Partida Rol por web

Tras un par de preguntas McRae dio con el último trabajo de Lupp: una fábrica de montaje de motores a las afueras de la ciudad. Cuando llegó allí acompañado de Loretta no pudo evitar darse cuenta de como le miraban todos en aquel sitio. No había ningún trabajador negro y pese a su placa el capataz parecía reacio a atenderlo. Al final le pidió que esperase en el patio de entrada mientras Lupp salía.

Cuando el individuo se asomó por la puerta no parecía demasiado amedrentado por el uniforme de McRae. Más bien parecía estar divirtiéndose con la situación. Se quedó a unos metros de los recién llegados mientras se limpiaba las manos llenas de grasa con un trapo.

—Bueno agente.— recalcó esta palabra como si fuera algún tipo de chiste —Mi jefe me dice que me van a descontar el tiempo que esté aquí fuera del sueldo pero no puede negarse a cumplir la ley.— otra vez recalcó cada una de estas palabras como si le hicieran mucha gracia —Así que me dice que pasa y acabamos ¿le parece?

Luego se quedó mirando a Loretta y no pudo permanecer callado:

—¿Y ésta quien es? ¿Se ha traído a su hija para que vea como su papá se gana lo que pagan los contribuyentes honrados de esta ciudad?

.-Bien señor Lupp. Digamos, que tengo interés en saber, quién le esta pisando el huerto. Y para que no tenga un dolor de cabeza, intentando razonar, se lo dejare clarito.

El Klan había amenazado a un don nadie de tres al cuarto. Charles Poole. Pero le han dado una paliza, y lo han echo desaparecer. Y no ha sido el clan, han sido unos aficionados que visten togas oscuras.

Pensé que sus amigos y usted eran, los tipos a los que había que tener miedo, pero ahora parece que otros pueden hacer lo que les dé la gana. Supongo que eso debe de encantarle. Así puede seguir levantando esta ciudad con sus impuestos. ¿no? 

A este paso los negros seremos sus jefes en cuestión de meses-.

Lo que pretendía, sin lugar a dudas, era poner de mala hostia a aquel hombre, y para eso, no había qué ser sutil, ni educado. Había que ser insultante, y que un negro se plantara allí a lavarle la cara, creía que había suficiente.

No estaba muy seguro de que la periodista fuera a necesitar ver lo que vendría a continuación.

McRae, empezó a des abrocharse los botones de los puños de la chaqueta y la camisa.  

Loretta poco sabía a donde iban y se sorprendió llegar a un sector lejos del barrio del sacerdote  evangelico que  había  denunciado la desaparición del indigente. El oficial McRae no le había dicho nada a donde iban, y ella  dado que no había sembrado una buena relación con él  solo le había seguido hasta ahí en su calidad de observadora, pero no sabía quien era Arthur Lupp y porqué el oficial negro lo entrevistaba. Así que  cuando comenzaron hablar, decidió no involucrarse y  dejar que fuera el policia quien hiciera las preguntas.

Lupp pareció molestarse por las palabras de McRae:

—¿O sea que me dices que no ha sido el Klan pero me vienes a mí a tocar los cojones porque no sabes a que puerta llamar? Esto es lo que pasa cuando mandan a un negro a hacer el trabajo de un hombre. No sé de que me habla y por lo tanto no tengo nada que decirle. ¡Para esto me hace perder el tiempo! Los negros mandar a los blancos... ¡ja! No sé quien fue el imbécil que pensó que era buena idea darte una placa y un uniforme, tizón, pero a mí no me impresionas.

Loretta intentaba discernir, a partir del comportamiento de Lupp, si estaba nervioso. El problema era que el tipo estaba demasiado tenso por la situación: un policía negro que lo provocaba... ¡Claro que estaba nervioso! Pero ¿era por la provocación? ¿o porque sabía algo? Resultaba imposible discernirlo. Estaba claro que no era el enfoque apropiado para el interrogatorio.

.-Patetico. El Klan se esta yendo a la mierda con gente como vosotros. Unos tarados vestidos de negro actúan en la calle, y lo único que hacéis es esconder vuestros culos aquí-.

Duncan ya se había remangado, y estaba esperando el primer golpe. Sabía que habría un golpe, y ahora solo quedaba esperarlo.

Con calma y serenidad, se quito la placa de la chaqueta, y la fue guardando en el bolsillo. 

El tipo parecía a punto de irse pero quizás la muestra de chulería de McRae cuando se guardó la placa hizo que se girase furibundo, con el puño ya volando hacia su cara.

—Maldito negro de mierda ¡que sabrás tú de como funcionan las cosas!

El viejo policía lo estaba esperando, por lo que no fue difícil esquivar el golpe echándose hacia atrás.

—¡Maldito mono! ¡Estate quieto y pelea como un hombre!— aulló Lupp lanzándose a por él.

 La razones que tenia este hombre para pelearse eran válidas, pero a Loretta que no pensó que se fuera a dar de golpes. Ella miraba al hombre racista con asco, y en parte, a pesar de que era raro la actitud violenta del oficial le hizo una mirada de aprobación, aunque esperaba que esto no se saliera de las manos.

El hecho que los llamara monos y negro de mierda era demasiado.

-Callele esa boca a ese cerdo racista oficial...

.- Venga Lupp, esfuérzate un poco, haz que merezca la pena-.

Ya lo tenia implicado emocionalmente, ahora la cuestión era ver si entre golpe y golpe, el otro hombre se iba de la lengua.

McRae suponía que si se sentía un poco superior quizás empezara a largar. Así que le dio un poco de cancha. 

McRae intentó que el tipo se confiase, se dejase llevar por la furia. Lo que no contaba es conque tendría un gancho de derecha tan contundente¹. Un par de dientes del policía salieron por el aire a la par que escupía sangre. La vista se le nubló momentáneamente.

—¿Te ríes ahora puto negro? ¿Te ríes con dos dientes menos?

El tipo estaba crecido y parecía un animal peligroso. McRae se preguntó si quizás el plan no era más arriesgado de lo que esperaba, perdiendo un poco de confianza en si mismo².

El viejo policía sonreía a su adversario. 

.-Puedo estar así todo el día. Mientras tu competencia va por ahí secuestrando y dando palizas de verdad-.

Era el momento de un intercambio más justo de golpes. Justo al hígado. 

Loretta se apartó  tres pasos de los que peleaban,  sintiendose mal cuando el oficial negro recibio un golpe de racista, y viendo como este sacaba fuerzas y contraatacaba. No sabía ella que pretendía conseguir el oficial con esto, pero entre peleas de hombres ella no podía intervenir solo esperaba que  el oficial no saliera tan lastimado. Era un acto estupido o valiente de él, pero sea como sea, ¿lograría algo con eso?

Miró entonces al rededor preocupada por quien pudiera ver o venir.

Aunque Duncan logró encajarle un puñetazo en el costado el siguiente golpe de Lupp tiró al suelo al policía.

—Mejor no te levantes puto negro, porque entonces ni tu chica te podría salvar. No creas que no me apetecería darte de patadas hasta matarte pero no es el momento... El Klan siempre tiene el control, idiota. Nunca se ha hecho nada en esta ciudad sin nuestro permiso.

El tipo se dio la vuelta y entró nuevamente en la fábrica.

Duncan se levanto del suelo. Había confirmado sus sospechas, pero no había conseguido un nombre.

Daba lastima perder sangre por tan poco. 

.-Bueno, al final tengo razón. Para no variar-.

Abrió la puerta del coche por el lado del copiloto, y saco un paño de la guantera.

Luego fue dando la vuelta hasta llegar a la otra puerta.

.-Puede subirse, ya hemos terminado, ahora toca el siguiente punto del día. Espero que el cura no tenga buena pegada-.

Se sentó el vehículo y siguió limpiándose la sangre, sacudiendose el traje, y volviendo a poner las mangas y la placa donde iban. Todo con mucha calma y paciencia. 

-La verdad debo felicitarlo oficial McRae, buen golpe- dijo sorprendida la mujer sin hacer ninguna señal de que no estuviera de acuerdo con lo ocurrido- aunque parece que no logró usted dar con lo que quería.

Agregó ella viendo la cara de frustración.

-He estudiado y seguido los casos del Klan por años, ¿sabe usted que el grupo que secuestró a ese hombre hace parte de la legión negra?

Loretta informó tratando de hacer migas con el oficial de color

-Como le comente a su compañero, el mismo grupo ha estado secuestrando gente en estos dias,  van tres por el momento. La legión negra lleva muchos años actuando-  dijo Loretta con tono de gravedad como quien sabe de que esta hablando- secuestran y desaparecen personas, pero llevaban un tiempo inactivos,  y para mi sorpresa ya van tres. Hoy fue Charles Poole , pero ayer secuestraron dos, Abraham Bac  , un blanco judio, y  un indigente negro Derrick Jones  en el sector de Farrnam.

Loretta continuo hablando

-El pastor evangelico el Padre Efrén,  esta denunciando su desaparición.  Es común en el Khan que secuestren y maten negros, pero los blancos  es otra cosa. El sacerdote denunció la desaparicion del indigente y dice que no ha recibido atención.

La periodista esperaba que McRae hubiera escuchado algo sobre el Padre Efren como lider religioso y político de una de las comunidades más pobres y deprimidas de la ciudad.

.-Pues vayamos a hablar con él hijo de dios-.

Sí, parecía que no le apetecía nada ir a hablar con un párroco en aquel momento. Pero sin quejarse más, arranco el motor y empezó a conducir hasta el lugar indicado.

Tras unos diez minutos en el coche, y esperando en un semáforo, el viejo agente bajo una ventana, y escupió sangre a través.

Luego, miro un momento a la mujer e hizo una pregunta. 

.-Esa legión negra, ¿Usa símbolos paganos en sus actividades?-.

Era una pregunta sencilla, y sin embargo, dado el historial entre ambos, terminaría por sonar con más inquina de la que se había usado para formularla. 

Loretta no recordaba que aquellos individuos usasen símbolos paganos. De hecho solían invocar su Protestantismo¹ como una de sus principales características. ¿Qué les había hecho cambiar en sus métodos?

Llegaron por fin al barrio donde desapareció Derrick Jones. En la iglesia baptista se encontraron con el padre Efrén, que los acompañó al lugar donde fue secuestrado Jones. Era la esquina de Hawthorne St con E. Robinwood St: un callejón oscuro y húmedo, con un fuerte olor a basura. Todavía había allí unos pequeños cartones apilados con una manta sucia y vieja sobre ellos. También quedaban varias botellas de licor tiradas por los alrededores, junto un contenedor completamente abierto.

—Aquí fue de donde se lo llevaron.— informó el padre Efrén —Los testigos me dijeron que se trataba de un coche negro, un Ford T, y que de él bajaron varios individuos encapuchados vestidos con túnicas del mismo color que el vehículo. Sin mediar palabra se acercaron a Jones y le dieron un par de patadas antes de arrastrarlo al vehículo. Jones era un borracho y un vagabundo pero nunca le había hecho daño a nadie. Lo que me sorprende, agente, es que alguien quisiera llevárselo. Si esa gente quería hacer mal ¿qué les impedía hacerlo aquí mismo? Por desgracia no sería la primera vez. Nos sentimos desamparados: aquí la única justicia que se imparte es la Divina y debemos esperar a la otra vida para recibirla. Es la primera vez que un policía se preocupa por esta gente. ¿Qué esperanza les puede quedar?

McRae era un hombre de pocas palabras y Loretta no iba hablar más de la cuenta si no le preguntaban, así que ella y él se dirigieron a hablar con el parroco mientras pensaba en lo raro que era la aparición de simbolos paganos en  los ritos, era como si de repente hubieran cambiado su modus operandi.

Antes de llegar a donde el sacerdote y  tras la pregunta del mismo dijo.

-Es muy raro lo de los símbolos paganos, no soy experta pero lo que sé es que van en contra de la supuesta filosofía cristiana  que procesan, es más, pienso ahora que posible el padre Efren como sacerdote, sepa algo, pues siempre se ha dicho en la iglesia que los paganos son enemigos de Dios..

Loretta pertenecia a la iglesia Bautista local, como muchos otros negros en norteamerica. Pensar que "posible" un sacerdoote sepa  sobre los símbolos podia dar alguna idea. Posible McRae en su labor podría preguntarlo.

No tardaron mucho en llegar. Loretta saludo al  sacerdote, de quien a pesar de conocerlo de vista, y por las cartas que mandaba al periodico nunca habia  hablado con él más de dos frases. Loretta le admiraba, pensaba que era un hombre valiente que había sido amenazado por hablar, por  gritar por los derechos no solo de los negros sino de los oprimidos.

-Gracias Padre Efren por recibirnos

Y al llegar al lugar de los hechos, Loretta se quedó pensativa, esperaba que el oficial McRae hablara, no quería despertar su furia. Solo miró detenidamente el sector del secuestro...¿posible a algún secuestrador se le caería algo que diera alguna pista?