Partida Rol por web

[DM D&D 3.5 (3)] La Comarca.

Capítulo 3. La Recepeción del Conde.

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19/06/2019, 08:06
Narrador

Atravesaron la aldea. Pese a que la actividad era muy escasa, algunos infraseres como el hombrecillo desnutrido y loco con el que se encontraron a su llegada a aquel lugar maldito el día anterior,  vagaban sin rumbo de un lado a otro de las callejuelas y parecían como perdidos y sumidos en la más pura desesperación. Fue complicado poder toparse con alguien que es diera la más mínima indicación, pues ventanas y puertas se cerraban a su paso y piernas correteando se alejaban de ellos cada vez que intuían la silueta de alguna persona al fondo de algún oscuro, estrecho y serpenteante callejón.

Finalmente dieron gracias a las vagas indicaciones de varias de aquellas criaturas de aspecto parecido al de un humano, con el camino que les llevaría al castillo del conde. Dedujeron que se encontraba a las afueras de la villa, sobre un alto risco con una altura de más de doscientos metros sobre el nivel de toda la zona. No tardaron demasiado en encontrarlo tras un denso bosque muy antiguo. Se trataba de un bosque frondoso u oscuro de retorcidas ramas que se entremezclaban, creando un alto tejado de hojarasca que hacía prácticamente impenetrable la luz de Seyran, que por otra parte, era ya escasa debido a los negros nubarrones que colmaban el cielo.

Atravesaron aquel bosque con la sensación de que en cualquier momento una manada de lobos podía salirles al paso y devorarlos allí mismo. Aunque esa no fue la peor sensación que tuvieron mientras dejaban atrás aquellos retorcidos árboles. Por suerte, la caminaba a través de la vegetación no duró demasiado y por fin llagaron a un claro. Desde allí se podía observar lo que venían buscando. El castillo del conde se presentó ante ellos imponente en lo alto de un risco y alumbrado únicamente por los relámpagos que chocaban una y otra vez contra sus más altos torreones.

Construido en lo alto de una roca de doscientos metros de altura, el Castillo del Conde impresionaba por sus altas torres y torreones y la negritud de la roca con la que había sido construido. Se trataba de un lugar que por alguna razón inspiraba miedo en los que lo veían por primera vez y dicho miedo en vez de disminuir con una nueva visita al lugar, se acrecentaba. Sus afilados salientes y sus coloridas cristaleras destacaban acompañados por sus picudos tejados de pizarra. Se accedía al lugar a través de un sinuoso camino que acababa en un puente levadizo que en ese momento permanecía bajado y que daba a la puerta de entrada, con rastrillo elevado en ese momento. 

No perdieron el tiempo. Avanzaron sin demora a través del sendero y en pocos minutos se plantaron ante las puertas de la residencia de aquel hombre conocido únicamente por su título nobiliario, el de conde y un apellido, Zanjofer...

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19/06/2019, 08:33
Guardia del Castillo del Conde

Un guardia solitario con un extraño yelmo y que portaba una larga alabarda, era quien custodiaba la entrada al castillo. Se evidenciaba que el Conde no gastaba demasiado en personal. De hecho, personal era algo que no parecía abundar por aquellos parajes, pues la aldea no parecía excesivamente habitada y en la Abadía, aparte del abad, tan solo habían visto al tal Ello. Al ver llegar a los extraños, cruzó su alabrada sobre la entrada impidiéndoles el paso.

¡Alto en nombre del Conde! - Esgrimió aquel soldado. - ¡Identifíquense! - Al menos su discurso parecía más coherente que el de cualquiera de los anteriores seres con los que se habían topado con anterioridad en aquella región insana.

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19/06/2019, 09:06
If Hassim

Finalmente habías conseguido salir de aquel maldito lugar, pero mientras caminábamos por aquellas tierras, nos dimos cuenta de que todo el reino estaba podrido. La muerte, la enfermedad y la miseria campaban a sus anchas. Los habitantes desconfiados, se ocultaban a nuestro paso. Por suerte mi compañero conocía el camino, si bien su recuerdo no era tan claro, pudo guiarnos finalmente hasta un enorme torreón de piedras negras.

Era impresionante, una auténtica maravilla arquitectónica. Me pregunté si el uso de piedra negra era debido a su pasado oscuro y las tendencias homicidas de señores peores que el actual o si había sido una decisión propia del actual conde. Podía imaginar a muchos amedrentarse ante su presencia, pero a mi me protegía la luz de Tempus. Haría falta algo más que unas negras piedras para doblegar mi espíritu.

Y Finalmente llegamos a la entrada y un guardia nos diói el alto. A pesar de sus rudos modales, casi se agradecía volver a hablar con alguien de léxico rico. Los murmullos, gruñidos y escupitajos que habíamos tenido viniendo desde la abadía hasta aquí había llegado a ser molestos.

- Mis saludos buen hombre y que la luz de Tempus vigile tu guardia. Somos viajeros de tierras lejanas. Mi nombre es If Hassim, noble siervo de mi Dios y estos mis compañeros Xanhor, Godofredo, Dwama y Ruff. Un asunto personal nos ha traído a vuestras tierras y a fin de llevarlas a buen término necesitaríamos hablar con su señor el conde Zanjofer. Venimos por recomendación del Abad Lewoius –

Tras la presentación esperé a que el guardia avisara de nuestra llegada o nos cediera el paso. Al menos esperaba que así fuera.

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19/06/2019, 09:48
Ruff

La sensación de parálisis se le quedó grabada a fuego en la memoria... ver como se le abalanzaba el ser que debería estar muerto, y ser incapaz, ya no de defender a los suyos, sino de luchar por su vida siquiera, esa sensación de impotencia... seguramente, encontraría de nuevo ese recuerdo en sus más perturbadoras pesadillas.., pues es de las peores situaciones en que se había encontrado.

Costó, tras la refriega con los no muertos, dar con el castillo; en principio, iban a la carrera, para dejar atrás el que debería ser lugar de descanso eterno para los fallecidos, y luego, a paso proeto, en su travesía por aquel pueblo en que, curiosamente, parecía que los más vivos eran aquellos despojos colgados en las calles, pues el resto de habitantes, ni un destello de energía vital, todo gris como el cielo sobre esas tierras...

... Finalmente, helos aquí, ante la puerta de acceso a los dominios más íntimos del Conde Zanjofer; al menos, hay algo de normalidad, algo lógico... que un guardia se dirigiese a ellos en los términos que cabría esperar en estas circunstancias. If Hassim empezó las presentaciones, y decidí hacer un pequeño añadido, pues... a saber como de elitista podría llegar a ser el Conde...

-Buenos Días. Puede anunciar que el Conde Don Godofredo de Miramonte desea ver a su Señor.

.... pues entre Condes, al menos deberían tener la cortesía de recibirse, eso es innegable. Así que uso como ariete a nuestro buen amigo, que su buen nombre suele funcionar a las mil maravillas. Al decirlo, señalo discretamente a Godofredo con la cabeza, para que no haya equívocos, y para que los modales de este alabardero sean consonantes respecto a quien tiene delante.... por su propia salud.

 

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19/06/2019, 11:00
Guardia del Castillo del Conde

El guardia les miró de arriba abajo tras las presentaciones. Godofredo se irguió lleno de orgullo, tras escuchar como Ruff le presentaba como lo que era, un noble de postín. Aunque no deseara admitirlo, le encantaba aquello. Desde que muchos tiempo atrás se separara de su fiel criado Delcojón, Ruff era lo mas parecido a un fiel servidor que había tenido nunca, pues aunque el pequeño Timmy prometía convertirse en su escudero, con el paso del tiempo, su lado más explorador dio al traste con tal aspiración.

Muy bien... - Dijo entonces el guardia. - Pueden pasar. El conde está informado de su llegada. - Les dijo muy correcto. Demasiado correcto para lo acostumbrado en aquel lugar. Aquel hombre apartó la alabarda de su paso y los cinco recién llegados penetraron en el interior de la fortaleza.

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19/06/2019, 11:04
Dwama Pillin

Por fin un poco de amabilidad. - Dijo entonces la enana. - Es algo que se vende muy caro en estas tierras...

No le dio demasiada importancia al hecho de que el guardia les hubiera dicho aquello. A la enana no le extrañaba que el conde supiera que el grupo de aventureros se encontraba en sus dominios. El conde Godofredo, Dwama y el bueno de Ruff eran bastante conocidos en la zona y se habían ganado cierto renombre. Podía ser que alguien les hubiera reconocido y hubiera dado parte al conde Zanjofer. Eso o magia. Nunca se podía descartar aquella opción en un mundo como aquel en el que vivían.

¿Entramos? - Les dijo a sus compañeros. - Disculpe... - Se giró de nuevo hacia el guardia. - ¿Dónde podemos encontrarnos con su majestad el conde? - Le preguntó.

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19/06/2019, 11:07
Guardia de la Sala

- Deben atravesar el patio interior y llegaran a una gran puerta de roble. - Dijo el guardia sin girar el rostro hacia Dwama. - La puerta permanece abierta, sólo tienen que empujar. - La mirada del soldado estaba fija en la rampa de ascenso al castillo. Parecía controlar sin descanso aquel sendero sinuoso. - Se encontrarán en un amplio recibidor. En él verán de frente unas escaleras. Acceden al primer piso y se plantarán frente a una puerta de doble hoja. Allí se encontrará otro guardia. Le dicen quienes son y les dejará pasar. Esperen allí... - Concluyó.

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19/06/2019, 11:14
Narrador

Como bien había dicho el guardia, tras atravesar el puente levadizo, la puerta y el rastrillo, llegaron a un amplio patio interior. En el centro de la misma se encontraba una fuente con agua estancada y con los bordes de la misma recubiertos de moho y musgo. El agua de la lluvia caía sobre la misma salpicando y haciendo hondas que se expandían en círculos sobre la superficie del agua. Algunas enredaderas crecían por las paredes de los muros y algún retorcido árbol de hojas extremadamente oscuras, se abría paso hacia el cielo buscando los pocos rayos que el astro rey lograba colar en aquella zona del mundo. 

Finalmente llegaron a la puerta de roble de la que el soldado les había hablado y se introdujeron en aquel castillo. Era un lugar lúgubre iluminado de forma deficiente por las escasas antorchas que pendían de las paredes. Pues aunque debía ser de día, la luz escaseaba en aquel condado y debían hacerse valer de luz artificial para iluminar las estancias de aquella construcción. Como les había indicado el guardia, se encontraban en un amplio recibidor plagado de muchas puertas y una escalera que daba acceso a las plantas superiores. 

Las paredes estaban mucho más y mejor decoradas que las de la Abadía. De ellas colgaban tapices con escenas de caza y de batallas, retratos de personajes ilustres vestidos con galas de uniformes militares. Algunas estatuas de torsos desnudos y bustos de personajes que no reconocían estaban distribuidos por toda la estancia y sobre el suelo que pisaban, estaban dispuestas varias alfombras con dibujos de formas geométricas de vivos colores. Por supuesto aquella zona estaba bastante mejor iluminada que el patio exterior, pues una lámpara de araña con un sinfín de velas encendidas, colgaba del techo haciéndole la competencia a las antorchas situadas en las paredes.

En el interior de aquel recibidor, se encontraban otros dos guardias. Se encontraban de pie vigilantes y cuadrados, armados con alabardas, tal como el solitario vigilante de la entrada. No les dijeron nada al verlos entrar, ni tan solo saludaron con la cabeza. Pero si algo estaba claro es que eran disciplinados como pocos. Les llamó la atención que el personal que se contaba en el castillo del conde fuera infinitamente más numeroso que el que habían podido ver en la Abadía. Aunque al encontrarse ante la máxima autoridad de la región, tampoco era algo que rechinase demasiado.

Finalmente comenzaron a subir las escaleras y allí se cruzaron con alguien.

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19/06/2019, 11:28
Sacerdote

Ese alguien se trataba de un sacerdote. Era calvo y el poco pelo que le caía de los lados de la cabeza era gris. Se trataba de un hombre de edad que se apoyaba en un bastón acabado en un símbolo religioso dorado. Un círculo con varios salientes que podía asemejarse en cierta medida a un sol. Vestía ropa raída y desgastada y lucía una ristra de ajos al cuello. Mientras descendía las escaleras murmuraba algo. Parecía molesto.

¿Hummm? - Dijo el sacerdote alzando la mirada hacia los allí presentes. Era una mirada oscura y sin alegría, como la de la mayor parte de los habitantes de la Comarca, con los que habían tenido la desgracia de interactuar en algún momento. - ¿Sabéis donde está la letrina? - Les preguntó mientras les lanzaba una mirada de infinito desprecio.

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19/06/2019, 15:20
Ruff

Curioso castillo... si quiere dar una impresión lúgubre, abandonada, decadente.... muy bien logrado, sí.... porque lo que es tener pinta de ser un lugar activo, vivo en general.... de eso, poco.

En eso estaba, pensando en el propio castillo, cuando nos cruzamos con un sacerdote; por supuesto, le saludamos como es menester, con una leve referencia y llevando la mano al pecho, pues además de por sacerdocio, lo tiene ganado por edad.
"-¿Ajos?"
"-¿Quien demonios lleva un collar de ajos? ... curioso..."

-Lo siento, no creo haberlo visto, pero... suelen estar al fondo a la derecha; creo que los guardias le podrán orientar mejor que yo.... Emm... perdone usted... no quiero ser irreverente, pero... ¿A qué deidad sirve, que su emblema es un collar de ajos?... No recuerdo haber oído hablar antes de tal signo religioso...

... una parte de mí, me está dando pescozones, pues... por los Dioses... de joven, empecé siendo un truhán, un ladrón, vamos, y todo ladrón que se precie, al entrar a un recinto, lo primero es hacerse una idea de la composición del mismo, entradas salidas.... y como dijera un maestro hace muuuuchos años... "lo primero es lo primero... ¿donde está el cagadero?  ...Debería haber estado atento a las puertas y recovecos, pues así podría haberle dado tan vital información al sacerdote..., porque de no encontrarlo... ¿a qué llevará esto?... "bueno, dependerá de su urgencia..."

... Creo que llevo ya demasiado tiempo en esta tierra de locos, donde los muertos andan por ahí, y los vivos... llevan ajos alrededor del cuello...

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19/06/2019, 16:30
Sacerdote

¿Ésto? - Le preguntó agarrando uno de los ajos del collar. - No es un collar... - Le desveló al curioso Ruff.

entonces le dio un mordisco a la cabeza de ajos. Sus dientes estaban ennegrecidos y sus encías enfermas. Al morder la cabeza de ajo, ésta quedo impregnada con su desagradable saliva. Masticó unos momentos con la boca abierta mostrando su contenido y justo después escupió al suelo lo que era una mezcla de ajo machacado, con su piel y saliva. Una una escena bastante desagradable. Justo después lanzó un extraño gruñido y acto seguido se dio media vuelta y prosiguió su descenso hacia la planta baja.

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19/06/2019, 16:41
Guardia Veterano

Al llegar al primer piso, encontraron rápidamente la puerta doble de la que el guardia de la entrada les había hablado. Frente a la misma se encontraba otro soldado. Portaba un casco algo diferente que el de los otros guardias, pero también le tapaba casi por completo la cara, a excepción de la barbilla, la cual estaba cubierta por una perilla canosa.

Buenos días, buenas gentes. - Dijo muy educado. Algo que no abundaba en la región. - ¿Qué es lo que desean? - Les preguntó.

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19/06/2019, 16:45
Dwama Pillin

Venimos a ver al conde. - Dijo la enana. - Los guardias de la parte de abajo nos han dicho que ya ha sido informado y que nos espera. 

El veterano soldado asintió con la cabeza y se apartó de la puerta abriendo solamente una de las dos hojas e invitándoles a pasar.

Gracias, muy amable... - Dwama realizó una leve reverencia con la cabeza y se adentró en aquella sala seguida por el resto de los suyos.

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19/06/2019, 16:48
Narrador

Una vez en el interior de la estancia, se percataron que contra todo pronóstico se encontraban en una sala bien iluminada y sorprendentemente limpia. Las paredes de roca pulida, estaban iluminadas por unas extrañas bolas de luz blanca muy cálida que se mantenían suspendidas en el aire y que dotaban a toda la estancia de una luminosidad casi diurna. El techo de la estancia estaba sujetado bajo algunas arcadas que confluían en una cúpula decorada en su interior con motivos asilvestrados. El suelo era de mármol blanco y las paredes estaban decoradas con heráldicas diversas y el escudo del Dios solar Seyran. 

En el centro de la estancia se encontraba una enorme mesa circular de roble que relucía con las extrañas luces voladoras. Sobre dicha mesa se encontraban unos mapas, instrumental de medición, plumas, tintero, una jarra de vino, tres copas llenas hasta la mitad y algunas viandas ligeras, como fruta, algunos aperitivos fríos y frutos secos. 

Dispuestos alrededor de la sala, se encontraban ochos guardias uniformados como los que habían encontrado en la puerta custodiando aquella estancia. Todos ellos estaban armados con alabardas, escudos y espadas al cinto. Ya habían visto a más gente en el castillo contando únicamente a los guardias que en el resto de la Comarca entera. Pero además de ellos, en la sala se encontraban otras cuatro personas. Un hombre extraño vestido como de mayordomo y tres personajes de prote ilustre, que lucían ropas nobles y bien aseados.

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19/06/2019, 16:59
Mayordomo

¡Su majestad! - Alzó la voz aquel hombrecillo extraño de mirada oscura y dientes podridos, como la mayoría de las gentes de aquel lugar. - El Conde Godofredo de Miramonte y su séquito...

Tras decir aquellas palabras se apartó y dejó paso a los recién llegados.

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19/06/2019, 17:01
Riccard Zanjofer

Buenos días, buenas gentes... - Habló un hombre alto, de ojos azules y de mirada penetrante. 

Se le veía porte nobiliar. Pelo canoso, perilla gris, facciones angulosos y buena presencia en general. Vestía con ropajes caros y de telas de calidad sin llegar a ser telas preciosas. Nada más ver llegar a los extraños les dedicó una sonrisa y se acercó varios pasos hacia ellos denotando cercanía. 

Soy el conde Riccard Zanjofer. - Desveló finalmente. - ¿A que se debe esta inesperada visita, señor Conde? - Le preguntó a Godofredo.

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20/06/2019, 08:47
If Hassim

El encuentro con aquel hombre de Dios me había molestado, pero al menos ahora estábamos frente al conde y este si aparentaba ser un hombre regio. Tal vez lo que decía el abad no estaba tan desencaminado. El conde nos dio la bienvenida y consultó el motivo de nuestra llegada. Estaba a punto de contestar cuando vi que el conde se dirigía específicamente a Godofredo.

“Pues claro. Aunque pueda no ser el monstruo del que hablan, sigue siendo un noble y como tal, siempre tenderá a hablar con aquellos que consideran sus iguales”

Sonreí burlonamente y me quedé atrás dejando que los nobles siguieran con su juego. Al fin y al cabo, nuestro caballero era suficientemente capaz de llevar esta conversación. Con ello, me dediqué a admirar el lugar, viendo todo lo que me rodeaba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Quería tirar percepción por si veía algo en la sala que me llamara la atención, pero me parece que lo que me ha llamado la atención es el vuelo de una mosca XD

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20/06/2019, 10:07
Ruff

Tras el espectáculo del sacerdote comeajos, que reconozco, me turbó... pues, a pesar de mi sangre orca.... no pude dejar de pensar en lo guarro que era ese tipo, joder... que escupir en casa del Conde... a saber como le dejaría las letrinas... mejor ni pensarlo... llegamos al salón en que está Su Señoría.

A fuerza de convivir con nobles, se te terminan pegando los usos y costumbres de los mismos, y, sin saber el tipo de persona que teníamos delante, decidí que lo más sabio, era dejar que el protocolo actuase y ceñirnos a los modos sociales en vigor, o sea, esperar a que el Conde hiciese las pertinentes presentaciones, antes de entrar a temas serios...

... no obstante, no pude dejar de enarcar la ceja al ver la mesa con planos, y a las otras personas de aspecto noble... una reunión de mando... así que... si tienen algo que mandar, es que hay algo en curso...

Mientras una parte de mi mente y mis sentidos intentaban vislumbrar el por qué de esta escena, otra... otra estaba temerosa de que nuestro buen Conde tirase por la calle de enmedio, y se sincerase demasiado de golpe con nuestro anfitrión, pues... digamos que la diplomacia, la tiene en la maza, más que en la boca

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro de percepción para ver si puedo detectar algo que resulte de interés... si no, nada, me deleito viendo los tapices y tal.

Mientras... quedo a la espera de que nuestro Conde hable, y que no la líe parda, que son más y bien armados, pero con este hombre, nunca se sabe...

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20/06/2019, 11:17
Godofredo "El Audaz"

- Buen día su alteza... - Saludó el conde de modo formal. Al fin y al cabo, aunque ambos eran condes, se encontraba en las tierras de uno de los dos y no eran las suyas. - Aunque, difícilmente se puede decir de un día como aqueste en el nos encontramos. ¿Puede asegurar vuestra merced que hay día bueno alguno en esta baldía tierra? - Le preguntó desviándose del tema y entrando directamente al trapo. - ¡Mas no hemos visto más que sufrimiento y desesperación, tanto en la villa hostil y pútrida que dejamos atrás, como en lugar maldito que aquí hacen llamar Abadía! - Puso el gritó en el cielo y golpeó con el puño sobre la mesa.

Ruff se llevó la mano a la cabeza y Dwama resopló no sorprendida precisamente sini todo lo contrario. Pudo ser que If Hassim y Xanhor si quedasen atónitos ante las formas del conde, pues no lo conocían lo suficiente y aunque había aprendido a controlarse con el paso de los años, seguía necesitando unas buenas clases de diplomacia como bien sabía el buen semiorco.

- ¡Exijo una presta explicación a todas las atrocidades de las que hemos sido víctimas! - Hizo una pequeña pausa y entonces elevó aún más su tono de voz. - ¡Fuimos atacados por una banda de seres comedores de carne que bien debían estar sepultados y con una gran losa sobre sus cuerpos corruptos! ¡O quemados en la santa hoguera, pardiez! ¡Recojones, hable ya señor Conde Zanjofer, si es que realmente es usted conde! - Y entonces Godofredo, satisfecho de su oratoria, guardó silencio.

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20/06/2019, 15:06
Xanhor Silverskin

Los sucesos de los que éramos espectadores no hacían más que corroborar lo que ya pensaba. Aquel lugar estaba podrido. Aquellos locos se encontraban incluso dentro del castillo, y eso hablaba peor del Conde que del propio loco.

Cuando entramos en la sala me puse en guardia. Mire a cada esquina y evalúe sutilmente como de rápido podría ser para sacar el arco y los lugares donde podría tomar refugio en caso de pelea. No sabía cómo iban a ir las cosas, pero siempre me gustaba estar preparado para lo peor.

El Conde se dirigió a nosotros, y aunque lo hizo con educación, no pude evitar apretar la mandíbula. En el fondo, sabía que podía estar equivocado, pero el odio se había fraguado demasiados años en mi corazón, y a parte de las palabras del Abad, todo indicaba que tenía razón.

En ese momento Godofredo hablo y me quedé sorprendido. Generalmente los nobles no hablaban con tanta franqueza ni siendo tan directos. Aún así me deleite con sus palabras, y me quedé con la mirada clavada al conde.

Tres segundos, concluí. En tres segundos podría tener tres flechas volando hacia el cráneo de ese hombre.