Partida Rol por web

Parece que la aventura había llegado a su fin y las habilidades de Tarandil no habían marcado la diferencia. Los montaraces del norte no le recibirán con los brazos abiertos cuando sepan su pobre habilidad y su escasa intervención en la liberación del pequeño hobbit sobrino de Odo, aunque lo haya intentado lo mejor que ha podido. Pero a veces, intentar lo mejor que uno sabe hacer no es suficiente. A veces hay que romper el silencio y opinar, discutir, enfrentarse a los demás si es preciso para poder proteger las propias ideas. Ese es el verdadero espíritu de un montaraz, no sólo guardar silencio.

—Amigos... —comienza con tono triste—. Esta vez no he sido de ninguna utilidad. Si no hubiera sido por todos y cada uno de vosotros, probablemente el hobbit aún seguiría preso y actuando en el circo.

Deja que su arco caiga al suelo y lo rompe de un violento pisotón.

—Espero que nos veamos pronto...

Sin decir media palabra más, Tarandil Saucealba se gira en dirección al norte, a su hogar, para reflexionar. Tiene mucho en lo que pensar durante bastante tiempo.

-¡Ehhh, Tarandil! Vuelve, así se te baje a los pies ese orgullo montaraz y norteño y te lo pises sin querer. No dejes que un...

Aldtyr baja los brazos y se mesa la barba mientras la figura del montaraz se aleja.

-Hummm... Quizás el muchacho necesite su tiempo. No es tan joven para dejarse llevar por la impaciencia pero se exige demasiado. Beberé a tu salud. Bien -dice volviéndose al resto- parece que hemos resuelto este pequeño misterio pero mi buen hobbit -mira con curiosidad al recién rescatado- ¿Nos contarás por ventura qué hallazgo encontrasteis en vuestra aventura y por dónde andan tus dos compañeros o acaso habremos de ir a buscarlos también?

Me encontrarón con una cadena en los tobillos larga para poder moverme por el comedor, además estaba cantando mientras barría. Me sorprendió el jaleo que se estaba formando afuera. luego vi entrar en la casa unos extraños.

¿quienes soís? ¿Sois los del circo ? Dije concertado, sin saber como reaccionar.

El hombre más alto me pregunto, entonces fue cuando me  relajé al  comprobar que habían neutralizado a mis captores.

Les dieron una carta en mi nombre, ellos han continuado hacía las montañas, creyeron que luego les alcanzaría, Pero para cuando se dieran cuenta de la farsa me habrían alejado los del circo, sin posibilidad de encontrarme. Pero  tal vez las nieves les hayan hecho retroceder y esperarme en la posada...¿como se llamaba? "Dragón Verde", sería ideal ir allí lo antes posible, esta a un día de aquí, pero igual tengamos suerte, ¿Que vais hacer con el joven Gdom?

Eso no me lo esperaba, debe tener otras cosas en mente - viendo a Saucealba alejarse -  Y tu, Renade, tienes muchas cosas que contar, pero eso siempre mejor con comida y una buena lumbre - chasquea los dedos y una chispa salta sobre una hoguera que había preparado, enseguida coge fuerza y Laurel se sienta al lado para cuidarla mientras hace gestos para que la acompañen -  en cuanto estén las brasas echaré unas setas que he visto ahí atrás y mientras ¡A contar historias!

Comienza Laurel a contarle al mediano las peripecias que han sufrido hasta que lo han rescatado - Y hasta aquí nosotros -  y se queda mirando a Renade con cara amistosa - ¿Y bien?

- Vayamos al Dragon Verde, pues - coincidió Thodak. - Respecto al joven Gdom, su crimen es muy grave y aún no hemos visto que se arrepienta debidamente. Por suerte mi padre me enseñó una fórmula para enmendar y reblandecer jóvenes rebeldes.

Sin más que decir, el enano comenzó a dar una tunda a puño limpio al joven Hanstom, exigiéndole que se disculpara y que se dedicara a un trabajo honrado.

Había recibido una paliza y alfinal  prometió que se iba a dedicar a otra cosa. Más ahora solo solo pensaba en que habría sido de su otro hermano y que suerte habría tenido.

Pues menos mal que me habéis encontrado a tiempo. A estos se les habrá quitado las ganas de poner trampas y de maltratar a los animales durante un tiempo, mis amigos espero que no se hayan atrevido a ir hasta el lugar del mapa sin mí y me estén esperando en la posada. Hasta que no se derritan las nieves no creo que se pueda acceder a los caminos del tesoro.

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Todavía apenado por la marcha de Tarandil, Aldtyr miró con aprobación y numerosos asentimientos la expeditiva enseñanza de Thodak. Mientras Gdom se alejaba renqueante y maltrecho se giró para observar la casa.

-¿Sabéis? Habría que hacer algo con este lugar de dolor y sufrimiento. Enterrar todas esas cadenas y utensilios de tortura, destruir aquellas jaulas. ¿No os parece?

Dio unos pasos por el lugar, tomando cepos, collares, garfios, varas. Los iba rompiendo o inutilizando con su prodigiosa fuerza para apilarlos a la puerta de la casa.

-¡Lástima que el muchacho se haya ido! Hubiera...hummm...sido...hummm...bueno para él hacer esto. Hummm, no es que dude de tus métodos Thodak. Creo que se acordará de ti cada vez que se siente... o respire en los próximos días, ¡jajajajaja!

-Hummm... quizás no debiera reír tanto -dice azorado al pensar en Tarandil. 

Al escuchar el relato de Renada.

-Hummm... avivas mi curiosidad, buen hobbit. ¿Qué tesoro es ese? Debes contárnoslo junto a una buena jarra. Vayamos al Dragón Verde, encontremos a Odo, a tus compadres y busquemos una nueva aventura, a buen seguro que llegará a oídos de ese montaraz orgulloso y vendrá presto a socorrernos.

Observa la tortura y posterior arrepentimiento de Gdom con aparente indiferencia, también vigila la destrucción sistemática de los aparatos de tortura y el saqueo de la casa con interés, sonrie cuando Odo comenta los detalles que faltaban del rompecabezas y cuando parece que todos están satisfechos con lo que cada uno había hecho se gira hacia la casa, se planta delante de la puerta y exclama con el bastón en alto :

Es mi momento, ¡Tenn'encenie! - del cristal del extremo que apunta a la casa saltan chispas de forma constante, la elfa sonriendo de forma extraña va girando el brazo apuntando a todas las partes de la estructura, muebles, suelo, techo, paredes, alfombras...todo es de madera y en pocos segundos una cantidad inmensa de fuego cubre la casa convirtiéndola en un infierno, Laurel se gira para alejarse debido al brusco aumento de temperatura.

Suerte tiene Gdom, le habéis perdonado, por mí estaría ahí dentro convirtiéndose en comida para buitres - dice mascullando con evidente rencor.

Y ahora sí, vamos a por esa cerveza - dice como si nada con desparpajo mientras detrás suyo estalla el fuego con furia iluminando todo con una siniestra luz amarilla.

Si te has separado del grupo y vas solo hacía el  norte tira rastreo más de df 3. 

La posada del Dragon Verde era acogedora y la chimenea estaba encendida con unas llamas muy vivas, por lo que el calor se agradecía sobre todo a estas alturas, no había mucha gente, algunos humanos, enanos y algún viajero local.

En donde estaba la barra había un dibujo de los enanos vistos alprincipio que iban haciendo su especial penitencia de posada en posada y de taberna en taberna, en esta ocasión habían logrado un Record al beber más cerveza por minuto en 20 minutos.

En una mesa no muy apartada había unos hobbit destacados no por su estatura, sino por ser los únicos del lugar. vuestros huesos comenzaban a sentir el calor. 

Es el VIejo Odo con Fisco y Tuarto uno de los jovenes ve entrar a Renade y alza la mano para indicar las sillas reservadas.

Por fin has llegado Renade, ¿como has tardado tanto ? las nieves han llegado y ahora habrá que esperar hasta la primavera. 

Hablan los Hobbit dandose un abrazo y saltando de alegría.

Pero mirate, menudas pintas llevas, parece como si te hubiesen empujado por un barranco. 

La nota que os dieron era falsa, me habían secuestrado por mis canciones y si no hubiese sido por estos amigos de Odo ahora estaría en un circo, los valar saben hacía donde.

Mis buenos amigos, que alegría que esteís todos bien, y poder ver a mi sobrino y amigos de nuevo. Se que os a picado la curiosidad del santuario ese y os conozco seguramente vendréis a por sus secretos, pero yo no se si estaré, se presenta un invierno duro para mis huesos. 

Quedaros con el material para encontrar el camino seguro que vosotros tendreis más éxito que mi sobrino.

Pero y el bueno de Tarandil, no le veo ¿Esta bien?, me hubiese gustado despedirme como es debido, presiento que no me queda mucho aliento de vitalidad.

Pero ahora podré estar los días que me quedan con mi sobrino, gracias.

-Vamos, joven "Seis dedos", en dos zancadas estaremos bien cómodos, tú fumando esa hierba que tanto os gusta a los vuestros...hummm... me recordáis las chimeneas de las fraguas de los enanos, ¿verdad, Thodak? No sé qué gusto encontráis en humear y en humear.

Al ver tan cabizbajo al hobbit, cansado y bregando contra las primeras nieves, el gigantón lo alzó sobre su cabeza poniéndolo a hombros.

-¡Jajajaja! No te preocupes, si en algún momento un pequeñín como tú me pesa será un mal día, un muy mal día. Hummmm... como esas nubes que veo allí en lontananza. Anda, Laurel, entona un canto alegre que aligere nuestros pies.

El gran beórnida siguió animando a sus compañeros y repitiendo chanzas, quizás quería dejar atrás el malsabor que le había dejado la partida abrupta de Tarandil. Era un corazón generoso que no soportaba ver tristeza a su alrededor. Mucha había vivido ya y ahora quería disfrutar el ancho mundo. Todavía había muchas maravillas que descubrir...

-...hummm... digo yo,  y quizás hacerlo un poco mejor, ¿no? Eso hemos logrado, ¿no, queridos compañeros?