Partida Rol por web

- Las cosas se están poniendo feas. El mundo se mueve. Va a haber cambios. - Habló Devin en primer lugar. Algo que no estaba acostumbrado a hacer, pero el silencio que se había formado entre aquellos cinco cainitas empezaba a molestarle sobremanera. - Voy a ser franco. Lawrence me quiere joder. No tengo ni puta idea de porqué, pero me quiere joder y eso no es algo que yo vaya a permitir. - Confesó. - Se que no todos estaréis de acuerdo, pero yo creo en mi humilde opinión que vamos a estar todos mejor sin él. - Apretó el puño. - ¡Si, si, lo digo en serio! Circe, tu podrías ser la nueva princesa, o tú Cucaracha. Esos matones venían a por vosotros. Dumas mismo, puedes ser también el jodido nuevo príncipe o tú Jack. ¡Me da igual quien quede al mando! ¡Mientras no me joda y deje en paz mi puta montaña, todo me va bien! - Devin notó cierta incomprensión en los rostros de alguno de los presentes. - Voy a acabar con Lawrence. - Desveló finalmente. - Y vosotros podéis ayudarme. O no... pero no os interpongáis en mi camino o seréis los siguientes en probar mis garras y mis colmillos de gangrel... - Y con eso finalizó su alegato.

—Todo eso está muy bien... No te digo que no, ¡ojo! Pero sin apoyos eso no es más que una mierda. Somos cuatro putos gatos y contra todo el maldito ejército que ese desgraciado es capaz de desplegar así. —El Ventrue subrayó sus palabras con un chasquido para el que se ayudó de sus dedos índice, corazón y pulgar.

—Yo intentaría soliviantar a todas las facciones. Ya estaban descontentas por los malditos chiquillos que sacó de sus ghouls. Iría tirando de ahí pero la verdad es que la mierda de la puta tele nos ha jodido...

- ¿Cuatro gatos? - Preguntó a la vez que encaraba las cejas pensativo. - ¡Somos cinco! Más que suficientes. Pero si no tienes lo que hay que tener... - Le dijo con expresión severa a Dumas. - ...si, seremos cuatro. ¡Nos bastamos, vaya que sí! - Miró entonces a Jack, Circe y Cucaracha alternativamente. - ¿O no? ¿Cuál es el plan? ¿Alguna idea?

El plan de Devin Morrow no les iba a gustar. Si nadie proponía nada mejor, simplemente iría a donde carajo estuviera Lawrence y acto seguido iría desmembrando a todo aquel que se interpusiera en su camino hacia el jodido puto príncipe de esa maloliente y hijaputa ciudad de mierda. Y luego le matarla a él también. Así hacían las cosas los gangrel.

- ¡Hey! ¡A mí no me metas en esa mierda de ser Príncipe! – gruñí cabreado ante la idea – Sabes que cuentas conmigo para arrancarle la cabeza al gilipollas de Lawrence a todo subnormal que se ponga en medio para tratar de pararnos. – aseguré herido de que pudiera poner en duda que participaría.
- Cuando acabe el fin de semana yo me largo de aquí. Borrón y cuenta nueva. – dije con mirando con especial atención a Cucaracha – Así que aprovechad la que estamos liando para coger lo que queráis para compensarlo.
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Me giré a Dumas.
- Lo de la tele solo nos joderá si no lo usamos a nuestro favor. Hay que lanzar a los Cazavampiros que vengan contra Lawrence y a tomar por culo. Cuando los demás se den cuenta que no es capaz de proteger la Mascarada y de protegerlos de los Cazavampiros verás tú si quieren mover sus culos para quitarlo de en medio.
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Luego miré a Cucaracha.
- ¿Tú conoces algún camino para llegar hasta el culo de Lawrence con menos problemas? – para mirar en seguida a Circe - ¿O tú sabes dónde va Lawrence a comer? – luego a todos en general – Lo suyo sería cogerlo en un sitio donde no sea fuerte, donde no esté preparado y parapetado detrás de una legión de comepoias.

Gangrel y bravuconadas, típica combinación. Tampoco se hace esperar el soliloquio propio del Brujah. Esos dos son tal para cual; puro músculo sin cerebro. Dos misiles propulsados a rabia directos a estamparse contra el muro de la realidad.

—Escuchad a Dumas, sabe de lo que habla —el Ventrue no es un hombre de acción, pero sabe como se bate le cobre en Encrucijada Vieja—, y estoy seguro de que Circe también entiende que estas cosas no se solucionan solo con fuerza bruta. Necesitamos aliados o, al menos, una cortina de humo que distraiga a Lawrence. Así no verá de dónde llega el golpe definitivo.

Miro de reojo a la Toreador. Puedo ver una mueca de asco cuando contempla mi rostro. No puedo evitar sonreír. Por muchas décadas que pasen no dejan de divertirme estas cosas.

Me giro hacia Jack.

—Si piensas largarte, borrón y cuenta nueva y toda esa mierda, ¿para que molestarte con Lawrence?. Lárgate sin más. Quizá así no acabes empalado por una estaca —cosa que me encantaría.

Circe, aunque acaba de entrar en todo aquello, estaba viendo por donde iban los tiros. La verdad es que al final se que podría sacar provecho de todo aquello. Lo único que le preocupaba era la presencia de aquel ser llamado Cucaracha. La verdad es que su rostro gélido apenas podía ocultar la repulsión que sentía. Pero bueno, se podía considerar un mal mayor.

Sin embargo Dumas y Cucaracha hablaban bien. -La verdad es que a la ciudad le vendría bien un cambio de aires. Y ¿que mejor momento que durante una tormenta? Aunque sea de mierda puede que tengamos eso a favor. Dijo mientras se miraba las uñas con cierto desinterés.

Volvió a alzar la cabeza mirando a todos los presentes, a excepción del Nosferatu. -Puedo conseguir la información que quereís. Levantar una cortina de humo también se puede hacer. Y más contando con todos nuestros... Miró a Cucaracha brevemente. -Talentos.

Dejó ir un pequeño suspiro teatral. -Pero no pienso mover un dedo sin saber que me depara. ¿Pongamos que derrocamos a Lawrence? Entonces que ¿Compartiremos el poder como una comuna hippy? ¿Nos saltaremos al cuello los unos a los otros?

Medio sonrió y dejó las preguntas en el aire.

- Mira, le dije al peludo que le iba a ayudar a acabar con ese gilipollas de Lawrence y además me cae como una patada en los huevos. A ti y a Dumas ya os tenía fichados y os quería liquidar. Por cierto, de nada por salvaros los culos. Y ahora, ¿alguien concreta algo de lo que vamos a hacer y nos ceñimos a nuestro plan sencillo pero concreto? - dije con evidentes 0 ganas de esperar a estar de chachara aquí hasta que los cazavampiros nos encontraran o el capullo de Lawrence volviera a mandar a alguien a azuzarnos.

—Si os parece, la mitad podemos ir sondeando a los descontentos que haya por ahí... Así conseguiremos ser esa mayoría de la que hablábamos. En cuanto a vosotros, —dijo dirigiéndose al brujah y el gangrel— creo que lo que habéis hecho hasta ahora ha sido brutal: sacudir el avispero para dejar claro que ese maldito desgraciado no controla una mierda como para que vaya actuando como si fuese el maldito señor de todo.

—Y en dos noches deberíamos con lo que tengamos ir a por todas contra el príncipe. —Concluyó finalmente.

- Preferiría algo más directo... - Dijo algo hastiado de tanta cháchara insustancial.

Devin estaba decidido a entrar por la puerta, subir uno a uno todos los pisos del edificio dónde se escondía el jodido Príncipe e ir cargándose a sus mierdas de guardaespaldas hasta plantarse frente a la cara de Lawrence y entonces despedazarle con sus propias garras. Aunque quizás y sólo quizás aquella estrategia tuviera sus puntos de flaqueza.

- Bueno... - Resopló un tanto cabreado. - Supongo que lo que dices tiene lógica.

A Devin Morrow no le gustaba esperar. Devin era un vampiro ansioso. Le gustaban las cosas rápidas. Le gustaba resolver los asuntos pendientes en un abrir y cerrar de ojos y normalmente lo hacía mediante la fuerza bruta. En cambio, el resto de cainitas solía tener más paciencia, eran más calculadores, más estrategas. Al fin y al cabo tenían toda la eternidad para llevar a cabo sus planes.

- Está bien. Lo haremos a vuestra puta manera... - Le concedió entonces a Dumas. - Has dicho que hemos sacudido bien el avispero. - Le recordó a Dumas. - Y que solo la mitad moverá hilos. Entiendo que yo no estoy en esa mitad. ¿Qué hago yo? ¿Sigo meneando el avispero? ¡Porque tengo unas jodidas ganadas d comerme a ese equipo de televisión, que...! - Lanzó un impaciente rugido al aire a la espera de una respuesta.

-Hazlo, le animó el vampiro. Y deja allí el intercomunicador del cobarde que huyó. Es posible que el ganado vaya a visitarle por la mañana. -Dijo sonriendo para sus adentros.

No acababa de entender lo que Dumas pretendía. No sabía cuál era el objetivo de dejar el comunicador del chino entre los cuerpos del equipo de grabación. Ni siquiera sabía si realmente quería que hiciera aquello o solo había hecho una broma.

No entendía demasiado bien las bromas. Devin era bastante literal. Algunos incluso podrían decir de él que tenía cierto grado de autismo. ¿Síndrome de Asperger? Posiblemente... Nadie se lo había diagnóstico nunca.

- Bien... - Sonrió mientras agarraba el comunicador. - Enseguida... - Afirmó con rotundidad.

Y entonces se dispuso a seguir los pasos de aquel grupo de televisión. Sembrar el caos era algo que se le daba realmente bien y eso era lo que se disponía a hacer si nadie se lo impedía.

Circe había planteado la pregunta más interesante de todas; ¿que ocurriría tras la caída de Lawrence?.

—No me interesa esa clase de poder —respondo—, demasiado esfuerzo tener que mantenerlo después. Además, tampoco se me da demasiado bien trabajar "cara al público". Ya me entendéis —guiño un ojo a la Toreador.

—Para mi es suficiente llenarme los bolsillos vendiendo mi LSD en vuestra comuna hippie mientras vosotros discutís por ver quien la tiene más larga —acabo la frase señalando con desdén algún punto determinado de mi entrepierna.

—En otro orden de cosas, es posible que conozca alguna rata de Matrix que pueda llevarnos directos al culo de Lawrence por la vía rápida. Moveré unos cuantos hilos a ver que consigo. Cuando tenga algo os doy un toque al móvil.

Ninguno responde antes de que desaparezca entre las sombras.

Devin: Te separas en grupo y te diriges al cementerio viejo dando un rodeo por calles marginales para no toparte de frente con ningún tipo de movida que pueda haberse formado como patrullas de policía o quién sabe si cazavampiros.

Llevas un rato andando y te encuentras en una calle oscura que avanza junto a un grupo de edificios de clase baja a cuya espalda termina el cementerio, en su lado más alejado del río. Entonces oyes detrás tuya la voz de una chica adolescente.

- Señor Lobo, me he perdido, ¿qué camino he de coger para llegar a casa de mi abuelita?

Al girar la cabeza vez una chica de unos 16 años, vestida de caperucita roja hasta con su cesta de mimbre para llevar la merienda.

Circe dejó ir aire por la nariz. Solo había contestado uno claramente, pero era el más importante por mas que se llamara como un repugnante bichejo.
Al fin y al cabe ni Devin ni Jack querían el poder. De hecho ya podía temblar la ciudad si se hacían algún día con él.
En cuanto a Dumas dejemoslo con que se podía ir controlando.
Sin embargo Cucaracha era una jodida "Wild Card". Además de ser la fuente fe su debilidad. Pero si se apartava todo iría bien.
Tenía vía libre así que salió a hablar con las altas esferas vampíricas. A ver que sabían del principe Lawrence.

Devin miró a esa zorra de arriba abajo. Casi no lo podía creer, tan joven y tan puta. No entendía a la juventud de hoy en día. Querían vivir rápido, demasiado rápido. En parte lo entendía, pues a diferencia de él, los mortales no tenían toda la eternidad para saciar sus necesidades. Aunque en esos momentos esa guarra vestida de rojo no hacía más que joderle los planes.

Pensó en saltar encima de ella y arrancarle el cuello de un bocado. Así desataría todavía más el puto caos.e gustaba eso, le gustaba romper las normas, pero también le gustaba la tranquilidad de su jodida montaña y si seguía rompiendo la mascarada, iba a ser complicado recuperarla.

- No quiero tus pastelitos. No sé quién es tu abuela. Tengo prisa... - Le dijo seco y tajante y se dispuso a seguir adelante. Los tipos de la tele no se encontraban solos y Dumas quería que se los cargará.