones?.

De lo primero que me vienen ganas es de desaparecer, pero no de la manera literal, sino a lo cobarde, dando pasitoss hacia atrás, muy despacio y en silencio, mientras río entre dientes y contemplo como esos gilipollas se matan entre ellos. Si, eso sería lo mejor, pero no lo hago. No se por qué pero acabo dando esos pasos en la dirección contraria, justo en la dirección que va Dumas.

Algo me dice que están a punto de cambiar las cosas en Encrucijada Vieja y esta noche, aquí en el cementerio, va a comenzar ese cambio...

Y de aquel hombre peludo como un oso, brotó más pelo y sus dientes se convirtieron todos en afilados colmillos alineados para matar en la interior de las fauces del lobo negro como la noche, en el que Devin Morrow se acababa de convertir.

Aquel lobo de aspecto fiero se abalanzó sobre uno de los esbirros del Príncipe Lawrence y le saltó al cuello tratando de destrozarlo mordisco a mordisco, con la clara intención de que la eternidad que acababa de conseguir ese ghoul recién convertido en vampiro fuera más efímera que un cubito de hielo en el desierto.

Y Devin sintió como sus colmillos se hundían en la piel fría y mortecina de aquel cajita joven. No iba a dejar que se zafara de su mordisco. No iba a abrir sus fauces, no iba a darle una sola oportunidad. Devin estaba dispuesto a destruirlo allí mismo y en ese preciso instante.

Llevaba el ventrue recorridos un par de mausoleos familiares, Walter-PPK en mano presto a usarla, ¿o eran tres? Cuando de pronto un lobo demasiado peludo para los propios estándares animales saltó abalanzándose sobre los dos que huían deteniéndoles en su huida. ¡Ya estaba hecho!

Consciente de su superioridad el Ventrue finalmente se detuvo sin bajar la pistola, cuando vio que uno de los dos caídos no había tirado la toalla y parecía estar a punto de levantarse con la intención de atacar al animal de pelaje adusto. 

BANG

El disparo descerrajó la cabeza del osado que creyó tener una oportunidad de invertir las tornas quedando únicamente el ex-ghoul al que pretendió emboscar.

—¡Dejadle a ese vivo! Nos servirá para saber a por quién venían... —Pidió, consciente de que había un ser racional en el interior del animal—. Y también tenéis que decirnos qué queréis y a qué habéis venido.

Ese maldito amarillo no iba a dejarnos en ridículo ni iba a escaparse. Estaba cabreado, muy cabreado, y la Bestia pedí sangre. La pedía y la iba a tener.

- ¡¡¡¡AAAAAAAARRRRRGGGGGGGGGGHHHHHH!!!!

Libere mi poder dando un salto sobrehumano que me llevó volando hasta el amarillo mostrando mis garras abiertas y mis colmillos totalmente fuera dispuesto a rajarle la garganta, rajarlo a él hasta que fuera pulpa, a rajar la rama y rajar el jodido maldito árbol.  

Hasta que el hijo de puta giró sobre la rama y yo pasé de largo perdiendo el equilibrio en el aire directo a estamparme contra el mausoleo que había detrás…

Devin no se lo pensó. O más bien sí. Pensó en convertirse en murciélago para volar hasta la copa de aquel árbol y así adoptar la forma del lobo nuevamente y caer sobre el amarillo. Sin embargo, muy pronto descartó aquella posibilidad. Una voz interior le dijo que trepara.

Y eso Hizo, o al menos lo intentó. Trepar trepó y lo hizo bien, muy bien. Había llegado ya casi a la copa del árbol cuando decidió dar un poderoso salto para atrapar entre sus fauces al puto chino y entonces...

Entonces algo le golpeó con fuerza. Fue un golpe duro. Algo grande acababa de impactar contra él. Cuando fue consciente de ello, supo que él o bien Jack la habían cagado. Lo dos saltaron al mismo tiempo y se interceptaron el uno al otro y entonces empezaron a caer.

Devin se golpeó contra infinidad de ramas que crujían y se meneaban a su paso. El gangrel cayó durante unos breves instantes y finalmente tanto él como Jack acabaron impactado contra el techo de un mausoleo, el cual se fracturó y ambos acabaron en su interior.

Golpeado, magullado y habiendo hecho el completo ridículo, quedó dispuesto en una mala posición. Lo peor de todo era que el Príncipe lo habría visto todo.

- ¡Mierda puta! - Exclamó una vez en el suelo humillado.

Aquel puto amarillo al que quería haber interrogado no se rendía y observaba al grupo con aire de superioridad, especialmente si se tenía en cuenta los fracasos que habían tenido al intentar darle alcance.

Dumas maldijo por el traje que iba a desperdiciar y usando sus poderes vampíricos buscó acortar la distancia para volver a insistir con un nuevo disparo. Se habían acabado las negociaciones...

Me muevo como una serpiente al abrigo de lápidas y cruces. Acorto la distancia fundiéndome bajo la sombra de árboles mortecinos. Entonces la Walther PPK suelta un destello cuando la hago salir de debajo de mi chaquetón. Vieja amiga. Ya eramos antiguos conocidos. Lo eramos desde que la recuperé del cadáver de un oficial nazi.

Alzo la mira y apunto a la sombra encaramada sobre los árboles. Es fácil de distinguir. La luna esta noche nos acompaña. Aprieto varias veces y los fogonazos iluminan mi cara deforme, proyectando sombras imposibles que me convierten en un ser aún más despreciable...

Jack cae sobre el techo de uno de los mausoleos, es uno grande y muy viejo haciendo que cruja una zona parcheada con madera. Devin se precipita un instante posterior sobre él y termina de romperse arrastrando a ambos hacia el interior. Devin se incorpora desconcertado recuperando su forma humana y escucha una serie de clics acompañados de destellos tras él. Cuando se da la vuelta junto con Jack, ve media docena de personas haciendo fotos y vídeos con sus móviles.

Tienen mástiles con micrófonos alargados para captar psicofonías. Uno de ellos tiene un micrófono y está hablando a una cámara. Sí, esto está siendo un fenómeno inesperado, nunca jamás documentado anteriormente Iker, acaba de ocurrir en este momento, en riguroso directo y... de algún modo se han materializado, lo que parece ser un hombre lobo, sí definitivamente un hombre lobo y , un , un no sé, un motero de los años noventa. Sin duda la materialización de los espíritus que estábamos grabando. ¿Has visto algo igual?

En una pequeña pantalla se ve lo que ocurre en el plató y  se ve a Iker Jimenez esplayándose, como diciendo que sí, que sí, que eso no es nada y que él recuerda aquella vez en que...

Dumas: liberas tu poder y trepas prodigiosamente a un ciprés junto al del amarillo desde el que puedes dispararle lejos del alcance de la katana.

Cucaracha: Tras recibir varios impactos, el sicario del príncipe se ve forzado a descender, previendo su ruta de huída, le cortas el paso con una certera salva de disparos. Al tratar de esquivar las balas y alejarse, el sicario deja caer el dispositivo comunicador y rápidamente te haces con él.

Mierda de caída. No había tenido tiempo de cabrearme con el peludo cuando los flashes nos estaban asaltando y para más inri mi teléfono comenzaba a sonar y vibrar en los pantalones.

- Ostia, primo, levanta, levanta. ¡Vamos! – le espeté dándole un par de golpes amistosos en el costado y ayudándole a ponerse en pie con el clásico yo te empujo para quitarte de encima.

Cuando me puse en pie salí de allí a toda ostia, tapándome un poco.

- ¡Fotos no! ¡Fotos no! ¡Hablen con mi representante! ¡Lawrence! ¡Hablen con Lawrence! – les grité mientras corría y sacaba mi móvil.

- Hola, reina. Me pillas un poco liado… o liándola un poco bastante… ¿qué tal tu noche? – saludé a Circe mientras miraba alrededor en todas direcciones tratando de ubicar por dónde se había largado el puto chino. Aquello no iba a quedar así. Le iba a enseñar a ese shaolin lo que vale una buena ostia al más clásico estilo made america great again.

- ¿Qué cojones? - Dijo en alto Devin.

No tenía ni puta idea de lo que allí estaba pasando, quién era esa gente y que cojones hacían allí. ¿Y con quién cojones hablaban? ¿Con una pantalla de televisión? ¿Quién era ese Iker? Fuera como fuera a Devin me traía todo eso sin cuidado.

Se abrió paso a manotazos siguiendo la estela de Jack. Había tramado una estúpida excusa por la que encontrarse en el interior de aquel mauseleo, pero al fin y al cabo no necesitaban poner excusas. ¡Eran vampiros!

- ¡Dejen espacio, me cago en la puta! - Exclamó mientras trataba de salir al exterior.