Partida Rol por web

DM04/19_CUBICULUM TENEBRAE

ESCENA I - OBSCURAE ITINERIS (el oscuro camino)

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01/04/2019, 00:25
DIRECTOR

Acabais de llegar al planeta. Habéis sido asignados por vuestro inquisidor sin más comentarios, sin explicaciones. Tan solo os dejó una nota de a donde teníais que ir y un número de registro.
Avanzáis por la ciudad de humo y hormigón dejando a un lado la catedral, centrando vuestros pasos en dirección al edificio del Administrorum. El olor a pergamino y aceite inunda siempre las oficinas del adeptus. Una enorme sala burocratizada iluminada por cientos de vidrieras y velas dejan ver un pasillo que se extiende hasta lo que parece ser el infinito. Avanzáis por el pasillo en busca de una ventanilla libre pero no queda más remedio que hacer cola, todas las ventanillas están ocupadas.
Diez minutos más tarde llega vuestro turno. El archivista del otro lado del mostrador os observa mientras termina de sellar unos documentos con su mecadendrita. Le dais el código de registro que os proporcionó vuestro inquisidor. El Adepto mueve una serie de palancas doradas y una expulsión de humo sale de un conducto en su espalda. Por uno de los tubos aparece un documento, lo lee y os pide que firmeis todos. Después, vuelve a sellarlo y lo envía otra vez por el tubo. Esta vez una caja dorada y plana aparece por un lateral colgada de una serie de ganchitos que circulan como si de una noria se tratase. El Adepto os tiende la caja y señala una zona reservada donde poder abrirla.

Al abrir la puerta y veis una habitación redonda iluminada por un único candelabro que cuelga del centro de la estancia. Dentro de la caja dorada hay una placa de datos, que al activarla muestra la información del caso.

Parece que solo hay una opción.

Notas de juego

Comenzamos ya la partida del desafío mensual.

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01/04/2019, 01:45
Crassus Havelock

Crassus se lanzó al interior del asiento del Administratum en Vaxan como si el resto de la colmena estuviera en llamas. Era un hombre curioso, el adepto. Tenía la nariz recta sagitalmente, con la punta ligeramente torcida, y los labios y el ceño permanentemente fruncidos, como si estuviera concentrado en otros asuntos. Su mirada ausente lo corroboraba, y de vez en cuando hablaba para sí mismo, sin importarle que los demás pudieran oírle. De hecho, con ellos apenas había intercambiado palabra alguna. Estaba contrariado, y era evidente. Desde que se había encontrado con el resto de “elegidos” por el Ordo Hereticus se había mantenido en silencio, perpetuamente ocupado con una placa de datos de la que parecía que era incapaz de apartar la vista y, en suma, sus maneras adelantaban que no era la clase de persona a la que te llevarías a una cata de amasec.

El Emperador, alabado sea, tenía un gran sentido del humor. Un lustro atrás, al poco de ingresar en la orden y ansioso de probar su valía, había solicitado formalmente la posibilidad de prestar sus servicios a la temida y sacrosanta Inquisición. Era poco más que un crío, al fin y al cabo, y no se le ocurría una causa mejor a la que entregarse. Sin embargo, lo hacía sabiendo que jamás se le concedería tal deseo, y con los años sus intereses se habían vuelto otros de un carácter mucho más… reposado. Ahora apenas recordaba ya haber hecho aquella petición, y sin embargo la respuesta había llegado… con la misma conveniencia con la que lo habría hecho una bala perdida. No estaba seguro de si el tiempo había embotado sus ánimos o de si la sabiduría los había templado, pero sí que sabía que no quería abandonar lo que se había convertido en su hogar ni mucho menos morir, aunque no lo había reconocido en voz alta. La misión le había causado conmoción, dolor y desorden, y si había algo que Crassus odiara era precisamente eso. El desorden.  

Pese a todo, una vez dentro parecía que el aroma a pergaminos y aceite, que le recordaban a su scriptorium, le habían relajado. Guardó cola con la misma paciencia con la que la guardaba en Escintila, como si se tratara de un ritual que había que cuidar. Ese detalle, su procedencia, era uno de los pocos que había dado a los demás, más allá de su nombre, pero su acento le delataba realmente como dreahano. Nadie habría dicho nunca que procediera de un mundo agrícola, igual que nadie le habría identificado como un acólito de la Inquisición.

Cuando el adepto de la ventanilla les entregó la placa de datos, él se adelantó y de una forma casi compulsiva la tomó entre sus manos. Caminó arrastrando sus túnicas de adepto hasta el reservado que les habían dedicado y una vez allí la encendió y recitó el informe a todos en voz alta, con claridad. No esperaba que ninguno de sus compañeros supiera leer, al fin y al cabo. Después dejó que quien quisiera la tomara entre sus manos, mientras él anotaba los principales datos, que se había esforzado por retener en su memoria, en su propia placa de datos.

Investigación del lugar para captura o eliminación de amenaza principalmurmuró, con su autopluma surcando a toda velocidad la superficie de su placa de datos—. Creo que esto deja muy claro para que estamos cada uno de nosotros aquí.

Y no, pensó, yo no estoy aquí para eliminar a nadie ni para jugarme el pescuezo.

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01/04/2019, 11:19
Grunda

La mujer parecía ausente, lo había parecido desde el primer momento en el que se juntaron. Había cabeceado y soltado un "Grunda" a modo de presentación, debía suponerse que era su nombre, pero también podía significar cualquier otra cosa en cualquier lengua salvaje, y habría sido lo mismo.

Era alta, robusta, y extrañamente atractiva a pesar de sus modales ásperos y su rictus severo y siempre serio. Llevaba con soltura un hacha tribal colgada al cinto, con la hoja grabada con símbolos crípticos junto a la empuñadura. La mujer jugueteaba con ella constantemente, acariciando los grabados con las yemas de los dedos. Y los movimientos de su cuerpo parecían lentos, incluso sin armadura que la protegiera: sólo un chaleco acolchado sobre una túnica raída y vieja. Aunque limpia.

Sus ojos azul cobalto, sin embargo, se movían con rapidez de un lado a otro. Vivaces, sedientos. 

Fue la primera que tomó la tablilla cuando Crassus la tendió a quien quisiera cogerla. Lo hizo con la izquierda, y le pasó la mirada varias veces, como si leyera. Quizá leía, o quizá sólo la estudiaba. Tampoco dijo nada, de modo que lo que pensara quedó para sí. Luego se la devolvió al Administratum, para que volviera a tenderla al resto. 

Pensativa, se rozó un pequeño pero elaborado pendiente que llevaba en su oreja, junto a los tatuajes en su mejilla. Fue el único momento en el que su mano diestra se alejó del hacha. Y sólo duró un segundo.

Por fin demostró que sabía hablar.

-El Oscuro Camino. Subsector 13. Un bar. Vamos.

Dijo contundente, sin más añadidos.

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01/04/2019, 16:41
Xazhum Desperado

Xazhum no estaba allí por gusto. De hecho, no sabía muy bien porqué estaba allí y no muerto. Xazhum sabía que existían algunos Adeptus Arbitres, que "jugaban" por así decirlo con las condenas que imponían a los hombres como él. Xazhum había sido cazado por varios delitos menores. Por suerte, de los mayores o no tenían conocimiento en la judicatura o bien no habían podido probar su autoría. De lo contrarió, también habría sido condenado a muerte. 

Escapar del mundo prisión de Griaun II, había sido fácil. Pero más fácil había sido para atraparle para las fuerzas de seguridad y devolverlo de nuevo ante un arbitres. La condena que Xazhum esperaba era muy superior a la que finalmente le fue impuesta. Se ve que el arbitres o bien el inquisidor, habían visto algo en él que podía serles de utilidad. Y por eso estaba allí... para colaborar con un grupo de... ¿Silenciosos esbirros del Inquisidor? La verdad era que Xazhum poco sabía de lo que pintaba allí en medio, pero si le habían dado la oportunidad de seguir con vida, desde luego iba a aprovecharla.

Cuando el adepto les entregó una caja que contenía una placa de datos, Xazhum no mostró demasiado interés. No lo hizo, porque ya parecía que había dos de sus compañeros que iban a pelearse por ser el primero o la primera en comprobar de que se trataba. Por suerte, aunque ambos eran silenciosos hasta el extremo de que no ser porque la chica había pronunciado una honomatopeya, ¿Grunda? y el otro había empezado a hablar en el momento en que comenzó a leer en voz alta lo que ponía la tablilla, hubiera creído que o eran mudos o les habían cortado la lengua.

Desapariciones en el subsector 13, disturbios... - Asintió con la cabeza. - Investigación, captura o eliminación... - Gruñó algo disgustado. - ¡Vaya unas señas! - Soltó una carcajada. - ¡Me cago en la puta! ¿Quién escribe esta mierda? - Preguntó al bulto - Ni que les cobraran por letras... - Soltó otra risotada. - ¿Tenemos que ir a ese bar, no? El Oscuro Camino... - Resopló. - Menudo nombre... - Sonrió. - ¡Ni loco me pillan allí de no ser por esta misión! - Entonces se giró hacía Grunda y le guiñó un ojo. - ¿Vamos muñeca? - Le preguntó.

Saltaba a la vista que Xazhum se había fijado en aquella golfa. Era una mujer muy atractiva. Le gustaba ese pelo azulado a juego con sus preciosos ojos. Igual tenía algo de ADN alienígena en su organismo. El pelo azul no era algo innato en la raza humana. También podía ser un tinte, claro... pero a Xazhum le parecía mucho más excitante pensar en que aquella chica, era producto de algún tipo de relación prohibida entre un humano y alguna bestia del espacio exterior. Lo cierto era que el brillo de sus ojos no era natural. 

¡Si no es algo extraterreste, ya me dirás porqué le brillan los ojos así! - Se dio a si mismo.

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01/04/2019, 19:33
Marcio augusto

Ya había llegado su gran momento, como miembro de la justicia del emperador, el hechos de que un inquisidor le considerase apto para entrar en su sequito, era uno de los miles de arbitres de toda la galaxia y había sido elegido y tendría que dar ejemplo de lo que era capaz y demostrar la sabia elección del inquisidor.

pero lo primero era cumplir su objetivo, que no era otro sino descubrir una desapariciones en lo que parecía ser la subcolmena, por el nombre del local, así como varios disturbios sin explicación, "no se que puede ser la causa de los disturbios, pero en  ese lugar encontraremos las respuestas para saber quien incita a la gente a revelarse contra la autoridad del emperador" dice el arbitres de metro ochenta y dos al ver el mensaje, era la primera vez que salia de su mundo natal y se metía en una colmena, aunque los crimenes no cambiaban en ningún lugar del imperio, sea un mundo colmena, imperial o fronterizo.

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01/04/2019, 23:07
DIRECTOR

Sin más dilación dejáis las bulliciosas calles con los sacerdotes en sus púlpitos proclamando la divinidad del emperador, los reclutadores de la guardia imperial la fuerza de la humanidad, los transportes aéreos surcando la polución de las fábricas para acercaros al elevador más próximo. Entráis en él y comprobáis que solamente os bajará hasta el subnivel 7. No hay más botones. Las puertas se cierran.

Descendéis con la luz artificial como única compañía, ya que ante vuestro silencio, incluso el charlatán Xazhum decide callar, aún mascullando de vez en cuando algunas palabras.

Al abrirse las puertas, el subnivel 7 apesta a fango. No un fango de pantano, sino un fango de suciedad y detritus humanos. Miráis arriba donde los conductos de ventilación deberían funcionar, pero solo veis las rejillas oxidadas de estos y el techo de hormigón a unos diez metros de altura. Parece ser que os tocará caminar hasta el subnivel 13, en un "agradable" y pestilente paseo.

Adiferencia de los niveles superiores, el subnivel 7 denota abandono. Viviendas con las ventanas cerradas o tapiadas. Puertas y cristales rotos, suciedad acumulada en los bordes de la calle. Las pintadas son poco elaboradas y algunas han sido limpiadas recientemente. Las gárgolas, ángeles o héroes militares que adornan algunas fachadas se ven sucios y deteriorados. En la plaza, la estatua de uno de los legendarios Marines Astartes hace las veces de columna, sujetando, impávido, las toneladas de rocahormigón. La gente circula sin pararse demasiado y solo un sacerdote del ministrorum oficia, al lado del marine, una especie de misa donde un centenar de personas alaban arrodillados las fuerzas protectoras de la humanidad.

Al otro lado de la plaza encontráis unas escaleras, de unos quince metros de ancho, que bajan al subnivel 8.  

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02/04/2019, 00:12
Crassus Havelock

Crassus no estaba acostumbrado al permanente bullicio de la colmena. Al contrario, había aprendido a detestarla extraordinariamente rápido, y lo único que le consolaba era lo aterrador que ese inmenso antro le habría resultado de encontrarse allí en solitario. Caminaba al mismo ritmo al que lo hacían los demás, cuidándose de ocupar una posición entre todos ellos para cubrirse de carteristas, maleantes y cualquier otro tipo de escoria con la que pudieran cruzarse… hasta que se dio cuenta de que esa misma escoria era la que estaba usando de escudo. Exceptuando al Arbites y, por supuesto, a sí mismo, los acólitos elegidos por el inquisidor Kretchner no le… satisfacían del todo. Por algún motivo pensaba que un poderoso miembro de la Inquisición debería valerse de gentes más… ¿ilustres? No estaba seguro de cuál era la palabra que buscaba, pero fuera cual fuera quedaba muy lejos en el dictionarium de cualquier otra que pudiera usarse para describir al carroñero o a la salvaje.  

Finalmente, cuando pasaron por delante de la escultura del Astartes y de la congregación que lo rodeaba, soltó un suspiro exasperado como anticipo a una reprimenda.

—Me parece obsceno que tenga que ser yo el que haga esta pregunta, pero creo que la incertidumbre me está empezando a ulcerar las tripas. ¿Alguno de ustedes ha hecho esto antes? ¿Alguien tiene un plan? ¿Vamos a entrar de forma discreta, intentando pasar desapercibidos? ¿O nos valdremos de la autoridad del Arbites para encontrar las respuestas que buscamos? ¿Van a partir algunas cabezas? —por algún motivo, su mirada se paró en Grunda mientras hacía esa última pregunta— Las eventualidades a las que nos podemos enfrentar en ese tugurio son incontables y me gustaría estar preparado para que, cuando tengan que plantarles cara, lo hagan en el mejor escenario posible.

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02/04/2019, 09:13
Xazhum Desperado

- ¿Me ves con cara de haber hecho ésto antes? - Le para con una amplia sonrisa en los labios. - En ni vida sólo he hecho cosas que han podido cabrear al Emperador... - Se quedó unos instantes pensando. - Bueno... Quizás he dicho demasiado. Puede que mis acciones hayan cabreado a las autoridades locales... El Emperador es mucho para mí. - Volvió a sonreír. - Xazhum... - Dijo ofreciéndoles la mano a sus nuevo compañeros. - No recuerdo que nos hayamos presentado.

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02/04/2019, 10:36
Grunda

La pestilencia era abrumadora, pero la mujer no arrugó la nariz. Andaba con paso firme, sin titubeos, ni signos de descontento o extrañeza. Miraba escrutadora a su alrededor, incluso a la puerta ahora cerrada del ascensor que los había dejado allí, y que fue quedando atrás mientras se internaban en la oscuridad de un mundo hostil, amenazador.

La plaza se abrió ante ellos sin por ello disminuir la sensación de agobio. Allí, junto a la gente que oraba, y delante de las escaleras que deberían seguir bajando, Crassus tomó de nuevo la iniciativa. Para dejar claro su punto de vista. Grunda se detuvo, y le miró con sorna. Fue su compañero, el que la había mirado con picardía antes, el que se presentó. Xazhum. Ella ya lo había hecho antes, aunque él no parecía recordarlo. Bien, lo volvería a hacer.

-Grunda. -Estrechó con una fuerza inesperada la mano del hombre de las cicatrices.- Sí tienes cara de haber hecho esto antes. -Su tono no era jocoso, pero tampoco podía saberse si directamente no le estaba tomando el pelo. Le dedicó lo que casi era una sonrisa. Torcida, eso sí. - Tú y tú, desde luego, no.- Esta vez la mirada cobalto pasó a los otros dos hombres sucesivamente. -Yo no tengo un plan, no sé si voy a partir cabezas. Pero tampoco pondría al Arbites por delante. Por lo menos de entrada.

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02/04/2019, 16:38
Marcio augusto

el lugar olia de una manera inhumana, pero parecía que la gente de la zona estaba adorando a los grandes heroes de la humanidad, pero volviendo a su trabajo, estaban proponiendo el usar al tal Xazhum como voz para hablar con la escoria de esa zona, no era algo que me gustase el permitir a esas sabandijas vivir, "Xazhum, tu tienes pinta de haber estado en muchos tugurios, no me gusta la idea de entrar sin ser una redada, pero es mejor para conseguir información, si necesitas a alguién que haga de tu guarda espaldas, creo que soy el mas indicado" le digo a los demas, "y mi nombre es Marcio Augusto" añado.

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02/04/2019, 19:00
Crassus Havelock

—Crassus, Havelock. Adepto del Administratum

Parecía que a ese tal "Xazhum" las ideas se le escapaban por la cicatriz que le recorría la cabeza, pues juraría que ya se había presentado. No contento con hacerle repetir su nombre, intentó también darle la mano. Crassus se la estrechó débilmente, con desgana, y después de hacerlo pasó la palma con escasa sutileza por la túnica y comprobó también que el crono que llevaba a la muñeca seguía estando en su sitio. Todo en orden, se dijo. Levantó la vista, para mirar al granuja, y sentenció: 

—Entonces está decidido. Xazhum irá por delante, y ustedes dos le cubren. 

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02/04/2019, 19:20
Xazhum Desperado

Lo cierto fue que Xazhum no les hizo demasiado caso a los dos varones que formaban parte del grupo. Habiendo una belleza como aquella que tenía delante, era difícil fijarse en aquellos dos tipejos. De hecho, escuchó lo que acababan de decirle sólo de refilón. La suerte fue que a Grunda había pensado de una manera similar a ellos. 

Sí, Xazhum tenía pinta de granuja, vestía como granuja, tenía cicatrices de granuja y hasta olía como un granuja. La razón de todo aquello era que... ¡Diablos, era un granuja! Se había pasado gran parte de su vida sobreviviendo y malviviendo de lo que podía coger de aquí y de allá y si todavía estaba vivo era porque sabía hasta donde coger y que dejar. Porque cualquiera que hubiera salido de donde él había salido, sabía eso. No podías llevarte todo el botín, pero si una pequeña parte. Una parte que si faltaba, el legítimo dueño no echaría en falta.

Aquello podía sonar algo extraño y si hubiera hecho aquella reflexión en alto, posiblemente la tendría que haber explicado a sus compañeros. Si es que se interesaban por ello, que eso también era de mucho suponer. Pero Xazhum sabía de que hablaba. Él lo entendía y eso era lo importante. Cabe destacar que la suerte, era un factor que solía jugar en su favor. Una persona con un pensamiento tan disperso como el de que apodaban Desperado, estaría muy muerta en un lugar tan hostil como aquel de no tener los astros de su parte.

Y se sorprendió a si mismo pensando en todo aquello mientras se encontraba perdido en medio del océano azul que nunca había conocido y que se encontraba en el interior de aquellos ojos azules como el cielo del planeta Tyrianus, que pudo contemplar muy fugazmente cuando aquella nave carcelaria se detuvo a repostar, cuando le trasladaba al planeta prisión donde había pasado recluido algunos meses. ¡Y que un rayo le fulminara allí mismo si esos ojos no eran lo más bonito que había visto en mucho tiempo!

Si...- Dijo al fin después de permanecer callado en un incómodo y reflexivo silencio. - Iré allí y patatim patatam... - Hizo unos gestos con la mano meneando sus dedos en dirección hacia los dos varones del grupo y todo ello sin dejar de mirar de forma fija a esos ojos azules. - ¿Te han dicho alguna vez que tus ojos son hipnóticos? - Le preguntó a Grunda. - ¿Seguimos? - Preguntó alejando por fin la mirada de la de Grunda. - Porque todavía tenemos que llegar al subnivel 13. ¿No? ¿O pretendéis que pierda el tiempo preguntando por aquí y por allá? ¡Vamos bajando y ya cuando estemos en el trece voy al tugurio ese! ¿Como se llamaba? ¿Antro Oscuro?

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03/04/2019, 10:10
Grunda

-Algo parecido...

Respondió Grunda sin poder determinarse si se refería a que el local se llamaba algo cercano a Antro Oscuro, o a que alguna vez le habían hecho algún comentario acerca de sus ojos similar al del granuja.

Parecía divertida por la situación, Xazhum no ocultaba lo fascinante que encontraba a la psíquica, y los otros dos hombres no ocultaban que la consideraban una salvaje. Uno parecía verla como inútil para intervenir en la misión, el otro la veía todo fuerza bruta. Si era una cosa, otra, o ninguna, no pensaba aclararlo por el momento.

Pero dirigió a Xazhum una mirada aún más penetrante que las anteriores, plenamente consciente de su juego, y se acercó ligeramente a él. No mucho, no era coqueteo, ni intimidación. No se sabía qué diablos era. Le habló con un ligero retintín.

-Patatim, patatam, sí. Lo harás bien. Sigamos bajando.

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03/04/2019, 12:24
Xazhum Desperado

Y aquello, aquel gesto de Grunda hizo que el corazón de Xazhum se pusiera a bombear a toda velocidad. 

¡Wowo, tía! - Exclamó levantando las manos por encima de su cabeza y meneando las muñecas mientras no parecía poder para de sonreír. - ¿Le miras así a todo el jodido mundo? - Soltó una risotada. - ¡De ser así, sin duda has provocado más de una parada cardíaca! - Bromeó. - Mercio, Crassus... - Llamó la atención de aquellos dos hombres. - ¡Espero que sepáis de primeros auxilios, porque una mirada más como esa y me pega un patatús!

Tras toda aquella retahíla de bromas y payasadas, Xazhum hizo lo que se suponía que tenía que hacer. Agarró bien su rifle por la empuñadura y viró la expresión de su rostro hacia una mucho más seria. Puso el primer pie en aquellas escaleras y comenzó el descenso seguido por sus tres camaradas. No sabía que le deparaban los niveles inferiores, pero sin duda alguna que encontrarían problemas, ya fueran más fáciles o más difíciles de eliminar. De un modo u otro, su rifle y su pistola le ayudarían en la resolución de futuras controversias.

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03/04/2019, 15:10
Marcio augusto

Me quedo callado con la conversación de la spiquica y el granuja, pero al oír como me equivocaba de nombre Xazhum, me acerco y lo agarro, "Es Marcio, no mercio, y el lugar a que vamos es el camino oscuro, antro oscuro es el adjetivo que tendrá" le digo al granuja a la vez que lo suelto y empiezo a andar.

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03/04/2019, 15:23
Xazhum Desperado

- Pues eso mismo, Marcio. ¿ No he dicho Marcio? - Preguntó, aunque sabía lo que había dicho. - ¡Venga, no perdamos más tiempo!

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03/04/2019, 16:19
DIRECTOR

Recorréis los siguientes subniveles, a cada cual peor. Cuanto más abajo, menos gente encontrábais y la que encontrábais os miraba como si fuérais un plato de auténtica carne recién asada. Solo el ir y venir de servidores, mitad humanos, mitad máquinas, hacia sus puestos de trabajo en las fábricas inferiores de conservas, minería o reciclaje, hacía del paseo un poco menos intimidador.

Ya en el languideciente subnivel 12, podíais ver pintadas todo lo contrarias a las proclamas al emperador de los niveles superiores. Grupos callejeros armados decidían si erais un simples locos o buscábais pelea. Podían oirse disparos cada pocos minutos y un par de bandas de motoristas armados os obligaron a ocultaros en un callejón hasta que pasaran para evitar problemas. Yonquis y putas hacían las esquinas pidiendo droga u ofreciendo sus servicios más oscuros a cambio de dinero.

Si antes los servidores poblaban las calles, ahora eran los mutis, mutantes validados por el imperio y calificados como pseudohumanos los que eran más numerosos. Eran el escalafón más inferior de la sociedad, rayando con sus mutaciones la tolerancia del Ministrorum o de la propia Inquisición.
Después de pasar horas, literalmente, por las malolientes y sucias calles de los subniveles, llegáis a vuestro destino. El bar, El Oscuro Camino, yacía más bajo tierra si cabe. Abajo de unas estrechas escaleras, una puerta que en sus tiempos debía de ser verde daba paso al local del informe. 

El olor a meado de las escaleras fue repentinamente eclipsado al abrir la puerta por un fuerte olor a ozono, sin duda de alguna máquina averiada, una droga o la mezcla de ambas cosas. Una barra en forma de L se extendía justo enfrente de la puerta hacia el otro extremo del local. Allí había dos puertas y el local se extendía rectangular hacia vuestra izquierda, donde distintas mesas con sillones tapizados de lo que antes era cuero sintético rojo, albergaban a la clientela.

Una pareja se metía mano en una de los reservados del fondo mientras que otra pareja, dos tíos jóvenes, fumaban algo que les hacía poner cara de tontos, más si cabe. El peludo camarero se entretenía leyendo una revista encima de la barra, sin siquiera levantar la vista para ver quién había entrado. 

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03/04/2019, 16:20
DIRECTOR
- Tiradas (4)

Tirada oculta

Motivo: Escrutinio Crassus

Tirada: 1d100

Dificultad: 21-

Resultado: 23 (Fracaso)

Tirada oculta

Motivo: Escrutinio Grunda

Tirada: 1d100

Dificultad: 13-

Resultado: 1 (Exito)

Tirada oculta

Motivo: Escrutinio Marcio

Tirada: 1d100

Dificultad: 16-

Resultado: 91 (Fracaso)

Tirada oculta

Motivo: Escrutinio Xazhum

Tirada: 1d100

Dificultad: 12-

Resultado: 50 (Fracaso)

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03/04/2019, 19:05
Xazhum Desperado

- Bueno... - Murmuró Xazhum. - Éste parece ser el sitio. Desde luego no se puede decir que no parezca un lugar acogedor. - Sonrió. - ¡Me recuerda tanto a mi casa cuando era pequeño!

Dicho aquello dio una palmada satisfecho de estar en un lugar como aquel y avanzó a través de las mesas dirigiéndose a la barra del bar. Podía empezar a hablar con alguno de los clientes, pero igual se podrían poner a la defensiva o incluso iniciar una pelea.

- ¿Qué se bebe por aquí? - Le preguntó al mesonero. Lo cierto era que las pintas de sus compañeros no eran las más óptimas para adentrarse en un tugurio como ese. - ¿Esos? - Le preguntó señalando con la cabeza a sus compañeros. - Si... A mí tampoco me gustan. La chica si. Reconocerás que sus ojos son preciosos... - Soltó una risotada. - ¿Vamos a ver? ¿Qué tal una ronda para mí y mis colegas?

- Tiradas (1)

Motivo: Empatía

Tirada: 1d100

Dificultad: 41-

Resultado: 92 (Fracaso)

Notas de juego

El dado de 100 me odia mucho...

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03/04/2019, 22:41
Crassus Havelock

Por el sagrado Emperador, se lamentó Crassus. Apuesto a que soy el primer adepto en poner un pie en este subnivel desde que se levantara esta colmena. El prefijo “sub” se quedaba corto para describir el infierno al que habían descendido, y si los niveles anteriores ya le habían resultado pavorosos, no sabía cómo iba a hacer para transmitir a sus camaradas del Administratum el horror del que había sido testigo. Lo peor de la humanidad habitaba abrazada a los mismos cimientos de la colmena, y lo alegórico de la observación le provocó una pequeña arcada. Además, cayó en la cuenta entonces, no iba a poder presumir del servicio que estaba haciendo a la Inquisición ante los otros copistas: de acuerdo a la coartada que Kretchner había elaborado para él, Crassus estaba en Vaxanide para corregir y cotejar su censo con el de Escintila, y nada más que eso. Decepcionante, pensó. 

Todas esas ideas desaparecieron de su mente en cuanto la adrenalina empezó a inundar su torrente sanguíneo. Cuando tuvieron que esconderse de una pandilla de moteros, creyó de verdad que, independientemente del voto de silencio que se suponía que debía a la Inquisición, no viviría para contarlo. Se sentía más una víctima que un agente de la Inquisición. ¿Podría haberse n negado? Lo dudaba. Su posición en el Adeptus Administratum, por humilde que fuera, se habría visto amenazada, y no le quedaba nada más que eso. Por suerte, El Oscuro Camino se apareció ante el grupo como un oasis en mitad del desierto, y a Crassus, por unos breves instantes, la peste a orines le olía a rosas y el camarero se le antojaba como un rostro amigo. La impresión, por supuesto, no le duró mucho, y para cuando Xazhum pidió la ronda él ya volvía a ser el de siempre.

Sin prestar más atención de la necesaria a la conversación entre los dos subhumanos, parpadeó un par de veces para ajustar sus lentillas fotosensibles y después echó un buen vistazo al tugurio y a quienes lo llenaban.