Partida Rol por web

Tomaron todos posiciones repartiéndose a lo largo del vehículo: "Chevrolet" y Vanesa se pusieron en la parte delantera. Ella estaba extrañamente silenciosa y parecía especialmente molesta desde que el "Masca" la metió en vereda y se ofreció a pagarla lo que ella consideraba que la debía. Además la situación estaba escalando cada vez en dirección a un punto de no retorno del que convenía que estuvieran bien lejos cuanto antes.

No merecía la pena pensar en ello. Había que despacharlo todo de manera diligente y con suerte con las últimas luces daban aquella especie de Plaga de infecciones y errores por contenida. 

Un golpe sonó en la parte superior, se trataba de Paco recordando al conductor que era en ese momento cuando debían de girar. Volantazo que probablemente haría que se cagara en todo y ya estaban enfilando la recta final. Sin embargo lo que distinguían en la lejanía era inesperado.

- Doc... - Miró a Balas. - ¿Has oído? - Le preguntó con una sonrisa de loco. - No somos tú y yo contra el mundo. - Víctor hablaba con esperanzas renovadas. Nora había cambiado su visión fatalista de su propio final, por una perspectiva de venganza efectiva. - Sea como sea, va a haber heridos. - Posó sus manos sobre los hombros de Doc Balas. - Vamos a necesitar un ángel. - Se giró hacia Nora. - ¡Vamos, sube a la ranchera! Hay que salir de aquí... - Le ordenó cuando escuchó aquel vehículo acercarse.

No hubo tiempo para muchos movimientos, el vehículo avanzaba a gran velocidad arrastrando tras de sí una nube de polvo que conformaba una columna que recordaba inevitablemente a las representaciones de las locomotoras de tiempos pasados. Enseguida el trío que allí se encontraba a pie, lo reconocieron como un Chevrolet y sólo existía un modelo en aquel lugar.

O el cabrón de "Masca" había fichado a alguien o ese era el vehículo del Conductor del asentamiento. En su parte posterior, agazapado en la zona de carga se encontraba uno de los hombres del Masca, se trataba de Paco apodado como "el italiano", nadie sabía la razón de aquel apodo. En la parte posterior del vehículo también se encontraban otros dos hombres del Masca: León y "El cañas".

Al volante iban "Chevlrolet" lo que confirmaba que no lo habían matado y tomado su vehículo y Vanesa. Aquello último era lo más extraño porque nunca se la había visto asociarse con más de una persona y menos aún mantener una sociedad por tanto tiempo.

Al otro lado y frente al local de Russie había dos hombres y una mujer situados los tres frente a un vehículo que parecía estar presto para poner tierra por medio con aquel lugar. No tardó Tony, en reconocer la silueta familiar del Ángel y el Psíquico. La que no estaba claro tan claro era quién era la tercera persona.

Y por si sirve de ayuda u orientación...

Víctor no se creía lo que sus ojos veían. Tenía a Tony por un aliado, pero ahora. ¿Estaba con los hombres del Masca? Nunca lo hubiera pensado. Pero fuera por la razón que fuera allí estaba conduciendo como sólo él lo sabía hacer y a saber con qué intenciones.

- Mierda puta... - Susurró entre dientes. - Preparaos para lo peor. - Agarró su escalpelo, era lo único que podía hacer por defenderse. - ¿Cuál es el plan Nora? ¡Rápido, no tenemos mucho tiempo!

-¿Eh?

Doc estrechó la mirada en un esfuerzo por captar más detalles de ese vehículo. ¿Perseguían a Chevrolet y compañía? ¿Circulaba a toda pastilla para traer noticias? ¿O estaban todos contagiados y se les había ido la puta olla?

Difícil saberlo.

Le había respondido a Víctor que "no es mi guerra", tras la perspectiva de los futuros heridos y de no solo tú y yo contra el mundo. Y Balas se mantenía en su posición de largarse. Ahora esos zumbados venían a toda leche por la estrecha calle directos hacia ellos. Cuando un coche hace eso lo mejor es apartarse de su camino.

Doc corrió hacia su izquierda, quedándose a cubierto en el umbral de la puerta del garito de Russie. Es lo más prudente que puedes hacer cuando ves a un coche lanzado a toda velocidad en tu dirección.

Víctor corrió a la parte trasera de su furgoneta y agarró una cadena de púas conveniente dispuesta. La extendió a lo de la vía y se refugió junto a Doc Balas sonriente. Fue escasos segundos después cuando sucedió todo.

El Chevrolet piso la cadena. Las ruedas se agujerearon y Tony perdió el control del vehículo. El coche iba directo contra la pared. Tony dio un volantazo y luego un contravolantazo. Finalmente no pudo evitarlo...

El coche pilló un bache, por su velocidad se desestabilizó y comenzó a dar vueltas de campana. Vanesa fue la primera en salir por la luna delantera, pero no salió despedido totalmente, sino solo su cabeza y su torso y en una de las vueltas quedó totalmente chafada entre el coche y el suelo.

El vehículo perdió una de las puertas traseras y fue Paco el que si salió despedido chocado violentamente contra un bordillo, su cabeza se abrió como un melón.

Finalmente el coche acabó estampado contra un edificio. Tony Chevrolet salió por la luna delantera acabado empotrado contra la pared del mismo y manchando de rojo carmesí la propia pared.

Entonces el coche explotó. Si los dos hombres del Masca que quedaban dentro seguían vivos tras aquel violento accidente, morirían calcinados. Víctor había empezado a cobrarse su merecida venganza.

Pese al poco tiempo que tenían por delante, a Víctor le dio por imaginar en las múltiple posibilades que le hubiera dado una cadena de púas. Lástima no tener una a mano. Si salía vivo de aquella, tendría que hacerse con una. Sin aquella magnífica posibilidad, decidió refugiarse junto a Doc Balas y dejar pasar al Chevrolet... Por desgracia no le quedaba otra si no quería ser atropellado.

El sonoro golpe en el techo del 4x4 que dió Paco fue como una nota cantada por un copiloto de rallys y provocó que el freno de mano hiciese de la curva una obra de arte... apretando nuevamente a fondo el acelerador, Tony observó como se le escapaba un gritito a Vanesa, eso, viniendo de una zorra tan peligrosa como decía que era, no dejó de causarle una profunda satisfacción... y también las maldiciones que soltaron los hombres del Masca que iban en la trasera del camión...

Al enderezar el vehículo, observó a unos 70 metros algunas personas... reconocibles... ¡¡hostias!! - exclamó Tony - son el Angel y Victor... dijo a Vanesa

¡¡Ey, tios!! - Gritó Tony a los de atrás - Conozco a esos de ahí delante, al menos en parte, ¿hablamos con ellos?

Mientras preguntaba esto al Italiano, observó que había una tercera persona, una chica, que no conocía, al menos desde aquí.

Una obra de arte. Si señor. La curva que Tony Chevrolet trazó con el 4x4 tirando de freno de mano fue eso, sencillamente, una obra maestra. 

La imponente mole del Silverado de Tony aceleró a fondo camino del grupo que se encontraba a escasos 100 metros de dicha curva. El grupo era de tres personas, Victor, Doc y una chica que ni el conductor ni Vanesa, esa zorra peligrosa, podían reconocer desde la distancia.

Tony observó como el ángel se resguardaba bajo una puerta. No le culpaba, muy seguramente él habría hecho lo mismo. En cambio, el tal Victor se mantenía firme. Tenía los huevos bien puestos, de eso no cabía duda.

Tony Chevrolet tan solo soltó el acelerador para accionar el freno, pisándolo hasta el final de manera violenta. El coche se detuvo a escasos 20 centímetros de Victor, en medio de una nube de polvo y bajo las mil y una imprecaciones que los hombres del Masca estaban soltando. Algo sobre la madre de Tony, o sobre no se que le iba a pasar en los hígados.

Bajó del coche y saludó al psíquico... - ¿qué hacéis aquí, compadre? - dijo - ¿habéis oído lo del virus? Que movida, bro

Mientras saludaba a Victor, los hombres del Masca, Paco el Italiano, el León y el Cañas ya saltaban del todoterreno armas en mano y se dirigían hacia la casa de Russie... Vanesa en cambio permanecía dentro del habitáculo...

Víctor se mantuvo en silencio y quieto como una estatua mientras examinaba la situación y mientras miraba de arriba abajo a Tony. No parecía que viniera con ganas de gresca sino todo lo contrario y eso sin duda desconcertaba todavía más al psíquico.

Si no estaba de parte del jodido Masca... ¿Qué cojones estaba haciendo allí junto con sus hombres? Víctor no tenía las respuestas adecuadas. Sólo sabía una cosa... Tony no era el objeto de su venganza.

Miró en todas direcciones esperando a que los esbirros del déspota que gobernaba ese asentamiento estuvieran lo suficientemente lejos como para no oír lo que tenía que decir.

- Unos infectados mataron a Russie. - Le contó a Tony. - Luego los hombres del Masca mataron a... - Se detuvo un momento, sintió que iba a desmayarse, pero se rehizo. - ... mataron a Berenice. Mi Nixi... - Alzó la mirada que había mantenido baja tras su indisposición. Era una mirada de determinación en la que casi se podían ver las llamas de odio e ira que le consumían por dentro. - Y yo ahora voy a matarlos a todos... - Concluyó.

Doc se apartó y dejó pasar a los malhumorados hombres del Masca. Se rascó la barbilla mientras escuchaba a Chevrolet, lo observaba con detenimiento, a él y a Vanesa. No parecían infectados, aunque a la chica no la veía bien. Supuso que no...

Suspiró un poco acongojado al escuchar al viejo mantenerse en sus trece y además soltar a los cuatro vientos sus intenciones. 

-A Nixi la mataron los hombres de Masca. Carlitos y el Bocas. Estaba infectada -aclaró- Y este se ha empeñado en cavarse su propia fosa. -se encogió de hombros- ¿Qué sabéis del virus? Aquí se piensa que procede del pollo que consiguió Russie. O de un licor que El Trapis y Moisés pillaron en un asentamiento del norte. O de ese asentamiento. 

Echó un vistazo al interior del antro- Se van a matarnos otros, los contagiados tienen armas y no se van a dejar tocar los huevos así como así. El plan es largarse ya. Yo...yo iba a intentar colaborar, organizar a la gente. Pero van a la suya. Así que paso de toda esta mierda. 

¡¡Joder!! - Exclamó Tony, estupefacto, pues no esperaba las noticias que le habían dado. Llevaba varios días con Doc en el asentamiento, se conocía, al menos, todo lo que se pueden conocer dos personas tan distintas en un mundo de mierda como este... y se fiaba de él, era un tipo con cabal, con criterio.

Asintió cuando el viejo le contó lo de Nixi, pobre chica, pensó, pero si estaba infectada... Sabía que el Bocas no era de gatillo fácil, y mucho menos mataría a nadie de manera injustificada pero... ¿como hacérselo ver a Victor? Por el resto de la banda, o del mismo Gualterio, pues lo cierto es que no ponía la mano en el fuego.

Habló en susurros a los dos hombres, observando como la chica se mantenía parcialmente oculta y no podía reconocerla. Con prudencia les dijo:

No estoy con la banda del Masca, al menos no del todo. Cogimos al blanquito y nos contó lo de la infección, pero su forma de hablar y tal no nos convenció. Sin duda sabía mucho más de lo que decía, y Vanesa se encargó de hacerle hablar, pero no hubo manera. Nos cargamos al Filete y le llevamos el lechoso al Masca. De allí venimos, ejecutó al lechoso sin dudarlo y nos confirmó lo de la infección, y de la limpia que se propone hacer. Ha indicado a sus hombres que no muestren piedad, y Vanesa y yo nos hemos... digamos que "comprometido" a ayudarlo... aunque no a cualquier precio.

Tony se giró hacia Victor para tratar de calmar su sed de venganza - siento lo de Nixi, tío, de verdad. Conozco algo al Bocas, me fio de él, me cae bien, no lo hubiese hecho si no hubiese sido totalmente necesario, si estaba infectada... igual le hizo un favor, aunque entiendo tu rabia, macho. Ahora estamos los cuatro, contando a Vanesa, que está limpia... ¿que queréis hacer? Si no se controla la infección... ya sabéis que estas cosas al final te cogen de nuevo... creo que deberíamos asegurarnos de que el pueblo quede "limpio"... y después... candela. ¿Qué opináis?

Limpiar el pueblo no sonaba como una mala opción. Nunca hubiera sido la opción que Xazhum hubiera elegido de no haberse desarrollado los acontecimientos como se habían desarrollado, pero en ese caso "limpiar el pueblo", le sonaba de maravilla. De esa manera quizás pudiera llegar a tener la oportunidad de acercarse lo suficiente al Masca y al hijo de puta de Carlitos. El Bocas había ejecutado a sangre fría a su dulce Nixi, el y el Masca estaban en su lista negra.

- Iré con vosotros. - Dijo finalmente Víctor. Miró entonces a Doc Balas. - Tú haz lo que creas conveniente... 

No había mucho más que añadir. Nora no se había pronunciado en cuanto a sus intenciones más inmediatas, pero ahora que sabía que los hombres del Masca se habían encargado del lechoso... Suponía que su sed de venganza sería similar a la suya propia. Lo que estaba claro era que necesitaban armas y lo que no estaba tan claro era dónde conseguirlas. Miró a Nora y también a Tony de forma alternativa y efectuó una pregunta.

- ¿Tenéis armas? - Esperaba que la respuesta fuera afirmativa.

-Así que no tenéis ni idea del origen. Joder.

Doc torció la boca en un gesto de desagrado. Paseó la vista de unos a otros, reparó en la callada Nora, escrutando su expresión ansiosa. También Vanesa parecía con ganas de repartir hostias.

-No es para mí. Entiendo las razones de unos y otros. ¿Qué queréis, que me quede aquí y monte un puto hospital? ¿O que luego os entierre? Eso si no son los infectados quienes os joden a todos. Los que se cargaron a Russie estaban bien armados.

Se encogió de hombros -Me llevo la ranchera y el cuerpo de Berenice. Lo que te dije antes, viejo. Le daré un maldito funeral, cuatro palabras y lo...lo quemaré. Y os espero donde te dije, en el cruce de la Capilla. Hasta la caída de la tarde.

- Está bien Doc... - Sonrió y le dio una palmada en la espalda. - Está bien.

No sé lo tendría en cuenta, el mismo hubiera hecho lo mismo de tratarse de cualquier otro caso. Puede que incluso de no haber llegado Tony, Vanesa y de tener a Nora de su parte, también se hubiera dado el piro, pero ahora no podía.

- Espero volver a verte Doc Balas. - Le dijo entonces y se giró hacia sus compañeros de armas. - ¿Nos vamos? - Les preguntó poniéndose en marcha.

—Joder viejo... Sabía que estabas loco pero no hasta este punto. —Valoró Vanesa mientras daba un par de pasos hacia atrás con la intención de controlar el local de Russie. Que les pillasen aquellos tipos hablando de conspiración era cuanto menos peligroso.

—¿Has visto a estos tipos? Están armados y siguen a su putoa caudillo como ciegos. Yo no tengo nada que hacer aquí, me deben mis mierdas y no tengo intención a esperar a ver cómo termina esta carnicería. No me sale de la pepitilla acabar infectada, Ángel, me las piro contigo... Me necesitarás, sobre todo si al menos están los dos de la puerta—. Agregó tocando la culata de su pistola, un revólver de gran tamaño.

- Muy bien Vanesa. - Dijo Víctor. - Pensaba que tenías más agallas, pero lo haremos sin ti. - Afirmó con rotundidad. - Tu mandas Nora. ¿Tenías algo pensado, no?