Partida Rol por web

Eran pasado el mediodía y los estomagos llenos y las sacas también, el grupo salio de la casa de Odo con la clara intención de ver lo que le había sucedido a su sobrino y dos amigos de él.

El sol estaba levantado, pero algunas nubes de tanto e tanto se empeñaban en ocultarlo, el grupo tomo el sendero, más directo, pero más montañoso y complicado, también era el menos comercial, atras se quedaba la casa del viejo Odo y de su carro, pero sabían que lo verían pronto en la posada "Dragon Verde". 

Las horas pasaban por lo menos ya estaba entrando la tarde, y aún no se apreciaba movimiento en el lugar, desde luego no era muy apreciado ese camino.

Fue a esas horas y separado del camino que se escuchó algo, parecía el gemido de un animal.  Unos árboles y matorrales típicos del lugar no dejaban ver qué era ese escándalo.

¿ Qué hacer, ignorar  el suceso y continuar o detenerse para inspeccionar?

Ai! ana i dôl, pella i osto
ambossë, sinome feanya caitas
Luin ehtelë, ataquë i culuina
ve tier telpe ar taurë laiqua.

Iba canturreando quedamente con su voz argentea una antigua poesía sobre el amor y la guerra, situada unos metros muy atrás del grupo, le gustaba ir medio sola para disfrutar de la naturaleza y para evitar esas conversaciones superficiales que eran tan del gusto de los enanos.

Dejó de cantar y en ese momento escuchó lo que parecía un gemido de algún animal, llamó la atención de Tarandil que estaba en la posición más avanzada haciendo de guía y observando posibles rastros, como era su costumbre.

El explorador le hizo un gesto afirmativo - Si, hace unos instantes que me dí cuenta, algún animal está en apuros, detrás de esos alisos. -  La miró dubitativo.

La elfa parecía tenerlo claro - No hay tanta prisa como para ignorar el auxilio de algún noble animal. 

El caballo se detuvo al escucharla - Hantale, Laitale - y embozándose en su capa y sin hacer ruido saltó suavemente al suelo y se acercó a espiar silenciosamente entre los alisos.

Tras detener el paso de su caballo, Tarandil se baja haciendo un gesto por el que pide al grupo que se mantengan todo lo silenciosos que les fuera posible. Trata de buscar rastros recientes de animales. Ciertamente, si un animal de la naturaleza podía ser salvado de un cruel destino, él no sería quien se opusiera a tan noble gesto.

Camina unos pasos atento al suelo a los posibles ruidos al tiempo que sus propios pies parecen deslizarse sobre el suelo casi sin hacer sonido alguno.

En efecto se ve que es un animal , medio oculto entre unos arbustos, os huele y se pone de peor humor... 

Trepa a algún árbol cercano para poder ver con claridad al animal.

Oh , vaya, desde aquí arriba veo claramente que es un zorro atrapado en un cepo, voy a bajar a liberarlo.

Se acerca lentamente y con cuidado para no asustarlo, a una distancia prudencial le tira algo de comida para que vaya tomando confianza y le va hablando en élfico :

Melda, mata mardanyasse  Nai ayuval maara ? - (amigo, no tengas miedo, estás bien?)

Cuando está lo suficientemente cerca se quita la capa y lo cubre con ella para evitar que se estrese y la muerda, después lo inmoviliza con la propia capa.

Tarandil, ayudame con el cepo y liberemos a este pobre zorro mientras lo mantengo inmovilizado.

Ves que es un Zorro en un Cepo. Iba a cazar un consejo de cebo y callo en la trampa.

El cebo tiene una marca de origen una estrella de tres puntas y en medio una letra H

El zorro cuando estás a tres metros te saca los dientes piensa que tenéis que ver con su desgracia .

Está muy dolorido y no deja que te acerques. Cuando le hablas parece calmarse huele a más gente te huele a humano también, te saca de nuevo los colmillos, su pata está hinchada.

Viendo que las palabras en élfico parecen tener algún efecto tranquilizador le sigue hablando :

Yéni únotimë ve rämar aldaron,- (Tranquilizate amigo zorro) - yéni ve lintë yuldar vánier - (no tienes nada que temer de mí) - mi oromardi lissa-miruvóreva - (sólo deseo ayudarte y liberarte).

Me siento en el suelo a un metro de distancia, preso como está no puede alcanzarme, y le dejo comida donde pueda cogerla .

Eruva ainan coan, ortanyë camnyar, - (déjanos ayudarte o morirás.)

Le hace un gesto a Tarandil y los demás para que se alejen un poco ya que parece que el olor a humano le causa temor.

Aldtyr, que viaja a pie, se había quedado algo retrasado contemplando el vuelo de unas aves migratorias, se acerca hasta donde está el grupo. 

-¡Vaya! ¿Qué tenemos aquí? -El enorme hombretón ignora los avisos de Laurel y Tarandil- Sshhhhh… eso te pasa por curiosear cerca de los caminos. ¿No sabes que puede haber tramperos ansiosos de una piel hermosa como la tuya...?

-Anda Saucealba, mantén tus ojos bien abiertos mientras liberamos a nuestro amiguito.

Apoya su mano en el hombro de la elfa.

-Vosotros los inmortales sois criaturas hermosas y aterradoras al mismo tiempo. Él es una criatura de la tierra, vosotros de las estrellas. Deja que el barro hable al barro.

Con una delicadeza inapropiada para su gran corpachón, Aldtyr se acuclilla y comienza a emitir una serie de gañidos que recuerdan a la llamada de un zorro (*).

Echa una mirada cautelosa a su alrededor y con mucho cuidado, por si hubiera más cepos, entra en la maleza (**) y trata de liberar al zorro.

Thodak observa la escena con cierto fastidio. Si tenían que detener la marcha por cada bestia tontorrona del bosque podían perder mucho tiempo, pero era inevitable con aquellos amigos suyos abrazaarboles. Recapacitó un poco y terminó estando de acuerdo con la acción. Después de todo, era cruel dejarlo allí pudriéndose. Asimismo le gustaba la idea de arrebatarle la presa a aquel maldito trampero cobarde.

Se alejó para no alertar más al desgraciado animal y dejó a sus compañeros que procedieran con sus mañas silvanas. Aprovechó para echar un vistazo alrededor por hacer algo, no fuera que alguna otra bestia más peligrosa hubiera acudido al lamento del zorro.

El zorro se deja hacer, de tanto en tanto se escucha un lamento., Bosque viejo ve salir de la maleza una hembra y otro zorro mucho más mayor. Permanecen cerca del zorro atrapado. 

No tiene el hueso de la pierna roto, pero está dolorida.

El zorro más viejo, os mira rasca la tierra con las patas delanteras y se va, quiere que se le siga hasta detrás de la colina. 

El lugar está lleno de cepos, usados y de animales muertos. Uno de los cepos tiene una pata de ave con plumas negras al rededor. El animal desesperado decidió arrancarse la pata antes que morir de esa manera.

A lo lejos viniendo hacia vosotros por el camino escuchas ruidos y cánticos de taberna, las reconoces enseguida, solo un grupo de enanos podría armar tanto  escándalo.

Mira alrededor del triste espectáculo, la de criaturas que habrán sufrido y muerto sin aprovechamiento alguno, este tipo de cosas le hace hervir la sangre, entiende que haya gente que quiera comer animales, pero el sufrimiento gratuito...de ninguna manera, decide hacer algo para escarmentar al malvado cazador.

No puedo quedarme sin hacer nada al respecto - y comienza a destruir sistemáticamente una a una las trampas y cepos que encuentra en la zona, posteriormente busca rastros que poder seguir para hacerle una visita al cobarde cazador

Seguir camino si queréis, luego os alcanzo, pero yo voy a intentar encontrar al cruel causante de esto, no puede andar lejos. Un rastro de sangre y muerte no es difícil de seguir.

Aina coa, feanya eruva ainan ë namarië ? - (amigo zorro, sabes hacia dónde se fue el cazador?) - señalando las trampas rotas.

—No pienso dejarte sola en esta empresa, amiga —dice Tarandil mientras contempla el suelo y el lugar por el que ha estado pisando Laurel—. Si piensas ir detrás del cazador que ha podido provocar un desastre de incalculables dimensiones en la fauna de este sitio, puedes contar conmigo.

Thodak había refunfuñado ante la idea de parar para ayudar a estos nobles animales, pero lo cierto es que su amigo enano ha sido un gruñón desde que lo conoce y eso no ha impedido que siempre hiciese lo que tenía que ser hecho por mucho que pareciera disgustarle en un principio. Por lo tanto, Tarandil sabía que podían contar con él si era necesario.

Se puso cerca de Laurel, aunque a la suficiente distancia para no asustar al pobre animal al que estaba interrogando. A pesar de ser bueno con los animales, no cabía duda de que ella era mucho mejor.

—Te sigo —le susurró a la elfa.

Thodak escuchó mascullar a la elfa, supuso por el cambio de tono que no hacía falta ya tranquilizar al animal y que lo habrían liberado

- ¿Habéis acabado ya? - preguntó desde la distancia, acercándose a la escena.

Vio a Laurel maldiciendo a los tramperos y buscando rastros. Rió entre dientes al ver que estaba dispuesta a retrasar la marcha únicamente para vengar a unas alimañas. No le extrañó, pues los cazadores se habían empleado a fondo sembrando de trampas el camino. Eso cabreó sobremanera al enano, no por la excesiva caza sino por lo innoble y peligroso del método.

- No me gusta el oficio de trampero. Usan herramientas arteras que hieren cruelmente de forma indiscriminada, por sorpresa y sin dar la cara - gruñó. - Podríamos haber caído nosotros en alguna de esas trampas y, siendo esta tierra de hobbits, no sería extraño que cualquier rapaz que se avezara al bosque se pillará un pie en un trasto de estos - dijo, rompiendo uno de los cepos de un hachazo seco.

Los zorros, ahora una pareja, miraban y hacían movimientos extraños, como retrasando su marcha.

- ¡No es preciso que busquéis más, Laurel! Si lo que queréis es venganza, con gusto os acompañaré a darles un escarmiento a los responsables. Creo que sé de quien puede tratarse. He oído algarabía de enanos al otro lado del camino - apuntó con el hacha a la dirección. - De paso nos llevaremos a alguno de la oreja para que nos vaya indicando dónde han puesto esos chismes para no tropezarnos con alguno.